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“Hay una cosa que me queda por hacer; trabajar en una corresponsalía”

Ramon Pellicer a TV3

Ramon Pellicer se licenció en Ciencias de la información en la UAB. Recién licenciado trabajó en la UAB como profesor y dio sus primeros pasos profesionales en la radio, aunque actualmente lleva más de 30 años siendo la cara visible de múltiples programas televisivos.

27/09/2018

Ramon Pellicer ha sido y es actualmente la cara visible de los telenoticias en TV3, también lo fue durante un tiempo en TVE pero su trayectoria es mucho más amplia. 

El 6 de junio, Pellicer estuvo en la UAB para conducir el acto de presentación del libro colectivo conmemorativo L’audàcia del coneixement. 50 anys UAB. Aprovechamos para hablar con él sobre sus inicios radiofónicos, para conocer el momento en el cual decidió dedicarse al periodismo y también preguntarle sobre su situación actual y el futuro del periodismo y de los medios de comunicación públicos.
 
¿Cuándo decidiste estudiar Periodismo? 

Yo iba a los Escolapios de Sant Antoni Abat y hubo un capellán que me sugirió, cuando hacíamos BUP, si quería encargarme de sacar adelante una revista. Y des de ese momento con unos compañeros, la editábamos. Era una revista un poco de pa sucat amb oli, pero fue una tarea que me apasionó, porque entrevistábamos a los alumnos, a los profesores, hacíamos artículos y reportajes sobre las actividades que había en la escuela. Y el hecho de haber estado dirigiendo durante años la revista, me hizo reflexionar y pensar que mi profesión podría ser esa.
 
¿Cómo recuerdas la UAB? ¿Cómo fue tu paso, la relación con el profesorado y con otros compañeros? 

En aquel tiempo estábamos realquilados en la Facultad de Económicas. Los estudios de televisión y radio eran precarios pero era interesante. Hacer una zambullida en las nuevas materias y en la vida universitaria ya era muy atractivo para todos los que empezábamos. Simultaneé mis estudios con el trabajo. Estudiaba por la tarde y el tipo de gente era diferente que la que iba por la mañana, van un poco más por faena. Creo que el hecho de tener una responsabilidad fuera y haber compartido el tiempo y no poder dedicarme al 100% a la facultad, condiciona las relaciones.
 
¿Esta primera faena ya estaba relacionada con el mundo de la comunicación?

Eran diversas faenas, unas me servían para ir ganándome la vida y no estaban vinculadas con el periodismo, eran de auxiliar administrativo, de mozo de almacén envolviendo paquetes y después repartiéndolos a las agencias de transporte. Y simultáneamente, era el boom de las emisoras municipales e intentaba trabajar en todas las que podía Estuve en Radio Mollet, en Radio Estudio Esplugues y durante las vacaciones, como mis padres veraneaban en Blanes, estuve en Radio Pineda, Radio Malgrat…

¿Sigues encontrándote con los compañeros y compañeras de la universidad?

Solo hay uno o dos compañeros de entonces con los que me he ido viendo. Con la resta, la verdad es que no.
 
Un encuentro alumni sería una buena oportunidad, pues. 

Puede que sí, de la escuela dolo hicimos una y fue porque uno se ocupó de juntarnos y es la única vez que he recuperado el contacto con compañeros.

En el siguiente año a licenciarte, volviste a la UAB a hacer de profesor. ¿Cómo fue la experiencia? 

Muy gratificante, yo siempre había pensado que no me dedicaría nunca a la docencia, era una cosa que descartaba. Probarlo me fue muy bien porque es un reciclaje constante, también me sirvió para abrirme a los criterios, a las opiniones y a las maneras de pensar de la resta de la gente. Me sirvió para sistematizar la información y los conocimientos que yo tenía y, por tanto, para formarme. Implicó una dedicación alta porque todo lo que yo criticaba de los profesores, no quise que me lo criticaran a mi y eso es ponerle horas, significa personalizar todas las tareas, todos los trabajos que se hacían. Me llevaba a casa las cintas de todas las prácticas, las escuchaba, las referenciaba una a una, porque si alguno de ellos me decía: “¡Escucha! En aquella práctica que hice de tal cosa concreta, ¿por qué me pusiste esa nota?” Yo le podía contestar con toda la solvencia.

 
A parte de la faceta docente, ¿cuáles son tus primeros pasos profesionales?

Fueron Radio Barcelona de la Ser. Me presenté a dos pruebas, en Radio Barcelona y a las de Antena 3, pasé las dos, pero me avisaron antes de Radio Barcelona y entonces, entré en la FM a hacer Radio Formula. Des de allí coquetee con la información, porque el jefe de programas, Joan Castelló Rovira, fue muy comprensivo conmigo, me permitió simultanear la universidad con el mundo informativo, siguiendo una campaña electoral. Me encantó, seguí a Antoni Gutiérrez Díaz, el Guti y colgado con un casete en la mano de su autobús de campaña, hice todas aquellas elecciones.

 
Y de la radio a la televisión. Antes de TV3 no tenías experiencia previa en la televisión, pues.

No, la experiencia fue justamente aquí en la facultad con Mercè Vilaret y Sergi Schaaff. Y de hecho, antes de TV3, aún estuve un tiempo en Cataluña Radio haciendo el Catalunya Nit y fue en aquel momento cuando hubo unas oposiciones en TV3. La verdad es que me presenté más por probar cómo eran unas pruebas de estas características que no tanto porque yo quisiera cambiar de trabajo, porque me estaba encantando la radio. Hacía un magazine informativo donde me dieron carta blanca para hacer todo lo que me viniera de gusto, utilizaba música, había una tertulia informativa, y tenía margen de opinión y de reflexión porque era el último programa de la noche en antena. Pero fui superando las pruebas de TV3, me fueron convocando y al final me hicieron la propuesta para hacer el TN de mediodía.

 
¿Cómo es ese cambio, pasar de la radio a la televisión, el hecho de que te reconozcan como lo llevas?

Me ayudó mucho haber estado en la radio, porque hay una parte que ya la tienes ensayada, saber vocalizar, controlar la entonación, hay muchos requisitos que me sirvieron de mucha utilidad, conocer el lenguaje televisivo fue la asignatura que me propuse aprobar y los efectos secundarios o las consecuencias de la exposición, pues las asimilas rápidamente porque el impacto es inmediato. Entonces valoras si eso te compensa o si te da demasiado la lata y una vez has tomado una decisión, lo asumes.

 
Después del paso por TV3, estuviste unos años en TVE. ¿Cómo vives el hecho de pasar a un medio con una audiencia potencial más grande?

Es una responsabilidad. Primero es una aventura, porque yo estaba empezando las mañanas con el Bon dia Catalunya, abriendo una franja que aquí no existía y hacía unos shares increíbles de 40 y 50%, eso no se ha visto nunca. Además, era un magazine y me permitía explorar otros recursos, estaba a gusto y satisfecho haciendo lo que hacía, pero la oferta que me hicieron era muy tentadora. Me dijeron: “Vienes a hacer el telediario de la noche y pon las condiciones”. Puse unas cuantas, las aceptaron y me quedé sin argumentos para decir que no. Tenía que aprovechar y hacer el paso hacía una empresa mucho más grande, con gente con mucha más experiencia, con una audiencia potencial mucho más grande, un lenguaje, un idioma diferente y lo cogí como aprendizaje. Me fui a Madrid, y la verdad es que tengo un recuerdo excelente de los tres años que estuve en el telenoticias de las nueve, editándolo también y después los dos últimos años, presenté Testigo Directo, un programa de reportajes.

Hay un momento en el cual entra un nuevo director de informativos y te relevan de tu cargo.

Sí, hay un cambio político y, por tanto, un cambio de criterio. Se deja de tener un criterio profesional y se pasa a tener un criterio político. 
 
¿Qué pierde la audiencia cuando la información está supeditada a un criterio político? 

Pierde un estilo profesional, una tendencia a la verdad, una honestidad profesional, una deontología, un equilibrio, una necesidad de contrastar las informaciones y de ser plural, en resumen, unos criterios profesionales. Cuando el criterio que impera es político y escogen a alguien para que sea una prolongación de una determinada voz, de una determinada ideología y de manera de pensar, la audiencia sale perdiendo.

 
Después vuelves a TV3 a programas como Entre línies o Domini públic y ahora actualmente, de nuevo, al telenoticias. Siempre has estado vinculado a la información, ¿te has propuesto alguna otra cosa? 

Sí, verano me propusieron un late night, y como a mi me cuesta decir que no, lo probé. No es el registro en el que me siento más cómodo. Dentro del ámbito de la información se pueden hacer muchas cosas, se pueden hacer reportajes, se pueden hacer debates, se pueden hacer cara a caras, programas de participación del público, y se pueden tocar todos los géneros informativos. Es muy rico, muy diverso, pero salir de aquí sí que se me hace más complicado, no va con mi ADN.

 
¿Hay algún programa o formato que tengas pendiente y que te gustaría probar?

Hay una cosa que me queda por hacer, trabajar en una corresponsalía, pero más allá de eso no. Y puede que sea porque no lo he probado.

 


Ramon Pellicer nos habla de las funciones de los medios de comunicación públicos y de los retos del periodismo, en la siguiente entrevista en vídeo: