Cuando hablamos de aviación en Cuba pensamos primero en los vuelos de pasajeros. Es normal. Es el encargo de esta modalidad de transporte que más frecuentemente utilizan las personas. Sin embargo, la aviación cubana es más.
Nuestro equipo estuvo en el Aeropuerto José Martí de La Habana. Allí la Empresa Nacional de Servicios Aéreos, ENSA, retoma un nuevo servicio: la transportación de carga.
Con una flota de aviones modelo An-2, distribuidos a todo lo largo del país, mueven una capacidad de 1.2 toneladas en un volumen de 10 metros cúbicos, desde y hacia cualquiera de los aeropuertos nacionales.
El servicio puede ser contratado por personas naturales, empresas estatales y las nuevas formas de gestión: micro, pequeñas y medianas empresas privadas; trabajadores por cuenta propia, etc.
La ENSA tiene más de 40 años de experiencia en trabajos aéreos de diversos tipos, entre ellos, la dispersión de productos aeroquímicos al arroz, la caña, el plátano y la agricultura en general, a la que contribuye también con la dispersión de semillas; la inspección ante posibles incendios forestales y su extinción; la fotografía aérea; el paracaidismo; el tratamiento contra los vectores, entre otras funciones que desempeña la empresa.
Pero, si se fijan bien en las fotos, hay otra razón de peso para que nuestro equipo esté allí: Laura, la capitán de aeronave.
Laura es una de las tres mujeres pilotos que posee la ENSA y ese día estaba de vuelo. Tiene 35 años de vida y 15 volando. Es mamá, hija de un piloto de combate, licenciada en Derecho y pinareña. Este será de los rostros del transporte más emocionantes de escribir.
¿Quieres conocer a Laura, piloto de la ENSA? Pronto por la página. Ya le cogimos el gusto a narrar.
(Tomado del Perfil de Facebook de Eduardo Rodríguez Dávila)
Ver además:
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Qué belleza, cuánto coraje y seguridad en sí misma. Increíble, adelante Laura. Mis respetos para ti.
Que lindo seguir la profesión del papá. Felicidades para ella y me gusta la información y fotos del articulo publicado.
El padre debe estar mas que orgulloso, siguió la tradición familiar y rompe esquemas.