Si has ido al hospital, o a una consulta médica o alguna vez has tenido que ser atendido por un doctor, es muy seguro que también hayas sido atendido por una enfermera o enfermero, y es seguro que quisieron decirte una de estas 10 cosas, pero no pudieron.
Aunque a la mayoría de ellos les encanta trabajar con sus pacientes, sin duda hay quien suele colmarles la paciencia con estos errores, que sólo hacen más difícil su trabajo y entorpecen la atención que puedan darte.
Así que toma nota de los típicos errores que cometen los pacientes y que las y los enfermeros desearían contarte, pero, por amabilidad y profesionalismo, no lo hacen. Quizá en tu siguiente visita al médico puedas evitar estas malas conductas.
1. No creas que siempre eres una prioridad
Enfadarte con ellos porque no atienden tu dolor de garganta antes que al paciente que llegó una dolencia más grave no sirve de nada, aunque lleves mucho tiempo esperando, pues dan la mayor prioridad a quien los necesita más urgentemente.
"Podría tener otro paciente que me necesite ahora o, de lo contrario, algo malo podría pasar. No estoy eliminando sus necesidades, pero no es una prioridad", afirmó Mayte, una enfermera de Iowa a Business Insider.
2. El hospital no es un hotel
"Algunos realmente piensan que el hospital es un hotel y solo estamos esperando para estar a su servicio. Caminaré por un pasillo con sangre de otro paciente, y la gente me detendrá y me pedirá que les traiga nuevas sábanas inmediatamente", afirmó una enfermera anónima.
Los hospitales no son estancias donde las enfermeras son tus empleadas. Y tampoco les cae de maravilla que les grites "¡Enfermera!" cada cinco minutos para que corran a atenderte, como si se tratara de un mesero en un restaurante.
3. No son aprendices
Las y los enfermeros no disfrutan cuando subestimas su profesión. "No puedo tratar con los pacientes que ponen en duda tus habilidades porque te ven muy joven y no quieren que les atiendas", afirmó una enfermera anónima al sitio Verne del El País.
"Lo que más me molesta es cuando te llaman para pedirte algo en plan de: 'Guapa', 'niña', 'chica'. Sobre todo cuando ya te has presentado por tu nombre y como su enfermera", afirmó otra profesional anónima a Verne.
4. No son médicos frustrados
A las y los enfermeros tampoco les agradan las comparaciones con los médicos y menos aún cuando se les insinúa que son enfermeros porque no pudieron ser doctores, eso realmente les molesta.
"Y, sin embargo, cuántas veces han confundido a un enfermero o a un celador con el médico sólo por la apariencia. Hay muchos prejuicios", contó otra enfermera anónima a Verne.
5. Tu impuntualidad les cuesta mucho
Las y los enfermeros tienen horarios muy apretados y casi siempre turnos muy largos y pesados, que hace sus jornadas muy estresantes. Pero lo que les causa aún más estrés es que llegues tarde a tus citas.
Esto les causa muchos problemas porque complica sus horarios. "Cuando se presenta una hora tarde, afecta a todo el personal", dijo Melissa, enfermera en un hospital en Oklahoma a Business Insider.
6. Ellos saben más que la primera página de Google que encontraste sobre tu dolencia
Este es otro asunto que les colma la paciencia los enfermeros, cuando sus pacientes creen que saben más sobre sus enfermedades que los profesionales, sólo por haber consultado alguna página en Google.
Además, no por ser fanático de las series de televisión sobre médicos, eso te hace un especialista. "Por favor, no me digas dónde colocar la intravenosa, si no creo que pueda ponerla donde tú quieres, no debería ponerla allí", dijo Laura, una enfermera de Michigan.
"Pero no es solo la televisión e internet. También vale más lo que diga la vecina del quinto piso. Cualquiera antes que nosotras", afirmó otra enfermera a Verne.
7. Deberías ser más concisa al hablarles de tu historial
A todas las enfermeras les encantaría que fueras lo más clara y rápida posible al hablarles de tu historial clínico y los medicamentos que tomas, pues sólo cuentan con unos minutos para registrarlo.
"Necesitamos esa información de manera concisa y rápida para que podamos ponerla toda en el registro médico electrónico para el resto del equipo médico", dijo Ann, enfermera de Carolina del Norte a Insider.
8. A diferencia tuya, ellos prefieren a los médicos más jóvenes
"Se nota bastante que los médicos jóvenes sí tienen más mentalidad de trabajo en equipo. Hay muchos de la vieja escuela que no cuentan con nosotras para nada", afirmó una enfermera al sitio Verne.
Además, cuando un enfermero te insta buscar una segunda opinión, deberías hacer caso. "Eso significa que personalmente yo no permitiría que el médico me toque", dijo David, enfermero de quirófano en Arizona a Insider. Esto porque muchos pacientes no saben cuando tienen un mal doctor.
Ese fue el caso de Amanda Kabbabe, cuyos médicos ignoraron sus síntomas y dolores estomacales, hasta que finalmente fue diagnosticada con cáncer de ovario y tuvieron que retirarle un tumor.
Otros enfermeros también han tenido que presenciar actos de negligencia en el quirófano, como el caso de una mujer en Montauban, Francia, donde varios enfermeros testificaron sobre las malas prácticas de un obstetra, las cuales dejaron estéril a una paciente tras un parto.
9. También tienen días malos
Las enfermeras también desearían decirte que son seres humanos como tú. "Estoy cansada. No he tenido un descanso en ocho horas y me pierdo el primer juego de mi hija esta noche", contó Meghan, enfermera de Ohio a Insider.
"Mi esposo está enfermo y acaba de perder su trabajo. Estoy preocupada por mi familia. Las enfermeras son personas, tenemos familias. Dejé a mi familia por cuidar de usted. Por favor, sea educado", pidió Meghan.
10. Muestra la amabilidad y respeto que te gustaría que te mostraran
Debido a que deben tratar directamente con los pacientes, uno de sus mayores retos es tratar con las groserías. Amy, una enfermera de Texas, dijo a Insider que las enfermeras "toleran mucho abuso verbal y físico por parte de los pacientes y, a veces, de los médicos".
"Te tratamos mejor cuando eres educado", afirmó una enfermera anónima de Pensilvania a Insider. Así que vale la pena ser tan amables con ellas como te gustaría que lo fueran contigo, después de todo, su trabajo no es nada fácil.
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