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Del teorema de los residuos puede decirse que es la culminación de lo que hemos
encuadrado bajo el nombre genérico de ‘teorı́a global de Cauchy’. Incorpora y
extiende al teorema de Cauchy y a la fórmula de Cauchy, y tiene innumerables
consecuencias teóricas y prácticas. De éstas apuntamos su uso para calcular inte-
grales reales y sumas de series, limitándonos a señalar referencias donde encontrar
el tema desarrollado en detalle.
La primera aplicación teórica que presentamos se refiere a la localización
de ceros, en la que tratamos de averiguar el número de ceros de una función en
un subconjunto de su dominio. Los resultados básicos en esta dirección son el
denominado principio del argumento y el teorema de Rouché.
De aquı́ pasamos al estudio del comportamiento local de una función analı́tica,
viendo su analogı́a con el de la función z m en torno al 0, en el sentido que se
precisa en el texto. Deducimos el teorema de la aplicación abierta y alguna de
sus aplicaciones, y finalizamos el capı́tulo con una versión global y otra local del
teorema de la función inversa, llegando a una representación integral de esta inversa
que nos permite obtener expresiones interesantes de su desarrollo en serie de Taylor.
Referencias básicas:
— Conway, J. B.: Functions of One Complex Variable. (2nd ed.) Springer, New
York (1978).
— Mitrinović, D. S.: Calculus of Residues. Noordhoff, Groningen (1966).
— Palka, B. P.: An Introduction to Complex Function Theory. Springer, New
York (1991).
— Rudin, W.: Análisis real y complejo. (3a. ed.) McGraw-Hill/Interamericana,
Madrid (1987).
134
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 135
∞
f (z) = an (z − a)n , z ∈ D(a; 0, R),
n=−∞
Res( f ; a) = a−1 .
∞
f (z) = an z n
n=−∞
Res( f ; ∞) = −a−1
Log(z + 2) z 3 ctg π z
dz,
(1 − cos 2π z) (z 2 + 1)
f (z) dz = 2πi Res( f ; z j ).
γ jo
Pero ésto ¿de qué sirve? De mucho . . . cuando caemos en la cuenta de que el
teorema homológico de Cauchy permite sustituir oportunamente el ciclo original
por otro ciclo formado por circunferencias, con tal de que ambos sean homólogos
respecto de un abierto en el que f sea holomorfa. Notando que
γ 2o γ 2o
i i
γ3 o γ3 o
γ 1o γ 1o
–2 –1 1 2 –2 –1 1 2
–i –i
0 = 1 ∪ 2 ∪ 3 , donde
Estos son los ingredientes esenciales de la demostración general del teorema de los
residuos, que se expone en el siguiente apartado.
Demostración. Observemos, ante todo, que los sumandos que cuentan realmente
en el segundo miembro de la igualdad anterior son los no nulos. Por tanto, exami-
nemos el conjunto
A0 = {a ∈ A : Ind (a) = 0}.
Si fuese A0 = ∅, se tendrı́a Ind (a) = 0 para todo a ∈ A, con lo cual la suma
resultarı́a nula; pero se sigue también que es homólogo a 0 respecto de \ A,
abierto en el que f es holomorfa, luego la integral es asimismo nula, en virtud del
teorema homológico de Cauchy.
En caso contrario, A0 es un conjunto finito. En efecto:
• A0 no tiene puntos de acumulación en , porque entonces también A tendrı́a
puntos de acumulación en , lo que es falso;
• A0 no tiene puntos de acumulación fuera de , ya que si z 0 ∈ C \ ,
Ind (z 0 ) = 0 por ser ∼ 0 (); tomando r > 0 tal que D(z 0 ; r ) ⊆ C\sop ,
para todo z del conexo D(z 0 ; r ) se tendrı́a Ind (z) = Ind (z 0 ) = 0, con lo
cual D(z 0 ; r ) ∩ A0 = ∅;
• A0 es un conjunto acotado, pues tomando R > 0 de manera que sop ⊆
D(0; R), sabemos que es Ind (z 0 ) = 0 para todo z 0 ∈ / D(0; R) (C \ D(0; R)
está contenido en la componente no acotada de C\sop ), y ası́ A0 ⊆ D(0; R).
En resumen, A0 es un conjunto acotado que no tiene puntos de acumulación
en C, luego forzosamente ha de tener un número finito de puntos. Sean éstos a1 ,
a2 ,. . . , an , distintos entre sı́.
Ahora, asociamos a los a j ∈ A0 (1 ≤ j ≤ n) sendos discos D(a j ; R j )
contenidos en , elegidos de tal manera que D(a j ; R j )∩ A = {a j }. Para 1 ≤ j ≤ n,
tomemos 0 < r j < R j , y sean γ j = ∂ D(a j ; r j ) la circunferencia de centro a j y
radio r j orientada positivamente, N j = Ind (a j ) y
[γ j , (N )
. .j., γj ] si N j > 0,
j =
[−γ j , (−N. . .j ), −γ j ] si N j < 0,
0 = 1 ∪ 2 ∪ · · · ∪ n
n
n
Ind0 (z) = Indj (z) = N j Indγj (z)
j=1 j=1
y por tanto
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 139
Usando ahora que f ∈ H D(a j ; 0, R j ) , 1 ≤ j ≤ n, del teorema de Laurent
1
f (z) dz = Res( f ; a j )
2πi γj
Esta es la versión que da Rudin, ob. cit., Teor. 10.24, pp. 254–255, con una
lı́nea de demostración ligeramente distinta que se apoya en las partes singulares de
f en los puntos de A0 .
Inciso. Como se dice en Conway, ob. cit., p. 113, ‘el teorema de los residuos es
una espada de dos filos; si se pueden calcular los residuos de una función, se pueden
calcular ciertas integrales y viceversa. La mayor parte de las veces, sin embargo,
se usa como un medio de calcular integrales. Para utilizarlo en esta dirección se
necesita un método para calcular el residuo de una función’.
140 Teorema de los residuos. Aplicaciones.
Sobre esta base, en cada caso particular se pueden aprovechar las carac-
terı́sticas propias de las funciones que se manejen; por ejemplo, si 1/ f es una
función fácil de derivar en a (se sobreentiende, completada por continuidad
en a con el valor 0), el lı́mite anterior es justamente el inverso de la derivada
de 1/ f en a.
— Si a es un polo de orden k de f , podemos tener en cuenta que, escribiendo el
desarrollo de Laurent de f en a, se tiene evidentemente
1 d k−1
Res( f ; a) = lim (z − a)k f (z) ,
z→a (k − 1)! dz k−1
Ver Conway, ob. cit., pp. 113 y ss.; Palka, ob. cit., pp. 326 y ss. Para un tratamiento
más amplio y sistemático, la referencia obligada en este tema es el librito de Mitri-
nović, ob. cit. De carácter enciclopédico es Mitrinović, D. S.; Kečkić, J. D.: The
Cauchy Method of Residues. (Theory and Applications). Reidel, Dordrecht (1984),
que incluye además una breve nota histórica sobre Cauchy y el desarrollo del
cálculo de residuos.
Teorema 9.4. (Principio del argumento: forma analı́tica). Sea f una función
meromorfa en un abierto con ceros aislados solamente. Denotemos con Z f el
conjunto de ceros y con Pf el conjunto de polos de f . Para a ∈ Z f sea z f (a) el
orden de a como cero de f , y para a ∈ Pf sea p f (a) el orden de a como polo de
f . Si es un ciclo homólogo a 0 respecto de cuyo soporte no corta a Z f ∪ Pf ,
se verifica
1 f (z)
dz = Ind (a) z f (a) − Ind (a) p f (a).
2πi f (z) a∈Z f a∈Pf
Nótese que la integral está bien definida, ya que f y f son continuas en sop
y f no se anula en sop ; además, sólo hay un número finito de ceros y polos que
dan ı́ndice no nulo, de modo que en realidad las sumas que aparecen se reducen a
un número finito de sumandos.
Demostración. Si f tiene en a un cero de orden k,
f (z) = (z − a)k g(z)
para alguna función g, holomorfa donde lo sea f , tal que g(a) = 0; por tanto, en
un entorno de a será g(z) = 0 y ası́
f (z) = k (z − a)k−1 g(z) + (z − a)k g (z),
f (z) k g (z)
= +
f (z) z−a g(z)
142 Teorema de los residuos. Aplicaciones.
f (z) −p g (z)
= +
f (z) z−a g(z)
1 si z ∈ G
Ind (z) =
0 si z ∈ E.
(Necesariamente G y E son abiertos, G acotado y E no acotado.) Como señalamos
al comentar el teorema de la curva de Jordan, esto es lo que sucede cuando es
un ciclo formado por un solo camino cerrado simple orientado positivamente, pero
inmediatamente mostraremos ejemplos de otro tipo.
Para describir esta situación no hay en la literatura una denominación estándar.
Nosotros nos referiremos a ella diciendo que limita o encierra a G y que G es el
recinto limitado o encerrado por . Conforme a la nomenclatura empleada en el
teorema de la curva de Jordan, se llama a G el interior de y a sus puntos puntos
interiores a , mientras que E es el exterior de y los puntos de E, los puntos
exteriores a .
Se emplea a veces la notación = ∂G para indicar que limita o encierra
a G.
Ejemplos. En las siguientes figuras, los ciclos de la primera fila encierran el recinto
sombreado, mientras que los de la segunda no encierran ningún recinto.
entonces:
el número de ceros de f interiores a contados según su multiplicidad
menos
el número de polos de f interiores a contados según su multiplicidad
es igual
al número de ceros de g interiores a contados según su multiplicidad
menos
el número de polos de g interiores a contados según su multiplicidad.
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 145
se verifica:
(1) W = f (V );
(2) para todo w ∈ W \ {w0 } existen exactamente m puntos distintos z 1 , . . . , z m
en V \ {z 0 } tales que f (z j ) = w con multiplicidad 1, 1 ≤ j ≤ m.
Demostración. Puesto que f (z 0 ) = w0 m veces para algún m ∈ N, z 0 será un cero
aislado de f (z) − w0 . Si f (z 0 ) = 0, para algún disco D(z 0 ; δ) ⊆ tiene que
ser f (z) = 0 para todo z ∈ D \ {z 0 }, ya que en caso contrario z 0 serı́a un punto
de acumulación de ceros de f y f se anuları́a en toda la componente conexa de
que contiene a z 0 ; en consecuencia f (n) (z 0 ) = 0 para todo n ∈ N, contra la
hipótesis de que f (z 0 ) = w0 m veces para algún m ∈ N. Tanto en este supuesto
como si f (z 0 ) = 0 (por continuidad de f en tal caso), es posible entonces elegir
un r > 0 de manera que si D = D(z 0 ; r ),
∗ D = D(z 0 ; r ) ⊆ ;
∗ f (z) − w0 no se anula en D \ {z 0 };
∗ f (z) = 0 para todo z ∈ D \ {z 0 }.
Tomemos cualquier r en las condiciones anteriores. Poniendo como en el
enunciado = min{| f (z) − w0 | : |z − z 0 | = r }, obviamente > 0 y para
W = D(w0 ; ), V = D ∩ f −1 (W ) = {z ∈ D : | f (z) − w0 | < }, es claro que W
y V son abiertos, w0 ∈ W , z 0 ∈ V , V ⊆ y f (V ) ⊆ W .
Para completar la demostración basta, pues, probar que para todo w ∈ W \{w0 }
existen m ceros simples distintos de f (z) − w en V \ {z 0 }.
Pero f (z) − w0 tiene exactamente m ceros en D (z 0 contado m veces), y para
todo z ∈ ∂ D
|( f (z) − w) − ( f (z) − w0 )| = |w − w0 | < ≤ | f (z) − w0 |,
luego por el teorema de Rouché f (z)−w tiene m ceros (no necesariamente distintos
en principio) z 1 , . . . , z m en D. Estos puntos están en V , pues
| f (z j ) − w0 | = |w − w0 | < , 1 ≤ j ≤ m,
y son ceros simples, ya que
( f (z) − w) (z j ) = f (z j ) = 0
por ser z j ∈ D \ {z 0 }.
NOTA. También puede afirmarse que el abierto V del enunciado es conexo. Como
no necesitaremos esta propiedad de V , no la probamos; hay una demostración en
Palka, ob. cit., pp. 345–346, seguida de unos comentarios muy ilustrativos que
desentrañan la “estructura geométrica local” de f en el entorno de z 0 .
Las aplicaciones tales que cada elemento de la imagen tiene exactamente
m antiimágenes suelen denominarse “aplicaciones m → 1”. Por esta razón en
algunos textos el teorema anterior recibe el nombre de “teorema m → 1”. Con esta
nomenclatura, podemos reescribirlo en la siguiente forma:
148 Teorema de los residuos. Aplicaciones.
1
f (z) = z + ,
z
Respuesta.
1
f (z) = 1 − = 0 ⇐⇒ z = 1 o z = −1,
z2
y f (1) = 2 = 0. Además
(z − 1)2
f (z) − w0 = ,
z
luego las condiciones ∗ se verifican exactamente para los r tales que 0 < r < 1.
Para estos r ,
|z − 1|2 r2
= min{| f (z) − w0 | : |z − z 0 | = r } = min : |z − 1| = r = ,
|z| 1+r
1
que es una función de r creciente en (0, 1), de modo que 0 < < .
2
Para dibujar Jr , tengamos en cuenta que
y ası́
1 1 1
f (z) = z + = w ⇐⇒ z = w + w − 4 ó z =
2 w− w −4 ,
2
z 2 2
que para w = 2 + eit , t ∈ [0, 2π], supone, abreviando la notación,
it 1
z =1+ e ± 4 eit + e2it .
2 2
Recordando que
√
a + a 2 + b2
x =± ,
√ 2
a + bi = x + i y ⇐⇒ √
−a + a 2 + b2
y = ± ,
2
sig x y = sig b,
150 Teorema de los residuos. Aplicaciones.
vamos a parar a
1
e z = 1 + cos t ± 4 cos t + cos 2t + 16 + 8 cos t + 2
2 2 2
1
m z = sen t ± −4 cos t − cos 2t + 16 + 8 cos t + 2
2 2 2
con los signos ± combinados para que el signo del producto coincida con el de
4 sen t + sen 2t = (4 + 2 cos t) sen t, t ∈ [0, 2π], que es igual al signo de sen t.
Ası́ quedan las gráficas de K y Jr para r = 2/3:
f
−→
1 1
0.5 0.5
0 0
0.5 x 1 1.5 2 1.5 x 2 2.5 3 3.5
-0.5 -0.5
y
y
-1
-1
K Jr
NOTA. Algunos programas de ordenador permiten obtener gráficos animados que
muestran, de manera espectacular, la evolución de los conjuntos K y Jr según
varı́a r .
Teorema 9.16. (Teorema global de la función inversa). Sea f una función holo-
morfa e inyectiva en un abierto no vacı́o . Entonces
• f () es abierto;
• f −1 : f () → es continua;
• f (z) = 0 para todo z ∈ ;
• f −1 es holomorfa en f (), y para cada w0 ∈ f () es
1
f −1 (w0 ) = ,
f (z 0 )
donde z 0 = f −1 (w0 ).
se verifica:
(1) f : V → W biyectivamente;
(2) f (z) = 0 para cada z ∈ V ;
(3) ( f |V )−1 : W → V es holomorfa.
Demostración. Nótese que siempre existen discos D = D(z 0 ; r ) para los que
se cumplen las hipótesis (∗) y (∗∗), pues en caso contrario encontrarı́amos una
sucesión de puntos z n ∈ \ {z 0 } con lı́mite z 0 de manera que f (z n ) = w0 = f (z 0 )
para todo n, y resultarı́a f (z 0 ) = 0.
(1) Evidentemente f (V ) ⊆ W , luego para probar que f aplica biyectivamente
V sobre W basta ver que para cada w ∈ W existe un z ∈ V y sólo uno tal que
f (z) = w, o equivalentemente, que para cada w ∈ W el número de ceros de la
función f (z) − w en V sea 1.
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 153
luego por el teorema de Rouché f (z) − w tiene un cero simple en D, que estará
en V porque si f (z) = w, | f (z) − w0 | = |w − w0 | < .
(2) Como la restricción de f a V es inyectiva, f no es constante en ninguna
componente conexa de V , con lo cual f es abierta. Denotando por comodidad con
f −1 la inversa de la restricción de f a V , esto significa que f −1 : W → V es
continua y, de paso, implica que V es conexo por serlo W . Si aplicamos el teorema
global de la función inversa, necesariamente f (z) = 0 para todo z ∈ V .
(3) Basta tener en cuenta que, según acabamos de ver, f −1 : W → V es
continua y f (z) = 0 para los z ∈ V .
Teorema 9.18. (Representaciones de la función inversa). Sea f una función holo-
morfa en un abierto no vacı́o arbitrario . Sean z 0 ∈ , w0 = f (z 0 ), f (z 0 ) = 0.
Consideremos un disco D = D(z 0 ; r ) tal que
(∗) D ⊆ ,
(∗∗) f (z) − w0 no se anula en D \ {z 0 }.
Sea, como antes,
∞ n−1
1 d
(3) f −1 (w) = z 0 + n−1
ψ(z)n (w − w0 )n ,
n=1
n! dz z=z 0
z − z0
donde ψ(z) = (fórmula de Lagrange para la inversión de una
f (z) − w0
serie) .
154 Teorema de los residuos. Aplicaciones.
con lo cual
∞
(−1)n−1 n n−1 1
−1
f (w) = wn , |w| < .
n=1
n! e
(La serie tiene radio de convergencia 1/e).
NOTA. En Markushevich, A. I.: Theory of Functions of a Complex Variable (Vol. II).
Prentice-Hall, Englewood Cliffs, N.J. (1965), p. 94 y ss., pueden verse ejemplos
muy interesantes de aplicaciones de la fórmula de Lagrange al estudio de los
polinomios de Legendre y de la ecuación de Kepler para la anomalı́a excéntrica.
z ei z
f (z) = 2
z + 4z + 20
z ei z
f = 2πi Res( f ; p1 ) = 2πi lim (z − p1 )
R z→ p1 (z − p1 )(z − p2 )
1 i 1
= 2πi + e−4−2i = − + i π e−4−2i .
2 4 2
Pero
R
f = f + f = f + f (x) d x,
R γR ψR γR −R
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 157
√
y puesto que lim R→+∞ (R 2 − 4R − 20) = +∞, existirá un R0 > 20 tal que, para
todo R > R0 , R 2 − 4R − 20 > 0; siempre que R > R0 podremos poner, pues,
π π
f = f (R e it
) Ri e it
dt ≤ f (R eit ) R dt
γR 0 0
π π
R·R i R eit R2
≤ 2 e dt = e−R sen t dt.
R − 4R − 20 0 R − 4R − 20 0
2
Dado que para t ∈ (0, π ) es lim e−R sen t = 0 y e−R sen t = e−R sen t < e0 =
R→+∞
1 ∈ L ([0, π]), por el teorema de la convergencia dominada
1
π
lim e−R sen t dt = 0.
R→+∞ 0
(En la mayor parte de los textos, este resultado, conocido como lema de Jordan,
se
πprueba sin hacer referencia a la integral de Lebesgue mediante la acotación
π 2t
e−R sen t dt ≤ (1 − e R ), deducida de la desigualdad sen t ≥ para
0 R π
π
0 ≤ t ≤ .)
2
Como consecuencia,
lim f = 0,
R→+∞ γ
R
con lo cual:
• P(z) y g(z) son funciones holomorfas en todo C que no se anulan sobre la
circunferencia {z ∈ C : |z| = 5};
• podemos aplicar el teorema de Rouché para concluir que P y g tienen el
mismo número de ceros (contados según su multiplicidad) en el interior de
dicha circunferencia, es decir, 3.
1
Sea ahora h(z) = 8 − 4i, z ∈ C. Si |z| = , análogamente
2
3
1 √ 1 2 √ 1 1 1 1
|P(z)−h(z)| ≤ + 5 + 58 < + ·3+ ·8 < 5 < |8−4i| = |h(z)|,
2 2 2 8 4 2
con lo cual:
• P(z) y h(z) son funciones holomorfas en todo C que no se anulan sobre la
1
circunferencia {z ∈ C : |z| = };
2
• podemos aplicar el teorema de Rouché para concluir que P y h tienen el
mismo número de ceros (contados según su multiplicidad) en el interior de
dicha circunferencia, es decir, 0.
En consecuencia, P(z) tiene 3 ceros en la corona D(0; 1/2, 5). (Puesto que a
lo más puede tener 3 ceros en C, se sigue que todos los ceros de P quedan dentro
de la corona).
Para ver cuántos de ellos están en H bastará, pues, averiguar simplemente
cuál es el número N de ceros que tiene P en H . Como el polinomio P tiene un
número finito de ceros, si M es el máximo de los módulos de todos ellos, los N que
estén en H quedarán en el interior del ciclo R formado por el camino γ R ∪ ψ R ,
donde (ver figura)
γ R : t ∈ [0, π ] → R eit ∈ C;
γR iR ψ R : t ∈ [−R, R] → t ∈ C,
• y R es cualquier valor mayor que M.
Por consiguiente, dado que P es holo-
morfa en = C y trivialmente R ∼ 0 (C),
si P no se anula en el soporte de R , podemos
-R• •O R• hallar N aplicando la versión geométrica del
ψR principio del argumento.
Teorema de los residuos. Aplicaciones. 159
y en consecuencia también
lim
ARG P(R eit ) = 3π.
R→+∞ 0≤t≤π
lim
ARG (P ◦ ψ R )(t) = π,
R→+∞ −R≤t≤R
es decir, que N = 2.
Como P tiene 3 ceros, ninguno de ellos real, esto implica que el número de
ceros de P en H es necesariamente 1.
-—oOo—-