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Todos los términos tratados en este volumen son, según lo indica el título,
peruanismos. Pero conviene esclarecer en qué sentido está aquí tomado dicho
término.
Habla local es, pues, la manera peculiar como se realiza o practica una
lengua en un lugar determinado: es igualmente habla local la de Madrid o la de
Burgos, la de Lima o la del Cuzco.
"Un giro nacido en Castilla no tiene más razón para prevalecer que un giro
nacido en Cundinamarca, o en Corrientes, o en Chihuahua, o en Vizcaya, o en
Valencia. La necia y torpe política metropolitana nos hizo perder las colonias, y
una no menos necia ni menos torpe conducta en cuestión de lengua y de literatura
podría hacernos
13
perder —si estas cosas se rigieran por procedimientos de escritores y literatos—
la hermandad espiritual" 1.
Desde el punto de vista del hablar concreto, la lengua general resulta solo
útil entelequia, y puede identificarse con el concepto general de lengua, entendida
como abstracción estructurada o sistema de isoglosas. Sin embargo, la lengua
general debe ser el medio de expresión conscientemente elegido en el caso del
ensayo, de la filosofía o de la ciencia. No así de la literatura: toda auténtica
creación literaria escapa a su férula, so pena de dejar de ser creación,
14
y aun literatura. La poesía, el teatro y, sobre todo, el cuento y la novela imponen
su propio lenguaje que casi siempre incluye —consciente o intuitivamente— una
buena proporción de expresiones de la correspondiente habla local. El hecho de
que algunas de las más notables creaciones modernas en lengua española re-
quieran un glosario explicativo, solo revela —dice Rosenblat— la insuficiencia de
nuestros diccionarios. Las expresiones locales no han sido nunca obstáculo para la
comprensión o para el goce literario, ni tampoco han impedido el reconocimiento
de la grandeza de una obra 7.
15
suponer que lo incorrecto de hoy llegue a ser lo correcto de mañana: la lengua está
en continuo fluir y las formas lingüísticas ascienden o descienden socialmente.
16
Pero hay, además de una latente norma de español de América, una norma
nacional en cada una de sus repúblicas. Dicha norma generalmente coincide con
el nivel culto del habla de sus respectivas capitales, y de nuevo son motivos
políticos, sociales o históricos, antes que propiamente lingüísticos, los que
determinan esta preeminencia. En el caso concreto del Perú, la norma lingüística
nacional coincide, pues, con el habla culta limeña, sin que eso signifique que ella
sea intrínsecamente superior a la de cualquier otra ciudad o región del país.
NIVELES DE HABLA
Como se ha visto en los párrafos precedentes, en el uso concreto del
lenguaje se entrecruzan los conceptos de lengua general, habla local y norma
lingüística, así como el criterio de corrección y el de niveles de habla.
17
concepto tradicional de lengua escrita, y aun con el de lengua literaria. Pero
puede también incluir la lengua oral del discurso, de la conferencia o de la
cátedra.
11 Menéndez Pidal, citado por Galmés de Fuentes, "El dialecto y la lengua general", en
PFLE II, pág. 132.
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estratos sociales superiores; deben ser motivo de reflexión los diversos factores
que están en la raíz de este importante hecho sociolingüístico 12.
Es obvio que no deben confundirse con la jerga del hampa las llamadas
jergas profesionales, es decir, la terminología y los modos de hablar específicos
correspondientes a un oficio, profesión o técnica: la jerga del albañil, la jerga del
zapatero, la jerga del médico o la del estadígrafo. En estos usos, por supuesto, la
palabra jerga no connota ningún matiz peyorativo.
13 Cfr. Martinet, Elementos de lingüística general, pág. 197 y Rosenblat, “El criterio de
corrección lingüística”, págs. 118-119.
19
TIPOS DE PERUANISMOS
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en él por deficiente información u olvido, sin que ello implique tácita condena o
proscripción del uso. Otros tantos aparecen con indicación regional americana que
excluye el nombre del Perú. Unos pocos, en fin, se consignan sin etimología ni
indicación dialectal, dando así la impresión de que se trata de palabras
tradicionales de uso general en la lengua.
EL ESPAÑOL DE AMÉRICA
16 Véase Rona, "El problema de la división del español americano en zonas dialectales",
en PFLE I, págs. 215-226.
21
pero luego muy desprestigiada 18, ha resurgido últimamente apoyada en nuevos y
seguros datos que no permiten seguir sosteniendo que las coincidencias entre el
español de América y el andaluz se explican por desarrollos paralelos, y por tanto
independientes 19.
18 La combatió con gran éxito Pedro Henríquez Ureña; véase "El supuesto andalucismo
de América", en Cuaderno I del Instituto de Filología de Buenos Aires (1925), págs. 114-
122; "Observaciones sobre el español en América", en RFE VIII (1921), págs. 357-390;
XVII (1930), 277-284; XVIII (1931), 120-148; Sobre el problema del andalucismo dialectal
de América, BDHA, Anejo I. Amado Alonso sigue todavía a Henríquez Ureña (véase "La
base lingüística del español americano", en Estudios lingüísticos. Temas
hispanoamericanos, págs. 7-72).
19 Véanse las obras citadas de Menéndez Pidal, Lapesa y Catalán. También Guitarte,
"Cuervo, Henríquez Ureña y la polémica sobre el andalucismo de América", en Thesaurus
XIV (1959), págs. 20-81.
22
20
En el plano fonético, el seseo —que fue históricamente ceceo — y el
yeísmo, hecho más tardío, menos general y menos característico.
23
2. La considerable cantidad de voces tradicionales de la lengua aplicadas en
América a seres, cosas y fenómenos distintos de los que designaban en España,
muchas veces sobre la base de una precaria o ilusoria semejanza. El europeo,
perdido en la inmensidad de un mundo nuevo, se aferraba, aunque solo fuera por
medio de las palabras, a su añorada realidad nativa. Decía Cuervo:
"No pocas veces hemos contemplado con ternura aquellos corazones de hierro de
los conquistadores reblandeciéndose al tender por primera vez la vista sobre
paisajes parecidos a los de su patria, y fingiendo en sus mezquinas chozas una
Cartagena y una Santa Fe, y, como para completar la ilusión, revistiendo en su
fantasía los campos con las flores y hierbas, testigos de sus juegos infantiles" 22.
Y dice Rosenblat:
24
como nada se conserva sin alterarse, algunos arcaísmos han sufrido luego una
dinamización interna o una deformación externa que los ha convertido en
verdaderos neologismos.
6. Los numerosos términos que en América han pasado del lenguaje forense
al habla común. Ello se explica por las especiales características de la conquista
española de América, concebida y realizada como empresa oficial, y también por
haberse conservado —y tal vez agudizado— en América la vieja debilidad
hispánica por el papeleo legal y burocrático 24.
25 Arona apuntaba los casos de arroyo, aldea, fuente, desplazados en el habla familiar
peruana por acequia, pueblo, pila (Diccionario de peruanismos, pág. XXXIV).
25
del abuso de voces genéricas que aluden a la cosa sin nombrarla claramente 26. A
causas fonéticas (homofonía resultante del seseo y consiguiente ambigüedad) se
debe el olvido de un grupo de palabras patrimoniales sustituidas en América por
sinónimos o por perífrasis 27. Es asimismo saltante el olvido de la terminología de
los oficios, sustituida por voces de la lengua común; Morínigo lo explica porque
los artesanos peninsulares tuvieron a menos seguir siéndolo en América y, como
consecuencia, fueron remplazados por neófitos, algunos de los cuales eran
indígenas con deficiente dominio del español 28.
27 Por ejemplo caza (sustituido por cacería para evitar la confusión con casa); cocer
(sustituido por cocinar para evitar la homofonía con coser); abrasar (desplazado por
quemar para evitar la homofonía con abrazar); etc.
28 Véase "La formación léxica regional hispanoamericana", en NRFH VII, 1-2, junio de
1953 (Homenaje a Amado Alonso, tomo I), págs. 234-241.
26
que se aprendieron tuvieron tiempo de consolidarse en la lengua y llegaron a pasar
31
a través del castellano a otras lenguas indígenas . Así se explica que
arahuaquismos como ají, maíz, cacique desplazaran en el área de sustrato quechua
a las correspondientes palabras de esa lengua (uchu, tsara, kuraka); lo mismo
sucedió con algunos aztequismos tales como camote (en quechua apichu).
EL CORPUS
32 Según cálculos de Humboldt, a principios del siglo XIX había más de cinco millones,
aparte de más de un millón de libertos (citado por Rosenblat, La población indígena y el
mestizaje en América, 2 vols.; II, pág. 161).
27
35
En la primera edición de Peruanismos dichos artículos aparecieron ya
revisados y ampliados (en algunos casos totalmente reelaborados) y con notas al
pie de página, no pertinentes en publicaciones periodísticas.
Martha Hildebrandt
28
ADVERTENCIA AL LECTOR
1. ORDEN ALFABÉTICO
1
Las palabras tratadas en este volumen aparecen ordenadas según el
alfabeto latino, hoy de uso internacional. Por tanto, las grafías dobles o
2
compuestas ch y ll carecen de apartado propio y son consideradas como la
sucesión de dos grafías simples: c más h y l más l, respectivamente. Está de más
decir que dicho ordenamiento no disminuye ni altera el pleno status de ch y ll
como fonemas de la lengua ni tiene efecto alguno sobre su pronunciación 3.
2 Correspondientes a dos fonemas palatales: africada sorda (ch) y lateral sonora (ll).
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que lo solicitado, la propuesta fue sistemáticamente rechazada, a pesar de contar
con el apoyo de ilustres académicos, algunos de los cuales —como don Julio
Casares— eran también notables lexicólogos y filólogos.
2. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Las obras son citadas, por primera vez, con nombre de autor, título
completo y lugar y fecha de edición (en las citas siguientes el título puede estar
abreviado). En la bibliografía se da, además, el nombre de la imprenta o empresa
editorial.
3. INDICACIONES Y SIGNOS
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b siguiendo aun número de página indica la columna de la
derecha.
* (asterisco) precediendo a una palabra indica que se trata de
una forma hipotética, es decir, no documentada.
> indica que la palabra siguiente procede de la anterior.
< indica que la palabra anterior procede de la siguiente.
"" (comillas dobles) enmarcan un texto citado.
'' (comillas simples) incluyen el significado de una palabra o
locución.
[] (corchetes) enmarcan un texto ajeno a aquel dentro del cual
aparecen.
[...] indican que parte del texto citado ha sido suprimido.
[sic] ('así' en latín) indica que de ese modo —y no por error o
errata— aparece el texto.
4. ABREVIATURAS Y SIGLAS
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n. nota al pie de página.
núm., núms. número(s).
ob. cit. obra citada.
§ párrafo, parágrafo.
pág., págs. página(s).
pl. plural.
s., ss. siglo(s).
S.E. Su Excelencia.
s/f sin fecha [de edición].
sing. singular.
ss. [y] siguientes [páginas].
s. v. (lat. sub voce) bajo el título o palabra; en el artículo o entrada.
t. también.
US. usía, useñoría.
v. verbo.
vol., vols. volumen, volúmenes.
vulg. vulgar.
32
ACÁPITE
Por una clara extensión de sentido, acápite llegó a hacerse luego sinónimo
de párrafo. Este uso también se documenta en el Perú desde fines del siglo XVIII,
en la sátira anónima contra el Virrey Amat titulada Drama de los Palanganas
Veterano y Bisoño
33
(1776): "y aquí empieza otro acápite" 1. Pero todavía a fines del XIX Arona no
podía entender que un latinismo como acápite no se conociera en España y se
preguntaba, entre asombrado e incrédulo:
ACOMEDIRSE
1 Pág. 33 de la 2.ª edición de Luis Alberto Sánchez. Véase acápite 'párrafo' en Palma,
Tradiciones peruanas completas, pág. 1046; "acápites de palo" en Vallejo, Obra poética
completa, pág. 301.
2 Diccionario de peruanismos, s. v.
4 Sal y pimienta, pág. 238. Véase también acomedirse en Gamarra, Cien años, pág.
166.
34
En otro artículo el mismo autor censura el despilfarro que significa la
costumbre de celebrar todo acontecimiento grato con champaña:
"Cumple años don Procopio, el jefe de la oficina tal o cual, y nunca falta un
acomedido subalterno, generalmente el más inutilón de la oficina, que empieza a
colectar, con tres semanas de anticipación, para una champañada en honor del
jefe" 1.
1 Pág. 215. En el texto del artículo, titulado El champaña, Blume repite muchas veces
la expresión acomedido subalterno.
2 En Antioquia hay una variante popular, acomidirse, que ha llegado a tomar el sentido
de 'compadecerse'.
3 Alvarado da acomedirse como "voz arcaica" y dice que se usa algo más acomedido
(Glosarios del bajo español en Venezuela. Segunda parte. Neologismos y arcaísmos, vol. III
de las Obras completas, 3 vols., s. v.).
4 Enrique Tovar consigna también el poco o nada usado verbo desacomedirse, que
remite a descomedirse sin precisar acepciones (Hacia el gran diccionario de la lengua
española, s. v.).
35
Arona, para quien el uso peruano de acomedirse implicaba una
36
La más temprana documentación de la forma americana con prefijo parece
ser una, mejicana, correspondiente a 1842. En tal año se reeditó —por cuarta
vez— esa verdadera joya de la tardía picaresca americana que es El Periquillo
Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi: digna contraparte, en el otro
extremo de América, de El lazarillo de ciegos caminantes de Concolorcorvo. En
El Periquillo Sarniento (la primera edición es de 1816) se documenta
abundantemente comedirse con el sentido, ya entonces olvidado en España, de
'ofrecerse a ayudar espontáneamente' (igualmente comedido 'servicial' y
comedimiento 'oficiosidad'). Así por ejemplo, cuando en su azarosa carrera el
antihéroe va a dar a casa de un barbero, relata:
"... me comedía a limpiar los paños, a tener la bacía y a hacer algo de lo que veía
hacer al aprendiz...".
Si, según dicho editor, la forma con prefijo era ya la más usual en Méjico
a principios del siglo XIX, puede suponerse que la preferencia de Lizardi por las
formas originales sin prefijo se haya debido a prejuicio purista o casticista.
AGUAITAR
1 Pág. 206 de la edición hecha en Méjico (Porrúa) en 1965; véanse también las págs.
120 y 288 (comedirse), 270 (comedido) y 147 (comedimiento).
2 Véase Corominas, Diccionario crítico etimológico, s. v. En el Drama de los Pa-
langanas (de origen incierto y fines del XVIII), aguaitar tiene todavía el sentido de 'mirar',
'observar abiertamente': "... aguaitando las casas de las Mujercillas que estaban a las puertas,
ventanas o galerías..." (pág. 61 de la 2.ª edición Sánchez).
Entre marineros catalanes se llamaba guaita cada uno de los cuatro turnos
de guardia nocturna. El término se extendió, durante el siglo XVI, a Castilla y
Portugal. Hoy guaita ha caído en desuso en castellano 1 y parece que su derivado
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aguaitar no fue, en ninguna época, corriente en la Península. Se usó algo en
Andalucía, y tuvo sobre todo vida en Navarra y Aragón, donde todavía hoy es de
habla rústica. Pero ya a principios del siglo XVII era aguaitar voz anticuada en
castellano 2.
Mientras tanto, la palabra había pasado a América junto con otros términos
del habla marinera; hoy se conserva en diversas regiones con su sentido
3
etimológico de 'vigilar, acechar' o con el muy próximo de 'atisbar, espiar', este
predominante en el Perú.
1 Valle Inclán lo usa en Tirano Banderas (pág. 174) con el sentido de 'centinela, vigía'.
2 El Diccionario de la Academia da como desusados solo los derivados aguaitador, -a
y aguaitamiento.
3 Véase este sentido en el Diario de Lima de Suardo (1629-1634), págs. 33 y 216. Un
Vocabulario de español a caribe de 1789 consigna aguayta 'centinela' y aguaytar 'hacer
centinela' (Lenguas de América, pág. 261).
4 Véase Rosenblat, Buenas y malas palabras en el castellano de Venezuela, 2.ª serie,
Caracas-Madrid 1960, págs. 126-129.
se lee en la prosa de buenos escritores (aun se recomienda como forma correcta
frente a la variante agüeitar, que es resultado de asimilación y se tiene por
vulgar).
38
"... los peruanos aguaitamos, del peruanismo aguaitar, mientras que los
españoles fisgonean, del verbo que no usamos los peruanos. Es un lío hacer
periodismo así, y hasta escribir un libro de recordar. En la literatura, en cambio,
uno está más cómodo..." 1.
AJOCHAR
1 Permiso para vivir. Antimemorias, pág. 340. Véanse también: Vallejo, Novelas y
cuentos completos, págs. 37, 69, 101, 200, 268 y Obra poética completa, págs. 114, 175,
261; Alegría, La serpiente de oro, págs. 138 y 167; Bryce, Un mundo para Julius, págs. 13,
260, 285, 321.
2 Véase Tradiciones, pág. 833.
3 Rasgos de pluma, pág. 124.
39
Por último, el narrador refiere cómo un hato de vacas vadea el Marañón:
"De las que nadaban, solo se distinguía la cabeza y los cuernos a modo de
paréntesis sobre la ondulada superficie del río. La mancha se fue angostando
hasta hacerse una fila, a la que contemplábamos los vallinos que fuimos a
curiosear y los dueños y los repunteros 1, que ya no insistían en ajochar a las
rezagadas" 2.
40
En el DRAE 2001, ajochar se registra referido al Perú con la acepción de
'presionar, perseguir, asediar'.
ALTURADO
En el Perú es corriente el uso del adjetivo alturado por elevado (en sentido
metafórico) con las connotaciones de 'digno', 'sereno', 'mesurado'. El término se
aplica sobre todo al lenguaje: "debate alturado", "respuesta alturada",
"intervención alturada". Ocasionalmente se refiere a sustantivos que no tienen
5
directa relación con el lenguaje: "civismo alturado", "actitud alturada" ,
"defensor alturado de sus ideas". Se oye poco el correspondiente adverbio
alturadamente.
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regresión; como en muchos otros, la formación del verbo no ha sido etapa previa
para la formación del adjetivo.
AMERITAR
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probable es que ameritar sea una formación directa sobre mérito: la formación de
verbos (sobre sustantivos o adjetivos) con el prefijo a- es recurso favorito del
castellano de América.
ANCHOVETA
La anchoveta fue materia prima de una industria que llego a poner al Perú
en el primer lugar mundial en cuanto a volumen total de pesca: la elaboración de
la llamada harina de pescado, compuesto orgánico de alto contenido proteínico,
muy apreciado para la nutrición animal en otros continentes y que ha resultado en
la virtual depredación de nuestras costas.
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Con la intuición —certera— de que la excepcional riqueza del mar peruano
se explica, al menos en parte, por la igualmente excepcional aridez de nuestra
costa, debida a la erosión, dice a mediados del siglo XVII el padre Cobo: "parece
quiso Nuestro Señor proveer a los moradores destas provincias marítimas del Perú
de remedio contra la esterilidad de sus tierras". Y dice luego:
"Cuando veo tan grande inmensidad de anchovetas en esta mar del sur, vengo a
sentir, que así como crió Dios la hierba en los campos para pasto de animales
terrestres, así también crió las anchovetas en la mar para sustento de los acuátiles;
porque todo género de pescado mayor y menor, con otra infinidad de aves
marinas, se mantienen déllas; y los pescadores no ponen de ordinario en los
anzuelos otra carnada o cebo que de anchovetas, para pescar todo género de
peces" 1.
"Suelen venir por esta costa del Perú tan espesos cardúmenes de anchovetas, que
navegando yo de Lima a Trujillo el año de 1627,
1 Véase Cobo, Historia del Nuevo Mundo, edición BAE, 2 vols., I, págs. 299-300. Una
anterior documentación de anchoveta ha sido señalada por José Luis Rivarola en la Relación
de Pedro Pizarro (ms. de 1571). Véase "Para la historia de los americanismos léxicos. A
propósito de una nueva versión de la Relación de Pedro Pizarro". En Filología, Año XX, 1
(pág. 79).
nos cercó el navío uno tan grande, que parecía una mancha negra el agua, y por
estar a la sazón en calma, las cogía la gente del navío a canastos, con no más
trabajo que meter los canastos de canto en la mar y sacarlos llenos de anchovetas.
En esta ciudad de Lima y en su comarca se gasta todo el año una gran cantidad de
anchovetas frescas, y se tiene por pescado regalado y de muy buen sabor; fuera
de que es gran socorro para la gente pobre, porque con un real de anchovetas
cena toda la gente de una casa, aunque sean diez o doce personas" 1.
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del siglo XV hasta los últimos años del XIX; es voz latina (en última instancia,
griega) que el castellano tomó del genovés, probablemente a través del catalán 2.
ÁNFORA
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"¿Qué han logrado los trabajadores con ir a depositar su voto en el ánfora de una
plazuela? Ni elegir al amo, porque toda elección nacional se decide por el fraude
o la violencia" 2.
Ánfora viene del griego amphoreús 3 'vaso grande con dos asas' a través del
latín amphora, de idéntico significado. En castellano la voz se documenta desde el
siglo XVI con el sentido de 'cántaro alto y estrecho de cuello largo con dos asas y
terminado en punta', asociado sobre todo al arte grecorromano. En la liturgia
católica se llaman ánforas las jarras o cántaros, generalmente de plata, en que el
obispo consagra los óleos el jueves santo.
("un gobierno surgido de las ánforas", etc.) llega a entenderse como símbolo del
proceso democrático. De otro lado, la palabra urna (por predominio de su
acepción de 'urna funeraria o cineraria') ha llegado a hacerse voz sinónima de
ataúd en el Perú y otras regiones de América 1; este hecho ha contribuido sin duda
al desplazamiento de urna por ánfora en los usos relacionados con el proceso
electoral.
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vida como urna electoral en conventos y universidades ligadas a aquellos 3 y pudo
terminar con la salida del uso fuera de esos ámbitos.
ANTIER
Durante el Siglo de Oro antier y anteayer alternan con otras variantes tales
como anteyer y antiyer 5 (esta última conservada en
3 Hasta hace más de medio siglo, en la vieja casa de San Marcos los exámenes finales
orales se rendían en el Salón de Grados, que conservaba su aspecto de antigua capilla —el
graduando sostenía su tesis desde el púlpito— y los números correspondientes a las balotas
('temas o puntos del programa' de la materia examinada) se extraían de un ánfora de plata,
especie de jarra o copón de ancha boca.
5 Véase Keniston, The Syntax of Castilian Prose. The Sixteenth Century, pág. 578.
Véase antiyer en González Prada, Letrillas, pág. 34.
47
Argentina 4; se emplea igualmente en Venezuela, en una de cuyas regiones (el
Alto Llano) tiene también el sentido de 'hace poco tiempo'.
APURARSE
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XVIII, se hicieron generales a principios del XIX y hoy llegan a todos los niveles
del habla 2.
Pero los nuevos usos americanos de apuro no han traído como consecuencia
el olvido de su significado de 'acoso, apremio, trance difícil', conservado sobre
todo en el plural: estar en apuros (o en un apuro), salir de apuros, meter(se) en
apuros, sacar de apuros, etc. Con estos usos de apuro se relaciona sin duda la
expresión en los quintos apurados, corriente en el Perú 3, la Argentina, Colombia
y Venezuela como equivalente de en los quintos infiernos.
ARMADA
En Nuestra pequeña historia José Gálvez relata la del Estanco del Tabaco,
establecido en Lima en 1753:
3 Véase "desde los quintos apurados" en Gamarra, Cien años, pág. 155.
"... se promulgó con todas las formalidades sonoras y legales del caso un bando
para anunciar el establecimiento del Estanco y se notificó a los particulares que
tuvieran ese producto para que lo vendieran en el plazo de quince días. Tasáronse
las existencias y se pagó la cuarta parte del valor al contado y el resto en armadas
semestrales" 1.
49
sentido general de 'escuadra, flota'. Es, en cambio, probable que dicha acepción se
relacione con otros usos figurados de armada o armarse que implican igualmente
idea de 'dinero'.
Un uso jergal del siglo XVI parece más directamente enlazado con los
nuestros: en germanía armada o armadilla era el dinero que un tahúr entregaba a
otro para que lo jugase en su nombre. Es de suponer que, si dicho procedimiento
se seguía a lo largo de una
1 Pág. 170.
2 Véase armarse con este último sentido en C. Palma, Crónicas, pág. 50.
ARRANCHAR
50
El soldado de entonces abusaba, tal vez más que ahora, de la hospitalidad
de la población civil, retribuyendo a veces su alojamiento con el saqueo. Esta
deplorable costumbre, a lo que parece arraigada entre los Tercios de Castilla, los
hizo odiados hasta el punto de desencadenar las sublevaciones de Flandes y
Cataluña. Los oficiales españoles, nada orgullosos de las depredaciones de sus
huestes —y, al mismo tiempo, quizá algo cínicos con respecto a ellas—
empezaron a usar en informes y comunicaciones el galicismo rancharse 'alojarse'
(aprendido antes en las campañas de Francia) como eufemismo para referirse al
saqueo.
2 Llega al nivel de la lengua literaria. Dice González Prada que el fraile español "al
mendigar, arrebata, arrancha el dinero y las especies" (en BCP 9**, pág. 319). Véase
arranchar [la novia] en Segura, Artículos, poesías y comedias, pág. 352. Arranchar(se) en
Vargas Llosa, Conversación en La Catedral, I, págs. 240, 242, 347.
Más tarde, tal vez a mediados del siglo XVIII, se formó sobre rancho
'vivienda' el verbo arrancharse, conservado en algunas regiones de América con
los sentidos de 'vivir juntos' o 'quedarse obstinadamente en un lugar'. Sobre la
nueva forma resurgió entonces la vieja idea del saqueo, pero ahora, como si
dijéramos, "individualizado". Arranchar tomó entonces el sentido de 'quitar algo
con violencia' que tiene hoy en el Perú, Ecuador, Cuba y la América Central.
Entre nosotros arranchón es el 'acto de arrebatar' y arranchadera equivale a
rebatiña; en Arequipa se documenta con equivalente valor nominal una forma
verbal reduplicada: arrancha-arrancha. En el Ecuador ir al arranche es 'reñir con
violencia por la distribución de alguna cosa'.
51
cacería humana. En una tradición ambientada en 1783, Palma habla de unos
2
mataperros (véase) que arranchaban polisones , y los llama por ello
3
arranchadores . En la actual modalidad del robo al escape, se llama en el Perú
arranchador al ladrón especializado en arrebatar bolsos, alhajas y teléfonos
móviles a transeúntes.
ATINGENCIA
52
Mientras tanto la tal atingencia no se encuentra en ningún diccionario de la
lengua" 1.
"¿podrá cabernos en la cabeza que nuestro pueblo [...] sea capaz de un salto atrás,
de remontarse al latín y formar un derivado culto, como en acápite, haciendo
caso omiso del castellano que es nuestro órgano de comunicación con esa lengua
muerta?" 2.
2 Ob. cit. s. v.
3 Véase Hildebrandt, La lengua de Bolívar, pág. 344 (t. Léxico de Bolívar, pág. 167).
53
1 En el Mercurio Peruano, II, pág. 291 (año 1791): "los jóvenes que se hallasen
atingidos de una pasión amorosa…". En El santo de Panchita, comedia escrita por Segura
con colaboración de Palma: "Ni a misa quiere que salga. / ¡Qué trabajo! Esa no es vida. / Así
es que estoy como galga, / tan flaca y tan atingida". (Acto I, escena V; en Segura, Artículos,
pág. 350). Véase "esta vida atingida y falsa" en Gamarra, Rasgos, pág. 20. El DRAE 2001
registra atingido, -da como bolivianismo con el sentido de "que está pasando por un
momento particularmente difícil".
2 Es muy curioso que un clérigo ilustrado, natural de las Islas Canarias, considere (en
1816) atingirse (con el sentido de 'afligirse') como una forma vulgar del castellano de
Arequipa. (Véase Enrique Carrión Ordóñez, La lengua en un texto de la Ilustración, págs.
93, 140, 194 y 419).
3 Véase Sarmiento, Facundo, págs. 298-299: "todos los que han tenido parte, noticia o
atingencia con el crimen…". Herrero Mayor censura el uso de atingir y de atingente
'referente' en la Argentina (Lengua, diccionario y estilo, pág. 52). También critica el uso el
purista Ragucci (Palabras enfermas y bárbaras, pág. 186).
AZAREARSE
Los usos peruanos de azarearse se explican por cruce de azorarse con azar.
54
Azorarse viene de azor nombre (de origen latino) de un ave rapaz diurna
usada en cetrería. Azorar era originalmente 'perseguir el azor' a palomas y otras
aves. De ese sentido literal surgieron sucesivamente los figurados 'hacer volver
salvaje', 'incitar, irritar' y 'turbar, sobresaltar', este último documentado ya en los
clásicos y hoy impuesto en la lengua general.
Por otra parte, azar viene del árabe zahr 'dado' y se usó primero en
castellano en relación con el juego de dados y la mala suerte en él. De allí salieron
los sentidos de 'mala suerte, desgracia en general', 'riesgo' (frecuente este en el
Siglo de Oro) y 'casualidad, caso fortuito' (usado sobre todo a partir del XVIII).
De azar 'desgracia' se derivó azarar 'traer desgracia' (primero en el juego y luego
en general), verbo que tuvo poca vitalidad en la lengua (se conserva en Andalucía
y Santo Domingo).
2 Véase Crónicas de Corrales, pág. 33. No está claro en cuál de sus dos sentidos lo usa
Vallejo ("Y me inspira rabia y me azarea"; Obra poética, pág. 178).
55
vitalidad de este sufijo muchos verbos acabados en -ar (como apuñalar) han
cambiado su terminación en América. Y otros tantos verbos nuevos se han
formado directamente con el sufijo -ear.
2 Azar conserva en el Perú ese sentido de 'inquietud, aprensión'. Tener azar a algo es
tenerle recelo supersticioso; el uso está sin duda en relación con el de tener azar por 'tener
recelo o repugnancia' que consigna Autoridades.
BAJA POLICÍA
56
encubre a veces sanciones arbitrarias —detención o deportación— ejercidas
contra políticos de oposición.
1 Véase baja policía en Valdelomar, Ensayo sobre la psicología del gallinazo, en BCP
9**, pág. 287 ("El gallinazo es una águila [sic] negra y pacífica que hace la baja policía");
Seoane, Hombres y rejas, pág. 283; Camino Calderón, Cuentos de la costa, pág. 28;
Sofocleto en dos columnas, págs. 92 y 118; Vargas Llosa, Conversación en La Catedral, I,
317; La señorita de Tacna, pág. 70.
3 Véase la distinción entre ambos usos a principios del siglo XIX en Hildebrandt, La
lengua de Bolívar, págs. 46-47 (t. Léxica de Bolívar, págs. 248-249).
Policía de Francia 1. En realidad Fouché creó lo que hoy se conoce como policía
política, generalmente basada en un eficiente servicio de inteligencia y
contrainteligencia y en un sistema organizado de espionaje interno.
BAQUIANO
Según la opinión más general, baquiano era el nombre arahuaco del guía; el
indigenismo se asimiló al castellano y se difundió por América a partir del primer
viaje de Colón.
57
La isla Española fue, como es sabido, el crisol del castellano de América 2.
Por eso los arahuaquismos, primeras palabras autóctonas incorporadas a la lengua
dominadora, calaron hondo en ella y se difundieron luego desde el Río Bravo
hasta la Tierra del Fuego.
1 El cargo equivalía, originalmente, solo a una subprefectura del Ministerio del Interior,
pero Fouché se hizo muy pronto de un poder tan grande que hizo decir a Talleyrand: "El
ministro de Policía es un hombre que se ocupa, en primera línea, de todos los asuntos que le
importan, y en segundo lugar, de todos los que no le importan" (véase Stefan Zweig,
Fouché. El genio tenebroso, capítulo IV y ss.).
2 Véase Alonso, "La base lingüística del español americano", en Estudios lingüísticos.
Temas hispanoamericanos.
3 Como canoa, huracán, cacique, maíz, hoy de la lengua general.
4 Así en el vocabulario de americanismos de Fray Pedro Simón: "Baquiano. Es hombre
versado en las cosas y tratos de las Indias, como son los que han estado ya algún tiempo en
ellas. Al contrario, chapetón". (Fray Pedro Simón y su Vocabulario de Americanismos.
Edición facsimilar de la "Tabla para la inteligencia de algunos vocablos" de las Noticias
Historiales, s. v.).
Baquiano amplió más tarde su sentido hasta hacerse sinónimo de experto,
perito en cualquier materia l: Bolívar llama al poeta José Joaquín de Olmedo
"baqueano de la carrera diplomática" 2. Esta variante con e se documenta desde el
siglo XVIII y se prefirió en el XIX por creérsela más correcta que baquiano 3. Sin
embargo, se debe precisamente a ultracorrección: la conciencia de que muchas
formas orales con el diptongo ia (linia, golpiar) se deben a pronunciación vulgar
de formas con ea (línea, golpear) induce a veces al hablante a "restaurar" un
grupo ea donde antes había legítimamente ia (espúreo por el correcto espurio es
un ejemplo semejante).
58
de baquía fueron propiamente, en su opinión, "los que quedaron de expediciones
anteriores, y por lo tanto conocían ya el país" (el árabe baqiya significaba 'el resto,
lo restante') 4.
BARCHILÓN
59
o auxilio. El vocativo se aplicó después a sus escasos ayudantes, y así el apellido
del exrebelde se convirtió en apelativo genérico de los que realizaban las mismas
tareas. La denominación, extendida más tarde desde Huamanga a buena parte del
virreinato, se ha usó ininterrumpidamente desde el siglo XVI hasta el XX 1.
BATEA
60
Pero en la actualidad la batea americana es, por antonomasia, el recipiente
en que se lava la ropa 7. Ni la moderna introducción de las máquinas para lavar ha
desplazado en el Perú expresiones como dar a la batea, echar a la batea 8 por 'dar
a lavar' o 'lavar' la
ropa. Que ni lava ni presta la batea se dice en Venezuela de quien, como el perro
del hortelano, ni come ni deja comer 1.
La batea tradicional era de madera; la de lavar ropa era en Lima "una pieza
de madera circular alta como una artesa, obra de tonelería hecha de duelas y aros
de fierro" 2. Esta descripción —que corresponde en parte a la de la herrada
española— es todavía válida, aunque siempre hubo variedades en cuanto a
material, tamaño, forma y usos de la batea americana 3.
61
americanos) que hoy se conserva en Venezuela y otras regiones de América. El
nombre se ha aplicado también, por semejanza, a otros objetos: cierta
embarcación plana y de bordes rectos, un vagón descubierto de ferrocarril (de
bordes bajos), el remolque de un camión (en Venezuela). Asimismo, se llama en
Loreto batea cierto pez fluvial de forma ovalada.
1 Otros modismos americanos son hacer cargar la batea 'tener de plantón' a uno,
tapársele la batea 'caer en un peligro imprevisto' (ambos argentinos) y salir con su batea de
babas 'salir con una necedad' (Méjico).
2 Arona, Diccionario de peruanismos, s. v.
3 Véanse bateas y bateítas de madera labrada en el Mercurio Peruano, tomo I, pág.
147. García Márquez relata, en El amor en los tiempos del cólera, que el doctor Juvenal
Urbino y su mujer, preocupados por el peligro de un posible resbalón en la ducha,
"mandaron a hacer una batea grande de guayacán macizo, donde Fermina Daza bañaba al
esposo con el mismo ritual de los hijos recién nacidos" (pág. 47).
BOCHINCHE
62
De buche, equivalente de buchada 'agua que llena la boca', habría salido
bochincho 'sorbo' (documentado en España en el siglo XVI) que tomó el sentido
de 'taberna' (conservado en Canarias, Asturias —buchinche— y Méjico) a causa
de lo mucho que en ella se bebe, y luego el de "baile, fiesta' (Méjico). De esta
acepción (o directamente de la de
1 Con sentidos diversos usa Valle Inclán bochinche en Tirano Banderas (págs. 27, 59,
72, 107, 109, 134).
2 Bochinche ha pasado, desde el Río de la Plata, al portugués del sur del Brasil y tiene
allí derivados como bochinchada y bochincheiro.
BORRADO
En su tradición titulada La niña del antojo Palma cuenta cómo las limeñas
satisfacían su curiosidad de visitar los conventos de frailes. Diez o doce tapadas
se presentaban a la puerta aduciendo el urgente antojo de una de ellas, a todas
luces en estado interesante; cuando el portero objetaba el crecido número de
acompañantes, otra explicaba:
"Todas somos de la familia: esta buena moza es su tía carnal; estas dos son sus
hermanas, que en la cara se les conoce; estas gordinfloncitas son sus primas por
parte de madre; yo y esta borradita sus sobrinas..." 3.
63
un cambio semántico sufrido por el participio de borrar 6, a causa de la apariencia
poco nítida que
2 Corominas incluye aquí el venezolano boche 'reprimenda, desaire, despido' que según
Rosenblat es uso metafórico basado en el juego de bolas (en italiano bocce). Véase Buenas y
malas palabras, 2.ª serie, págs. 234-237. Bochinche en íd. íd. 37-38.
5 Véase borrado o borrada en Blume, Sal y pimienta, pág. 19; Clemente Palma,
Crónicas de Corrales, pág. 201 ("quede para los sabios averiguar los métodos a emplear para
que la viruela no deje borrados a los niños"); Gálvez, Una Lima que se va, pág. 145. El
verbo borrarse 'picarse de viruelas', raro, se documenta en el Vocabulario políglota incaico,
s. v.
6 Que viene de borra 'lana' (y este del latín tardío burra, íd.), según Corominas
(Diccionario crítico etimológico, s. v.) o de borra 'hez de la tinta', según Cuervo (Dic-
cionario de construcción y régimen, 3 vols., I, s. v.). Parece apoyar esta última etimología el
andaluz borrado 'de color pardo oscuro', aplicado sobre todo a caballerías.
tienen las facciones del picado de viruelas. Puede haber tenido idéntico origen el
apodo de borrados aplicado a una subtribu de los coahuiltecas 1: es sabido que la
viruela hizo grandes estragos entre los aborígenes de América. Hay, al parecer,
una imagen análoga en el catalán y murciano borradura 'sarpullido'.
"Para decirlo de una vez: el Fiero Vásquez era un bandido. Una de las
particularidades de las abundantes que caracterizaban su extraña personalidad
consistía en que su apodo —a fuerza de calzar había pasado a ser nombre— no le
venía de su fiereza en la pelea, mucha por lo demás, sino de ser picado de
viruelas" 4.
De uso más circunscrito son saccho, que en Huánuco se aplica al que tiene
5
el rostro marcado por las cicatrices de la viruela o del acné y chipro, en
6
Ayacucho 'picado de viruelas' . En Arequipa patasca, cuyo sentido primario es
'guisado hecho a base de trigo hervido', se ha usado esporádicamente como apodo
equivalente de fiero. Lo mismo sucede en Lima con caucáu, literalmente 'cierto
guisado típico a base de mondongo'.
64
BOTAR
sentido de 'lanzar con fuerza' , pero acabó por restringirse a usos tales como botar
la pelota 'lanzarla con fuerza' o botar un barco 'echarlo al agua por primera vez'.
65
significado 4, se haya hecho equivalente de manirroto, derrochador 5. Botar
'despedir' de un empleo se documenta ya en 1790; en su artículo titulado Vida de
muchos o una semana bien empleada por un currutaco de Lima 6, el andaluz
Terralla anota (bajo lunes):
BROMA
1 Véase botar a los huérfanos por 'dejar en la Inclusa' en Segura, Comedias, 2 vols., II,
95. Tampoco es corriente hoy botar por 'rechazar, ahuyentar' documentado igualmente en
Segura: "bote usté ese pensamiento" (El resignado, acto II, escena XVII; en Artículos, pág.
66
215). En el Drama de los Palanganas, de 1776, se documenta botar con los sentidos de
'demoler' ("... Jaimillo, cuya economía era el botar, y reedificar lo que le parecía errado…";
pág. 71, ed. cit.) y 'desterrar' ("... el Niño, que él habría botado antes a Chile..."; íd. pág. 88).
Otros usos menos claros de botar y botarse en íd. íd. págs. 81 y 94.
2 Véase Vargas Llosa, Los jefes, pág. 107: "Tú no nadas mejor que nadie [...].
Cualquiera te deja botado". Véase también dejar botado en Ribeyro, Solo para fumadores,
pág. 51.
3 Véase Vargas Llosa, La casa verde, pág. 247: "¿De veras que en la selva andan
botadas las mujeres?".
4 Véase botadero en Blume, Sal y pimienta, pág. 217; Mejía, Ayer y hoy, pág. 141;
Arguedas, El Sexto, págs. 15, 28, 142, 143.
5 No se usan hoy, ni parecen haber sido corrientes en el Perú, los compuestos botalodo
y botafango que Malaret da como peruanismos y antillanismos (Diccionario de
americanismos, s. v.). Tal vez por influencia de botar, bocamanga se ha hecho en el Perú
botamanga.
67
acepción que puede deberse a desarrollo de la de 'engañar, embaucar' registrada en
el siglo XVIII 4. Ambos matices americanos de embromar se documentan ya, al
igual que broma, en las cartas de Bolívar 5.
68
1 Véase poner un cabe en Vargas Llosa, La ciudad y los perros, pág. 259. En Huánuco
se dice poner un cabo (Pulgar Vidal, Diccionario de huanuqueñismos, s. v.), tal vez por
cruce de cabo 'extremo' y extremidad 'miembro inferior, pie, pierna' (con que se pone el
cabe).
2 Cfr. echar cabe y dar cabe (también meter cabe) en Vargas Ugarte, Glosario de
peruanismos, s. v. Ni Palma ni Arona consignan todavía cabe; lo da ya Tovar (meter cabe en
Hacia el gran diccionario de la lengua española, s. v.).
3 Véase mataperro en este volumen.
4 Pág. 120.
5 El modismo como cancha significa 'a tutiplén, a porrillo'.
6 Ob. cit. pág. 121. Retreta 'concierto al aire libre ejecutado por una banda militar' es
americanismo muy difundido.
7 Véase más adelante trompada.
8 Cfr. faite en este volumen.
9 Diccionario folklórico del Perú, pág. 3.
CABULEAR
69
1 Corominas (Diccionario crítico etimológico, s. v. pellizcar) cita un uso de pegar un
cabe en Lope: "si la pecilga ['pellizca'] un garzón / le suele pegar un cabe" (El mejor alcalde
el rey, acto I, escena XII); sin embargo, no enumera el postverbal cabe entre los derivados
de caber. Autoridades ejemplifica tirar cabe en La pícara Justina y en El poder de la
amistad de Moreto.
2 El Diccionario de uso del español de María Moliner se limita a definir cabe como
"cierto lance del juego de la argolla", omitiendo expresiones y usos figurados.
1 Cabuleador es posterior.
2 Cien años, pág. 5; también íd. íd. págs. 6 y 8; patriocabulista, 6, 7; cabulista, 176;
cabulear, 54, 181; cabuleo, 144; cábula, 5, 8, 183. Véase también cábula, cabulista,
cabulear y cabuleo en Crónicas de Corrales [Clemente Palma].
70
3 Véase la asociación entre cábula y fábula en Segura: "a los que se aman sin cábulas /
no se les tuerce con fábulas" (Un juguete, acto I, escena V; en Artículos, pág. 258); "que un
hombre que todo es cábulas / no puede hablar sino fábulas" (La pelimuertada, versos 615 y
616; pág. 42). Véase también cábula en Percances de un remitido, acto III, escena I; Ña
Catita, acto II, escena XIV; El resignado, acto I, escena XII (respectivamente en Comedias,
II, 203 y 49; Artículos, 208).
5 Es, además, interesante la rica vida del portugués cábula: 'intriga' (en Portugal),
'pereza' y 'mala suerte' (en el Brasil); cabuloso 'estudiante que hace novillos' (en el Brasil);
pasar cábula 'hacer trampa en el aula' (en Brasil cabular); etc. Véase Fernandes, Dicionário
brasileiro contemporâneo, s. v.
CACHACO
71
1 Véase esta expresión en Gálvez, Una Lima que se va, pág. 148 y C. Palma, Crónicas
de Corrales, pág. 165.
2 Véanse C. Palma, ob. cit. págs. 44, 163, 206, 207; Seoane, Hombres y rejas, 132, 133
(cachaquitos); Alegría, Los perros hambrientos, págs. 34, 36, 70; Mejía, Ayer y hoy, 21;
Camino Calderón, Cuentos de la costa, 74; Vargas Llosa, La ciudad y los perros, págs. 155,
199, 200, 274, 299; La casa verde, 63, 191, 227, 228, 245, 246, 291, 292, 295, 327, 351; Los
cachorros, pág. 81.
Según datos del Diario de viaje del padre Blanco (acompañante del
presidente Orbegoso) cachaco era apodo de los juandedianos del Cuzco hacia
1825. En 1822 el prefecto de los betlemitas había sido asesinado en su propia
celda. Después de juzgados y fusilados los culpables (dos padres de la misma
orden) la sanción consistió en reunir a los betlemitas con los juandedianos para
hacer obras de hospital. El pueblo del Cuzco, que no olvidaba el crimen, apodó a
1
los betlemitas y juandedianos nacacos y cachacos, respectivamente. En nota a
esta última palabra, él autor —que conocía el quechua, a juzgar por su sistemática
traducción de topónimos— aclara su significado: "cosa que infunde terror" 2.
72
Antes de 1830 significaba 'desaliñado' y se aplicó por eso, como insulto, a
los jóvenes liberales que lucharon contra el general venezolano Urdaneta. El
triunfo de los cachacos ennobleció el apelativo, que llegó a tomar el significado
opuesto de 'elegante', 'petimetre' (con el cual ha pasado a los Andes de Venezuela
y al
1 Según Palma, el mote aplicado en dicha ocasión a los betlemitas fue naca; quería
decir 'degollador, verdugo' (Tradiciones, pág. 441).
2 En Documentos del Gran Mariscal D. Luis José de Orbegoso, vol. I, págs. 189-190.
Pero, se preguntará ¿por qué esa obsesión con el quechua? Pues porque lo
más probable es que cachaco sea, al fin y al cabo, un quechuismo —o dos
quechuismos.
73
'mujer del soldado', que parece estar en relación directa con el cachaco peruano; cachaco
'cierta variedad de plátano, grande y ordinaria' y cachacos 'rizos que caen sobre la frente y
sienes'; no es visible el nexo semántico entre estos dos últimos usos y los demás.
CACHARPAS
74
un temprano quechuismo del castellano que vuelve tardíamente al quechua con los
matices adquiridos en esa lengua.
"Cachaspalla, cachaspalla,
despáchalo, que se vaya;
que se vaya o no se vaya,
hagámosle cachaspalla" 3.
75
1 Neologismos y americanismos, s. v. En Papeletas lexicográficas, s. v. corrige también
el sentido de 'convite nocturno' con que la voz figuraba entonces en el Diccionario
académico, y aclara que es, opuestamente, matinal. La edición de 1956 ya registra
cacharpas y cacharpari adecuadamente.
2 En Artículos, págs. 321-333.
3 Ob. cit. pág. 323.
CACHIMBA
1 Véase fumar en cachimba en Valle Inclán, Tirano Banderas, págs. 116 y 123. En
replana cachimba es 'pistola' y también 'pene'. En Nicaragua significa 'cápsula o cartucho de
arma de fuego' y 'protuberancia en el tronco de un árbol'.
2 Se conoce en España; en Andalucía se llama cachimba una red de pescar, con aro,
que recuerda la forma de la taza de la pipa.
76
3 Lengua del África occidental perteneciente a la familia bantú (véase Meillet, Les
langues du monde, págs. 893 y 899). El préstamo puede haberse hecho a través del
portugués, idioma en que cachimbo tiene mucha vida.
4 Diccionario de peruanismos, s. v.
5 En Cuba se llama también cachimbo una vasija metálica usada en los ingenios
azucareros, y aun el ingenio mismo; como adjetivo cachimbo es 'despreciable' (véase
Suárez, Diccionario de voces cubanas, s. v.). En el Perú y otros países de América cachimbo
es nombre de diversos árboles.
6 En esta acepción se usa también el femenino cachimba.
por extensión a cualquier militar ridículo" 1. Cachimbo puede haber pasado, pues,
por las siguientes etapas de evolución semántica: 'pipa' > 'instrumento de boca' >
'ejecutante de un instrumento de boca' > 'músico' > 'músico de una banda militar'
> 'militar', con matiz despectivo 2. El nexo semántico entre esta serie de acepcio-
nes y la de 'estudiante universitario de primer año o ciclo' puede estar en el matiz
despectivo de 'chambón' implícito tanto en 'músico malo' como en 'estudiante
novato'.
CALATO
1 Ob. cit. s. v.
77
4 Véase calato por desnudo en Blume, Sal y pimienta, pág. 139; C. Palma, Crónicas de
Corrales, 48, 81, 117; Seoane, Hombres y rejas, 32, 146, 216 ("manos calatas"), 250;
Camino Calderón, Diccionario folklórico del Perú, pág. 145 (véase loma calata, es decir,
'pelada' en Cuentos de la costa del mismo autor, pág. 25); se oye algo la expresión figurada
al calato por al desnudo. Véase calatito en Sofocleto al pie de la letra, pág. 48 (Cupido ha
sido bautizado como el calatito de la flecha por el periodista Guido Monteverde). Calato
'pobretón' en Gamarra, Cien años, pág. 81 y Arguedas, Diamantes y pedernales. Agua, pág.
165. En replana, calato por quilate: oro de 18 calatos.
limeño que provinciano. Pero hoy campea en nuestra habla familiar en su sentido
literal (en el metafórico de 'pobrete', 'insolvente' va siendo desplazado por su
equivalente misio).
Calato viene del quechua q'ala 'desnudo', que ha pasado como cala al
castellano de diversas regiones. En Arequipa es general cala (sin diferenciación
genérica) por desnudo, -a; calapichar (compuesto de cala con el verbo quechua
píchay 'barrer' y la terminación castellana de infinitivo) equivale a pelar o
desplumar un jugador a otro. En relación con calapichar parece estar
calapitrinche
1 Véase calatear 'desnudar' en C. Palma, ob. cit. pág. 84 y 'desvalijar', sentido figurado
que señala dicho autor en el Glosario anexo a las Crónicas. Lo mismo sucede con
78
encalatarse 'arruinarse'; véase su sentido literal de 'desnudarse' en íd. íd. 182. También
calatearse 'desnudarse' en Bryce, Un mundo para Julius, págs. 90, 221, 294.
2 Véase Sofocleto en dos columnas, pág. 72.
3 Véase calatayú en Bryce, Permiso para vivir, pág. 218: "con las nalgas y las tetas al
viento en fin, muy provocativamente calatayú"; también calata en la misma página y
calatita en íd. íd. 215, 285.
4 Clemente Palma usa la expresión ver al diablo calato en ob. cit. 46 y 227. Vargas
Llosa emplea la variante ver a Judas calato en La ciudad y los perros, pág. 301.
5 Cfr. Camino Calderón, Diccionario folklórico, pág. 90.
'sujeto insignificante', de uso general en el Perú 1. Se usan igualmente en Arequipa
los compuestos híbridos cabizcala 'calvo' y patacala 'descalzo'. Con este último
sentido se emplea en la sierra del Perú y en el interior argentino el compuesto
calachaqui (chaqui es 'pie' en quechua).
79
El Diccionario moderno de Lira da 'kalato y 'kalata como neologismos aislados
(anómalos en la lengua por su flexión genérica) en tanto que 'kala, la forma
quechua auténtica, aparece con más de veinte derivados. Es factible, pues, que
'kalato y 'kalata resulten
de una tardía alteración del préstamo quechua (véanse los casos de cachaco,
cacharpas y carcancha).
CAMAL
80
2 Calancho parece voz híbrida: quechua q'ala más sufijo desvalorativo castellano -ncho.
Benvenutto deriva calato de un quechua *qalacho (El lenguaje peruano, pág. 88).
3 Según Arona, a fines del siglo pasado se llamaba matancero al matarife y camalero al proveedor
de reses para el camal (Diccionario de peruanismos, s. v.). Véase camal en Valdelomar (BCP 9**, págs.
289, 290, 291, 292; camalero, en íd. íd. 293). Camal en Vargas Llosa, La casa verde, págs. 32, 76, 96,
160, 287, 288, 289.
4 En Hombres y rejas de Seoane: "¿No saben que la ramadita'e don Jazmín es camalito del maricón
Montiel?" (pág. 251). También se usan en el Perú, en este sentido, matadero, jabe (véase jaba) y jato
(Pino, Jerga criolla, s. v.).
Camal, del latín camus 'collar de hierro o cuerda, usado para castigar al
esclavo', 'freno', 'bozal', 'cabestro', se documenta desde el siglo XV con los
sentidos, muy próximos a los latinos, de 'parte de la armadura que protege el
cuello', 'cadena gruesa puesta al esclavo', 'cabestro'. El uso americano de
'matadero' se debe, pues, a extensión de sentido: del de 'cabestro', con el cual se
ataba la res para matarla, se pasó al del 'lugar' mismo donde dicha operación se
realizaba.
"Yáñez es un criminal
por sus curas, y se advierte
que en el Rastro de la Muerte
sostiene el mejor camal" 5.
81
1 Véase Bonilla, Jerga del hampa, pág. 62. En lunfardo acamalar es 'guardar, ahorrar', 'sujetar,
proteger'; acamalador es quien ahorra o protege. Véase el Boletín de la Academia Porteña del Lunfardo,
tomo I, N.º 4, págs. 19-28.
2 El lazarillo de ciegos caminantes, ed. BCP, pág. 25.
3 Págs. 99 y 96, respectivamente.
4 Tradiciones, pág. 398.
5 En Antología general de la poesía peruana, pág. 292. Yáñez subrayado en el texto.
El Diccionario académico (2001) registra como 4.ª acepción de camal,
usada en el Perú, Bolivia y Ecuador, la de 'matadero'.
CAMOTE
1 En Venezuela, Colombia, Santo Domingo, Puerto Rico y la zona del Plata prevaleció, en cambio,
el arahuaquismo batata (en España batata de Málaga). En Cuba y Uruguay se usa otro indigenismo,
boniato, con sus variantes buniato y moniato.
2 En el Perú y otras regiones camote se ha hecho equivalente de 'bulbo, tubérculo' (en la América
Central 'verdugón, chichón'). Son derivados usados en el Perú camotillo 'cierto dulce' (otro es el camote
calado en almíbar; véase Mejía, Ayer y hoy, pág. 37); camotilla, un pez marino (Tovar, Hacia el gran
diccionario de la lengua española, s. v.) y camotal 'terreno plantado de camotes'. Por semejanza se ha
bautizado como El Camotal una zona peñascosa y agitada del mar, entre el Callao y la isla de San
Lorenzo. Camote del monte o sacha-camote (sacha en quechua equivale a seudo, falso) se llama un
bejuco de la selva peruana; camote huasca (huasca es 'cordel, soga' en quechua) una convolvulácea y
camote podrido un árbol maderable de la misma región (véase Tovar, Vocabulario del Oriente peruano,
s. v.).
82
3 País donde, como se ha dicho, el tubérculo se llama boniato o moniato. El uso figurado se ha
extendido hasta el sur del Brasil.
5 Véase encamotarse en Blume, Sal y pimienta, págs. 17, 31 y 41; tomar camote 'encariñarse' en C.
Palma, Crónicas de Corrales, pág. 19 y Bryce, Un mundo para Julius, pág. 73. En Bolivia camotear es
'cortejar, enamorar'.
Y Camino Calderón recoge el dicho eso se ganó con el trabajo del general
Camote (es decir, sin gran esfuerzo), originado en un incidente de nuestras luchas
civiles: cierto personaje popular, apodado general Camote, dio el triunfo, solo con
sus gritos, a uno de los bandos en lucha 5.
1 Véase hacer camote (en fútbol) en Congrains, Lima, hora cero, pág. 136.
2 Págs. 88, 26, 181, 161 y 149, respectivamente; "director camote" en Rasgos, pág. 123;
véanse estos usos ya en Moncloa, Tipos menudos, pág. 201.
83
3 Véase "el muy camote" en El Periquillo Sarniento (1816), pág. 201; véase también íd.
íd. 121.
5 Diccionario folklórico, pág. 134. Véase también Camote como apodo en íd. íd. pág.
CANILLITA
"Soy Canillita
gran personaje
con poca guita 4
y muy mal traje.
[...]
Muy mal considerado
por mucha gente,
soy bueno, soy honrado,
no soy pillete,
y para un diario,
84
1 Véase canillita en López Albújar, De la tierra brava, pág. 47. También en Vargas Llosa,
Conversación en La Catedral, I, págs. 13 y 343.
2 Río de la Plata, Puerto Rico, Santo Domingo, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guatemala,
Nicaragua y partes de Méjico.
3 Según J. E. Clemente canillita se explica "por las características piernas de medias ['calcetines']
caídas" (El lenguaje de Buenos Aires, pág. 58).
soy un elemento
muy necesario" 1.
La obra tuvo tanto éxito que pronto el nombre del protagonista se aplicó a
todos los chiquillos vendedores de diarios. Canillita pasó más tarde al Perú, como
tantos otros argentinismos. Pero como el diminutivo no se sentía como adecuado
para designar a los adultos del mismo oficio, surgió, por regresión, la forma
(común a ambos géneros) canilla, que tuvo alguna difusión.
CAPAZ
2
El adjetivo capaz tiene en español, además de su acepción etimológica
'con espacio para contener algo', la figurada de 'apto, inteligente, diestro'. Son, por
tanto, de la lengua general oraciones como "ese recipiente es muy capaz" 3, "eres
capaz de olvidarte", "Juan no es capaz para el empleo".
Pero, además de esos usos, son frecuentes en el habla peruana otros como
"capaz no liega a tiempo", "capaz ni se lo han dicho", "capaz lo tengan que
operar". En estas construcciones capaz funciona como adverbio equivalente a
quizá, tal vez y puede constituir una palabra oración: "¿Vienes mañana?
—Capaz".
Estos usos llegan en el Perú al nivel del habla culta familiar (generalmente
se evitan en lengua escrita). En el habla popular se documentan, además, el
afectivo capacito 4 y la construcción capaz que más
85
1 En Florencio Sánchez, Teatro completo, pág. 234.
3 En el Perú se diría, más bien, "tiene mucha capacidad" o "es de gran capacidad".
4 Véase capacito en un diálogo de los personajes de Los perros hambrientos de Alegría (pág. 63).
Cuervo estaba convencido de que los desarrollos americanos de capaz tenían origen
1
hispánico y los explicaba por cruce o contaminación de dos tipos de construcciones
castellanas: una, es capaz de (pegarle, etc.); otra, es probable que (le pegue, etc.). Resultado
del cruce: es capaz que (le pegue, etc.).
Para Capdevila capaz que equivale a cabe que 2; el régimen (que, y no de) se
explicaría por el hecho de que en aquella expresión capaz funciona en sustitución de una
forma verbal.
CAPORAL
Caporal por capataz, mayoral, 'jefe de peones o vaqueros en una hacienda, hato o
rancho' es de uso corriente en el Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela 3, Guatemala 4
y
5
Méjico . En el Perú se llama también caporal, en una cárcel, al jefe de un grupo de reclusos,
o cabo de presos 6. En replana caporal tiene el sentido de 'muy capaz, sobresaliente'; el
grado máximo es caporal de caporales.
En Arequipa se documenta el uso de caporal 'vaso grande para chicha' 7 que aparece
ya en "La chicha, canción popular cantada
2 Despeñaderos del habla, págs. 167-168. Véase capaz que en Cortázar, Las armas
secretas, pág. 23.
3 Véase el uso de Bolívar (caporal 'peón de una hacienda ganadera') en las Memorias
de O'Leary, XVIII, pág. 608 (cito por la primera edición) y Hildebrandt, La lengua de
Bolívar, pág. 249 (t. Léxico de Bolívar, págs. 455, 559, 561).
86
5 Designa específicamente al 'jefe de vaqueros' en un rancho.
6 Véase este uso en Seoane, Hombres y rejas, págs. 28, 80, 81, 88, 108, 159, 162, 166,
etc.
en las fiestas que se hicieron a la llegada del general San Martín [a Lima]" 1. Dice
una estrofa:
Del uso militar salió el americano, que se documenta ya a fines del XVIII
en El lazarillo de ciegos caminantes. Hablando de la doma de mulas en Tucumán,
dice Concolorcorvo que "cada peón debe montar la que le enlazare el caporal" 6.
Pero fuera de esta única ocasión, el autor usa sistemáticamente el sinónimo
capataz.
87
3 Derivado de capo 'cabeza'. Véase Corominas, Diccionario crítico etimológico, s. v.
4 Con sentido análogo lo usa Valle Inclán en Tirano Banderas, págs. 13, 14, 97, 98.
6 Ed. BCP, pág. 129. Los caporales son todavía personajes —caricaturizados— de algunas danzas
folklóricas peruanas, tales como la de Los negritos de Huánuco.
CAQUINOS
mi papá conspirador!
88
1 Acto II, escena I (en Comedias, II, pág. 166).
2 En Odriozola, Colección de documentos literarios del Perú, tomo II, pág. 51.
3 En BCP 9*, pág. 282. Véase un uso de González Prada en Letrillas, pág. 111.
4 Lo incluye el Diccionario de Terreros (concluido h. 1760).
5 El padre Vargas lo consigna en su Glosario de peruanismo (léxico de Fray Francisco del Castillo).
6 Edición BCP, pág. 209.
"... mientras yo me ponía más serio, las muchachas reían de mejor gana, de modo
que parecía que les hacían cosquillas a las muy puercas, y el pícaro de Juan Largo
añadía nuevas facetadas 1, con que redoblaban sus caquinos" 2.
"En aquel momento solo consideraba el dolor que sentiría aquel infeliz, y esta
genial ['idiosincrásica'] compasión no me permitía reír cuando todos reventaban a
caquinos" 4.
CARACHA
3 Pág. 139.
89
4 Pág. 49.
y bien comida, si no
1
de manjares, de caracha" .
En Ña Catita de Segura un personaje femenino increpa a otro:
2 Cosa que 'a fin de que' (véase el artículo correspondiente en este volumen).
4 Véase el uso de Larriva: "¡O vosotras, carachas que nadando / estáis en el gran Rímac, noche y
día!" (en Odriozola, Colección de documentos literarios, II, pág. 57). Palma usa como interjección
"¡carachitas!" (véase Tradiciones, pág. 1184). En el Drama de los Palanganas (de 1776) aparece, junto a
90
aduaneros y nieveros, la forma caracheros, que tal vez tenga el sentido de 'pescadores, vendedores de
carachas' (pág. 102 de la 2.ª edición Sánchez).
5 Citado por Lenz, Diccionario etimolójico de las voces chilenas derivadas de lenguas indíjenas
americanas, s. v.
3 Véase Santiago de Cárdenas, Nuebo sistema de nabegar por los aires [1762], pág. 85.
91
5 En Venezuela se emplean también las variantes carare y zarate. En Colombia se
llama carate un árbol cuyo látex produce manchas cutáneas indelebles.
misma (también caracha); el que tiene el rostro así manchado se llama cariento o
caroso (este último término ha llegado a tomar el sentido de 'rubio').
Aunque podría pensarse en la presencia de una misma raíz (el quechua kara
'piel') en caracha y carate, el hecho de que carate se documente a mediados del
siglo XVI con referencia a Castilla del Oro excluye la hipótesis de que se trate de
un quechuismo difundido por los conquistadores. Tampoco es probable que se
trate de un préstamo de una lengua indígena a otra en la época precolombina. Una
doble coincidencia en cuanto a forma y fondo resulta, igualmente, difícil de
admitir.
CARÁTULA
1
En la mayor parte de la América hispana es corriente el uso de carátula
con el sentido de 'cubierta de un libro', extendido luego a la 'cubierta de una
revista, un folleto o un legajo' 2.
3 Véase este uso de Borges: un libro es "un volumen [subrayado del autor], un prisma
de seis caras rectangulares hecho de finas láminas de papel que deben presentar una
carátula, una falsa carátula..." (Evaristo Carriego, en Obras, 121).
92
careta y cara, carátula llegó a hacerse sinónimo de máscara y aun a tomarse
como símbolo del arte histriónico.
CARCA
2 Véase este uso de carátula por cara en el siglo XX en C. Palma, Crónicas de Corrales (1938),
págs. 116 y 250.
3 Acto I, escena VI (en Comedias, II, pág. 144). Ojotas son rudimentarias sandalias de cuero; véase
más adelante poncho.
93
Clemente Palma pone en boca de su álter ego, el pintoresco "diputado por
Amancaes" Juan Apapucio Corrales, la descripción de un examen
"antropométrico" realizado por él y su consorte en un joven sirviente de la casa.
Al principio les parece que tiene todo el cuerpo tatuado, pero (dice Corrales):
"una observación más detenida me hizo comprender que allí donde a primera
vista habíamos columbrado unas letras arábigas, un molino, dos vicuñas, una cruz
masónica, una cacatúa y un cornetón de gramófono, no había sino sencillamente
una capa más o menos espesa de la substancia vulgarmente conocida con el
nombre de carca, y las aparentes figuras eran el resultado de las huellas de las
rascadas que en todas las direcciones de la rosa náutica se había hecho el
muchacho" 1.
CARCANCHA
2 Pero traduce mugre, en su sentido genérico, como chilititi; véanse las páginas 435a,
136b y 596b, respectivamente.
94
La Muerte Carcancha era el esqueleto que representaba la Muerte, y su
recuerdo como cuco o coco de niños perduró hasta principios del siglo XX. José
Gálvez dice, a propósito de historias de penas (almas en pena) y aparecidos:
1 Cuerpo subrayado por el autor. Ama es 'niñera' y engreído 'mimado' en el Perú. Véase
canilla 'hueso largo de la pierna' s. v. canillita en este volumen.
3 Blume usa carcancha como adjetivo equivalente a esquelética: "son tan carcanchas e
impresentables..." (Sal y pimienta, pág. 182).
95
CARDUMEN
96
de cardume al terminal culto de latinismos como volumen. Lo mismo sucedió en
la lengua general con resumen, antes resume 1. El cambio se apoyó sin duda en el
hecho de que el terminal del gallego-portugués -ume, correspondiente al
castellano -umbre, se ha sentido siempre como extraño en la lengua.
CARPA
2 No hay que confundir este término con carpa 'pez fluvial' (voz de origen latino) o
carpa 'gajo de uvas' (de origen francés).
97
Pero la escasez de la documentación puede deberse en parte a deficiente
estudio de las fuentes del castellano de América. El mismo Corominas da como
primera documentación de carpa el Diccionario de peruanismos de Arona (1861-
1883) junto a otra, chilena, también de fines del siglo XIX. Sin embargo carpa se
documenta ya en Concolorcorvo (1773), quien describe así los preparativos para
hacer un alto en el camino de Tucumán a Lima:
"Se atraviesan sobre las altas toldas dos o tres picanas 1 y sobre ellas se extiende
la carpa o toldo para atajar los rayos del sol y se forma un techo campestre capaz
de dar sombra cómodamente a ocho personas" 2.
"... para los tiempos de lluvia convendrá llevar una carpita en forma de tijera para
que los criados puedan guisar cómodamente y no se les apague el fuego..." 3.
Estos usos de fines del XVIII tampoco deben considerarse como primera
documentación definitiva de carpa; futuros estudios proporcionarán seguramente
datos más antiguos sobre este americanismo. Pues si bien es verdad que carpa no
es un quechuismo indiscutible, tampoco puede considerarse como probada la
hipótesis de Corominas.
CARPETA
1 Picana (por aguijada) es voz híbrida: castellano pica más el sufijo quechua
nominalizador -na (véase pascana).
4 A su vez galicismo del siglo XIX que se remonta al latín pūlpĭtum 'estrado, tribuna,
púlpito', 'tarima, tablado, atril'.
5 Véase el contraste en Gálvez: "… el patio de los grandes, donde se alineaban las
carpetas de los alumnos de 5o y 6o año y el pupitre del señor Regente…" (Estampas
limeñas, pág. 33). Lo mismo en Vallejo: "… entre las primeras carpetas de los alumnos y el
pupitre del profesor…" (Novelas, pág. 286). Véase también carpeta 'pupitre' en íd. íd. págs.
287, 288, 289, 290, 291, 294, 295 y en Vargas Llosa, La ciudad y los perros, págs. 43, 54,
55, 253, 316.
98
Carpeta es un galicismo que data del siglo XVII 1. Tuvo al principio los
sentidos de 'sobremesa' y 'cartera grande usada para escribir sobre ella' (véase
antes carpa). De allí parten, en sentidos divergentes, los usos americanos
dialectales. Del de 'sobremesa' pudo pasarse fácilmente al específico de 'tapete de
la mesa de juego' (Méjico) o al de 'manta para abrigarse o para torear'
(Venezuela). Del mismo sentido de 'sobremesa' pudo pasarse también, por
contigüidad, a los de 'mesa' 2, 'escritorio', 'oficina' (Cuba) y al nuestro de 'pupitre'.
Pero, a causa del cambio semántico sufrido por carpeta en el Perú, dar
carpetazo se entendía como 'golpear al unísono con las palmas de las manos sobre
los escaños de los representantes al Congreso' y, por consiguiente, 'aprobar o
rechazar sumariamente, y con cierta prepotencia, por una mayoría parlamentaria'
5
. Como hoy en el Congreso peruano se usan modernos medios electrónicos para
conocer el resultado de una votación, el carpetazo ha quedado relegado a la
ruidosa expresión de un rechazo categórico o —todavía menos frecuentemente—
a la de un excepcional aplauso.
1 Viene del francés carpette 'tela gruesa', y este a su vez del inglés carpet 'alfombra,
tapete' que se tomó del italiano antiguo carpita 'manta peluda' (del latín carpere o carpire
'cardar la lana'). Véase Corominas, Diccionario crítico etimológico, s. v.
2 El uso argentino específico carpeta 'mesa de juego' ha pasado al portugués del sur del
Brasil, donde se usan también los derivados carpetear 'jugar' y carpeteiro o carpetista
'jugador'.
4 Segura emplea la expresión dar carpetazo por rechazar (Comedias, I, pág. 178).
Sofocleto usa carpetear por dar carpetazo (pero pupitre por mesa del parlamentarios):
"muchos Representantes, preocupa-2 / se han mandado mudar de sus pupi-3 / para no
carpetear el agua-0 / de impuestos que se vienen como bui-3" (Sofonetos, pág. 37).
99
CEBICHE
1
El cebiche es un plato típico de nuestra cocina ; sus ingredientes
principales son: pescado crudo en trozos, jugo de limón (o de naranja agria),
cebolla cruda cortada muy delgada y ají, a más de lechuga, choclo y camote con
que se acompaña; sin duda a causa del ají lo calificó Arona de plato "popular y
feroz" 2. El cebiche puede hacerse también a base de pulpo, camarones, conchas y
otros mariscos 3, de pato, de pollo y hasta de gato 4
o de lagartija. Dice Camino
Calderón que la lagartija llamada en el norte del Perú cañán "se prepara en
tortilla, ajiaco y seviche", y que el seviche de cañan "es lo mejor que un viruñero 5
legítimo puede ofrecer" 6.
100
"El sebiche venga
la guatia 1 en seguida
que también convida
y excita a beber.
Todo indio sostenga
con el poto 2 en mano
que a todo tirano
hay que aborrecer" 3.
Como se ha visto, las grafías tradicionales son seviche y sebiche 4, pero se
está difundiendo últimamente la forma cebiche. Quienes acudían al Diccionario
de la Academia hasta su edición de 1970 se encontraban con que, por
inadvertencia, aparecían como palabras diferentes cebiche y seviche, ambas
referidas al Perú pero con definiciones discrepantes e inadecuadas; la
incongruencia se subsanó en la edición de 1984, que remitió seviche a cebiche y
consignó también ceviche como variante gráfica (la pronunciación no varía en las
tres formas).
101
está presente, por ejemplo, en el salmantino cebique 'comida que las aves llevan a
sus polluelos'.
El terminal -iche, forma mozárabe del sufijo latino -icius, -icia, tiene, con
sentido diminutivo o despectivo, notable vitalidad en Andalucía y América. Son
ejemplos andaluces rabiche 'rabo pequeño y fino', copliche 'copla mala',
maestriche 'maestro incapaz', portiche 'puerto estrecho entre montañas', alferiche
(derivado y sinónimo de alferecía 'epilepsia'), encoriche 'desnudo' (formado sobre
la frase en cueros) y hasta ¡porviche! 'por vida de'; en Andalucía y América
palmiche designa varias especies de palmas. En la Argentina ofiche designa al
oficial (del ejército).
102
del italiano (del genovés Bacciccia, Bautista) se haya hecho en el Perú bachiche 1.
¿Implica ello anatema para la grafía seviche? No, por cierto. Seviche tiene a
su favor la tradición, y el uso es amo en materia de lenguaje. Pero el hablante que
se preocupa del origen de las formas de su lengua preferirá, si acepta la hipótesis
aquí propuesta, la variante cebiche. Ese parece haber sido el criterio de la
Academia al conceder preeminencia a la grafía cebiche a partir de la edición de
1984 del Diccionario. En la de 1992 aparece ya el étimo cebo, propuesto en la
primera edición de Peruanismos (1969). En la edición de 2001 del DRAE se
descarta que la palabra se derive del castellano cebo, sin embargo, parece mucho
menos probable la etimología propuesta en dicha edición: “Quizá del ár. hisp.
assukkabáǧ, y este del ár. sikbāǧ".
CHAFALONÍA
1. Véase bachiche en Palma, Tradiciones, pág. 1195; C. Palma, ob. cit. 66 y 67; Gálvez,
Estampas limeñas, 106 y 107 y Una Lima que se va, 119; Camino Calderón, Cuentos
de la costa, págs. 1 y 2. Martín Adán llama a D'Annunzio "un bachiche calvo que
hacía versos" (en La casa de cartón, pág. 43). Bachicha en el poema "La última
copita", de Palma; en BCP 9*, pág. 256. En lunfardo bachiche ha llegado a tomar el
sentido de 'obeso' (véase Cammarota, Vocabulario familiar y del lunfardo, s. v.).
103
conoce en el Perú, Chile, Argentina y Bolivia; en la Argentina se emplea también
la forma equivalente chafalonería.
Del uso de este término en América nos ofrece viejo testimonio una carta
de Lope de Aguirre, escrita en la isla Margarita hacia 1561; en ella dice,
despectivamente, que de ciertos rebeldes "no hay para que hacer cuenta, porque es
1
chafalonía" . Un siglo más tarde Caviedes escribe un poema titulado,
precisamente, Doctos de chafalonía:
104
"El que quisiere hacerse caballero,
que se ponga muy grave y muy severo
y aprenda muy despacio
lo que son etiquetas de palacio" 1.
CHAMPA
"de Cochamarca a Yauli no había casas con techos, ni bosques donde se pudiera
cortar madera para ramadas, los habitantes habían huido, no se encontraban
papas, excepto en Canta, ni se
3. Y no, como se ha dicho, del quechua t'anpa 'greña, maraña', que habría dado en
castellano *tampa o *tamba. En Ecuador, la provincia argentina de Catamarca y
Arequipa champa se ha hecho, por sonorización, chamba, palabra obviamente
diferente del mejicanismo chamba 'trabajo', que hoy tiene mucha vida en el español
del Perú.
4. Vol. IV, pág. 288; champa aparece como peruanismo en el Diccionario enciclopédico
de la lengua española (Biblioteca ilustrada de Gaspar y Roig), s. v. y también en el
Diccionario enciclopédico de la lengua castellana de Zerolo, s. v.
105
conseguían champas ni boñiga para combustible y el ganado vacuno era muy
escaso" 1.
En algunas partes del Perú y en Chile, donde champa tiene mucha vida, se
llama también así la cabellera rizada y enmarañada (especialmente la porción que
cubre la nuca) y cierta formación mineral que semeja un tepe. Champuda o
champosa es la planta que al arrancarse arrastra mucha tierra en sus raíces y
también la persona de cabello crespo y enmarañado. En Chile achampar un
camino equivale a champearlo y, en uso figurado, achamparse es 'no querer salir
de una casa o lugar, contra la voluntad del dueño', 'no devolver lo prestado';
achamparse un dinero es 'alzarse con él'.
106
Por último, en el habla popular peruana se ha usado champa con otros
varios sentidos, entre ellos el de 'suerte'. También se documenta champazo por
golpe de suerte.
CHANCACA
107
es en Chile 'maltrecho o adolorido por un golpe'. Se ha olvidado en Lima el dicho
andando se hacen chancacas que se documenta en Larriva y Segura 1.
108
etapa de la elaboración del producto). Luego se habría producido la alteración de
*chancasca en chancaca, al mismo tiempo que, por una nueva fase del proceso
semántico, chancaca se hacía nombre del producto acabado 1.
CHANCAR
"¡V'esa cara, —grita Chorote, soltando el chorro alegre de su risa— parece carne
cruda que la hubieran chancao!" 3.
"¡Si ['se'] ha roto el cuello! ¡Si ['se'] ha chancado la cabeza! —oí la voz del negro
joven" 4.
1 Véase Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 226-227 (t. Léxico de Bolívar, págs.
610-612).
2 Cfr. Foley, Léxico del Perú, fascículo 7, s. v.
3 Pág. 77.
4 Pág. 179.
5 En Chile chanca es el proceso de trituración de minerales (el uso se conoce también
en el Perú) y los mismos minerales triturados (en sentido figurado 'paliza, tunda');
chancador es el obrero que hace la chanca, y rechanque el mineral de poca ley que se
aparta para chancarlo de nuevo.
6 En Bolivia chanca es un guisado de pollo o conejo.
7 En La Rioja se usa la variante chancuar; chancua es 'maíz molido a medias'; se dice
chancudo o chancuda del locro o mazamorra (véase) que tiene mucha chancua. En
Córdoba hacer chancua es 'hacer añicos'.
109
En usos figurados, chancar es en el Perú 'pagar' 1, apoquinar y, sobre todo,
'estudiar con ahínco' 2. En Los cachorros de Vargas Llosa dice el narrador que al
protagonista
110
La forma reduplicada chanca-chanca, calcada del quechua 1, designa en
Arequipa lo mal molido. En Huánuco 2, en cambio, chanca-chanca es el juego del
salto o del burro (llamada en Lima lingo); en la misma región chanca-la-lata o
chancalata es una variante del juego del escondite (en Lima ampay); hacer
chanca es 'pasar la pierna sobre la cabeza de un niño', lo cual, según creencia
popular, impide su crecimiento (en Lima se dice pasar el año; en Arequipa
capar). En el Perú se llaman humorísticamente chancabuques los zapatos grandes,
pesados o deformes.
111
CHANCE
CHANCHO
112
cerdo, puerco, marrano, cochino, guarro, gorrino, guarín, gocho, verraco y
lechón. La abundancia de nombres se explica en parte por la necesidad de sustituir
diversas designaciones, sucesivamente envilecidas, de un animal que —como el
asno— ha sido tradicionalmente denigrado.
Lechón (de leche) designaba a la cría del cerdo todavía amamantada, pero
llegó a aplicarse al animal joven o adulto.
113
usos figurados de cochino 'inmundo', 'vil': una cochinada es una inmundicia, y
también una trastada, una vileza. Es moderno el uso de cochinear(se) por
'burlar(se)', 'divertir(se)', etc. Por otra parte, se llama trote cochinero el del caballo
de paso que recuerda el andar del cerdo.
Verraco (del latín verres 'cerdo padre') se usa en España desde el siglo XV.
En el Perú solo se oye en la expresión chillar (o gritar) como un verraco sin que,
por lo general, tenga el hablante una noción exacta del animal aludido.
114
asimilación regresiva (es decir, a influencia de la ch de la segunda sílaba sobre la s
de la primera).
115
chancho rengo 'hacerse el desentendido', que no es hoy usual en el Perú 4, pero sí
en la Argentina.
CHAPETÓN
116
a volver a convivir en la palabra las dos facetas de su sentido original: 'español' y
'recién llegado', pero independizadas y con cierto desarrollo semántico en cada
una de ellas.
1 Historia general del Perú, edición Rosenblat, I, pág. 221. Es conocido que el Inca da
a veces como "voces de Barlovento", es decir, de las Antillas, algunas que
simplemente no le suenan ni como castellanas ni como quechuas.
2 Pág. 95. Véase también "cavallero chapetón" en íd. íd. pág. 15; "cavallero sevillano,
chapetón y pobre", pág. 147; "mancevo chapetón de Castilla", pág. 169. En
"españoles chapetones", pág. 172, chapetón puede tener el sentido de 'recién llegado'.
3 Véase El lazarillo de ciegos caminantes, ed. BCP, págs. 342, 343, 345, 346, 347.
Pero, curiosamente, Autoridades da chapetón como "El Europeo o el Castellano
recién llegado y pobre, a quién en el Reino de México dan este nombre" (en la
traducción latina, sin embargo, la definición se refiere también al Perú).
4 Ob. cit. pág. 287.
5 Lima por dentro y fuera, Descanso XV, Romance 16 (pág. 160 de la edición de
París).
6 Ob. cit. págs. 80 y 113 (véase pezuña en este volumen).
7 Chapetonada es todavía en Canarias 'recrudecimiento de una enfermedad', 'recaída'.
En el Diccionario de la Academia aparece, por repetida errata, capetonada, con la
definición "vómito violento que ataca a los europeos que pasan la zona tórrida". La
errata la incorporan María Moliner, en su Diccionario de uso del español y el
Diccionario Vox en su edición 1987.
117
pagar el noviciado, pagar la novatada. Chapetonear es en Chile y el Río de la
Plata 'obrar sin habilidad'; en otras partes de América significa 'cometer errores o
sufrir perjuicios por inexperiencia'.
Chapetón sería entonces una formación del tipo de guapetón, según Lenz
sobre un primitivo *chape 'chapín' y según Corominas formado directamente
sobre la raíz de chapín, con conciencia de su terminación diminutiva, por cambio
de sufijo.
1 En Costa Rica se llama todavía chapetón al que camina con dificultad. Véase horma
chapetona s. v. disfuerzo.
2 Pág. 44a. En Catamarca chapi o chape 'hombre bisoño que no conoce el país' y
también 'apodo injurioso aplicado al gallego' (que en la Argentina representa
genéricamente al español).
3 Primera parte, Libro I, capítulo III (ed. Clásicos Castellanos, LXX1II, pags. 108-109.
Quequiera, pronombre anticuado por cualquiera o quienquiera.
4 Glosario de peruanismos, s. v. Chapeta por chapetón en López Albújar, Malalache,
págs. 57, 59 y Luis Alberto Sánchez, Testimonio personal, I, pág. 112.
118
y en Huánuco se distingue entre chapeta o chapete 'hijo de español' y chapetón
'español' 1.
CHARQUI
119
para algún calafateo" 1.
Hasta hace poco era general la convicción acerca del origen quechua de
charqui. Pero Corominas ha aducido razones que la hacen tambalear: en
portugués son antiguas las expresiones carne de enxarca y carne de xarque como
nombres del tasajo. Enxarca y xarque, probables arabismos (pronunciados
respectivamente ensharca y sharque) casi coinciden fonética y semánticamente
con charque o charqui, y se documentan en la Península antes del descubrimiento
de América.
Por otro lado, charqui aparece como traducción quechua de tasajo desde el
Lexicón de Fray Domingo de Santo Tomás (1560). En el de González Holguín
(1608) se consignan además varios derivados y usos metafóricos que aluden a la
flacura 4. Garcilaso afirma que los indígenas del Perú "hazían tasajos que llaman
charqui, que les durava todo el año" 5. El vocabulario araucano de Febrés
(publicado en Lima en 1765) traduce igualmente cecina por charqui 6. Pero es
sabido que algunos castellanismos fueron tan rápidamente asimilados por el
quechua que figuran como palabras propias de esta lengua en vocabularios y
crónicas tempranas 7. Más importante, como apoyo de la etimología tradicional, es
el
1 Lima por dentro y fuera, Descanso IV, Romance 5 (pág. 58 de la edición de París).
2 Así lo describe (1872) Flores en su Salpicón de costumbres nacionales, pág. 14.
3 Véase el Suplemento al Diccionario de peruanismos, s. v.
4 Pág. 98a.
5 Comentarios Reales, libro VI, capítulo VI; se repite "tasajo, que llaman charqui" en
íd. libro VII, capítulo I (tomo II, págs. 21 y 87 de la edición Rosenblat).
6 Págs. 323b y 444b (da también el verbo charquin 'hacer la cecina').
7 Son ejemplos cuchi o cochi por cerdo (véase chancho) y taita por padre (véase yaya).
hecho de que charqui no haya sobrevivido en hablas dialectales de la Península y
en cambio tenga hoy una amplia área americana 1 que prácticamente coincide con
120
la de sustrato quechua: Perú, Ecuador, Bolivia, Uruguay, norte argentino y Chile,
país donde tiene gran arraigo y vitalidad.
1 En el siglo XVIII charqui pasó al inglés como jerky (to jerk es 'preparar cecina').
3 Diccionario etimolójico, s. v.
121
algo esperando recibir su equivalente' y llegó charqui a Coquimbo (o a Penco)
referido a visitas inoportunas o molestas 1. Foley consigna en el Perú ¡bomba al
charqui! como expresión popular de asentimiento entusiasta 2.
Queda, por tanto, concluir que, si bien los datos aducidos por Corominas
ponen en duda el origen quechua de charqui, la gran vitalidad de la palabra en las
zonas del antiguo imperio incaico lo respalda, al ser contrastada con la poca o
ninguna que tuvo y tiene en la Península. Corominas mismo concluye que "el
problema es dudoso" 3 y el origen de charqui permanece, por ahora, incierto.
CHAU
1 En este dicho la etimología popular sustituyó por charqui el apellido del pirata inglés
Sharp, castellanizado en Charpe; Sharp tomó por sorpresa el puerto de Coquimbo en
1680.
4 Véase "Virtud y esclavitud del 'chau'", en Avelino Herrero Mayor, Cosas del idioma,
págs. 83-88.
5 Véase chausito [sic] en Seoane, Hombres y rejas, pág. 253; chau en íd. íd. 26, 251;
chao, 89. Chao en Arguedas, Amor mundo y todos los cuentos, págs. 195 y 197; chau
en íd. íd. 197. Chau en Vargas Llosa, La ciudad y los perros, pág. 238 y Los
cachorros, 40, 54, 102.
122
tuteaban. Al pasar al castellano del Río de la Plata, se limitó el empleo de la forma
chau a la despedida, al mismo tiempo que su ámbito se extendía potencialmente a
quienes se hablaban de usted (el vos equivale al tú); siempre, claro está, dentro de
un ambiente de familiaridad o confianza.
CHEQUEAR
123
comercial que desplazó a la voz tradicional libranza. En Costa Rica y Puerto Rico
chequear tiene, además de los sentidos anotados, el de 'girar', 'extender' y 'firmar'
cheques. Chequera por talonario o libro de cheques se usa en el Perú, Ecuador,
Venezuela y otras partes.
CHICHA
124
El origen de chicha es todavía discutido. Se sabe que no es palabra quechua
(la voz correspondiente es akka, azua o ashua). Se le ha tenido desde el siglo XVI
como taína (es decir, del arahuaco de las Antillas), tal vez por asociársele al gran
número de arahuaquismos asimilados tempranamente por el español de América.
Lenz la suponía voz azteca, y aun se la ha identificado con el homónimo
castellano chicha 'carne' 1. Según Corominas, lo más probable es que chicha se
haya tomado de la lengua de los indios cunas de Panamá, y que se deba a
reducción de la frase chichah co-pah, en la cual chichah significa 'maíz' y co-pah
'bebida' 2.
125
Palanganas 2. En la Vida de muchos o una semana bien empleada por un
currutaco de Lima, de Terralla, el verbo es tácito:
"Esforzó su voz de animero y redobló su celo por el bien de las ánimas benditas.
–Recogió buena limosna, mitad para él y mitad para el capellán, y las ánimas... ¡a
chicha fresca!" 3.
Palma usa también la expresión todavía hay más chicha con el sentido de
'aún queda algo por decir' 4.
CHICOTE
2. Véase "en orden a lo segundo se quedó a chicha fresca" y "todos le han de quedar a
chicha fresca" en ed. cit. págs. 79 y 105.
5. Ed. BCP, pág. 138. Véanse también chicote y chicotear en el Drama de los
Palanganas, ed. cit. págs. 55 y 56.
126
3
Además de chicotazo 'azote, latigazo' se usan en el Perú los derivados
chicotear 'azotar' y chicoteada o chicotera 'azotaina' 5. Chicotillo es el latiguillo
4
1 Véase Gamarra, Cien años, pág. 126. En Chile chicote es 'pedazo de género con
hebilla, que ajusta los pantalones en la parte posterior'.
2 Tradiciones, pág. 893.
3 En Santo Domingo, metafóricamente, 'trago de licor'.
4 En Colombia también 'despedazar, matar'; en Venezuela 'pelear, disputar'; en Chile
'estucar lanzando la mezcla'; en Santo Domingo 'beber'.
5 Chicotera es sinónimo de chicote en algunas zonas de Chile y la Argentina.
6 Véase chicotillo en Palma, ob. cit. pág. 474. Cuenta este autor que doña Francisca
Zubiaga de Gamarra, La Mariscala, "repartía bofetones y chicotillazos entre los
militares insubordinados" (íd. pág. 1057). En Bolivia chicotillo es un grueso azote
hendido.
7 Véase Pulgar Vidal, Diccionario de huanuqueñismos, s. v.
8 Véase chicote 'colilla' en Valle Inclán, Tirano Banderas, pág. 11; 'látigo' en íd. íd. 13;
chicotear, 53, 54, 70; dar chicote 'azotar', 53.
Según Corominas, chicote se tomó del francés chicot 'pedazo', 'trozo
saliente de algo', especificado en el léxico marinero español como 'pedazo de
cuerda'; el paso del sentido de 'cabo de cuerda' al de 'látigo' se explica fácilmente.
127
Chicote es un caso de léxico marinero hispano-portugués ajeno a la lengua
marinera del Mediterráneo. Este léxico occidental no tiene formas
correspondientes en italiano o catalán y es, generalmente, de origen francés.
CHINGANA
128
porque experimento tal
arranquitis 4 de metal
que no me alcanza para eso" 5.
En su tradición titulada "El pleito de los pulperos" cuenta Palma 6 que entre
1791 y 1797 hubo un ruidoso litigio entre los pulperos (véase pulpería) de Lima y
el Cabildo, a causa de la licencia concedida a un español para levantar en la Plaza
Mayor "una barraca o recoba de madera, de seis varas en cuadro y montada sobre
ruedas, para vender en la noche licores y comestibles". Que dicha barraca o puesto
7
de venta se llamaba entonces chingana lo prueba "la guerra sorda de los
pulperos al afortunado chinganero de la plaza". El intrépido precursor de nuestros
estáticos "ambulantes", hoy llamados informales, acabó por volverse, ya rico, a
España.
129
menudeo que incluye encomendería (véase), chino (como nombre de la tienda
regentada por asiáticos, generalmente el chino de la esquina) 4, pulpería y bodega
5
.
Pero la distinción entre chingana y pulpería, tajante para Arona, acabó por
diluirse en el siglo XX. Así, en los versos humorísticos de Palma titulados "La
última copita", un borracho echa la culpa de su estado a un "pícaro italiano, /
dueño de la chingana de la esquina" 6. Gálvez, por su parte, se refiere varias veces
a cierta gran chingana de la calle de Chacarilla (en Lima), decorada con un mural
conmemorativo de la batalla de Solferino; afirma que "la chingana era de
importancia, no obstante no estar en esquina" y acaba por llamarla "atrayente
pulpería" 7.
CHIVILLO
130
puede usarse también como adjetivo independiente: pelo chivillo equivale a pelo
endrino, de color de ala de cuervo; caballo o potro chivillo es aquel de pelaje
totalmente negro. Menos frecuente es el empleo de chivillo referido al color de los
ojos, uso que se documenta en el Romancero criollo de José Torres de Vidaurre:
Es, asimismo, poco corriente el femenino chivilla, aunque puede darse con
naturalidad en casos pertinentes: tela chivilla, trenzas chivillas; yegua, vaca,
ternera chivilla.
una pronunciación y grafía chivío 1. Por otra parte, aunque algunos quechuistas
modernos, como el padre Lira, consignan ch'iwillu o chiwillu como nombre de un
pájaro negro 2, el término no aparece en vocabularios coloniales como los de
Santo Tomás (1560), Ricardo (1586) o González Holguín (1608).
131
La edición de 2001 del Diccionario de la Academia registra como
peruanismo chivillo con las acepciones de "especie de estornino, de color negro
con visos de azul" y "color negro azabache".
CHOMPA
En el Perú se llama chompa toda prenda tejida que cubre el torso, ya sea
abierta o cerrada, con mangas o sin ellas, con cuello alto o escote bajo, de lana o
de cualquier otra fibra 3. El aumentativo chompón se aplica a un tipo especial que
es muy holgado, bastante largo y de tejido grueso. Hace algunos años las
muchachas usaban la maxichompa, equivalente de minivestido. De quien está muy
abrigado con una o varias chompas se dice a veces que está enchompado; se
emplea asimismo el verbo enchomparse.
132
del Ecuador llamamos chompa se llama al norte suéter (del inglés americano
sweater, íd.) y en España jersey (del inglés jersey) pronunciado con jota y como
aguda porque el préstamo se hizo por vía escrita. En casi todas partes se usa,
además, pullover (pronunciado pulóver) para designar la prenda tejida cerrada,
con escote en ángulo y generalmente sin mangas. Algo menos se usa cárdigan
(del inglés cardigan) para designar la chompa abierta y abotonada usada a veces
sobre otra, cerrada, que hace juego (en España se impuso la voz general rebeca
para esta prenda, por influencia de la película Rebecca de Alfred Hitchcock,
estrenada en 1940).
1 Pág. 116.
CHÚCARO
133
"Desertar porque sí de la casi universalidad del idioma, para esconderse en un
dialecto chúcaro y receloso —jerga aclimatada en la infamia, jerigonza carcelaria
y conventillera que nos convertiría en hipócritas al revés, en hipócritas de la
malvivencia y de la ruindad— es proyecto de malhumorados y rezongones. Ese
programa de trágica pequeñez fue declinado ya..." 1.
1 En Jorge Luis Borges y José L. Clemente, El lenguaje de Buenos Aires, pág. 22.
2 Diccionario de peruanismos, s. v.
3 Véanse otros usos de Borges, referidos a mulas y toros, en Evaristo Carriego (Obras,
pág. 105).
4 Véase chúcaro referido a personas en Segura (Artículos, pág. 43: "dirán que los
bolivianos son unos chúcaros") y en Borges ("un domador, hombre de toda su
confianza pero muy chúcaro"; Evaristo Carriego, en Obras, 152).
5 Trago chúcaro es en el Perú la bebida de alta graduación alcohólica.
6 Véase Tradiciones, págs. 274, 805, 911.
134
registra un diccionario moderno como el de Lira. En Huánuco y Cajamarca, sin
embargo, chucro es 'duro, tieso, rígido'.
CHUECO
2 Rivarola señala, por ejemplo, que "el timbre de la vocal anaptíctica es extrañamente
diferente al de la vocal acentuada", es decir, que la forma esperable del préstamo era
*chúcuro y no chúcaro (cfr. "Aspectos de la historia y de la historiografía del español
de América" en Lexis, vol. XVII, N.º I, págs. 75-91).
135
chueca", "negocio chueco" 2. En el Perú chuequear(se) es 'torcer(se), desviar(se)'
3
: se chuequea una línea, los zapatos, etc. En Chile chuecura es la calidad de
chueco y puede usarse en sentido figurado.
2 Véase un ejemplo del uso figurado de chueco por 'incorrecto, deshonesto': "En los
negocios chuecos es donde más derecho hay que ser" (Jorge Palma, Juez o parte?,
pág. 64; véase también íd. íd. pág. 60).
5 Según Wagner (ob. cit., pág. 111) el diptongo ue de chueco corresponde a una o
originaria (hay, efectivamente, una variante choco en algunas regiones de América).
Sin negar la relación con chueca, Wagner cree que ha habido influencia del español
zoco 'zurdo, lerdo' (en América soco). Esto resulta, sin duda, algo forzado.
CHUPO
136
Entre las Estampas limeñas de José Gálvez una se refiere a la pintoresca
barbería de antaño:
"En las vidrieras, o escaparates, había monos disecados, rizos, bucles, pelucas,
jabones, pomitos con burdos letreros, con anuncios de pomadas para los callos,
para la piel, para el cabello, para los chupos..." 1.
Chupo viene del quechua ch'upu que, traducido como divieso, postema,
encordio, nacido, se documenta desde los primeros diccionarios de la lengua. Las
grafías varían: chopo o choppo en el Lexicón de Santo Tomás 2, chhupu o chupu
en el Vocabulario de González Holguín 3. El aimara coincide, también en este
caso, con el quechua: cchupu en el Vocabulario de Bertonio 4; chupu en el de
Torres Rubio 5.
1 Pág. 127. Chupitos es el apodo del chiquillo que protagoniza el cuento de Diez
Canseco "El trompo" (véase Estampas mulatas, págs. 117-126). Aquí el sobrenombre
se debe a granos en la cara; chupito se ha aplicado también, como apodo, a personas
de muy baja estatura (véase Chupito como apodó en Vargas Llosa, Pantaleón y las
visitadoras, págs. 51, 57, 59, 60, 61, 82 y ss.).
2 Págs. 122 y 266 (traducido por encordio, variante de incordio).
3 Págs. 122a, 491b, 503a, 598b, 639a (traducido por divieso, encordio, nacido,
postema).
4 Págs. 194a, 210b, 327b, de la Primera Parte y 97a de la Segunda Parte (traducido
como divieso, encordio, nacido, postema, lamparón).
5 Pág. 147 de la Actualización de Franco Inojosa (traducido como divieso, grano).
137
plata (usada con verbos como costar o tener) equivale a 'una gran cantidad de
dinero'.
CHUSCO
1 Pág. 8.
2 Dice Federico Elguera: "de perros chuscos no salen perros finos, pero de los finos a
veces salen chuscos" (La vida moderna por el Barón de Keef, pág. 141). Véase perro
chusco en Martín Adán, La casa de cartón, pág. 25; chusco, chusca, chusquita en
Vargas Llosa, La ciudad y los perros, págs. 173, 174, 198; Conversación en La
Catedral, I, 56; La señorita de Tacna, 135.
3 Véase chusco referido a aves en Santiago de Cárdenas, Nuebo sistema de nabegar por
los aires, págs. 172, 173. En el Drama de los Palanganas, también de fines del siglo
XVIII, se da el apodo de la Chusca a la Perricholi (pág. 66 de la 2.a edición Sánchez).
138
vocabularios más viejos del runasimi no lo registran y solo en diccionarios
modernos como el de Lira encontramos un ch'usku 'airado, fiero, ceñudo'.
139
CIMARRÓN
140
referido a comidas en cuanto a ingredientes y preparación (Chile y Perú): chupe
cimarrón, mazamorra cimarrona; mate cimarrón es en el Río de la Plata el mate
amargo, sin azúcar (lo mismo chimarrão en el portugués de Rio Grande do Sul).
En Lima se decía antaño, del que hablaba muy bajo o refunfuñaba, que
estaba rezando el credo cimarrón 3. En la costa peruana del norte tondero
cimarrón 4 es una forma del tondero, danza típica parecida a la marinera.
3 Véase credo cimarrón en Gamarra, Cien años, pág. 79 y Palma, Tradiciones, 751.
5 Una Lima que se va, pág. 186. Véase también Calles de Lima, pág. 50.
141
Garcilaso decía que cimarrón era "vocablo del lenguaje de las Islas de
Barlovento" 4. Pero es sabido que el Inca asigna a veces este origen a palabras que
a él le suenan simplemente como no castellanas ni tampoco quechuas.
142
Este peruanismo es bastante moderno, pues no parece remontarse más allá
de los últimos setenta años. Está claro que se trata de un uso figurado de cirio
'vela de cera', a veces grande y ornamentada, que en el rito católico suele quedar
encendida ante el altar por horas o días consecutivos. Resulta verosímil, por lo
tanto, que el cirio evoque la idea de adoración callada e intensa, de amor ardiente,
constante y no exigente. De allí puede haber surgido el valor peruano actual de
cirio, que es ya activo e implica cierta iniciativa en el juego amoroso. Por floreo
verbal, el nombre propio Ciriaco puede equivaler a cirio.
1 Sofocleto en dos columnas, pág. 111; véase también íd. íd. 56 y Sofocleto al pie de la
letra, págs. 83, 85, 115. Chifa es en el Perú 'restaurante chino'; el modismo como pato
de chifa equivale a esquilmado.
2 A veces por ultracorrección cirear, sobre todo en ciertos tiempos y personas: "la
cirea" (y no "la ciria"). Véase el postverbal ciriada (también ciriadita) en Bryce, Un
mundo para Julius, pág. 23.
Es curioso que estos usos peruanos, tan espontáneos, hayan tomado como
base la palabra cirio, que no tiene arraigo popular 2. Lo familiar y vivo es vela,
presente en modismos como ponerle una vela a Dios y otra al diablo, no tener
vela en este entierro, decirle a uno [la] vela verde 3. Pero, tal vez por no haberse
desgastado, tuvo cirio la dignidad requerida para evocar la imagen que fue punto
de partida del desarrollo semántico anotado.
143
CODEAR
Se está olvidando en Lima un uso muy expresivo del habla familiar peruana
4
: codear en la acepción de 'pedir con eufemismos o indirectas' (y a veces con
cierto ingenio o gracia), 'comprometer a alguien para que haga un regalo o un
favor'.
vayas a creer ahora / que lo he dicho por codearte" 1. El Tunante escribió en 1887
una comedia titulada Ña Codeo. Blume dice que a cierta limeña "sus amigas de
confianza le abrían las cómodas y le codeaban cintas y encajes" 2
144
"La obra que le codeo es valiosa, y la tiene U. muy a la mano. Es obra
exclusivamente de consulta, que usted jamás hojeará por falta de tiempo y porque
no es de las materias a que tiene predilección" 3.
Codear parece una de esas expresiones gráficas que son típicas del habla
familiar: evoca la imagen de dar en el codo del supuesto tacaño, para que abra la
mano y suelte lo pedido. Son sinónimas de codear las expresiones verbales rascar
el codo y sobar el codo. Ser duro de codo o ser del codo es 'ser tacaño' en la
América Central. En gran parte de la América hispana —el Perú incluido— se usa
todavía codo con el valor adjetivo de 'tacaño'.
CONCHO
Este uso del siglo XVII ilustra el temprano arraigo del quechua kkhonchu
'poso, sedimento, heces de un líquido', en el castellano de la América antes incaica
1
, con la consecuencia del desuso de voces tradicionales castellanas como poso,
heces, zupia, zurrapa y borra 2. En el olvido de poso 'sedimento' influyó la
homofonía con pozo, a causa del seseo; heces se especificó con el sentido de
'excremento' en el lenguaje médico y borra se usa sobre todo para designar la del
café.
145
La vitalidad de concho se manifiesta en la riqueza de sus derivados,
compuestos, usos figurados y modismos:
146
CONNOTADO
En el habla culta del Perú y otros países de América 2 se usa connotado por
notable, es decir, destacado, eminente, insigne, ilustre, sobresaliente, conspicuo 3.
En el Perú tiene solo usos positivos ("connotado hombre de leyes", "connotado
catedrático") pero en la zona del Caribe puede igualmente hacer resaltar una
condición negativa ("connotado estafador", "connotado delincuente"). Santamaría
anota también, sin localización, una improbable acepción americana de "decidido,
definido en una opinión o creencia" 4. No está claro, en cambio, el sentido en que
Concolorcorvo se refiere —ya en 1773— a "los cuatro connotados del señor
arzobispo" de Guatemala 5; tal vez esté ni relación con el empleo de connotado,
sustantivo, por connotación, "parentesco remoto" que registra hasta hoy como
poco usado el Diccionario de la Academia.
de este connotar, con sus derivados connotación 1 y connotativo, dio pie a que la
forma notado 2, equivalente de notable, tomara el prefijo con-, favorito del habla
americana, para reforzar su sentido primario con el matiz de 'consenso general',
'unanimidad' 3.
CONSCRIPCIÓN
147
En el Perú, Ecuador, Colombia, Chile, Bolivia, Paraguay y Argentina es
general el uso de conscripción por reclutamiento, recluta (f.), alistamiento, quinta
y también el de conscripto por quinto, recluta (m.) 4.
5 Bolívar lo usa en 1829, escribiendo desde el Alto Perú: "los pueblos se exasperan
infinitamente con las conscripciones" (véase Obras, III, 111; Hildebrandt, La lengua de
Bolívar, pág. 54 y Léxico de Bolívar, pág. 259-260).
148
CONTRASTE
149
COSA QUE
1 Y documentada también en Bolívar (Obras, II, 61 y III, 741). La edición de 1992 del
Diccionario oficial la registra como uso figurado vigente; en la edición de 2001 ya no
se indica la mención de uso figurado.
2 Incluida en Arellano Moreno, Fuentes para la historia económica de Venezuela,
Caracas 1950, pág. 128.
3 El Perú, Argentina, Uruguay, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Venezuela, América
Central y Antillas.
4 En Comedias, I, pág. 8. Véase también cosa que por para que en Sofocleto al pie de la
letra, págs. 21 y 80; Vargas Llosa, La ciudad y los perros, págs. 32 y 33.
Otro uso americano del cosa que conjuntivo es el que lo hace equivalente a
de modo que, de manera que, de suerte que. Desconocido hoy en Lima, se
documenta igualmente en Segura:
Los usos conjuntivos de cosa que resultan de un normal desarrollo del que
2
es hoy general y están ya documentados en el Siglo de Oro . Como
150
posteriormente se han olvidado en la Península, resultan hoy característicos del
castellano de América 3.
COSTEANTE
escolar o juvenil son casi siempre efímeras, sin duda puede haber excepciones.
Arona creía también que el origen de estos términos estaba en la reducción de la
frase figurada costear la diversión 'proveer material para ella' 1; parece darle la
razón el la enclítico en la expresión costeársela con alguien (o de alguien) que
registra Palma 2 y se documenta sin complemento (costeársela) en el Tunante 3.
Llama la atención que Arona no dedicara más espacio al estudio del origen
de estos dos últimos modismos y de los usos figurados del verbo costear, el cual
tiene que haber precedido al postverbal costeo y al participio adjetivo costeante.
151
COTO
Coto viene del quechua k'oto 'papo de las aves'. El Lexicón de Fray
Domingo de Santo Tomás (1560) ya lo registra (cotto); Caviedes (siglo XVII) lo
usa como apodo de cierto médico y hace un juego de palabras con la voz
castellana coto 'límite':
152
Cotudo se usa hoy en la Argentina, Bolivia 3, Chile, Colombia, Ecuador y
Venezuela (Táchira) 4. Entre sus Neologismos (1896) y sus Papeletas (1903)
registra Palma coto y cotudo como usos vivos en el habla peruana; hoy el término
bocio ha desplazado a coto en nuestra lengua familiar y cotudo no se usa en Lima,
en Huánuco y Arequipa se documenta el derivado cotoso; en Huánuco se
distingue con el calificativo de cotosino al que padece de coto por predisposición
familiar 5.
CUÁQUER
En el Perú y Argentina se llama cuáquer (m.) la avena machacada (a veces
precocida) y las gachas o puches que con ella se preparan. Se trata aquí de un caso
en que cierta marca de fábrica 1 muy difundida en el inglés de los Estados Unidos
(Quaker Oats) ha desplazado a una palabra castellana, avena. La historia es la
siguiente:
A mediados del siglo XVII se fundó en Inglaterra una secta puritana que adoptó el
nombre de Society of Friends, la cual no reconocía jerarquías eclesiásticas ni tenía
pastores propiamente dichos. Según sus creencias, el Espíritu Santo designaba en
cada reunión al miembro que debía predicar, el cual experimentaba convulsiones
como señal de la elección divina. De aquí el apodo de quakers 'temblorosos'
(traducido como cuáquero 2) que acabó por prevalecer como nombre de la secta.
153
Los cuáqueros emigraron a América del Norte y llegaron a ser muy importantes.
Hace algo más de un siglo, a una compañía norteamericana se le ocurrió vender
avena machacada en un envase con la imagen de un viejo cuáquero con su
vestimenta del siglo XVII. En Hispanoamérica —donde la avena no ha sido
alimento tradicional— el producto se difundió junto con esta marca, y en el Perú y
la Argentina se tomó erróneamente la primera palabra de la frase Quaker Oats
como nombre del cereal. Castellanizada la pronunciación (kuáker en vez de la
inglesa, aproximada, kuéiker), se castellanizó la grafía: cuáquer 2; el género
masculino se explica porque en español son regularmente masculinas las escasas
palabras graves acabadas en -er (cráter, clister, etc.).
154
a la inglesa) 'camiseta de hombre, sin mangas' 7; chicle, del primer elemento de
Chiclets Adams 'goma de mascar' (que viene, a su vez, del azteca tzikli); termo (de
Thermos, con pérdida de la s por adecuación a la morfología castellana) 'botella
térmica' 8; terma (Therma) 'calentador eléctrico de agua'; frigider, pronunciado así
o friyider (de Frigidaire)
3 Nylon se pronuncia nailon, como en inglés, en América; en España, nilón fue la forma
primero aceptada (véase Casares, ob. cit. pág. 139), pero ya la edición de 1970 del
Diccionario académico remite nilón a nailon.
4 Véase Tradiciones, pág. 1328; sapolio en C. Palma, Crónicas de Corrales, pág. 180.
5 Véase Blume, Sal y pimienta, pág. 63: "no usa rimel, ni pintura". El ritmo del verso
prueba la acentuación grave.
6 Véase primus en Diez Canseco, Duque, pág. 29; Seoane, ob. cit. págs. 95, 138, 144,
158, 176; Arguedas, ob. cit. págs. 103 y 184.
7 Cfr. Seoane, ob. cit. pág. 149. La variante popular bivirí se atribuye a pronunciación
de japoneses, frecuentemente empleados —o dueños— de lavanderías.
8 Véase termo en Vargas Llosa, La ciudad y los perros, pág. 154; La casa verde, págs.
16, 17, 124, 282. Termo es voz general incluida ya en el Diccionario académico de
1956.
155
cocina hecho de vidrio resistente al fuego'; klínex (Kleenex) 'pañuelo desechable
de papel'; ace (Ace) 'detergente granulado'; curita 'pequeño apósito adhesivo' (de
Curitas, con pérdida de la s como en termo); kolynos (Kolynos) 'crema dental'; etc.
2. Véase Gálvez, Nuestra pequeña historia, pág. 373 ("el Kodak") y Martín Adán, ob.
cit. pág. 24 ("una Kodak').
4. Documentado con la grafía ultracorrecta folleque en C. Palma, ob. cit. págs. 238, 239,
241.
5. Véase Sofocleto en dos columnas, pág. 56: "...se simoniza [se pone brillante] como
una carrocería..."
6. El uso médico de la Thimolina fue aprobado en el Perú hace más de un siglo (1887).
Hoy se emplea poco.
7. Véase Sofocleto, ob. cit. 118. También usa (íd. íd.) poliflor (Poliflor) por 'cera [para
pisos]' y, figuradamente, 'cerumen' (Sofocleto en dos columnas, pág. 118).
Entre las marcas de fábrica de telas o fibras que forman parte de nuestro
vocabulario están viyela (Viyella) 'tela de lana y algodón' y los nombres
comerciales de los más nuevos tejidos sintéticos: polistel (Polystel), tergal
(Tergal), orlón (Orlon) 2, dralón (Dralon), dacrón (Dacron) o, por metátesis,
dracón, etc. Rayón aparece en el Diccionario académico como voz tomada del
inglés rayon.
Marcas registradas que en los últimos años se han hecho designaciones más
o menos genéricas de los objetos correspondientes son comodoy 'cama plegable'
(de Comodoy, marca comercial peruana de muebles de metal); licra 'tela sintética
elástica' (de Lycra, marca registrada de Du Pont, empresa multinacional).
Sanforizado (Sanforized) se refiere al proceso, patentado, que impide que se
encojan los tejidos de algodón.
156
fórmica, de Fórmica 'plancha plástica decorativa para cubrir paredes y muebles';
nicovita (Nicovita) 'alimento balanceado para aves de corral'; vitrovén (Vitrovent)
'vidrio plano angosto y movible usado en ventanas', y otros tantos que siguen
difundiéndose e imponiéndose día a día.
1. Casares daba orlón y perlón (esta última, marca alemana del nylon) como generales
[en 1963] en el mundo hispánico (ob. cit. págs. 139-140).
CUCUFATO
1
Cucufato por santurrón, mojigato, beato y cucufatería por beatería,
mojigatería, santurronería son todavía corrientes en el habla familiar peruana.
Cucufato se conoce también en Bolivia, la región andina de Venezuela (Trujillo) y
algunas zonas de Méjico. La palabra había perdido ya parte de su extensión
americana a principios del siglo XX, a juzgar por datos de Palma, de 1905:
"La voz cucufato, a, no es castellana. He propuesto su admisión a mis
compañeros de la Academia Española de la Lengua [...]. La palabra cucufato, a,
es un americanismo que lleva ya larga vida. Estuvo muy en uso, allá por los años
de 1870, en la prensa de México, Centro-América y Chile. Después de ese año se
157
ha generalizado en el Ecuador, Bolivia y Perú. Ignoro si se emplea en las tres
repúblicas del Plata y en las de Colombia y Venezuela. En la Habana la he oído
de boca de una Señora" 2.
Cucufato tiene todo el aire de una voz de creación expresiva, es decir,
aquella en que la forma misma evoca el concepto representado. Sin embargo, es
probable que este uso americano tenga origen en el nombre de Cucufate, santo y
mártir nacido en África y ejecutado en Cataluña en el año 306. En algunas
regiones de Méjico se emplea todavía cucufate; el cambio de la e final en o podría
explicarse por influencia de beato y mojigato 4.
2. Cartas inéditas, pág. 121. Palma personifica a la Iglesia ñoña en el "padre Cucufato"
(Tradiciones, pág. 1441). Véase "sociedad (...) cucufato" en Gálvez, Una Lima que se
va, pág. 164; cucufatos (de la Universidad) en Adriana de González Prada, Mi
Manuel, pág. 408. Cucufato en Vargas Llosa, Elogio de la madrastra, pág. 192.
4. Tal vez reforzada por la de pacato y timorato, términos con los que tiene cierta
relación semántica. En Extremadura, en cambio, la forma de género común cucufata
se aplica a la persona presumida.
1
En el Perú se usaba también la variante apocopada cucufa que puede
deberse a falsa regresión o a un juego con cucufa 'gorro médico antiguamente
usado para curar ciertas afecciones de la cabeza'. Es probable, igualmente, que
haya relación entre cucufa y Cucufo, nombre del diablo que Ricardo Palma
documenta entre otras varias de sus designaciones populares 2. Clemente Palma
usa cucufo con el sentido de 'embelesado, arrobado' 3.
CUJA
158
infancia, el de cuja 'andas para llevar el ataúd' en los lugares en que no había
coche fúnebre 5.
de Lima por los Mugaburu (padre e hijo) cuenta (6 de enero de 1681) que, al
obligarse a los franciscanos a salir del convento grande, "los legos saquearon todo
cuanto pudieron, llevándose más de 800 gallinas y 24 cujas con otros tantos
colchones, sábanas, almohadas, frazadas..." .
Cuja 'cama' es uno de los tantos arcaísmos de América. Aparte de los usos
peruanos señalados, se emplea —o se ha empleado— con sentido análogo en
Bolivia, Chile 2, Venezuela y la Argentina 3. Con el sentido de 'catre' cuja se
conoce igualmente en Bolivia, la provincia argentina de La Rioja, Nicaragua y El
Salvador.
159
del latín coxa, íd.). Pero Corominas cree, como ya lo pensaba Cuervo , que cuja
'cama' es palabra diferente, tomada del francés couche 'lecho' (de origen latino)
cuando el castellano no había desarrollado todavía el sonido actual de jota, y la
grafía x representaba un sonido sh equivalente al de la ch francesa.
CURCUNCHO
160
Cuenta Camino Calderón que a fines del siglo XIX estuvo de moda en Lima
el dicho ¡No enderezo curcunchos!, con un sentido de rotunda negativa. La
expresión se originó en el infortunio de un torero jorobado, apodado Curcuncho y
enamorado de una dama que le puso como condición para aceptarlo la eliminación
de la joroba. Después de apelar en vano a médicos y curanderos, Curcuncho
perdió el juicio; su tema era preguntar a todo el que veía si conocía algún remedio
para la joroba. Algunos, ya hartos, se le adelantaban con un tajante ¡No enderezo
curcunchos! 3.
Pero el quechua kurku 'tronco de árbol', que había desarrollado —sin sufijo— la
acepción figurada de 'jorobado', pasó como curco al castellano regional de la
Argentina, Chile, Ecuador, Colombia (Nariño) y Perú (Arequipa, Yauyos);
161
correspondientemente, curca es joroba en algunas regiones de Chile. Este hecho
da pie para pensar que kurkuncho puede ser una forma híbrida: quechua kurku
más el sufijo castellano -ncho, de mucha vida en América.
1 Diccionario etimolójico, s. v.
2 Así en el Lexicón de Santo Tomás, s. v. (pág. 84).
3 Véase el Vocabulario de González Holguín, págs. 71b, 72a y 461b.
4 En BCP 5, pág. 207.
DE QUE
162
¿A qué causas puede deberse la actual proliferación del feo de que entre
nosotros?
En primer lugar, hay que considerar la influencia analógica. En castellano
hay verbos que llevan la preposición de como régimen: hablar de, dudar de,
tratar de, quejarse de, asustarse de, alegrarse de, acordarse de, etc. Estos verbos
la conservan, lícitamente, ante que; son, por tanto, correctas expresiones tales
como "habló de que vendría", "dudo de que pague", "trató de que se quedara", "se
queja de que hacen bulla", "no te asustes de que grite", "nos alegramos de que se
fuera", "me acordé de que era tarde", etc.
Resultan, así, construcciones incorrectas tales como "pensé de que eso era
mejor", "¿sabes de que estuvo aquí?", "no creo de que lo haga", "me contó de que
se iba", "opino de que se ponga a votación", "declaro de que esa no fue mi
intención", "sugiero de que se aplace la asamblea", "me avisaron de que había
llegado", "aconséjale de que no renuncie", "veo de que no me han entendido",
"oímos de que viajabas", "sentimos de que se vayan pronto", "espero de que no se
lo cuentes", etc. 1. Lo mismo sucede con las expresiones impersonales resulta que,
sucede que, parece que convertidas en las incorrectas resulta de que, sucede de
que, parece de que, etc.
163
"es indudable de que la culpa es suya", etc. Por último, la invasión del de que
llega a dislocar expresiones adverbiales fijadas tales como así es que, de manera
que, de modo que, convertidas por los adictos al dequeísmo 2 en así es de que, de
manera de que, de modo de que, etc.
1 Los análogos usos incorrectos recordar de que (y aun recordarse de que) pueden
deberse a influencia de acordarse.
Desde hace casi un siglo van teniendo acceso a la educación grupos sociales
emergentes con poca o ninguna tradición familiar de cultura. Pero en nuestro país
la educación pública es todavía vergonzosamente deficiente. Como consecuencia
de ello, un gran número de semieducados ejerce presión social (y, por tanto,
lingüística) sobre una minoría que tiene tradición familiar de cultura, y puede
llegar a imponerle, en algunos casos, usos incorrectos que una educación
deficiente no ha logrado erradicar. En esta lucha, la radio y la televisión, cuya
importantísima influencia se extiende hasta la masa semialfabetizada, resultan
armas de dos filos, pues a veces contribuyen a la difusión y consolidación de
formas lingüísticas incorrectas o vulgares.
164
1. Véase Indianorománica, en RFH VI, N" 3, pág. 229. La supresión indebida de la
preposición de precediendo que (darse cuenta que, olvidarse que, etc.) se registra en
el DRAE 2001 como queísmo (opuesto a dequeísmo). Pero el término queísmo no
subraya la verdadera anomalía, que no está en que sino en la ausencia de la
preposición de: en realidad es un minusdeísmo, si se me permite el término. Dicha
supresión es sistemática en escritores peruanos como Vargas Llosa y Ribeyro.
Véanse, del primero, ejemplos en La señorita de Tacna (págs. 23, 30, 46, 51, 86, 97,
125) y Elogio de la madrastra (págs. 55, 59, 147, 191). En Solo para fumadores
Ribeyro usa dieciséis veces la expresión darse cuenta que, entre otras análogas (págs.
26, 28, 29, 31, 32, 36, 37, 40, 43, 47, 57, 59, 64, 74, 82, 101, 121, 140, 142, 143).
DEBOCAR
En el habla familiar del Perú, Bolivia y el norte de Argentina debocar
equivale a vomitar 1. El uso peruano se documenta ya en una letrilla de Federico
Blume (1894) en la cual ridiculiza a los hombres que se maquillan; la titula,
indignadamente, Golpe con ellos:
derrepente me equivoco,
165
los beso... y luego... deboco" 2.
Por eso son tan numerosos en español los términos que designan la acción
de vomitar. En España se emplean regurgitar, volver,
2 Sal y pimienta, pág. 30. Derrepente por 'a lo mejor, tal vez' es un peruanismo. Véase
debocar en Bravo, Barrio de broncas, págs. 83, 84.
166
DELANTE MÍO
1. Véase buitrear en Vargas Llosa, Los cachorros, pág. 60; el uso pronominal, menos
frecuente, en íd. íd. pág. 50 ("buitreándose la camisa"). El postverbal buitreada 'vó-
mito, vomitona' se usa igualmente en Chile y en el Perú (véase un uso figurado en
Diez Canseco, Duque, pág. 47).
4. Véase, por ejemplo, encima mío en Vargas Llosa, La ciudad y los perros, pág. 60
("yo veía las sombras encima mío"); encima suyo, íd. íd. 302 ("el Jaguar cabalgaba
nuevamente encima suyo"); detrás tuyo, 241 ("he andado detrás tuyo").
167
1. Cfr. Kany, American-Spanish Syntax, págs. 44-46; Corominas, Indianorománi-ca, VI,
N" 3, pág. 229; Rosenblat, Buenas y malas palabras, 432 y NRFH, año 4, número 1,
pág. 59.
2. Véase por ejemplo Capdevila, Despeñaderos del habla, págs. 103 y 164-166; Herrero
Mayor, Diálogo argentino de la lengua, págs. 106-107.
DESDE YA
168
América: se ha difundido últimamente, a partir del Río de La Plata, hasta
Paraguay, Chile 2 y el Perú.
En cuanto a su origen, no ha faltado quien crea que desde ya es un galicismo.
Se trata, en realidad, de un portuguesismo o, mejor, de un brasileñismo; desde ja
(pronunciado desde ya, con la y del castellano) 'desde ahora' tiene análogos usos
en el portugués del Brasil y ha penetrado en el español de Suramérica por el Río
de la Plata. Vía inversa han seguido numerosos castellanismos hoy corrientes en
el sur del Brasil.
1 No la consigna Keniston. Véase una cita poco clara (dende ya) de Kany, en
American-Spanish Syntax, pág. 332. Hoy se oye esporádicamente en la Península
la expresión más o menos equivalente desde ya mismo.
DISFUERZO
169
Disfuerzo se debe sin duda a alteración de esfuerzo por cambio de prefijo y
subsiguiente evolución semántica. El disfuerzo es la negación de la naturalidad y
entraña, por tanto, un esfuerzo para llamar la atención. La confusión entre es- y
dis- no es rara en las hablas dialectales hispánicas. A veces el prefijo culto dis- se
reduce a es- en formas populares; en otras ocasiones, por ultracorrección, el
prefijo dis- se "restaura" donde nunca existió sino es- (o ex-) 3.
Palma tenía toda la razón. Las formas espontáneas del habla familiar se
toman o se dejan, pero no se "pulen" ni se distorsionan, menos aún por alguien
que es ajeno al uso.
DISTICOSO
170
En el habla familiar limeña se califica de disticoso o disticosa a la persona
melindrosa, sobre todo en lo que respecta a la comida. "¡No seas tan disticosa!",
"¡Se debe comer de todo, no hay que ser disticosos!" son amonestaciones
frecuentes en boca de las madres a la hora de comer.
1 Diccionario de peruanismos, s. v.
3 Papeletas lexicográficas, s. v.
171
Totalmente de acuerdo con esta cauta conclusión.
2. Parece relacionado con el disticoso peruano, sin embargo, el esticoso chileno que
tiene la acepción de 'exageradamente escrupuloso', aplicado sobre todo al campo de la
higiene y la limpieza.
DOLAMAS
En Ña Catita de Segura, el sumiso Don Jesús se resigna a seguir soportando
a su mujer, Doña Rufina:
"Suframos, pues, todavía
los desmanes de esa furia
que Dios ha puesto a mi lado
para que expíe mis culpas,
así como a otros les da
sarna, tiña y calenturas
y otras lacras y dolamas
para que expíen las suyas" 1.
Dolamas se documenta en la edición príncipe de La ilustre fregona con el
sentido de 'enfermedades ocultas de las caballerías' 2. El Diccionario de
Autoridades, que cita como única fuente dicha novela de Cervantes, solo consigna
dolame, probable variante (o tal vez errata). El Diccionario académico (2001)
mantiene como forma principal dolame 'enfermedad oculta de las caballerías', y
presenta dolama con este mismo sentido y el de 'achaque' referido a personas.
172
Dolamas 'achaques' es un uso poco corriente en castellano, que se conserva
en Andalucía 3. En América tiene mayor extensión y vitalidad: el Perú 4, Chile
(anticuado), la Argentina, Ecuador , Panamá, Méjico (Yucatán) 6, Santo Domingo,
Cuba y Puerto Rico 7. En el habla familiar limeña dolamas tiene todavía (va
cayendo en desuso) el sentido de 'achaques, indisposiciones, enfermedades
2 Este es el pasaje: "Y aconsejóle que no compre bestia de Gitanos, porque aunque
parezcan sanas y buenas, todas son falsas y llenas de dolamas" (véase Fernández
Gómez, Vocabulario de Cervantes, s. v.).
4 Véase dolamas 'achaques' en el Drama de los Palanganas (s. XVIII), pág. 108 de
la 2.ª edición Sánchez. También en Gálvez, Estampas limeñas, pág. 177 y Calles
de Lima, 25; Ventura García Calderón, Páginas escogidas, 888.
DONDE
173
En el Perú es general el uso del adverbio donde como preposición. Para un
peruano no hay, en realidad, modo de remplazarlo en expresiones tales como "está
donde un amigo", "comí donde Alberto ", "voy donde mi tía", "llamé por teléfono
de donde mi hermana", "pasaré por donde el sastre", etc. 2.
3. Chile, Bolivia y parte de Argentina (en este último país predomina la expresión
sinónima lo de: "voy a lo del médico"), Ecuador, Colombia, los Andes y el Occidente
de Venezuela (en este país predomina la expresión equivalente casa de: "vaya casa
del jefe [a su oficina]"), la América Central, Puerto Rico y República Dominicana
(casi no se conoce en Méjico). Véase Kany, American-Spanish Syntax, págs. 363-366.
174
1 "Barbarismo puro y neto muy común entre la gente vulgar de Castilla" (Diccionario
de galicismos, s. v.).
2 Andalucía, Navarra, León, Aragón y las provincias vascas; en León y Galicia llegan
al nivel de la lengua literaria.
5 Antes se usó con el mismo valor la preposición para (véase Cuervo, Apuntaciones,
párrafo 458). En el doblaje al castellano de series televisadas (especialmente aquellas
producidas en inglés) se oye desde hace unos años la preposición con como
equivalente de a casa de, a lo de, donde. Por ejemplo: "anda con el médico y tráelo
pronto"; "voy con la policía a sentar la denuncia", etc.
8 Véanse usos esporádicos de Bolívar en Obras, I, 874, 937; II, 274, 416, 490, 504,
805; III, 206, 208, 213, 218, 280, 294 y Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 341-
343 (t. Léxico de Bolívar, págs. 346, 348, 550, 643, 644, 645).
"cuando niño...", etc. Análoga evolución han sufrido el francés chez y las formas
correspondientes del portugués septentrional y de los dialectos de Córcega y
Sicilia.
DRAGONEAR
En las guerras seculares libradas entre España y Francia, fue notable la
superioridad tanto de la caballería francesa como de la infantería española. Para
dar a su infantería mayor movilidad, los franceses crearon, a mediados del siglo
XVI, una especie intermedia de soldado: el infante transportado a caballo hasta el
campo de batalla y capaz de combatir a pie o montado. Este soldado recibió
pronto el nombre nuevo de dragon 1.
175
de comisario en la escuadra peruana y estaba "muy distante de escribir tradiciones
y dragonear
2. Dragona se llamó una especie de charretera (en Chile y Méjico el cordón del puño de
la espada) y dragoncillo designó cierta arma de fuego pequeña. Véase Almirante,
Diccionario militar, etimológico, histórico y tecnológico, s. v.
EMPACARSE
176
aplicaba también, en tono festivo, a los oradores parlamentarios parlamentarios
que tenían dificultades de expresión en medio de un discurso.
1. Tradiciones, págs. 873 y 960. Palma se refiere a un joven indio que "dragoneaba de
pongo" (véase pongo en este volumen) de un cura (ob. cit. pág. 1189). Camino
Calderón dice de un zambo (véase) muy viejo que "dragoneaba en el arriesgado y
lucrativo oficio de camaronero" (Cuentos de la costa, pág. 14; véase también
dragonear en su Diccionario folklórico, págs. 53 y 110).
6. Véase el uso figurado en Gamarra, Cien años, pág. 166: "el hombre se ha
empacado…".
7. Diccionario de peruanismos, s. v.
El padre Acosta describe, en 1590, una costumbre del paco que explica
nuestros usos de empacarse y emplea muy tempranamente el término, y aun el
derivado de sentido contrario desempacarse. Después de aclarar que los pacos no
toleran una carga que pese más de seis arrobas, continúa:
"Los pacos a veces se enojan y aburren con la carga, y échanse con ella sin
remedio de hacellos levantar; antes se dejarán hacer mil piezas, que moverse,
cuando les da este enojo. Por donde vino el refrán que usan en el Perú de decir de
uno que se ha empacado, para significar que ha tomado tirria, o porfía, o
despecho, porque los pacos hacen este extremo cuando se enojan. El remedio que
tienen los indios entonces es parar y sentarse junto al paco y hacerle
177
2. Alpaca no se incluye en los primeros vocabularios quechuas (tales como los de Fray
Domingo de Santo Tomás, Antonio Ricardo y González Holguín) ni tampoco en la
obra del Inca Garcilaso. En el Lexicón de Santo Tomás aparece paco, pero solo en su
sentido de 'rojizo'; en los vocabularios de Ricardo y González Holguín el término
designa ya al animal, lo mismo que en los Comentarios Reales. En cambio allpaca se
documenta ya en el diccionario aimara de Bertonio (1612), no solo como designación
del animal sino también con los sentidos figurados de 'pequeño' y 'manso, afable', al
parecer basados en algunas características de dicho animal (el color "alazano" se
traduce en la misma obra como paco paco). El peruanismo auquénido, aplicado a la
llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco, ha sido recientemente reemplazado por
camélido sudamericano en la nomenclatura zoológica oficial, a causa de que la
Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica notó tardíamente que este
calificativo ya designaba a cierta especie de insecto (véase El habla culta, s. v.
auquénido).
3. Paco 'rojizo' se usa en algunas regiones del Perú, Chile y la Argentina; en otras
designa sustantivamente un mineral de plata ferruginoso (de color rojizo). El nombre
(generalmente despectivo) de paco, aplicado al policía en el Perú, Chile, Bolivia,
Ecuador, Colombia y Panamá, se explica corrientemente por el color de su uniforme
(o del poncho que lo complementa; véase Lenz, Diccionario, s. v.). Pero algunos
lexicógrafos lo explican por generalización del hipocorístico Paco, ya sea proveniente
de Francisco (véase Kany, Semántica hispanoamericana, Madrid 1962, pág. 67) o de
Pascual, según el uso chileno (Román, Diccionario de chilenismos, Santiago, 1901-
1919, 5 vols., s. v.).
muchas caricias y regalalle, hasta que se desenoja y alza, y acaece esperarle bien
dos y tres horas, a que se desempaque y desenoje" .
178
pacos y alpacas, sino que es una formación sobre paca 'fardo', voz de origen
germánico que pasó al castellano a través del francés pacque, hoy anticuado.
Según Corominas, de paca 'fardo' sale empacar 'embalar' y del diminutivo de
pacque, pacquette, viene a su vez el español paquete.
1. Historia natural y moral de las Indias, libro cuarto, capítulo XLI (edición BAE, pág.
137a). Véase también Cobo, Historia del Nuevo Mundo, edición BAE, I, pág. 367.
6. Uso igualmente conocido en América, pero más propio de la lengua escrita y literaria.
EMPARAR
179
diputado, tiene un altercado en la Cámara y dice de su adversario: "yo ya le tenía
medido para empararle con un cabezazo" 4.
180
emparar. Tal vez ha habido, además, en la vía de la evolución semántica,
influencia de aparar (del latín apparare 'preparar') que tiene desde el siglo XVII
el sentido de 'acudir con las manos a recibir algo'.
1. En BCP 9**, pág. 183. Véase otro uso figurado de emparar en Seoane, Hombres y
rejas, pág. 77. Camino Calderón usa la expresión emparar trompos en la uña con el
sentido metafórico de 'coger una idea al vuelo', 'responder con rapidez e ingenio'
(Diccionario folklórico, pág. 142).
"Por fin, abriendo canales por aquí, faginando por allá y estacando por acullá, se
lograba desviar las aguas desde Zarate y largarlas hacia el fundo fronterizo
Vicentelo, donde el Mancháu Matías las emparaba y las dirigía contra la parte
baja de Zarate" 1.
EMPATAR
En el juego o el deporte, en una elección o votación, empatar es, como se
sabe, 'igualar al adversario, no ganar ni perder'; este empatar, general en la lengua,
se tomó del italiano impattare. Pero hay, además, otro empatar 'unir, juntar,
empalmar, ensamblar, añadir' 2 conocido en Andalucía, Galicia, Canarias y gran
parte de América: la Central y Antillas, el oriente de Méjico, Venezuela,
Colombia, Perú, Bolivia y Chile 3.
En el Perú, donde tiene menos vida que en otros países americanos, este
segundo empatar es un término del léxico de electricistas y gasfiteros (véase esta
voz). Un empate es un empalme de alambres, cables o tuberías y también un
ramal de la línea principal
181
1. Cuentos de la costa, pág. 17; véase íd. íd. 18.
2. El DRAE 2001 incluye empatar como una sola entrada (da el uso americano en la
quinta acepción) del italiano impattare "terminar iguales, sin ganar ni perder".
3. Véase "le empataba una negada a la verdad más evidente" en El Periquillo Sarniento,
de Lizardi (obra escrita en Méjico h. 1813), pág. 36. En Cuba y otros países de
América empatar se ha especificado metafóricamente con el valor de 'empalmar
disparates, mentiras o injurias' y empatarla es, por antonomasia, 'empalmar una
borrachera con otra'. En Chile empatar el tiempo equivale a matar el tiempo y
empatarse a demorarse o perder el tiempo. En Venezuela empate es 'lo que hace
perder el tiempo', pero empatar(se) tiene diversos sentidos: 'empalmar una fiesta, o
una comida, con otra', 'acometer dos personas una tarea común', 'reconciliarse',
'enredarse' un hilo o cuerda, 'pegarse una persona a otra', etc. (véase Rosenblat,
Buenas y malas palabras, págs. 192-195).
Empatar es, pues, uno de los tantos marinerismos en tierra 4 que dan
fisonomía peculiar al español de América. Su generalización se explica por la
obligada convivencia de marineros y pasajeros durante los largos meses de
travesía atlántica. Asimilados durante ella y vividos intensamente en momentos de
solidaridad ante el peligro, muchos términos del habla marinera 5 hicieron la
invasión de la costa y aún la ascensión de los Andes en boca de conquistadores,
funcionarios y todas las otras gentes que vinieron de la Península Ibérica para
poblar las regiones australes del Nuevo Mundo.
ENANTES
182
1. En Venezuela empate es el 'cordón o alambre con que se ata el anzuelo a la cuerda' o
la 'atadura' misma, con usos figurados en los cuales alterna el derivado empatadijo
(Rosenblat, ob. cit.). En Colombia empate es el mango de la pluma; en Honduras
empatador es el casquillo de metal de la pluma y en Nicaragua el portaplumas.
Empatadura es en Cuba y Puerto Rico la añadidura o empalme y también el cordón
que se emplea para hacerla.
En los países del Pacífico, sin embargo, dos de las formas compuestas de
antes han sobrevivido en el habla culta familiar: en el Perú y Ecuador ha triunfado
enantes; en Chile, denantes. En los tres países se corrigen como vulgares e
incorrectas las formas con reduplicación enenantes y endenantes 3.
183
1 Enante, con pérdida de la consonante final, también se documenta en el siglo XVI
(véase Keniston, ob. cit. pág. 584). Cervantes usa denantes en prosa y en verso
(Vocabulario de Fernández Gómez, s. v.). Un gramático de fines del XVIII incluye
denantes —referido al "dicho o palabra proferida poco antes"— entre las "partículas"
que son objeto de su estudio e ilustra el uso con ejemplos del Quijote (véase Gregorio
Garcés, Fundamento del vigor y elegancia de la lengua castellana expuesto en el
propio y vario uso de sus partículas, I, pág. 130).
Por todas estas razones enantes nos resulta insustituible. Pero nuestra
predilección por su uso, aunque en cierto modo justificada, no nos debe impedir
considerar las cosas desde el punto de vista de la unidad de la lengua.
184
En la edición de 2001 del Diccionario académico se consigna el adverbio
enantes con la acepción americana de "recientemente" y la desusada de "antes".
ENCOMIENDA
Este uso de fines del siglo XVIII documenta la transición entre el sentido
genérico de 'encargo' y el específico de 'paquete postal', que hoy constituye un
extendido americanismo 2. En el XVIII se usaba también en América el derivado
encomendero con el sentido de 'gestor de negocios por cuenta de otro'; el
Diccionario de Autoridades lo da como "término mui usado entre los
Comerciantes de Indias". De esta acepción parte, sin duda, el uso cubano de
185
encomendero 'proveedor de carne para un municipio' y el peruano de
encomendero por pulpero, tendero, abacero, bodeguero.
1. Ed. BCP, pág. 310; véase también encomiendas en íd. págs. 175, 188, 306 y
en Alonso Carrió de la Vandera, verdadero nombre de Concolorcorvo,
Reforma del Perú, pág. 97.
ENTRE MÁS
186
Véase, por ejemplo, "chinito encomendero" en Camino Calderón, Cuentos de la costa, pág.
41 y este pasaje de Duque de Diez Canseco: "Todavía, movimiento en la calle china. De las
encomenderías, voces guturales del chino musical" (pág. 99). Véase, además, de Cabotín,
Viendo pasar las cosas, pág. 28; Mejía, Ayer y hoy, pág. 32 y Gálvez, Estampas limeñas,
pág. 105 ("la encomendería del chinito").
En el Perú llegan al nivel oral y familiar del habla culta. En Méjico se documentan en el
lenguaje periodístico.
inter) por mientras, los cuales perduran en varias regiones de España y América 1.
ESCARAPELAR
En el habla familiar del Perú escarapelar tiene el sentido de 'espeluznar,
poner la carne de gallina' 4; asimismo puede entenderse como 'dar dentera', es
187
decir, producir una sensación desagradable en los dientes y encías. El uso
pronominal, muy frecuente, equivale a 'ponérsele (a uno) la carne de gallina'.
1. Documenta usos mejicanos como "inter más lo pienso, estoy más seguro", "ínter más
me cura, me pongo más malo" (ob. cit. pág. 53).
3. León, Aragón, Salamanca. Para Cuervo, estas construcciones eran propias del "vulgo
español" (ob. cit).
Por otra parte, desde el XVIII escarapela había tomado el sentido figurado
de 'divisa hecha con cintas fruncidas de diversos colores' 5, acepción que
Corominas explica por el desacuerdo entre dichos colores, es decir, por su
abigarramiento.
188
1. Sal y pimienta, pág. 190.
3. Págs. 121, 129 y 132, respectivamente. Véase también escarapelar en Sofocleto al pie
de la letra, pág. 73 y Ugarte Eléspuru, Lima y lo limeño, pág. 175; Vargas Llosa,
Conversación en La Catedral, II, 108 y Elogio de la madrastra, 93.
6. Arona cita estos versos de una loa de Calderón, Los tres mayores prodigios: "vino,
erizando la frente, / escarapelando el cuello / la melena, que dél pende"; concluye
que, puesto que aquí se trata de un león bravo, escarapelar pondera también los
efectos del furor (Diccionario de peruanismos, s. v.).
De otro lado, está sin duda en relación con la idea de 'arañar' el uso de
escarapelar por 'descascarar, desconchar, resquebrajar' (referido a enlucidos,
pinturas, etc.) corriente en Colombia, Venezuela y Costa Rica. El uso de
escarapelar 'ajar, estrujar', 'manosear, estropear', restringido a Colombia y la
región andina de Venezuela (Táchira), lo explicaba Cuervo por influencia directa
del falso étimo pelar.
EXTRAÑAR
El 18 de octubre de 1909, Palma da noticias a su hijo Ricardo del
cumpleaños de su hermana menor, Augusta, celebrado con funciones de teatro
doméstico:
"Ríete de María Guerrero y de su consorte. Las artistas de casa les han echado
pan, según colegirás por las cartas de tus hermanitas. Mucho te extrañamos en la
fiesta de familia" 1.
189
del siglo XIX, en El Periquillo Sarniento del mejicano Fernández de Lizardi.
Soportando
2. Íd. íd. pág. 143. Véase igualmente extrañar 'echar de menos' en Dávalos, Lima de
antaño, pág. 105; Blume, Sal y pimienta, págs. 195 y 333; Gálvez, Nuestra pequeña
historia, pág. 96; Vallejo, Novelas, 45; Seoane, Hombres y rejas, 194; Arguedas,
Diamantes, 131; Congrains, Lima, hora cero, 91; Vargas Llosa, La ciudad y los
perros, 75 y 279; La casa verde, 63, 309, 323, 364 y 382; Conversación en La
Catedral, I, 24; II, 101, 176.
190
1. Pág. 85; véase también íd. íd. págs. 99, 110, 144, 179, 229, 252, 267, 276, 308, 323,
406; un uso general, opuesto a los anteriores, en íd. íd. 159: "no extrañaría otra cosa
más que mi ausencia".
2. Véase extrañar 'echar de menos' en Cortázar, Rayuela, pág. 114 y Final del juego,
págs. 36, 51.
FAITE
191
tener faitecitos de frac" 4. Para Gálvez, en cambio, el tipo mismo del faite entraña
"una degeneración del antiguo mozo malo, pendenciero y jaranista, que
perteneciendo a altas clases sociales, se dejaba seducir por el bullicio, la alegría y
gustaba, como amante de lo criollo, de ir de parranda en parranda, pero sin
explotar su gracia ni su fuerza" 5. Los faites de buena familia —hubo, según
Gálvez, hasta
1. Una Lima que se va, capítulo titulado "Los faites", págs. 53-63. Véase guapo en este
volumen.
2. Ob. cit. págs. 57 y 58.
3. Cien años, págs. 17 y 16, respectivamente.
4. Ob. cit. pág. 17.
FESTINAR
En Muro dobleancho, una de las Escalas de Vallejo, se lee:
192
"Hemos entrambos festinado días y noches de holgazanería, enjaezada de
arrogantes alcoholes... " 4.
193
2. En Bolivia festinatorio es 'irreflexivo, precipitado'.
FLORIPONDIO
194
mastuerzo pare mastuerzo,
floripondio, floripondio
195
2 En Odriozola, Documentos literarios, 2, págs. 125-126. Véanse otros usos de
floripondio en el Mercurio Peruano, tomo III, pág. 81; Arona, Cuadros y episodios
peruanos, págs. 44, 119, 153, 176, 217; Ventura García Calderón, Páginas escogidas,
914, 915; Vargas Llosa, Elogio de la madrastra, 63.
3 Véase este uso en Cortázar, La vuelta al día en ochenta mundos, pág. 98.
4 En Viendo pasar las cosas, pág. 43. Véase la formación humorística desflorinpodiar
en Serafina Quinteras, Así hablaba Zarapastro, pág. 51.
5 Véase una alusión a este sentido en Sofocleto al pie de la letra, pág. 33.
196
1. Véase Baladas peruanas, págs. 36-37.
2. Véase Diccionario crítico etimológico, s. v.
4. Historia del Nuevo Mundo, libro quinto, capítulo XXXVI (vol. 91, pág. 218
de la edición BAE).
andaluz del siglo XVI, pondera su viveza afirmando que "le sacaba consonante al
floripondio" 1.
FOJA
Foja viene del latín folia 'hojas' 2. Como en el caso de leña, boda y otros, un
neutro plural latino (ligna, vota) dio origen a un femenino singular castellano, por
haber prevalecido en esta lengua el género asociado a la terminación tradicional
en -a.
197
3. Con sonido de j suave, semejante al de la h inglesa.
5. La mayor parte del mundo hispánico prefiere hoy en el uso forense el cultismo folio
(del singular latino folium).
6. Véase fojear en Gamarra, Cien años, pág. 43. Hoy se usa más hojear.
FORADO
198
1 Véase foja de servicios en Gamarra, Rasgos, pág. 16 y Cien años, pág. 87;
Vargas Llosa, La ciudad y los perros, págs. 167, 262, 278, 315; Conversación en
La Catedral, II, 155; Pantaleón y las visitadoras, 13, 102. También en Sofocleto
al pie de la letra, pág. 32.
al reconstruirse una finca ruinosa, cayó de pronto de las apolilladas vigas una
dorada y tintineadora lluvia de monedas, o al abrirse un forado para hacer una
puerta, apareció un esqueleto y junto a él, un arcón lleno de pergaminos y
monedas" 1.
En los usos actuales de forado hay casi siempre una connotación de ilicitud
o de clandestinidad. "Se escaparon varios presos haciendo un forado", "Robaron
una joyería introduciéndose por un forado" son ejemplos frecuentes de titulares en
los diarios limeños 2. Este uso se documenta también en Gálvez:
"Cuentan que los ladrones abrieron en cierta casa un forado, y por él fueron
introduciéndose al interior, mientras un honrado y valiente vecino fue
degollándolos uno a uno..." 3.
Forado es, pues, un arcaísmo del castellano del Perú. Hay además noticias
de su supervivencia en Chile 6 y se ha conservado
2. En la replana forado ha sido sustituido por ventosa (Bastos, Argot, pág. 70), que
parece deberse a deformación de ventana.
3. Una Lima que se va, pág. 84. Véanse usos de Clemente Palma en Crónicas de
Corrales, págs. 27 y 84. Vallejo hace un juego de palabras entre forado y forajido:
"Forajido tormento, entra, sal / por un mismo forado cuadrangular" (Obra poética,
pág. 196).
199
4. En el Vocabulario quechua de González Holguín (1608) todavía se da la forma
horado; también horadar y horadado (pág. 547b).
FRAZADA
Frazada por manta (de cama), tejida de lana u otras fibras y más o
menos espesa o cardada, es término del habla familiar en el Perú 2, la Argentina 3,
Cuba, Méjico y otras regiones de América. En Méjico se documenta desde el siglo
XIX la variante jergal y anómala fruza, también el derivado regular enfrazadado
'envuelto en una frazada' y el modismo taparse con una frazada 'compartir la
misma suerte' 4.
En regiones como Venezuela, donde se ha olvidado frazada 5 pero
tampoco es usual manta (la palabra del español general), predomina cobija (que
puede aplicarse también a la manta de viaje). Pero en gran parte de América (Perú
incluido), lo mismo que en Andalucía, cobija tiene el sentido colectivo de 'ropa de
cama' que incluye sábanas, cubrecama y mantas o frazadas (por eso se prefiere el
plural cobijas).
2 Véase frazada en Gamarra, Cien años, pág. 28; Vallejo, Novelas, 222; Vargas Llosa,
La ciudad y los perros, 173 y La casa verde, 295.
4 Véase fruza en Lizardi, El Periquillo Sarniento, pág. 127; enfrazadado, en íd. íd.
págs. 71 y 182; taparse con una frazada, 182.
200
5 Cfr. usos de frazada (y frezada) por Bolívar, Sucre y otros venezolanos de la época,
en Hildebrandt, La lengua de Bolívar, pág. 259 (t. Léxico de Bolívar, págs. 468-469).
alternó con manto para designar la prenda femenina que cubría cabeza y torso. La
saya y manto es el título de una comedia de Segura estrenada en 1842 1. Y el
Tunante hace, en su artículo titulado "La manta", el elogio y despedida de esta
prenda, que se fue con el siglo XIX 2.
FUETE
Fuete 'látigo, fusta' viene del francés fouet, de igual significado. Este
galicismo (que no se conoce en España) tiene en América larga vida y
considerable extensión: Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela
2. En BCP 9**, págs. 129-132. La manta sobrevivió hasta el primer tercio del siglo XX,
pero ya relegada al uso de la mujer del pueblo o clase media baja. Era muy apreciada
la llamada manta de vapor.
201
4. El Diccionario Vox (edición de 1987) daba ya frazada, del catalán flassada, como
forma principal; asimismo, el derivado frazadero "el que fabrica frazadas".
la América Central, Antillas y Méjico. Junto con fuete se usan los derivados
fuetear 'azotar' 1, fuetazo 'latigazo' 2 y, en diversas regiones, fueteada, fuetiza o
fuetera 'azotaina'.
Lo cierto es que la zona del Caribe ha sido siempre el área de más vida
de este galicismo 5, que se documenta en Santo Domingo desde fines del siglo
XVIII. Desde allá pudo extenderse hacia el sur y llegar hasta el Perú, actual límite
de su expansión. En ese caso, el hecho de que en fuete se pronuncie una t que no
se oye en el francés fouet podría explicarse por influencia del verbo fouetter
'azotar', en que la t intervocálica sí se pronuncia.
La edición de 2001 del Diccionario de la Academia no registra fuete3 ni
foete. Tampoco sus derivados.
1. Malaret remite fuetear a la variante con prefijo afuetear, y da esta como uso
centroamericano y peruano; afuetear no se conoce en Lima, por lo menos. En Ve-
nezuela enfuetarse es 'retorcerse', referido a cuerdas.
3. Se trata, sin embargo, de meras variantes gráficas. Véase foete en Camino Calderón,
Diccionario folklórico, pág. 135 y Alegría, Los perros hambrientos, págs. 22 y 68;
foetazo, 34 (pero juete y juetazo en boca de los personajes populares, pág. 68); foete y
foetazo en Vallejo, Novelas, págs. 197 y 199. Malaret da también la variante afoetear
referida al Perú (véase la nota 1).
5. En el habla cubana se emplean las locuciones verbales dar fuete 'usar con exceso'
(algo) y dar un fuetazo 'copular' (Paz Pérez, ob. cit. págs. 135 y 179).
202
FUNDIR
1. Lima por dentro y fuera, Descanso XIII, Romance 14 (pág. 146 de la edición de
París; véase también íd. íd. pág. 84).
2. Ob. cit. págs. 86-87. Medio por medio real. En Chile estar fundido (por alguien) es
'estar muy enamorado'; que está fundido como un lacho (véase lacho) se dice del niño
muy mimado.
4. Ob. cit. pág. 1497; véase también íd. íd. 973; Gamarra, Cien años, 71, 222.
203
frecuente: "solo los cándidos 1 se funden" es una máxima pesimista de el Tunante
2
.
En la misma línea semántica está el uso de fundido (con sentido activo) por
mortificante, fastidioso; fundidera por molestia, fastidio y las expresiones fundir
la paciencia 4 y fundir la pita 'molestar, importunar '.
Fundir viene del latín fundire 'derramar, desparramar', 'derretir', el cual
desarrolló en lenguaje familiar las acepciones de 'dispersar al enemigo',
'derribarlo', 'destruirlo'. De esta última parten sin duda los usos castellanos de
fundir por arruinar, documentados desde Berceo 5 pero más tarde olvidados en la
lengua general, en tanto que se conservaban y desarrollaban en América.
Cuando la f inicial se hizo en castellano h (primero aspirada y finalmente
muda), fundir se hizo hundir 6, usado con el sentido genérico de 'derribar,
arruinar, destruir': por ejemplo, 'echar a pique' (un barco); de este uso, y con el
apoyo del adjetivo hondo 7, salió tardíamente la acepción de 'sumir, echar al
fondo', hoy general. Por otra parte, se volvió a tomar directamente del latín la
forma fundir, con el sentido específico de 'derretir', referido especialmente a
metales.
3. Pág. 51; véase también íd. íd. 55, 60, 92; La ciudad y los perros, 65, 179, 180.
6. Véase jundirse (la jota representa la pronunciación con h aspirada, conservada en este
caso y unos cuantos otros) en Gamarra, Rasgos, pág. 56.
7. Que no tiene relación etimológica con hundir, pues sale del latín profundus por
pérdida del prefijo; véase Corominas, Diccionario crítico etimológico, s. v. hondo.
204
FUNGIR
205
4 Véase Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 344-348 (t. Léxico de Bolívar, pág.
167).
FUSTAN
206
2. Véase la variante poner como fustán de tamalera en C. Palma, Crónicas de
Corrales, pág. 194.
3. Véase "sin pensar en la enagua ni el fustán" en Ruinas, pág. 352.
En castellano se usa desde el siglo XIII fuste 'bastón, garrote' (del latín
fustis, íd.) que tuvo también un efímero sentido de 'madera' del cual surgieron los
específicos de 'arzón' 4 de la silla de montar y 'palo' en que se fija la lanza. De este
último parte, a su vez, el sentido metafórico de 'fundamento' vigente en la
expresión hombre de fuste.
1 Véase Coen Anitúa, El lenguaje que usted habla, págs. 26-27. La variante fustal es
también antigua. Fusteda fue nombre de otra tela de algodón similar al fustán (véase
Rodríguez Marín, Dos mil quinientas voces castizas y bien constituidas, s. v.).
2 Véanse otros usos peruanos de fustán en Blume, Sal y pimienta, 9, 37 y Vargas Llosa,
Conversación en La Catedral, I, 261. El plural fustanes, antes predominante, se
documenta en Rojas y Cañas, Museo de limeñadas (BCP 9*, pág. 278); Gamarra,
Cien años, 16, 20, 46, 69 y Rasgos, 49, 163; Dávalos, Lima de antaño, 41; Blume, ob.
cit. 270; González Prada, Letrillas, pág. 180 y Congrains, Lima, hora cero, 123.
3 En Tipos menudos de Moncloa, pág. 210; también en Cabotín, Viendo pasar las
cosas, 24 y González Prada, Letrillas, pág. 44. Malaret da fuste como uso del Ecuador
y Venezuela.
207
Apoya esta hipótesis el hecho de que en la sierra del Perú y en
Venezuela se llame, con análoga imagen, fondo la prenda interior femenina
correspondiente a fustán o enagua 1. Fustán designa hoy en Venezuela un vestido
externo de algodón, de uso campesino; fustanear tiene el sentido figurado de
'dominar la mujer al marido'.
FUTRE
Según Lenz, y también Corominas 6, futre viene del francés foutre, verbo
(del latín futuere 'tener trato carnal con una mujer') usado a partir del siglo XVIII
como interjección obscena. Los chilenos ricos que a fines del siglo XIX
acostumbraban pasar largas temporadas en París 7 se aficionaron, probablemente
por esnobismo,
2 Véase Camino Calderón, Cuentos de la costa, págs. 4 y 30: "los sombreros chafados y
los zapatos boquiabiertos de los futres bajopontinos" (bajopontino es el habitante del
barrio antiguo y pobre de Bajo —o Abajo— el Puente). Malaret consigna como
peruano y chileno el dicho futre pelado, bolsillo planchado.
4 En este país futrearse es 'vestirse con rebuscamiento'; con el sentido de 'ponerse futre'
se documenta futriarse en un cuento lambayecano de Camino Calderón (ob. cit. pág.
68).
7 Véanse usos de futre 'oligarca' en José Donoso, El obsceno pájaro de la noche, págs.
101, 121, 122, 123, 127, 175.
208
a esta interjección y la siguieron profiriendo a su regreso. El pueblo, que no
entendía el término, lo devolvió como apodo a quienes lo usaban 1.
En Salamanca futrique, sin duda del mismo origen que el chileno futreque
'mequetrefe', significa 'inútil, tonto'. En España se documenta futraque 'levita'
(hoy desusado) que algunos autores dan como étimo de futre pero que parece,
según Corominas, derivado de futre con influencia de fraque 5.
1 Casos análogos de apodos basados en usos lingüísticos de quienes los reciben son
haiga, en España 'automóvil grande y lujoso' asociado al nuevo rico (originalmente al
indiano enriquecido pero ignorante que usaba dicha forma verbal arcaica y vulgar) y
che, aplicado al argentino y, por antonomasia, al revolucionario Ernesto Guevara. Dice
Rosenblat que, en virtud del criterio de corrección interno de cada comunidad
lingüística hispanoamericana, "se designa a las comunidades vecinas con un apodo que
caracteriza sus modos de hablar (los ches, los ticos, los alas, los primos, los manitos,
etc.)" (en El criterio de corrección lingüística, pág. 117).
4 Igual origen tiene el sinónimo futir usado en Chile y Puerto Rico; lo mismo el
asturiano futirse 'burlarse'.
209
GAGO
En el Perú se califica de gago o gaga a la persona que pronuncia o
articula floja y confusamente; es decir, a quien no vocaliza —más exactamente,
no consonantiza— con la debida precisión y nitidez 1.
210
Canarias y Extremadura. Parece exclusivo de Colombia el uso de gagoso como
sinónimo de gago 1. El panameño gaguillo 'gaznate' puede deberse a cruce de
gago con galillo en su acepción de garguero 'parte superior de la tráquea'.
4. Corominas (ob. cit.) da, entre un buen número de voces coincidentes con el hispano
gago y el francés gaga, el bretón medieval gagoill 'tartamudo' y el gaélico gagach, íd.
6. Guido Monteverde, quien en 1953 inauguró una sección de crónica social titulada
"Antipasto gagá" en su efímero semanario Masas (la sección continuó en el diario
limeño Última Hora, pasó a Correo y volvió a Ultima Hora). Según información de
Monteverde, fue un artista italiano quien le dijo que gagá significaba 'distinguido' en
ese idioma.
GALIFARDO
211
En el habla familiar del Perú galifardo tiene todavía el sentido
despectivo de 'haragán, vividor, sinvergüenza'. El término aparece en
costumbristas de principios del siglo XX y fines del XIX, tales como Clemente
Palma y Abelardo Gamarra 1, pero su empleo debe de remontarse por lo menos al
siglo XVIII.
2. Unas coplas hondurenas dicen: "Son ricas para el puchero / las gallinas de montaña /
[...] la gallina que es campuza / y también la galifarda" (cit. Alfonso Sastre, Lumpen,
marginación y jerigonça, pág. 341).
212
Corominas 1, el uso metafórico de califa 'muchacho travieso', 'persona poco
recomendable', todavía usual en Andalucía.
GALPÓN
"Este nombre galpón no es de la lengua general del Perú; deve de ser de las
islas de Barlovento; los españoles lo han introducido en su lenguaje con otros
muchos que se notarán en la historia. Quiere dezir sala grande; los Reyes Incas las
tuvieron tan grandes que servían de plaça para hazer sus fiestas en ellas cuando el
tiempo era llovioso y no dava lugar a que se hiziessen en las plaças"'
213
La opinión más difundida atribuye a galpón origen azteca y lo deriva de
calpulli 'casa o sala grande'/barrio'. Corominas apoya esta tesis y da como etapas
sucesivas del cambio las siguientes: primero una forma con consonante inicial
sonorizada, no documentada, *galpole; segunda, la apocopada galpol
(documentada en la edición de 1723 de los Comentarios Reales); tercera, la
disimilada galpón 2. Pero Rosenblat, que ha cuidado ejemplarmente su edición de
la obra del Inca, cree que la forma intermedia galpol se debe a simple errata.
Galpón es hoy palabra desconocida en Méjico. Los lexicógrafos mejicanos
la sienten como extraña al país y a la lengua azteca 3. Sí se usa, en cambio, calpan
'conjunto de habitaciones destinadas a los peones de las haciendas'. De calpan
podría haber salido galpón, a través de una forma hispanizada aguda *calpán,
luego alterada en *calpón, por analogía con aumentativos del tipo de corralón; de
calpón, por sonorización de la primera consonante, habría salido galpón 4. En
todo caso, calpan y calpulli son formaciones sobre la misma raíz azteca: calli
'casa'. Calpulli 5 ha dado galpul 'conciliábulo' en Honduras y Guatemala.
1 Arona definía así galpón: "El conjunto de casas de quincha donde vivían los esclavos
negros en las haciendas, y en donde siguen viviendo hasta hoy, junto con sus familias
y demás peones". (Diccionario de peruanismos, s. v.). Véase "sudar lo mismo que un
negro / que trabaja en el galpón" en Segura, El sargento Canuto, acto único, escena X;
galpón también en Artículos, pág. 113. Véase galpón referido al alojamiento de negros
esclavos en López Albújar, Matalaché, págs. 47, 200, 230. Hacia 1816 se documenta
en Arequipa un uso de galpón 'cuarto de depósito en las iglesias' (véase Camón
Ordóñez, ob. cit. págs. 141-142 y 422).
4 Véase Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 219-221 (t. Léxico de Bolívar, pág.
601-603).
GAMONAL
214
su sentido hasta llegar a significar 'dadivoso, gastador', en el Perú —donde tuvo su
mayor vigencia— extremó el matiz negativo hasta entenderse como 'terrateniente
que explota al indígena'. El gamonalismo fue realmente una forma moderna de
feudalismo 2 hasta la promulgación de la ley de Reforma Agraria (24 de junio de
1969).
de 1823 a julio de 1825; esta capa superficial es, por ello mismo, efímera: los
peruanismos salen de la memoria de Bolívar apenas perdida su funcionalidad, es
decir, apenas abandona el territorio peruano 1.
Por eso, el hecho de que Bolívar use la palabra gamonal en una carta escrita
(en Barranquilla) el 11 de octubre de 1830, cuatro años después de haber dejado el
215
Perú y solo dos meses antes de su muerte, hace pensar que el Libertador emplea el
término como usual en Venezuela o Cundinamarca. Debe notarse, además, que en
este contexto gamonal tiene connotaciones positivas: se aplica precisamente a los
prohombres de Bogotá que apoyaron el movimiento encabezado por el general
venezolano Urdaneta en favor del Libertador. Sobre ese movimiento dice Bolívar:
"Pepe Serna, M. París, Benavides, Izquierdo, Acero y todos los gamonales han
sido cabezas principales" 2.
GASFITERO
En el Perú se llama gasfitero 3 al fontanero, es decir, el obrero que instala y
repara tuberías y otros artefactos empleados en el servicio de agua potable y
alcantarillado; en Chile se emplea la variante gásfiter 4. En ambos países
gasfitería 5 equivale a fontanería. El uso ecuatoriano, probablemente limitado a
Guayaquil, parece deberse a una moderna extensión desde el Perú.
1. Véase Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 189-235 (t. Léxico de Bolívar, pág.
565-567).
2. Obras, III, 471 y Hildebrandt, La lengua de Bolívar, 208 (t. Léxico de Bolívar, pág.
587).
3. Véase gasfitero en Blume, Sal y pimienta, pág. 212. Por absorción de la s final de
sílaba, previamente aspirada, se oye en la lengua popular una variante gafitero.
216
Otro anglicismo sinónimo de gasfitero es plomero, del inglés plumber, íd.
Plomero por fontanero se usa en Andalucía y diversas regiones de la América
hispana 6 lo mismo que su derivado plomería, equivalente de fontanería y
gasfitería.
¡GUA!
En nota aclara que gua es "expresión provincial que a menudo la usan [las
limeñas]" 1. Un siglo más tarde Arona define así el término:
"¡Gua! –Interjección que en sí misma no significa nada, ni dice más que ¡Ah! u
otra interjección cualquiera, pero que se ha hecho de gran celebridad entre los
extranjeros por la frecuencia y gracia con que la usan las limeñas, y también los
hombres, siendo una muletilla general, casi siempre seguida de palabras
especiales, ¡gua, qué lisura!, ¡gua! ¿qué cosa? y a veces ¡gua, gua, gua, gua,
gua! como si se dijera ¿cómo, cómo, cómo? al oír relatar algo que pasma" 2.
217
El gua era, pues, característico de las limeñas, en quienes constituía "un
dengue y una monada" 3 hasta el punto de ser frecuente el dicho no hay limeña sin
gua 4. En labios femeninos aparece, a veces reduplicado, en las limeñísimas obras
de Segura 5. El olvido del gua en Lima es solo de ayer.
2. Diccionario de peruanismos, s. v.
5. Véase Comedias, II, 106, 124 y 141; "¡gua! ¡gua!" en boca de un personaje femenino
en El Sargento Canuto, acto único, escena V (Artículos, pág. 109).
6. Cfr. López Albújar, Matalaché, 146 y Vargas Llosa, Los jefes (ambientada en Piura),
pág. 35.
8. Véase, por ejemplo, Fernando Romero, Quimba, fa, malambo, ñeque. Afronegrismos
en el Perú, s. v.
218
americano, como el de Valencia, sale de un diferente guay de burla (remedaba la
risa burlona) que coexistió en la época clásica con el guay de lamentación o
amenaza.
GUAPO
2. Véase este uso, documentado a principios del siglo XIX, en Hildebrandt, La lengua
de Bolívar, págs. 293-294 (t. Léxico de Bolívar, págs. 516-517).
Pues bien, el uso que para Arona era artificioso ha cobrado modernamente
vitalidad en Lima 1. Pero su difusión no ha tenido como consecuencia el olvido de
219
la acepción típicamente americana con la que coexiste 2, la cual ha seguido siendo
fecunda en todo el continente. Véanse, como muestras de esa fecundidad, los
siguientes derivados:
1. Se oyen también, con los sentidos respectivos de 'bien parecido', 'hermosa', los
derivados guapetón y guapetona y los superlativos guapísimo y guapísima.
3. Véase guapear en C. Palma, Crónicas de Corrales, págs. 115, 122; Vargas Llosa, La
ciudad y los perros, pág. 173; guapeador en Gamarra, Rasgos, 127 y guapeada en C.
Palma, ob. cit. 90. En el Diccionario militar de Almirante (publicado en Madrid en
1869) todavía se incluye guapear "ostentar ánimo y bizarría en los peligros", pero
solo se trata de una transcripción de la acepción obsolescente que se mantiene aún en
la edición de 2001 del Diccionario de la Academia.
5. El guapo, antecesor del compadrito, era el peleador del suburbio de Buenos Aires.
Véase Borges, Evaristo Carriego, en Obras, págs. 115, 128 ("el guapo era [...] un
cultor del coraje"), 129, 140, 149, 157, 160.
GUARAGUA
En el habla familiar del Perú guaragua está cayendo en desuso, con los
sentidos de 'perifollo, adorno exagerado del vestido', 'rodeo verbal, circunloquio,
floreo', 'esguince, contoneo', 'dibujo caprichoso, arabesco' 1; en Chile, Bolivia y
Ecuador tiene —o ha tenido— usos análogos. En guaragua y su derivado
220
guaragüero hay un indudable matiz de mal gusto, implícito en todo lo superfluo,
pero también hay gracia o gracejo, dengue y hasta disfuerzo (véase esta voz).
Guaragua es palabra antigua en el castellano del Perú; según Palma, se
documenta ya en un pasquín en verso del siglo XVII. El Conde de Alba de Liste,
apodado el virrey hereje por su pugna con la Inquisición y con el Arzobispo de
Lima, se enfrentó a Su Ilustrísima (Don Pedro Villagómez, sobrino de Santo
Toribio de Mogrovejo) el día de Corpus de 1657. El arzobispo asistía a la
procesión bajo un quitasol; el virrey, que no lo llevaba, conminó al arzobispo a
que se descubriese en acatamiento de la majestad real: el arzobispo optó por
retirarse. Felipe IV zanjó el incidente prohibiendo a ambos, arzobispo y virrey, el
uso de quitasol en las procesiones. Lo cual dio origen a que apareciera en las
paredes de ambos palacios, el virreinal y el arzobispal, este pasquín:
"¡Vítor el rey español
1. En el siglo XVIII se llamaban guaraguas los cantares ejecutados por actores teatrales
al final de una representación (véase Gálvez, Estampas limeñas, pág. 43).
221
documenta en los viejos vocabularios de Santo Tomás y González Holguín;
tampoco en Garcilaso.
El hecho de que la extensión de guaragua sobrepase el área de sustrato
rimasimi no es, sin embargo, definitivo para descartar hipótesis de su origen
quechua: es sabido que varios quechuismos de probado origen se conocen
también en la América Central 2 por tardía extensión a través de Panamá.
1. Ob. cit. pág. 345. Véase también guaragüero en Gálvez, Nuestra pequeña historia,
pág. 219; "caballo guaragüero" (el que ejecuta graciosamente el paso) en íd. Calles
de Lima, pág. 162; andar guaragüero en íd. íd. 78.
GUARAPO
222
"que albóndigas de guarapo [sic]
El guarapo era todavía popular en Lima durante el siglo XIX; una sátira de
Larriva se refiere a quienes "sin temer la muerte / cenan su cacho 5 de guarapo
fuerte" 6. Guarapear "beber guarapo con exceso', guarapazo 'trago de licor' y
guarapero 'aficionado al guarapo, bebedor, borracho' son derivados corrientes en
el Perú 7. En Huánuco se usan, además, guarapería 'tienda donde se vende
guarapo' y guarapona 'escandalosa' 8.
Pero guarapo tuvo siempre mayor vitalidad en la zona del Caribe. Lo
demuestran derivados tales como: guarapera o guarapería 'tienda pequeña y
pobre' (Venezuela); guarapero 'vendedor o bebedor de guarapo' (Nicaragua,
Cuba); guarapillo 'bebida fermentada de zarzaparrilla' (Honduras), 'cualquier
infusión medicinal' (Puerto Rico) y 'borrachín' (Nicaragua); guarapazo 'trago de
licor' y, por extensión,
1. Véanse las págs. 65, 69, 89 y 103 de la 2.a edición Sánchez; guarapeo 'acción de
beber guarapo' en íd. íd. 55.
2. Después de las comidas: se trata de una relación crítica de diversos postres limeños.
223
menear el guarapo tiene en Cuba los sentidos de 'castigar' y 'acicatear en el
trabajo'. En Colombia volver guarapo una cosa es 'hacerla trizas' y volverse
guarapo 'empaparse'.
224
4
y la provincia argentina de La Rioja. En Chile y Bolivia se llama también
guarapón o guarapona a la persona gorda y pesada.
GUARIQUE
3 Véase el uso sustantivo en Arona, Ruinas, pág. 305; el adjetivo en Palma, Tradiciones,
pág. 1071.
225
El origen de guarique no es claro. Aunque no falta quien le asigne étimo
quechua (un supuesto *wariki, en todo caso tardío en esa lengua), la verdad es que
el término no aparece en los vocabularios antiguos (Santo Tomás, González
Holguín) ni modernos (Lira). Y, fuera del Perú, la palabra no se conoce en otras
zonas americanas de sustrato quechua: Ecuador, Bolivia, Chile, sur de Colombia o
noroeste argentino 4.
Guarique podría tal vez explicarse por deformación del castellano guarida
5
: la terminación -ique, presente en meñique 'dedo pequeño', ha producido
derivados nuevos en algunas hablas regionales de la Península 6. Pero faltan datos
que confirmen esta hipótesis.
HAMBRUNA
226
perruno, gatuno, zorruno), pero excepcional en el caso de formación de
sustantivos como hambruna.
Hambruna se documenta en América desde 1764, en el vocabulario
araucano-español que publicó en Lima el jesuita Febrés: la palabra indígena villa
se traduce como "carestía, hambruna, esterilidad de víveres y mantenimientos" 2.
3. Nótese este derivado (por cobreña, cobriza) forjado por Arona por mera exigencia de
la rima consonante.
227
Mario Vargas Llosa usa también hambruna(s) para referirse al hambre
individual extrema y prolongada:
"… una peste (the Great Plague la llamarían los historiadores) asoló Londres:
murieron millares de personas y la ciudad vivió unas semanas de indescriptible
horror, con la hambruna, los crímenes y robos…".
HUACHAFO
228
En nuestra habla familiar huachafo tiene el sentido aproximado de 'cursi'.
En uso sustantivo predomina el femenino: huachafa es la mujer de mal gusto,
sobre todo en el vestir, y huachafita es la muchacha de origen modesto que
presume de una situación social y económica que no tiene. Huachaferío es el
conjunto de gente de medio pelo o de mal gusto; huachafería, que hoy equivale a
cursilería, se ha usado también como nombre colectivo. Huachafero es el hombre
de nivel social superior que frecuenta la compañía de huachafitas. Huachafoso y
huachafosa son más o menos sinónimos de huachafo y huachafa 1. Menos se
emplea el aumentativo huachafón, -a; mucho, los superlativos huachafísimo, -a y
huachafosísimo, -a. Huachafearse algo es hacerse común, vulgarizarse (menos
frecuente es la forma con prefijo ahuachafarse). Hoy se usa poco el intransitivo
huachafear 'comportarse como un huachafo', 'andar en compañía de huachafas'.
Parece creación personal y libresca el huachafismo que consigna Tovar 2.
Huachafieri es formación humorística del tipo de calatieri y baratieri (véase
calato).
Ángela Ramos hizo la tipología de este espécimen social peruano con
agudeza y fino sentido del humor. Clasificó al tipo masculino en huachafo,
huachafoso y huachafón: "el huachafo es intrascendente; el huachafoso,
incongruente; el huachafón, estridente" 3. El tipo femenino tiene para ella los ricos
matices de la huachafa, la huachafosa y la
229
En 1938 Clemente Palma afirma, coincidentemente, que huachafa es un
"modismo inventado hace treinta años" por Jorge Miota, "gran observador de las
costumbres y psicología de la clase media" 3. La fecha deducida, 1908,
corresponde al auge de la revista limeña Actualidades. Precisamente entre los
colaboradores de Actualidades menciona Gálvez a
"Jorge Miota, introductor del término huachafita con diferente sentido al
colombiano guachafita por gresca, zalagarda o tremolina, aquí aplicado a la
muchachuela presuntuosa y cursilona, dengosa y melindrera. El vocablo tuvo
fortuna, creció y floreció en innúmeras variantes: Huachafo, huachafoso,
huachafero, huachafería, huachafear, y le infundió gracia vital Fausto Gastañeta
230
guachafa se debería a falsa regresión, por haberse tomado el terminal de
guachafita como un sufijo de diminutivo. De guachafa habría salido luego, por
analogía, el masculino guachafa, y de este los demás derivados 3. Pero las
etimologías con nombre propio e
1. Calles de Lima, págs. 47-48 (huachafita subrayado por el autor). Después de recordar
las típicas visitas y tertulias limeñas dice Gálvez: "Donde se mantiene mucho la
costumbre de las visitas es entre las huachafas [...]. Los huachaferos gozan
inmensamente con estas tertulias en las que hay un movimiento y colorido semejantes
a los que hubo en las antiguas casas más encumbradas de Lima. La huachafería no es,
efectivamente en el fondo sino un atraso en las costumbres, un rezago y una dificultad
de adaptación que engendra a mi ver imitaciones exageradas o deficientes... Entre los
visitantes no hay que olvidar, junto al huachafero o amante y especialista de la
huachafería, el huachafoso, parte integrante de ella..." (Una Lima que se va, págs.
175-176). Cfr. el superlativo huachafosísimo en Héctor Velarde, Obras, 2, págs. 294
y 396.
2. Lo aceptan, además, Enrique Tovar (ob. cit. s. v.), Federico Schwab (en la revista 3,
N.º 4, marzo de 1940, págs. 16-22, artículo titulado "Lo huachafo como fenómeno
social") y Gastón Roger (artículo titulado "Elogio de la huachafa" que incluye esta
descripción impresionista del término: "curiosa combinación de tres sílabas, en que
apuntan un diptongo travieso, una ch obesa y bufona y una f insultante"). Véase, de
Willy Pinto Gamboa, "Envés y reflexión de lo huachafo" (Letras, Año 48, N.os 84-85,
1976, págs. 135-201), ensayo cuyo subtítulo es, precisamente, "Jorge Miota: vida y
obra".
231
sentido de 'desorden en un garito'; son también viejos el diminutivo guachapita y
las respectivas formas alteradas guachafa y guachafita, que al fin se impusieron.
Pero queda por explicar la coincidencia del cambio consonántico p > f en
regiones tan distantes. Asimismo, la coincidencia del uso de guachafa 'mujer
cursi' en el Perú y Centroamérica (Guatemala) que señala el mismo Corominas,
difícil de explicar en un caso moderno, por no ser ya Panamá un crisol de lengua
común hispanoamericana.
La hipótesis del origen colombiano del peruanismo huachafo se refuerza,
sin embargo, con estos datos que me proporciona Estuardo Núñez:
4. Hay datos sobre el uso de guachapear 'hurtar, más como travesura que como delito'
en el Perú, así como también sobre su postverbal guachapeada. Dichos usos se
conservan en Chile.
232
cuartel de Santa Catalina (mi padre) que, como sus compañeros, era asiduo
concurrente a las fiestas de las alegres colombianitas" 1.
HUACHO
o huacha califica a la persona que está sola por ausencia de un ser querido 1.
Huacho viene del quechua wakcha o wajcha 'pobre', 'huérfano'. Este último
sentido está latente en los usos peruanos mencionados: huacho era, en un
principio, no cualquier fracción del billete de lotería, sino solo la última, la que
quedaba "huérfana" y era voceada por eso, según una superstición, como probable
favorita de la suerte. Pero, al hacerse huacho equivalente de cualquier fracción,
nació la forma aparentemente redundante del pregón: ¡el último huachito!
Posteriormente se documenta el diminutivo solterito para designar la fracción que
queda última cuando se vende el billete entero de lotería por fracciones.
233
guachada 'vulgaridad' (en la Argentina, 'acción mal intencionada') y enguacharse
'rebajarse'. En Chile huacho es 'huérfano', y también la 'cría animal huérfana que
crece en casa'; huachaje el 'rebaño de terneros sin madre', ahuachar 'domesticar' y
ahuacharse 'encariñarse'; huacha es la planta de cultivo que accidentalmente crece
sin haber sido sembrada (en la Argentina, guascha); huacho, el objeto desparejado
(uso que también se documenta en el Perú). El compuesto híbrido huachalomo
por solomo, usado en Chile y el Perú, parece estar en la misma línea que el
argentino (La Rioja) guachalocro 'locro [guisado de zapallo] pobre'.
1. Véase guacho 'solo' ya a fines del siglo XVIII (Drama de los Palanganas,
pág. 33 de la 2.a edición Sánchez: "... en tu ausencia está guacho..."
la consonantización del primer elemento del diptongo, que es hoy muy fuerte en la
lengua y lo era ya en el siglo XVI. En las primeras transcripciones de lexicógrafos
y cronistas se prefiere, por ello, la grafía gua- (hua- indica una reacción cultista
posterior) l.
234
ilegítimos que los conquistadores tuvieron en mujeres indígenas americanas 3.
Pero no proporciona datos que comprueben esta hipótesis, y las supervivencias
regionales de guacho en la Península (tiene los sentidos de 'cría de ave, pollo' en
Andalucía y 'chiquillo' en Albacete, Cuenca y Murcia) no indican predominio de
la acepción de 'bastardo' sobre la de 'huérfano'.
Por otra parte, parece que el sentido quechua original de 'pobre, miserable,
indigente', era todavía vivo en el castellano del siglo XVII y principios del XVIII,
pues subyace en las acepciones 'hidrópico', 'llorón, quejoso' que incluye
Autoridades bajo guácharo.
JABA
Jaba, 'cajón enrejado usado para el transporte de objetos frágiles', es un
indigenismo original de la América Central; procede probablemente del taíno
(arahuaco insular).
Oviedo relata, hacia 1526, que los indios de Cuba y Haití "hacen unas
cestas que llaman havas para meter la ropa e lo que quieran guardar, muy bien
tejidas". La grafía hava (o haba, también variante antigua) corresponde
fonéticamente a la actual jaba o java: la h se pronunció hasta el siglo XVI como
aspirada 2 y la v se pronunciaba —y se pronuncia— en castellano como bilabial, al
igual que la b.
Los españoles extendieron el uso y el nombre de la jaba desde el Caribe
hasta Chile, pero el área original del término sigue siendo la de su vida más rica.
En Cuba jaba ha conservado su acepción primitiva de 'cesto para guardar objetos'
(su derivado jabuco designa específicamente el cesto redondo de boca angosta);
en sentido figurado jaba es 'joroba'. En Guatemala jabear es 'robar'; en Riohacha
(Colombia) jabudo es 'grande', referido a objetos.
En Cuba son también importantes los modismos a que ha dado lugar esta
palabra. Tener (o llevar) en jaba (un negocio, contrato, etc.) equivale a 'tenerlo
235
seguro', pero tener (o llevar) la jaba es 'no haber soltado el pelo de la dehesa' (se
dice también soltar la jaba) 3. Tomar la jaba es 'salir a mendigar' (porque jaba se
llama también la 'mochila del mendigo') o estar en situación de tener que hacerlo.
No poder ver a otro con jaba grande expresa gráficamente la actitud del
envidioso.
4. Diccionario de peruanismos, s. v.
JALAR
Jalar es la misma palabra castellana halar, pronunciada con la h
aspirada que tenía en el siglo XVI (que representa la grafía moderna jota). Halar
se tomó a mediados de ese siglo del francés haler 'tirar de algo por medio de un
cabo', voz marinera de origen germánico. En la mayor parte de España halar fue,
y es, término exclusivo del habla marinera.
236
América Central, Antillas y Méjico, por ejemplo, jalar ha llegado a desplazar casi
totalmente a tirar en los usos que expresan movimiento hacia el sujeto: las puertas
de vaivén de los establecimientos, por ejemplo, tienen como letreros opuestos
empuje y jale.
3. En La serpiente de oro Alegría usa jalar, jalar agua o jalar las palas por 'bogar,
remar' (págs. 20, 21, 29, 108, 225). En Bolivia, Puerto Rico y parte de Méjico jalar es
'irse, largarse': en Bolivia se dice mandarse jalar (como mandarse mudar); en Gua-
temala jalar camino es 'emprender la marcha'.
4. Véase jalar por tirar en Vargas Llosa, La ciudad y los perros, págs. 65 y 66; jalarse
los pelos en íd. íd. 67; jalar la lengua 'sonsacar' en íd. La casa verde, 84; jalar las
orejas en La señorita de Tacna, 98; jalar la cadena (del retrete o excusado, modelo
antiguo) 'hacer correr el agua del retrete' y, en uso figurado, 'dar por concluido' algo,
'pasar a otra cosa' en Conversación en La Catedral, II, 187, 263 y I, 14 (uso figurado).
Véase jalar la lengua 'sonsacar' en Alegría, La serpiente de oro, 28. En la prosa de
Vallejo predomina el familiar jalar sobre el literario halar; véase Novelas, págs. 199,
286, 289, 294 (jalar) y 70 (halar).
5. Véase jalón en Vallejo, ob. cit. 235, 294; jalones de mechas en Clemente Palma,
Crónicas de Corrales, pág. 68.
237
decir, 'ya no doy más') y por llevar en automóvil, como favor o cortesía: "¿puedes
jalarme?". Jalarse la cara es 'hacerse la cirugía estética en el rostro'. Estar jalado,
medio jalado o jaladito era aquí y en otras partes 'estar achispado' 5.
1. Véase este uso en Vargas Llosa, La ciudad y los perros, págs. 20, 21 y 37.
4. En Cien años, pág. 59: "en casa del diputado contra, todos jalan a S. E.".
5. Véase jaladito en Segura, Artículos, pág. 327. En Méjico tiene el mismo
sentido el derivado jalisco que juega con el topónimo idéntico (en Bolivia
jalisco es 'ladrón', porque jalar se usa también como eufemismo por robar,
estafar, arrebatar). Jalado es 'demacrado' en la América Central y Riohacha
(Colombia); en algunas regiones de Méjico tiene el sentido de 'obsequioso'.
Jalada es en Guatemala la manija del automóvil. Jalarse es 'embriagarse' en
gran parte de América; en Cuba y Colombia jala o jalera es 'borrachera'; en
Méjico y Guatemala jalón es 'trago de aguardiente'.
JUANILLO
238
También se llamaba juanillo hasta hace algún tiempo —el nombre
probablemente se conserva en algunas localidades del país— la prima o derecho
que cobraba un Concejo o Municipio por adjudicar en arriendo cada puesto de
venta en un mercado 3. En Chile juanillo es la gratificación que dan el comprador
y el vendedor (o solo uno de ellos) a los intermediarios que actúan en una
operación de compraventa. Una frase de Martí parece darle el significado de
'sobreprecio' 4.
Pero en los usos peruanos antiguos de juanillo predominaba un matiz de
ilegalidad que lo hacía sinónimo de cohecho, soborno. La Gaceta del Gobierno
del Perú correspondiente al 1 de junio de 1822 publicaba, por ejemplo, este aviso
oficial:
"Para evitar los abusos que en perjuicio de una porción considerable de familias
indijentes [?] pueden cometerse en la venta por menor de tabaco, exijiendo con el
nombre de juanillo una
4. En una nota periodística del 7 de noviembre de 1881 dice que "Mr. Gould, el
pobrecito de Nueva York, gobierna 11.714 millas de ferrocarril, cuyo valor, con su
juanillo, alcanza a $ 616.500,000..." (Sección constante, pág. 37).
gratificación de los que quieran ser preferidos para la compra de tabaco de mejor
calidad, el gobierno ha resuelto que [a] todo el que denunciare al director de la
renta algún abuso a este respecto, probado que sea, se le dará una gratificación de
50 pesos, cuya suma pagará el infractor, y a más se le impondrá la pena que esté
en proporción a las circunstancias del abuso" 1.
239
Juanillo es obvio derivado del nombre propio Juan, tradicional
designación del hombre simple 3 y raíz de derivados despectivos del tipo de
juanete 'sobrehueso del pie'.
240
eufemística. Y es probable que haya tenido en otros tiempos mayor vigencia en el
castellano de América.
LABERINTO
limeño de fines del siglo XVIII anota, a propósito de la creación del Estanco del
Tabaco:
"Para todas las enunciadas disposiciones fue nombrado pa[ra] Director Gral. el
S[eñ]or Josef Antonio de Larriba, quien pa[ra] el menos laverinto de estas
Operaciones dispuso el q'e cada lavor fuese en Sala separada con sus números a
la Puerta..." 1.
241
Y en El resignado exclama un personaje:
"¡Esta es una Babilonia!
¡Un laberinto infernal!
¡Está Lima de correr
y no volver a ella más!" 4.
4. Acto II, escena IX (en Artículos, pág. 213). Véase también Las tres viudas,
acto III, escena I (en Comedias, I, pág. 219). Cfr. el plural en Gamarra,
Rasgos, 61 ("... en medio de estos laberintos...").
5. Cartas indiscretas, pág. 150. Véase un uso semejante, referido a una
vivienda que se está amoblando ("La casa era, pues, un laberinto") en
Moncloa, Tipos menudos, pág. 4. Cfr. otro uso de laberinto 'alboroto,
confusión, desorden' en Vargas Llosa, Conversación en La Catedral, II,
105.
242
En cuanto a las hablas regionales españolas, en Salamanca se registra
laberiento (y aun labariento) con el sentido de 'ocupación, tráfago'. Se trata sin
duda en este caso de una divergente evolución semántica apoyada en una
importante alteración formal.
LAJA
Hoy laja es voz corriente en el Perú y casi todo el resto de América con
el sentido de 'losa, lancha, piedra naturalmente plana, generalmente pizarrosa y
243
cortante, de poco espesor y superficie algo irregular' 2. Se conserva igualmente en
Filipinas, Canarias, Galicia y Andalucía; en la sierra de Cartagena (España) es
nombre popular de un mineral; en Navarra laja (seguramente a partir de la idea de
'superficies planas superpuestas') ha tomado el sentido de 'aparador o armario de
cocina', por los anaqueles que lo componen.
1. Historia del Nuevo Mundo, edición BAE, I, pág. 120. Véase laja en
Concolorcorvo, El lazarillo de ciegos caminantes, edición BCP, pág. 302.
244
El Diccionario de la Academia (2001) registra laja 1 (del portugués laja,
y este del latín hispánico lagena) como equivalente de lancha (y esta como "pie-
dra más bien grande, naturalmente lisa, plana y de poco grueso"). Como segunda
acepción de laja 1, del lenguaje marítimo, da "bajo de piedra, a manera de meseta
llana".
LAMPA
En el Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y el interior argentino (Catamarca)
lampa es el término usual en vez de pala 4 o azada (que
2. Prácticamente desusado en América para evitar la ambigüedad, efecto del seseo, pues
tiene gran extensión el americanismo enlozar, la correspondiente formación sobre
loza. En el Perú y Chile, por ejemplo, se llama fierro enlozado el hierro esmaltado
que se emplea en la fabricación de utensilios domésticos.
245
La ll quechua se despalatalizó más tarde en varios dialectos de la región
central correspondientes a las actuales provincias de Cajatambo, (anta y Chancay,
en el departamento de Lima, y a parte de los de Junín y Huánuco 8. En esas zonas
llanpa se hizo lanpa.
2. Véase lampero en Seoane, Hombres y rejas, pág. 173; Alegría, ob. cit. 172. En el
Ecuador (donde se usa más que lampa el aumentativo lampón, como azadón) el peón
que emplea la herramienta se llama lampeador.
3. Véase lampear en Seoane, ob. cit. pág. 161 y Alegría, Los perros hambrientos, pág
35.
7. Comentarios Reales, Advertencias acerca de la lengua general de los indios del Perú
(tomo I, pág. 9 de la edición Rosenblat).
llama 'ganado'). Y es aun posible que la forma quechua dialectal lanpa se haya
difundido, a través del castellano, en otros dialectos del runasimi en los que no se
había realizado el proceso de despalatalización de la ll inicial.
LEGAL
246
Arguedas (que representa el castellano de Ayacucho). En su cuento "Los
escoleros" ('escolares'), uno de ellos reta a su rival, en cierta justa típica de la
región:
"Tú sabes hacer wikullo 4 mejor que yo; si eres legal haz para los dos" 5.
2. Recuérdense, entre muchos, cosa y causa, cadera y cátedra, menudo y minuto, siesta
y sexta, redondo y rotundo, delgado y delicado, soltero y solitario, etc.
Lima. "¡Qué legal!" o, sobre todo en habla juvenil, "¡qué legalito!" eran asimismo
exclamaciones encomiásticas frecuentes. Con estos usos coincide, en parte, el
portugués del Brasil: "a praia esteve um negocio, legalissima" (frase tomada de
una revista carioca).
En Huánuco el adjetivo legal 1 se ha hecho grave, légal, solo en su uso
figurado de 'estupendo' 2. Pero, a pesar de tratarse de una región bilingüe y de ser
la palabra llana estructuralmente característica del quechua, no es probable que la
trastrocación del acento de legal se deba a influencia de esa lengua. Podría ser,
más bien, resultado de un cierto tipo de juego expresivo con miras al refuerzo
semántico de un término que, como sucede generalmente con los encomiásticos,
pudo haberse desgastado en dicha región.
Fuera ya del terreno exclusivamente lingüístico, ¿es socialmente
significativo que una palabra como legal haya llegado a hacerse cálida
exclamación de encomio en el habla familiar peruana? ¿Puede inferirse de ello
que nuestro pueblo vive en activa y efectiva relación con la ley, y que la
juridicidad está entre sus máximos valores?
247
Obviamente, no. La importancia del lenguaje forense como cantera de
americanismos populares se explica, simplemente, porque en América arraigaron
muy pronto "el viejo formulismo jurídico y la afición hispánica al papeleo" 3. Es
decir, el aspecto solo formal de lo legal y de la legalidad.
LIMOSNERO
1. Véase legal en Gálvez, Calles de Lima, pág. 159; Diez Canseco, Estampas mulatas,
págs. 14 y 24.
3. Véase esta afirmación, referida a Venezuela pero igualmente válida para todo el
continente, en Rosenblat, Buenas y malas palabras, págs. 210 y 246.
248
ese mismo sentido, pero se documenta igualmente con el opuesto de 'pedir
limosna' en autores españoles de los siglos XVI, XVII y XVHI. Esta acepción,
olvidada en España , se conserva en el Perú y otros países de América 6. El
Tunante censura a los políticos que andan "limosneando los votos" y se indigna de
que algunos escolares de nuestras serranías, a falta de papel, tengan que escribir
en "fragmentos de cartas limosneadas
1. Pág. 53.
2. Tomo II, pág. 306.
3. En Lenguas de América, pág. 119.
4. Cien años, pág. 222 y Rasgos, págs. 118-119; otros usos en Cien años, págs. 127, 138
y Rasgos, págs. 66 y 201. Véase limosnero 'mendigo' en Cortázar, La vuelta al día en
ochenta mundos, pág. 104 (reproduce una información venezolana).
5. En su Rebusco de voces castizas el Padre Mir incluye limosnear 'mendigar' con los
derivados (tal vez un poco teóricos) "limosneador, limosneadero, limosneadura,
limosneativo, limosneatorio, y otros, que tocan al que pide limosna". En el Prólogo de
la misma obra el autor censura a los españoles que "sin razón limosnean" palabras de
otros idiomas (pág. IX).
6. En la provincia argentina de San Luis, limosnear y limosnero se han hecho, por
metátesis, lismonear y lismonero; igualmente limosna se ha hecho lismona (véase
Battini, El habla rural de San Luis, pág. 64).
LISURA
Pero como la franqueza puede —y suele— ser excesiva, liso tomó más
tarde el sentido de 'fresco, atrevido, descarado' y lisura el de 'frescura,
atrevimiento, descaro'. Estos usos se conservan hoy en gran parte de América: la
249
Central, Venezuela 3, la costa de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia 4, Chile, el
interior argentino y Uruguay.
Los usos peruanos han sido, y todavía son, especialmente vivos y
variados. Se está olvidando, es verdad, la fina lisura de la mujer limeña, hecha de
gracia y picardía, de coquetería e intención maliciosa: lisura que era hermana
gemela del disfuerzo (véase) y como este arma temible en la estrategia sutil de la
tapada. Gálvez pinta a la tapada limeña en este terceto:
"¡El orgullo en la fuerza de una sola mirada!
1. Cien años, págs. 66 y 125. Véase también íd. íd. pág. 127 y Rasgos, 64, 65, 129.
5. Último del soneto titulado "La tapada", incluido en Estampas limeñas, pág. 30; véase
también íd. íd. pág. 42.
250
Pero en la edición de 1992 del Diccionario de la Academia se retiró de
liso "desvergonzado, atrevido, insolente, respondón" toda referencia dialectal.
Lisura, en cambio, se registró con la acepción "gracia, donaire" restringida al
Perú; la de "atrevimiento, desparpajo" circunscrita al Perú y Panamá y la de
"palabra o acción grosera e irrespetuosa" con un ámbito americano ampliado a
Guatemala.
LUNAREJO
se aplica al pelaje moteado de los caballos; con esa limitación ha pasado del Río
de la Plata al portugués del Brasil.
251
Lunarejo no es actualmente término despectivo en el Perú, pero puede
haber tenido en un principio matiz peyorativo, como sucede con otros derivados
con el sufijo -ejo. Parece haberlo tenido, por ejemplo, en el apodo de la Lunareja
adjudicado a cierta soez tendera limeña de principios del siglo XIX 4. Y
seguramente lo tuvo también en el apodo de el Lunarejo 5 aplicado a nuestro
insigne
1. Pág. 569b.
5. Según Clorinda Matto de Turner, Juan de Espinoza Medrano tenía "rostro y manos
salpicados de muchos lunares negros, que le atrajeron el nombre de Lunarejo —
bautizo de colegio que recibió grado universitario— ojos negros de expresión
melancólica..." (cit. por Luis Jaime Cisneros y Pedro Guibovich Pérez, "Juan de
Espinoza Medrano, un intelectual cuzqueño del seiscientos: nuevos datos bio-
gráficos", en Revista de Indias, vol. XLVIII, N.os 182-183, pág. 332). En el Drama de
los Palanganas (1776) se documenta Lunarejo como sobrenombre (pág. 65 de la 2.a
edición Sánchez).
humanista del siglo XVI Juan de Espinoza Medrano, célebre por su erudito
Apologético en favor de D. Luis de Góngora 1.
MACANA
Dice Garcilaso que los indios del Perú llamaban macana una especie de
porra que se manejaba con ambas manos 3. Pero el Inca no explica el origen del
término, ni, menos aún, le atribuye étimo quechua.
252
término equivalente en runasimi es chhampi (suavizado en chambi en algunas
transcripciones).
1. Dice Madariaga a propósito del Lunarejo: "Quiere la ironía de la suerte que para
nosotros resulte mucho más penetrante y aguda su opinión sobre Góngora que la de
Menéndez y Pelayo que la discute" (en el Cuadro histórico de las Indias, pág. 247).
2. La edición de 1987 del Diccionario Vox da como tercera acepción del americanismo
lunarejo la supuestamente peruana y desusada de "hijo de español e india, mestizo",
al parecer desconocida en el Perú.
3. Comentarios Reales, libro VI, cap. XXV (tomo II, pág. 57 de la edición Rosenblat).
En el interior del Perú se llama macana la piedra gruesa que, atada al extremo de un
palo, sirve para destripar terrones (Tovar, Hacia el gran diccionario de la lengua
española, s. v.). En la selva macana es un arma manejada como las boleadoras del
gaucho argentino (Tovar, Vocabulario del Oriente peruano, s. v.). En Piura macana
es la maraca, sonaja hecha de un calabazo seco. Macaneo es el sonido que produce.
Es definitivo, por ejemplo, que ya en 1515, es decir varios años antes del
descubrimiento y conquista del Perú, se documente macana como nombre de la
maza propia de los indígenas antillanos (así aparece en las Cartas en latín de
Pedro Mártir de Anglería). Corrobora este dato la afirmación de Las Casas de que
la palabra macana ha pasado desde la isla Española a Tierra Firme (Venezuela).
Por último, Fernández de Oviedo usa también el término macana para designar el
arma indígena; a partir de él aparece en diversas crónicas aplicado a armas
análogas.
Como es difícil creer, por otra parte, que la semejanza de forma y fondo
entre el arahuaquismo macana 'porra' y el verbo quechua maccani 'aporrear' se
deba a coincidencia, hay que suponer (así lo hace muy fundadamente Corominas)
que maccani sea en quechua un neologismo derivado de macana, palabra
aprendida en el Caribe por los descubridores y luego difundida por ellos 2.
253
La gran extensión americana de macana, excepcional si se tratara de un
quechuismo, viene a reforzar la tesis de su origen antillano. Macana se conoce
con diversos sentidos desde Méjico hasta Chile y desde el Pacífico hasta el Brasil.
Numerosos usos metafóricos dan fe de la vitalidad de este indigenismo en el
castellano de
1. Macana conserva su sentido material de 'garrote' en Méjico, Cuba, Puerto Rico, Santo
Domingo, Colombia, Chile y Bolivia; tiene el de 'machete' en Venezuela y el de
'azada' en Méjico, Costa Rica y Nicaragua. En Colombia y Venezuela macana es
también nombre de una palmera y de la madera que produce (que tal vez se usó para
hacer la maza o porra); macanilla distingue otra palmera y su madera; macanal y
macanillal se llaman los bosques respectivos. Macanazo es 'golpe' en Méjico
(Guanajuato), Cuba, Venezuela y Chile y 'metida de pata' en la Argentina. Macanero
254
es en Méjico y Costa Rica el 'peón que trabaja con macana' (en Chiloé 'apedreador').
Macanear es 'golpear con el garrote' en Puerto Rico y Santo Domingo y 'trabajar con
ahínco' en Venezuela, Colombia y Honduras (macaneo es 'trabajo' en Venezuela).
Macanudo es 'grande, fuerte' en Chile, Bolivia y Colombia, 'arduo, difícil' en el
Ecuador, 'poderoso, adinerado' en Méjico y 'estupendo, excelente' en el Río de la
Plata, Bolivia y el Perú. El compuesto híbrido rajamacana se aplica al 'trabajo difícil';
el modismo a raja macana es equivalente de a raja tabla; de raja macana (usado
también en Colombia) equivale a de tomo y lomo. En Cuba de macana significa
'indudablemente'.
2. Con los derivados macanear, macaneador o macanero (norte del país) y macaneada
o macaneo. En Tirano Banderas Valle Inclán usa macana 'tontería, disparate' (págs.
19, 47, 88, 92, 107, 111, 131, 159); también macanear 'decir tonterías' (págs. 8, 93) y
macaneador (págs. 44, 45, 53, 57, 141, 172).
4. El lenguaje de Buenos Aires, págs. 32-33. Mario Bunge se refiere a una verdadera
industria argentina del macaneo como sinónimo de charlatanería y sugiere que se
cree "la macaneología o ciencia de la macana" ("El macaneo" en el Dominical de El
Comercio; Lima, 17 de octubre de 1993, pág. 9). Sobre un anecdótico e inverosímil
origen de los usos figurados argentinos de macana, véase Sarmiento y la macana en
Herrero Mayor, Cosas del idioma, págs. 91-92.
MACETEADO
255
"... los serranos son duros para el castigo, aunque no lo parezcan siendo tan
bajitos. Y Cava [un compañero de clase] es bajo, pero eso sí, muy maceteado" 2.
MALTÓN
256
"Un airecito, palomilla escolar, se ha hecho la vaca y juega a la pega
con otros aires maltones, pesados a veces, a veces ágiles" 2.
Este uso de maltón por 'mediano', referido a cosas, no es hoy frecuente
en el Perú y debe más bien entenderse como recurso estilístico del autor. En
nuestra habla familiar, lo mismo que en la de buena parte de América del Sur
(Ecuador, Chile, Bolivia, el interior argentino) se califica como maltón el
cuadrúpedo próximo
1. Véase este ejemplo: "Atila era bajo y congo ['retaco'], pero maceta,
altamente peludo y muy susceptible" (Sofocleto al pie de la letra, pág. 40).
2. Pág. 41. Airecito es 'viento ligero'; palomilla 'travieso' (véase esta voz);
hacerse la vaca equivale a hacer novillos; y la pega es cierto juego de
niños.
257
1. Véase maltón referido a cerdos en Vallejo, Novelas, pág. 100. En el Ecuador se aplica
específicamente al cabrito.
2. Cfr. maltón referido a persona en Vallejo, ob. cit. pág. 103; maltona en Gálvez,
Estampas limeñas, pág. 147 ("las niñas ya maltonas").
4. Véase maltoncita en Segura, Lances de Amancaes, acto único, escena VII (en
Artículos, pág. 285); maltoncito en R. Blume, Como cada jueves, pág. 33.
6. Pág. 166.
8. Pág. 225a.
MAMEY
Según Camino Calderón, "el mamey llegó al Perú, desde Panamá, allá
por los últimos años del siglo XVI"; su cultivo se extendió sobre todo en
Lambayeque, hasta el punto de que hoy "el mamey forma carne de la carne, y
hueso del hueso del pueblo lambayecano" 4.
El plural de mamey es, según la regla castellana, mameyes 5, pero en el
Perú y otras regiones se oye también un plural anómalo maméis, documentado
desde 1519 6.
258
trecho. En Cuba el refrán al finalizar el año, chicha, mamey y zapote, equivale a
nada entre dos platos. En la costa del Ecuador mamey es sinónimo
2. Véase la minuciosa descripción del fruto en Sumario de la natural historia de. las
Indias (1525), págs. 204-205.
5. Véase mameyes en Camino Calderón, ob. cit. págs. 62, 63 y Diccionario folklórico,
págs. 49, 62, 109.
MANITO
1. Véase Blume, Sal y pimienta, pág. 162 y Vargas Llosa, Los cachorros, pág. 95 ("la
vida era de mamey"). De mamey se usa también como expresión adjetiva: "lluvia,
rayos, truenos y temblores de mamey", "un cuerpecito de mamey en almíbar" en C.
259
Palma, Crónicas de Corrales, págs. 45 y 119, respectivamente. De mamey en Bryce,
Un mundo para Julius, pág. 237.
4. Diccionario de americanismos, s. v.
7. Mano es en gran parte de América 'conjunto de cinco cosas iguales', sobre todo de
frutas. En Chile, curiosamente, mano indica 'conjunto de cuatro frutas'. En Cuba la
mano de plátanos equivale a la cabeza de plátanos del Perú y otras partes.
El sois, del todo ajeno a América, nos confirma que la ilustre chilena
eligió poetizar en lengua castiza. Maestra al fin, puede haber acatado la censura
del purismo 6.
260
3. Véase, por ejemplo, Segura, Comedias, I, 176 (manita) y Gamarra, Cien años, 29
(manecita). Véase también manitas en Arona, Ruinas, pág. 28.
4. Véase manita en Gálvez, Una Lima que se va, pág. 20 y Calles de Lima, 42; también
en Seoane, Hombres y rejas, 261; Diez Canseco, Estampas mulatas, 54, 103
(manecita en íd. íd. 70). Hay vacilación entre la forma familiar manito y las literarias
manita y manecita en Vallejo: manitos en Novelas, 89; manitas en Obra poética, 77,
189; manecitas en Novelas, 163. Hay igualmente vacilación en Vargas Llosa: manitos
en Los cachorros, 86, pero manitas en íd. 75, 79. Véase manitos en Alegría, La
serpiente de oro, 28 y 29; manitas en Los perros hambrientos, 150, 165.
6. Véase la actitud purista de Gómez de la Serna (en Rosenblat, ob. cit. 342): "El niño,
que es el más aludido con las manitos, sufre así una irregularidad en la dicción que le
irregularizará el lenguaje, que tiene leyes de lógica y de armonía". Pero que tiene, al
mismo tiempo, fuerzas que socavan dichas leyes: en aras de la pretendida regularidad
"lógica" de la lengua podría propugnarse con igual razón una forma primaria *mana,
o una concordancia *el mano. En La peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido
histórico Américo Castro expresa análogo rechazo: "... el lenguaje familiar y vulgar
[...] introdujo innovaciones erróneas como la manito (manita)..." (pág. 85).
MATAPERRO
261
1. Tales como los aumentativos manota y manaza (en el Perú se usa el aumentativo
manazo, que también significa golpe dado con la mano) y los diminutivos manecilla,
manecita, manilla, manija, manigueta, manivela, manizuela (en el Perú se emplea
manizuela por manivela o manubrio; manecilla se usa solo referida a las agujas del
reloj).
3. Con la variante desde que un perro maté, Mataperros me llamé. Véanse estos usos y
los análogos una vez que maté un gato, me pusieron Matagatos y por una vez que
quité la cola al burro, me llaman Descolaburros en Martínez Kleiser, Refranero
general ideológico español, pág. 276c.
4. Pág. 110 de la 2.a edición Sánchez. Se dice allí del Chueco (apodo del virrey Amat)
que tiene un "cuerpo de pulpero mataperros".
262
2. Diccionario de peruanismos, s. v.; véase también el prólogo de dicha obra,
pág. XVI. Sin embargo, Segura todavía usa, como singular, mata-perros o
mataperros (Artículos, págs. 65 y 233).
4. En Lima de antaño, págs. 53-56; publicado antes en BCP 9**, págs. 207-
210.
1. Que él sigue llamando así, sea por prurito academicista, sea por seguir a Palma.
2. Véase palomilla en este volumen.
3. Es decir, 'mimado, consentido'.
263
4. Véase antes cimarrón.
5. Págs. 107,108,114.
6. Lo cual indica que mataperros no era corriente en el Madrid que conoció, cuya
lengua observó atentamente.
7. 'Mal vestido'; el subrayado es del autor.
8. Ob. cit. s. v.
9. Aburrir tiene aquí el sentido peruano de 'importunar', 'molestar', 'fastidiar'.
10. 'Niñeras'.
11. Auras o cuervos de América.
12. Véase trompada.
13. Pronunciación vulgar de maestrita. Véase trome.
14. Ob. cit. pág. 109.
MAULA
264
Maula se documenta en España desde el siglo XVII con el sentido de
'treta, triquiñuela'. El Diccionario de Autoridades da maula con las muy diversas
acepciones de 'hallazgo', 'alhaja adquirida
2. Acto I, escena VII (en Comedias, II, pág. 22). El adjetivo en femenino completa
(subrayado por el autor) parece obedecer solo a la exigencia de la rima asonante.
7. Pág. 95.
265
4. Pág. 212 de la edición de París. Reproducido en BCP 9*, pág. 54. Tampoco es claro
este uso coetáneo y obviamente negativo documentado en el Drama de los
Palanganas: "Dramática y Exegética. Qué términos tan inusitados. Ellos están
diciendo la maula que serán las obras..." (ed. cit. pág. 34).
6. Que se debe a cruce del dialectal maular con aullar. Maular, a su vez, se formó sobre
mau, onomatopeya del grito del gato (véase ob.cit. s. v. maullar).
7. Silvio Julio estudia el castellanismo maula en el portugués del sur del Brasil (donde
tiene análogos sentidos), discute una improbable etimología vasca y se inclina a creer
que maula sea voz del latín vulgar de Iberia (véase Literatura, folclore e lingüística
da área gauchesca no Brasil, págs. 359-369).
MAZAMORRA
266
1. De origen incierto, probablemente arábigo (véase Corominas, Diccionario crítico
etimológico, s. v.).
3. Historia de las Indias, Libro Segundo, capítulo XXIV; en Obras, ed. BAE, II, pág.
64a; véase también Battini, "Voces marinas en el habla rural de San Luis", en
Filología, año I, número 2, págs. 132-133. Mazamorra es hoy en la Argentina la de
maíz blanco.
267
1. Véanse en este volumen chancaca y chancho. Mazamorra de cochino en Palma,
Tradiciones, 904. En Flores, Salpicón, "maza-morra de cochino" y "morada maza-
morra" (págs. 25 y 26). No parece haber sido corriente mazamorra de chancho, que
usa Hernán Velarde (Lima de antaño, 93) como variante de mazamorra de cochino,
hoy prácticamente olvidada.
2. Para Héctor Velarde ya no hay en Lima más que "una sola mazamorra característica:
la mazamorra morada" (cfr. Nuestra mazamorra en Obras completas, 3, págs. 455-
456).
3. En Piura la mazamorra se prepara con calabaza, harina y leche. En Andalucía
mazamorra designa cualquier masa espesa.
4. Neologismos y americanismos, s. v.
5. Tradiciones, pág. 904.
268
2. Pág. 209.
6. Ob. cit. pág. 667: champuz es un dulce limeño tradicional; son variedades el
de agrio, el de leche, el de las monjas. Véase limeño mazamorrero en
Cabotín, Viendo pasar las cosas, pág. 68 n.
7. A veces contraído en mazmorra.
MONILLO
269
1. En el Drama de los Palanganas, de fines del siglo XVIII; pág. 94 de la 2.a edición
Sánchez: "... y así todo dura muy poco, o como cuchara de pan, según dicen, en
caldo o mazamorra".
270
1. En BCP 9*, pág. 175. Engreída equivale a miniada.
2. Citado por Gálvez en Nuestra pequeña historia, pág. 107. Pollera por falda es
arcaísmo de América, vigente sobre todo en el Río de la Plata.
3. En BCP 9**, págs. 263 y 264. Véase un uso análogo de Segura en Ña Catita, acto IV,
escena XI (en Comedias, II, pág. 115).
MONRA
1. Tradiciones, pág. 861. Véase, en íd. pág. 442, una referencia a cierto
personaje femenino apodado la Sin-monillo.
271
2. En Sal y pimienta, págs. 77-78.
Gran parte del léxico jergal se centra en la actividad principal del hampa,
que es el robo. Pero, como el oficio se diversifica, han surgido —y siguen
surgiendo— nombres para cada especialista: junto a monrero o fierrero 1 se
documentan en Lima estuchante 'ladrón que emplea llaves maestras' 2; perforador
'ladrón que hace forados o agujeros' 3; lanza o lancero 'especialista en hurtar
billeteras o carteras'; escalador 'ladrón que se introduce escalando paredes' 4;
escapero, escorpión, chorifaite o chirfaite 'ladrón que hurta y huye velozmente' 5;
monseso 'ratero de mercados', tendero 'ladrón de tiendas' 6; gambusinero 'ladrón
de gallinas' 7; arranchador 'ladrón que arrancha o arrebata por la fuerza' 8;
cogotero 'ladrón que hiere o mata'; más moderno es el nombre de piraña o
pirañita 'ladrón, generalmente niño, que ataca en grupo', etc.
Los términos del léxico verbal están sujetos, por supuesto, al riesgo de
una vida efímera y sustitución consiguiente.
272
5. Escapero se usa también en coba o coa (jerga boliviana), lo mismo que escapear
'robar al escape'. El término equivalente a escapero es en germanía volatero. Véase
chirfaite en Bastos, ob. cit. pág. 55, y también faite en este volumen.
6. Véase Bastos, ob. cit. pág. 68.
7. El cual roba desnudo para evitar, según una difundida superstición, el ataque de los
perros guardianes.
8. En germanía despalmante (Salillas, ob. cit. pág. 282). Véase antes arranchar.
Maquinista se documenta como el profesional del maquinazo, arrebato de billeteras o
relojes a quienes hacen cola en la calle.
9. Pág. 21.
MONTONERA
1. Véase trome.
2. Recuérdense, por ejemplo, Don José y José Luis como nombres eufemísticos del
tonto o fierro. Otros nombres usados en germanía son (o fueron): Juan 'cepo de
iglesia' (juanero es el 'ladrón de cepos de iglesia') y 'preso encadenado'; Juan Díaz,
273
también 'preso encadenado'; Juan Tarafe 'dado'; Juan Dorado 'moneda de oro'; Juan
Platero 'moneda de plata'; Juan Machiz 'machete'; Pedro 'cerrojo', 'capote', 'vestido
usado para robar'; Lucas 'naipes' (Salillas, ob. cit. págs. 64-66).
2. Obras, II, 161; véanse otros usos en oficios del Libertador en O'Leary, XXI, págs. 8,
310, 418; XXII, 538, 556; "reclutas montoneros" en Bolívar, Obras, I, 911. Cfr. t.
Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 211-212 y Léxico de Bolívar, págs. 590-592.
274
3. Guerrillero es, por otra parte, un neologismo que data en castellano de los primeros
años del siglo XIX, época de la invasión napoleónica a España.
4. Facundo, pág. 14; véase también montonera en íd. íd. 56, 73, 78, 183; montonero, 56.
Montonerizado (pág. 234) parece derivación personal de Sarmiento. Se ha dado como
argentino montonerear 'formar parte de una montonera'. Véanse usos adjetivos de
Borges ("lanza montonera", "imperio montonero") en Evaristo Carriego, en Obras,
114 y 148.
vigencia en las posteriores luchas entre caudillos militares, aunque con cierto
matiz despectivo, que se conserva.
1. Diccionario de peruanismos, s. v.
275
4. Neologismos y americanismos, s. v., en la versión incluida en Tradiciones peruanas
completas, pág. 1398; no en la edición original de 1896.
MOROCHO
1. Cuervo consigna el uso (ob. cit.), pero algunos lexicógrafos colombianos modernos
ya no lo reconocen.
3. Pág. 324.
276
5. Pág. 252a. Coincidentemente, el Vocabulario aimara de Bertonio da "murochi tonco,
amaro; ccama: mayz muy duro" y "murocchi haque, caura &c. Hombre fuerte
rehecho, Carnero [sic] de fuerças" (pág. 225a de la segunda parte).
6. Comentarios Reales, libro VIII, capítulo IX (tomo II, pág. 176 de la edición
Rosenblat).
1. Tradiciones, pág. 345b. En abril de 1810 Palma escribe a su hijo Ricardo sobre el
conflicto con el Ecuador: "Han llegado los reservistas de Junín: más de 800 cholos
morochos y muy apropiados para resistir una campaña" (Cartas indiscretas, pág.
110).
2. Trigueño es, a su vez, americanismo en este sentido. Morocho por moreno se hoy en
el Perú (es reciente argentinismo). Véase morocha 'mujer morena' en Valle Inclán,
Tirano Banderas, págs. 169, 175.
277
3. Según Farfán, sin embargo, ese uso se explica porque morocho viene del quechua
dialectal muru.chu 'de dos colores': blanco y negro o castaño y blanco (Quechuismos,
pág. 25b).
MORROÑOSO
278
1. No se ve, en cambio, relación semántica entre los usos americanos de morocho y el
andaluz que lo hace equivalente de mocho 'que ha perdido uno o más dedos de la
mano'.
2. Véase, por ejemplo, "arañita morroñosa" en Palma, Tradiciones, pág. 846; papa
morroñosa en Gálvez, Una Lima que se va, pág. 175; aceitunas morroñosas en Mejía,
Ayer y hoy, pág. 52.
MUCA
279
1. Véanse antes cachaco y carcancha. En su Vocabulario del Oriente peruano Tovar
remite mucamuca a carachupa (en quechua literalmente 'rabo pelado'), nombre que se
aplica a la zarigüeya y al armadillo.
2. Mi Manuel, pág. 381. Véase el modismo echarse como muca a pollos 'lanzarse
ávidamente sobre algo' en Camino Calderón, Diccionario folklórico, pág. 184.
Cara de muca 'cara fea u hosca' es una expresión que todavía puede
oírse en Lima. En Segura se documenta con el mismo valor cara de mucamuca 1;
parece que en un tiempo se llamó mucamuca al hijo de chino y zamba (véase
zambo).
Muca equivale a 'añicos, trizas' en las frases hacer muca y volver muca,
esta última frecuente en las Crónicas de Clemente Palma 4. Dice Pulgar Vidal 5
que la muca "es muy abundante, razón por la cual suelen caer con frecuencia entre
las ruedas de los carros ['automóviles']". ¿Podrá estar en este hecho la explicación
de muca 'trizas'? De hacerse muca 'quedar destrozado, deshecho, inservible',
pasando por las supuestas etapas semánticas intermedias 'quedar reducido a nada',
'quedar sin nada', salen tal vez las frases estar muca, quedar muca, andar muca 6
y dejar muca 7 en las cuales muca llega a tener el sentido de 'sin dinero, sin un
centavo' (también se documenta con este sentido una forma masculina muco).
No se ve, por otra parte, qué enlace semántico puede haber entre
cualquiera de los usos consignados y el de muca 'borrachera', antes muy frecuente
en Lima 8 y todavía corriente en Huánuco y otras regiones del Perú.
1. Percances de un remitido, acto III, escena XXII (en Comedias, II, pág. 234).
2. Acto I, escena I (en Comedias, I, 155).
280
4. Véanse las págs. 37, 60, 65, 94, 96, 189. Como cronista taurino, C. Palma
compara a los toros mansos con mucas (íd. íd. pág. 8).
5. Diccionario de huanuqueñismos, s. v.
En el habla familiar del Perú estar con los muñecos —o con todos los
muñecos, o muñequeado— tiene el sentido de 'estar dominado por la ansiedad, por
los nervios o por el miedo'. Muñequearse es 'ponerse muy nervioso, angustiarse,
acobardarse' y pegarse una muñequeada 'darse un gran susto'; muñequeo es el
estado de ansiedad o nerviosidad aguda.
281
1. Que coincide con el inglés blue devils (más tarde abreviado en blues) 'melancolía' (el
delírium trémens se conoce como pink elephants 'elefantes rosados' en el inglés
americano familiar). Según Malaret diablos azules se usa también en Chile y la
Amériwca Central. Véase diablos azules en Vargas Llosa, Conversación en La
Catedral, I, págs. 14, 228, 257 y II, 275.
2. La ciudad y los perros, pág. 187; véase también estar muñequeado en íd. íd. 68;
venirle a uno los muñecos en íd. 141; estar con [todos] los muñecos [encima] en La
casa verde, 61; muñequearse en íd. 21, Los cachorros, 26, 56, 87 y Conversación en
La Catedral, I, pág. 39.
(por eso trémens). Estar con los muñecos llegó a significar 'estar temblando', sea
por efecto de intoxicación alcohólica, sea por miedo o por nerviosismo. Por
último, la frase se aplicó al hecho de dejarse dominar por cualquiera de esas
emociones, aunque no se expresasen por temblor corporal.
El verbo muñequearse es de formación posterior a esta evolución
semántica, y por eso solo tiene el último de los sentidos alcanzados por la frase
estar con los muñecos.
NEGOCIADO
Negocio viene del latín negotium, derivado negativo de otium 'ocio'.
Negocio, etimológicamente 'no ocio', 'negación del ocio', tuvo en principio el
sentido general de 'actividad, quehacer' 1.
282
2. Véanse estos tres usos por Bolívar en Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 384-
385 (t. Léxico de Bolívar, pág. 30).
NOMÁS
1. En Puerto Rico la Oficina Meteorológica se llama Negociado del Tiempo (calco del
inglés Weather Bureau).
283
2. Negocio en la acepción de 'local comercial' es un uso general en la lengua.
3. Véanse varios usos de Bolívar en Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 322-323 (t.
Léxico de Bolívar, págs. 555-556). En Sarmiento: "Facundo no es cruel, no es
sanguinario: es bárbaro, no más" (Facundo, pág. 230; véase también íd. íd. 277).
Valle Inclán, que en Tirano Banderas intenta dar una imagen global del castellano de
América, usa la expresión profusamente (págs. 5, 6, 7, 27, 35, 46, 56, 70, 107, 132,
162, 163, 170, 172, etc.).
la frase y ha ampliado sus funciones hasta tal punto que podría decirse que la
expresión ha sido virtualmente sacada de quicio:
1. Véanse ejemplos peruanos del uso de la grafía nomás en López Albújar, Matalaché,
págs. 57 y 98 (no más en íd. íd. 248); Camino Calderón, Diccionario folklórico, pág.
91; Arguedas, Diamantes, págs. 99, 103, 104, 107, 110, 111, 114, 116, 117, 142,154 y
El Sexto, 46, 85, 88,115,117, 148,156,158,167; Vargas Llosa, Conversación en La
Catedral, I, 36, 204, 278, 283, 310; II, 34, 47, 99, 113; La señorita de Tacna, 91, 99;
Elogio de la madrastra, 171.
2. Véanse estos usos de Borges: "era cielo de varones nomás", "tampoco el tango es el
natural sonido de los barrios; lo fue de los burdeles nomás" (Evaristo Carriego, en
Obras, págs. 124 y 133). Véase nomás en Cortázar, Rayuela, págs. 110, 185, 288,
329, 336; Final del juego, 130, 135, 136; Todos los fuegos el fuego, 53, 56, 92.
284
3. Véase nomá en Alegría, La serpiente de oro, págs. 20, 99, 100, 112, 140, 230 y Los
perros hambrientos, págs. 63, 92, 95, 97, 118.
4. Recuérdese "yo soy aquél que ayer no más decía..." de Rubén Darío. Y véase "… las
que ayer no más se mostraban tan orgullosas…" en Ventura García Calderón, Páginas
escogidas, 772.
ái nomás) 'ahí mismo', 'en ese mismo lugar' y también, por paso de la
significación espacial a la temporal, 'enseguida, inmediatamente, ipso fado' l; así
no más 'así mismo, de esa sencilla manera', 'fácilmente', 'sin oposición o lucha' y
también 'así, así', 'regular', 'ni bien ni mal' 2. Estos usos son corrientes en el Perú,
Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Costa Rica,
Guatemala y Cuba.
Segundo, los que consisten en posponer no más (o nomás) a imperativos
verbales: no más tiene en estos casos la función de una posposición o sufijo
enfático, con matiz afectivo de insistencia cortés. Expresiones como siga no más,
pase no más, entre no más, siéntese no más, diga no más, pida no más
desconciertan a un español por la aparente contradicción que existe entre el
imperativo y la expresión no más originalmente negativa, la cual lógicamente
debería limitar o detener la acción expresada por el verbo. Sin embargo, en estas
expresiones, favoritas de la cortesía hispanoamericana, no más resulta equivalente
de con confianza, sin temor, sin recelo, por favor, por supuesto, etc.; la acción del
verbo, en vez de ser detenida o limitada por no más, resulta paradójicamente
estimulada. Estos usos se dan igualmente en el Perú 3, la Argentina 4, Uruguay,
Bolivia, Ecuador, el sur de Colombia, Venezuela, Panamá y El Salvador.
1. Véase ahí no más 'inmediatamente' en Vallejo, Novelas, pág. 257; Cortázar, La vuelta
al día en ochenta mundos, pág. 182; Rayuela, 350; Final del juego, 122, 128; Todos
los fuegos el fuego, 77, 96.
2. Así no más ya en un Vocabulario achagua de 1762 (en Lenguas de América, pág. 54).
Dice Sarmiento: "¡Este porvenir no se renuncia así no más!" (Facundo, pág. 9); véase
la expresión en Cortázar (La vuelta al día en ochenta mundos, pág. 164 y Rayuela,
192, 395). En Vallejo se documentan así no más y así nomás (Novelas, págs. 184 y
199; 208, 255 y 273, respectivamente). En Diez Canseco, con diminutivo de fuerte
matiz afectivo, asisito nomás (Estampas mulatas, pág. 86). Véase también así no más
en Vargas Llosa, Conversación en La Catedral, I, pág. 264 y II, 129; La señorita de
Tacna, 43.
3. Véase en Clemente Palma, Crónicas de Corrales: "siga no más" (págs. 25, 63), "gire
usted no más" (22), "pidan no más" (40), "arrempuje no más" (51). En Vallejo: "anda,
no más" (Obra poética, pág. 313); "sigue no más", "sirva usted no más", "decídase no
más" (Novelas, págs. 173, 182, 202); con la grafía soldada nomás: "apúrate nomás",
"entre [usted] nomás", "vaya [usted] nomás", "anda nomás", "pega nomás" (íd. págs.
111, 204, 211, 241, 261, 324).
285
4. Véanse usos de Cortázar: "dale nomás" en Rayuela, pág. 212 y La vuelta al día en
ochenta mundos, pág. 98; "entre nomás" en la primera obra, pág. 319; "entra nomás",
en íd. íd. 390.
ÑAÑO
de amores y baños
286
2. Despeñaderos del habla, págs. 151-152.
3. Sal y pimienta, pág. 148. Véanse usos de ñaño y ñañito 'recién nacido' en esta misma
obra, págs. 130, 131, 132 y 133.
Por otra parte, ñaña o nana (del latín nanna) era en castellano antiguo
'madre, abuela'. Es probable, por ello, que en el español de América haya habido
convergencia de dos usos de distinto origen.
2. Pueden estar en relación con estos usos los argentinos de ñañas 'manifestaciones
exageradas de dolor o enfermedad', 'vacilaciones a causa de temores o escrúpulos' y
ñañoso, -a 'persona que exagera un dolor o enfermedad', 'persona que vacila a causa
de temores o escrúpulos'.
3. Comentarios Reales, libro IV, capítulo XI (tomo I, pág. 200 de la edición Rosenblat).
287
4. Véase yaya.
ÑATO
Ñata es también la nariz misma; se usa hoy menos que antes el plural
ñatas por narices 4. El eufemismo la Ñata por la Muerte, basado en la falta de
nariz del esqueleto que la representa, ha sido, según Palma, general en América 5.
En el Perú la locución adjetiva y figurada muerto de risa se sustituye por ñato de
risa, o simplemente ñato; esos procesos explican el uso documentado de
enñatarse por alegrarse. Ciertas casas comerciales limeñas proclamaban a veces
"precios ñatos", es decir, 'precios bajos', 'precios reducidos'. En replana se llamaba
ñatos a los soles antiguos, tal vez por su bajo poder adquisitivo.
3. Véase ñata en Gamarra, Rasgos, págs. 172, 182; Valle Inclán, Tirano Banderas, pág.
162.
6. Cien años, pág. 82. Véase ñato 'hijo' en Blume, Sal y pimienta, págs. 133, 155.
288
"¿Cómo estás, ñato? ¡Adiós, ñata!" se dice como pudiera decir un madrileño
"¿Cómo estás, chico? ¡Adiós, chica!" 1.
2. Apuntaciones, párrafo 827 (en Obras, I, pág. 762). Véase entonación "atiplada como
de ñato" en Borges, Evaristo Carriego, en Obras, 133.
4. Del latín nasus, íd. Véase Indianorománica en RFH VI, N.° 1, págs. 15-22 y
Diccionario crítico etimológico, s. v. chato.
289
En el Perú y la mayor parte del resto del continente ñato se refiere
específicamente a la nariz u hocico (de esta acepción literal arrancan los diversos
usos figurados). Pero en la pampa argentina ñato ha sufrido posteriores
desarrollos semánticos que lo han hecho aplicable a vegetales y han llegado a
darle los sentidos de 'feo, malhecho', 'bisoño, chapucero' ("carpintero ñato", "ñato
para el lazo") y, en uso sustantivo, 'picaro' 1.
ÑAUPAS
1. Véase el verso número 3245 del Martín Fierro: "un ñato muy enredista"; en
la edición de Tiscornia, pág. 267a; también Francisco I. Castro, Vocabulario
y frases de Martín Fierro, pág. 262.
2. Véase ahora ñaupas en Gamarra, Cien años, pág. 183 y Camino Calderón,
Diccionario folklórico, 57.
290
años, ahora días. Estas locuciones temporales de curiosa construcción, generales
en América 1, son resultado de la absorción (por fonética sintáctica) de la forma
ha, del verbo haber.
En efecto, en castellano antiguo eran frecuentes los giros del tipo ahora
ha un año, etc. En la lengua hablada había sinalefa entre la última a de ahora y la
de ha, de modo que se pronunciaba ahora un año pero se conservaba como
imagen mental —y por tanto se escribía— ahora ha un año.
Cuando hacer desplazó a haber en estas locuciones temporales y se
impusieron formas como ahora hace un año, etc., las construcciones del tipo de
ahora (ha) un año sobrevivieron como formas fijadas 2. Perdida ya toda
conciencia de la presencia morfológica del verbo haber, se escribió, según la
pronunciación, ahora un año, ahora años, ahora días, ahora tiempos. Esas
expresiones, hoy características del habla americana, constituyeron el molde
lingüístico en que se vació la peruana ahora ñaupas.
ÑEQUE
4. Tradiciones, pág. 69; véase ñeque 'valor, coraje' en íd. íd. 165, 545; meter ñeque
'hacer que (uno) se esfuerce' en C. Palma, Crónicas de Corrales, pág. 235.
291
En la América Central y Cuba ñeque tiene el sentido de 'matón,
perdonavidas' (no entra en esta línea semántica el cubano ñeque 'persona que trae
mala suerte' de distinto étimo). En Méjico, el Oriente de Venezuela 1, Ecuador,
Centroamérica y partes del Perú (Huancayo, por ejemplo) ñeque es 'golpe'. En el
Ecuador ñeque o ñeco es 'puñetazo' o 'coscorrón', ñequiza equivale a trompiza
(véase trompada), ñequear es 'golpear' (como en La Rioja) y, en sentido figurado,
'dar muestras de carácter o energía'. En uso adjetivo ñeque equivale a 'fuerte,
valeroso, enérgico'.
Volviendo al Perú, no hay duda de que ñeque tuvo más vida en el siglo
XIX. Dice Arona:
"El ñeque es... ¡pues! el límite del alcance humano, o por lo menos del alcance
humano del limeño. Cuando un escritor o conversador nostrano 2 se halla
embarazado para completar la expresión de su pensamiento [...] apéase diciendo
con [sic] que la persona o cosa de quien va hablando tiene... ñeque, con lo cual lo
ha dicho todo, aunque en rigor no ha dicho nada. También se suele agregar que la
persona o cosa es de ñeque, pulso y remezón 3, con cuya [sic] frase, una de las
más soberanamente tontas y vacías que han podido zumbar por los oídos de la
humanidad, se llega al paroxismo de la gracia limeña [...]. El furor por esta
palabra es tal, que aun se ha formado el feo adjetivo ñecudo..." 4.
ahora me conocerá
Prefecto pantorrilludo" 5.
3. Subrayados del autor. Véase más adelante remezón. Pulso, ñeque y calidad
en Segura, Artículos, pág. 330; "tipo de ñeque y rumbo" en Gálvez, Calles
de Lima, pág. 71.
4. Después de leer este párrafo resulta curiosa la afirmación de Palma según la
cual "Juan de Arona, en largo artículo, hace la apología de este peruanismo"
(Papeletas lexicográficas, s. v.).
5. Ramillete o repertorio, pág. 141. Véase pantorrilla en este volumen.
292
Ñeque es palabra de origen incierto para la cual se han propuesto las más
diversas, y aun disparatadas, etimologías: africana, azteca, arahuaca, araucana,
quechua, vasca.
ÑIZCA
Refiere Palma que una bruja de Lima, apresada por la Inquisición,
estuvo largo tiempo "sin querer confesar ñizca" 2. Un personaje de la Ña Catita de
Segura amenaza así a otro:
"si no sale usted al punto,
le hago ñiscas un cuadril" 3.
Ñizca 'pizca, pedacito, porción mínima de algo' y hacer ñizcas por hacer
trizas, hacer añicos son corrientes en el habla familiar del Perú, Chile, Ecuador y
la América Central.
Palma afirma que ñizca tiene origen quechua, pero no especifica el étimo
4
. Malaret —otros lexicógrafos lo siguen— dice que ñisca es voz de origen
quechua y significa 'excremento' en esa lengua. Pero, aparte de que no se explica
el paso del sentido de
4. Papeletas lexicográficas, s. v.
293
'excremento' al de 'pizca' 1, los vocabularios y diccionarios quechuas, de Santo
Tomás en adelante, coinciden en dar aka como 'excremento'2. Ñiskka 'cosa dicha'
(del verbo ñiy 'decir') es obviamente palabra distinta.
ÓFRICO
2. Véase Lexicón, pág. 229; González Holguín da vacap acan 'estiércol de vaca' (pág.
519b), aca acascca 'diarrea' (pág. 443b), etc.; aka 'excremento, estiércol, desecho
humano o animal, materia fecal' en Lira, Diccionario, s. v.
4. También en Aragón.
294
Ófrico es palabra de origen incierto 1, tal vez de creación expresiva.
Puede haber surgido de un juego verbal a base de la o inicial de oscuro y la
contextura fonética —trisilábica y esdrújula— de un grupo de voces más o menos
sinónimas: lóbrego, lúgubre, tétrico, fúnebre, hórrido.
PALANGANA
Palangana 'vasija generalmente circular y poco profunda, usada para
lavar', voz de origen incierto 2, tiene menos uso en España (allá se prefiere el
arabismo jofaina) que en América. La palangana se llama en Lima lavatorio, voz
usada también en Chile y Buenos Aires, o lavador 3.
1. No parece tener nada que ver con ofrir, forma arcaica de ofrecer (la variante ufrir
tiene en Asturias el sentido de 'hacer ofrendas a los muertos').
3. Véase lavatorio 'jofaina' en Gamarra, BCP 9**, pág. 138; F. Elguera, La vida
moderna, 43; Gálvez, Estampas limeñas, 48; Arguedas, El Sexto, 184; Vargas Llosa,
La casa verde, 415; Conversación en La Catedral, I, 328 y II, 38. Lavador 'jofaina' en
Vallejo, Novelas, 206 y Vargas Llosa, La ciudad y los perros, 49 y 59; Conversación
en La Catedral, I, 220, 221; II, 187.
4. Véase palangana en Segura, Comedias, II, pág. 115 y Artículos, págs. 46, 48, 258,
266; Gamarra, Cien años, 18; Fuentes, Ramillete o repertorio, 64, 185; Palma, Tra-
diciones, 366, 410, 883, 959 y Cartas inéditas, 116; Clemente Palma, Crónicas de
Corrales, 272; Gálvez, Una Lima que se va, 145 y Calles de Lima, 78; Nicomedes
Santa Cruz, Cumanana, pág. 20. Ventura García Calderón tiene un artículo titulado
"Los palanganas" (en Páginas escogidas, 976-984).
5. Véase palanganada en Gamarra, Cien años, 46, 63, 163; palanganear en C. Palma,
ob. cit. 171 y Blume, Sal y pimienta, 295.
295
palangana tiene uso análogo al peruano; en Buenos Aires es 'jactancioso',
'atolondrado' (se usa sobre todo la frase futre palangana: véase futre). En Chile
palangana es 'hablador entrometido y superficial' y palanganear equivale a meter
la cuchara. En el palangana de Bolivia predomina el matiz de 'embustero' (que
llega hasta Costa Rica); el modismo boliviano estar de palangana tiene los
sentidos de 'estar ocioso' y 'echar bravatas'.
1. Su autor, "como ha demostrado Raúl Porras, fue el Marqués de Soto Florido, enemigo
de Amat", dice Macera (El probabilismo en el Perú durante el siglo XVIII, nota 32).
Pero parece que el Marqués de Soto Florido fue el autor de otro libelo contra Amat,
cuyo título (Conversata de los Palanganas, aludido en el Drama) se prestó a la
confusión. En carta del 28 de noviembre de 1776 el Dr. José Ignacio de Rentería
informa a Amat: "En la misma embarcación que llevó a V. E. [a España] fueron
varias copias de una insolente conversata formada contra el honor de V. E. y su
asesor [Don Perfecto de Salas]; está conocido por autor de ella el Marqués de Soto
Florido..." (véase la 2.a edición Sánchez, págs. 9-11).
2. El autor se disculpa, sin embargo, de que los personajes usen voces "ajenas de los
alcances de unos Mulatos, criados en idiotismo" (pág. 23 de la 2.a edición Sánchez).
3. Ed. cit. págs. 21, 22, 24, 34, 92 y 95 (Palanganas); 110 (Palanganita); 43
(Palanganato, como lobato, cervato); 81 (Protopalangana, título a la manera de
Protomédico) y 31 (Palanganismo 'conjunto o clase de los Palanganas').
296
y tienen aprobación
en sermones y argumentos.
[...]
Verás de la catedral
en las gradas otros de éstos,
que las noches de verano
hablan puntos de gobierno.
1. Descanso XV, Romance 16, págs. 172 y 173 de la edición de París. Los apellidos de
los virreyes, en cursiva en el texto.
297
de corage un fraile que estaba predicando, gritó desde el pulpito: 'Echad ese
mulato que me distrae'. —'Esa es la única cosa que es nueva', contestó el
palangana con su natural viveza, 'pues ese sermón se predicó dos años ha por el
Padre Francisco en la Iglesia de Santo Domingo'—. Algunas veces un palangana
no solamente retiene un sermón entero, sino que lo glosa al repetirlo".
298
pues zambo palangana son dos expresiones que con frecuencia van juntas" 1. El
nexo entre el uso primario de 'jofaina' y el americano de 'jactancioso' puede haber
estado en la imagen del zambo o mulato fachendoso, bocón en sentido literal y
metafórico.
PALLAR
4. Pág. 335.
299
ambas voces, habría que admitir que en el Incario el cultivo del pallar fue tan
importante que su cosecha era considerada como la cosecha por antonomasia. No
hay, sin embargo, datos históricos que apoyen esta hipótesis; por el contrario, el
Vocabulario de González Holguín (1608) especifica que los pallares son los
"frisoles de los yungas delgados y anchos" 1, sugiriendo así que no se trataba de
un cultivo general en el Imperio. Garcilaso no especifica, limitándose a citar a
Acosta: "legumbres que ellos usan, como los que llaman frisoles y pallares" 2.
Volviendo al castellano del Perú, es importante señalar el uso figurado
de pallar de la oreja, o simplemente pallar 3, por perilla o pulpejo, voces ambas
prácticamente desconocidas entre nosotros (sí se usa, en lenguaje médico y en
habla cuidada, el latinismo lóbulo). Es sabido que los nombres de las partes del
cuerpo integran el llamado léxico no cultural, estrato íntimo del vocabulario poco
susceptible de sustitución por préstamos de otras lenguas. Es, por ello, curioso que
en el castellano del Perú el quechuismo pallar haya podido desplazar a voces
tradicionales como perilla y pulpejo 4.
Poco fecundo ha sido, en cambio, este préstamo como generador de
dichos o modismos. Para ejemplificar el rechazo americano del pronombre
ustedes (en una etapa anterior de la lengua), Rosenblat 5 recoge el dicho peruano
ustedes son los fréjoles y vosotros los pallares, hoy olvidado en Lima. Arona se
refiere solo a la primera parte: "Ustedes son los frejoles, dicho muy vulgar y hasta
grosero
1. Pág. 528b; véase también íd. íd. 274a. Frisol es voz de origen latino (hoy desusada en
España); en el Perú se conserva como frejol o frijol, empleados sobre todo en plural.
(Yunga, en quechua 'tierra cálida', designaba también al habitante de la costa).
2. Comentarios Reales, libro IX, capítulo XXIX (tomo II, pág. 275 de la edición
Rosenblat).
3. Véase en las Crónicas de Corrales: "se prendió al pallar de una oreja", "me dejó el
pallar amoratado", "me vino a caer por detrás del pallar de la oreja derecha" (págs.
140 y 214).
4. Poto (del mochica potos 'partes pudendas') empezó siendo un sustituto eufemístico
del castellano trasero pero con el tiempo ha llegado a tener las mismas características
de término vitando. Vulva es caso aparte, por tratarse de una denominación de partes
pudendas, sujetas a tabú lingüístico y, por tanto, a ser designadas por una verdadera
cadena de eufemismos que se remplazan en cuanto se hacen denominaciones claras de
dichas partes. En el juego del eufemismo sí cabe el uso de una voz exótica para
sustituir una palabra tradicional del léxico no cultural.
con que se rechaza cualquier imputación que se nos hace con la palabra ustedes" 1.
300
En esta tácita aceptación del término pallares, identificado con el
tratamiento exigido de vosotros, frente al rechazo de frejoles, identificado con el
tratamiento no aceptado de ustedes, ¿habrán tenido algo que ver el color blanco de
los pallares y el más o menos oscuro de los fréjoles?
PALOMILLA
2. En los que sí se expresa el género. Véase palomilloso en Gálvez, Una Lima que se va,
pág. 107 y Mejía, Ayer y hoy, 83. L. A. Sánchez crea el adjetivo apalomillado ("gesto
apalomillado" en Testimonio personal, I, 190).
301
se circunscribe a la replana 1). En Chile palomilla tiene también esos sentidos y el
de 'conjunto de ladrones o maleantes' (en replana 'conjunto de maleantes avezados
presos en un penal'), a más de los individuales de 'muchacho travieso, pillete,
granuja' y 'ratero, maleante'. En Bolivia palomilla es el adolescente que se inicia
en el delito (uso igualmente anotado en la replana).
302
PANDERO
Un cuento de Carlos Camino Calderón trata de los personajes que él
consideraba como Los cuatro jinetes del Apocalipsis en nuestros pueblos chicos:
el boticario, el cartero, el tinterillo 1 y el corresponsal de diarios limeños.
Respecto al segundo advierte:
"No le pase Ud. la contorcha 2 en los días de Pascua, Año Nuevo y 28 de julio.
No le regale Ud., de vez en cuando, un pantalón o unos zapatos de medio uso. No
se suscriba Ud. a sus rifas y panderos, y entonces verá Ud. cómo toda su vida
social y comercial se entorpece, se debilita y acaba por derrumbarse" 3.
3. Cuentos de la costa, págs. 31-32. Véase también pandero en Serafina Quinteras, Así
hablaba Zarapastro, pág. 61.
303
las islas Barbados se conoce con el coincidente nombre inglés de meeting y en la
antigua Guayana Británica (hoy Guyana) con el de box; en las Bahamas se llama
esu; en Trinidad y Granada su-su 1.
Parece que en nuestra colonia china el pandero tuvo tal vitalidad que su
función podía resultar equiparable a la bancaria. Originalmente los socios eran
diez u once; las reuniones, mensuales, se celebraban con una comida en un chifa 2
durante la cual el organizador (que tenía el privilegio del primer turno) anunciaba
quién sería el segundo favorecido en llevarse el dinero. En la actualidad, el
pandero, con algunas variantes, sigue teniendo vigencia entre peruanos.
Pero queda por explicar por qué se eligió en el Perú la palabra pandero
para designar el jui.
1. Véase Buenas y malas palabras, 2.ª serie, págs. 54-57. En Venezuela el san puede
hacerse también con valores en especie. La persona que lo organiza se llama sanero o
sanera.
2. En el Perú 'restorán chino'. El uso estaba tan difundido que en ciertos chifas bastaba
reservar una mesa de pandero para que diez u once personas fueran servidas con las
mejores viandas a un precio muy inferior al de la carta.
304
Erario 1. Pero en todos estos usos la relación entre dinero y pandero no pasa de ser
ocasional o esporádica.
Tampoco resulta convincente una presunta relación, sin duda establecida
a posteriori, entre pandero 'reunión de dinero' y el pandero o pandereta que las
gitanas solían pasar entre el público para recoger sus dádivas. Y menos aún parece
serlo aquella que podría establecerse entre la circulación del dinero en un pandero
y el paso del instrumento musical de las manos de un bailarín a las de otro.
El cambio semántico sufrido por la palabra pandero en el Perú sigue
siendo, pues, de muy incierta trayectoria.
PANDO
3. Así parece usarlo Valle Inclán en Tirano Banderas: "el pando compás de las
zancas" (págs. 56, 118); "el pando compás de las piernas" (íd. 158).
305
Pero hay también un latín pandus derivado de pandere 'tender, extender'
(de origen oscuro) que explica otros usos americanos y peninsulares 2. Así, la
noción de 'extenso' 3, clara en el compuesto boquipando 'hablador, largo en las
pláticas o en los consejos' (documentado en el siglo XVII), se bifurca en las de
'tenso' y 'plano'.
306
Contiene asimismo la idea de 'plano' (desligada de la de 'horizontal') el
andaluz pandero o panderón 'terreno pizarroso, de superficie lisa, en plano
inclinado'. Lo mismo los derivados leoneses pandilla 'tablilla delgada', panda
'soporte superior de balaustre', 'pared baja delante de una iglesia' y pandiella 'res
vacuna de cuerpo aplanado lateralmente'; también el modo adverbial, igualmente
leonés, a panderete 'de canto', referido a la colocación de ladrillos. Tabique de
panderete (o panderete) es el que está hecho con ladrillos puestos de canto.
Para el lexicógrafo Millán Urdiales 2 el instrumento musical llamado
pandero o pandereta no tiene nada que ver con el latín pandorius 'laúd de tres
cuerdas', pues está en directa relación con pando 'tenso' por la tirantez de la piel
sobre el bastidor. Corominas es de opinión contraria, como se ha visto al tratar
pandero.
De la acepción de 'llano, chato' se pasa fácilmente a la de 'poco hondo,
somero', corriente en Extremadura y Bolivia referida a pantanos o lagunas, y a
piletas o piscinas en la Argentina (Mendoza sobre todo). Como el agua que corre
sobre terreno llano lo hace por fuerza lentamente, pando se aplica al río de cauce
lento y, en sentido metafórico, a la persona de carácter sosegado.
Por último, hay casos en que es difícil determinar cuál de las varias
nociones relacionadas con el uso actual de pando 3 predomina. Así, la idea de
'curvo' y la de 'tenso' convergen en el asturiano pando 'hinchado', que en Cuba se
aplica específicamente al que tiene la barriga hinchada o repleta, en Guatemala al
ahíto y en Méjico al ebrio; en ese país estar más pando que un riel curvo significa
'haber comido o bebido en demasía'. La idea de 'chato, poco elevado' y la de
'curvo' confluyen, al parecer, en la formación leonesa achapandarse 'agazaparse'.
PANTEÓN
307
cementerio o al sepulturero . Pero en la lengua general panteón es el mausoleo o
sepulcro magnífico que guarda los restos de reyes y héroes: el Panteón del
Escorial, por ejemplo.
1. El "Lied VI" de Eguren empieza "Cavas panteonero / tumba de dolor" y repite "cavas
panteonero / en mi corazón", "cava panteonero / tumba para dos". En el poema
titulado "Noche III" se lee "Allí está, con muda ira / panteonera"; en nota, Estuardo
Núñez interpretaba panteonera como 'con intenciones de matar' (véase Eguren,
Poesías completas, págs. 167 y 182). En una edición posterior (Poesías completas y
prosas selectas) la nota correspondiente, del mismo Estuardo Núñez, dice
"panteonera: de panteón o muerte" (pág. 168).
3. El manuscrito se imprimió como apéndice del Diario de Lima de los Mugaburu, págs.
274-295. Nótese la grafía Pantión, que reproduce la pronunciación popular y
coloquial con diptongo.
308
1o de junio de 1808.- Fue el primero que se sepultó en el Pantión un pobre de
solennidad en el primer Campo Santo".
1. Cfr. O'Leary, XXIII, págs. 108-109 y Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 209-
210 (t. Léxico de Bolívar, págs. 589).
PANTORRILLA
309
En nuestra habla familiar pantorrilla tiene el sentido figurado de
'presunción, altivez fundada (real o falsamente) en el linaje'; pantorrilludo es el
'fatuo que presume de aristócrata' 1. Aunque hoy en Lima la pantorrilla se achaca
sobre todo al trujillano, parece que en la Arequipa del siglo XIX el pantorrilludo
por excelencia era el limeño. El tacneño Francisco Laso (m. 1863) relata la di-
fundida anécdota del limeño que en cierta ocasión mostró la pantorrilla en sentido
literal y figurado y descubrió así su tonta presunción 2; el sentido predominante en
el Perú a fines del siglo XIX era el de 'tontería' (o candidez, en su uso peruano).
Explica Arona:
1. Ambos usos llegan hasta la costa del Ecuador; véase Toscano Mateus, El español en
el Ecuador, pág. 406.
2. Véase Variaciones sobre la candidez en BCP 9**, págs. 32-43. Arona repite la
anécdota en su Diccionario de peruanismos, s. v. Dice Manuel Atanasio Fuentes que,
encargado de formar gabinete en plena guerra contra Chile, "a las primeras de cambio
enseñó la pantorrilla el de Piérola" (Ramillete o repertorio, pág. XV).
3. Ob. cit. s.v; cándido, tener pantorrilla, pantorrilludo, candidez, ¡tierra!, ¡la tiene
buena! y (la pantorrilla) subrayados por el autor.
cómo, a principios del siglo XIX, un oficial ganó una apuesta de Día de Inocentes
al poner en ridículo a otro a quien hizo mostrar —literalmente— la pantorrilla en
público 1.
Pero no es verosímil que de esta anécdota haya salido el uso peruano, al
cual hay que suponer mayor antigüedad. En efecto, el petimetre dieciochesco, de
310
calzón corto, cubría con lujosa media de seda sus torneadas pantorrillas (si no eran
torneadas, recurría al relleno de las pantorrilleras) y cifraba en ellas la mitad de su
orgullo y su elegancia. El pantalón (largo) solo se hizo prenda general después de
la Revolución francesa 2.
Es, pues, lógico suponer que expresiones como tener pantorrilla o ser de
pantorrilla gruesa se remontan a una época en que el sentido figurado presuponía
otro material, vigente como imagen en el hablante y el oyente.
PAPORRETA
1. En Tradiciones, págs. 972-973; véanse otros usos de pantorrilla por Palma en íd. íd.
491 y Cartas inéditas, 27; pantorrillesco en íd. 63 y Tradiciones, 495. Ventura García
Calderón relata una anécdota semejante en su artículo titulado "Los palanganas";
asocia palanganada a pantorrilla y emplea, como Gamarra, la locución verbal sobar
la pantorrilla, equivalente de acariciarla o halagarla (en Páginas escogidas, 983-984).
2. Antes fue prenda de niños nobles franceses; su adopción por los obreros y
revolucionarios implicó el rechazo al calzón corto, símbolo de la aristocracia. El
nombre mismo de pantalón se había tomado antes del de Pantalone, personaje de la
Commedia dell'arte italiana, el cual se remonta, en última instancia, al de San
Pantaleone (véase Hildebrandt, La lengua de Bolívar, pág. 57 y Léxico de Bolívar,
pág. 264).
Pero a fines del siglo XIX Arona todavía definía la expresión hablar de
paporreta como "hablar atropelladamente, sin conciencia de lo que se dice" 2.
Palma ratifica: "hablar de paporreta es locución que aplicamos a los que hablan
muy de corrido, con la elocuencia del chorro de agua y con ninguna o poquísima
311
conciencia de lo que dicen" 3. Este uso, equivalente de hablar sin ton ni son, se
documenta en un diálogo de Ña Catita:
"-¿Qué es lo que estás ahí diciendo?
¿Has perdido la chaveta?
-Yo no hablo de paporreta;
Dios me entiende y yo me entiendo" 4.
Hablar de paporreta, o hablar paporretas, se registra también en
Venezuela por la misma época. Rivodó creía que dichas frases se explicaban por
alteración eufemística de la expresión castellana hablar de papo 'hablar con
vanidad y presunción', a causa de haber tomado papo 'moflete' sentido obsceno en
buena parte de España y América 5. Hablar de papo, por otra parte, había tomado
también el valor de 'hablar sin restricciones' y, de allí, 'hablar abundantemente y
sin sentido', que coincide con el que tiene hablar de paporreta en los ejemplos de
Segura, Arona y Palma 6.
2. Diccionario de peruanismos, s. v.
3. Papeletas lexicográficas, s. v.
4. Acto I, escena I (en Comedias, II, pág. 6); véase también Artículos, págs. 5 y 237.
5. Véase Voces nuevas en la lengua castellana, págs. 242-243. Arona y Palma coinciden
con Rivodó en que hablar de paporreta es en principio una mera variante de hablar
de papo.
terminal, -rreta, que asocia la palabra a despectivos del tipo de jugarreta (en que
la r forma parte del radical).
312
También debe notarse la semejanza fonética entre paporreta y paporrear
'vapulear', tenido como derivado de porra. Pero paporrear parece tener un sentido
muy próximo al de hablar de paporreta 'hablar desmedidamente' en este texto
viejo:
PARAR
1. Citado por Rodríguez Marín, Dos mil quinientas voces castizas, pág. 278.
313
levantinos; el uso americano puede deberse a influencia asturiana 2. A desarrollos
posteriores se deben, a su vez, los siguientes usos documentados en América:
Parar 'caer de pies' (especialmente al ser despedido por una
cabalgadura) se documenta en lenguaje gauchesco. En el Perú, la Argentina,
Chile, Ecuador, Colombia, Guatemala y Nicaragua parársele uno a alguien es
'enfrentársele' 3. En Venezuela y Méjico pararse se entiende también como
'levantarse después de haber dormido' ("me paro a las seis"). En el Ecuador, Cuba,
Guatemala y Méjico (Tabasco) pararse es 'prosperar, enriquecerse', especialmente
después de una mala racha o fracaso económico.
estar en un lugar" ("él para en la calle", "no para en su casa", "¿dónde paran tus
hermanos?"), puede estar en relación con la frase familiar general no parar en,
que seguida de un nombre de lugar significa 'no aparecer mucho por él'.
En el Perú y otras regiones de América parar la cola o parar el rabo es
'mantenerlo enhiesto' 1; parar los pelos (usado sobre todo como pronominal) es
314
'erizarlos' 2 y pararse de cabeza es 'ponerse de cabeza'. En las Antillas y la
América Central parar las patas equivale a estirar la pata, morir.
Parar la(s) oreja(s) 'aguzar el oído', expresión que hoy asociamos a la
imagen de una oreja erguida 3, parece estar más bien en línea con los usos
castellanos viejos de parar por poner 4; lo mismo parar la olla 'proveer el
sustento diario' 5, que en la Argentina es parar el puchero. A reducción de parar
la oreja se debe, sin duda, la expresión popular (de origen replanesco) pararla
'entender, darse cuenta': "no la paro"6.
1. El uso mejicano parar la cola 'salir de paseo' sale sin duda de la costumbre del perro
de menearla para pedir que lo saquen a la calle; la acepción colombiana de 'huir'
puede deberse, a su vez, a extensión de este sentido (parar moña es en Colombia
'declararse vencido').
2. Véase pararse los pelos en Vargas Llosa, La ciudad y los perros, págs. 141, 201;
pelos parados en la pág. 187; pararse el vello ya en Santiago de Cárdenas, Nuebo
sistema de nabegar por los aires (1762), pág. 50. Parársele el pelo en Cortázar,
Rayuela, pág. 62.
3. Véase parar las orejas en El Periquillo Sarniento, pág. 254; orejas paradas en
Arona, Ruinas, 11 y Vargas Llosa, La ciudad y los perros, 41; parar las orejas en La
casa verde, 147; parar la oreja en Cortázar, Final del juego, 120. Resulta artificiosa
la variante parar el oído, que usan Vallejo (Novelas, 69) y González Prada (en Obras,
tomo I, volumen 1, págs. 101-102 y BCP 9**, pág. 330).
4. Por ejemplo parar ojo 'poner atención' (véase "parar un ojo burlón" en Valle Inclán,
Tirano Banderas, 49); hoy en el Perú parar el ojo. De este tipo de expresiones solo
sobrevive en la lengua general parar mientes, literalmente poner la mente en algo.
315
parado" por 'hirsuto') 2. En el Perú y otros países de América caer parado (a
veces se completa: como los gatos) es caer de pies, 'salir con bien'; no saber uno
[ni] donde está parado es 'no saber nada' 3. En el Perú, Chile y Puerto Rico se
moteja de parado o parada a la persona orgullosa y despótica 4; en Chile parada,
paramiento y paradura (en Venezuela la Paradura del Niño es una fiesta
campesina de Año Nuevo) equivalen a 'orgullo'. En Nicaragua parado es 'rebelde,
reacio'; en la Argentina, 'frío, apático' 5.
Sigue la línea de parado por preparado el uso limeño de parada
'conjunto de puestos de venta de un mercado temporal al aire libre'. La Parada
llegó a hacerse nombre propio del mayor de estos mercados, ya permanente 6;
paradita designa otros, menores, que funcionan en diferentes barrios.
1. Parado 'de pie' en Sarmiento, Facundo, pág. 239 y Cortázar, Rayuela, págs. 122, 166,
283, 340, 364; parada, íd. íd. 395, 404.
2. En el norte del Perú se llama empacho parado (o paráu) cierta enfermedad intestinal
(Camino Calderón, ob. cit. pág. 21).
5. No se entiende bien el uso limeño hoy olvidado (lo señala Arona) de parado
'desgarbado'; tampoco el mejicano, sustantivo, de parado 'aire, fisonomía, presencia'
("tiene todo el parado de su abuelo").
a ser pura pinta, es decir, 'ser pura apariencia'; asimismo, meter parada o
paradear es 'fanfarronear' en la Argentina, Uruguay y Paraguay 1.
En gran parte de América parada tiene también el sentido de 'puesta o
apuesta en el juego' 2. De esta acepción han surgido diversos modismos: en
Venezuela tirar la parada es 'hacer frente a una situación difícil tomando la
iniciativa' 3; en Méjico, Chile y Argentina hacer la parada es 'desafiar' 4; en Chile
316
irle (a uno) algo en la parada es 'tener interés en un asunto' y hacérsele viva la
parada 'dar por cierto lo futuro y dudoso'.
En el Perú los usos de parada por 'rechazo' (véase emparar) implican,
más bien, desarrollos del sentido general de 'detener'. Dar una parada, o dar un
paralé, equivale a poner en su lugar; la curiosa forma paralé 'rechazo' parece
explicarse por trastrocación de acento del imperativo con enclítico expletivo
¡párale! La expresión parar el macho o parar los machos 5 es más o menos
equivalente de dar una parada o dar un paralé; en Méjico se usan con sentido
análogo parar el macho y parar el gallo. En el Perú y la Argentina se usa hoy la
expresión equivalente parar el carro (el carro es el automóvil).
PASCANA
En el Perú, Bolivia y la Argentina pascana 6 es 'sitio de descanso o
alojamiento, posada' y también 'alto en el camino, parada o descanso en un viaje';
en el Ecuador y Colombia es equivalente de 'jornada'.
1. Parada 'desfile' parece más bien anglicismo (de parade, íd.); se usa en Méjico, Puerto
Rico, la América Central y el Perú. De allí vienen expresiones como uniforme de
parada ('de gala'), traje (o vestido, o ropa, o terno, etc.) de parada ('dominguero');
también se dice, por reducción, solo parada: "este terno es mi parada".
5. Véase parar los machos en Segura, Ña Catita, acto IV, escena IX (en Comedias, II,
pág. 114) y Clemente Palma, Crónicas de Corrales, págs. 85 y 169.
317
que en sus pascanas no hay más
2. Lima por dentro y fuera, págs. 100 y 220; véase también Hildebrandt, La lengua de
Bolívar, pág. 217.
3. Sal y pimienta, pág. 216. Véanse usos análogos en Diez Canseco, Duque, págs. 84, 85
y Vargas Llosa, Los cachorros, pág. 91: "hacían una pascanita en el Embassy o en el
Ambassador para ver el primer show desde el bar...".
4. Véase este uso metafórico en Seoane, Hombres y rejas, pág. 25: "se angustian sus
voces ansiosas de abrazarse y pasan pascaneando entre nosotros".
5. Véase pascani 'descoser, desatar, desenvolver' en Santo Tomás, Lexicón, pág. 336.
Pazcani 'desatar, soltar' y en sentido figurado —obvia interpretación de Fray Diego
González Holguín, ilustre catequizante— 'absolver, perdonar', en Vocabulario, págs.
279b, 479b; pasccanaccuni 'soltarse', 'divorciarse', en íd. íd. 279b.
desatarse para que las bestias descansasen. Luego (tal vez ya dentro del
castellano) pascana se aplicó al 'lugar' donde se realizaba la acción de desatar la
carga, es decir el tambo o posada y, por último, al simple 'alto o descanso' en la
jornada, aunque no se descargase a los animales 1. Del verbo páskay,
directamente, se deriva pascar 'desatar', 'acampar', 'descansar' usado en Bolivia y
documentado en el siglo XIX en Huánuco, lea y Arequipa 2.
318
El sufijo -na, por otra parte, es todavía productivo en el área americana
de sustrato quechua. Merecen anotarse los casos en que se ha unido a raíces
verbales castellanas, produciendo sustantivos híbridos como picana 3 'aguijada',
formado sobre picar, que se usa en el castellano del Perú, Chile y la Argentina, y
casarana 'boda', sobre casar(se), documentado en el quechua del Ecuador.
Son todavía más notables los casos en que este nominalizador quechua
se ha soldado, precisamente, a un sustantivo castellano, produciendo voces como
palana por pala y cacana por caca 'excremento' 4. El proceso, ocioso desde el
punto de vista del castellano, no lo es si se piensa que tiene como fin el dar a pala
o caca la apariencia de sustantivo desde el punto de vista de la morfología
quechua, tal vez como adaptación previa al préstamo a dicha lengua.
PAVO
319
transitivo 4 que Arona y Palma consignaban en primer lugar 5, tampoco empavarse
en la acepción de 'irritarse, encolerizarse' que consignaba Arona.
Estos usos peruanos 6, u otros muy próximos, se documentan también en
diversas regiones hispánicas. Así, en España se emplea el modismo subírsele (a
uno) el pavo 'ruborizarse' (en Andalucía empavonarse). Empavarse 'encolerizarse'
se conserva en el Ecuador. En Chile pavear o hacer la pava equivale a tomar el
pelo; pavero (antes también paveador) es 'burlón'; en Galicia paba es 'chanza' y
pabero 'bromista'. En Colombia, Venezuela y parte de la América Central y
Antillas, comer pavo es 'quedarse sin bailar una mujer en una fiesta'; en Colombia
dicha expresión se emplea con ese sentido y con el de 'no entender una
conversación'.
Ya Arona daba por cierta la relación entre los usos peruanos de pavo y el
nombre del ave de corral, aun cuando no veía claro el
nexo, tal vez porque solo tenía en mente las cualidades "anímicas" del pavo
expresadas en su aire a la vez tonto y soberbio. Aunque parezca difícil, la
metáfora podría basarse en la similitud cromática: el rostro del que se turba o
encoleriza suele enrojecerse, y roja es la carnosidad que el pavo tiene en pico,
cabeza y cuello.
El pavo es una gallinácea originaria de la América del Norte (Melleagris
gallopavo); su difusión por el continente meridional y por Europa fue
320
relativamente tardía; en el Brasil se llama curiosa e inesperadamente peru
(pronunciada como aguda). Al principio se le llamó gallo o gallina de la tierra o
de Indias (de allí el francés dinde y, de este, dindon), gallo o gallina de papada y
gallipavo, pavo del país, pavo americano o pava; pero con el tiempo llegó a
usurpar el nombre del pavo, pava o pavón: ave ornamental de origen asiático
(Pavo cristatus) que desde entonces tuvo que distinguirse con el epíteto de real,
en el sentido de 'verdadero' 1.
Por otra parte, del nombre del pavón (la forma antigua y propiamente
castellana) o pavo asiático se habían derivado dos verbos: pavonearse 'hacer vana
ostentación' y pavonar 'dar a las armas y otros objetos metálicos un barniz azul
oscuro, para evitar su oxidación' (el color recordaba el de las llamativas plumas
del ave). Más tarde la variante con prefijo empavonar 2 tomó en varias regiones de
América (Cuba, Puerto Rico, Guatemala, Colombia) el sentido genérico de 'untar',
mientras que en otras (el Perú y Chile, por ejemplo) adquiría el específico de 'dar
al vidrio una capa de pintura lechosa' a fin de dejarlo solamente traslúcido 3. En el
Perú se usa también con este sentido la variante sin prefijo pavonar: vidrios
pavonados, focos ('bombillas eléctricas') pavonados, etc.
Pavonar 'pintar de blanco' subyace sin duda en algunos usos mineros
documentados en el Perú a fines del siglo XVIII: pavonado, que en uso sustantivo
se refería al principio a minerales de color oscuro o tornasolado, llegó a emplearse
para designar ricos minerales de plata "de un gris claro, brillante y plateado" y aun
la "mina de plata blanca" 4.
321
PECHUGA
322
A fines del siglo XIX el lexicógrafo chileno Zorobabel Rodríguez
consignaba pechuga y pechugón con los sentidos respectivos de 'desvergüenza' y
'desvergonzado' 2; en la segunda década del siglo XIX, otro lexicógrafo chileno,
Román, registra pechuga con el sentido negativo de 'desvergüenza' y los positivos
de 'audacia, osadía', 'valor, coraje', 'firmeza de ánimo' 3. Coincidiendo con esta
dualidad semántica, pechuga es hoy en Arequipa tanto 'desvergüenza' como
'audacia'.
En el teatro limeño de Segura se percibe todavía en pechuga cierto matiz
de 'audacia', aunque sin duda prima el de 'frescura'. Véanse estos ejemplos:
Pechugón era para Román "el que alza la cabeza, echa pie atrás y
muestra el pecho o pechuga en señal de coraje, valor y firmeza". En las obras de
Segura, en cambio, es el tramposo, desconsiderado o abusivo:
1. Véase "el pechuga" y "suscritor pechuga" en Gamarra, Rasgos, págs. 125 y 124,
respectivamente.
2. Diccionario de chilenismos, s. v.
5. Un juguete, acto III, escena IV (en Artículos, pág. 271). Arruga 'deuda incobrable' en
el habla familiar peruana, parece tener aquí el sentido de 'huella' o 'prueba'.
323
En los diversos usos peruanos de pechuga subyacen, pues, aquellos
comprobados en Andalucía, que sufrieron diversos procesos semánticos en
Hispanoamérica y dieron así origen a los usos divergentes aquí anotados.
En las últimas décadas pechuga ha perdido terreno ante concha, término
del lenguaje vulgar que asocia el caparazón de la tortuga con la supuesta "piel
gruesa" del descarado o del abusador. Más que pechugón se dice hoy conchudo,
derivado que a su turno ha producido el abstracto conchudez, sinónimo de concha.
PELLEJERÍAS
1. El santo de Panchita, acto II, escena IX (en Artículos, pág. 350). '
3. Por alusión a la propia piel, objeto del comercio de la prostituta. La misma metáfora
se da en el latín scorturn 'piel, cuero' y en otras lenguas románicas (véase í
Corominas, Diccionario crítico etimológico, s. v. piel).
4. Autoridades da pellejería como "La tienda o calle donde residen los que venden y
adoban los pellejos".
324
"Al llegar a la casa preguntó el Protector [San Martín] a S.E. [Bolívar] si estaba
muy sofocado por los enredos de Guayaquil, sirviéndose de otra frase más común
y grosera aún cual es pellejerías, que se supone ser el significado de enredos;
pues el mismo vocablo fue repetido con referencia al tiempo que hacía que
estábamos en revolución, en medio de los mayores embarazos" 2.
1. Véase este uso de el Murciélago: "¡Cómo! ¿para eso he pasado / yo tanta pellejería?"
(Ramillete o repertorio, pág. 175).
2. Véase Bolívar, Obras, I, pág. 656 y Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 223-224
(t. Léxico de Bolívar, pág. 606-607). En la edición de Lecuna de las Obras de Bolívar,
por obvias erratas, *vocable por vocablo y *preferencia por referencia.
3. No debió de ser el uso de pellejerías el único rasgo de San Martín que hizo mal efecto
en Guayaquil. El mismo día en que dicta el oficio citado, Bolívar escribe, en carta
particular a Santander, sobre San Martín: "no me parece bastante delicado en los
géneros de sublime que hay en las ideas y en las empresas" (Obras, I, 662). Por su
parte, el general venezolano Tomás Heres dice de San Martín: "tiene algunas
vulgaridades que hacen rebajar el concepto que se adquiere por sus servicios: por
ejemplo, usa frecuentemente dichos de los gitanos y de soldados andaluces"; véase
O'Leary, Memorias (Narración), II, pág. 166.
325
los cambios formales y semánticos sufridos por palabras de raíz hispánica: tal es
el caso de pellejerías.
Cosa análoga se comprueba en cuanto a los rasgos peculiares del
castellano de América, como totalidad, frente al de la Península.
PEPIÁN
1. Lima por dentro y fuera, pág. 58. Véanse usos de pepián en Segura, Comedias, II,
pág. 136; el mismo autor bautiza como Pánfilo Pepiani a un italiano glotón
(Artículos, pág. 33). Pepianes en Felipe Pardo, BCP 9*, pág. 200 y Mejía, Ayer y hoy,
pág. 43.
con maíz tostado y molido, además del choclo; otra variedad se hace con
almendras molidas y carne de ave. En Cuba y la República Dominicana pipián es
un estofado de hígado. En Puerto Rico se llama pipiana un plato a base de papaya
picada, leche de coco y especias. En Guatemala la expresión de pepián equivale a
la peruana de mamey (véase mamey).
326
Dice Palma que un Papa, cansado de los acostumbrados potajes
vaticanos, "aventuróse un día a comer cierto plato de estas tierras de América, y
tan sabroso hubo de parecerle a Su Santidad, que perdió la chaveta y olvidándose
del toscano, exclamó en latín: Beati indiani qui manducant pepiani" 3.
Federico Flores y Galindo hace, a fines del siglo XIX, la apología de una
variante del plato peruano:
"Y también al pepián de arroz con jeta
1. Pepa se debe a falsa regresión, por haberse tomado erróneamente pepita como
diminutivo.
327
Ponerse como un pepián alterna con las variantes estar como un pepián
o estar hecho un pepián 2. En la provincia piurana de Morro pon se dice: chicha,
pepián y chivo ['macho cabrío'], para las penas gran lenitivo.
PERICOTE
En su tradición titulada Los ratones de Fray Martín, Palma dice que con
el conocido dístico "Y comieron en un plato / perro, pericote y gato" concluía una
relación de milagros del entonces beato Martín de Porras (que él llama Porres,
forma tradicional aunque errada del apellido), la cual circuló en Lima hacia 1840.
Palma pone en boca del futuro santo la frase "Salga sin cuidado, hermano
pericote" y reproduce una noticia del viejo semanario madrileño Aviso en la cual
aparece el término 5.
1. Véase ponerse como un pepián en el texto de las Crónicas, págs. 29, 75, 97, 103, 129,
147, 181, 187 y 240.
2. Véase estar como (un) pepián en C. Palma, ob. cit. págs. 72, 88, 164.
4. Véase este uso de Palma: "anda, pericote, a ver al brujo" (ob. cit. pág. 1168). En sus
Crónicas taurinas, Clemente Palma moteja despectivamente de pericotes a algunos
toros de lidia muy pequeños (págs. 32, 131, 132).
Por otra parte, hay que recordar que el nombre propio Pedro (tanto en
esta forma como en la antigua Pero y su correspondiente diminutivo Perico) tuvo
y tiene mucho uso en expresiones familiares como denominación del hombre
328
común: Pero Grullo, Perico de los Palotes, Perico (o Pedro) entre ellas; como
Pedro por su casa, algo va de Pedro a Pedro, pícame Pedro que picarte quiero, etc.
Perico fue también denominación, en principio humorística, de diversos animales.
Perico o periquito ha quedado como nombre de un lorito; perico ligero llamaron
irónicamente los españoles al mamífero desdentado y arborícola (del género
Bredypus) que también recibió el más adecuado nombre de pereza (en Venezuela)
o perezoso. Pericote, aumentativo de Perico, se usa todavía como apelativo de
persona 2 en Chile; es, por tanto, probable que se haya aplicado eufemísticamente
a la rata y luego, perdido ya el rasgo semántico de aumentativo, al ratón (rata y
ratón se diferenciaron tardíamente en castellano).
2. Palma usa el modismo allá te lo espeto, Pericote Prieto con el sentido de 'allá va' (ob.
cit. pág. 320).
3. En Pelagatos la banda del pueblo toca 'la música de Los tres ratas de La gran vía,
saludando así al gran pericote y demás gatos de la Subprefectura" (Gamarra, Cien
años, pág. t02).
329
plicado en estos llanos siendo con extremo ofensivos; singular es el gato que les
acomete y muy raro el que los sujeta... " 3.
PETACÓN
En el Perú y parte de Argentina se llama petacón o petacona a la persona
baja y gruesa, es decir, 'rechoncha'; petacón es en Colombia 'barrigón' y en la
América Central 'jorobado'; en Méjico se
1. Comentarios Reales, libro IX, capítulo XXII: "las ratas, que también passaron con los
españoles, que antes dellos no las havía [...]. Ratones de los chicos huvo muchos;
llámanles ucucha" (tomo II, pág. 261 de la edición Rosenblat).
330
'trago de licor' en Colombia y Santo Domingo. Petaquear es 'flaquear, desmayar'
en buena parte de América.
Petaca viene del azteca petlacalli 'arca de cañas tejidas', 'caja de estera o
de junco' (compuesto de pétlatl 'estera' [véase petate] y calli 'casa', 'caja'). El
aztequismo ha perdurado en la lengua general como equivalente de cigarrera,
tabaquera 1.
2. Véase el dicho peruano (hoy olvidado) ser como la petaca de Pando, es decir, (ser)
'como la caja de Pandora' en Camino Calderón, Diccionario folklórico, págs. 164-166
y Hildebrandt, La lengua de Bolívar, 233 (t. Léxico de Bolívar, pág. 619-620).
3. El lazarillo de ciegos caminantes, págs. 21, 22, 35, 36, 67, 81.
4. Véase con títeres y petacas en Palma, Tradiciones, págs. 550, 590, 599. En Venezuela
pegar las petacas es 'morir' (véase más adelante liar el petate). En buena parte de
América echarse con las petacas es 'flaquear, desmayar', aludiendo sin duda a los
descansos entre jornadas en que se descargaban las petacas llevadas por las bestias
(véase pascana). La expresión se documenta ya a fines del siglo XVIII en el
Testamento codicilo de Terralla: "unas petacas tratables / dejo en el suelo tiradas, /
que ha tiempo, por ciertas cosas, / que me eché con las petacas". (En BCP 9*, 54). En
El Periquillo Sarniento de Lizardi (1816) echarse con las petacas equivale a echarse
el alma a la espalda 'abandonar todo escrúpulo' (pág. 122).
Arona creía que petaca era quechuismo. Pero la segura etimología azteca
está corroborada por su temprana documentación en Méjico (h. 1530).
Garcilaso describe las petacas como 'arcas o baúles de paja' y 'canastas
cerradas' 1, pero no reconoce la palabra como quechua y más bien asocia el uso
del objeto a los españoles, quienes seguramente lo adoptaron en Méjico 2. Cuando
relata la sublevación y derrota de Gonzalo Pizarro dice que su lugarteniente don
Francisco de Carbajal, llamado El Demonio de los Andes, condenado a ser
arrastrado y ahorcado, "al tiempo que le ponían en una petaca en lugar de serón
['especie de cesta'], dixo con mucho descuido: niño en cuna y viejo en cuna" 3.
331
PETATE
Petate 'estera', de uso casi general en América, viene del azteca pétlatl,
íd., con la correspondiente adaptación a la fonética castellana 4. Los petates de los
indígenas americanos fueron prontamente adoptados por los marineros españoles,
tanto para dormir como para envolver sus pertenencias. La frase liar el petate 5
(para Arona liar los petates) tomó por ello el sentido figurado de 'marcharse'
1. Comentarios Reales, libro III, capítulo XV, y libro VII, capítulo XVII (tomo I, pág.
161 y tomo II, pág. 127 de la edición Rosenblat).
2. Dice, por ejemplo: "en aquellas petacas solían los españoles traer de camino y en las
guerras todo lo que tenían" (Historia general del Perú, libro V, capítulo XXII; tomo
II, pág. 213 de la edición citada).
3. Íd. íd. libro V, capítulo XXXIX (tomo II, pág. 265 de la misma edición).
4. El paso del acento de intensidad a la sílaba siguiente, que intriga a Corominas (véase
Diccionario crítico etimológico, s. v.) es el que consistentemente se produce en los
aztequismos de esta terminación: de tómatl, tomate; de áchiotl, achote; de chocólatl,
chocolate; de cacáhuatl, cacahuate.
5. Véase liar el petate 'dejar un lugar, partir' en Palma, Cartas inéditas, pág. 19 y con el
sentido de 'morirse' en Tradiciones, págs. 221 y 655. Con este significado dicho autor
usa también la variante doblar el petate (ob. cit. pág. 1441). Véase la variante liar
petates 'morir' en González Prada, Letrillas, pág. 154.
332
Entre los numerosos derivados de petate 7 se han usado en Lima
petatería 'tienda en que se venden', petatero 'artesano que los hace' (el actual
Pasaje Olaya se llamó antes Callejón de Petateros) y empetatar 'cubrir el piso
enladrillado con un fino petate' que se importaba de Europa en rollos, según
informa Arona 8.
Ya a fines del siglo XVIII Terralla criticaba en Lima por dentro y fuera
la vida de apariencias las de la sociedad limeña, expresada en el lujo del salón o
cuadra en contraste con la pobreza del interior de la casa:
1. Otros modismos formados sobre petate son: en Méjico arañar el petate 'hacer un gran
esfuerzo para conseguir algo'; dejar en el (o en un) petate 'arruinar, dejar en la
miseria' (véase este uso ya en El Periquillo Sarniento, pág. 257); pegársele (a uno) el
petate por pegársele las sábanas y ser llamarada de petate 'ser de genio vivo pero de
enojo poco duradero'. Concolorcorvo parece tener presente este modismo cuando
escribe, sobre los escasos conatos de rebelión en las colonias españolas: "aunque una
u otra vez se haya suscitado alguna llamarada, es como el incendio de los petates,
que alumbra mucho y dura poco" (El lazarillo de ciegos caminantes, pág. 236; petates
subrayado en el texto).
2. Véase "sois unos petates" en la fábula de Iriarte titulada "Los huevos" (en Poesía
española. Antología general, pág. 321).
6. Véase, por ejemplo: "Vi magnífico Panóptico / donde en prisiones y hierros / se pudre
el petate mísero / que hurtó un manojo de berros". Y también "Fray Antonio el
agustino / que no es burdo ni petate / cena en casa de un vecino / bizcochuelo y
chocolate". (Letrillas, págs. 61 y 157).
7. Tales como el colectivo petatal; petatazo 'golpe dado con un petate'; petatillo 'tejido
fino de esparto' (nuestra esterilla) en Méjico y 'ladrillo pequeño' en Costa Rica.
Petatearse es 'morirse', con los postverbales petateo y petateada (Méjico). Petatudo
es 'excelente' en Guatemala.
333
como en Lambayeque tule no se entendía, ha sido sustituido por turre, nombre de
una planta rastrera de la región.
Unos versos infantiles que empiezan con la fórmula inicial de los
cuentos de hadas: este era ... juegan con su pronunciación normal, que la iguala a
estera (en número de sílabas, no en el acento de intensidad) y con el sinónimo
petate:
"Este era y no era
un petate y una estera.
La estera se volvió petate,
y el petate se volvió estera" 3.
En otra variante:
"Esta era una estera,
que de estera se volvió petate,
y de petate, estera,
y de estera, petate,
y de petate, estera..." 4.
Y así interminablemente, por obra y gracia de la atracción que ejerce
sobre la mente infantil este tipo de juego verbal al infinito: el cuento de nunca
acabar.
334
PEZUÑA
Pezuña o pesuña (del latín pedis ungula 'uña del pie')1 significa 'conjunto
de los dedos o pesuños (cubiertos por las uñas) de una misma pata' en los
animales de pata hendida. En el habla familiar del Perú, Chile y la Argentina
pezuña tiene además el sentido figurado de 'suciedad acumulada entre los dedos
de los pies y mal olor que ella produce'; se llama pezuñento a quien habitualmente
la tiene 2.
Refiriéndose a la reorganización del ejército peruano por Piérola después
de 1895, dice Gálvez:
"El lema grosero y vulgar de los tres olores que debían trascender del soldado y
que comenzaban por la letra P: pisco, pólvora y pezuña, desapareció casi por
completo" 3.
335
hiperbólico eufemismo de panteras rugientes; bufarle a uno los cacles
['sandalias'] es 'hederle los pies' 3.
La documentación más antigua de los usos peruanos de pezuñento la
proporciona Terralla. En el Descanso VIII de su Lima por dentro y fuera denuncia
a ciertas limeñas que esquilman a sus adoradores hispanos y los despiden
abruptamente con desplantes como este:
"¿Para cuatro bagatelas
ya se quiere hacer el dueño?
Vaya muy en hora mala
el chapetón pezuñento" 4.
En el Descanso XII trata de cómo en la vida conyugal suelen aflorar los
"odios que hay entre criollos y europeos" y previene así al abstracto compatriota
que es su destinatario:
"Verás el ningún amor
y aquel fatal tratamiento,
pues no saben más palabras
que el chapetón pezuñento" 5.
Cabe, sin embargo, la posibilidad de que en estos usos de fines del XVIII
pezuñento no tenga todavía su sentido actual sino el de patón o patudo. En efecto,
la literatura colonial abunda en referencias al gran tamaño de los pies de los
españoles europeos: una horma grande de calzado se llamó la chapetona, en tanto
que
1. Glosario anexo a las Crónicas de Corrales, pág. 272. Clemente Palma usa también el
sinónimo gateadora por trepadora (ob. cit. pág. 66).
3. Son expresiones equivalentes: en Cuba cardarle (a uno) los pies y en Chile patinar.
336
creyendo que era español".
Tero, por la referencia al negro (gallinazo) y al peine, parece que se trata
de una variante moderna de la versión original, en que la palabra cabeza ocupa el
lugar de pezuña.
PIFIAR
A fines del siglo XVIII Terralla se queja de que en Lima
"todo se convierte en risa,
en censuras, en desprecio,
en burla, en [mofa y] escarnio,
en pifia y en vilipendio" 3.
Pifia es en el Perú, Ecuador, Chile y Argentina ese tipo de mofa sonora y
colectiva 4 llamada en España rechifla, silba (silbatina es americanismo),
abucheo, siseo o chicheo. Pifiar es abuchear, rechiflar, silbar, sisear, chichear;
han caído en desuso pifiador 'burlón', que incluye Palma, y pifeo como
equivalente de pifia, que consigna Tovar 5; se usa en cambio con este sentido el
derivado pifiadera. En Chile y la Argentina 6 pifia es también 'burla'; pifión es
'burlón' y
2. Véase Palma, ob. cit. pág. 427 y también, en este volumen, mazamorra.
3. Lima por dentro y fuera, pág. 77 de la edición de París. Para las palabras
intercaladas, véase BCP 9*, pág. 29.
4. Véase el uso de pifia por 'burla individual' en Segura: "Y ese sujeto que
usted / llama por pifia babieca..." (Las tres viudas, acto I, escena XI; en
Comedias, I, 175).
337
En los usos americanos de pifia y pifiar hay, concordando con su
etimología, preeminencia de la imagen acústica.
En los usos peninsulares, en cambio, prevalece la idea de falla o fracaso:
en español coloquial pifia es 'error, descuido, dicho o hecho desacertado' y pifiar
es 'fallar, errar, fracasar'. Estos usos están en directa relación con los que se
refieren al juego del billar: pifia 'golpe fallado del taco sobre la bola' y pifiar
'fallar' de esa manera, hacer una pifia.
El Diccionario de la Academia (2001) consigna, como cuarta acepción
de pifia, la peruana de "rechifla". Asimismo, registra como acepciones americanas
de pifiar la de "reprobar mediante silbidos" (referida a Bolivia, Chile, Ecuador y
Perú) y la de "escarnecer" (circunscrita a Chile y Perú).
PIGRICIA
338
"Zulema es una pigricia, una flaquita de doce abriles, más huesecitos que pellejo
[...] mal alimentada, peor desarrollada y sin descanso en el estudio..." 3.
7. Desde la Edad Media se impusieron pereza y perezoso. Véase, sin embargo, pigricia
y pigro en Moratín (Vocabulario de Ruiz Morcuende, s. v.) y pigro en González
Prada (Letrillas, pág. 105).
¿Qué nexo semántico puede haber entre el latinismo poco usado pigricia
'pereza' y el americanismo pigricia 'bicoca, minucia, pequeñez'? El lexicógrafo
chileno Manuel Antonio Román tenía una respuesta:
"La acep. chileno-peruana se explica por el significado peyorativo del vocablo.
La pereza, la ociosidad, el descuido, la negligencia, todo lo empequeñece; por
eso, en lenguaje familiar se dice también una mugre por una cosa despreciable o
pequeña"2.
339
Explicación tal vez poco convincente, pero no parece haber otra que lo
sea.
PIQUE
2. Diccionario de chilenismos, s. v.
cronista informa de que "el Cavildo eclesiástico desta ciudad llevó el viático a su
Arcediano el doctor don Juan de la Roca, por hallarse muy fatigado de un dolor en
una pierna, caussada [sic] de la sacadura de un pique y calenturas" 1; el enfermo
murió días después. Siglo y medio más tarde, Terralla publica un vivaz apunte de
costumbres titulado Vida de muchos o una semana bien empleada por un
currutaco de Lima 2. La anotación correspondiente al miércoles termina así:
"Saquéme un pique y me acosté a las doce dadas". También de fines del XVIII es
esta cita del anónimo Drama de los Palanganas: "... por estar con un pie
hinchado, de la sacadura de un pique..." 3.
340
piquichento 4 al que camina penosamente por tener piques, callos u otra molestia
semejante. El correspondiente verbo piquichonear 'caminar con dificultad, como
si se tuviera piques' se usa hoy muy poco en Lima 5, y menos aún el postverbal
piquichoneo.
1. Pág. 198.
6. Dice Arona, sobre la preferencia peruana por la terminación del singular en los
compuestos: "un mataperros y un buscapiques son concordancias que nunca se oyen"
(prólogo al Diccionario de peruanismos, pág. XVI). Véase buscapique (que se conoce
también en Bolivia) en Segura, Artículos, pág. 11; C. Palma, Crónicas de Corrales,
pág. 134 y Gálvez, Estampas limeñas, pág. 90; El buscapique se llamó una revista
satírica dirigida por Manuel Atanasio Fuentes. Hoy el nombre más popular del
buscapique es rascapiés, con restitución del segundo elemento del original buscapiés.
PISCO
341
Pisquero es el aficionado al pisco; en relación con dicha afición se usan
humorísticamente piscología y piscólogo 2. Piscolabis, término de otro origen 3,
se asocia en el Perú a pisco.
1. Pág. 94.
esta bebida, a base de whisky y limón, se conoce en los Estados Unidos desde
fines del siglo XIX 1.
Ya a principios del siglo XVII el Diario de Lima de Suardo da
testimonio de la importancia de Pisco como puerto de salida de los productos
vinícolas del sur del Perú. Así, el 2 de marzo de 1630 el cronista anota que al
llegar al Callao un barco "que venía cargado de Pisco por quenta de diferentes
personas con 3,700 litros [sic] de vino varó en tierra y se perdió todo el vino y el
navio" 2. El 15 de julio del mismo año, "al entrar por el boquerón del puerto del
Callao, un navío que venía de Pisco cargado de vino varó en tierra y se fue todo a
pique"; el 6 de mayo de 1633 se informa sobre otro naufragio en Pisco y los
esfuerzos para salvar las "tres mil botijas de vino que trahía embarcadas el dicho
navío" 3.
342
El nombre del puerto de Pisco usado en referencia al aguardiente de uva
se documenta ya en Lima por dentro y fuera de Terralla (h. 1787). Dice el
romance XIII:
1. En el inglés de los Estados Unidos sour se documenta (en uso sustantivo) como
'bebida alcohólica acida' desde 1885 (véase The Shorter Oxford English Dictionary on
Historical Principles, s. v.). Eso explica la anteposición de whisky (por su función
adjetiva) que se ha conservado en el calco pisco-sour. Este coctel también se conoce
en Chile; Oreste Plath cita una crónica que hace al pisco-sour originario de Iquique
(creación de un cantinero anglosajón); dice asimismo que una variedad ordinaria de
dicho coctel se conoce entre el pueblo como rotoságüer (Folklore lingüístico chileno,
págs. 106-107; el roto es en Chile el individuo del estrato socioeconómico más bajo).
2. Pág. 49. El anacrónico litros (el sistema métrico decimal se creó a iniciativa de
Napoleón) se debe sin duda a un error de lectura del manuscrito, tal vez por falsa
disolución de una abreviatura poco clara de libras: el pisco se vendió por libras hasta
hace un siglo.
3. Págs. 71 y 223.
4. Págs. 136 y 221 de la edición de París. José Diez Canseco recalca la relación entre el
nombre del puerto y el del aguardiente cuando habla de pisqueños piscos y piscos
pisqueños (Estampas mulatas, págs. 10 y 22).
procedencia 1. Más tarde pasó el nombre a Chile y hoy se conoce el pisco, como
producto peruano, en casi todo el mundo 2.
Todavía a principios del siglo XX pisco se sentía en Chile como término
recientemente venido del Perú 3. Pueden citarse en apoyo de este aserto tres
autoridades precisamente chilenas y de probada seriedad: el filólogo de origen
alemán Rodolfo Lenz, el lexicógrafo Manuel Antonio Román y el polígrafo José
Toribio Medina.
El Diccionario etimológico de las voces chilenas derivadas de lenguas
indíjenas americanas de Lenz (publicado entre 1905 y 1910) define el pisco como
"buen aguardiente de uva; el mejor en Chile se fabrica en Huasco i otros lugares
del norte". Cita a dos autores chilenos que se refieren al "aguardiente de Pisco" y
concluye:
343
"Como se ve en los ejemplos, el actual pisco antes se llamaba aguardiente de
Pisco porque de allí i de Ica venía. La provincia de Ica es fértil i rica en viñedos.
El nombre de la ciudad ha llegado a ser jenérico no menos que el de Cognac >
coñac".
1. Otros topónimos peruanos que se han hecho también designación del aguardiente son
Locumba (distrito tacneño) y Motocachi (hacienda del valle de Nepeña, en Áncash).
Véase motocachi en C. Palma, Crónicas de Corrales, 61; una referencia a los
aguardientes de Pisco y Motocachi en Felipe Pardo, El paseo de Amancaes (en BCP
9*, 182). Los apellidos Pisconti y Piscoya son también designaciones humorísticas
del pisco.
3. Pisco pasó igualmente a Chile con el sentido de "botijuelo de barro cocido" en que se
envasaba el aguardiente (Arona, Diccionario de peruanismos, s. v.); con el mismo
sentido se han usado también en dicho país la forma alterada prisco y el derivado
pisqueña. Véase documentación peruana de pisco 'recipiente o envase del aguardiente'
en Gamarra, BCP 9**, págs. 147 y 149 ("piscos de aguardiente", "doce pisquitos y
ocho damajuanas con aguardiente"). Otra expresión referida al pisco y a sus
recipientes es la curiosa mula o mulita, que tal vez tenga alguna relación con el
tradicional transporte de este producto a lomo de mula desde las haciendas pro-
ductoras hasta el puerto de embarque (véase Diez Canseco, ob. cit. pág. 74).
sin duda en el puerto peruano de Pisco, y por eso tomó este nombre".
Medina cita, como autoridad del uso, este texto chileno (el autor se
apellida Rosales):
"No servía aguardiente, ni puro ni mezclado; servía pisco. La novedad del
nombre, importado recién del Perú, y el rico sabor de los ponches atrajeron a los
soldados y más tarde a toda clase de personas".
344
Varios cónsules ingleses en el Perú corroboran, a lo largo del siglo XIX,
los anteriores datos chilenos sobre el origen peruano del pisco. Así, en 1826, el
Cónsul General Charles Ricketts informa al Ministro inglés Canning sobre el
comercio entre el Perú y Chile:
"... azúcar, algodón, sal, aguardientes de Pisco y arroz constituyen los artículos
que suministra el Perú..." 1.
Dice luego:
"El cultivo de la vid se reduce a Pisco y sus inmediaciones. La cantidad de
aguardiente que anteriormente se producía era 70.000 toneles de 18 galones cada
uno y 15.000 toneles de vino" 2.
Y sigue:
"Los impuestos a los licores han aumentado casi en un 100%. Esta prohibitiva
tasa obedece al propósito de proteger a los terratenientes de Pisco en la
destilación de su aguardiente..." 3.
3. Pág. 45.
4. Pág. 60.
345
"Otra considerable rama de comercio de la costa, es el transporte del pisco desde
el puerto del mismo nombre, y del cual deriva su nombre, al Callao y a otros
puertos de la República. El pisco es un aguardiente blanco hecho de las uvas que
crecen principalmente en los valles de Ica, Palpa y Nazca. Anualmente se
obtienen alrededor de 20.000 cántaros, llamados botijas, de pisco, y cada una
pesa desde 112 1/2 a 150 libras. Una gran parte se consume en el país aunque una
pequeña cantidad se exporta a Guayaquil y Valparaíso" 3.
1 Pág. 65.
2 Pág. 66.
3 Pág. 101.
4 Pág. 238.
Tales son los casos del vino blanco espumante originario de la región
francesa de Champagne y del aguardiente de uva originario de la de Cognac. Los
franceses libraron batallas legales para impedir que productos foráneos similares
usufructuaran el prestigio de ambos nombres. Nadie pretendería discutir el
derecho prioritario de los viticultores de Champagne y de Cognac para usar,
respectivamente, dichos nombres.
Lo mismo debería suceder con el nombre de Pisco, increíblemente
usurpado al Perú siendo obvia denominación del aguardiente de uva producido en
346
la región de la costa peruana llamada precisamente Pisco. A pesar de los
denodados esfuerzos peruanos expresados a través de nuestra Cancillería, en las
últimas décadas no hemos podido conseguir el justo reconocimiento internacional
como legítimos dueños de la denominación pisco, ni menos aun el derecho
exclusivo de su uso.
PLAYA
para acuñar ahí toda clase de vehículos y se tiene el cuajo ['la frescura'] de
llamarlos playas. Se perforan socavones abismales al borde de esas callecitas
para hundir en ellos todo el material rodante que quepa. Son las playas
subterráneas; el absurdo aumenta. Como ya las playas a flor de piel y bajo tierra
no bastan se proyectan playas en el aire, suspendidas al borde de las pobres
callecitas" 1.
347
Fue en la nueva realidad geográfica donde se realizó la extensión
semántica de playa: en 1773 Concolorcorvo se refiere ya a "la campaña ['el campo
llano'] o playa" de Buenos Aires 2; hoy en la Argentina playa es todo 'espacio
abierto de suelo duro sin vegetación', tal como el que forma, delante del corral, el
continuo paso del ganado. Acepciones semejantes tiene playa en Bolivia,
Paraguay y Venezuela. En Colombia se llama playón cualquier 'planicie rodeada
de bosque'; lo mismo es un desplayado en Guatemala y Argentina. Pero es el Río
de la Plata la región de mayor vitalidad en cuanto a los nuevos sentidos de playa;
allá el adjetivo playo equivale a llano: plato playo es el plato llano o tendido y
paso playo es aquel en que el agua (de un río, etc.) tiene poca profundidad.
PONCHO
348
llaman poncho, hecho con lana de alpaca, a listas de varios colores. Ropaje
verdaderamente grosero para funciones de tanto lucimiento" 3.
3. El lazarillo de ciegos caminantes, ed. BCP, pág. 292; véase también íd. 293.
349
Según la opinión tradicional, poncho viene del mapuche pontho, íd., que
había pasado al quechua como punchu antes de la conquista española. Pero Lenz,
Arona y otros lexicógrafos no tenían esta etimología por segura.
4. Cien años, pág. 173; véase íd. pág. 156 y Rasgos, pág. 234. En la Argentina irse a
poncho es 'presentarse a clase o a un examen sin haber estudiado'.
5. Véase pisar el poncho en Seoane, Hombres y rejas, pág. 208; Camino Calderón,
Diccionario folklórico, págs. 50, 78 y Vargas Llosa, La señorita de Tama, 45. En
Bolivia pisar el poncho es 'tomar el pelo' y también 'dominar, manejar a capricho'; la
expresión se usa asimismo como equivalente de pisar los talones 'seguir muy de
cerca'. En Chile pisar el poncho es 'desafiar" y en la Argentina 'aceptar el desafío'
(pisarse el poncho es 'salir chasqueado'). Arrastrar el poncho es en Chile y la
Argentina 'desafiar, provocar' (en Chile también tirar del poncho). Alzar el poncho es
en la Argentina 'huir, escapar'; traerse algo bajo el poncho es 'tener intenciones
ocultas'; en La Rioja encontrar fleco para su poncho es 'encontrar con quien casarse'.
En Bolivia ser el mismo indio con otro poncho es 'pretender ser diferente', 'ser
hipócrita'; meterse a poncho es 'acometer una empresa sin estar preparado para ello'.
En Chile hacer algo a poncho es hacerlo a fondo. En la Argentina la expresión
adverbial a ponchadas equivale a la general a espuertas; a ponchazos significa 'con
grandes dificultades'.
6. Véase Dónde y cómo el diablo perdió el poncho en Palma, Tradiciones, págs. 911-
915.
350
PONÉRSELE
En el Perú, la Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Venezuela,
Guatemala, Santo Domingo y Méjico ponérsele a uno algo es 'preverlo,
presentirlo, intuirlo, imaginarlo, sospecharlo, figurársele, parecerle': "se me pone
que no vendrá", "se le puso que se iba a morir", etc.
351
hay quien te convenza de lo contrario". En El sargento Canuto de Segura el padre
amenaza a la hija, que no quiere casarse con Canuto:
"Y tú lo harás, bachillera,
si a tu padre se le pone" 3.
1. Percances de un remitido, acto II, escena I (ob. cit. II, pág. 165; véase un uso análogo
en íd. íd. pág. 246).
2. Obras, II, pág. 212; véase también Hildebrandt, La lengua de Bolívar, pág. 315 y
Léxico de Bolívar, pág. 546.
PONGO
352
chicha y una tropa de acomedidos 1, hembras y machos, apegados a los
anteriores" 2.
2. Pág. 29. Véase también pongo 'sirviente' en Alegría, La serpiente de oro, pág. 65 y
Los perros hambrientos, 167.
5. Véase Pongo de Manseriche y otros en el Mercurio Peruano, III, pág. 116; Ponguillo
del Huallaga en íd. II, págs. 236, 237, 238. Pongos en Palma, Tradiciones, pág. 948.
Pongo 'abra por donde se precipita un río' también en Alegría, La serpiente de oro,
págs. 74, 89, 191, 225, 226 y Vargas Llosa, La casa verde, pág. 123.
lleva de punku 'puerta' a pongo 'sirviente'; por eso algunos lexicógrafos (Malaret
entre ellos) derivan pongo 'sirviente' de un aimara púnkai 'guardián' .
353
quechua punku 'puerta' a la acepción (ya en la forma castellanizada pongo) de
'portero' 4, y de esta a la de 'sirviente' en general.
PROLIJO
2. Véase José Félix Blanco y Ramón Azpurúa, Documentos para la vida pública del
Libertador de Colombia, Perú y Bolivia, X, pág. 31. Véase también Hildebrandt, La
lengua de Bolívar, págs. 201-202 y Léxico de Bolívar, pág. 578).
El uso español actual está muy cerca del valor etimológico de prolijo,
derivado del latín prolixus 'fluyente' y también 'largo, alargado, profuso, difuso',
sentidos que mantuvo en castellano 1 y a partir de los cuales desarrolló
sucesivamente los de 'interminable', 'pesado', 'lento' y 'demasiado cuidadoso y
esmerado', acepción hoy anticuada en la lengua general.
354
"La ropa blanca ha de señalarse con la respectiva cifra del Colegial: y de ella y de
todos los demás utensilios se ha de pasar prolixa revista, haciéndose el
correspondiente asiento en libro que al intento habrá en la inspección de policía
['orden'] del Colegio" 2.
3. Véanse usos de prolijo 'esmerado' en Bolívar, Obras, III, pág. 283; Cartas del
Libertador, tomo XII, pág. 26; O'Leary, XVIII, 114, 137, 170, 238, 263, 346, 597;
XIX, 170; XXIV, 428. Prolijidad 'esmero' en Obras, III, pág. 301 y Cartas, XII, 299;
prolijamente 'esmeradamente' en Obras, III, pág. 114; O'Leary, XVII, 144; XVIII,
238; XXIV, 433. Véase también Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 294-295 (t.
Léxico de Bolívar, pág. 518-519). Prolijidad 'esmero' se documenta igualmente en El
Periquillo Sarniento de Lizardi (págs. 108 y 217) y en Sarmiento, Facundo, pág. 295.
PROSA
En una composición satírica de 1895, el humorista limeño Federico
Blume ridiculiza la fatuidad, que él llama irónicamente importancia:
"En el régimen pasado hubo
un jefe de arrogancia
que se enfermó de importancia
de un modo desaforado;
y era tan empalagosa
la pretensión de este perno
que yo ansiaba otro gobierno
por no verlo gastar prosa.
Hoy es un simple mortal;
ya al andar no se menea
355
ni se yergue y pavonea
al pasar por el Portal.
Ya no hay garbo
ni arrogancia
ni prosita
y petulancia;
¡ya está sano aquel enfermo
de importancia!" 1.
En el habla familiar del Perú, Chile, Bolivia, Ecuador y Guatemala prosa
tiene los sentidos de 'ostentación, vanagloria, jactancia', 'presunción, petulancia,
pavoneo', 'altanería, arrogancia'. En el Diccionario de peruanismos de Arona
aparecen, como usos entonces recientes, prosa 2, su derivado prosista (adjetivo o
sustantivo) y las locuciones verbales gastar prosa, echar prosa, usar prosa y tirar
prosa 3, hoy predominante junto a darse prosa
3. No es corriente la variante con artículo tirar la prosa que usa Vallejo (Novelas, pág.
90).
356
única manifestación de la prosa: pueden serlo también ciertos hechos o actitudes y
aun la conducta en general.
Es curioso que varios lexicógrafos —entre ellos Arona— hayan asociado
prosa a prosopopeya, llegando a suponer que la primera forma se debe a
reducción de la segunda. Prosopopeya, que en habla familiar tiene el sentido de
'afectación de gravedad y pompa', es palabra distinta 4; se trata, pues, solo de una
coincidencia parcial en cuanto a fondo y forma 5.
La última edición de 2001 del Diccionario académico registra las
locuciones figuradas echar o tirar prosa "darse importancia, tomar actitudes de
superioridad" como usos del Perú, Chile y Ecuador.
1. En principio forma femenina del adjetivo prosus, -a, -um 'que se mueve en
línea recta hacia adelante'.
5. Prosa 'jactancia, petulancia' tampoco tiene que ver con prosapia 'abolengo,
linaje' (del latín prosapia, íd.).
PUCHO
Pucho 'punta, cabo o colilla de cigarrillo o cigarro' 1, y aun el mismo
'cigarro' o 'cigarrillo' 2, viene del quechua puchu 'residuo, sobras' 3. Su uso actual
abarca básicamente la América de sustrato quechua: Perú 4, Ecuador, Colombia,
Bolivia, Chile y la Argentina (de allí ha pasado al Uruguay).
Se usa hoy poco el derivado puchero (tal vez para evitar la confusión
con la voz general puchero del latín pultarĭus), sea con el sentido de 'cantidad de
puchos', sea referido al que fuma o recoge puchos; puchería alterna a veces como
colectivo.
Pucho se usa también —como tantos otros peruanismos— en algunas
regiones de la América Central, donde ha desarrollado los sentidos figurados de
'cantidad insignificante' e 'hijo menor, benjamín' (véase concho). En Chile se
conocen con este último significado los derivados puchito y puchusco. En el
357
Ecuador puchúnkay, forma claramente quechua, es el último hijo, nacido algunos
años después que el precedente.
Puchuela, diminutivo de pucho, se documenta en el Perú desde fines del
siglo XVIII con el sentido de 'cosa de poco precio' 5 y se conoce también en el
Ecuador; puchuelero es 'mezquino, cicatero' 6.
2. Véase pucho por cigarrillo en Vargas Llosa, Los cachorros, págs. 54 y 83; 'colilla' en
íd. íd. 88; La casa verde, 351, 375; Conversación en La Catedral, I, 25, 230 y 239
(puchito); II, 9, 29, 104. En Chile dar una puchada equivale a dar una chupada al
cigarrillo; aquí puede tratarse de un caso de coincidente metátesis.
3. Cfr. puchu 'demasía', 'sobra' en el Lexicón de Santo Tomás (pág. 342) y puchu puchu
o puchusca 'sobras' en González Holguín, Vocabulario (pág. 293a).
7. Véase no valer un pucho en Palma, ob. cit. pág. 907 e importarle (a uno) un pucho en
Segura, Artículos, pág. 249. No importar un pucho es también uso chileno.
358
1984 se han subsanado ambas omisiones y se ha incluido, como uso ecuatoriano,
el derivado puchuela con el sentido de 'cosa de ínfimo valor'.
PULPERÍA
2. Véase sobre el pucho en Cortázar, Rayuela, pág. 182 y Final del juego, págs. 53 y
134. También en Sofocleto al pie de la letra, 35, 41, 48, 65,115. En Vargas Llosa,
Conversación en La Catedral, I, 226: "encendía sus cigarrillos con el puchito que iba
a botar" (véase botar).
3. En el Perú se usa también el despectivo pulpaya (es voz híbrida, con sufijo italiano:
pulpaggia). Véase pulpaya en Blume, Sal y pimienta, págs. 299 y 350; C. Palma,
Crónicas de Corrales, págs. 21, 164, 248; Gálvez, Estampas limeñas, págs. 106, 108.
el Perú en tiempo del Virrey conde de Chinchón, solo a españoles de España era
lícito establecer pulpería. Item [sic], el número de ellas se limitó a una por
manzana en Lima, a treinta en Arequipa y Cuzco, a quince en Trujillo y a doce en
ciudades como Huamanga. Un pulpero era, pues, casi un personaje" 1.
359
nombre impuesto a los más pobres vendederos [sic] porque en la tienda de uno
dellos hallaron vendiéndose un pulpo" 3.
1. Tradiciones, pág. 430. Mateo Rosas de Oquendo describe Lima hacia 1593: "... las
esquinas tomadas de pulperos..." (en Antología general de la poesía peruana, pág.
223). Véase el pulpero de la esquina en Fray Francisco del Castillo, conocido como
El ciego de La Merced [m. 1770], Obra poética, pág. 84. También en Palma,
Tradiciones, pág. 1234 y Blume en BCP 9**, pág. 180. Nótese igualmente la
asociación entre pulpería y esquina en Vallejo, Obra poética, pág. 213: "desde la
pulpería de una esquina cualquiera".
3. Historia general del Perú, libro VI, capítulo XX (tomo III, pág. 62 de la edición
Rosenblat).
4. Diccionario elimolójico, s. v.
360
PUNTA
4. Véase "una punta de toros" en Valle Inclán, Tirano Banderas, pág. 125; "puntas de
carneros" en Ribeyro, Crónica de San Gabriel, pág. 182. En Alegría, Los perros
hambrientos: "punta de reses" (93), "punta de vacas o yeguas" (61, 92), "punta de
arreo" (66), "punta de ganado" (148).
361
La expresión a punta de choca a Fernando Lázaro Carreter. En uno de
sus dardos, dirigido en parte contra quienes confunden incidente con accidente,
comenta:
"En caso de ser oídos, sí que darían lugar a incidentes los calificativos con que
millones de hispano-hablantes bien avenidos con el idioma distinguen a quienes
les provocan a punta de micro o de tecla (no tienen punta, lo sé, pero tampoco las
pistolas y, sin embargo, es sandez que se lleva mucho)".6
QUINCHA
En el Perú, el sur de Colombia, Bolivia, Chile y el norte Argentino se
llama quincha 1, quincho o quinche el encañado o trabazón de cañas y barro con
que se construyen paredes y techos 2.
362
La quincha y el adobe han sido despreciados en Lima desde hace casi un
siglo como material de construcción "innoble" (lo único "noble" es el ladrillo).
1. Véase el plural quinchas, menos usado, en Gálvez, Estampas limeñas, pág. 168.
2. El uso llega hasta Venezuela, pero en la zona del Caribe lo general es bahareque o
bajareque. Quincha ha pasado tardíamente al Uruguay y al portugués del Brasil.
4. Tal vez en relación con el portugués quinchoso 'campo cercado' (que se debe a
alteración de conchoso). Véase Diccionario crítico etimológico, s. v.
7. Obras completas, vol. 4, pág. 251; véase también íd. íd. págs. 240, 241, 254, 259, etc.
363
QUIÑAR
Entre los derivados pueden mencionarse: quiñe 'púa del trompo' (en
Bolivia) y 'huella de la púa' en el Perú 1 y otras regiones (también espolón del
gallo' en Bolivia y 'puñetazo' en Riohacha, Colombia); quiña, quiñada o
quiñadura 'acción o efecto de quiñar' en diversas partes de América; quiño 'golpe'
en el interior del Perú 2; quiñado se aplica adjetivamente al trompo desportillado o
señalado por la púa del contrario, y en el Perú y Chile también a quien tiene
cicatrices de viruela 3; quiñador es, curiosamente, el 'trompo que recibe los golpes
de los otros' en Colombia (ser el trompo quiñador equivale a ser la cabeza de
turco o el chivo expiatorio); quiñazo es 'golpe dado con el trompo' y en Chile, por
extensión, 'empellón, encontrón'; requiñar es volver a quiñar' en el juego del
trompo o en el de las bolitas o canicas.
364
La edición de 2001 del Diccionario académico registra como uso
panameño y sudamericano quiñar, del quechua k'iñay 'hender', con el significado
de "dar golpes con la púa del trompo"; una segunda acepción, restringida al Perú y
Bolivia, es la de "desportillar, descantillar, astillar". También da quiñazo, con la
acepción de "cachada [golpe que dan los muchachos con el hierro del trompo en la
cabeza de otro trompo]" y las de "agujero que hace la púa del trompo", "golpe de
mala suerte" y "encontrón, empujón".
1. Véase "mujeres con quiñes, como si fueran trompos... ¡ni de vainas!" (en Diez
Canseco, Estampas mulatas, pág. 123). Véase también quiñes en íd. íd. 118, 119, 126.
2. Cfr. quiño en Alegría, La serpiente de oro, pág. 133; quiños en González Prada,
Letrillas, pág. 166.
5. Pág. 310b.
7. Por ejemplo lliquini 'romper por la mitad o sacando parte, despedazar' y paquini
'quebrar' (págs. 204, 309, 336).
RAJAR
El el habla familiar del Perú rajar es 'criticar en ausencia, desacreditar,
censurar, hablar mal de alguien' l. Raje 2 o rajadera es la maledicencia,
murmuración, crítica solapada o chisme; rajón o rajona es la persona criticona,
murmuradora o chismosa; en replana se documentan la forma derivada rajanya y
la compuesta rajatablas como sinónimos de rajón.
y hablamos de garantías
365
mucho y sin descanso' (rajatablas equivale a charlatán) y el hoy poco usado rajar
'contar muchas mentiras, especialmente para jactarse de valiente' 5 que consignaba
Autoridades.
1. También se conoce el uso en la costa del Ecuador. Rajar con el sentido de 'vencer,
apabullar' aparece como peruanismo en el Diccionario de americanismos de Malaret:
no es usual, por lo menos en Lima; véase la acepción próxima 'dar una paliza' en
Sofocleto en dos columnas, pág. 75.
4. Véanse otros usos de Blume en ob. cit. págs. 50, 214, 229, 298; Gamarra, Rasgos,
128; Diez Canseco, Duque, 106; Camino Calderón, Diccionario folklórico, 119, 185,
189 (aquí el uso transitivo, menos frecuente: "nadie lo alaba, pero tampoco nadie lo
raja") y Cuentos de la costa, 33; Vargas Llosa, La casa verde, 83 y Los cachorros,
101 (uso transitivo: "lo rajaban"). Rajonas 'chismosas' en íd. íd. pág. 65; Sofocleto en
dos columnas, pág. 14.
5. Acepción que, según Corominas, podría tener relación con el portugués rallar
'reprender en voz alta' y 'conversar amigablemente'. Rajar es voz tardía y de origen
incierto en castellano (véase Diccionario crítico etimológico, s. v.).
"¿Qué os parece que es la poesía? ¿Habéis creído acaso que sea una facultad
digna de que la cultiven los mayores ingenios? ¿Acaso hace fuerza que algunos
de los primeros filósofos, historiadores y legisladores hayan escrito sus sistemas,
sus anales y sus preceptos en verso? ¿Os espantaréis por eso, y pronunciaréis con
algún aprecio los nombres y obras de los principales poetas? Desechad esta
pusilanimidad y aprended de mí a rajar de alto abajo y hacer astillas todo el
monte Parnaso" 1.
366
retractarse', 'volverse atrás, no cumplir un compromiso', uso popular en la
Península 6 y algo extendido en América (la Central, Méjico, Cuba); rajar
'derrotar, arruinar' (Puerto Rico), 'reprobar en un examen'
4. Cfr. "se hizo rajas en servicio suyo" (citado por Alemany, Vocabulario, s. v.
raja).
RANCHO
367
Durante la conquista de América se aplicó el nombre a las viviendas
indígenas; la palabra, junto con su derivado ranchería 3,
368
cobertizo (sin paredes); en Méjico ranchita es 'habitación pequeña y posterior' de
una casa.
Ranchera es, también en Méjico, una 'canción popular' muy difundida en
toda América y, en la Argentina, una danza del litoral;
3. Derivado de rang 'hilera', que a su vez viene del germánico ring 'círculo de gente' (la
idea subyace en la acepción 'reunión de personas que comen juntas', las cuales suelen
sentarse en el suelo formando círculo cuando lo hacen en el campo).
4. Véase Una Lima que se va, págs. 154, 155, 156, 158, 160 y 173. Véase también
Martín Adán, La casa de cartón, págs. 39, 51, 64. Los lujosos ranchos de los
balnearios de moda podían estar rodeados de modestas rancherías: véase Gálvez, ob.
cit. pág. 159.
369
En la Argentina lloverse el rancho tiene el sentido de 'caer la desgracia
sobre una familia' y equivale a nuestro caerle la quincha (véase antes quincha).
En Chile se dice al rancho viejo nunca le faltan goteras para expresar que los
achaques son inevitables en la ancianidad.
1. Que en Venezuela se llama, por la misma razón, pajilla (en el Perú, sarita, en
recuerdo de Sarah Bernhardt, quien la usó, causando sensación, en Lima).
5. El corancho, carancho o calancho es una especie de buho (véase Foley, Léxico del
Perú, fascículo 6, s. v.).
RANGALIDO
370
original de rango, ranga era el de 'cojo', referido a las caballerías: rango 'cojo' es
variante 4 de rengo, a su vez forma americana y dialectal de renco 5.
1. Págs. 46-47.
2. Pág. 142. Véase también, del mismo autor, De la tierra brava, pág. 122 y
Diez Canseco, Estampas mulatas, pág. 110. Una variante piurana es
rengalido, que además presenta cambios semánticos: 'triste, escuálido' y
también 'torcido', 'tramposo'. (Véase Puig, Breve diccionario folklórico
piurano, s. v.).
RAZA
En el habla familiar y popular del Perú es muy vivo el uso de raza con
los sentidos de 'desvergüenza, frescura', 'abuso de confianza', concha, pechuga
(véase antes esta voz). En La ciudad y los perros, por ejemplo, un compañero
dice, mientras enseña a bailar al protagonista:
371
"Ahora tienes que acostumbrarte a llevar a tu pareja como se debe. No tengas
miedo, la chica seda cuenta ahí mismo. Plántale la mano encima, fuerte, con
raza" 1.
1. Pág. 143.
3. Ob. cit. pág. 31. Véase también ¡qué tal raza! en Vargas Llosa,
Conversación en La Catedral, I, 90 y II, 238; Bryce, Un mundo para Julius,
93 y Sofocleto al pie de la letra, 71.
372
Según Corominas, el castellano raza representa la confusión (o
contaminación) de dos palabras distintas. La primera es el castizo raza, del plural
latino radia 'rayos' (se decía raza de sol por rayo(s) del sol), que tuvo el sentido
de 'parte rala de un paño' (porque dejaba pasar la luz), luego el de 'defecto en una
tela' (extendido a los de la loza, animales y personas) y, por último, el de 'culpa,
falta' 5. La segunda es el italianismo raza, del latín ratio en su acepción de 'índole,
especie', difundido en el castellano a lo largo del siglo XVI y muy empleado, en
expresiones negativas, en relación con la llamada limpieza de sangre (no tener
raza era lo mismo que ser cristiano viejo). Este uso vino a coincidir con el sentido
de 'defecto, culpa' que había desarrollado el castizo raza, hoy desusado 6.
RECESO
Receso (del latín recessus 'alejamiento, retirada') se documenta en
castellano desde el siglo XVI con el sentido, hoy no vigente, de 'separación,
apartamiento, desvío'. Más tarde su derivado recesivo se aplicó en biología a los
caracteres hereditarios latentes que pueden reaparecer en subsiguientes
generaciones 1.
Pero en gran parte en América receso es término de uso general con el
sentido de 'intervalo entre dos legislaturas'. En el Perú, Argentina, Colombia,
Venezuela, Nicaragua, Guatemala y Méjico se dice habitualmente que el
Congreso entró en receso o está en receso. En Méjico recesar, intransitivo, tiene
el sentido de 'cesar [el Congreso] en sus funciones'. En el Perú recesar, transitivo,
tiene el sentido de 'suspender', 'clausurar' referido a la función del Poder
Legislativo.
373
Receso y recesar, además, han extendido su uso fuera del recinto
parlamentario; en el Perú y la Argentina se pueden recesar las universidades 2 y
otras instituciones pedagógicas. Y Clemente Palma llega a hablar,
humorísticamente, de "un horno apagado, un horno en receso" 3.
RECIÉN
374
Este tipo de usos representa hoy el único empleo lícito de recién en el
español general; dicho uso puede ampliarse hasta incluir otros análogos
(documentados ocasionalmente desde los clásicos) en los que un adjetivo o
sustantivo es el segundo elemento: recién libre, recién viuda, recién monja, recién
ministro 5.
2. Véase un uso extremo de García Márquez: "Era la primera vez que hacía el
amor en más de veinte años, y lo había hecho embargada por la curiosidad
de sentir cómo podía ser a su edad después de un receso tan prolongado..."
(El amor en los tiempos del cólera, 463).
3. Receso se documenta ya en la Constitución peruana de 1834 (art. 46).
Pero en gran parte de América, desde principios del siglo XIX, recién ha
sobrepasado grandemente esas funciones: puede modificar a un verbo ("recién se
ha dormido") o a un adverbio ("recién ayer lo supo") con los sentidos respectivos
de 'hace un momento' (véase enantes) y 'solo entonces, no antes'. También puede
expresar la idea de 'inmediatamente después' (de otra acción): "lo vi recién
desembarcó". A veces resulta redundante o, más bien, enfático: "recién acabo de
comer". En algunos casos se percibe un matiz negativo que implica que la acción
ha podido o debido realizarse antes: "recién ha pasado a tercer año", "¿recién
llegas?". En el Perú y la Argentina recién puede usarse aun con verbos en futuro:
"recién el lunes me contestará".
375
La edición de 2001 del Diccionario de la Academia registra tres usos de
recién: como adverbio temporal con el sentido general de 'recientemente' (con la
indicación "En América, u. t. antepuesto al verbo en forma conjugada. Recién lo
vi entrar en el cine"),
1. Valle Inclán usa deliberadamente recién en Tirano Banderas (págs. 15, 125,
140, 160). Recién 'hace poco' se usa también en la provincia española de La
Rioja.
3. Por ejemplo Bello (BDHA, VI, pág. 70); Cuervo (Apuntaciones, parágrafo
400; en Obras, I, 423-424); Arona (Diccionario de peruanismos, s. v.);
Capdevila (Despeñaderos del habla, págs. 44-45).
4. Entre ellos Borges, Cortázar, Vallejo, Alegría y Vargas Llosa. Véase este
uso extremo de Borges: "la desvelada noche que referí es de 1897 recién"
(Evaristo Carriego, en Obras, 117). Y este de Vallejo: "Oh, Dios mío,
recién a ti me llego" (Obra poética, pág. 127; véase también Novelas, pág.
100). Un uso de Alegría en La serpiente de oro, pág. 116. De Cortázar en
Rayuela, págs. 124, 173; Final del juego, 48, 125; Todos los fuegos el fuego,
53; Las armas secretas, 30. De Vargas Llosa en Conversación en La
Catedral, I, 281, 343, 363 y II, 44, 122.
REFACCIONAR
Los usos americanos de refaccionar son muy ricos. Borges, por ejemplo,
fustiga a "casticistas o españolados que creen en lo cabal del idioma y en la
impiedad o inutilidad de su refacción" y critica el error "que postula lo perfecto de
nuestro idioma y la impía inutilidad de refaccionarlo" 2.
Refaccionar es una formación verbal regular sobre el sustantivo
refacción; sin embargo, ha sufrido desde el siglo XIX 3 insistentes ataques del
purismo. El Diccionario de la Academia incluye el verbo refaccionar desde su
edición de 1992 como uso americano y con los sentidos de "restaurar o reparar",
aplicados especialmente a los edificios. Sí incluye, desde mucho antes, el adjetivo
376
refaccionario, que en lenguaje forense se refiere al crédito concedido para fabricar
o reparar algo con provecho para el dueño y para otros.
En cuanto a refacción, la Academia le suprimió en una época la acepción
de 'reparación, compostura' en la cual se basa el americanismo refaccionar. A
propósito de este hecho, y otros similares, protestaba Cuervo a principios del siglo
XX, contra
"el desenfado con que, de la noche a la mañana, se califican de disparates cosas
que han gozado de aprobación secular [...] y esto
3. Véase Hildebrandt, La lengua de Bolívar, pág. 467 (t. Léxico de Bolívar, pág.129).
las más veces con olvido completo de la historia de la lengua y de los principios
más triviales de la etimología" 1.
377
REFUNDIR
2. A fines del siglo XIX todavía era refección la única forma que incluía esta acepción
en el Diccionario académico, y hasta la edición de 1956 se remitía refacción a
refección con este significado.
4. Diccionario de peruanismos, s. v.
"El orgullo nacional que casi siempre se manifiesta como quijotería, ¿dónde se
encuentra, dónde se refunde, dónde se pierde, en los casos en que realmente se
trata de él?" 1.
378
1. Pág. XLIX.
REMEZON
Remecer 'menear, sacudir, agitar' (formado, obviamente, sobre mecer) se
usó en España durante los siglos XIV y XV pero fue luego cayendo allá en desuso
2
en tanto que arraigaba en buena parte de la América hispana: el Perú, Chile, la
Argentina, Guatemala, Méjico.
379
El derivado (masculino) remezón (el sufijo -ón indica en este caso
'acción rápida y brusca') tiene mucha vida en gran parte de
4. La ciudad y los perros, pág. 40; véanse otros usos transitivos en La casa
verde, págs. 20, 237, 259; también en Sofocleto en dos columnas, 96 y
Congrains, Lima, hora ' cero, 49.
380
2. Pág. 18 (la frase en cursivas, entre comillas en el texto original). En el
Diccionario de peruanismos de Arona, s. v., hay esta frase: "Trajo un
remezón (o dos) se dice: me levanté al primer remezón". Parece obvia la
errata trajo por tras: tal como está, la frase carece de sentido. La errata se
conserva en la edición BCP. En sus Papeletas lexicográficas, s. v., Palma
parece haber tomado el dato de Arona cuando afirma: "Hablando de un
temblor, se dice que trajo poco o mucho remezón".
3. Ob. cit. pág. 100. Ugarte Eléspuru habla de "la independencia política, que
no se ganó sino a costa de remezones" (Lima y lo limeño, pág. 237).
5. Ob. cit. pág. 140. En otra ocasión dice del mismo Belmonte: "En el quinto
[toro] hizo cosas despampanantes, pero no de tanto remezón" (íd. pág. 163).
Véase el modismo de ñeque, pulso y remezón citado por Arona, s. v. ñeque.
REPUNTAR
En el Perú y otros países de América repuntar es 'crecer, desbordarse' un
río y también 'volver a subir' el nivel de sus aguas que ya había empezado a bajar.
Repunta es 'creciente de río' aquí y en Colombia; en otras partes de América se
prefiere repuntamiento o repunte (que se usa también en Navarra).
381
El sentido original del repuntar marinero entrañaba dos ideas básicas: la
de 'elevación de nivel del mar', aplicada por extensión
2. La punta es, en este caso, vertical. Otro repuntar 'reunir el ganado' usado en
la sierra del Perú se forma en cambio sobre punta 'porción de ganado que se
separa del rebaño' (véase). La punta se hace, en este otro caso, en sentido
horizontal.
REQUINTAR
382
En una de sus Crónicas político-doméstico-taurinas cuenta Clemente
Palma que su protagonista, don Juan Apapucio Corrales, desafió a duelo a un rival
y antes de batirse "se puso a requintarlo a gritos" 2. En el Glosario anexo al libro
explica:
"Cuando se sube la mostaza a las narices en una querella verbal entre dos o más
personas, la antesala de las vías de hecho es generalmente la requintada, que es
la incontenible tendencia a extender a los parientes del interlocutor injurias que
no se
2. Pág. 149; véanse otros usos transitivos en íd. págs. 119 y 201.
merecen, puesto que no son parte en la querella [...]. Requintar, pues, es el acto
de insultar gratuitamente a la parentela" 1.
383
1. Pág. 273 (las vías de hecho entre comillas en el texto); véase también requintada en
íd. íd. 130; Diez Canseco, Estampas mulatas, 34; Vargas Llosa, La casa verde, 35,
124 y Conversación en La Catedral, I, 36, 98, 99, 102, 113, 120, 124, 143, 146, 173,
177, 187, 273, 335; R. Blume, Como cada jueves, 76.
2. Véanse estos usos en Vargas Llosa, Los cachorros, págs. 50, 82 y Bryce, Un mundo
para Julius, 37. En Piura requintar (lo mismo que su variante con prefijo arrequintar)
tiene además el sentido de 'apretar con fuerza'. (Véase Puig, Breve diccionario
folklórico piurano, s. v.).
RESONDRAR
384
1. Aunque en todos los casos se trate de la misma raíz e idéntico prefijo, el requintar
americano aquí tratado no se relaciona directamente con otros usos (generales,
históricos o igualmente americanos) tales como requintar 'pujar la quinta parte en los
arrendamientos, después de rematados y quintados', 'sobrepujar, exceder, aventajar',
'volver a quintar' (es decir, sacar por segunda vez el quinto de una cantidad), 'pagar
un quinto más sobre la suma de las contribuciones ordinarias' (gravamen impuesto
por Felipe II a los indígenas de América), 'parecerse a un antecesor' (Puerto Rico),
'defenderse esforzadamente [el gallo] de los ataques de su rival' (Cuba), 'doblar o
levantar el ala del sombrero hacia arriba' (Argentina). Podría haber, en cambio, cierta
relación con requintarse 'obstinarse, imponerse' (Méjico y Colombia) y 'dar principio
a una acción que acarreará molestias' (Honduras).
2. Véanse usos de resondrar en Segura, La saya y manto, acto I, escena III (en
Comedias, I, pág. 51); Ribeyro, Crónica de San Gabriel, pág. 106; Vargas Llosa, La
casa verde, pág. 128; Conversación en La Catedral, I, 44 y II, 116, 284; Bryce, Un
mundo para Julius, 14, 18, 37, 54, 78, 83, 95, 252.
3. Véase resondro en Gamarra, Cien años, pág. 164; resondrón en Bryce, ob. cit. 107
385
RON
señora" 6.
1. Diccionario de peruanismos, s. v.
2. Neologismos y americanismos, s. v.
5. Está en el Poema del Cid y predomina hasta el siglo XV. Véase Corominas,
Diccionario crítico etimológico, s. v. honor.
Para algunos lexicógrafos, rum podría tener como étimo una voz
indígena de las Bahamas. En la opinión más general, sin embargo, rum parece
deberse a reducción del inglés rumbullion 'tumulto', aplicado al aguardiente de
386
caña por las ruidosas reyertas que su abuso ocasionaba en las tabernas de
marineros 7.
1. De allí los eufemismos de replana verdún (Bonilla, Jerga del hampa, pág. 115) y
menta. Una marca comercial, Ronol, incluye el terminal de alcohol.
4. Véase ron de caña en Diez Canseco, Duque, pág. 85. Pero el ron de quemar llega a
beberse en caso extremo, a pesar de su toxicidad: "bebía ron de quemar en vasos de
cerveza" (Ribeyro, Cuentos de circunstancias, pág. 161).
SACRÓN
En el habla familiar del Perú y el Ecuador se califica de sacrón o
sacrona a quien abusa de la gentileza o generosidad de los demás, forzando sus
dádivas o pidiendo prestado dinero que no piensa devolver l. El derivado
sacronería, igualmente usado en el Ecuador, expresa la cualidad negativa
387
correspondiente. En replana se documenta sacronero (equivalente de sacrón) y el
verbo sacronear.
Adriana de González Prada emplea, como equivalente de sacronería, la
forma sacrería 2 derivada directamente del primitivo sacre que Tovar da todavía
como usual en el Perú 3; Arona, en cambio, consideraba a sacre obsolescente con
el sentido de 'picaro' 4, lo mismo que su doble aumentativo sacronazo 5. Sacre no
se usa hoy en Lima 6 pero se conserva en Huánuco con el sentido de 'astuto,
disimulado' 7.
1. Véase sacrón en Gamarra, Cien años, 181 y Sofocleto al pie de la letra, pág. 57.
2. Mi Manuel, pág. 249; véase "sacrona maña" en íd. íd. 65. En una letrilla afirma Don
Manuel: "sacre llamaré al sacre" (Letrillas, pág. 104).
8. Se documenta ya en el siglo X.
388
El clérigo Larriva, antes servil adulador de Bolívar, tiene en mente
todavía esa acepción cuando —ya ido el Libertador—juega con el limpio apellido
de Antonio José de Sucre en una calumniosa letrilla que titula, precisamente, "El
Sacre" 4:
"Todo el lujo alto-peruano
se lo ha llevado el demonio.
No ha sido el demonio, miento,
que ha sido don José Antonio".
SAL
2. Así en Rinconete y Cortadillo: "ese judío también, dijo Monipodio, es gran sacre..."
(en Fernández Gómez, Vocabulario de Cervantes, s. v.).
5. En Cuba se dice también saleta por salado; allá y en otras regiones coexisten en
salado los sentidos antagónicos de 'gracioso' y 'desgraciado'.
389
El origen de estos usos americanos 4 parece estar en la costumbre
colonial (con antecedentes medievales) de cubrir con sal o sembrar de sal los
solares donde habían estado las casas mandadas arrasar por la Corona o por la
Inquisición, como castigo por traición o herejía. El Inca Garcilaso relata lo que
sucedió después de la derrota de Gonzalo Pizarro:
"A Piçarro condenaron a cortar la cabeça por traidor, y que le derribassen las
casas que tenía en el Cozco y sembrassen de sal y pusiessen un pilar de piedra,
con un letrero que dixesse: Estas son las casas del traidor de Gonçalo Piçarro" 5.
390
Hecha ya piña equivalente de sal como imagen visual, el paso siguiente
consistió en que piña asumiera también los peculiares sentidos figurados de sal.
¡qué piña! equivale a ¡qué mala suerte! Como equivalente de salado 'infortunado'
se usa el mismo piña o su derivado piñoso: "¡qué piña eres!", "es muy piñosa",
etc.
SÓFERO
1. Implica una imagen semejante la expresión piña de plata (con sus variantes plata de
piña, plata en piña, plata piña) usada en nuestra minería con el sentido de 'bloque de
plata a medio fundir' (véase Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs. 203-206 y
Léxico de Bolívar, 582-584).
2. Véase "el ataque ha sido sófero" en el acto II, escena XIV (en Comedias, II, pág. 47).
Pero sófero aparece ya en el Drama de los Palanganas, de 1776: "Le fingía [Amat]
cuentos imposibles, y el otro [su asesor] le envainaba algo más sófero..." (pag. 80 de
la 2.a edición Sánchez).
Contrariando lo dicho por Arona acerca del escaso uso en femenino, las
Crónicas de Corrales abundan en sóferas patadas y sóferas calenturas ['iras'] al
lado de sóferos garrotazos y sóferos secos ['golpes'] 1; el Glosario incluido como
apéndice explica:
"Sófero. Es algo así como mayúsculo. Es una palabra exagerativa del argot para
ponderar la intensidad de algo, generalmente pasiones, defectos, necesidades,
apetitos, sufrimientos, etc. Se dice tengo un hambre sófero 2, le dio un sófero
puñetazo, tiene una pécora 3 sófera".
391
podría haber sido (aparte de un inicial *rosfe) un grave *sófer o un agudo *sofer.
El hecho de que haya prevalecido el esdrújulo sófero (la vocal añadida
corresponde al morfema de género) da idea de la importancia de la tendencia
esdrujulizante en el habla popular y semiculta, a causa del prestigio de los
cultismos esdrújulos 4.
1. Págs. 59, 76, 94 y 100. Véase sófero quiñe ['golpe'] en Sofocleto en dos
columnas, pág. 75.
392
El matiz humorístico del esdrújulo se manifiesta igualmente en
expresiones populares como la encomiástica (hoy poco usada) de príquiti o de
príquete 1 (reforzada a veces en de príquiti mangansúa). La deformación
esdrujulizante es recurso favorito de nuestros humoristas 2.
SOROCHE
2. Véase, por ejemplo, en las mismas Crónicas de Corrales, fráquete por frac, relójete
por reloj y revuélcate por revólver (págs. 6, 138; 224; 46, 177 y 224, respecti-
vamente); macábrica por macabra en Blume, Sal y pimienta, 128.
de sorja o çurka 'viscera, pulmón' 1. Pero en ambos casos queda sin explicar el
terminal -che, que no parece morfema quechua.
393
Un siglo después Arona hacía todavía un paralelo entre las parejas
sinónimas soroche-asorocharse y veta-envetarse. Pero Palma diferenciaba
asorocharse de apunarse porque, aunque los efectos eran semejantes, las causas
del malestar eran distintas 5.
SUCUCHO
En casi toda la América hispana, incluido el Perú, se usa sucucho o
socucho (en Méjico también socucha) con el sentido de 'cuartucho miserable o
lóbrego, chiribitil, cuchitril, zaquizamí, tabuco' 6. En algunas regiones sucucho
tiene los sentidos próximos de 'mazmorra, calabozo', 'rincón oscuro de una
habitación' y 'escondrijo': en Bolivia sucuchear es 'ocultar, esconder'.
394
La etimología de sucucho no está claramente establecida. Arona 7 (como
Lenz en un principio) relacionaba el término con el quechua k'uchu 'rincón,
esquina', dejando sin explicar la partícula inicial so- o su-, que no es morfema
quechua.
395
"Socucho o sucucho. Pieza larga y muy angosta, que no pudiendo habitarse por
no prestar comodidad para amueblarse convenientemente, solo sirve como de
bodega o prisión provisional" 7.
7. Pág. 427.
SUERTE
396
Suerte por lotería tiene más de dos siglos de uso en el Perú1. En el
artículo titulado Vida de muchos o una semana bien empleada por un currutaco
de Lima, que publicó Terralla (en el Diario Erudito) hacia 17()0, se lee: "... eché
una suerte y compré una estampa de San Ramón..." 2. Un artículo publicado en el
Mercurio Peruano de ese año proporciona la siguiente información:
"Solo el ramo de Suertes, que antes era un juego pobre y limitado, y ahora es un
remedo de las grandes Loterías de Europa, hace circular todas las semanas dos o
tres mil pesos" 3.
Días después el mismo periódico inserta una divertida carta "sobre los
gastos excesivos de una tapada", cuyo marido se queja de que
1. En algunas zonas del interior del país suerte es 'porción de tierra que se
destina al cultivo'; en Andalucía y Navarra 'porción de tierra comunal
obtenida por sorteo'; está sin duda en relación con estos usos (que tienen
antecedentes en latín) el nicaragüense —histórico— suerte 'cierta medida
agraria'.
2. Reproducido en Palma, Tradiciones, pág. 721. Véanse otros usos de suerte
por Terralla en Lima por dentro y fuera, págs. 65 y 219-220: "Hay una
lotería todos los lunes [...] y cada suerte cuesta un real". Véase el plural
suertes 'billetes de lotería' en González Prada, Letrillas, pág. 50.
"a todo asentador de suertes1 que pasa por casa (las pocas horas que habita en
ella) se le llama, y después de un buen rato de chacota sobre las suertes pasadas,
presentes y futuras, salimos con quatro números a lo menos, que a razón de otros
tantos suerteros ya son ocho pesos al mes..." 2.
Esta carta no podía quedar sin respuesta: otra tapada sale en defensa del
gremio; indignada, acusa a su marido de derrochar el dinero que a ella escatima:
"No hay rifa de caballos, hebillas, reloxes, etc. en que no entre; y al mismo
tiempo hunde la casa a gritos si yo me atrevo a echar una suerte en vaca" 3.
En nota se aclara que "el contingente que se arriezga [sic] para jugar una
acción en las suertes es de un real: quando se divide este valor entre dos sugetos
se llama hechar [sic] una suerte en vaca".
397
compraba un billete a medias. Esta curiosa asociación entre fortuna y vaca 4 se da
también en una copla que circuló en Lima y que cita Palma:
"Fortuna no vi ninguna
la vaca de la fortuna".
4. Palma deduce: "Siendo del género femenino la fortuna, es claro que la ca-
beza pintada era de vaca y no de toro".
TACHO
398
1. Tradiciones, págs. 931-932; véase también Neologismos y americanismos, s. v. Cfr.
[suerte] en baca en Segura, Artículos, pág. 39 y Ña Catita, acto I, escena VII (en
Comedias, II, pág. 23):
3. Véase suertudo 'afortunado' en Vargas Llosa, La casa verde, págs. 38, 51, 309. Se ha
criticado el uso de suertudo 'afortunado' en la Argentina (véase Forgione, Lo que no
debe decirse, págs. 239-240).
5. Cfr. calentadora en Reynoso, En octubre no hay milagros, págs. 109, 110, 111, 113.
Con este sentido se documenta la palabra tacho a fines del siglo XVIII.
El asturiano Carrió de la Vandera, autor de esa joya de la literatura colonial que es
El lazarillo de ciegos caminantes, critica, en su Reforma del Perú (1762), el abuso
que aquí se hacía de la hoy olvidada yerba mate:
"Si en un lugar como Lima se consume inútilmente una tan crecida cantidad [más
de cien mil pesos anuales], en donde solamente no contamos más de diez mil
materos, incluso frailes, monjas y viejas. ¿A cuánto ascenderá en la sierra donde
hay hombre y mujer que continuamente tiene el tacho sobre el brasero y una
criada destinada para cebar mates?" 1.
Entre los derivados de tacho está el femenino tacha 'paila para hervir
melado' usado en Venezuela y Méjico; su diminutivo tachuela 4 es en Méjico,
Colombia y Cuba 'cazuela o escudilla de metal' y se aplica sobre todo (en
Venezuela y Méjico) a la 'tacita o escudilla usada para servir el agua del tinajero o
filtro'; en Cuba tachuela es una pieza del hornillo de alcohol (véase ron en este
volumen). Tachero es, según el sentido que en cada lugar se dé a tacho, el obrero
encargado de cuidar la paila del melado o el hojalatero; en la Argentina tachería
es sinónimo de hojalatería y tachudo de suertudo (véase antes suerte). Se
399
documenta también, en este país, la formación humorística tachómetro por
automóvil desvencijado y reloj.
2. Véase tacho de basura en Vargas Llosa, La ciudad y los perros, 231 y La casa verde,
46, 406. Tachitos es una marca comercial peruana de bolsas para basura. Véase tacho
de basura en Cortázar, Rayuela, 16, 21, 245 y Las armas secretas, 172; tacho del
agua sucia en Final del juego, 181.
1. Véase [irse] al tacho 'morirse' en Cortázar, Rayuela, 407; "de golpe cuatro enfermos
al tacho" en íd. íd. 361.
400
2. A su vez de origen incierto, quizá debido a metátesis de chato (véase Corominas,
Indianorománica en RFH VI, N.º 2, págs. 164-165 y Diccionario crítico etimológico,
s. v.).
TAMBO
Pero entre los términos usados para describir el tambo incaico también
figura muchas veces la palabra palacio. Dice, entre otros cronistas, Pedro
Gutiérrez de Santa Clara:
"... tenían estos yndios y señores Yngas [...] vnos palacios o apossentos muy
grandes y bien hechos y labrados de cantería, y en otras partes donde no avía
piedras se hazían de adobes o de tapias, que se llamauan los tales palacios
tambos, y en estos apossentos se aluergauan los Yngas y toda su corte algunos
tiempos del año" 3.
Garcilaso cita a Zarate cuando cuenta que los tambos que mandó hacer
el Inca Huaina Cápac eran "palacios de muy grandes anchuras, y aposentos donde
pudiesse caber su persona y casa, con todo su exército" 4. López de Gomara
menciona, a su vez, "unos grandes palacios, que llaman tambos, donde se albergan
la corte y ejército de los ingas; los cuales están bastecidos de armas
1. Veáse tanpu o tampu 'posada, mesón' en González Holguín, Vocabulario, págs. 337a,
587b; 638b, 690a; tampucamayoc 'mesonero' en íd. íd. 337a, 587b; 690a.
2. Relación del descubrimiento y conquista de los reinos del Perú [1571], pág. 141.
3. Historia de las guerras civiles del Perú [1544-1548], III, pág. 546. Tambos subrayado
en el texto.
4. Comentarios Reales, libro V, capítulo VIII (tomo I, pág. 239 de la edición Rosenblat).
401
y comida y de vestidos y zapatos para los soldados, que los pueblos comarcanos
los proveían de obligación" l. Cieza de León describe asimismo "tambos o
palacios reales [...] todos hechos de piedra" 2.
3. Américo Castro sostenía que este sentido restringido de palacio se debía a calco
semántico del árabe qsar (que dio, con el artículo prefijado, alcázar), el cual tenía los
distintos sentidos de 'vivienda principesca' y 'habitación de las mujeres' (España en su
historia, págs. 67-68). Pero en la refundición de dicho libro con el título de La
realidad histórica de España eliminó este ejemplo de influencia arábiga en la lengua
y cultura de la Península.
4. Véase el uso en Concolorcorvo, El lazarillo de ciegos caminantes, págs. 17, 18, 19,
299 y 306; una referencia a los tambos como hospederías coloniales en Gálvez,
Calles de Lima, pág. 130.
5. Cfr. tambarria por jarana en Palma, Tradiciones, pág. 898; López Albújar,
Matalaché, pág. 84 y De la tierra brava, 34; Camino Calderón, Diccionario
folklórico, 109, 170.
402
campo argentino se llama ganado tambero al manso, y tambera a la ternera o vaca
joven que aún no ha parido.
En cuanto a expresiones y modismos, Santamaría da como peruana la
frase tambo de tíos, equivalente de tambarria. Del tumbo al tambo (con las
variantes del timbo al tambo y del tambo al timbo) es modismo usado en Cuba,
Colombia y Venezuela 2; equivale a de la Ceca a la Meca.
TARRO
3. Véase tarro de basura en Brycé, Un mundo para Julius, pág. 107 (cfr. tacho). En el
Perú cara de tarro es aquella larga pero no afilada y leche de tarro ('leche enlatada')
equivale a leche evaporada (véase leche de tarro en Sofocleto en dos columnas, pág.
46). En lengualenguaje vulgar tarro es 'trasero femenino'.
4. Chilenismos, s. v.
nulo 1'. Por su parte Arona cuenta que los mataperros limeños solían molestar a
los transeúntes elegantes a la vez que se justificaban burlonamente a voces:
"¿Por qué asunto?
403
Tarro de unto se abrevió posteriormente en tarro. Abelardo Gamarra
describe así un típico cierrapuertas limeño:
"Y unos para arriba y otros para abajo, ésta soltando los atados, aquél por media
calle y tarro en mano, leva 3 al aire y pies para qué os quiero; los coches al
escape, los látigos de los cocheros traqueteando ¡Jesús, qué confusión!" 4.
3. Leva por levita es peruanismo debido a falsa regresión desde un supuesto diminutivo,
como pepa por pepita.
4. En BCP 9**, pág. 142. Véase también tarro en Gamarra, ob. cit. pág. 186 y Rasgos,
98; Blume, Sal y pimienta, 80, 102, 251; Dávalos, Lima de antaño, 33, 99, 101, 107;
Moncloa, Tipos menudos, 29, 157; Gálvez, Una Lima que se va, 169; Ribeyro,
Cuentos de circunstancias, 113; Sofocleto, Sofonetos, 101; Martin Adán, La casa de
cartón, 16.
6. Véase "su indumento de levita y medio tarro" en Gálvez, Calles de Lima, pág. 158.
404
la hoy establecida de chistera que en su origen fue del mismo tipo caricaturesco 3
que tarro de unto; otras designaciones humorísticas peninsulares son canariera,
bomba y gavión 4.
TEMPERAMENTO
2. En lunfardo, "tarros son los zapatos de lujo, porque —como en los modestos jardines
de las casas de vecindad o de los barrios suburbanos— se los usa para lucir las
plantas... de los pies" (Amaro Villanueva, "Sinonimia: supuesto vicio lunfardo", en el
Boletín de la Academia Porteña del Lunfardo, Año 1, N.º 3, págs. 107-113). En el
habla coloquial argentina tarrudo (como tachudo) equivale a suertudo.
3. Chistera, voz de probable origen vasco, era el nombre de una canasta más o menos
cilindrica, alta y sin tapa, que los pescadores usaban para depositar los peces.
405
Por último, por aplicación de la idea de 'término medio' a aquel que se
establece entre dos extremos, surgió la acepción figurada que el Diccionario de
Autoridades registraba como cuarta: "providencia, o arbitrio, para templar, o
componer, alguna cosa".
1. En la Corónica moralizada del Orden de San Agustín en el Perú, del padre Calancha,
publicada entre 1638 y 1653, se lee: "Muy diferente es la complexión del negro y la
del Indio a la del Español, por la cual las causas generales que en este Reino ocurren,
no pueden producir iguales efectos en todos, sino en cada uno según su
temperamento, disposición del cerebro y órganos corporales..." (en BCP 4, pág. 44).
Unas líneas después se documenta el uso de temperamento por temperie: "... ayudan
los temperamentos de esta tierra a que los ingenios sean generalmente más agudos
que los de muchos países de Europa..." (pág. 45).
406
En su Diccionario de peruanismos dice Arona, bajo el título
Mayordomo:
"No pudiendo conseguir la democracia nuestra la supresión de los criados y
sirvientes domésticos [...] adoptó el temperamento de enaltecerlos con un título
menos depresivo de la dignidad humana..." 3.
1. Obras escogidas, ed. Clásicos Castellanos, I, pág. 45. Véase un uso coetáneo de
Olavide en Obras selectas, pág. 165. Un uso de Vicente Salva en Bello, Estudios
gramaticales, pág. CIII (cit. Rosenblat); otro de Cuervo en Obras, I, pág. 57.
2. Obras, II, pág. 470. Para otros usos de temperamento en las acepciones de 'temperie'
o 'carácter' por Bolívar véanse Obras, I, 863; III, 521, 523, 837 y Hildebrandt, La
lengua de Bolívar, págs. 271-272 y Léxico de Bolívar, 486-487).
TINCAR
407
En la Argentina alterna con tincar la variante con sufijo de frecuentativo
tinquear; a sonorización de la velar se debe, a su vez, otra variante argentina:
tinguear. En la provincia de San Luis se usa la forma pronominal linearse con el
sentido de 'hacer rozar o tropezar un pie (o pata) con el otro, al caminar'; se llama
tinco —en La Rioja tincudo— al animal que tiene este defecto. En Salta tincucho
es 'patizambo'.
3. En San Luis se llama tinca la bolita que golpea a las demás en el juego del hoyito.
408
TOCUYO
Tocuyo es un liencillo o tela basta de algodón, generalmente no teñida, y
a veces ni siquiera blanqueada, que se usa en el Perú 2, el Ecuador, Chile, Bolivia
y la Argentina 3.
1. Tincucho y tincudo, así como el riojano viejo tincunaco 'encuentro durante una
ceremonia', pueden haberse derivado directamente del quechua t'ínkuy 'encontrarse',
probablemente de raíz común a t'ínkay. Entra tal vez en esa serie léxica el arequipeño
tincuche 'trampa, farsa' que, según Ugarte (Arequipeñismos, s. v.), viene del quechua
tíncuy. El Diccionario de Lira registra tinkúchi "trampa, cábula, farsa hecha en
combinación" (pág. 974).
Arona suponía que tocuyo era palabra quechua formada "sobre el verbo
quichua cuyu que significa torcer hilo con las manos"; citaba en apoyo de su tesis
algunos artículos publicados a fines del siglo XVIII en el Mercurio Peruano, en
los que se hace referencia a "ropa 1 de la tierra llamada cuyo", a un tipo de bayeta
así llamada y por último al "tucuyo 2, el cual se teje en los pueblos del partido" 3.
Pero, aunque el área actual del término coincide en general con aquella de sustrato
quechua, la etimología propuesta por Arona ignora la partícula inicial to- o tu- (la
cual, por otra parte, no parece morfema del runasimi).
Es, en cambio, posible que tocuyo sea voz indígena de origen caribe. La
ciudad venezolana de El Tocuyo , que debe su nombre al de un río vecino 4,
adquirió temprana fama por sus telares de algodón, que abastecían a otras
provincias americanas, según el sistema proteccionista de la corona española 5. Es
muy probable que el nombre de la ciudad llegara a hacerse designación concreta
de un tipo de tela allí producido 6 y se extendiera, con la mercancía, por el sur del
continente.
No se opone a esta hipótesis el hecho de que la palabra tocuyo haya
tenido poca vida en Venezuela 7. Por lo contrario, cuando una tela u otro producto
cualquiera toma el nombre del lugar de su producción o difusión, es frecuente que
dicho nombre carezca de vigencia precisamente en su lugar de origen, puesto que
allí no es necesario mencionar la procedencia del producto.
409
1. En su sentido, hoy anticuado, de 'tela, género, tejido'.
2. Variante usada hoy en Chile, Ecuador y Bolivia. Véase tucuyo como uso referido al
Alto Perú en el Mercurio Peruano, tomo II, pág. 316. Hubo en Arequipa tucuyerías
'fábricas de lienzo burdo' (cfr. Carrión Ordóñez, ob. cit. pág. cit.).
4. Tocuyo significa 'zumo de yuca' en cumanagoto, la lengua caribe de esa región. El río
debe a su vez el nombre al color lechoso de sus aguas.
5. Véase Walter Dupouy, "Los lienzos del Tocuyo colonial en el ámbito americano", en
Tierra Firme.
6. Como fue el caso de casimir, tul, holán, damasco, cambray y tantos otros; véase
fustán en este volumen.
7. Hoy es término histórico. Bolívar solo usa tocuyo durante su permanencia en el Perú
(véanse O'Leary, XXI, págs. 250, 251, 269 y Hildebrandt, La lengua de Bolívar, págs.
260-261 y Léxico de Bolívar, págs. 470-472).
TONGO
El bombín, sombrero hongo o simplemente hongo (en inglés derby hat 1,
en francés chapeau bombé o chapeau melon) tiene en el Perú y Chile el nombre
familiar de tongo 2. Otras denominaciones regionales son: bolero en Méjico y
Centroamérica; cumbo en Centroamérica; bombo en Puerto Rico y Santo
Domingo; camarita en Venezuela; cubil en algunas zonas de la América Central,
Venezuela y Colombia; coco en Colombia y Ecuador; bolla en Bolivia; y galera o
galerita en el Río de la Plata.
Cuenta Gálvez que el faite limeño, orgulloso de su típica indumentaria
(sombrero blando, saco cruzado, pantalón bombacho a la Waterloo) detestaba
prendas como el tongo y el volante ('frac'). Prepotente dueño de la calle, había
establecido un arbitrario toque de queda expresado en este grito de guerra:
410
1. La prenda ha sido inmortalizada por el genio de Chaplin.
3. Calles de Lima, pág. 14 (pa, tonguito y volante subrayados por el autor). Véase
igualmente tongo en C. Palma, Crónicas de Corrales, págs. 66, 75, 77, 102, 111
(tongo alón), 120, 121, 125, 135, 158, 206, 224 (tonguito pedemono), 243 (tongazo
'tongo grande') y 274. Véase el artículo de Héctor Velarde titulado "¡Un hombre con
tongo!" en Obras completas, vol. 3, págs. 229-271. Tongo también en Diez Canseco,
Estampas mulatas, pág. 22; Sofocleto, Sofonetos, pág. 87 y Sofocleto en dos
columnas, 78.
411
1. Véase tongo 'taburete rústico' en Gamarra, Cien años, 125 ("tongos de maguey con su
pellejito rapado en el asiento") y Rasgos, 64.
2. Véase tongos de chancaca en Mejía, Ayer y hoy, págs. 37 y 136; véase también
chancaca en este volumen.
3. Medina, Chilenismos, s. v.
1
ejemplos de esa confusión cubilete, galera, boleiro, cumbo, güito y el propio
tongo.
TREJO
En nuestra habla familiar trejo tiene los sentidos de 'valiente', 'decidido', 'osado',
'desafiante' 2. La palabra, al parecer exclusiva del Perú, se documenta desde fienes
del siglo XIX. Así, en una letrilla de 1894, Federico Blume parodia a ciertos
lectores que, desde la barrera, exigen del periodista de la oposición el coraje
necesario para enfrentarse al gobierno:
"—No tenga usted miedo: ¡trejo!
2. Según Miguel Angel Ugarte, en Arequipa trejo es 'muy bueno', 'fuerte' y 'diestro'
(Arequipeñismos, s. v.).
412
Trejo es un peruanismo de origen incierto. No hay datos que permitan
establecer una vinculación con el apellido castellano Trejo, ni con el
aragonesismo trejo por tejo 'piedra usada en el juego del chito', ni con treja 'cierta
tirada en el juego de los trucos'.
Según Arona, a fines del siglo XIX alternaban en Lima trejo, ternejo y
tantas muelas (expresión hoy olvidada) como denominaciones del guapetón o
valentón. Arona creía que trejo estaba en relación con el anticuado destrejar, que
él daba con el sentido de 'luchar, combatir' 3, pero que más bien tuvo el de 'obrar
con destreza, cordura o habilidad' (sale de destral 'hacha pequeña que se maneja
con la diestra') 4.
413
TROME
2. 'Adulador' en el Perú.
3. Págs. 13-14; véase también trome en íd. íd. 101 y Los jefes, 106. Otros usos
de trome en Congrains, Lima, hora cero, pág. 139; Sofocleto al pie de la
letra, pág. 64 (Dios es el Trome Celestial), 81, 84, 114, 123 ("Francia era el
trome del Continente"); usos adjetivos (menos frecuentes) en íd. íd. 56
("Napoleón era un general tan trome... ") y 102 (Nostradamus "era tan trome
haciendo pronósticos..."). Véanse usos sustantivos de Bryce en Un mundo
para Julius, págs. 28, 196, 294, 310, 328.
4. Págs. 94, 192, 193.
414
La inversión silábica o fonemática es, por otra parte, recurso conocido de
la germanía del siglo XVI y otras jergas hispánicas. La germanía incluía
precisamente el vesre o habla al revés 1. De boca, por ejemplo, resultó coba 2, hoy
nombre de la jerga boliviana, y también de la ecuatoriana. De coba, por desgaste
de la fricativa intervocálica, resultó a su vez coa, variante que hoy designa la jerga
chilena.
Los vocabularios de replana son más abundantes que los del lunfardo en
aquel tipo de palabras, con predominio de los sustantivos (también algunos
adjetivos) bisílabos graves 3: trome por me(h)tro, drepa por padre, drema por
madre, chele por leche, lope por pelo, vella por llave, diame por media, tapla por
plata 'dinero', brali por libra 'billete de diez soles' (hoy desusado), zapla por
plaza, roca por carro 'automóvil', toga por gato, merfi por firme 'estupendo' (con
metátesis de r), choe por hecho, etc. En estos casos la inversión silábica no
implica trastrocación del acento prosódico (el acento de intensidad es en español
un rasgo esencial para la identificación de la palabra); ello sí sucede en el caso de
los bisílabos agudos, que resultan generalmente graves: jermu por mujer, feca por
café, pelpa por papel, bonja por jabón, ponja por japón (japonés), mionca por
camión, telo por hotel, fercho por chofer (que se pronuncia agudo
415
Los estratos lingüísticos son, como los sociales, permeables. La corriente
ascendente lleva a algunas voces del hampa hasta el nivel de la lengua culta
familiar, pasando por el uso popular o juvenil: tal es, como se ha visto, el caso de
trome. Pero no hay que confundir el paso natural, siempre restringido, de algunas
palabras vulgares a la lengua culta, con los negativos resultados de la verdadera
campaña de difusión, por cierto digna de mejor causa, que hacen en nuestro medio
ciertos órganos de prensa. Ese tipo de "periodismo moderno" reniega de una
importante misión de la prensa: educar al informar.
1. Voces tomadas del lunfardo entran en el sistema: naca por cana 'cárcel',
camba por bacán 'estupendo', etc.
TROMPADA
416
término. Por imagen visual, ya no auditiva, el nombre de trompa se aplicó luego a
la probóscide del
2. Véase trompón en Segura, ob. cit. pág. 327 y Sofocleto en dos columnas,
págs. 74 y 75.
3. Véase el uso intransitivo en Gamarra, Cien años, pág. 16: "trompeaban que
era una maravilla". El transitivo en Gálvez, Una Lima que se va, pág. 109;
"en la calle trompeaba a cualquiera". La forma pronominal, hoy corriente,
en íd. íd. pág. 123: "no gusta de placeres fuertes y varoniles; no se trompea".
Trompearse a la guadalupana (por la fama de guapos que tuvieron los
alumnos del Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe) en Moncloa, ob. cit.
25. Trompearse en Bryce, Un mundo para Julius, 82, 140.
4. Véase trompeador en Gálvez, ob. cit. 112 y 117; trompeadorazo,
encomiástico, en íd. íd. 118.
5. Véase trompeadura en Gálvez, ob. cit. 117 y 147; y Estampas limeñas, 32.
También en Blume, Sal y pimienta, 32.
417
temprano a la 'boca grande' y no a la 'nariz larga', trompada tomó el sentido de
'golpe o puñetazo dado en la boca'. El uso se extendió luego al 'golpe dado en la
cara' (en Puerto Rico se usa con este sentido trompicón); por último, trompada
llegó a hacerse sinónimo de puñetazo, puñada.
TRONCHA
418
"Es la pitanza, la prebenda, el suculento bocado fiscal a que aspira todo títere con
cabeza. En la silla presidencial, en la poltrona ministerial o municipal, en la curul
legislativa, en las comisiones fiscales y aun militares al extranjero, no se ha
buscado más, al decir de las malas lenguas 1, que la troncha. Los escritores
satírico-políticos
2. Cfr. "las tronchas del sancocho ['cocido']" en Mejía, Ayer y hoy, pág. 34. En Méjico,
en cambio, troncha tiene el sentido de 'comida pobre', 'rancho del soldado'.
5. Cfr. Segura, Las tres viudas, acto III, escena XIII (en Comedias, I, pág. 248);
Percances de un remitido, acto III, escena II (en íd. II, 209); El santo de Panchita,
acto III, escena única (en Artículos, pág. 354). Véase asimismo Gamarra, Cien años,
págs. 7, 26, 138; Fuentes, Ramillete o repertorio, pág. 24; Blume, Sal y pimienta, 23 y
120.
6. Véase tronchista en Segura, El santo de Panchita, acto III, escena única (en Artículos,
págs. 354 y 355) y Gamarra, Cien años, 138. Tronchismo en Blume, ob. cit. pág. 36.
No se usa hoy en Lima troncheo, que Malaret y otros lexicógrafos consignan como
peruanismo. Tampoco tronchan, que da Arona (Diccionario de peruanismos, s. v.).
se han cansado de tronar contra ella y los tronchistas, llegando uno de aquéllos
hasta esta sabia fórmula que por varias veces se estampó en tamañas letras de
molde en "El Comercio" de Lima, ahora treinta y tantos años: La Patria es la
troncha" 1.
TUTO
En el Perú hacer tuto 'dormir' es expresión del habla infantil: "es hora de
hacer tuto", "hay que hacer tuto" son exhortaciones frecuentes en boca de madres
y amas ('niñeras') cuando se dirigen a niños pequeños. En el habla familiar, y con
cierto matiz humorístico, hacer tuto puede también referirse a adultos 3.
419
Es lo más probable que este tuto 'sueño' tenga directa relación con el
quechua tuta 'noche' 4 (dormir es púñuy). El cambio de terminación podría
explicarse por influencia del masculino castellano sueño.
1. Diccionario de peruanismos, s. v.
3. Véase este uso de Bryce: "Y a golpe de 8 p.m. el viejo y el mar regresaban a
hacer tuto, porque Hemingway era el aventurero que más dormía en el
mundo" (Permiso para vivir, pág. 341).
420
Como es también el caso de ñaño 'niño' 3, hacer tuto 'dormir' representa
en el habla peruana la influencia quechua en su ámbito más íntimo: el de la cuna 4.
TUTUMA
421
es obvia 5. Fuera de Lima se conocen también tutumo y tutuma como nombres del
árbol y su fruto; la pulpa de este y la flor tienen aplicaciones en medicina
2. Pág. 81; véase también íd. íd. 46, 83, 129, 250. Igualmente tutuma 'cabeza' en
Sofocleto, Sofonetos, pág. 31 y Sofocleto al pie de la letra, pág. 65. Meter en la
tutuma 'meter en la cabeza' en Vargas Llosa, La casa verde, pág. 350.
5. Recuérdense análogos usos de mate, nombre quechua del calabazo (véase zapallo), y
de coco.
422
1 Según Camino Calderón, la chungana (especie de maraca) de nuestros brujos norteños
se hace "del fruto seco de la tutuma" (Diccionario folklórico, págs. 95-96).
UTA
En La serpiente de oro Ciro Alegría relata la llegada a Calemar de dos
forasteros enfermos:
"Los recién llegados son dos utosos, dos picados de uta, la enfermedad propia de
los valles del Marañón, pero que hace más víctimas en los que no están en ellos
sino de pasada [...]. Tienen las caras amoratadas y sin facciones, como dos lonjas
de carne. Hinchadas, parece que fueran a rajarse en hilos de sangre, pero no
ocurre tal sino que se disgregan en escoriaciones y llagas purulentas a lo largo de
las quijadas. La nariz carcomida de uno de ellos es solo un hueco negro y la del
otro se ha caído de un lado ya" 1.
423
1 Págs. 149-150; véase también uta en íd. íd. 161; utoso, en íd. íd. 151, 153,154, 156, 160,
161, 164. En dos cartas de 1909 a su hijo Ricardo, médico, Palma se refiere a un
artículo sobre la uta publicado en París (Cartas indiscretas, págs. 29 y 30).
2 Según Tovar la uta se conoce en otras partes con los nombres de grano de Oriente y
grano de Bagdad (Vocabulario del Oriente peruano, s. v. Leishmaniasis americana).
VELA VERDE
En el habla familiar del Perú decirle (a uno) vela verde es insultarlo
gravemente, decirle zamba canuta (véase zambo). En el Ecuador se emplea la
variante decirle hasta velaverde, formando vela y
3 En el Lexicón de Santo Tomás totta 'carcoma de madera', 'gorgojo del trigo', 'polilla'
(págs. 142,189 y 365). En el Vocabulario de González Holgufn, ttuta 'carcoma de
madera seca' (págs. 349a y 447b).
424
verde un verdadero compuesto en que el primer término ha perdido su acento
prosódico y se ha hecho proclítico 1.
El origen del modismo está en la liturgia inquisitorial. Verde era el color
tradicional del Santo Oficio, verde la gran cruz ceremonial llevada en alto, verde
el campo central del estandarte, verde la cruz en la medalla usada por los
inquisidores, verde la temida carroza en que se llevaba al acusado y, dentro del
recinto del Tribunal, verdes los cirios que flanqueaban el gran crucifijo colocado
ante un dosel de terciopelo también verde 2.
2. El Diario de Lima de los Mugaburu (anotación del 27 de setiembre de 1666, pág. 80)
describe la entrada del Alguacil mayor del Santo Oficio "con el estandarte con su cruz
verde". En un libro del Cabildo de Lima se describe un Auto de Fe realizado en 1625;
el Vicario general de la orden de Santo Domingo llevaba "la cruz verde de más de dos
varas y media de alto" que se colocó junto al cadalso (en Palma, Tradiciones, pág.
1216).
con sambenito de media aspa, coroza 1 soga al cuello, mordaza y vela verde en la
mano" 2.
425
El notable erudito limeño Pablo de Olavide fue acusado y preso en
Madrid en 1776 por lecturas "impías" de Rousseau y Voltaire. A fines de 1778
salió a un Autillo privado (ante unas sesenta personas distinguidas, la mayoría sus
amigos) "en forma de reo, con una vela verde apagada en la mano". Declarado
"hereje positivo y formal", fue condenado a confiscación de bienes, inhabilitación
para ejercer cargos, destierro perpetuo de la Corte y ocho años de reclusión en un
convento. Olavide, anonadado por la desesperación y la vergüenza, interrumpió la
lectura de los cargos diciendo: "Yo nunca he perdido la fe". Y cayó al suelo sin
sentido 3.
VINCHA
426
pronunciación vincha (en realidad, bincha, puesto que en español no existe el
sonido de v labiodental).
Por esa razón el quechuismo vincha se conserva con dos
pronunciaciones diferentes, representada cada una por dos o más grafías. Primera,
aquella fiel a la fonética quechua, con u semiconsonante como inicial, escrita
uincha, huincha o güincha (y aun wincha por los quechuistas modernos).
Segunda, la que implica el triunfo de la letra sobre el sonido, con b bilabial
(oclusiva o fricativa según la posición de la palabra en la frase) y representada
gráficamente por b o v: bincha (poco corriente) o vincha 1. En Bolivia alternan
huincha y vinche (esta última es una formación masculina posterior) como
nombres de la cinta para el pelo. En las provincias del norte argentino se
documentan todas las variantes: vincha, bincha, uincha, huincha, güincha (en San
Luis vinchar es 'poner vincha' y, de allí, 'vendar'). En el Perú, Chile y Argentina
(Catamarca), vincha 'cinta para el pelo' y huincha 'cinta para medir pequeñas
distancias, cuerda de apeador' son hoy dobletes. En el Perú se usa también
huincha para designar la cinta de papel de las máquinas registradoras.
Pero es Chile el país donde este quechuismo tiene más arraigo. Además
de 'cinta para el pelo', huincha, güincha, bincha o vincha (esta última grafía,
menos usada) es una 'chita gruesa de lana usada para ribetear ponchos'. De
huincha 'cuerda de apeador' ha salido huinchada 'distancia equivalente a 10 o 25
metros', según el tamaño de la cuerda. Huincha se llama (también en el Perú) la
cinta que se pone en la meta de los atletas y en el punto de partida de las carreras
de caballos 2. La exclamación ¡huincha! expresa negación
1. Véase bincha en Vallejo, Novelas, pág. 153, pero vincha en íd. íd. 159, 218. Vincha
en Gamarra, Cien años, pág. 122.
enfática. Hacer huincha a otro es 'darle una paliza' pero hacerse huincha uno
mismo es 'encogerse, doblarse'. Ser una buena huincha equivale a ser una buena
pieza. ¡La buena huincha! es una exclamación que equivale a ¡qué tontería!
427
No es insólito que un quechuismo tenga hoy más vida en Santiago o
Buenos Aires que en Lima: el Cuzco mismo, centro del gran Imperio Incaico, está
en el extremo sur del Perú actual. Por otra parte, fueron las zonas periféricas de
los grandes virreinatos las que conservaron más fielmente las formas viejas de la
lengua; a los consabidos arcaísmos hispanos habría que agregar los indigenismos
de la primera hora y aun otros posteriormente arraigados.
6. Págs. 514b-515a.
YAPA
428
En el norte (Colombia, Venezuela, parte de Méjico, la América Central,
Antillas y Nuevo Méjico), en cambio, predomina la variante ñapa. El trueque de y
por ñ se ha explicado por la socorrida alternancia de palatales, comprobada en
castellano antiguo y en diversas hablas regionales de la Península (véase ñato en
este volumen). El trueque se da igualmente en el portugués del Brasil donde se
dice,
1. Véase el uso: "...el chino Lam-Sam-King con sus caramelos de coco y sus yapas: 'Un
kilo de arroz y mi yapa'. Y el chino con su caramelo de coco [...]. Y la yapa entre
nuestros dientes, tempranamente picados [...]. Un caramelo, la yapa; una galleta
Chaplín, la yapa; un confite". (Bravo, Barrio de broncas, pág. 13).
2. Págs. 41 y 299.
429
conocen hoy en Lima (tampoco los registran Arona ni Palma). Sí se usa yapar por
'dar la yapa' o 'añadir' 5, con sus postverbales yapada y yapadura.
Pero, así como yapar ha conservado en sus diversos usos el sentido
quechua básico de 'añadir', la variante ñapear ha experimentado un viraje
semántico de ciento ochenta grados al tomar el sentido de 'mermar' el peso o
medida de lo vendido en Venezuela y Puerto Rico 6. En Colombia (Riohacha) y
Méjico (Tabasco) ñapear ha llegado a hacerse sinónimo de hurtar; coincide
curiosamente
5 En San Luis, Argentina, yapado equivale a remendado. Véase yaparse 'servirse más
[coca]' en Alegría, La serpiente de oro, págs. 99, 194, 228.
con este uso el del lunfardo ñapar (la variante ñapa se conoce también en el Río
de la Plata) .
La expresión adverbial de yapa significa figuradamente 'además', 'por
añadidura', 'para colmo' 2. Pero la variante de ñapa equivale en Venezuela a por
un tris, por un pelo ("aprobó el examen de ñapa"); ni de ñapa es expresión de
negación enfática.
430
YAYA
2 Véase este uso de Cortázar: "No se puede querer lo que quiero, y en la forma en que
lo quiero, y de yapa compartir la vida con los otros" (Rayuela, pág. 239).
Por otra parte papa 'padre' y Papa 'Sumo Pontífice' son la misma palabra
grecolatina (el Papa es el Santo Padre) de creación expresiva. Papa 'comida' en el
lenguaje infantil es palabra diferente, aunque también de origen latino y de
creación expresiva. Papa 'tubérculo, patata' es palabra quechua de uso general en
el español de América.
Caca 'excremento' es voz, igualmente de creación expresiva, del
lenguaje infantil y familiar. Tiene antecedentes en griego y latín y se documentan
formas coincidentes en vasco, ruso, francés e irlandés.
431
En estas coincidencias, explicables por las limitadas posibilidades
articulatorias del infante y por el número reducido de los objetos de su mundo, se
han basado algunas endebles hipótesis sobre parentesco lingüístico. Pero los
balbuceos del infante son simples juegos vocales: no habiendo todavía una
concreta comunicación, tampoco puede hablarse de un auténtico lenguaje. A
veces los padres, ansiosos de ayudar al vastago a expresarse, se apresuran
1. Papa y mama son hoy formas de la lengua popular, pero en el siglo XVIII
eran de la lengua culta. La acentuación aguda actual (papá, mamá) se debe a
influencia del francés, a partir de la instauración de la monarquía borbónica
en España.
3. Taita, resultado del cruce del castellano tata 'padre' con el vascuence aita,
íd., se asimiló tan prontamente al quechua que muchos la creen palabra de
esta lengua (véase Corominas, Diccionario crítico etimológico, s. v.).
YUYO
En la América de sustrato quechua —grandes zonas del Perú, Chile,
Bolivia, Argentina, Ecuador y Colombia— yuyo designa diversas especies
vegetales no arbóreas, unas terrestres y otras acuáticas, unas comestibles y otras
inútiles, unas medicinales y otras nocivas.
Yuyo viene del quechua yuyu 'hortaliza', 'hierba comestible', voz incluida
ya en el Lexicón de Santo Tomás (1560) 1. Curiosamente, sin embargo, yuyo
aparecía todavía en la edición de 1992 del Diccionario de la Academia como uso
sudamericano limitado al área de sustrato quechua, pero con un seudoétimo latino
2
inaceptable para Corominas y para cualquier otro lexicólogo con alguna
experiencia en el estudio de los americanismos.
432
Para el limeño de hoy la palabra yuyo evoca en primer término las algas
que pueden hacer menos agradable el baño de mar 3. Pero
1 Pág. 303. De yuyo 'hortaliza' sale el uso de Huánuco 'nabo silvestre de hojas
comestibles'.
2 Lolium 'cizaña'.
3 Véase "la ola lo traía suavecito, forrado de yuyos…", en Vargas Llosa, Los cachorros,
pág. 88. Palma afirma (en Tradiciones, pág. 1535) que yuyo no se usa en singular, pero
el singular —con sentido colectivo— se da en expresiones como mucho yuyo, puro
yuyo, usadas especialmente con referencia al agua de mar en que abundan las algas. Y
también se dice un yuyo por 'un alga': "no pasaba sino un yuyo de hora en hora" en
Martín Adán, La casa de cartón, pág. 21.
todavía a fines del siglo XIX, según Arona, los yuyos eran en Lima "yerbas
perfectamente guisables y comestibles, culinarias, especie de berza, Kraut en
alemán, y que dan un plato tan insulso que constituye uno de los guisados de
viernes en cuaresma" 1. Felipe Pardo compara un almuerzo campestre con una
ópera bufa en la que son "los andantes de chupe 2 de leche y sango con yuyo" 3.
Este sango 4 no debía de tener muy buena cara, a juzgar por la pregunta que hace
un personaje de Segura a otro:
"¿Querrán para yerno tuyo
un mozo zarrapastroso,
torpe, feo y andrajoso,
cara de zango con yuyo?" 5.
La sopa de yuyos fue plato típico limeño hasta principios del siglo XX.
Blume describe así una cena familiar: "Se ha comido lo de todos los días: sopa de
yuyos, carne de chichi [?], fritura de plátanos, asado con camotes..." 6. En la costa
del norte del Perú y en Chile las algas, marinas o cochayuyos (cocha es 'laguna,
mar' en quechua) son apreciadas como condimento; lo mismo sucede en Colombia
y Ecuador con las hierbas que allá se llaman yuyos.
433
1 Diccionario de peruanismos, s. v.
5 Ña Catita, acto I, escena I (en Comedias, II, pág. 4; zango con yuyo subrayado por el
autor). Ya en 1791 se documenta zanguito con yuyo (Mercurio Peruano, I, pág. 112).
7 Véase "Los paisanos ante la vegetación de la pampa" en Amado Alonso, ELTH, págs.
78-89.
no seas corresponyuyos" 3.
exclamarán a mi paso,
Según Tovar 7 yuyón por bobo, inútil, simplón se usa también en Chile;
sin embargo, no lo incluyen Lenz, Medina ni Rodriguez, en sus respectivos
diccionarios de chilenismos.
434
1 Con terminal quechua equivalente al de participio castellano.
5 Ña Catita, acto II, escena XVI (en Comedias, II, pág. 51).
6 Acto I, escena VI (en íd. I, 163). En 1816 se documenta en Arequipa yuyón "hombre
que huye de la sociedad", hoy desusado (véase Carrión Ordóñez, ob. cit, págs. 345 y
420).
ZAMAQUEAR
435
1. En Lima, hora cero, pág. 53. Véase igualmente zamaquear en Diez Canseco,
Estampas mulatas, pág. 122 y Ribeyro, Crónica de San Gabriel, 85.
2. Véase zamacón en Ribeyro, ob. cit. 153 (referido al temblor de tierra) y Cuentos de
circunstancias, 185, 209.
ZAMBO
1 Lexicón, págs. 145, 286. Véase guando en Hildebrandt, La lengua de Bolívar, pág. 213
(t. Léxico de Bolívar, págs. 592-593)
436
Chile 1, en cambio, zambo es el que tiene considerable proporción de sangre
negra, manifiesta tanto en el color oscuro de la piel como —sobre todo— en la
peculiar calidad del cabello; en el Perú se hace distinción entre el zambo, que tiene
sangre negra e india, y el mulato, que es de sangre negra y blanca 2. En nuestro
país zambo o zambos designa también la pasa 3 o mota 'cabello apretadamente
ensortijado' del que tiene sangre negra. En replana zamba se registra como el
número seis del dado.
Entre los muchos derivados de zambo son usuales en el Perú el
diminutivo zambito 4; los aumentativos zambón, zambote y
4. Véase zambito en Cabotín, Viendo pasar las cosas, pág. 56; Gamarra, ob. cit. 201; C.
Palma, ob. cit. 245; Blume, ob. cit. 49, 142,163; Gálvez, Una Lima que se va, pág.
112; Camino Calderón, ob. cit. 148. Arroz zambito es un dulce típico limeño que debe
437
su color oscuro a la chancaca (véase). Adriana de González Prada usa el diminutivo
artificioso zambuía (Mi Manuel, pág. 149).
2 Véase azambado en Gálvez, Nuestra pequeña historia, pág. 396 y Mejía, Ayer y hoy,
150. Zambería en Gamarra, ob. cit. 17 y Seoane, Hombres y rejas, 129.
4 Véase la grafía sambio en López Albújar, De la tierra brava, págs. 119, 156; zambio
en Camino Calderón, ob. cit. págs. 1, 83.
8 Véase zamba por zambacueca en Segura, Artículos, 149, 151, 158, 159. Nicomedes
Santa Cruz propone para zambacueca una improbable etimología del quimbundo-
bantú sembacuque 'saludo en danza'; véase "Origen de la zamacueca" en el suplemento
dominical de El Comercio de Lima, edición del 21 de setiembre de 1969. La danza
438
moderna samba es la misma zamba típica de las provincias del norte argentino
(Catamarca, Salta) que pasó de allí al Brasil y se internacionalizó posteriormente.
1. Véase decir zamba cánula en Segura, Artículos, pág. 285 y C. Palma, ob. cit. 146;
decir hasta zamba canuta en Segura, ob. cit. 66.
439
configuración de las piernas —sobre todo las flacas pantorrillas— del negro o del
que tiene gran proporción de sangre negra.
La alternativa está en un supuesto origen africano. Se ha afirmado que
zambo viene de nzambu que significa 'mono' en varias lenguas del Congo 3. Pero
habría que estudiar a fondo los términos afines del castellano y del portugués de
América para descartar o aceptar esa hipótesis.
ZAPALLO
2. Cuyo origen latino, sea de strambus o de otra palabra, parece fuera de duda.
3. Tal vez fueron los primeros esclavos africanos los que dieron el nombre de zambo a
cierto mono de América.
4. Zapallo macre es, por ejemplo, una variedad feculenta muy apreciada. Zapallito
italiano se llama en el Perú un calabacín alargado que en otras partes se conoce con el
nombre de zucchini.
Todavía a fines del siglo XIX la expresión pelar zapallo, hoy olvidada,
representaba las tareas domésticas más prosaicas y pesadas, especialmente las que
realizaban —tal vez como sanción o como penitencia— las monjas y las reclusas
en conventos e instituciones femeninas de custodia. En Lima de antaño el
costumbrista Dávalos y Lisson relata cómo una monja portera que cometió un
error grave "perdió ignominiosamente su puesto y aun creo que fue al Refugio a
pelar zapayo" 2. En Ña Catita de Segura una madre amenaza a su hija,
440
sorprendida en plena fuga, con enviarla "a las Recogidas / hoy mismo a pelar
zapallo" 3.
El Glosario de peruanismos del Padre Vargas Ugarte recoge el dicho en
abril y mayo, maíz y zapallo, que no se usa hoy en Lima. Tiene, en cambio,
vigencia la expresión sembrar zapallo con el sentido traslaticio de 'caer
pesadamente, casi siempre sentado, a causa de un resbalón o tropezón'. Pero se va
olvidando —por lo menos en Lima— la creencia en que el hecho de sembrar un
zapallo implica la seguridad de volver al lugar de la caída (para "recogerlo" o
cosecharlo). Adriana de González Prada, francesa criada en el Perú e íntimamente
compenetrada con nuestras costumbres y expresiones, refiere así los preparativos
de la familia (el único hijo, Alfredo, era todavía pequeño) para viajar a España,
desde París, en el invierno de 1895:
"Mucho me gustaron los últimos días que pasamos en París [...]. En la última
noche Alfredito se cayó de la cama y según los pronósticos de la gente
supersticiosa, eso quería decir que volvería algún día a este París donde había
sembrado un zapallo" 4.
1 Historia del Nuevo Mundo, ed. BAE, I, pág. 176a. El padre Cobo hace una clara
distinción entre el zapallo y lo que llama "calabaza de Indias", esta muy parecida
externamente a la de España, pero que no se come "por ser amarga y de un casco duro
y grueso"; sirve, en cambio, para otros usos importantes: "el principal es de loza,
porque de las menores hacen sus platos y escudillas, y de las mayores porcelanas,
librillos o bateas y otras vasijas..." (íd. íd., pág. 175a).
2 Pág. 193.
3 Acto IV, escena VII (en Comedias, II, 112). Zapallo subrayado por el autor.
441
zapallera como nombres de la planta. En Chile zapallero es tanto el que siembra o
vende zapallos como el aficionado a comerlos. En ese país y en la Argentina se
hace charqui de zapallo (véase charqui). Zapallazo es 'golpe dado con un za-
pallo' en Chile. Zapallada es 'conjunto de zapallos' y 'acierto casual' (también con
este sentido zapallazo) en el noroeste argentino; zapallada es 'dicho tonto o
inconsiderado' en Colombia. El verbo zapallar es 'acertar por chiripa' en la
Argentina; azapallarse es 'engordar' en Chile.
Por cruce con sapo 'curioso, entrometido, vivo', basado en la
coincidencia de los tres primeros fonemas, zapallo (o sapallo) ha tomado esos
mismos sentidos, que igualmente tiene el derivado zapallanga o sapallanga.
1 País en que se conocen y consumen muy diversas variedades: zapallo del diablo,
zapallo angola, zapallo criollo, zapallo del tronco o zapallito de tronco, etc. (véanse
Garzón, Diccionario argentino y Haensch-Werner, Nuevo Diccionario de
argentinismos, s. v.).
ZONZO
En el habla familiar de casi toda la América hispana, desde Méjico hasta
la Argentina, se usa zonzo o sonso —con varios derivados— por tonto 'bobalicón',
'poco avispado' 1. En el marco institucional de la viveza criolla, el zonzo
representa la contraparte del vivo: un aforismo cínico dice que el vivo vive del
zonzo, y el zonzo de su trabajo 2.
En cuanto a derivados, son aumentativos de diversa extensión americana
zonzote, zonzazo y zonzón (este usado en la Argentina). En el Perú es corriente la
forma con doble sufijo zonzonazo. Menos frecuente es otra forma con doble
sufijo, sonsoniche, que usa Yerovi en La de cuatro mil 3. En otras partes se oyen,
como sinónimos del primitivo, los derivados zonzoriano, zonzoreno, zonzoreco,
zonzoreque, zonzoneque, zonzorrio, zonzorrión, zonzaina (masculino) 4. El
nombre abstracto correspondiente es en el Perú y en muchas otras partes zoncera
o zoncería; en Bolivia se prefiere zonceridad. Azonzarse es en el Perú 'volverse
zonzo', atontarse; zoncear es 'portarse como un zonzo' (también en Chile,
Argentina, Uruguay y Guatemala).
442
1. Dice, por ejemplo, Borges que hacia 1912 "Palermo se apuraba hacia la sonsera: la
siniestra edificación art nouveau brotaba como una hinchada flor hasta de los
barriales" (Evaristo Carriego, en Obras, 130; véase sonso en un poema del mismo
Carriego citado en íd. pág. 139). Sonso igualmente en Cortázar, Rayuela, 169; "reírse
como sonsas" en Final del juego, 26; otro uso de sonsa en íd. íd. 39; "cachorros
sonsos" en íd. íd. 140; hacerse el sonso en íd. íd. 121.
2. Palma emplea el dicho, hoy poco conocido, el zonzo Tinoco, mucha fachada y seso
poco (Tradiciones, pág. 531).
3. En Poesía y teatro, pág. 88. Véase hablar sonsoniche, con significado poco claro, en
Valle Inclán, El jaque de Medinica, en Poesía española. Antología general, pág. 409.
Para el terminal -iche, véase antes cebiche.
1 Véanse, por ejemplo, zonzo en Vallejo, Novelas, págs. 177, 301, 304, 312, 313;
zoncera en íd. íd. 177, 181; sonsito en Arguedas, El Sexto, pág. 11 y Vargas Llosa, Los
cachorros, pág. 32. En la identidad de los tres primeros fonemas se basa la sustitución
jergal de sonso (o zonzo) por sonaja.
2 La usa deliberadamente Valle Inclán en Tirano Banderas (pág. 68; sonsera en íd. íd.
171).
3 Véase el Vocabulario de Moratín por Ruiz Morcuende, s. v.; un uso del XIX en la
Pardo Bazán ("la zonza e ingrata edad de la adolescencia"), La madre naturaleza, pág.
75. Usos americanos del siglo XVIII en Lenguas de América, págs. 208 y 263; Drama
de los Palanganas, 56, 69, 70 (sonso, zonso, zonzo) y 51 (zoncera); Terralla, Vida de
443
muchos (en Palma, Tradiciones, págs. 721-722: zonzo y zonceras). Usos americanos
de principios del XIX: zonzo y zoncería 'mansedumbre' en Lizardi, El Periquillo
Sarniento, págs. 55, 58, 202, 282.
5 Véase "Las prevaricaciones idiomáticas de Sancho" en NRFH, año II, Núm. 1, págs. 1-
9 y ELTH, págs. 399-414.
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a a ponchadas
a- a ponchazos
-a 99, 260
a poncho
a cada chancho le llega su San Martín
a puchitos
a cavile
a puchos
a casa de
a punta de
a chicha fresca a punta de lanza
a fojas a punta de pistola
a fojas cero a quejarse a los yuyos
a fojas uno a raja macana
a la fortuna por los cuernos a remezones
a la violeta abajenque
a la Waterloo abalear
a lo de -able, -ible
a lo zonzo abrasar
a panderete abrazar
474
abreviaturas agave:
abuchear -aggia (italiano)
aburrir aglutinación
acá acascca (quechua) agora
academicismo agua de berros
acamalado
agua y desagüe
acamalarse
acápite aguaita
acarachado, -a aguaitacaimán
acaracharse aguaitacamino
acariciar la panlorrilla aguaitada
accesoria (f.) aguaitador, -a
ace aguailamienlo
acebichada aguaitar
aceitillo aguailear
acento de intensidad aguaparse
acequia aguarapado, -a
achagua aguardiente de Pisco
achatnpar(se) aguatero
achamacado, -a aguayla
achancharse aguaytar
achapaudarse agüeitar
achaque agujerear
achiote ahi mismo
áchiotl (azteca) ahi nomás
accidente ahora [ha] un año, etc.
acomedido, -a ahora hace un año, etc.
(el) acomedido hiede a podrido ahora no más
acomedimiento ahora ñaupas
acomedirse ahuachafarse
acomide ahuachar(se)
acomidirse ahuchear
aconchado, -a ahuesarse
aconcharse aimara y aimarismos
acorcuncharse airecito
adefesioso, -a ai ta (vasco)
adehala ajapa (portugués)
-aje
-ado, -ada
ají
afectación ajiaco
afectividad ajochador, -a
afoctear ajochar
africadas ajuchar 41
africanismos ajutrarse 210
afuetear aka (quechua)
afutrarse akka (quechua)
al aguaite amorrinharse (portugués)
al arranche amparar
al calaato ampay
al finalizar el año, chicha, mamey amphi- (griego)
y zapote amphiphoreús (griego)
al rancho viejo nunca le faltan amphoreús (griego)
goteras amphora (latín)
al tacho anafe
(los) alas anafre
alboroque analogía
alcázar ananás
a/dea anantcs
alfabeto latino
anaptixis
alferecía
alferiche -anee
algo va de Pedro a Pedro anchoa
alla te lo espeto, Pericote Prieto anchóela
allpaca (aimara) anchova
almadiarse anchoveta
almagacén anchoveta no es pescado, después que te
la has tragado
almaricirse
anchovetero, -a
alón, -a
anda vete (m.)
alpaca
andalucismo; andaluz
alta policía
andando se hacen chancacas
alteración
andar botado
alternancia de palatales
andar en muía chucara y con
alluradamenle
estribos largos
allurado, -a
andar hecho un charquicán
*alturar
andar muca
alzar el poncho
andinantes
ama
anfitrión
amacanarse
ánfora
amargurado
anglicismos
amarillo mamey
anhapa (portugués)
amarrete
aniñantes, aninanlis
amarse como chanchos
-ano, -ana
amaularse
anofeles
ambrosia
anomalía
ambulante (m.)
ansina
americanismos
antanticr
ameritado, -a
ante-
ameritar
anteantier
amigos de cama y rancho
anteayer
amorochado, -a
anteparare (latín) arranclmcapas
antes arranchadera
antes de ayer arranchador
anleyer arranchar(se)
antier arranchan
antiernoche arranquitis
antihiática (tendencia) arrastraderito
antiyer arrastrar el poncho
antonomasia
arrempujar
apalomillado, -a
aparar arrequintar
apearse de [la] muía chucara arriba mía
apichu (quechua) arrocharse
apócope arrojar
apodos -anón
aposento arroyo
apparare (latín) arroz chaufa
apretador (m.) arroz zambito
apunarse arruga
apuñalar arl nouveau
apuñalear asado, -a
apurado, -a asarse
apurar(se) asentador de lotería
apuro asentador de suertes
apurón asentamientos humanos
aquí no más ashua (quechua)
aquí torció la chancha el rabo así es de que
aquicito no más así no más
-ar así nomás
árabe y arabismos asiento (o asientito) de ron
aragonés y aragonesismos asimilación
arahuaco y arahuaquismos asistió nomás
arañar el petate asonsarse
arará asoroehado, -a
araucano y araucanismos asorochar(se)
arcaísmos aspirina
argentinismos asturianismos
armada -ata
armadilla atingencia
armadillo atingente
armar(se) atingido, -a
-aro atingir(se)
arquear -ato
arquilecturado ato turnado, -a
arrancha-arraucha atotumarse
attingere (latín) banal
aullar bantú (familia lingüística)
aumentativos baqueano, -a
auquénido boquear
aura baquía
autocita baquiano, -a
baquiar
avance
baqiya (árabe)
avanzar baratieri
avena barattiere (italiano)
ayer barchilón, -a
ayer no más barriada
azambado, -a base lingüística (del español de
Azambuja América)
azambujado, -a basquear
azapallarse basural
azar batallón
azarar(se) batata
azarear(se) batata de Málaga
batea
azareo
bateada
azarean bateador
azonzarse bateia(portugués)
azor bateíta
azorar(se) bateón
azoro (to) benf
aztequismos Beati indiani qui manducant
azua (quechua) pepiani
azucena del Perú berenjenas de las Indias
azulülo bestial
b de burro
belamax
baba
babiche bienes /tingibles
bable billetera
boom bíniano
Bacciccia (genovés) bimba
bachicha bincha
bachiche biííer (inglés)
bachiller de pupilos bividí
bagre biviri
¡bah! bizcocho [de] Chancay
*blancurado
bahareque *blandurado
baja policía blanquillo
bajareque blanquinoso, -a
bajopontino, -a blue devils
balance blues (inglés)
bobo
balota
boboliche
boca de gachas botador, -a
bocee (italiano) botafango
boche
bolalodo
bochear
botamanga
bochincha
botar el chancho
bochinchada(portugués)
botar el gato
bochinche
botar la casa por la ventana
bochinchear
botarate
bochincheiro (portugués)
botar(se)
bochincherías
botija
bochinchero, -a
boto
bochinchito
box (inglés)
bochincho brali
bochinchoso, -a bramadero
boda brassiere (inglés)
bodega brassiére {francés)
boleadoras bretón
bolero brígida
boliche (red) brilloso, -a
boliche (apodo) brisar
broma
bolichera (f.)
brutal
bolitas (juego)
buchada
bolla
buche
bolsar
buchinche
bomba
buena moza
¡bomba al charqui! bufarle (a uno) los cacles
bombín
bufeo
bombo
buitrear(se)
boniato
buitreada
bon/a
buniato
boquiche burra (latín)
boquipando buscaniguas
borra
buscapiés
borra de vino (color)
buscapique(s)
borrachoso, -a
butifarra
borrado, -a cabala
borradura caballo
borrao caballo de paso
borrarse cabe
bosar cabe de pala
bota cabe de [a] paleta
botadero cabe que
botado, -a cabecilla
botado-guácharo cabeza de plátanos
cabizcala cacimba
cabo (m.) cacique
cábula caciquismo
cabular (portugués) cacle
cabulcador, -a cada carancho en su rancho
cabulear cada gallo ¡canta] en su corral
cabuleo cadera
cabidero, -a cadentia (latín)
cabulismo caer [como los gatos] parado
cabulista caerle (a uno) la quincha
cabulisto cajón
cabuloso cal
cara cala
cacahuate calabacera
cacáhuall (azteca) calabaza de Indias
encuna calachaqui
cacanusa
calafate
cacería
calarnacun (araucano)
cachaco, -a
calaucho 'buho'
cachacos (m.)
calancho 'desnudo'
cachacura
calandraca
cachaquear
calapacho
cachaquería
calapichar
cachaquito
calapitrinche
cacharpari
calatayú
cacharpa(s)
calatear(se)
cacharpaya
calateo
cacharpeada (f.)
calatería
cacharpearse
calaterío
cacharpero
cacharposo, -a calatícri
cachaspalla calatiewsky
cachaspari calatista
(el) calatito de la flecha
cachazpari
calato, -a
cachimba calatriz
cachimbazo calco semántico
cachimbear calentadora (f.)
cachimbero calentura
cachimbo caliche
cachimbón califa
cachinas (véase caquinos) callejón de un solo caño
cachinnus (latín) calli (azteca)
cacho calpan, *calpán (azteca)
cachuelear
*calpón Cándidos de la vela verde
calpulli (azteca) caníba/
calzón de chicote canilla
cama camera canillejo
camal canillento, -a
camalaje canillera
camalero Canillita, canillita
camalito canillón, -a
camarita canilludo, -a
camaronero canoa
cambio cantarle (a uno) /os pies
cambio acentual cantiga
cambio semántico canuta
cañan
cambray
cañazo
camión
canilla
camioneta
capacito
camisa
capar
camotal capa*, -acis (latín)
(El) Camotal capaz
camote capaz que
camote calado capere (latín)
camote del monte *capetonada
camote huasca capia (quechua)
camote podrido caporal
camotear caporale (italiano)
camotero, -a caporalcar
camotillo caporalisme (francés)
camotillo capotraste
camotli (azteca) capulí
camotón caquinos
cara 'menjurje'
camotudo, -a
cara 'rostro' 190 *cara
campana
cara (quechua)
campuza cara de muca
camus (latín)
cara de mucarnuca
cana
cara de tarro
canariera
caracha
cáncamo
carache
cáncamo fremántico
carachento, -a
cáncamo fumatélico
carachero
cancha 'recinto'
cancha 'maíz tostado' carachiento, -a
cande/n carachita(s)
candidez carachito
candido, -a carachoso, -a
carachupa carpetear
caramanduca carpetaro (portugués)
caranchato carpetero
carancheto carpetista (portugués)
carancho carpette (francés)
carare carpiré (latín)
carpita (italiano)
cararoso, -a
carppa (quechua)
carate carquiento, -a
caratejo, -a carrera
cantoso, -n caíto
carátula cartera
caratulado casa
caratular casa de
cara tura casarana
carca cascarilla
carcancha casimba
carcanchón, -a casimir
carcanchoso, -a castas de mezcla
carcoso, -a castellanismos del quechua
carda castellanización (de préstamos)
cárdigan castellano
cardume (portugués) (véase español) casticismo
cardumen castora
cardúmenes catalán y catalanismos
catalana (f.)
cardumes
catalogue (catalán)
cardume
cátedra
caribismos
caliento, -a caterpílar
carne de chichi caucan
carne de enxarca (portugués) cauchi(c) (quechua)
carne de xarque (portugués) causa
caroso, -a caza
carozo ccala (quechua)
carpa cchupu (aimara)
carpani (quechua) ccumu (quechua)
carpacuni (quechua) cebar mates
carpere (latín)
cebichada
carpera
cebiche
carpet (inglés)
cebichería
caceta
cebichero, -a
carpeta de escritorio
cebichito
carpeta de trabajo
cebique
Carpetamento
ceboll-
carpetazo
*cebolliche
ceborrancha champoso, -a
ceborrincha champudo, -a
ceceo champuz
celestina champuz de agrio
celofán champuz de las monjas
cementerio champuz de leche
cemita chanca
cepa (latín) chancabuques
cepula (latín) chancaca
cerca mío (luyo, suyo) chancacazo
cerdo, -a chanca-chanca
cerrero, -a chancaco
cerril chancacón
ceviche chancadera
ch chancador
-cha (sufijo quechua) chancadora
chácara chancáis
Chacarilla chanca-la-lata
chacchar chancalata
chachamu chancanque
chacra chancaquear
chafallo
chancaquera
chafallón
chancaquería
*chafallonía
chancaquera
chafalonería
chancaquita
chafalonía
chancaquitero
chafalote
chancar
chafar *chancasca
chaíto
chancay
chalona
Chancay
chamba
chancayes
chambi (quechua)
chamca (quechua) chance
chamcca (quechua) chancecito
chamcca-chamcca (quechua) chancha
chamkka (quechua) chanchada
chámkkay (quechua) chanchería
champa
chanchero, —a
Champagne, champagne
chanchito
champancito
chancho, -a
champañada
chancho limpio nunca engorda
champazo
chancho marino
champe
chancho rengo
champear chanchu (mapuche)
champería chancan (m.)
chancón, -a charquin (araucano)
chancona (f.) charquizapallo
chanconcito, -a (la) chata
chanconero (m.) chato, -a
chancua chau
chancuar chau-chau
chancudo, -a chaucito
chanfla chauchito
chanflón chaufa
chankkaska (quechua) chatipicac (quechua)
chánkkay (quecha) che
-che
ch'anpa (quechua)
chéance (francés)
chanque checar
chao check (inglés)
chapa (To) check (í/p)
chapalear chele
*chape, chape chepo
cheque
chapean bombé chequeada
chapeau melón chequeador
chapeta chequearle)
chapetada chequeo
coopere chequeo general
chapetón, -a chequera
(los) ches
chapetonada
chez (francés)
chapetonear chhampi (quechua)
chapi chhupu (quechua)
chapín chiancaca
chaposo, -a chicha
chapotear chicha de /ora
chaqui (quechua) chicha de uva
character (latín) chicha de yuca
charcón, -a chicha morada
chicha, pepián y chivo, para las penas
charque
gran lenitivo
charqueada
chichah (lengua cuna)
charqueador, -a
charquearse) chichar (v.)
charquecillo chichería
charqueo chichero, -a
charquería chichi
charqui chichódromo
charqui de manzana chicle
charqui de zapallo chicot (francés)
chicotazo
charquicán
chicote
charquimanzana
chicote quemado chompa
chicoteada chompita
chicotear chompón
chicotera chopo (quechua)
chicotería choppo (quechua)
chicotillazo choquezuela
chicotillo chorear
chicotinho queimado chorifaite
chifa (m.) chorifaitear
chile chucarear
chilena (f.)
chucaro, -a
chilenismos
chilititi (quechua) chucro, -a
chillar como un verraco cimero (portugués)
chimando (portugués) *chucru (quechua)
china (f.) *chúcuru
chingana chueca
chinganear chueco, -a
chinganero, -a (El) Chueco
chinganga chuequeada
chinkana (quechua) chuequear(se)
chínkay (quecha) chuequera
chino chulleco, -a
chino (lengua y cultura) chungaría
chipro chuñeco, -a
chiquear chuño
chiquitoso, -a chupacirios
chirfaile chupe
chisco chupe cimarrón
chistera chupi (quechua)
chivillo, -a chupiento, -a
chivío chupito
chivo chupo
chiwillu, ch'iwillu (quechua) (un) chupo de plata
choclo chupón
choco chupu, chhupu (quechua)
choco, -a ¡CHUS, chus!
chocolate chusco, -a
chocólatl (azteca) chuscón, -a
chocho chuigo, -a
choe ch'usku (quechua)
chofer chusquilo
cholo, -a chuyeco, -a
chomba ciño (italiano)
ciau (italiano) cochino, -a
cierrapuertas cocho
cimarra cochoso, -a
cimarrero cocinar
cimarrón, -a cocinería
cimarronada coco
cimarronear(se) codeador, -a
cimarroneo codear
cimarronera codeo
cimarronero cófrarde
cirear Cognac, cognac
Ciríaco cogotero
ciriada coima
ciriadita cojal
ciriar colero (m.)
cirio collera
clac colombiche
clac de unto colorado, -a
clavo comedido, -a
claxon comedimiento
cláxones comedir(se)
cláxons camena
clísorí comer pavo
clíster comerciar en chueco
coa comerse un pavo (con plumas)
coba come-y-calla (m.)
cobíjate) cómica (f.)
cobruna comique
coca comisión
cocaína commetiri (latín)
cocer como (quechua)
cocha (quechua) como cancha
cochayuyo como estás (m.)
coche como pato de chifa
cochecito como Pedro por su casa
comodoy (f.)
codii
compadrito
cochinada
compensativo (m.)
cochinatico
comprar de chueco
cochinear(se)
compuestos
cochinero
con
cochinilla
con-
cochinito
con el miche y con el pisco pasan
las penas del rico conversata
con la boca, es un mamey coñac
con títeres y petacas co-pah (lengua cuna)
concita copliche
conchar coquito
conchito corancho
concho corcocho
concho de vino, concho'e vino corcova
conchoso corcovo
conchoso (portugués) corcuncharse
conchudez corcuncho, -a
conchudo, -a
corima
cónclave
coroza
Congo
corpino
congo, -a (adj.)
congolés corrección: véase criterio de
connotación corrección
connotado, -a correñañita,
connotar correñañito
connolativo corresponyuyos
(to) connote corsé
conscripción corte de totuma
conscripción vial cosa
conscriptio, -onis (latín) cosa de que
conscription (francés) cosa que
conscripto coser
conscriptora costeante
consonantización costear la diversión
costear(la)
consonantizar
costeársela
contaminación: véase cruce
costeativo, -a
contimas
costeo
contorcha
coto
contra (adj.)
cotomono
contra (más)
Cotópolis
contracarátula
cotosino, -a
contracción
coloso, -a
contramontonera
cofío (quechua)
contramontonero
cotudo, -a
contrastar
couche (francés)
contraste
coxa (latín)
contrástalo
coyote
contrimás
cráter
conventillero, -a
creación expresiva
creación personal curco, -a
credo cimarrón curen (quechua)
criollo, -a curcucho, -a
criterio de corrección curcuncha
cruce curcuncharse
cuadra curcuncho, -a
cuádrilo curcuño
cuajo cunta
cuando curka (quechua)
cuando entró la Patria cursi
cursilería
cuanto (más)
curumpini (quechua)
cuáquer cuti (quechua)
cuáquero, -a cuxa
cuatro (m.) cuyo
cubeta cuyu (quechua)
cubiche cuz, cuz!
cubil cuzco
dacrórt
cubilete
dada
cucharero
damajuana
cucharonazo
damasco
cuchi
d'andenantes
cuchi-chancho dar a la batea
cuco dar boca
cucufa dar cabe
cucufata (común) dar carpetazo
Cucufate, cucufate dar chance
cucufatería dar chicote
cucufato, -a dar coba
Cucufo, encujo dar el raje
cueca dar fuete
cuello pando dar pan por charqui
[el] cuento de nunca acabar dar un cabe
dar un fuetazo
cuerda
dar un para/é
cuerpos de dragones
dar una manilo
cuja
cuja camera dar una parada
cujal dar una puchada
cujar darle vuelta al charqui
cujÓn darse prosa
cultismos de
cumanagoto de a puchitos
cumbia de a puchos
cumbo de acápite
cuna (lengua) de aguaite
curca [de] chapeta con plata [e] indio con
honor, líbranos señor delante mío (luyo, suyo)
de chicha y nabo delgado
de color honesto delicado
de macana dementar
de mamey demia
de mamey con dos pepas demorar(se)
de mamey con yuca (tibia) denantes
de mamey en almíbar denantias
de mamey sin pepa dende ya
de manera de que denominación de origen
de modo de que denotación
de ñapa deponer
de ñeque, pulso y remezón depurar
de paporreta dequeísmo
de parada dequeísta
de pala en quincha
derby hat (inglés)
de pepián
derecho de pataleo
de príquile, de príquiti
derivación
de príquiti mangansúa
derrengar
de que
derrepente
de raja macana
desacomedido, -a
de remezón
desacomedirse
de resistencia
descarachar
de tapera en galpón
de yapa deschampar
de zapallo Descolaburros
debajo mío (tuyo, suyo) descomedido, -a
debocar descomedimiento
decir [hasta] botija verde descomedirse
decir [hasta] vela verde desde que
decir [hasla] zamba canuta, desde que un perro maté,
decir lisura y media Mataperros me llamé
dedeté desde /a (portugués)
dejar botado desde ya
dejar en el (o en un) petate desde ya mismo
dejar muca desempacarse
dejarse pisar el poncho desfloripondiar
del año de ñaupa desgaste fonético
del tambo al timbo deshondrar
del tiempo de Ñau deshonrar
del tiempo de ñaupa deslateralización
del tindío al tambo desmameyar
del tumbo al tambo desmerecer
desmeritar dolasmas
desnasalización dominico
despalatalización Don José
despalmante donde
despectivos donde camotes se asaron, cenizas
desplayado (m.) quedaron
desponclmrse donde el diablo perdió el poncho
desprolijo, -a donjuán
destacamento dorima
destral dormir como un chancho
destrejar dracón
dragón
desvalido
dragón (francés)
detalloso, -a
dragona
detrás mío (luyo, suyo)
dragoncillo
devolver
dragoneante
diablos azules dragonear
dialectalización vertical dralón
díame drema
dictáfono drepa
*difuerzo dulzurado, -a
dijuerzo dulzurar
diga no más dunlopillo
dínamo durar lo que cuchara de pan en
amae (francés) mazamorra
dindon (francés) -ear
diptongación echar a la batea
dis- cellar al tacho
disforzado, -a ecltar pan
disforzarse echar prosa
disfuerzo echar ¡un ] cabe
disimilación echar una manito
dispuesto echar una suerte
disticoso, -a
echar una suerte en vaca
*distingoso
echarse a los yuyos
doblar el petate
echarse como muca a pollos
doble
echarse con las petacas
dobleancho
dobletes echarse el alma a la espalda
Doctor Panchito -eco, -eca
dolama ecuador léxico
dolamas ejambrío, -a
dolame -ejo, -eja
dolamen (latín) el cachaco de la esquina
dolames
el chino de la esquina empatar el tiempo
el concho y la espuma empatar(se)
el día del pucho empate
*el mano empatter (francés)
el peor chancho rompe el chiquero empavar(se)
el pulpero de la esquina empave, empabe
el que ha nacido en petate, siempre empavón, -a
anda apestando a tule (o a turré) empavonar(se)
el torcido busca el pando empetatar
¡el último huachito! 236 el vivo vive del emponchado, -a
zonzo y el zonzo de su trabajo emponcharse
el zonzo Tinoco, mucha fachada y seso emprolijar
poco en
-ela en abril y mayo, maíz y zapallo
elante en aguaite
electrola en buenas manos está el pandero
elipsis en casa de
embochinchable en fustanes
embochinchar en los quintos apurados
embromado, -a en mi (tu, su) adentro
embromar en mi (tu, su) delante
embromón, -a en mi (tu, su) encima
empacada (f.) en montón
empacadizo en receso
empacado, -a en tiempo de María Ñaupas
empacador en toda tierra de camotes, hay de
empacamento (portugués) una y otra cría
empacamiento en tu elante
empacar(se) enagua(s)
empacho para(d)o, paráu enante
empacón, -a enantes
empaque enantitos
empaquetado, -a encalatado, -a
empaquetar(se) encalatarse
emparada (f.) encamotarse
emparamento encaracharse
encarpetar
emparamiento
encender en el pucho
emparar
encender la cachimba
emparar trompos en la uña
enchampar(se)
empatadijo
enchampe
empatador (m.)
enchichado, -a
empatadura
enchompado, -a
emchomparse entre tanto (que)
enchuecar(se) envetarse
encima mío (tuyo, suyo) envilecimiento
encima tuya enxarca (portugués)
encomendado (m.) enyuyarse
encomendería epéntesis
encomendero -er
encomiásticos es-
encomienda es capaz de
Encomiendita es capaz que
encontrar fleco para su poncho escalador
enconche escalona
endenantes escapear
enenantes escapero
enenantitos escarapela
énfasis escarapelar(se)
enfrazadado, -a escarapelar -se (portugués)
enfuetarse escarbajear
engreído, -a escolero (m.)
engreimiento escondiche
enguacharse escorpión
enguaraparse esdrújulas y esdrujulismo
enguarapetarse eslávicas (lenguas)
enlaberintarse eso se ganó con el trabajo del
enlajado (m.) general Camote
enlajadura espada de totuma
enlajar español americano
enlosar español atlántico
enlozar español canario
enmucarse español clásico
enñatarse español general
-enque español preclásico
enquinchar españolado
enrazado, -a españoles europeos
enredique especificación
enrostrar espeso, -a
entarrado espumante zambuca
entierro espúreo
entotumado, -a estampilla
entotumarse estar a partir de un confite
entra no más estar a poncho 353
entrar en receso estar apurado
entre (más) estar botado, -a
estar champa cambio semántico
estar como un pepián excarpere (latín)
estar como un tacho exégeta
estar como un yuyo exilado
estar con diablos azules exitoso, -a
estar con el charqui largo expletivos
estar con los chicotes cruzados extensión de sentido
estar con [todos] los muñecos extraneare (latín)
estar con yaya extrañar(se)
estar [de] ñaños f inicial latina
estar de palangana faceré (latín)
estar embromado facetadas
estar en apuros facón
estar en Calatayud faginar
estar en el mamey faite
estar en un apuro faitear
estar fundido faitecito
estar fundido como un tacho failemán
estar hecho una carcancha faitemanada
estar hecho [un] charqui failemanes
estar hecho un pepián faitismo
estar hecho un ranchero fañoso
estar jaladito falsa carátula
estar jalado farruto
estar más pando que un riel curvo feca
estar medio jalado fenómeno
estar muca fercho
estar muñequeado feroz (ferós)
estar ñaupa festinable
estar ñaupa-ñaupa festinación
este era festinación de trámites
estera festina lente (latín)
esterilla festinar
esticoso, -a festinar trámites
estriptisera festinare (latín)
estuchante festinatorio, -a
esu ficus
-efe, -eta fiero, -a
eterní(t) fierrero
etimología popular fierro
eufemismos fierro enlozado
evolución semántica: véase fighter (inglés)
fighter man
filoso, -a foramen
finca forare (latín)
fincar foratus (latín)
firme fórmica
fisgonear forúnculo
[to] fit fotingo
fitter (inglés) fouef (francés)
fl- fouetter (francés)
*flacurado foutre (francés)
flassada (catalán) foyeque
flit francés
flor franela
flor de campanilla fraque
florecita fráquete
floreo verbal frazada
floribundus frazadero
floricundio frazadón
florifundio frecuentativo: véase -car
floripón fregar la cachimba
floripondio frejol(es)
floripundia fremántico
*floripuni *frescurado
foco frezada
foetazo frigider
foefe frijol(es)
foefear frijoleo
foetiza frisol(es)
foi pro tacho (portugués) fruza
foja fuente
fuetazo
foja de servicios fuete
fojar fueteada
fojear fuetear
folia (latín) fuetera
fuetiza
folio
Fulano
folium (latín)
fumar en cachimba
folleque
fumatélico
fondo
fundere (latín)
fonética fundidera
fonética sintáctica fundido, -a
foradador (m.) fundir la paciencia
foradar fundir la pita
forado fundiré (latín)
fundir(se) gagazote, -a
fundo gago, -o
fungere (latín, italiano) gagoill (bretón)
fungi (latín) gagoso, -a
fungible
gaguear
fingieren (alemán)
fungir gagueira (portugués)
furúnculo gaguejador (portugués)
fusión gagueo
fustagno (italiano) gaguera
fustal gaguez (portugués)
fitstán gaguice (portugués)
fistanear gaguillo
fustao (portugués) galafardo
fuste
galafate
fusteda
galapacho
fustis (latín)
futaine (francés) galavardo
futir(se) galera
futraque galerita
futrarse galicismos
futre galifardaje
futre palangana galifardeu (catalán)
futre pelado, bolsillo planchado galifardo, -a
futrearse gallego
fulreque galleta Chaplín
futrería gallina de Indias
futrerío gallina de la tierra
Futriaco gallina de papada
futriarse gallinazo
futrique gallinazo no canta en puna
futriquiñador gallipavo
futriquifíar(se) gallo de Indias
futriquiñería gallo de la tierra
futrír gallo de papada
¡futro! galpao (portugués)
futuere (latín) galpol
gabina *galpole
gachupín galpón
gaélico galponero
gáfiter galpul
gafitero gambusinero
gagá gamón
gaga (francés) gamonal
gagach (gaélico) Gamonal (apellido)
gamonalismo grafías soldadas
gamonalito grafías vacilantes
ganado de chicote gramaticalizacion
ganar un cabe gramola
garapa (congolés, portugués) granadilla
garapacho grandenque
garconniere (francés) grano de Bagdad
gasfiter grano de Oriente
gas-fitter (inglés) greno
gasfitería griposo, -o
gasfitero gritar como un verraco
gasifista gua-
gasista gual
gastar prosa guachada
gateadora (i.) guachafa
gatillo guachafita (f.)
gato guachafo
gatuno, -a guachalocro
gaucho, -a guachapa
gavión guachapeada
General American (inglés) guachapear
germanía guachapita
germanismos guácharo
gíria (jerga carioca) guache
glazo guachear
gocho guachilón
godo, -a guacho, -a
golmar guagua
golpiza guata
*gordurado guajcho
gorge (francés) guanaco
gormar guando
gorr guanero, -a
gorrinada guano de isla (s)
gorrino guante
gouappe (francés) guanlo (quechua)
gozco guaparrandón
gozque guapeada
gradas guapeador
graduar guapear
grafías dobles guapería
grafías mudas guapetón, -a
grafías simples
guapeza güinclia
guapido guinda (color)
guapísimo, -a güira
guapo, -a guíta
gua poso guitarra requinto
guapura güito
guara ¡gus, gus!
guaracha guzco
guaragua guzpalarero
guaraguas (m.) guzpataro
guaragüero, -a guzque
guaranismos aspirada
guampa h inglesa
guarapazo h muda
guarapear(se) ha
guarapeo haba (véase jaba) habernos
guarapera (f.) habla (véase también lengua, lenguaje,
guarapería jerga y léxico)
guarapero, -a habla familiar
guarapeta habla local
guarapetazo hablar de papo
guarapetería hablar de paporreta
guarapülo hablar ñato
guarapo hablar paporretas
guarapón, -a hablar sonsoniche
¡guarda', hacendado
guar-guar hacer acápite
guflrín hacer camote
guarique hacer cargar la batea
guariquitén hacer chanca
guaro hacer chancho
guaroso, -a hacer chancua
guarr hacer charqui
guarrada hacer charquicán
guarro hacer costeo
guascha (f.) hacer empavar
guasurdemis hacer la cimarra
guada hacer la parada
guaucho hacer la pava
¡guay! hacer maula
guayacán hacer ñizcas
guerrilla hacer pascanas
guerrillero hacer pifia
hacer punta hecho
hacer rancho aparte herí (latín)
hacer tutihuahua hermafrodita
hacer tutito híbridas (palabras)
hacer tuto higuerilla
hacer tutu hijo de chancho
hacer tutuhuahua ¡hip!
hacer un charqui hipermercado
hacer una mala parada hipocorísticos
hacerse el chancho para que lo hoja
rasquen holán
hacerse el chancho rengo holánn de hilo
hacerse el sonso hombre de fuste
hacer(se) huincha hombre de ñeque
hacerse la vaca hombres de baquía
hacer(se) muca hombruno, -a
hacerse rajas homofonía, homonimia
hacer(se) yaya hacérsele viva la parada hondo
hacienda hongo
haiga (m.) honorable (m.)
halar horadado
haler (francés) horadar
hamaca horado
hamacar(se) hotel
hamaquear(se) (h)ua-
hamaquero, -ra huaccha
hombrada huacha (f.)
hambre (m.) huachafa (f.)
hambrenque huachafear(se)
hombrera huachafería
hambretón huachaferío
hambrija huachafero (m.)
hambrina huachafieri
hambrosia huachafísimo, -a
hambroso, -a huachafismo
hambruna huachafita (£.)
hambrunario, -a huachafo, -a
hambrusia huachafón, -a
hammock (inglés) huachafosísimo, -a
harina de pescado huachafoso, -a
hasta el conchito hato huachaje
hava (véase jaba) huachalomo
heces huacharaje
huácharo -icius, -icia (latín)
huachero, -a icono
huachilón idiolecto
huachito (m.) ignaro
huacho (m.) -illo, -illa
huacho, -a impattare (italiano)
huahua importancia
huaino importar un pucho
huaitchápol improlijo, -a
huajcho, -a inabdicable
huamanpinta inante (latín)
-huan (quechua) inca
Huaquilla incidente
ftuflra (quechua) incontrastable
huarahua indano
huarapero indigenismos
huar-huar informal (m.)
huarica inga
huarique ingenio (azucarero)
huasca (quechua) inglés
huaso inhalar
huauque (quechua) inhapa (portugués)
hucucha (quechua) instrumentales (sufijos)
huchar insulsus (latín)
huchear inter (latín)
hucher (francés) ínter
húchuy piqui, huchuipiqui interferencia: véase cruce
(quechua) intervalo
huesillo inversión (silábica, fonemática)
hueso ipso pucho
(el) huevo de Colón -ique
(el) huevo de Juanelo ir a Tongoy
huincha ir al arranche
¡huincha! irle (a uno) algo en la parada
huinchada irse al cachimbo
hundir irse al concho
huracán irse al tacho
i-be-eme irse al tacho colorado
ibérico italiano e italianismos
íbero iterativo: véase -ear
-ible izquierdoso, -a
I.B.M. jaba
-iche jaba de defensa
jabe java (véase jaba)
jabear jeep
jabecito jerga del hampa (véase también coa,
jobillo coba, germanía, gíria, lunfardo,
jabón replana)
jaboncillo jerga escolar y juvenil
jabuco jergas profesionales
y'flfaiirfo (to) jerk
jack's (inglés) jerky (inglés)
jalada (f.) jerma
jaladera jermu
jaladito jersey
jalado, -a jijuna
jalador, -a jitar
jalapato jochar
jalar agua jochear
jalar camino jofaina
jalar la cadena jora
jalar la lengua jorar
jalar las orejas José Luis
jalar las palas Juan
jalar(se) Juan Bimba
jalar(se) la cara Juan Díaz
jale Juan Dorado
jaleo Juan Lanas
jalera Juan Machiz
jalisco Juan Palomo
jalón Juan Platero
jalón de mechas Luan Tarafe
jalona Juan Vainas
jalonear juanero
jaloneo juanete
jamaca juanillo
jamaquear jubón
jamaquean juchar
jambrera juchear
jambrina judas
jambrío, -a judeoespañol: véase sefardí
jambruna judión
jambrusia juegos verbales
Japon fuete
jaranista juetazo
jato
jugarreta kkhencha (quechua)
jui (chino) kkhonchu (quechua)
jumper (inglés) kkincha (quechua)
jundir(se) klínex
junto suyo kódak
jutre k'oto (quechua)
kacchakamáyoc (quechua) Kraut (alemán)
kacchani (quechua) k'uchu (quechua)
kachakke (quechua) k'umillu (quechua)
kachaku (quechua) k'umu (quechua)
kachákukk (quechua) kuraka (quechua)
kacharpa (quechua) kurku (quechua)
kacharpákay (quechua) kurkunchu (quechua)
kacharpáriy (quechua) l en quechua
kacharpayani (quechua) ¡la buena huincha!
k'ácltakk (quechua) la mujer lunarosa, de suyo se hermosa
káchay (quechua) La Palizada
kakchákukk (quechua) la presidencia pasa, y la pasa queda en
kakchákay (quechua) casa
kákkdiay (quechua) la quinta del Ñato
'kala (quechua) ¡la tiene buena!
'kalato, 'knlata (quechua) labariento
k'amapta (quechua) laberientó
knmpandw laberintero, -a
kampanchu laberinto
ka ra (quechua) laberintoso, -a
karadía (quechua) labio morocho
Karamanduka labyrinthos (griego)
kárdex labynnthus (latín)
karka (quechua) lage (portugués)
karka uncu (quechua) lagnappe (francés)
karkacha lagniappe (francés)
karkancha (quechua). laja
kashaku (quechua) lajado (m.)
kencha lajear
kharka (quechua) lajero
King's English lajuela
kiñakiña (aimara) lambruchería
k'íñay, kíñay (quechua) lambruchero, -a
kishima (quimbundo) lambruchón
kkencha (quechua) lambruchonería
kkliárkkar (quechua) lambrución
lambrusia
lampa lengua de trapo
lampada lengua escrita
lengua general (véase también
lampazo español general)
lampeador lengua literaria
lampear lengua nacional 16 lengua oral
lampero lengua popular
lampilla lengua vulgar
lampita lenguaje: véase también lengua, habla,
lampón jerga y léxico lenguaje forense
lance lenguaje gauchesco: véase
lancero argentinismos lenguaje infantil
lancha lenguaje mímico
lanpa (quechua) leña
lánpay (quechua) leonés
lanza lepar
lanzar leva
largar los chanchos lex, legis (latín)
latigoso, -a lexicalización
latín de Hispania léxico: véase también habla,
latín macarrónico jerga, lengua y lenguaje léxico del juego
latín popular o vulgar léxico hispanoamericano
latín tardío léxico marinero (véase también
latinismos
marinerismos en tierra)
latinismos de América
léxico militar
latinismos humorísticos
léxico minero
lavadero de oro
léxico no cultural
lavador
léxico olvidado
lavatorio
lazarillo léxico parlamentario
le léxico periodístico
leal léxico taurino
leche liar el petate
leche de tarro liar (los) petates
lechan libra
legal libranza
legal liara
legalis (latín) ligna (latín)
legalísimo Lima beans (inglés)
legalissimo, -a (portugués) limeño mazamorrero
legalito limosnador
lejos nuestro limosnar
lengua (véase también habla, limosneadero
lenguaje, jerga y léxico) limosneador
lengua culta limosneadura
lengua de estropajo
limosneante
limosnear loncho
limosneativo lope
limosneatorio lorcho
limosnero, -a lorito
lingo losa
lismona loza
lismonear Lucas
lismonero, -a lunar
liso, -a lunarejo, -a
lisóte, -a (El) Lunarejo
lisura (La) Lunareja
lisura de gallina lunarosamente
lisurear *lunarosidad
lisurero, -a lunaroso, -a
lisuriento, -a lunfardo
litro macábrico, -a
ll quechua macamorra
llalla macana
llama macanal
llamu (aimara) macanazo
llanero macaneada
Hampa (quechua) macaneador, -a
llapa macanear
llapar macaneo
llave macaneología
llegó charqui a Coquimbo (o a Penco) macanero (m.)
llenar el cachimbo macanilla
llevar en jaba macanillal
llevar la jaba macanudo, -a
lliquini (quechua) magapan
llobaca maccani (quechua)
(la) Llorona de Viernes Santo macefa (f.)
lloverse el rancho maceta (adj.)
lo maceteado, -a
lo de macetear
lóbulo macetudo, -a
*locho madre
locro madre del maiz
locumba maestriche
lograr un cabe maestro
loísmo maguey
lolium (latín) máhran (árabe)
loncha
maicena manizuela
maíz mano
maíz morado mano de plátanos
maíz morocho manota
mal de altura manta
mal traído manta de vapor
mala gente
manteca de chancho
mallta (quechua y aimara)
mantequilla
malta (quechua y aimara)
manto
maltacauchi (quechua)
mantón, -a
maltón, -a
maltoncito, -a manubrio
mama, mamá manzana
mameicillo manzanilla
maméis
mapresa
mameluco
mapuche: véase araucano
mamey
mamey amarillo maraca
mamey colorado marca chancho
mamey hediondo marcas de fábrica
mamey montañero marearse
mamey zapote
marico
mameyal
mameyazo marido
mameyera (f.) marinera (f.)
mameyero (m.) marinerismos en tierra
mameyero, -a Maricastaña
mameyes, ¡mameyes!
maritornes
mameyista
mameyito marranada
mameyuelo marrano, -a
*mana más cardenales hace el chicote que el
manazo Papa
manazo (f.) más parado que el dedo de en medio
mandar al diablo
más parado que el gobierno
mandar al tacho
mandarse jalar más valiente que un curcuncho
mandarse mudar masaío
manecilla mascar caliche
manéala matadero
manejar el pandero
manflor Matagatos
manigueta matancero
manija mataperrada
manilla mataperrear
manita malaperreo
manilo (f.) malaperril
(los) manitos mataperro, -a
manivela
mataperros, mata-perros, méndigo 395
Mataperros (sing.) menear el guarapo 226
mate menear la mazamorra 272
mate cimarrón menta 390
matero, -a mentor 60, 454
mau menudo 249
maula meñique 228
mrtif/á (árabe) merced conductiva 50
merco 423
maular
mercurio 423
maulear
merecer 43
maulería
merere (latín) 43
maulero, -a
*merescere (latín)
maullar mer/i
maulan, -a meritar
maulonería mériter (francés)
maldoso, -a merquiar
maxi-chompa mesa de pandero
mayordomo mestrita
maza-morra mestro
mazamorra mesurado, -a
mazamorra cimarrona mesurar
mazamorra de chancho metáfora
metátesis
mazamorra de cochino
meter [un] cabe
mazamorra morada
meter en la tutuma
mazamorreada
meter ñeque
mazamorrear
meter parada
mazamorreo
meterse a poncho
mazamorrería
meterse en apuros
mazamorrero, -a
meterse en guaraguas
mazamorriento, -a metete
mazmorra metiche
mecenas miche
media lengua mientras los gatos duermen, los
media tapa pericotes se pasean
media(s) mientras más
medidas de alta policía mientras más calatería más batería
medio (m.) mientras más grande, más zonzo
medio fondo mientras menos bulto, más claridad
medio tarro mientras tanto
médula migricia
meeting (inglés) mililronche
mehtro 421, 422 mini-vestido
método (m.) 402, 403 miniyaya
minusdeísmo mostrar la pantorrilla
minuto mostró, -a
mionca mota
miseá (vasco) motocachi
miseria mover la mazamorra
mis/o, -a mozárabe
mita mozo mofo
mocho, -a miícn
modismos mucamuca
molestoso, -a mucamusa
momio muchacha
moniato mucho yuyo
monillo muco
monillo (La) Muerte Carcancha
mono coto muerto de risa
moma mujer
monrazo mujer lunareja, mala hasta vieja
monrero muka (quechua)
monseso montaraz mukamuka (quechua)
monte muía (de pisco)
montoéira (portugués) mida panda
montonada mulita (de pisco)
montonera muñecos
montonera gaucha muñequeada (f.)
montonerear muñequeado, -a
montonerizado muñequearse
montonero, -a (adj.) muñequeo
montonero (m.) murochi, murocchi (aimara)
Montoneros murruñoso, -a
moreno muruchhu, muruchu (quechua)
morfosintaxis muruch'u, muru.chu (quechua)
morocha (f.) -na (sufijo quechua)
morocho, -a naca (apodo)
morrinha (portugués) naca (replana)
morrinhoso (portugués) nacaco
morriña nacho
morriñoso, -a nada más
morrongo nadadorenque
morroño nagua(s)
morroñoso, -a náhuatl: véase aztequismos
morrudo, -a nailon
mosca nana
moscorrofio nanita (latín)
narigón, -a no es el amor al chancho, sino a los
nariz con yapa chicharrones
naso no es raje, es comentario
nasus (latín) no hay limeña sin gua
ñaucas no importar un pucho
nauque no más
nausear no nomás
-ncha (sufijo quechua) no parar en
-ncho, -ncha no parar ni papelón
negociable no poder ver (a otro) con jaba
negociación grande
negociado no saber [ni] donde está parado
Negociado del Tiempo negociador no ser ni chicha ni limonada
negociante no tener raza
negociar no tener vela en este entierro
negocio no tiene la culpa el chancho, sino
negocioso, -a quien le da el afrecho
Negotiator (latín) no valer un pucho
negotium (latín) nomá
negro nomás
negros cimarrones nomasito
*ncgrnrado nombres propios hechos comunes
neologismos nominalizadores (sufijos)
ñeque norma lingüística
nexo semántico norma metropolitana
ni de ñapa norma nacional
ni de vainas norma peninsular
ni lava ni presta la batea nostrano
ni mujer sin tacha ni mula sin raza notado, -a
nicovita notatus (latín)
nievero número
nigua nuquipando
nilón nylon
niña (tratamiento) nzambu (congolés)
niño en cuna y viejo en cuna ña
nipos nacho
niveles de habla ñaña(s)
no nanear
no aguársele a uno el guarapo ñañería
¡no enderezo curcunchos! ñañero, -a
no enfriársele a uno el guarapo nanitas
ñañito, -a
ñaño, -a ñiskka (quechua)
ñañoso, -a ñiy (quechua)
ñapa ñizca
(una) ñapa de gente ñizcado
(una) ñapa de queso ñizgatu
ñapar ño
ñapear ñoño
ñapita -o
ñata(s) (f.) oats (inglés)
(la) Ñata1 oboe
ñatear occidentalismos
ñaterta ofiche
ñaterío ófrico, -a
ñatito, -a ofrir
ñato (m.) ¡ojo al charqui!
ñato, -a ojos jalados
ñato de risa ojota
ñatoco, -a olluco
ñatoso, -a olluquito con charqui
ñatungo, -a ombliguista
natura -on, -onn
ñau, Ñau onde
ñauca(s) *-ondio
ñaupador onomatopeya
ñaupa-ñaupa opimo
ñaupa(s) orden alfabético
ñaupa(s) liempo(s) orégano
ñaupe orejas paradas
ñaupería orlón
ñauque os
ñec (quechua) -oso, -osa pa, pa' (para)
ñeco paba (gallego)
ñecudo pabero, -a (gallego)
ñedqueñ (araucano) pábilo
ñekka (quechua) paca
ñekke (quechua) pacae, pacáis, pacay
ñeqquen (quechua) pachaco
ñeque pachaurpa
(de) ñeque, pulso y remezón pachurpa
ñequear paciencioso, -a
ñequiza paco
ñisca Paco
paco paco (aimara)
pacque (francés) pandear(se)
pacquette (francés) pandeos
padre
pandera
Padres conscriptos
pandereta
pagar la chapetonada pondere (latín)
páirex panderete
paja (adj.) panderista
pajilla panderísticamente
p'ako (quechua) panderizar
pala pandero
palacio Pandero-Techo
palaga (ibérico) Pandero-Hogar
*palagana (latín) ponderan
palana pandiella
palangana(s) pandüla
palanganada pandín
palanganato pandito
palanganear pando (m.)
palanganismo Pando (topónimo, apellido)
pando, -a
palanganita pandorius (latín)
pallar (quechua) pandura (latín)
pallar pandus (latín)
pallar de la oreja panfilo
pallarcarini (quechua) (San) Pantaleone
pallarcuni (quechua) pantalón
pallares (verdes) pantalón (francés)
Pantalone
pallaricuni (quechua)
Panteón, panteón
pállay (quechua)
Panteoncito
palmiche
panteonero (m.)
palomilla
panteonero, -a
palomillada
panteras rugientes
palomillear Pantión
palomillería pantorrilla
palomilloso, -a pantorrilleras
palpito pantorrillesco, -a
palta pantorrilludo, -a
pampa Panza
pamuku (quechua) papa (tubérculo)
pana (quechua) papa (comida)
panda (f.) papa, papá, Papa
pandar papaya
pandare (latín) papel
papelón
paperas parare (latín)
papiamento pararla
papo parar(se)
paporrear parar(se) de cabeza
paporreta parar(se) el pelo
paporretear(se) parar(se) el vello
paporretero, -a pararse en dos patas
paporroteo pararse en pie
papurreta pararse en las patas de atrás
paquete (m.) pararse en puntillas
paquete, -a
parar (se) los pelos
paquetería parársele (a otro)
paquini (quechua)
párcero
para
parada (f.) parentesco lingüístico
fía) Parada paro
parada cabezona partidas (de guerrillas)
parade (inglés) parto morocho
paradear parvuliche
paradita (f.) pasa (f.)
parado (m.) pasados de vetas
parado, -a pasar a Chancay a comer bizcochos
parado en un hilo pasar cábula (portugués)
paradura pasar al año
Paradura del Niño pasar la contorcha
para/é
pasar las penas del tacho
paralelógramo
pasar pellejería y media
paramiento
pasar pellejerías
parar el carro
parar el gallo pasar trabajos
parar el macho pascana
parar el oído pascanear
parar (el) ojo pascani (quechua)
parar el puchero pascanita
parar el rabo pascar
parar la cola pasccanaccuni (quechua)
parar la jarana pasco (latín)
parar la(s) olíais) pase no más
parar la(s) oreja(s) "paseana
parar las patas paskana (quechua)
páskay (quechua)
parar los machos
pato playo
parar mientes
pasquein (quechua)
parar moña palacala
parar plata patada
parar rodeo
patasca pecuaca
patata pecueca
pafúVa pecueco, -a
patinar pedís úngula (latín)
patizambo Pedro
pato Pedro entre ellas
patón, -a (la) pega
patota pegar las petacas
patriocabulismo pegarse al mamey
patriocabidista pegarse una muñequeada
patrulla pegársele (a uno) e/ peíate
patudo, -a pejerrey de tierra
pauliche pelagaluna
pava pelar
paveador pelar zapallo
pavear pelí'che
pavero, -a pelleja
pavo (m.) pellejear
pavo americano pellejería(s)
pavo del país pellejerío
pavo real pellejo
pavón (m.) pellizcar
pavón, -a pelo
pavonado, -a pelo(s) parado(s)
pavonar pelotón
pavonear(se) pelpa
pavoso (m.) penar
pazcani (quechua) penas
pecho pensar
pechón pepa
pechudo pepito
pechuga pepiani, Pepiani
pechuga (m.) percador
pechugada pereza
pechugón, -a perezoso (m.)
pechugón (m.) perforador
pechugonada perfumen
pechugonazo, -a Perico, perico
pechugonear Perico de los Palofes
pechugoneria Perico entre ellas
pécora perico ligero
pecorea pericote, Pericote
pecorear
pericotear picana eléctrica
pericotera (f.) picanazo
pericotera, -a picanear
perilla picanilla
periquito, -a picap
perlón picaresca americana
perno pichana
Pero píchay (quechua)
Pero Grullo pichón
perra pick-up (inglés)
perruno, -a pida «o más
perseguidora (f.) piélago
peruanismos pífano
perulero, -a pifeo
pesuña pifia
pesuño pifiada (f.)
petaca(s) pifiadera
petacazo pifiador, -a
petacón (m.) pifiar(se)
petacón, -a pifión, -a
petacudo, -a piger (latín)
petaquear pigre
petaquem pigricia
petaquilla pigritia (latín)
petaquila
pigro, -a
petatal
petatazo pila
petate pileta
petateada pillar chanchito
petatearse pilsen
petateo pimienta de Indias
petatería pink elephants
pelotera pinos
petatillo pintón, -a
pelotudo, -a pina
petlacalli (azteca) pina de plata
pétlatl (azteca) pina de sed
pezuña pinoso, -a
pezuñento, -a píper (latín)
pfifen (alemán) pipián
pibricia pipiana
pícame Pedro, que picarte quiero pique
picana piquento, -a
píqui (quechua) plato playo
Piqui-chaqui (quechua) playa
piqnichento, -a playa de estacionamiento
piquicho, -a playa de juegos
piqitichón, -a playa de maniobras
piquichonear playa infantil
piquichoneo playo, -u
piquiento, -a playón
piragua plaza
piraña plomería
pirañita plomero
pire* plomo, -d
pin- (quechua) plumber (inglés)
"piricuti pluralidad de normas
piripiri (quechua) policía
pisar(se) el poncho policía política
piscacho polifior
Pisco, pisco polis (griego)
pisco, pólvora y pezuña polistel
piscolabis politeia (griego)
piscología politia (latín)
piscólogo, -a pollera
Pisconti, pisconti pomo
pisco-sour, pisco-sáuer(s), piscosáuers pómulo
Piscoya, piscoya poncha (i.)
piskko (quechua) ponchada
pisqueña (f.) ponchazo
pisqueño, -a ponchear
pisquero, -a ponchecrema
pisquito poncho
pitsk poncho calamaco
piuricia poncho capa
pizco poncho de la nuez
pizcar poncho de la Virgen del Carmen
pizco poncho de los pobres
planilla poncho pampa
plata poncho patrio
plata de pina poncho puyo
plata en pina poneo (aimara)
plata pina ponco camana (aimara)
platano pondus (latín)
plato poner como fustán de lavandera (o de
tamalera)
poner el parche antes [de] que prisco
salga el chupo proclíticos
poner [un] cabe profiindus (latín)
poner un cabo prolijamente
poner una vela a Dios y otra al prolijar
diablo prolijear
ponerle tinca (a algo) prolijidad
ponerse a fojas prolijo, -a
ponerse como un pepián prolixo, -a
ponerse en receso prolixns (latín)
ponerse liso pronunciación
ponerse maceta proponérsele (a uno) algo
ponérsele (a uno) algo prosa
pongaje prosador
pongo, -a, Pongo prosapia
pongueaje prosear
Ponguillo presiento, -a
ponja prosista
ponta de gado (portugués) prosita
pontho (mapuche) prosopopeya
por un perro que maté, Mataperros me prosudo, -a
llamaron y Mataperros me quedé prosus,-a, -um (latín)
por una vez que quité la cola a un Prolopalangana
burro, me llaman provocar
Descolaburros puchada
porcus (latín) puchería
porfiado (m.) puchero
Porras, Pones puchito
pórtasenos pucho
portiche pucho de puro
portugués y portuguesismos puchu (quechua)
¡portiche! puchu puchu (quechua)
poso puchuela
posposición puchuelada
postemilla puchuelero, -a
postverbales puchuelita
poto puchúnkay (quechua)
prefijos puchusco
préstamos puchusco
presupuestívoro pueblo
primarioso, -a
pueblos jóvenes
(los) primos
puerco, -a
primus
pullóver (inglés)
pulóver ¡qué sabe el chancho de freno si nunca
pulpaggia (italiano) se lo han puesto'
pulpaya quechua y quechuismos
pulpejo quedar como un chancho
pulpería quedar hecho charqui
pulpero, -a quedar más calato que chisco en
pulpitum (latín) pelusa
pulque quedar muca
pulquería quedarse a chicha fresca
pulso, ñeque y calidad Queen's English
puma queísmo
pumpá quemar
puna punchu (quechua) quenaquena (aimara)
puncu (quechua) quencha
puncucamáyoc (quechua) quequier(a)
pungo querer la chancha y los chanchitos
pungocamáyoc (quechua) quererse como dos chanchos
-puni (sufijo quechua) queso de chancho
púnkai (aimara) queso fresco
punks (inglés) quijote
punku (quechua) punta quimbundo
punta de ganado quincha(s)
punto acápite quinchada (f.)
púñuy (quechua) quinchado (m.)
pupitre quinchador
purificar quinchal
purismo quinchar
puro quinchazo
puro yuyo quinche
qabbalah (hebreo) quincho
*qalacho (quechua) quinchoso (portugués)
q'ala (quechua) quiniar(se)
q'alaña (aimara) quinina
q'alata (aimara) (/a) «Minia de/ ñato
q'ara (quechua, aimara) aniña
qsar (árabe) quinada (f.)
quaker (inglés) quinado, -a
¡qué capaz! quiñador, -a
¡qué macana! quiñadura
¡que pina! quiñar(se)
¡qué [tal] lisura! quinazo
¡qué tal raza! quiñe
auiño (m.) rangálido, -a
qquiñuni (quechua) rángano
quircuncho rango
ronquear
quirquincho ranquitu
rabiche rasca-rasca
radia (latín) rascada (f.)
radiare (latín) rascapiés
rascar e/ codo
radicales
rasgo semántico
radiogramola raspadilla
radio/a rastrero (m.)
*radulare (latín) rastro
rajadera rata
ratero
rajado, -a
ratio (latín)
rajamacana ratón
rajanya ratonero
rajar(se) rayan
rajatablas raza
rajazón raza de sol
raje razado, -a
rajón, -a re-
rajonada rebosar
rajonear recens, -tis (latín)
recesar
rajoso, -a
recesista
rallar (portugués) recesivo
ramada receso
ramadón recess (inglés)
Ramón recessus (latín)
ranch (inglés) rechanque
recién
ranchada (f.)
reciencito
ranchal (m.) reciente
ranchar(se) redondo
rancheador reducción
ranchearle) reduplicación
ranchera refacción
ranchería refaccionar
rancherío refaccionario
ranchero, -a refacer
ranchita refección
rancho refecho, -onis (latín)
rancho de paja refectorio
rang (francés) refectorium (latín)
ranga refectus (latín)
rangacho, -a reficere (latín)
refranes resondrador, -a
refuerzo semántico resortdrar(se)
refundir(se) resondro
régimen resondran
regresión resume
regurgitar retaguardista
rehundir retar
reírse a caquinos retreta
reírse como una chancha retrocar
reírse en las ñatas retrucar
rejundido (rejundió) reverbero
rejundir revesar
relájete revuélcate (ra.)
remecer(se) revulsar
remecida (f.) rezondrar
remezón rezongar
remover el concho (o los conchos) riesgoso, -a
renco, -a rímel, rimel
rendir ring (germánico)
renegrido, -a robar, jobo
renegro, -a robinsón
renes (latín)
roca
rengalido
rocanrolero, -a
rengo, -a
roche
renominalización
rom
repartir cabe
románicas (lenguas)
replana romería
repunta
romero
repuntado, -a
romo
repuntamiento
romponche
repuntar
rompope
repunte
rompopo
repuntero
ron
repunto
ron de caito
requintada (f.)
ron de quemar
requintar(se)
roncar, roniar
requintear
ronera
requinlilla
Ronol
requinto
roña
requiñar
roñoso, -a
resabioso
ropa
resaca
*rosfe
resalada
rota, -a (m. y f.)
rolo-ságüer safado, -a
rotoso, -a salar(se)
rotundo salario
roya/ salazon
rr saleta
rreta salir con su batea de babas
rúcano salir de apuros
rum (inglés) salitre
rumbullion (inglés) sam (papiamento)
rruna (quechua) samaquear
runasimi (véase quechua) samba (f.)
rundinüculo sambio
rundir(se) sambo,
Ruperto Sambo
s aspirada samica
saam (holandés)
san
saber lo que es canela
sanchín
saber lo que es mamey
sanchiño
sabienque
sanchito
sacar de apuros
Sancho, sancho
sacar el concho del baúl
sancocho
sacar la chicha
sanero, -a
sacar troncha
sacarse la lotería sanforizado, -a
sacarse la suerte sango
saccho sango con yuyo
sacer (latín) sangricán
sacha (quechua) sankhu (quechua)
sacha-camote *sapalla (quechua)
saco sapallanga
sacrar sapallo
sacre sapallu (quechua)
sacrería sapa-mama
sacrón, -a sapo
sacronazo, -a sapo-mama
sacronear sapolio
sacronería sapu-mama
sacronero, -a saqr (árabe)
sacudir su poncho el diablo sania
sacudón sarpullido inglés, que de lejos' parece
sal caracha... y de cerca es
sal de soda (la) saya y manto
salación schiavo (italiano)
scortum (latín) seudorreplana
scotch tape (inglés) sevichada, seviche, sevichito: véase
-se cebiche sexta
se ranger (francés) Shah (persa)
sebichada, sebiche, sebichito: véase sliakk (árabe)
cebiche seco (m.) sháncay
sefardí show
según sea el dinero será el pandero *Sicur
seguróla siéntese no más
semántica: véase calco siesta
semántico, cambio siga no más
semántico, nexo semántico, silbatina
rasgo semántico, refuerzo simoniz
semántico sembacuque (quimbundo- simonizar
bantú) sinalefa
sembrar de sal sincronía
sembrar [un] zapallo (la) Sin-monillo
semi-disfuerzo siriar: véase ciriar
ser buena maula sistema lingüístico
ser chancho en la batea sivinche
ser como chanchos sobar
(ser) como la petaca de Pando sobar el codo
ser de mamey sobar la pantorrilla
ser de ñeque so-
ser de pantorrilla gruesa sobón, -a
ser del codo sobre el pucho
(ser) duro de tutuma sobrecastellano
(ser) duro de codo Society of Friends
(ser) el mismo indio con otro soco, -a
poncho socucha
(ser) el trompo quíñador socucho
ser Juan y Manuela *sófer, *sofer
ser la caracha sófero, -a
ser llamarada de petate sois
ser pantorrilludo solitario
ser pura parada soltar la jaba
ser pura pinta solterito
ser puro mamey soltero
ser una buena huincha sombrero de muelles
ser una caracha sombrero de pelo
ser una uta sombrero hongo
¡servidor! sonaja (m.)
seseo sonorización
sonsear surumpihuan (quechua)
sonsera surumppaatha (aimara)
sonsito suruni (quechua)
sonso, -a suruy (quechua)
sonsonazo, -a sustrato quechua
sonsoniche
su-su
sopa de yuyos
soplón sutién
sorja (quechua) sweater (inglés)
sorocharse -ta (sufijo quechua y aimara)
soroche tabique de panderete
sorochi tablada
sorocho
tabú lingüístico
sortario, -a
*sortero tacha
sosten tachada (portugués)
sostensenos tacheiro (portugués)
sour (inglés) tachería
soutien, soutien-gorge (francés) tachero
strambus (latín) Tachitos
su- tacho
subírsele (a uno) el pavo tacho de basura
suche tachómetro
súchil tachos (portugués)
sucuchear tachudo, -a
sucucho tachuela
sueñera taino: véase arahuaco
suerte taita
suerte en baca (en vaca) -tak (sufijo quechua)
suertero, -a talón con yapa
suertes tamalera
suertoso, -a "tamba
suertudo, -a tambarria
suéter tambero, -a
sufijos Tambillo
sujetador tambo
súper Tambo de la Huaquilla
supermárket[s] tambo de tíos
supermercado *tampa
superpandero tampu (quechua)
suponer tampucamayoc (quechua)
surk'a (quechua) tanda de la cacharpa
suruchi t'anpa (quechua)
surumpi, lanpu (quechua)
surunpi (quechua) tantas muelas (m.)
fanfo tener más trabazón que petate de
tapa Eten
tapada (f.) tener muñecos en la cabeza
tapado (m.) tener [muy gorda la] pantorrilla
tapar(se) tener ñeque
taparse con una frazada tener pantorrilla (gruesa)
tapársele (a uno) la batea tener un chupo
tape (inglés) tener voz ñata
táper(s) tener yaya
fap/a tenorio
tapio tergal
tardique terma
tarro terminales (terminaciones)
tarro de basura termo
tarro de unto terne
tarros terne que terne
tarrudo, -a ternejal
tartaja ternejo, -a
tartajoso, -a terra (latín)
tata tetera
telegrama (los) ticos
telo tiempenque
temblor tigrillo
temperament (inglés) timolina
temperamento tinajero
temperamentum (latín) tinca
temperar tincay (f.)
temperare (latín) tincanazo
temperie tincani (quechua)
tendero lincanque
tener apuro tincarle (a uno) a/go
tener asiento de tacho tincar(se)
tener azar tincarse el coto
tener [buena] tutuma tincatha (aimara)
tener curcuncho íincay (quechua)
tener empaque tincazo
tener en /aba tinco, -a
tener gato en jaba tincuche
tener jale tincucho, -a
tener la jaba tincudo, -a
tener la suerte del charqui, que en tincunaco
vez de estirar se encoge tíncuy, t'íncuy (quechua)
tener lleno el cachimbo tingazo
tingo tombo
tingotazo tómbola
tingóte tondero cimarrón
tingue tonga
linguenr tongazo
t'inka (quechua) tongo
t'inkachi (quechua) tongo alon
l'ínkay (quechua) tongo de chancaca
tinkuchi (quechua) Tongoy, tongoy
tinque tonguear
tinquear tonguerear
tinquinazo tonguista
tinquini (quechua) tonguilo
tinquinazo tonguito pedemono
tinterillo tónico
tintero tono
tinlineador, -a tonto (m.)
tira topónimos
tirar tora (quechua)
tirar rfeZ poncho tordito
tirar Za parada tornillo
tirar [Za7 prosa torreja
tirar lampa tota (quechua)
tirarse a los yuyos totora
tirarse «na parada totum (latín)
tiza (adj.) totuma
fo- tolumada
-fo totumal
toba totumazo
tobralco totume
toca totumear
tocadiscos totumilla
*toco totumillo
tocuyela totumito, -a
tocuyero totumo
Tocuyo, tocuyo totumo de monte
todavía hay más chicha trabajarse (un cargo)
toga traerse sigo bajó el poncho
tomar camote trampiche
tomar la jaba trance
tomate transporte
tomaticán trapacear
tómati (azteca) trapajoso, -a
trasbocar truje
tratamiento (términos) trunculus (latín)
treja truquito
trejo, -a tsara (quechua)
Trejo tsontso
trepadora (f.) ttincani (quechua)
trigueño, -a ttinccatlia (aimara)
tristón, -o ttinccarpaatha (aimara)
trobalco tlinceattasicha (aimara)
trocar ttuta (quechua)
troesma tu-
trome tubino
tromelele tucuyería
tromería tucuyo
tromerín tul
trompa tule
trompada fuñido, -a
trompazo turre
trompeadera tuta (quechua)
trompeador tutancuna (quechua)
trompeadorazo tuta-tuta (quechua)
trompeadura tutapani (quechua)
trompear(se) tutatutamanta (quechua)
trompearse a la guadalupana tutayan
trompicón tuti (quechua)
trompis tulihuahua
trompiza tutito
trompón (m.) tuto
trompón, -a ¡tuto!
trompudo, -a tutotuto huahua
troncha tutta (quechua)
tronchado (m.) tutu
tronchar(se) [de risa] tutuhuahua
troncheo tutum (caribe)
tronchismo tutuma
tronchista tutumo
troncho (m.) tx (vasco)
troncho, -a tzikli (azteca)
tronchon úcase
tropa -ucho, -ucha
trote cochinero uchú (quechua)
trueque consonantico ucucha (quechua)
trueque vocálico ufrir
-ugo, -uga ventosa
uincha ver a Judas calato
ultracorrección ver al diablo calato
urna (quechua) verdún
-ume verraco
-timbre yerres (latín)
una mugre verse con Ambrosio
una punta de verse en muía chucara y con
una vez que maté un gato, me estribos largos
pusieron Matagalos vesre
unidad de la lengua veta
-uno, -una (las) vías de hecho
unto victrola
-tira vicuña
uri (aimara) vide
urna villa (araucano)
umía vincha
usar prosa vinchachina (quechua)
ustedes vinchar
ustedes son los fréjoles y vosotros los vinche
pallares vino tinto (color)
uta viruñero, -a
«foso, -a vitíligo
uvilla vitrola
v (grafía y sonido) vitrovén
(la) vaca de la fortuna viveza criolla
vacap acan (quechua) vivir a concito
vaina vivir del mamey
valenciano vivo, -a
vallino, -a viyela
vappa (latín) vizcacha
vaqueano, vaquiano: véase baquiano vocalización
várice volante
variedades funcionales del volatero
habla volver
vasco volver charqui
vaselina volver nunca
vela volverás (m.)
vela verde, velaverde volver(se) guarapo
vello volverse (un) yuyo
vendedero (m.) vomitar hasta la primera
venirle (a uno) ¡os muñecos mazamorra
ventarrón vos
vosotros yapado, -a
pota (latín) yapador
vozarrón yapadura
vuelve luego (m.) yapana (quechua)
Vuestras Mercedes yapani (quechua)
vuestro yapar(se)
wách'ukk (quechua) yapasca(n) (quechua)
(to) wait yapaynin (quechua)
wajcha (quechua) yapero, -a
wakcha (quechua) yapista
wanu (quechua) yapiío
warapu yaya
waráiva(y) (quechua)
yeísmo
warike
yer
*wariki (quechua)
yerba mate
war-war (quechua)
yo soy como Floripondio...
(to) watch
yunga
Weather Burean
yuyada
whisky
yuya/
whisky-sour
yuyaral
Whitechapel
yuyenco
Wikullo
yuyerío
wincha, wincha (quechua)
yuyero
Whitechapel
yuyón, -a
x (palatal sibilante sorda) yuyonazo, -a
xarque (portugués) yuyo(s)
xero- (griego) yuyoso, -a
xerocopia yuyu (quechua)
xerocopiar yuyudo, -a
xerografía yuyusca
xerografiar yuyuscar
xerográfico, -a zafiro
xerógrafo, -a zahr (árabe)
xcVoa: zamacón
xucrice (portugués) zamacueca
xucrismo (portugués) zamaqueada (f.)
xucro (portugués) zamaquear
y rehilante zamaqueo
yámper zamarrear
zamba (f.)
yanacona
zambacueca
yapa
zambada
yapndfl (f.)
zambaje zapallón, -a
zambazo, -a zapatero
zambear zapatón
zamberío zapayo
zamberío 447 zap/a 422
zambicholo, -a zarandear
zambicurina zarate
zambilla zarigüeya
zambio zazo, -a
zambiricuco zazoso, -a
zambito, -a zepelín
zambo, -a zoco (vasco)
(El) Zambo zoco, -a
zambo atravesado zococha
zambo palangana zocotxo (vasco)
zambolandia zocucho
zambón, -a zoncear
zambonauta zoncera
zambos zoncería
zambote, -a zonceridad
Zambrano, zambrano zonso
zambuco, -a zonzaina (m.)
zango zonzamente
zango con yuyo zonzazo, -a
zanguito zonzo, -o
zanguito con yuyo Zonzo
zapalla zonzón, -a
zapallada zonzonazo, -a
zapallal zonzoneque
zapallanga zonzoreco
zapallar (m.,v.) zonzoreno
zapallazo zonzoreque
zapallento, -a zonzoria.no
zapallera zonzorrio
zapallero, -a zonzorrión
zapallito de tronco zonzote, -a
zapallilo italiano zoroche
zapa//o zorocho, -a
zapallo angola zorollo
zapallo criollo zorillo
zapallo del diablo zorruno, -a
zapallo del tronco zucchini (italiano)
zapallo macre zucucho
zidáma (árabe) zupia zurrapa