Béjar, la villa de Salamanca donde se escapan las estrellas del blues

Lo tiene todo para ser la escapada perfecta: gastronomía, historia, música, naturaleza... y ¡que es Salamanca!
Iglesia de El Salvador en la plaza principal de Maldonado en Bjar provincia de Salamanca al fondo las montañas de Gata
Getty

La Sierra de Béjar es un paraíso para los que huyen de las playas y buscan refrescar su verano en plena naturaleza, entre piscinas naturales escondidas detrás de cascadas y vertiginosos riscos; o entre pueblos centenarios donde el turismo rural se come, se bebe y se baila. Todas esas notas se acomodan juntas en nuestro pentagrama particular de viaje, conformando una melodía perfecta que tiene nombre ilustre: La villa salmantina de Béjar.

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Atrás quedan las montañas, la Garganta del Oso y los castañares para llegar a una de las ciudades que más importancia tuvo históricamente dentro de la provincia de Salamanca. A primera vista la villa se luce sobria, con sus casas de piedra tan típicas de la arquitectura castellana, tan sobrias como el carácter salmantino, muy perceptible en los bejaranos, que ya se han acostumbrado al ir y venir de viajeros que quieren descubrir sus tesoros.

Sierra de Béjar, Salamanca.Alamy

Pero esa sobriedad se disipa una vez que alcanzamos las murallas y nos dejamos llevar por una ciudad que ha sido cincelada por la historia y por la casa de los Zúñiga, ya que Don Álvaro Zúñiga además de ser Duque de Plasencia, también lo fue de Béjar. Los Zúñiga impulsaron en Béjar la industria textil gracias a los tejidos que se traían de Flandes, lo que propició una gran prosperidad. Béjar se convirtió en una ciudad que levantaría grandes edificios y templos religiosos, convirtiéndose en cierto referente comercial en la Edad Media.

Para desgranar la historia de Béjar lo mejor es dirigirse al Parque de la Corredera, lugar donde se ubica la Oficina de Turismo. Es el mejor punto de partida porque hay diversas rutas históricas por la ciudad de Béjar y allí es donde mejor te lo pueden explicar. 

Fuente en Béjar, Salamanca.Alamy

SOBRIEDAD, MURALLAS Y ESENCIA SEFARDÍ

Béjar es una villa alargada por lo que, a diferencia de sus vecinas Plasencia o Salamanca, no se recorre callejeando demasiado. Saliendo de la Oficina de Turismo hay que bordear el Parque de la Corredera para llegar a la Plaza de España, lugar al que regresaremos al terminar la ruta para comer en Mesón Antonio, uno de los imprescindibles de Béjar.

Nuestro cometido es llegar a la Muralla atravesando las bonitas calles de Béjar, pasando primero por la iglesia de San Juan Bautista, un bonito templo románico del siglo XIII y que en siglo XVI sufrió una remodelación hacia el renacimiento. Es muy peculiar el olor a madera vieja que despide su interior. Un poco más arriba se encuentra el Museo Valeriano Salas, una preciosa colección de obras de arte que se exponen en lo que fue un antiguo convento que ostenta el poderoso escudo de la familia Zúñiga.

Muralla de Béjar.Alamy

No es el único museo de la ciudad. En Béjar se pueden encontrar varios museos, siendo el de Mateo Hernández uno de los más representativos. El homenaje que hace la villa a éste, uno de sus bejaranos más ilustres, se levanta sobre la antigua Iglesia de San Gil, de la que aún conserva algunas reminiscencias dignas de ver. Por el camino, justo antes de llegar, te encontrarás con el bonito Teatro Cervantes al bajar por la calle Olleros, un precioso teatro de estilo isabelino que data del año 1857, contemporáneo del Teatro Calderón de Madrid (1864) y del Liceo de Barcelona (1847), de los más antiguos de nuestro país.

Siguiendo la calle Mayor de Pardiñas se alcanza la Plaza Mayor, lugar donde hay que hacer una parada algo más extensa. El Palacio Ducal aparece casi de la nada, dando la sensación de que es una fortaleza defensiva. Y no estaríamos desencaminados porque originalmente fue un castillo fortaleza árabe del siglo XIII para defender la ciudad. Pero a los Zúñiga les pirraban las cosas bonitas y bien hechas así que decidieron remodelar el castillo y convertirlo en un palacete renacentista que luciera moderno para la época y, ante todo, muy elegante.

Vista nocturna de Béjar.iStock

Por desgracia el Palacio no se puede visitar en su totalidad ya que actualmente es un centro de
enseñanza, pero si se puede observar el torreón. Desde aquí bajamos las escaleras hasta llegar a la desgraciada Iglesia de El Salvador, un antiquísimo templo gótico de finales del siglo XII que perdió todo su artesonado en un incendio en 1936.

Muy cerca se encuentra la Iglesia de Santa María la Mayor, cruzando lo que en su día fue el hogar de la comunidad judía de Béjar. Los judíos jugaron un papel muy importante en la ciudad salmantina, y muestra de ello es el Museo Judío David Melul, a tres pasos de esta iglesia, un lugar donde poder desgranar parte del apasionante pasado de la villa. La judería de Béjar fue en su día un hervidero de comerciantes y artesanos que permitieron el florecimiento económico de la ciudad aunque hoy en día apenas nada queda de aquel esplendor.

Iglesia de El Salvador en la plaza principal de Maldonado en Béjar, provincia de Salamanca. Al fondo, las montañas de Gata.Getty

Desde aquí y a pocos pasos llegamos a la muralla, el final de nuestra ruta y lugar desde donde poder hacer las fotografías más bellas del viaje. La muralla medieval de Béjar originariamente pertenecía a la fortaleza árabe que existía previa a la Reconquista. Solo conserva dos puertas y se pueden recorrer desde arriba de lado a lado en unos quince minutos, tiempo más que suficiente para hacer hambre y buscar un buen sitio para comer.

GASTRONOMÍA PARA TODOS LOS BOLSILLOS

Una de las cosas que encontramos en esta parte de Salamanca es que su mesa comparte muchas cosas con la gastronomía extremeña. Con el calor apetece bien un zorongollo fresquito, una ensalada de pimiento morrón que tiene mucho apego en Cáceres y que aquí también se hace presente. Como las perrunillas y el buen jamón. Aunque como buenos castellanos, los bejaranos se decantan por las carnes al horno y a las brasas, más si vienen de cabrito o lechazo.

La Plaza Mayor es un buen sitio para disfrutar de la gastronomía bejarana. Un lugar para no fallar es el Restaurante Pavón, que tiene una terraza en la misma plaza para abrir boca con unas buenas tapas. Frente a Pavón y pegado al ayuntamiento se encuentra el Abrasador de Armando, un paraíso para los meatlovers que quieren ver materializadas sus fantasías en una parrilla, y de la parrilla al plato. Además de que las cantidades son muy generosas, el producto con el que trabajan es suyo. Saben lo que ofrecen.

Iglesia del Salvador.Alamy

Obviamente ni que decir que Mesón Antonio (Libertad, 22) es parada obligatoria sí o sí. Se encuentra a pocos metros de la Plaza Mayor y es un verdadero templo de la cuchara, del cochinillo, de las revolconas y de postres de la abuela. Eso sí, el sitio es muy pequeño, así que
para comer allí hay que espabilarse.

Si vais con el presupuesto ajustado, hay otras opciones en los aledaños del Campo de futbol de Béjar. El Mesón el Bosque (Obispo Zarranz y Pueyo, 62) y el Restaurante La Plata (Recreo, 93) son el sitio al que debéis dirigiros si queréis tapear a buen precio. Vinos de Salamanca, carnes a la parrilla, postres caseros sin miramientos,... no se puede pedir más.

¡MÁS PLANES!

En Béjar hubo una actividad textil tan prolífica que llegó a ser uno de los focos de mayor producción de España. Hoy en día muchas de aquellas fábricas están extinguidas pero existe una ruta de las fabricas textiles para conocer mejor ese episodio de la historia de Béjar. En la Oficina de Turismo os dan toda la información.

La plaza de toros de Béjar se conoce como “La Ancianita” y esto es porque es una de las plazas de toros más antiguas de España. Su construcción data del año 1711 y está declarada Bien de Interés Cultural desde el año 1997. Entre los días 14 y 17 de julio se convierte en un escenario gigante ya que allí se celebra el famoso Festival Internacional de Blues de Castilla y León, una cita con la música que hay que vivir una vez en la vida.

La piscina natural Puente del Congosto es una de las piscinas de la Sierra de Béjar que mejor
te ayudará a mitigar el calor y las altas temperaturas. No queda lejos de Béjar y bien merece un
día de domingueo en toda regla.

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