Articulo escrito por Esteban Gallego.
Nuestra afición son las armas y su conocimiento, por lo tanto vamos a inaugurar una nueva linea del blog. En ella intentaremos dar contestación a aquellas dudas que nos surgen sobre el funcionamiento de los dispositivos internos de las armas de fuego. A través de esta serie de artículos, profundizaremos en el conocimiento de los grupos y mecanismos principales así como en la comprensión de sus funcionamientos combinados.
A lo largo del tiempo se han ido sucediendo diferentes métodos para que corredera y cañón permanezcan solidarios durante el disparo. Debido a su importancia, me gustaría empezar este apartado con un artículo sobre los sistemas de acerrojamiento de las pistolas.
Cuando disparamos un arma, la presión de los gases procedentes de la combustión de la pólvora es tan grande que el cañón y la corredera deben permanecer bloqueados hasta que la bala salga del ánima.
Si las pistolas no tuvieran un sistema de acerrojamiento, al retroceder la corredera después de disparo, la bala aun estaría recorriendo el cañón, con lo cual permanecería lleno de gases a gran presión. Estos gases empujarían al casquillo fuera de la recamara, por lo tanto sus paredes de latón dejarían de estar protegidas y reventaría debido a las altas presiones, quedando el arma inservible.
Este sistema de mantener solidarios cañón y corredera es lo que se conoce como sistema de acerrojado. Como vamos a ver, en las armas automáticas y semiautomáticas se han desarrollado múltiples métodos para acerrojar el cañón y solventar el problema de mantener casquillo dentro de la recamara durante el disparo.
En 1883 Maxim consiguió que el cañón de su ametralladora retrocediese una corta distancia mientras permanecía solidario al cierre. Esto permitía que disminuyese la presión con lo que se evitaba la ruptura de la vaina, a continuación el cierre se desbloqueaba y continuaba el movimiento hacia atrás comprimiendo un resorte helicoidal que acumulaba la energía para después lanzarlo hacia delante y así recoger un nuevo cartucho e introducirlo en la recámara. Las armas que provechaban la fuerza del retroceso para hacer funcionar sus automatismos habían llegado para quedarse.
La ametralladora Maxim fue inventada en 1883 por Sir Hiram Maxim (1840-1916) Esta fue la primera ametralladora pesada automática y era capaz de disparar hasta 600 cartuchos por minuto.
El perfeccionamiento de los cartuchos de fuego central cargados con pólvora sin humo y balas blindadas hizo posible la reducción de este sistema de carga automática a un tamaño aplicable a las pistolas. Esas primitivas pistolas semiautomáticas utilizaban sistemas basados en los de los fusiles o ametralladoras. Una de las primeras que tuvo éxito comercial fue construida por Hugo Borchardt en 1893 pero aquel sistema no perduraría mucho en el tiempo.
Como no podía ser de otra manera, es John Browning quien soluciona problema de acerrojado con un mecanismo sencillo, fácil de limpiar, bastante fiable y económico a la hora de producirlo. Por estas razones, a pesar de haberse ideado sistemas más sofisticados, el de Browning y sus variantes son los preferidos por la mayoría de los fabricantes.
Por no extenderme con más pinceladas de historia, a continuación voy a enumerar los sistemas de cierre habituales, dando algunos ejemplos de las armas muy conocidas que los utilizan. Seguidamente voy a ir realizando una descripción de cada uno de estos sistemas que podéis leer al pinchar los enlaces siguientes: