Prepárate para esquiar

Prepárate para esquiar

Prepárate para esquiar / SPORT

Carme Barceló

Carme Barceló

Preparar el cuerpo para esquiar es imprescindible para afrontar la temporada con un riesgo mínimo de lesiones y evitar malos movimientos que aumenten la presión sobre huesos y articulaciones. A máxima velocidad, una buena forma física ayuda a tomar mejores decisiones.

El entrenamiento durante las semanas previas debe ser multifactorial ya que es necesario trabajar la flexibilidad, la fuerza, la velocidad y la resistencia. Lo que se recomienda, sobre todo, es entrenar la fuerza máxima y la fuerza resistencia, además de hacer ejercicios específicos para mejorar el equilibrio, entrenando en diferentes superficies inestables.

HIIT o ejercicios de alta intensidad por intervalos: son una excelente herramienta para mejorar el tono muscular general y ganar fuerza.

Ejercicios aeróbicos: ir en bicicleta, correr o nadar son prácticas ideales para conseguir una buena forma aeróbica, sinónimo de una mayor eficacia del deporte y una mejor recuperación de cara a las jornadas de esquí.

Reforzar el tren inferior es el objetivo porque, junto con el core, esta musculatura es la que más interviene en la práctica del esquí. Los músculos implicados en sus movimientos son:

Cuádriceps: son los que más trabajan, los responsables de mantener las piernas en buena posición y de proteger las rodillas.

Isquiotibiales y glúteos: la posición flexionada que se mantiene en el esquí requiere una gran fuerza y control de estos dos grupos musculares, además de ser fundamentales en la correcta estabilización de la cadera y la rodilla.

Adductores y abductores: mantener los esquís alineados mientras se desciende a altas velocidades pone a trabajar estos músculos al 100%.

Gemelos: debido a la posición de bajada, los gemelos son los responsables (con ayuda de las botas) de que el cuerpo no se caiga hacia        adelante.

Abdominales y espalda: mantener el cuerpo en posición inclinada durante tanto tiempo y a altas velocidades no es sencillo, se necesita un fuerte control abdominal y el refuerzo de los músculos de la espalda para evitar dolores como las lumbalgias. Trabajar estos grupos musculares mejora la posición y proporciona una mayor estabilidad para disfrutar de un esquí más eficiente.

Brazos: mantener un buen tono en toda la musculatura de la cintura escapular ayuda a mantener estabilizada la articulación del hombro, lo que implica una mayor seguridad.

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