El alcornoque y el vino: historia de una vieja amistad

09 Junio 2023
Alcornoque

Por Jose Luis Gallego. Divulgador ambiental (@ecogallego)

El género Quercus agrupa a las especies de árboles más representativas del bosque mediterráneo, como el roble, la encina, el quejigo, la coscoja o el alcornoque. Se trata de árboles autóctonos, perfectamente adaptados a nuestro clima, que antaño cubrían buena parte del territorio peninsular, pero que en los últimos tiempos han experimentado un retroceso frente a otras especies introducidas por el hombre para su aprovechamiento silvícola.  

Mucho menor que el roble y la encina, el alcornoque (Quercus suber) es un árbol de tamaño medio, copa abierta y estampa envejecida. A ello contribuye la corteza rugosa que cubre su tronco retorcido y bajo: el corcho, un material aprovechado por el hombre desde antaño. Debido a ello, los alcornoques en explotación corchera muestran el tronco desnudo. Si la extracción se ha producido recientemente la coloración del tronco es anaranjada, tornándose marrón oscuro con el paso del tiempo.  

Su hoja es perenne, pequeña, lisa y ovalada, sin hendiduras, con el haz verde brillante y el envés pálido. Sus frutos, las bellotas, son dulces (aunque algo menos que las de la encina) y ofrecen un alimento muy nutritivo a diferentes animales del bosque: desde el lirón al jabalí; de la grulla al ciervo, lo que convierte a los alcornocales en una de las mayores despensas de nuestra naturaleza. En las dehesas dan sustento al ganado que pasta bajo sus copas, especialmente el cerdo ibérico. 

 

Alcornoque
Alcornoques en explotación en el Parque Natural de los Alcornocales, Cádiz (Fotografía: Jose Luis Gallego) 

 

Aunque el aprovechamiento más conocido del alcornoque es el corcho, la corteza que recubre el tronco del alcornoque y lo protege de las más rigurosas inclemencias, incluido el fuego. Un tipo de explotación que no perjudica en absoluto al árbol: al contrario, contribuye a su saneamiento y mejor desarrollo, dando origen a una de las labores más antiguas de nuestros campos.  

Una actividad milenaria que hoy en día sigue fijando población en el medio rural, donde contribuye a generar más de 100.000 empleos directos en los principales países productores, como España, Portugal, Argelia, Marruecos, Italia, Francia o Túnez, entre otros. 

Pero más allá de dinamizar la economía rural, la industria del corcho contribuye directamente a la conservación de nuestra biodiversidad, pues el alcornocal forma una de las arboledas autóctonas más características del bosque mediterráneo, ya sea en dehesa o en bosque silvestre, dando cobijo a un sinfín de especies de la fauna ibérica, algunas tan amenazadas como el águila imperial, el buitre negro o el lince ibérico.  

Además, el aprovechamiento sostenible de los alcornocales contribuye al desarrollo de otros sectores del mundo rural como el de la artesanía, la elaboración de alimentos o el turismo de naturaleza, todo ello en un excelente ejemplo de simbiosis entre el ser humano y la naturaleza, de economía circular y de desarrollo sostenible. 
 

Alcornoque
El corcho es la corteza del alcornoque (Fotografía: Jose Luis Gallego

 

Por último, quisiera destacar que no existe mayor vínculo cultural, histórico y tradicional como el que une a la industria del corcho con la industria del vino. Una vieja historia de amistad que tiene su origen en los albores de nuestra cultura y que se ha mantenido viva a lo largo de los siglos. 

El tapón de corcho ha venido conservando el vino desde siempre, dando forma a una de las aplicaciones más características, populares y naturales de la industria corchera. No en vano recibe el mismo nombre, descorchar, el acto de abrir una botella de vino que la acción de extraer la corteza del alcornoque.  

Debido a ello, al estrecho lazo que une al corcho, el vino y la naturaleza, las organizaciones conservacionistas llevan años desarrollando campañas divulgativas para pedir que el vino se siga tapando con este material cien por cien natural, reciclable y cuyo aprovechamiento no solo no perjudica al árbol, sino que contribuye a su desarrollo y el del mundo rural.