Todos los caminos conducen a Astorga

Perdón por la exageración, pero la ciudad leonesa, encrucijada histórica, aún hoy es un imán para viajeros y peregrinos. Razones no le faltan.

Palacio Episcopal de Astorga con la catedral al fondo.

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“Ni subido en globo volvería a cruzar esa ciudad”, aseguran que dijo Antonio Gaudí sobre Astorga. En 1889 había empezado las obras de construcción del Palacio Episcopal y, por desavenencias con la Diócesis astorgana, el catalán terminó abandonando el proyecto, que quedaría inconcluso hasta muchos años después.

Lo cierto es que por León no se le había tratado de manera muy justa al genio de Reus, cuyas novedosas y originales técnicas de construcción fueron criticadas (también las del Palacio de Botines de la capital) de manera constante tanto por la opinión pública como por los arquitectos locales, quienes creían que ambos edificios modernistas “desentonaban” con el entorno. Una descontextualización estética y constructiva con la que no sólo estamos de acuerdo, sino que nos vemos obligados a elogiar, ya que, gracias a esta transgresora y revolucionaria manera de entender la arquitectura, hoy en día los leoneses podemos presumir de poseer dos impresionantes edificios neogóticos de Gaudí que ya quisieran para sí muchas otras ciudades en el mundo.

Por ello, el Palacio de Gaudí, construido con granito del Bierzo con aspecto de castillo, es de visita obligada (alberga el Museo de los Caminos) en esta bimilenaria ciudad nacida como campamento militar romano. Sin embargo, no es el único atractivo de la que fue uno de los núcleos comunicativos más importantes del norte de España durante la Edad Media al ser encrucijada entre el Camino de Santiago y la Vía de la Plata y puerta natural de acceso a Galicia.

Ayuntamiento (del siglo XVII) y la Plaza Mayor de Astorga, León.

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PASADO ROMANO

Arranca desde el Museo Romano –donde se exhiben lápidas funerarias, pinturas pompeyanas, joyas y monedas, así como otros objetos recuperados por las excavaciones arqueológicas– la Ruta Romana que va parando por los diferentes vestigios de Asturica Augusta, nacida en el siglo I d.C. sobre el campamento de la Legio X Gemina (cuya cerca legionaria también ha sido descubierta): la Ergástula, una gran galería abovedada del foro, las Termas Menores, el templo Aedes Augusti, las galerías abovedadas de las cloacas y la Domus romana, una lujosa casa datada entre el siglo I d.C. y IV d.C. Esta última, que contiene el mosaico del oso y los pájaros dedicado a Orfeo, es de visita libre, al igual que las primeras murallas y la puerta Romana, contigua a la catedral.

Restos de las murallas romanas de Astorga.

Foto de Roi Rios en Unsplash

CRUCE DE CAMINOS

Afirman desde Turismo de Astorga que el Camino de Santiago Francés y la Vía de la Plata se originaron a partir de sendas calzadas romanas que conectaban Asturica Augusta con el resto de la península y con la misma Roma. Y no están exagerando, ya que en origen el primer itinerario mencionado unía la ciudad leonesa con Burdeos (en Aquitania) y el segundo hacía lo propio con Mérida (Emerita Augusta). Incluso la transfronteriza Vía Romana XIX, descrita en el Itinerario Antonino de la época de Augusto, la comunicaba con la ciudad portuguesa de Braga (Bracara Augusta). Es como si todos los caminos de la península condujesen a Astorga (perdón, esta exageración es cosa mía).

El peregrino accede a Astorga a través de la Puerta Sol y la abandona por la Puerta Obispo, dejando a su paso puntos de interés relevantes como la iglesia de San Francisco y el convento de los Padres Redentoristas, el Ayuntamiento (del siglo XVII) y la Plaza Mayor, la Catedral de Santa María (gótica, renacentista, barroca y neoclásica a la vez) y su Museo Catedralicio, el hospital de San Juan Bautista y su fachada neoclásica o la casa del poeta Leopoldo Panero, miembro de la escueta Generación del 36 que, aunque perteneció a la corriente de la poesía arraigada afín al régimen, no tuvo reparos en elogiar a Unamuno o a Federico García Lorca:

Ninguna voz profética, cortada / por el hacha, se extingue o se ha extinguido; / tampoco en Federico está enterrada.

El Camino de Santiago Francés se originó a partir de la calzada romana que conectaban Asturica Augusta con Aquitania.

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RUTA NAPOLEÓNICA Y ARTE URBANO

Fue en 2019 cuando el Ayuntamiento de Astorga presentó la aplicación para móviles y tablets de la Ruta Napoleónica que recorre más de una docena de enclaves históricos astorganos relacionados con la Guerra de Independencia: la plaza Eduardo de Castro y la placa en recuerdo del marqués de la Romana y los soldados de infantería, caballería y voluntarios que defendieron la ciudad; el monumento a los Sitios en la plaza Santocildes o el Hospital San Juan, donde Napoleón Bonaparte fue recibido por el obispo (y despreciado por los astorganos), entre otros.

También sobre la guerra napoleónica trata uno de los últimos murales de arte urbano que empoderan, embellecen y contemporalizan la ciudad. Es obra del leonés David Esteban (más conocido como Dadospuntocero), mide más de 300 metros cuadrados y lo encontrarás en la calle Los Sitios. No es el único proyecto en la ciudad del artista DA2.0, quien ya había utilizado con anterioridad (y mucho acierto) las paredes de Astorga como escaparte para mostrar su historia y tradiciones mediante coloridos grafitis: véase el de las Cajilleras de Mantecadas (copia de una foto de 1927 que mostraba a las mujeres que se encargaban de llenar las cajas de las famosas mantecadas astorganas), el de la cecina en la calle Pío Gullón (en el que aparece un 'paisano' de lo más realista degustando productos típicos de la zona) y el de la Plaza de la Semana Santa, su primer encargo para la ciudad.

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LA ASTORGA MARAGATA

Es controvertido afirmar que Astorga es la capital de la Maragatería, ya que en principio habrían sido los arrieros maragatos de la antigua Somoza los que habrían dado el nombre a la comarca. De hecho la patrona de los maragatos, Nuestra Señora la Virgen de los Remedios, está en Luyego de Somoza. Lo que no quita para que la ciudad, donde la arriería también fue un importante pilar económico entre los siglos XVI y XIX, esté considerada como uno de los siete municipios que configuran el actual espacio administrativo conocido La Maragatería: Astorga, Brazuelo, Lucillo, Luyego, Santa Colomba de Somoza, Santiagomillas y El Val de San Lorenzo.

Prueba de este pasado compartido con el resto de pueblos de la vertiente oriental de los Montes de León lo podemos encontrar en el Ayuntamiento de Astorga, un edificio típico del barroco civil leonés. Concretamente en el reloj autómata de la espadaña central, en el que una pareja ataviada con el traje maragato tradicional da la hora. Son Juan Zancuda y Colasa, ambos fabricados en la actualidad de aluminio, ya que el reloj de 1804 construido en madera por Bartolomé Fernández, autor también del reloj de la catedral de Astorga, fue sustituido por uno automático en los años 70. El reloj mecánico de autómatas, el segundo en coronar el edificio (ya que originalmente hubo uno anterior de mediados del siglo XVIII), descansa ahora restaurando en el Museo del Tiempo de Astorga.

Litografía con la que se etiquetaba el Chocolate Magin Rubio, en el Museo del Chocolate de Astorga.

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Otro lugar que no hay que perderse es el Museo del Chocolate, ya que no hay que olvidar que a principios del siglo pasado en Astorga había casi medio centenar de fábricas de chocolate, como la que hoy en día acoge a este centro interpretativo (Avd. de la Estación, 16) en el que conocer desde el origen del cacao hasta las litografías con las que familias de chocolateros astorganos etiquetaban y comerciaban las tabletas (algunas fueron distribuidoras de la Casa Real).

Y como colofón, un cocido maragato, que se empieza por la carne (de siete tipos), se continúa por los garbanzos de pico de pardal acompañados de patata y berza y se termina con la sopa. Bueno, se termina del todo… no, porque es tradición coronar la comida son unas natillas caseras. Aunque es cierto que el más famoso de la Maragatería es el del cercano pueblo de Castrillo de los Polvazares, en Astorga también hay buenos restaurantes en los que probar esta típica especialidad, como Las Termas, La Peseta o El Serrano.

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