¿Qué es bailar?
Bailar es un verbo particularmente interesante. Bailar significa muchas cosas.
El baile es de esas “cosas” que se acoplan perfectamente al dicho que dice: “una vez que lo aprendes no lo olvidas nunca más.” Es como aprender a nadar, es como andar en bici, como aprender a tocar un instrumento: primero es un reto, luego forma parte de tu vida.
Al principio no tienes ni idea. Da miedo el riesgo a caer, a no poder hacerlo, a hacerlo mal. Da miedo incluso morir en el intento. Cuanto más grande eres cuando lo intentas por primera vez, más te lo piensas. Pero una vez que te decides y lo haces, no hay vuelta atrás. Te conectas con la música, con el momento y comienzas a vivirlo. De pronto, ya no puedes parar.
Por otro lado, para bailar no importa la edad, el sexo, la raza, la cultura, la religión, el idioma. No importa la profesión, ni los gustos intelectuales. No importa la ciudad, ni siquiera el momento histórico. Sólo importa una cosa:
La conexión entre el bailador o los bailadores y su música.
Y aquí aparece un nuevo significado: Bailar es “conectarse con…”
En un sentido técnico y si se quiere más literal, bailar significa mover el cuerpo y las extremidades con ritmo, siguiendo el compás de una pieza musical. Es el cuerpo en movimiento conectado con la música.
Esa conexión genera movimientos y estos movimientos se convierten en lenguajes.
Bailar también es hablar con el cuerpo.
Es un lenguaje. Histórica y culturalmente el baile, la danza, han sido maneras de comunicarse con el otro. Actualmente lo siguen siendo. Entonces bailar es también una manera de relacionarse, una vía segura de interacción con el otro. Al bailar nos conectamos con la música, pero también nos conectamos con nuestro entorno. Y es en esta interacción donde sucede la magia. Nos relacionamos mientras nos movemos, nos conocemos a nosotros mismos pero también conocemos al otro, bien sea nuestra pareja, bien sea nuestro grupo de baile.
Bailando movemos el cuerpo, nos vinculamos con la música, nos conectamos con nuestra pareja… Nos movemos físicamente, pero también nos movemos emocionalmente. Sentimos emociones como: alegría, tristeza, pasión, deseo, felicidad, miedo, vacío, efusividad. Bailando sentimos, pensamos y ejecutamos movimientos, todo a la vez.
Quizás por esto siempre se ha dicho que bailar es vida, es salud, es bienestar. ¿Lo has sentido? ¿Sabes por qué?
Actividades como correr, quedar con amigos, bailar, generan endorfinas en nuestro sistema nervioso. Una especie de flujo saludable que invade nuestro cuerpo y nos llena de placer, buen humor, vitalidad…
Bailar es una actividad, algo así como una forma de pasar el tiempo y una manera de ejercitar el cuerpo. Pero no es sólo eso, porque tiene un componente que ninguna otra actividad tiene en niveles tan elevados: la pasión.
Pasión y acción en una misma experiencia. Pensamiento y sentimiento al unísono. Diversión y vitalidad. Salud y bienestar. Todo esto y mucho más trae consigo el ponerse en marcha y comenzar a bailar!
Siempre hay un antes y un después del baile, ¿Lo has vivido ya? ¿Te atreves?
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