Albacete insospechado: seis lugares que no esperarías encontrarte

No prejuzgues: explora

Albacete insospechado

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UNA GALERÍA TAN ITALIANA COMO MODERNISTA

Pese a tener ese aire tan de Nueva York manchego (como si fuera una marca blanca) a veces conviene recordar que en la capital no solo gobierna el racionalismo y las necesidades agro-urbanas. ‘Harvarcete’ también podría ser un ‘Albacini’ l ombardo con influencias catalanas. Sobre todo cuando se pasea por el luminoso y decorado Pasaje de Lodares, la galería más bella de España.

Lo que hace especial a este pasillo entre las calles Tinte y Mayor no es tanto su singularidad como su decoración, una especie de batiburrillo armonioso de influencias renacentistas, barrocas y, sobre todo, modernistas. ¿Queda pasteloso? Todo lo contrario, más bien podría servir como un pequeño museo de arquitectura bien hecha. Y para rematar, un largo tragaluz que lo cubre todo y que lo viste de sol y rayos homogéneos. Así, que todo quede perfectamente iluminado.

Pasaje de Lodares, ¿la galería más bonita de España?

Turismo de Castilla - La Mancha

**EL HOMBRE QUE NACE DE LA TIERRA (QUE NO ES POCO) **

Si la UNESCO tuviera un poquito de sentido común, haría del humor chanante y albaceteño Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Y para ello debería comenzar por la sierra, por los lugares que el gran José Luis Cuerda eligió para su Amanece que no es poco, el gran filme surrealista español que cumple este año un cuarto de siglo. Porque, aunque aquí tengamos poco sentido Hollywoodiense del negocio cinematográfico, sí que tenemos algo de querencia por lo nuestro, de ahí que haya una señora ruta que recorre y tunea sus escenarios más característicos.

En este pueblerino recorrido no falta una escultura del famoso sidecar en el que Teodoro (A. Resines) y Luis Ciges (Jimmy) llegan para descubrir esta aldea tan existencialista y que se encuentra en una curva-mirador cerca de Ayna. Ni tampoco un centro de interpretación en plena ermita de los Remedios ni, por supuesto, una estatua que recuerda que en el universo Cuerda los hombres nacen de la tierra. El viaje se completa con una paradita en la ermita de Belén de Liétor y en la Plaza Mayor de Molinicos. Eso sí, que nadie se espere tanta majadería aunque, en muchos casos, su rutina serrana supera a la ficción más alocada.

Amanece que no es poco

D.R.

EL RÍO DE LOS PUEBLOS PRECIOSOS

El Júcar, cuando atraviesa Castilla-La Mancha, tiene una habilidad innata para generar paisajes perfectos donde plantar un señor pueblo. Sus principios son un poco más mainstream, con Cuenca capital y Alarcón en plan estrellitas, pero, al cruzar la frontera provincial, la tierra de Albacete también le pone en bandeja seguir con su peculiar talento.

Ahí aparecen, entre meandros y llanuras, los puentes de Villalgordo de Júcar, donde los jardines exóticos del Palacio de los Gosálvez transportan al viajero a las colonias. O las murallas almohades que desafían a los barrancos de Jorquera, que miran desde lo alto la gran curva del río.

Y, por último, las casas de cal de Alcalá del Júcar, cuyas puertas sonríen al cauce mientras protegen habitaciones y estancias excavadas en la roca. Un recorrido donde, además, el Júcar también regala paisajes de bosques de veredas y curvas imposibles.

Alcalá del Júcar

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LA SUIZA DE LA MANCHA

Obviando su lado más chanante, Ayna y sus alrededores se desatan como uno de los parajes más sorprendentes de la Meseta. Desde el Mirador del Diablo, se observa su milagroso enclave entre hoces retorcidas, cumbres vertiginosas y verde vegetación. Y siempre, con el río Mundo regando y poniendo un hilillo musical de fondo.

La consecuencia de esta mezcla puede parecer hiperbólica, aunque es cierta: esto se parece a los paisajes alpinos del centro de Europa. Vamos, una Suiza 100% manchega . El disfrute de este entorno se completa con visitas arqueológicas interesantes a la Cueva de los Moros y sus restos del castillo de la Yedra y a la Cueva del Niño, donde brillan las pinturas rupestres de estilo levantino.

La curva-mirador más impresionante cerca de Ayna

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UN IGLÚ DE PIEDRA

Albacete es una de las provincias con mayor patrimonio industrial de la Península, una consecuencia directa de estar entre el Levante y el centro de España, así como de ser una región agrícola avanzada. Entre estos pequeños monumentos ateos y funcionales, destaca el gigantesco pozo de nieve de Alpera, una construcción semiesférica situada en las eras de este pueblecito que se utilizaba para la producción, almacenamiento y venta de hielo. Por su aspecto, parece un gran iglú hecho de piedras que milagrosamente se sostienen las unas a las otras para crear esta gran cúpula. Algo que adquiere más valor si se tiene en cuenta que su origen se remonta al siglo XVI. Tan raro que hasta parece extraterrestre, como si fueran las pirámides cañís (salvando las distancias) .

EL NACIMIENTO FLUVIAL MÁS ESPECTACULAR

Dentro de la lista de rincones naturales imprescindibles de nuestra geografía, el nacimiento del Río Mundo tiene un indiscutible lugar. Situado en plena sierra, cerca de la localidad de Riópar, este ‘parto’ natural tiene lugar sin cesárea y lo hace rodeado de una explosión de verdor. A este monopolio cromático, el agua y la geología le suman sus caprichos, ya que este río nace por el rebosamiento de una cueva de la que se conoce hasta 32 kilómetros. Luego, el torrente se desliza por una catarata de unos 300 metros de altura y va a dar a un pequeño estanque. A partir de aquí, el curso continúa por pequeños arroyos entre bosques que acaban formando un río fuerte y escultor. Más idílico y sobrecogedor, imposible. Ideal para enganchar a la naturaleza a los amantes de la ciencia ficción Avataresca.

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