30 años de recuerdos: Los Lunnis en El Escorial

15 dic 2016 - 14:14 CET

Una década después, ha llegado a mis manos una  foto de niños cantando las canciones de Los Lunnis  en los Cursos de Verano de El Escorial. La imagen fue captada a mediados de julio de 2005. Aquel día, por primera vez en su vida, podían jugar y tocar a Los Lunnis, sus personajes favoritos de la televisión. Recuerdo  a los más pequeños boquiabiertos ante el espectáculo, sin dar crédito todavía a lo que estaban viviendo. Lucrecia cantaba “Besos de Chocolate” y los niños coreaban su estribillo. Entre la chiquillería, Lupita -la Lunni roja- les animaba a ser buenos y estudiosos mientras que  Lucho hacía trastadas y gastaba bromas a Lulo, a Lumbrela y a todos los  niños presentes en el aula de los Cursos de Verano. Los actores que daban vida a los personajes sudaban bajo sus trajes de colores haciendo un gran esfuerzo para que los pequeños alumnos no descubrieran el truco y permaneciera la magia de cada protagonista: Lufata, Lurdo, el Capitán Bucanero… Y como si de un gran concertino se tratara, el gran “Yeyo” González intentaba poner orden entre  la chiquillería.

 Fue algo que  recuerdo con cariño y satisfacción. Con cariño, porque  no hay nada más gratificante que ver a un niño  cantar, reír y emocionarse. Con satisfacción, porque éramos conscientes de que habíamos hecho algo nuevo y original. Por primera vez, los niños habían compartido las aulas con los sesudos investigadores y estudiantes universitarios de  los Cursos de Verano de la Universidad más  grande de nuestro país. Y también, por primera vez, habíamos dejado de hablar de la televisión como negocio, como instrumento de poder, para reivindicar un consumo saludable de este medio de comunicación tan familiar para la población infantil.

 Mereció la pena arriesgarnos y hacer un espectáculo televisivo en directo para enseñarles a ver la televisión con otros ojos, de forma saludable y crítica. Pero esta vez no eran sus padres o sus profesores quienes les mostraban el camino. En esta ocasión fueron sus personajes  televisivos favoritos  los  que,  de una forma lúdica y entre canciones, les iban enseñando a descifrar lo que para muchos de ellos había sido su canguro catódico.

Nos compensó unir a  la televisión y la universidad pública  para poner de manifiesto que, una y otra, están comprometidas con  la formación de una ciudadanía crítica y mediáticamente instruida para comprender el poder y la influencia  de las pantallas.

Sin embargo, la foto también me hace sentir el paso del tiempo, la ausencia de viejos colegas y la pérdida de algún amigo. El tiempo pasa inexorable: más de una década desde la captación de esta imagen. El director del programa “Los Lunnis”, Valentí Vilagrasa, ya dejó de ser el mago de la televisión infantil de la Corporación RTVE: hoy disfruta de un merecido descanso jubilar. Y el gran “Yeyo” González nos dejó hace tan solo unos meses para buscar en las estrellas a los grandes del rock: su pasión.

Cariño, satisfacción y nostalgia. Todo junto. Mereció la pena.

 Miguel Ángel Ortiz. Profesor de la UCM