Terrible abordaje

Por Juan García (Todo a Babor)

Jabeque mercante español
Jabeque mercante español Jabal, entrando en puerto. Pintado por José Pineda (1837-1907)

No podemos imaginarnos, por mucho que leamos historias de abordajes y combates navales, lo terrible que tenía que ser enfrentarse en un abordaje cuerpo a cuerpo, con sanguinarios piratas o corsarios, más aun cuando estos eran salvajes piratas berberiscos cuya crueldad era bien conocida por la gente de la costa de levante. 

La historia de hoy nos trae la carnicería de uno de estos encuentros, en los que no hay más huida que la lucha hasta el final. Vencer o morir.

La mañana del día 14 de noviembre de 1785 se encontraba navegando el jabeque mercante español nombrado la Santísima Trinidad y Ánimas, bajo el mando del patrón Bartolomé Riera y que llevaba como tripulación a 19 hombres y a 23 pasajeros, a 5 leguas de Calafiguera, cuando divisaron un pingue argelino muy veloz que se les venía encima.

Desde el jabeque se hizo todo lo posible por intentar zafarse de la caza, incluso con el remolque de la lancha, pero no fue posible debido al mayor andar de la embarcación argelina.

Estando ya muy cerca desde el mercante español sólo se pudo hacer fuego de fusilería y con los dos únicos cañones de 8 y 4 libras. El pingue argelino embistió al jabeque y metió dentro entre 80 y 100 hombres.

Riera sólo pudo hacer que su gente se retirara a popa para atrincherarse debido a su inferioridad numérica. Los marineros hicieron frente a la horda berberisca mientras que los pasajeros, asustados y aterrados, se refugiaban más a popa intentando resguardarse.

Eso, como veremos seguidamente, les costaría la vida a la mayoría.

En esta situación, con poco espacio en la popa, obligaron a los argelinos a pasar poco a poco y así evitar que estos entraran en tromba. Una especie de Termópilas naval. Aun así, fue un sangriento combate con fusiles, pistolas, sables y chuzos, logrando quedasen solo con vida unos 6 o 7 piratas.

Todo parecía ir bien. Era posible rechazar a esa gentuza. Los españoles avanzaron entonces hacia la cubierta disparando antes un cañonazo con metralla.

Pero la mala fortuna hizo que este disparo incendiase los frascos de pólvora que había derramados en la proa, corriendo el fuego a las velas y a la Santa Bárbara, con lo que voló la popa del jabeque. De resultas murieron en la terrible explosión 7 marineros y 19 pasajeros que se encontraban resguardados en aquel paraje.

También murieron los argelinos que quedaban a bordo. Sólo se salvaron el patrón Riera con 12 marineros y 4 pasajeros, que muy mal heridos pudieron llegar a la costa de Ibiza en la lancha, que ellos mismos no sabían ni como pudieron tomarla.

  • Fuente: Gaceta de Madrid

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