Judit Polgar: "Por ser mujer, tuve que demostrar mucho más que pertenecía a la élite"

Judit Polgar puede presumir de haber sido la mejor ajedrecista del mundo durante 26 años. Pero, más allá de su innegable talento sobre el tablero, la húngara cambió las reglas de un deporte en el que las mujeres eran miradas con recelo. No en vano, fue la única mujer que se hizo un hueco en el top ten absoluto.

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En una entrevista para el diario argentino Clarín, Polgar analizó sus inicios en el mundo del ajedrez, abordando abiertamente las dificultades que sufrió única y exclusivamente por su género. “Cuando yo tenía 8 o 9 años, era difícil aceptar y tolerar para los varones adultos que les hiciera pasar un mal rato, incluso posiblemente ganarles. Ellos decían que estaban enfermos o que tenían un mal día. Que yo había tenido suerte".

Las victorias de Polgar, tal como admitió la propia ajedrecista húngara, a menudo venían acompañadas por gestos reprobables por parte de sus rivales. "A veces mis contrincantes no me daban la mano o incluso apartaban las piezas con enfado”.

Polgar no escapó de estas actitudes a lo largo de su exitosa carrera profesional, en la que tuvo que recorrer un camino más duro que el resto. "Por ser mujer, tuve que demostrar que pertenecía a la elite muchas más veces que si hubiera sido un chico. Pero para mí fue algo muy natural jugar contra los hombres. Era más antinatural jugar solo contra mujeres".