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CAPÍTULO 9

Teorema de los residuos.


Aplicaciones.
9.1 INTRODUCCIÓN

Del teorema de los residuos puede decirse que es la culminación de lo que hemos
encuadrado bajo el nombre genérico de ‘teorı́a global de Cauchy’. Incorpora y
extiende al teorema de Cauchy y a la fórmula de Cauchy, y tiene innumerables
consecuencias teóricas y prácticas. De éstas apuntamos su uso para calcular inte-
grales reales y sumas de series, limitándonos a señalar referencias donde encontrar
el tema desarrollado en detalle.
La primera aplicación teórica que presentamos se refiere a la localización
de ceros, en la que tratamos de averiguar el número de ceros de una función en
un subconjunto de su dominio. Los resultados básicos en esta dirección son el
denominado principio del argumento y el teorema de Rouché.
De aquı́ pasamos al estudio del comportamiento local de una función analı́tica,
viendo su analogı́a con el de la función z m en torno al 0, en el sentido que se
precisa en el texto. Deducimos el teorema de la aplicación abierta y alguna de
sus aplicaciones, y finalizamos el capı́tulo con una versión global y otra local del
teorema de la función inversa, llegando a una representación integral de esta inversa
que nos permite obtener expresiones interesantes de su desarrollo en serie de Taylor.
Referencias básicas:
— Conway, J. B.: Functions of One Complex Variable. (2nd ed.) Springer, New
York (1978).
— Mitrinović, D. S.: Calculus of Residues. Noordhoff, Groningen (1966).
— Palka, B. P.: An Introduction to Complex Function Theory. Springer, New
York (1991).
— Rudin, W.: Análisis real y complejo. (3a. ed.) McGraw-Hill/Interamericana,
Madrid (1987).

134
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 135

9.2 PRÓLOGO: RESIDUOS

Agazapada en el teorema de Laurent hay una información importante. Por lo que


vimos en su demostración, se deduce que si f tiene una singularidad aislada en a,

f (z) dz = 2πi a−1 ,
γ

donde a−1 es el coeficiente de (z − a)−1 en el desarrollo en serie de Laurent de


f y γ = ∂ D(a; r ), r adecuado. Este coeficiente (salvo el factor habitual 2πi)
es, pues, “el único vestigio”, el residuo que deja la función al ser integrada sobre
una “pequeña” circunferencia centrada en a. Vamos a asignarle oficialmente este
nombre.
Definición 9.1. Sea a ∈ C una singularidad aislada de una función f . Recibe el
nombre de residuo de f en a el coeficiente de 1/(z − a) en el desarrollo en serie
de Laurent de f en el punto a, de manera que si



f (z) = an (z − a)n , z ∈ D(a; 0, R),
n=−∞

y denotamos con Res( f ; a) el residuo de f en a, es

Res( f ; a) = a−1 .

En el punto del infinito la definición es ligeramente distinta:


Sea f una función con una singularidad aislada en ∞, y sea



f (z) = an z n
n=−∞

su desarrollo en serie de Laurent en una corona D(0; R, +∞). Llamaremos


residuo de f en el infinito al número

Res( f ; ∞) = −a−1

(coeficiente de 1/z en el desarrollo, cambiado de signo).


¿Qué hace merecedor de un nombre especial a este coeficiente? De momento,
sabemos que su valor es lo único que necesitamos conocer a la hora de calcular la
integral de f sobre la circunferencia γ . Pero con este punto de partida y un poco de
136 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

ingenio podemos servirnos de los residuos para calcular integrales en situaciones


más complicadas.
Supongamos, por ejemplo, que nos proponemos calcular una integral como


Log(z + 2) z 3 ctg π z
dz,
 (1 − cos 2π z) (z 2 + 1)

donde  es el ciclo contenido en  = D(0; 2) formado por los caminos que se


indican en la figura.

Horrible, ¿no es cierto? “¿Qué


es lo mejor que podemos hacer para
resolver este problema? Dejarlo e
i inventar otro”, como recomienda el
“profesor tradicional de matemáticas”
en el retrato que de él hace Pólya.
–2 –1 1 2 Vamos a ello.
Según hemos señalado antes, tras
calcular los residuos en los puntos
–i
z 1 = 1, z 2 = i, z 3 = −1, z 4 = −i
de la función f (z) a integrar, tarea
no extremadamente difı́cil, serı́amos

capaces de hallar la integral en el caso más sencillo de que  constase de una


circunferencia γ jo = ∂ D(z j ; r j ) alrededor de uno de los puntos z j , suficientemente
pequeña para que el disco cerrado D(z j ; r j ) quede dentro de  y no incluya a
ninguno de los restantes puntos z k , k = j, obteniendo entonces


f (z) dz = 2πi Res( f ; z j ).
γ jo

Pero ésto ¿de qué sirve? De mucho . . . cuando caemos en la cuenta de que el
teorema homológico de Cauchy permite sustituir oportunamente el ciclo original
 por otro ciclo formado por circunferencias, con tal de que ambos sean homólogos
respecto de un abierto en el que f sea holomorfa. Notando que

Ind (z 1 ) = 1, Ind (z 2 ) = 2, Ind (z 3 ) = −1, Ind (z 4 ) = 0,


Teorema de los residuos. Aplicaciones. 137

podemos “fabricar” un ciclo homólogo a  respecto de  \ {z 1 , z 2 , z 3 , z 4 } tomando

γ 2o γ 2o
i i
γ3 o γ3 o
γ 1o γ 1o
–2 –1 1 2 –2 –1 1 2

–i –i

0 = 1 ∪ 2 ∪ 3 , donde

1 = [γ1o ], 2 = [γ2o , γ2o ], 3 = [−γ3o ],

y γ jo (1 ≤ j ≤ 3) son circunferencias elegidas como antes. Con ésto


    
f = f = f +2 f − f
 0 γ1o γ2o γ3o

= 2πi (Res( f ; z 1 ) + 2 Res( f ; z 2 ) − Res( f ; z 3 ) + 0 · Res( f ; z 4 ))



4
= 2πi Ind (z j ) Res( f ; z j ).
j=1

Estos son los ingredientes esenciales de la demostración general del teorema de los
residuos, que se expone en el siguiente apartado.

9.3 EL TEOREMA DE LOS RESIDUOS

Teorema 9.2. (Teorema de los residuos). Sea  un abierto no vacı́o de C y sea f


una función holomorfa en  \ A, donde A ⊆  consta de singularidades aisladas
de f . Para todo ciclo  homólogo a 0 respecto de  tal que A ∩ sop  = ∅ se
verifica 
1 
f (z) dz = Res( f ; a) Ind (a).
2πi  a∈A
138 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

Demostración. Observemos, ante todo, que los sumandos que cuentan realmente
en el segundo miembro de la igualdad anterior son los no nulos. Por tanto, exami-
nemos el conjunto
A0 = {a ∈ A : Ind (a) = 0}.
Si fuese A0 = ∅, se tendrı́a Ind (a) = 0 para todo a ∈ A, con lo cual la suma
resultarı́a nula; pero se sigue también que  es homólogo a 0 respecto de  \ A,
abierto en el que f es holomorfa, luego la integral es asimismo nula, en virtud del
teorema homológico de Cauchy.
En caso contrario, A0 es un conjunto finito. En efecto:
• A0 no tiene puntos de acumulación en , porque entonces también A tendrı́a
puntos de acumulación en , lo que es falso;
• A0 no tiene puntos de acumulación fuera de , ya que si z 0 ∈ C \ ,
Ind (z 0 ) = 0 por ser  ∼ 0 (); tomando r > 0 tal que D(z 0 ; r ) ⊆ C\sop ,
para todo z del conexo D(z 0 ; r ) se tendrı́a Ind (z) = Ind (z 0 ) = 0, con lo
cual D(z 0 ; r ) ∩ A0 = ∅;
• A0 es un conjunto acotado, pues tomando R > 0 de manera que sop  ⊆
D(0; R), sabemos que es Ind (z 0 ) = 0 para todo z 0 ∈ / D(0; R) (C \ D(0; R)
está contenido en la componente no acotada de C\sop ), y ası́ A0 ⊆ D(0; R).
En resumen, A0 es un conjunto acotado que no tiene puntos de acumulación
en C, luego forzosamente ha de tener un número finito de puntos. Sean éstos a1 ,
a2 ,. . . , an , distintos entre sı́.
Ahora, asociamos a los a j ∈ A0 (1 ≤ j ≤ n) sendos discos D(a j ; R j )
contenidos en , elegidos de tal manera que D(a j ; R j )∩ A = {a j }. Para 1 ≤ j ≤ n,
tomemos 0 < r j < R j , y sean γ j = ∂ D(a j ; r j ) la circunferencia de centro a j y
radio r j orientada positivamente, N j = Ind (a j ) y

[γ j , (N )
. .j., γj ] si N j > 0,
j =
[−γ j , (−N. . .j ), −γ j ] si N j < 0,

el ciclo formado por |N j | caminos iguales a γ j o a −γ j , para el que en cualquier


caso Indj (z) = N j Indγj (z). Veamos que el ciclo

0 = 1 ∪ 2 ∪ · · · ∪ n

es homólogo a  respecto de  \ A. En efecto: para cada z ∈ C \ sop 0 ,


n 
n
Ind0 (z) = Indj (z) = N j Indγj (z)
j=1 j=1

y por tanto
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 139

∗ si z ∈ C \ , Ind (z) = 0 por hipótesis, Ind0 (z) = 0 porque cuando


z∈ / D(a j ; R j ) es Indγj (z) = 0 (1 ≤ j ≤ n), y tenemos D(a j ; R j ) ⊆ ;
∗ si z ∈ A \ A0 , Ind (z) = 0 por la definición de A0 ; y como para 1 ≤ j ≤ n
es D(a j ; R j ) ∩ A = {a j }, igual que antes z ∈ / D(a j ; R j ), Indγj (z) = 0 ,
Ind0 (z) = 0;
∗ si z = am ∈ A0 , Indγm (am ) = 1, Indγj (am ) = 0 si j = m (am ∈ / D(a j ; R j )),
luego Ind0 (am ) = Nm = Ind (am ).
Como f ∈ H( \ A), se sigue del teorema homológico de Cauchy que
  
1 1 1  n
f (z) dz = f (z) dz = Nj f (z) dz.
2πi  2πi 0 2πi j=1 γj

 
Usando ahora que f ∈ H D(a j ; 0, R j ) , 1 ≤ j ≤ n, del teorema de Laurent

1
f (z) dz = Res( f ; a j )
2πi γj

con lo cual, finalmente,


 n n
1
f (z) dz = N j Res( f ; a j ) = Indj (a j ) Res( f ; a j )
2πi  j=1 j=1
 
= Ind (a) Res( f ; a) = Ind (a) Res( f ; a).
a∈A0 a∈A

Corolario 9.3. Sea  un abierto no vacı́o de C y f una función meromorfa en ,


y sea A el conjunto de los puntos de  en los que f tiene polos. Para todo ciclo 
homólogo a 0 respecto de  tal que A ∩ sop  = ∅ se verifica
 
1
f (z) dz = Res( f ; a) Ind (a).
2πi  a∈A

Esta es la versión que da Rudin, ob. cit., Teor. 10.24, pp. 254–255, con una
lı́nea de demostración ligeramente distinta que se apoya en las partes singulares de
f en los puntos de A0 .

Inciso. Como se dice en Conway, ob. cit., p. 113, ‘el teorema de los residuos es
una espada de dos filos; si se pueden calcular los residuos de una función, se pueden
calcular ciertas integrales y viceversa. La mayor parte de las veces, sin embargo,
se usa como un medio de calcular integrales. Para utilizarlo en esta dirección se
necesita un método para calcular el residuo de una función’.
140 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

A veces, partiendo de desarrollos en serie conocidos, es posible determinar el


desarrollo de Laurent o, al menos, suficientes términos del mismo, para averiguar
el valor del residuo. No siempre esto es factible o, aunque lo sea, puede haber algún
procedimiento más cómodo para hallar el residuo. Comencemos por examinar el
caso a ∈ C.
— Por supuesto, si a es una singularidad evitable de f , no hay necesidad de
ningún cálculo: obviamente, Res( f ; a) = 0 en este caso.
— Si a es un polo simple de f , habitualmente lo más fácil es usar que
Res( f ; a) = lim [(z − a) f (z)] .
z→a

Sobre esta base, en cada caso particular se pueden aprovechar las carac-
terı́sticas propias de las funciones que se manejen; por ejemplo, si 1/ f es una
función fácil de derivar en a (se sobreentiende, completada por continuidad
en a con el valor 0), el lı́mite anterior es justamente el inverso de la derivada
de 1/ f en a.
— Si a es un polo de orden k de f , podemos tener en cuenta que, escribiendo el
desarrollo de Laurent de f en a, se tiene evidentemente

1 d k−1  
Res( f ; a) = lim (z − a)k f (z) ,
z→a (k − 1)! dz k−1

que para k = 1 se reduce a la fórmula anterior. A veces se encuentra esta


expresión en forma simplificada
1 d k−1  
Res( f ; a) = (z − a) k
f (z) ,
(k − 1)! dz k−1 z=a

sobreentendiendo que (z − a)k f (z) se completa en a por continuidad.


En el punto del infinito:
— Si para un R > 0 es f ∈ H(D(0; R, +∞)) y definimos g ∈ H(D(0; 0, 1/R))
por 
1
g(z) = f ,
z
resulta 
g(z)
Res( f ; ∞) = − Res ;0 ,
z2
∞
porque si f (z) = an z n en D(0; R, +∞), hemos definido
n=−∞


Res( f ; ∞) = −a−1 ; pero g(z) = a−n z n , con lo que a−1 es el coeficiente
n=−∞
2
de 1/z en el desarrollo de g(z)/z .
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 141

— En situaciones especiales es más fácil recurrir a otro tipo de argumentos. Por


ejemplo, si f ∈ H(C \ {a1 , . . . , an })
Res( f ; a1 ) + . . . + Res( f ; an ) + Res( f ; ∞) = 0.
(Probarlo como ejercicio a partir del teorema de los residuos.)

9.4 APLICACIÓN AL CÁLCULO DE INTEGRALES


Y A LA SUMACIÓN DE SERIES

Ver Conway, ob. cit., pp. 113 y ss.; Palka, ob. cit., pp. 326 y ss. Para un tratamiento
más amplio y sistemático, la referencia obligada en este tema es el librito de Mitri-
nović, ob. cit. De carácter enciclopédico es Mitrinović, D. S.; Kečkić, J. D.: The
Cauchy Method of Residues. (Theory and Applications). Reidel, Dordrecht (1984),
que incluye además una breve nota histórica sobre Cauchy y el desarrollo del
cálculo de residuos.

9.5 APLICACIONES A LA LOCALIZACIÓN DE CEROS

Teorema 9.4. (Principio del argumento: forma analı́tica). Sea f una función
meromorfa en un abierto  con ceros aislados solamente. Denotemos con Z f el
conjunto de ceros y con Pf el conjunto de polos de f . Para a ∈ Z f sea z f (a) el
orden de a como cero de f , y para a ∈ Pf sea p f (a) el orden de a como polo de
f . Si  es un ciclo homólogo a 0 respecto de  cuyo soporte no corta a Z f ∪ Pf ,
se verifica
  
1 f (z)
dz = Ind (a) z f (a) − Ind (a) p f (a).
2πi  f (z) a∈Z f a∈Pf

Nótese que la integral está bien definida, ya que f y f son continuas en sop 
y f no se anula en sop ; además, sólo hay un número finito de ceros y polos que
dan ı́ndice no nulo, de modo que en realidad las sumas que aparecen se reducen a
un número finito de sumandos.
Demostración. Si f tiene en a un cero de orden k,
f (z) = (z − a)k g(z)
para alguna función g, holomorfa donde lo sea f , tal que g(a) = 0; por tanto, en
un entorno de a será g(z) = 0 y ası́
f (z) = k (z − a)k−1 g(z) + (z − a)k g (z),
f (z) k g (z)
= +
f (z) z−a g(z)
142 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

en un entorno reducido de a en el que g /g es holomorfa. Por consiguiente, f / f


tiene en a un polo simple con residuo igual a k.
Análogamente, si f tiene en a un polo de orden p, en un entorno reducido de
a es
f (z) = (z − a)− p g(z)
para alguna función g holomorfa sin ceros, de manera que

f (z) −p g (z)
= +
f (z) z−a g(z)

y f / f tiene en a un polo simple con residuo igual a − p.


Puesto que f / f sólo puede tener singularidades en Z f ∪ Pf , aplicando el
teorema de los residuos se obtiene la conclusión del enunciado.
Corolario 9.5. (Principio del argumento: interpretación geométrica). Sea f una
función meromorfa en un abierto  con ceros aislados solamente. Sea  = [γ ] un
ciclo homólogo a 0 respecto de , formado por un solo camino γ cuyo soporte no
contiene ceros ni polos de f , y sea h un argumento continuo a lo largo del camino
“transformado” f ◦ γ , con valor inicial h 0 y valor final h 1 . Con la notación del
teorema anterior, se verifica
  h1 − h0
Ind (a) z f (a) − Ind (a) p f (a) = Ind f ◦γ (0) = .
a∈Z f a∈Pf

Demostración. Basta tener en cuenta que


 
1 f (z) 1 dw h1 − h0
dz = = Ind f ◦γ (0) = .
2πi γ f (z) 2πi f ◦γ w 2π

NOTA.El nombre de “principio del argumento” proviene de este resultado; infor-


malmente, cuando z = γ (t) “recorre” γ , “se produce una variación continua del
argumento” de f (z) igual a 2π N , donde N es el entero del enunciado.
El principio del argumento puede utilizarse para averiguar el número de ceros
de una función analı́tica en un subconjunto del plano complejo. Veamos un ejemplo
sencillo.
Ejercicio. Sea f ∈ H(D(0; R)), con R > 1, tal que e f (z) > 0 si |z| = 1.
Entonces f no tiene ceros en D(0; 1).
[En efecto: si γ es la circunferencia unidad, sop( f ◦ γ ) no corta al semieje
real negativo, por lo cual Ind f ◦γ (0) = 0 en estas condiciones.]
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 143

En la práctica, al aplicar el principio del argumento nos encontraremos fre-


cuentemente con la siguiente situación: el ciclo  considerado tiene la propiedad
de que para ciertos conjuntos disjuntos G y E se verifica C \ sop  = G ∪ E y

1 si z ∈ G
Ind (z) =
0 si z ∈ E.
(Necesariamente G y E son abiertos, G acotado y E no acotado.) Como señalamos
al comentar el teorema de la curva de Jordan, esto es lo que sucede cuando  es
un ciclo formado por un solo camino cerrado simple orientado positivamente, pero
inmediatamente mostraremos ejemplos de otro tipo.
Para describir esta situación no hay en la literatura una denominación estándar.
Nosotros nos referiremos a ella diciendo que  limita o encierra a G y que G es el
recinto limitado o encerrado por . Conforme a la nomenclatura empleada en el
teorema de la curva de Jordan, se llama a G el interior de  y a sus puntos puntos
interiores a , mientras que E es el exterior de  y los puntos de E, los puntos
exteriores a .
Se emplea a veces la notación  = ∂G para indicar que  limita o encierra
a G.
Ejemplos. En las siguientes figuras, los ciclos de la primera fila encierran el recinto
sombreado, mientras que los de la segunda no encierran ningún recinto.

(Gráficamente, se observa que el interior queda siempre “a la izquierda del reco-


rrido”. Cf. Palka, ob. cit., p. 160.)
144 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

Con esta nomenclatura, podemos enunciar:


Corolario 9.6. Sea f ∈ H(),  un ciclo en  que limita un recinto G ⊆  de
manera que sop  no contenga ceros de f . Entonces la integral

1 f (z)
dz
2πi  f (z)
es igual al número de ceros de f interiores a , contados según su multiplicidad.
Demostración. Aplicamos el principio del argumento, teniendo en cuenta que 
es homólogo a 0 respecto de  puesto que los z ∈ C \  son puntos exteriores a
, que f no tiene polos en , que los ceros interiores a  tienen ı́ndice 1 respecto
de , y los exteriores tienen ı́ndice 0 respecto de .
El principio del argumento admite una versión más general:
Teorema 9.7. Sea f meromorfa en una región  con ceros z 1 , z 2 , . . . , z n y polos
p1 , p2 , . . . , pm contados según su multiplicidad. Si g es analı́tica en  y  es un
ciclo homólogo a 0 respecto de  que no pasa por los ceros ni los polos de f ,
entonces
  
1 f n m
g = g(z j ) Ind (z j ) − g( pk ) Ind ( pk ).
2πi  f j=1 k=1

Demostración. Conway, ob. cit., Teor. 3.6, p. 124.


Una consecuencia importante del principio del argumento es el teorema de
Rouché, que permite la localización de ceros de funciones desconocidas a partir
del número de ceros de funciones conocidas.
Teorema 9.8. (Teorema de Rouché). Sean f , g ∈ M(),  un ciclo en  que
limita un recinto G ⊆  de manera que sop  no contenga ceros ni polos de f o
de g. Si para todo z ∈ sop  es

| f (z) + g(z)| < | f (z)| + |g(z)|,

entonces:
el número de ceros de f interiores a  contados según su multiplicidad
menos
el número de polos de f interiores a  contados según su multiplicidad
es igual
al número de ceros de g interiores a  contados según su multiplicidad
menos
el número de polos de g interiores a  contados según su multiplicidad.
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 145

Obsérvese que la desigualdad del enunciado implica que f y g no pueden


anularse sobre sop .
Demostración. El conjunto 1 de los puntos de  que no son ceros ni polos de f
ni de g es un abierto que contiene a sop . Definiendo
2 = {z ∈ 1 : | f (z) + g(z)| < | f (z)| + |g(z)|},
también 2 es un abierto que contiene a sop . Además, para cada z ∈ 2 ,

f (z) f (z)

g(z) + 1 < g(z) + 1,
f (z)
con lo cual no podrá ser un número real no negativo. Si L es un logaritmo
g(z)
holomorfo en C \ [0, +∞), F = L ◦ ( f /g) es una función holomorfa en 2 , por
lo que
 
1 1 ( f /g) (z)
0= F (z) dz = dz
2πi  2πi  ( f /g)(z)
 
1 f (z) 1 g (z)
= dz − dz
2πi  f (z) 2πi  g(z)
y basta aplicar el principio del argumento.
NOTA. La demostración anterior aparece en Glicksberg, I.: A remark on Rouché’s
theorem, Amer. Math. Monthly 83 (1976), 186–187.
En los textos ‘tradicionales’ suele imponerse la hipótesis más fuerte
| f (z) + g(z)| < |g(z)|
para z ∈ sop , o, cambiando g por −g,
| f (z) − g(z)| < |g(z)|,
quizá la más frecuentemente manejada en la práctica.
Como muestra de cuál es la forma en que puede sacarse partido al teorema de
Rouché en el estudio de los ceros de una función, veamos una nueva demostración
del teorema fundamental del álgebra. Otros ejemplos, con interesantes comentarios,
pueden verse en Palka, ob. cit., pp. 342 y ss.
Corolario 9.9. Si p(z) = z n +a1 z n−1 +· · ·+an , entonces p tiene n raı́ces (contadas
según su multiplicidad).
Demostración. Puesto que p(z)/z n tiende a 1 cuando z tiende a ∞, para algún R
será
p(z)

z n − 1 < 1
siempre que |z| = R, es decir, | p(z) − z n | < |z n |. Por el teorema de Rouché, p(z)
ha de tener n ceros interiores a ∂ D(0; R).
146 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

9.6 VALORES LOCALES DE UNA


FUNCIÓN HOLOMORFA

Definición 9.10. Sea f una función holomorfa en un abierto , z 0 ∈ ,


w0 = f (z 0 ), m ∈ N. Diremos que f aplica z 0 en w0 m veces [abreviado
f (z 0 ) = w0 m veces] o con multiplicidad m si z 0 es un cero de orden m de
la función f (z) − w0 .
Equivalentemente, si f (z 0 ) = w0 , f (z 0 ) = · · · = f (m−1) (z 0 ) = 0, f (m) (z 0 ) = 0.
Evidentemente, si w0 = f (z 0 ), f (z) − w0 siempre tiene un cero en z 0 . ¿Podrá
afirmarse siempre, pues, que f (z 0 ) = w0 m veces para algún m ∈ N? Un mo-
mento de reflexión permite concluir que no: nada impide, por ejemplo, que f sea
constante en algún disco D(z 0 ; r ) ⊆  (equivalentemente, que f sea constante
en la componente conexa de  que contiene a z 0 ), de manera que z 0 no sea un
cero aislado de la función f (z) − w0 . Pero es claro que ésta es la única situación
excepcional en la que la respuesta es negativa:
Para que f (z 0 ) = w0 m veces para algún m ∈ N, es necesario y suficiente
que z 0 sea un cero aislado de f (z) − w0 (equivalentemente, que f no sea
constante en la componente conexa de  que contiene a z 0 .)
El siguiente resultado muestra que en el entorno de un punto en el que una
función analı́tica f tome un valor w0 m veces, la función f alcanza los valores
próximos a w0 justamente en m puntos distintos, “grosso modo” como lo hace la
función g(z) = w0 + (z − z 0 )m (ver Palka, ob. cit., pp. 344 y ss., donde se da a
este teorema el nombre de branched covering principle, “el principio del espacio
recubridor ramificado o cubierta ramificada”).
Teorema 9.11. Sea f una función holomorfa en un abierto no vacı́o arbitrario .
Sean z 0 ∈ , m ∈ N, f (z 0 ) = w0 m veces. Entonces existen entornos abiertos V ,
W de z 0 y w0 respectivamente, tales que f (V ) = W y cada punto w ∈ W \ {w0 }
es imagen por f exactamente de m puntos distintos z 1 , . . . , z m de V \ {z 0 }.
Precisando más:
Tomemos cualquier disco D = D(z 0 ; r ) tal que
(∗) D ⊆ ,
(∗∗) f (z) − w0 no se anula en D \ {z 0 }.
(∗ ∗ ∗) f (z) = 0 para todo z ∈ D \ {z 0 }
Poniendo entonces

 = min{| f (z) − w0 | : |z − z 0 | = r } = d(w0 , f (∂ D)),


W = D(w0 ; ),
V = D ∩ f −1 (W ) = {z ∈ D : | f (z) − w0 | < },
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 147

se verifica:
(1) W = f (V );
(2) para todo w ∈ W \ {w0 } existen exactamente m puntos distintos z 1 , . . . , z m
en V \ {z 0 } tales que f (z j ) = w con multiplicidad 1, 1 ≤ j ≤ m.
Demostración. Puesto que f (z 0 ) = w0 m veces para algún m ∈ N, z 0 será un cero
aislado de f (z) − w0 . Si f (z 0 ) = 0, para algún disco D(z 0 ; δ) ⊆  tiene que
ser f (z) = 0 para todo z ∈ D \ {z 0 }, ya que en caso contrario z 0 serı́a un punto
de acumulación de ceros de f y f se anuları́a en toda la componente conexa de
 que contiene a z 0 ; en consecuencia f (n) (z 0 ) = 0 para todo n ∈ N, contra la
hipótesis de que f (z 0 ) = w0 m veces para algún m ∈ N. Tanto en este supuesto
como si f (z 0 ) = 0 (por continuidad de f en tal caso), es posible entonces elegir
un r > 0 de manera que si D = D(z 0 ; r ),
∗ D = D(z 0 ; r ) ⊆ ;
∗ f (z) − w0 no se anula en D \ {z 0 };
∗ f (z) = 0 para todo z ∈ D \ {z 0 }.
Tomemos cualquier r en las condiciones anteriores. Poniendo como en el
enunciado  = min{| f (z) − w0 | : |z − z 0 | = r }, obviamente  > 0 y para
W = D(w0 ; ), V = D ∩ f −1 (W ) = {z ∈ D : | f (z) − w0 | < }, es claro que W
y V son abiertos, w0 ∈ W , z 0 ∈ V , V ⊆  y f (V ) ⊆ W .
Para completar la demostración basta, pues, probar que para todo w ∈ W \{w0 }
existen m ceros simples distintos de f (z) − w en V \ {z 0 }.
Pero f (z) − w0 tiene exactamente m ceros en D (z 0 contado m veces), y para
todo z ∈ ∂ D
|( f (z) − w) − ( f (z) − w0 )| = |w − w0 | <  ≤ | f (z) − w0 |,
luego por el teorema de Rouché f (z)−w tiene m ceros (no necesariamente distintos
en principio) z 1 , . . . , z m en D. Estos puntos están en V , pues
| f (z j ) − w0 | = |w − w0 | < , 1 ≤ j ≤ m,
y son ceros simples, ya que
( f (z) − w) (z j ) = f (z j ) = 0
por ser z j ∈ D \ {z 0 }.
NOTA. También puede afirmarse que el abierto V del enunciado es conexo. Como
no necesitaremos esta propiedad de V , no la probamos; hay una demostración en
Palka, ob. cit., pp. 345–346, seguida de unos comentarios muy ilustrativos que
desentrañan la “estructura geométrica local” de f en el entorno de z 0 .
Las aplicaciones tales que cada elemento de la imagen tiene exactamente
m antiimágenes suelen denominarse “aplicaciones m → 1”. Por esta razón en
algunos textos el teorema anterior recibe el nombre de “teorema m → 1”. Con esta
nomenclatura, podemos reescribirlo en la siguiente forma:
148 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

Corolario 9.12. Sea  un abierto de C, f una función holomorfa en , z 0 ∈ ,


m ∈ N, f (z 0 ) = w0 m veces. Entonces existen abiertos V , W , tales que
• z 0 ∈ V ⊆ ;
• f (V ) = W (y, en particular, w0 ∈ W );
• f : V \ {z 0 } → W \ {w0 } es suprayectiva y m → 1.
Si convenimos en que w0 tiene z 0 como antiimagen m veces, también podemos
poner
• f : V → W es suprayectiva y m → 1.

Hay variantes de este teorema que reflejan de forma “analı́tico-algebraica” la


semejanza local de f (z) con w0 + (z − z 0 )m . Por ejemplo:
Proposición 9.13. Sea  un abierto de C, f una función holomorfa en , z 0 ∈ ,
m ∈ N, f (z 0 ) = w0 m veces. Entonces existen un abierto V y una función
ϕ ∈ H(V ) tales que
• z 0 ∈ V ⊆ ;
• f (z) = w0 + [ϕ(z)]m (para todo z ∈ V );
• la derivada ϕ no tiene ceros en V y ϕ es una aplicación invertible de V sobre
un disco D(0; r ).

Demostración. Ver Rudin, ob. cit. (Teor. 10.32, p. 245).


El ejemplo siguiente ilustra en una situación concreta los conjuntos que inter-
vienen en la demostración del teorema m → 1.
Ejemplo. Sea  = C \ {0}, f ∈ H() definida por

1
f (z) = z + ,
z

z 0 = 1, w0 = f (z 0 ) = 2. Comprobar que f toma el valor 2 en 1 dos veces, y ver


para qué valores de r > 0 se consigue, si D = D(z 0 ; r ), que
∗ D ⊆ ;
∗ f (z) − w0 no se anule en D \ {z 0 };
∗ f (z) = 0 para todo z ∈ D \ {z 0 }.
Para tales r , hallar  = min{| f (z) − w0 | : |z − z 0 | = r }.
Dibujar, para algún valor de r , los conjuntos

Jr = { f (z) : |z − z 0 | = r }, K  = {z : | f (z) − w0 | = }.


Teorema de los residuos. Aplicaciones. 149

Respuesta.
1
f (z) = 1 − = 0 ⇐⇒ z = 1 o z = −1,
z2
y f (1) = 2 = 0. Además

(z − 1)2
f (z) − w0 = ,
z
luego las condiciones ∗ se verifican exactamente para los r tales que 0 < r < 1.
Para estos r ,

|z − 1|2 r2
 = min{| f (z) − w0 | : |z − z 0 | = r } = min : |z − 1| = r = ,
|z| 1+r
1
que es una función de r creciente en (0, 1), de modo que 0 <  < .
2
Para dibujar Jr , tengamos en cuenta que

|z − z 0 | = r ⇐⇒ z = z 0 + r eit = 1 + r eit , t ∈ [0, 2π ],

y ası́

1 (z − 1)2 e2it + r eit


f (z) = z + =2+ = 2 + r2 , t ∈ [0, 2π],
z z 1 + 2r cos t + r 2
expresión que permite describir paramétricamente con comodidad e f (z), m f (z).
Para dibujar K  , comencemos por observar que

1 1    1   
f (z) = z + = w ⇐⇒ z = w + w − 4 ó z =
2 w− w −4 ,
2
z 2 2
que para w = 2 +  eit , t ∈ [0, 2π], supone, abreviando la notación,
  
 it 1
z =1+ e ±  4 eit +  e2it .
2 2
Recordando que
 
 √

 a + a 2 + b2

 x =± ,


√  2
a + bi = x + i y ⇐⇒ √

 −a + a 2 + b2

 y = ± ,

 2

sig x y = sig b,
150 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

vamos a parar a

 1   
e z = 1 + cos t ± 4 cos t +  cos 2t + 16 + 8 cos t +  2
2 2 2

 1   
m z = sen t ± −4 cos t −  cos 2t + 16 + 8 cos t +  2
2 2 2

con los signos ± combinados para que el signo del producto coincida con el de
4 sen t +  sen 2t = (4 + 2 cos t) sen t, t ∈ [0, 2π], que es igual al signo de sen t.
Ası́ quedan las gráficas de K  y Jr para r = 2/3:

f
−→

1 1

0.5 0.5

0 0
0.5 x 1 1.5 2 1.5 x 2 2.5 3 3.5

-0.5 -0.5
y
y
-1
-1

K Jr
NOTA. Algunos programas de ordenador permiten obtener gráficos animados que
muestran, de manera espectacular, la evolución de los conjuntos K  y Jr según
varı́a r .

9.7 TEOREMA DE LA APLICACIÓN ABIERTA

Corolario 9.14. (Teorema de la aplicación abierta). Sea  un abierto de C, f


una función holomorfa en  no constante en ninguna componente conexa de .
Entonces f es abierta.
En particular, f () es un abierto de C; y si  es una región, f () también
es una región.
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 151

Demostración. Recordemos que f es abierta cuando la imagen f (U ) de cada


abierto U ⊆  es un abierto en C.
Sea, pues, w0 ∈ f (U ) y tomemos z 0 ∈ U de modo que f (z 0 ) = w0 . Apli-
cando el teorema m → 1 en z 0 a la restricción de f a U , encontramos abiertos V ,
W tales que z 0 ∈ V ⊆ U , w0 ∈ W = f (V ) ⊆ f (U ), y ası́ w0 es interior a f (U ).

El teorema de la aplicación abierta permite dar nuevas demostraciones de


resultados conocidos.
Corolario 9.15. (Principio del módulo máximo). Sea f una función holomorfa
no constante en ninguna componente conexa de un abierto  de C. Entonces | f |
no puede tener un máximo local en ningún punto de .

Demostración. Por ser f abierta, dado z 0 ∈  y D(z 0 ; R) ⊆ , si w0 = f (z 0 )


existe un disco D(w0 ; r ) ⊆ f (D(z 0 ; R)) con infinitos puntos w para los que resulta
| f (z 0 )| = |w0 | < |w| = | f (z)|, z ∈ D(z 0 ; R).
Ejercicio. Sea f una función holomorfa en una región  y supongamos, por
ejemplo, que (e f )3 = m f . Entonces f es constante.
[Indicación: f () no puede ser abierto en C al estar contenido en el conjunto
{x + i y : x, y ∈ R; x 3 = y}.]
(Tenemos ası́ otra “explicación” de resultados obtenidos como consecuencia
de las condiciones de Cauchy-Riemann.)

9.8 TEOREMAS DE LA FUNCIÓN INVERSA

Teorema 9.16. (Teorema global de la función inversa). Sea f una función holo-
morfa e inyectiva en un abierto no vacı́o . Entonces
• f () es abierto;
• f −1 : f () →  es continua;
• f (z) = 0 para todo z ∈ ;
• f −1 es holomorfa en f (), y para cada w0 ∈ f () es

  1
f −1 (w0 ) = ,
f (z 0 )

donde z 0 = f −1 (w0 ).

Demostración. Como f es inyectiva, no es constante en ninguna componente


conexa de , con lo que f será abierta y por ello f () es abierto y f −1 es
continua.
152 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

Si en algún punto z ∈  fuese f (z) = 0, tendrı́amos f (z) = w m veces, con


m ≥ 2; en consecuencia, la restricción de f a algún entorno V de z serı́a m → 1,
contra la inyectividad de f .
Por último, el teorema de derivabilidad de la función inversa en un punto es
ası́ aplicable en cada punto de f (), de manera que f −1 ∈ H() ya que f −1 es
derivable en cada punto de f (), y su derivada viene dada, como ya sabı́amos, por
la fórmula del enunciado.
Observación. Para que una función holomorfa sea inyectiva es condición necesaria
pero no suficiente que la derivada no se anule en ningún punto. Por ejemplo, la
función exponencial tiene derivada no nula en todos los puntos sin ser inyectiva.
Tal como sucede en el caso de funciones de varias variables reales, en el recı́proco
sólo se llega a un resultado local, que es una ligera mejora del “teorema 1 → 1”.
Teorema 9.17. (Teorema local de la función inversa). Sea f una función holomorfa
en un abierto no vacı́o arbitrario . Sean z 0 ∈ , w0 = f (z 0 ), f (z 0 ) = 0.
Entonces existen entornos abiertos V , W de z 0 y w0 respectivamente, tales que
f aplica biyectivamente V sobre W y ( f |V )−1 : W → V es holomorfa en W .
Precisando más:
Tomemos cualquier disco D = D(z 0 ; r ) tal que
(∗) D ⊆ ,
(∗∗) f (z) − w0 no se anula en D \ {z 0 }.
Poniendo entonces

 = min{| f (z) − w0 | : |z − z 0 | = r } = d(w0 , f (∂ D)),


W = D(w0 ; ),
V = D ∩ f −1 (W ) = {z ∈ D : | f (z) − w0 | < },

se verifica:
(1) f : V → W biyectivamente;
(2) f (z) = 0 para cada z ∈ V ;
(3) ( f |V )−1 : W → V es holomorfa.

Demostración. Nótese que siempre existen discos D = D(z 0 ; r ) para los que
se cumplen las hipótesis (∗) y (∗∗), pues en caso contrario encontrarı́amos una
sucesión de puntos z n ∈  \ {z 0 } con lı́mite z 0 de manera que f (z n ) = w0 = f (z 0 )
para todo n, y resultarı́a f (z 0 ) = 0.
(1) Evidentemente f (V ) ⊆ W , luego para probar que f aplica biyectivamente
V sobre W basta ver que para cada w ∈ W existe un z ∈ V y sólo uno tal que
f (z) = w, o equivalentemente, que para cada w ∈ W el número de ceros de la
función f (z) − w en V sea 1.
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 153

Tomemos, pues, w ∈ W = D(w0 ; ). Por hipótesis, el número de ceros de


f (z) − w0 en D es exactamente 1, y si γ es la circunferencia de centro z 0 y radio
r orientada positivamente, para cada z ∈ sop γ = ∂ D,

|( f (z) − w) − ( f (z) − w0 )| = |w − w0 | <  ≤ | f (z) − w0 |,

luego por el teorema de Rouché f (z) − w tiene un cero simple en D, que estará
en V porque si f (z) = w, | f (z) − w0 | = |w − w0 | < .
(2) Como la restricción de f a V es inyectiva, f no es constante en ninguna
componente conexa de V , con lo cual f es abierta. Denotando por comodidad con
f −1 la inversa de la restricción de f a V , esto significa que f −1 : W → V es
continua y, de paso, implica que V es conexo por serlo W . Si aplicamos el teorema
global de la función inversa, necesariamente f (z) = 0 para todo z ∈ V .
(3) Basta tener en cuenta que, según acabamos de ver, f −1 : W → V es
continua y f (z) = 0 para los z ∈ V .
Teorema 9.18. (Representaciones de la función inversa). Sea f una función holo-
morfa en un abierto no vacı́o arbitrario . Sean z 0 ∈ , w0 = f (z 0 ), f (z 0 ) = 0.
Consideremos un disco D = D(z 0 ; r ) tal que
(∗) D ⊆ ,
(∗∗) f (z) − w0 no se anula en D \ {z 0 }.
Sea, como antes,

 = min{| f (z) − w0 | : |z − z 0 | = r } = d(w0 , f (∂ D)),


W = D(w0 ; ),
V = D ∩ f −1 (W ) = {z ∈ D : | f (z) − w0 | < }.

Llamando γ a la circunferencia de centro z 0 y radio r orientada positivamente,


siempre que |w − w0 | <  se verifica

−1 1 z f (z)
(1) f (w) = dz;
2πi γ f (z) − w
∞   
1 z f (z)
(2) f −1 (w) = dz (w − w0 )n ;
n=0
2πi γ ( f (z) − w0 ) n+1

∞  n−1 
1 d  
(3) f −1 (w) = z 0 + n−1
ψ(z)n (w − w0 )n ,
n=1
n! dz z=z 0

z − z0
donde ψ(z) = (fórmula de Lagrange para la inversión de una
f (z) − w0
serie) .
154 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

Demostración. El ciclo formado por γ es homólogo a 0 respecto de : los puntos


de D son los únicos con ı́ndice no nulo respecto de γ .
(1) Dado w ∈ W = D(w0 ; r ), hemos probado anteriormente que hay un
único punto a ∈ D = D(z 0 ; r ) tal que f (a) = w. Además, para cada z ∈ ∂ D es
| f (z) − w0 | ≥  > |w − w0 |,
luego a es el único punto en D para el que f (a) = w.
Por consiguiente, la función
z f (z)
g(z) =
f (z) − w
es meromorfa en , no tiene singularidades sobre sop γ y a es la única singularidad
con ı́ndice no nulo (= 1) respecto de γ . Aplicando el teorema de los residuos,

1 z f (z)
dz = Res(g; a).
2πi γ f (z) − w
Puesto que

z−a 1
lim [(z − a) g(z)] = lim z f (z) = a f (a) = a,
z→a z→a f (z) − f (a) f (a)
g tiene en a un polo simple (o una singularidad evitable si a = 0); en cualquier
caso, Res(g; a) = a y ası́

1 z f (z)
dz = a = f −1 (w).
2πi γ f (z) − w
(2) Teniendo en cuenta que si z ∈ sop γ , entonces | f (z)−w0 | ≥  > |w−w0 |,
desarrollando en potencias de w − w0 el integrando de (1) e integrando término a
término como de costumbre obtenemos la igualdad deseada.
(3) Integrando por partes, para n ≥ 1 resulta
 
1 z f (z) 1 dz
dz =
2πi γ ( f (z) − w0 )n+1 2πin γ ( f (z) − w0 )n
y esta última integral podemos calcularla a través del teorema de los residuos, pues
el integrando presenta una única singularidad en z 0 , que es exactamente un polo
de orden n, y ası́
 
1 dz 1 1
= Res ; z0
2πin γ ( f (z) − w0 )n n ( f (z) − w0 )n
 n−1  
1 1 d (z − z 0 )n
= .
n (n − 1)! dz n−1 ( f (z) − w0 )n z=z0
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 155

Ejemplo. Sea  = C, f (z) = z e z , z 0 = 0, w0 = f (z 0 ) = 0. En este caso


f (z) = w0 = 0 sólo para z = 0, luego para cualquier r > 0 el disco D(z 0 ; r )
cumple (∗) y (∗∗). Como

 = min{| f (z) − w0 | : |z − z 0 | = r } = min{|z e z | : |z| = r }


= min{r ee z : |z| = r } = r e−r ,

el valor máximo para  se obtiene si r = 1, en cuyo caso  = e−1 .


El desarrollo en serie de f −1 : D(0; 1/e) → D(0; 1) se halla muy fácilmente
por el método de Lagrange, pues ahora ψ(z) = e−z y
 
d n−1  
ψ(z)n
= (−1)n−1 n n−1 ,
dz n−1 z=z 0

con lo cual


(−1)n−1 n n−1 1
−1
f (w) = wn , |w| < .
n=1
n! e
(La serie tiene radio de convergencia 1/e).
NOTA. En Markushevich, A. I.: Theory of Functions of a Complex Variable (Vol. II).
Prentice-Hall, Englewood Cliffs, N.J. (1965), p. 94 y ss., pueden verse ejemplos
muy interesantes de aplicaciones de la fórmula de Lagrange al estudio de los
polinomios de Legendre y de la ecuación de Kepler para la anomalı́a excéntrica.

9.9 EJERCICIOS RESUELTOS

Comenzaremos por aplicar el teorema de los residuos al cálculo de una integral


real.
Ejercicio. Estudiar la existencia y, en su caso, calcular el valor de
 +∞
x sen x
d x.
−∞ x 2 + 4x + 20

Respuesta. El integrando es una función (llamémosle g) definida y continua en


todo R. Sin embargo no es una función integrable-Lebesgue en R, pues si lo fuese
sen x
lo serı́a también (comparando por cociente) la función , que ya sabemos que
x
no es integrable-Lebesgue en R.
La integral tiene sentido como integral impropia, convergente por el criterio
de Abel: “si ϕ es una función impropiamente integrable en un intervalo (a, b) y
156 Teorema de los residuos. Aplicaciones.
b
ψ es una función monótona y acotada en dicho intervalo, a ϕ ψ es convergente”.
sen x x2
En nuestro caso: g = ϕ ψ para ϕ(x) = , ψ(x) = 2 ; puesto
x x + 4x + 20
4x (x + 10)
que ψ (x) = 2 y limx→±∞ ψ(x) = 1, ψ está acotada en R y es
(x + 4x + 20)2
monótona en (0, +∞), (−∞, −10); por la convergencia de la integral de ϕ en
ambos intervalos, g es impropiamente integrable en los mismos, y es integrable
(es continua) en [−10, 0]. Ensamblando estos resultados, obtenemos que g es
impropiamente integrable en R.
De todas formas, los cálculos que haremos a continuación probarán que la in-
 R
tegral tiene sentido al menos como valor principal, es decir, que existe lim g.
R→+∞ −R

La función f definida por

z ei z
f (z) = 2
z + 4z + 20

es meromorfa en C, y sus únicas singularidades son los polos simples p1 = −2+4i,


p2 = −2 − 4i.
iR Si  R es el ciclo formado por el
γR camino γ R ∪ ψ R , donde (ver figura)
γ R : t ∈ [0, π ] → γ R (t) = R eit ∈ C,
p1 ψ R : t ∈ [−R, R] → ψ R (t) √ = t ∈ C,
• siempre que R > | p1 | = 20 será  R
un ciclo homólogo a 0 en C para el que
Ind R ( p1 ) = 1, Ind R ( p2 ) = 0. Pode-
-R ψR O R mos ası́ aplicar el teorema de los resi-
p2 • duos para obtener


z ei z
f = 2πi Res( f ; p1 ) = 2πi lim (z − p1 )
R z→ p1 (z − p1 )(z − p2 )
 
1 i 1
= 2πi + e−4−2i = − + i π e−4−2i .
2 4 2

Pero
     R
f = f + f = f + f (x) d x,
R γR ψR γR −R
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 157

y puesto que lim R→+∞ (R 2 − 4R − 20) = +∞, existirá un R0 > 20 tal que, para
todo R > R0 , R 2 − 4R − 20 > 0; siempre que R > R0 podremos poner, pues,
  π  π

f = f (R e it
) Ri e it
dt ≤ f (R eit ) R dt

γR 0 0
 π  π
R·R i R eit R2
≤ 2 e dt = e−R sen t dt.
R − 4R − 20 0 R − 4R − 20 0
2

Dado que para t ∈ (0, π ) es lim e−R sen t = 0 y e−R sen t = e−R sen t < e0 =
R→+∞
1 ∈ L ([0, π]), por el teorema de la convergencia dominada
1

 π
lim e−R sen t dt = 0.
R→+∞ 0

(En la mayor parte de los textos, este resultado, conocido como lema de Jordan,
se
 πprueba sin hacer referencia a la integral de Lebesgue mediante la acotación
π 2t
e−R sen t dt ≤ (1 − e R ), deducida de la desigualdad sen t ≥ para
0 R π
π
0 ≤ t ≤ .)
2
Como consecuencia, 
lim f = 0,
R→+∞ γ
R

lo que permite deducir la existencia y valor del lı́mite


 +∞  R 
1
V.P. f (x) d x = lim f (x) d x = − + i π e−4−2i
−∞ R→+∞ −R 2
y de aquı́
 +∞   +∞
x sen x 1
d x = m V.P. f (x) d x = (cos 2+ sen 2) π e−4 .
−∞ x 2 + 4x + 20 −∞ 2

En el próximo ejercicio aplicaremos el teorema de Rouché y el principio del


argumento para localizar ceros de un polinomio en conjuntos de distinto tipo.
Ejercicio. Hallar el número de ceros que tiene el polinomio
P(z) = z 3 − (1 + 2i) z 2 − (3 − 7i) z + 8 − 4i
1
en la corona D(0; 1/2, 5) = {z ∈ C : < |z| < 5}.
2
¿Cuántos de ellos están en el semiplano superior H = {z ∈ C : m z > 0}?
¿Cuántos de ellos están en el semiplano inferior H = {z ∈ C : m z < 0}? ¿Por
qué?
158 Teorema de los residuos. Aplicaciones.

Respuesta. Sea g(z) = z 3 , z ∈ C. Si |z| = 5,

|P(z) − g(z)| = | − (1 + 2i) z 2 − (3 − 7i) z + 8 − 4i|


√ √ √
≤ |1 + 2i| · 52 + |3 − 7i| · 5 + |8 − 4i| = 3 · 25 + 58 · 5 + 80
< 3 · 25 + 8 · 5 + 9 = 113 < 125 = |z|3 = |g(z)|,

con lo cual:
• P(z) y g(z) son funciones holomorfas en todo C que no se anulan sobre la
circunferencia {z ∈ C : |z| = 5};
• podemos aplicar el teorema de Rouché para concluir que P y g tienen el
mismo número de ceros (contados según su multiplicidad) en el interior de
dicha circunferencia, es decir, 3.
1
Sea ahora h(z) = 8 − 4i, z ∈ C. Si |z| = , análogamente
2
 3 
1 √ 1 2 √ 1 1 1 1
|P(z)−h(z)| ≤ + 5 + 58 < + ·3+ ·8 < 5 < |8−4i| = |h(z)|,
2 2 2 8 4 2
con lo cual:
• P(z) y h(z) son funciones holomorfas en todo C que no se anulan sobre la
1
circunferencia {z ∈ C : |z| = };
2
• podemos aplicar el teorema de Rouché para concluir que P y h tienen el
mismo número de ceros (contados según su multiplicidad) en el interior de
dicha circunferencia, es decir, 0.
En consecuencia, P(z) tiene 3 ceros en la corona D(0; 1/2, 5). (Puesto que a
lo más puede tener 3 ceros en C, se sigue que todos los ceros de P quedan dentro
de la corona).
Para ver cuántos de ellos están en H bastará, pues, averiguar simplemente
cuál es el número N de ceros que tiene P en H . Como el polinomio P tiene un
número finito de ceros, si M es el máximo de los módulos de todos ellos, los N que
estén en H quedarán en el interior del ciclo  R formado por el camino γ R ∪ ψ R ,
donde (ver figura)
γ R : t ∈ [0, π ] → R eit ∈ C;
γR iR ψ R : t ∈ [−R, R] → t ∈ C,
• y R es cualquier valor mayor que M.
Por consiguiente, dado que P es holo-
morfa en  = C y trivialmente  R ∼ 0 (C),
si P no se anula en el soporte de  R , podemos
-R• •O R• hallar N aplicando la versión geométrica del
ψR principio del argumento.
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 159

Comprobemos que P no se anula en sop  R . Por la elección de R, es obvio


que P no se anula en el soporte de γ R ; tampoco se anula en el soporte de ψ R , como
se vió en el Capı́tulo 5, Sección 5.4.
Ası́ pues, siempre que R > M se tendrá

N = Ind P◦(γ R ∪ψ R ) (0),

y en consecuencia también

N = lim Ind P◦(γ R ∪ψ R ) (0),


R→+∞

que nos llevará más fácilmente al cálculo de N .


Es inmediato comprobar (¡comprobar!) que P◦(γ R ∪ψ R ) = (P◦γ R )∪(P◦ψ R )
y que
arg(P ◦ (γ R ∪ ψ R )) =
arg(P ◦ γ R ) +
arg(P ◦ ψ R ). Aplicando el
razonamiento del final de la Sección 5.4 a nuestro polinomio P,

lim
ARG P(R eit ) = 3π.
R→+∞ 0≤t≤π

También se probó entonces que si

x(t) := e (P ◦ ψ R )(t) = e P(t) = t 3 − t 2 − 3t + 8,


y(t) := m (P ◦ ψ R )(t) = m P(t) = −2t 2 + 7t − 4,

se obtenı́a, para valores “suficientemente grandes” de R,


y(R) y(−R)

ARG (P ◦ ψ R )(t) = π + arc tg − arc tg ,
−R≤t≤R x(R) x(−R)
de donde se sigue que

lim
ARG (P ◦ ψ R )(t) = π,
R→+∞ −R≤t≤R

lo que unido a lo anterior permite concluir que

2π N = 2π · lim Ind P◦(γ R ∪ψ R ) (0) = 3π + π = 4π,


R→+∞

es decir, que N = 2.
Como P tiene 3 ceros, ninguno de ellos real, esto implica que el número de
ceros de P en H es necesariamente 1.

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