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2.

EL CICLO ALIENANTE

“Este Estudio nació de una desesperación que se convirtió en inspiración. Como pastor, aconsejaba a
parejas casadas y no podía resolver sus dificultades. El principal problema que oía de parte de las
esposas era: «Él no me ama». Las esposas están hechas para amar, para querer amar y para esperar
amor. Muchos esposos no se lo dan. Pero a medida que continuaba estudiando la Escritura y
aconsejando a parejas, finalmente vi la otra mitad de la ecuación. Los esposos no decían mucho al
respecto, pero pensaban: ella no me respeta. Los esposos están hechos para ser respetados, para
desear respeto y para esperar respeto. Muchas esposas no se lo dan. El resultado es que cinco de cada
diez parejas van a parar al tribunal de divorcio (y eso incluye a cristianos evangélicos).

Mientras luchaba con el problema, finalmente vi una conexión: sin amor de parte de él, ella reacciona
sin respeto; sin respeto de parte de ella, él reacciona sin amor. Y así sigue y sigue. Lo he denominado el
«Ciclo Alienante»: locura marital que tiene atrapadas en sus garras a miles de parejas. ”

CAPÍTULO 1: EL SENCILLO SECRETO PARA UN MATRIMONIO MEJOR

¿Cómo puedo hacer para que mi esposo me ame tanto como yo lo amo a él? Esta era la pregunta
básica que oía decir, una tras otra, a las esposas que me pidieron consejo durante los casi veinte años en
que pastoreé. Se me rompía el corazón al ver a las esposas llorar y oírlas contarme sus historias. Las
mujeres son tan tiernas. En muchas ocasiones, me quedaba sentado allí mientras me corrían lágrimas
por las mejillas. Al mismo tiempo, me sentía molesto con los esposos. ¿Por qué no podían ver lo que le
estaban haciendo a su esposa? ¿Había alguna forma de ayudar a las esposas a motivar a estos maridos a
amarlas más?”

EL «SECRETO» ESCONDIDO EN EFESIOS 5.33


33 
En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la
esposa respete a su esposo” Efesios 5:33
Durante más de veinte años tuve el privilegio de estudiar la Biblia treinta anos, pero cuando esta
iluminación de la Escritura estalló en mi corazón, simplemente quedé maravillado. Literalmente
exclamé: «¡Gloria a Dios!». Esta revelación que finalmente había reconocido en la Escritura, Por fin vi
claramente por qué una esposa podía sentirse aplastada por las palabras y acciones de su esposo, así
como mi madre se había sentido aplastada por mi padre.

¿Cuál era el secreto? En realidad no había secreto alguno. Este pasaje de la Escritura ha estado ahí
durante unos dos mil años, a la vista de todos. En Efesios 5.33, Pablo escribe: «Cada uno de ustedes
ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo» (NVI).”

CÓMO REVELÓ DIOS LA CONEXIÓN ENTRE AMOR Y RESPETO

Al principio, cuando estaba luchando por encontrar ayuda para otros matrimonios así como para el mío,
no estaba buscando ninguna «Conexión entre Amor y Respeto». Pero esa conexión surgió mientras
reflexionaba sobre lo que decía Efesios 5.33. Mi proceso de pensamiento fue algo como esto: «Un
esposo debe obedecer el mandamiento de amar aun si su esposa no obedece el mandamiento de
respetar; y una esposa debe obedecer el mandamiento de respetar aun si su esposo no obedece el
mandamiento de amar».
Hasta ahora todo marchaba bien. Pero después razoné más profundamente: «Al esposo se le llama a
amar incluso a una esposa que no lo respeta; y a la esposa se le llama a respetar a un esposo
desamorado. No hay justificativo para que un esposo diga: “Voy a amar a mi esposa después de que
ella me respete”; ni para que una esposa diga: “Voy a respetar a mi esposo después de que él me
ame”».”

En este momento aún no había visto la Conexión entre Amor y Respeto. Mi teoría surgió a medida que
Dios me guió a reconocer el fuerte vínculo entre amor y respeto en un matrimonio. Vi por qué resulta
tan difícil amar y respetar. Cuando un esposo no se siente respetado, le es especialmente difícil amar a
su esposa. Cuando una esposa no se siente amada, le es especialmente difícil respetar a su esposo.

En ese punto vino la iluminación que me hizo comprenderlo, y que desde entonces ha ayudado a mucha
gente a comprenderlo también. Cuando un esposo siente que no es respetado tiene una tendencia
natural a reaccionar en maneras que la esposa siente como falta de amor. (¡Quizás el mandamiento de
amar haya sido dado al esposo precisamente por esta razón!) Cuando una esposa no se siente amada
tiene una tendencia natural a reaccionar en maneras que el esposo siente como falta de respeto.
(¡Quizás el mandamiento de amar haya sido dado a la esposa precisamente por esta razón!)

La Conexión entre Amor y Respeto está claramente presente en la Escritura, pero también lo está la
amenaza de que dicha conexión puede dañarse e incluso romperse. Y luego vino lo que yo llamo el
momento del «ajá»: esta cosa se desencadena a sí misma. Sin amor, ella reacciona sin respeto. Sin
respeto, él reacciona sin amor, hasta el hartazgo. ¡Así nació el Ciclo Alienante! (Ver página 1 para
observar la ilustración.)
El Ciclo Alienante es «la maldad de la insensatez y el desvarío del error» (Eclesiastés 7.25).

Dondequiera que enseño mi teoría, esposos y esposas lo entienden de inmediato. Comprenden que si
no aprenden cómo controlar el Ciclo Alienante, este seguirá girando y girando, y nadie sabe dónde se
detendrá.

Para bosquejar este MODULO de forma breve, quiero ayudar a las parejas a:

• Controlar la locura (el Ciclo Alienante)


• Energizarse mutuamente con Amor y Respeto (el Ciclo Energizante)
• Disfrutar las recompensas de un matrimonio piadoso (el Ciclo Gratificante)
“POR QUÉ EL AMOR Y EL RESPETO SON NECESIDADES PRIMARIAS

Entrar en el Ciclo Alienante es sumamente fácil. Reconocer que se encuentra en ese ciclo y aprender a
evitar que continúe girando sin control es posible si esposo y esposa aprenden a satisfacer mutuamente
sus necesidades básicas de amor y respeto. A menudo me han preguntado: «¿Cómo puede estar tan
seguro de que la esposa necesita sentirse amada más que cualquier otra cosa, y que el esposo necesita
ante todo sentirse respetado?». Mi respuesta viene en dos partes.

Ante todo, mi experiencia como consejero y como esposo confirma esta verdad. La esposa es quien
pregunta: «¿Mi esposo me ama como yo lo amo a él?». Ella sabe que lo ama, pero a veces se pregunta si
él la ama tanto como ella a él. Entonces, cuando él se muestra desamorado, ella reacciona típicamente
de forma negativa. En su opinión, él debe convertirse en un hombre más sensible y cariñoso.
Lamentablemente, el enfoque usual de una esposa es quejarse y criticar para motivarlo a ser más
amoroso. Esto generalmente resulta tan efectivo como intentar venderle guantes de boxeo a la Madre
Teresa.”

“Por otro lado, un esposo no se pregunta habitualmente: «¿Me ama mi esposa tanto como yo a ella?».
¿Por qué no? Porque está seguro de su amor. A menudo les pregunto a los maridos: «¿Su”

“esposa lo ama?». Ellos responden: «Sí, por supuesto». Pero después pregunto: «¿Usted le agrada?». Y
la respuesta por lo general es: «No».

En muchos casos, el disgusto de la esposa es interpretado por el esposo como falta de respeto e incluso
como desprecio. Según él, ella ha dejado de ser la mujer que lo admiraba y lo aprobaba siempre cuando
eran novios. Ahora ella no aprueba, y se lo hace saber. Entonces el esposo decide motivar a su esposa a
ser más respetuosa actuando de manera poco afectuosa.

Aun más convincente es lo que Efesios 5.33 enseña acerca de que la necesidad primaria de la esposa es
el amor y la necesidad primaria del esposo es el respeto: el esposo debe amar a su esposa como a sí
mismo, y la esposa debe respetar a su marido. ¿Podría ser más claro que eso? Pablo no está haciendo
sugerencias; está dando mandamientos de parte de Dios mismo. Además, la palabra griega que Pablo
usa para referirse al amor en este versículo es ágape, que significa amor incondicional. Y la redacción del
resto del pasaje indica claramente que el esposo debería recibir respeto incondicional. Los cónyuges
cristianos no deberían leer este versículo de manera que diga: «Esposos, amen a sus esposas
incondicionalmente, y esposas, respeten a sus esposos, solo si se lo han ganado y se lo merecen». Como
dice el viejo dicho, si está bien que lo haga uno, está bien que lo hagan todos. En este versículo, el
respeto es tan importante para el esposo como el amor es para la esposa.

Otro autor de la Escritura está en sintonía con Pablo en cuanto al respeto que se debe a los esposos. El
apóstol Pedro les escribió a las esposas que si su esposos eran desobedientes a la Palabra de Dios,
fueran «ganados sin palabras por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y
respetuosa» (1 Pedro 3.1–2, itálicas mías). Indudablemente así, Pedro se está refiriendo al respeto
incondicional. Los esposos que menciona son cristianos carnales o no creyentes, desobedientes a la
Palabra; esto es, a Jesucristo. Dios no se complace en un hombre como ese, y tal hombre no «merece»
el respeto de su esposa. Pero Pedro no está llamando a las esposas a sentir respeto; está ordenándoles
que muestren una conducta respetuosa. No se trata de si el esposo merece respeto; se trata de que la
esposa debe estar dispuesta a tratar a su esposo respetuosamente sin condiciones.

Hacer algo cuando uno realmente no siente deseos de hacerlo, por decir lo menos, va contra lo que
podría pensarse. Por lo tanto, conforme a este pasaje, se debe actuar por fe. Dios les ha ordenado que
las esposas respeten a sus esposos como un método para ganarlos para sí mismo. Cuando el esposo le
abre su espíritu a Dios, le vuelve a abrir su espíritu a su esposa. Ningún esposo siente afecto hacia una
esposa que parece sentir desprecio por lo que él es como ser humano. La clave para crear en un esposo
sentimientos tiernos de amor hacia su esposa es mostrarle respeto incondicional.

RESPETO: LA CARACTERÍSTICA DISTINTIVA DE ESTE ESTUDIO

Muchos libros sobre el matrimonio enfatizan la necesidad de que los esposos amen a su esposa, pero la
característica distintiva de este ESTUDIO es el concepto de que las esposas deben mostrarle respeto
incondicional a su esposo.

Cada esposa que hemos conocido quiere que su esposo aprecie el amor que siente por él, y anhela
sentir más amor de su parte. Lo que intentamos compartir es que la mejor manera de amar a un esposo
es mostrarle respeto en formas que sean significativas para él. Es el respeto lo que hace sentir el amor
que su esposa tiene por él y aviva en él sentimientos de amor hacia su esposa.

¿Cuánto mejor? ¿Hemos alcanzado alguna clase de nirvana marital y todo es perfecto? Difícilmente. Aún
hay veces en las que actuamos con desamor o falta de respeto. Aún entramos en el Ciclo Alienante
como todos los demás. Pero hemos tomado una decisión que ha cambiado el curso de nuestro
matrimonio para bien. Si tan solo mamá y papá hubieran descubierto esto. Sarah y yo ahora sabemos
cómo reducir el número de veces en que damos vueltas en el Ciclo Alienante, y a menudo lo detenemos
antes de que se inicie.

¿Qué decisión es esta que hemos tomado, que ha cambiado nuestra vida? Yo he decidido creer que
Sarah no tiene la intención de ser irrespetuosa. Oh, ella puede ser mala, pero no es así como se siente
en su corazón. Yo sé que en lo profundo ella respeta quién soy. Sarah ha decidido creer que yo no tengo
la intención de ser desamorado, aunque aún hay veces en que la lastimo con mis comentarios y
actitudes. Ella sabe que en mi corazón la amo profundamente y que hasta podría morir por ella.
Entonces, ¿cómo funciona todo esto? Me gustaría ilustrarlo con huevos y toallas.

SARAH NO PUEDE DEJAR DE ECHARLES PIMIENTA A LOS HUEVOS (Ejemplo)

A Sarah le gusta echarle pimienta a los huevos. A mí no. En su opinión, los huevos revueltos o fritos
necesitan condimentarse con pimienta hasta quedar negros. En el curso de nuestro matrimonio, Sarah
me ha preparado huevos cientos de veces, y casi siempre los ha condimentado, aunque sepa que no me
gusta. Pero he concluido que Sarah no hace esto para fastidiarme o porque yo no sea importante para
ella. Conozco su corazón. Incluso ha rezongado frustrada: «Bueno, no quedan bien si no tienen
pimienta».

Por más desconcertado que esté debido a que constantemente les pone pimienta a los huevos, no he
concluido que Sarah esté planeando cambiarme o irritarme. Sé que Sarah está pensando en otras cosas.
Está en piloto automático cuando les pone pimienta a los huevos. Le he dicho cientos de veces: «Por
favor, no les eches pimienta a los huevos». Si realmente me respetara, ¿no me escucharía? ¿No sería
natural que yo estallara de enojo, especialmente si puedo preverlo… otra vez? ¿No tendría yo derecho
de dudar de sus buenas intenciones? ¿No sería justo que comenzara a llevar cuenta de las “muchas
cosas que ella hace y que me molestan, como echarles pimienta a los huevos? Todo esto demostraría
que realmente no le importo, ¿no es así?

Pero soy capaz de interpretar a Sarah mucho menos negativamente que eso, porque he decidido que
ella no tiene la intención de faltarme el respeto, ni en lo más profundo de su alma. He tomado esa
decisión, y otros esposos también lo están haciendo. Un hombre escribió:

Fue muy liberador reflexionar sobre el hecho de que mi esposa era bienintencionada y de buen
corazón hacia mí, como ella lo reconoció. Tristemente, yo no comprendí su corazón. Había muchas
cosas que yo no sabía acerca de su corazón. Por ejemplo, resulta que ella había estado pasando por
una depresión postparto. Poder entender algunas cosas como esa suavizó mi corazón en gran manera.
Comencé a pensar más acerca de aquello en que quizás ella no esté sintiendo el amor que le tengo,
aunque yo sea bienintencionado y tenga buenos sentimientos hacia ella.

Este esposo «lo captó». Él ha tomado la decisión correcta en cuanto a su esposa, y usted puede hacer lo
mismo para con su cónyuge.

EMERSON NO PUEDE PONER LAS COSAS EN SU LUGAR


Yo dejo las toallas húmedas donde no corresponde. Dejo un pan sobre la encimera. Dejo abiertas las
puertas del armario. Dejo una pila de libros en el piso de la sala de estar. Tengo una excusa, por
supuesto: estoy mentalmente preocupado. Como dice Sarah: «Siempre está pensando». A veces yo
mismo me asombro de las cosas que hago y de las que no. Cuando recuerdo esas puertas abiertas de los
armarios, me doy cuenta de que la mayoría de ellas continúan abiertas. Me digo a mí mismo: ¿por qué
no cerré esas puertas? ¿En qué estaba pensando? O dejo las toallas desparramadas en el piso del
dormitorio en lugar de colgarlas en el baño. (A propósito, aquí hemos aprendido a mantener las cosas en
calma, lo cual afloja la tensión. Cuando Sarah agita la toalla frente a mí, yo sonrío y digo: «¡Qué
coincidencia! ¡Justo iba a colgar esa toalla!».)

Pero no me malentienda. No soy un cerdo. Pero estoy casado con Sarah, que es la pulcritud y la limpieza
personificadas, y de acuerdo con sus estándares yo saldría desaprobado. No es perfeccionista, pero es
lógica. ¿Por qué dejar una toalla sobre la cama cuando hay un tendedero esperándola en el baño? ¿Por
qué dejar abierta la puerta de un armario si la bisagra funciona en ambas direcciones? ¿Por qué dejar los
libros en el piso si solo tomaría unos segundos colocarlos de nuevo en el estante?

Pero Sarah no concluyó que esto signifique que yo me haya propuesto ignorarla o fastidiarla. Ella sabe
que estoy pensando en otras cosas, que estoy en piloto automático mientras voy y vengo. Sí, me he
dicho miles de veces: «Por favor, recoge las cosas y ponlas en su lugar». ¿No le sería fácil a ella decir: «Si
realmente me amaras, me escucharías»? ¿No sería natural que ella estallara de enojo? ¿No tendría
derecho a dudar de mis buenas intenciones? ¿No sería justo que comenzara a llevar cuenta de las
muchas cosas que yo hago así? Después de todo, seguramente esto demostraría que realmente no me
importa.

Pero Sarah me ve con una luz más positiva, porque ha decidido creer que no es mi propósito ser
indiferente o desamorado, ni en lo más profundo de mi alma. Ella ha tomado esa decisión, y otras
esposas también lo han hecho. Una mujer casada hace más de treinta años dice:
Al mirar atrás, me doy cuenta de lo irrespetuosa que resulté ser. Él es un hombre amable y compasivo
por naturaleza, muy sociable, y tiene el don de servicio (siempre está dispuesto a hacer cosas por mí de
un momento al otro) […]; verdaderamente un hombre bienintencionado y de buen corazón que ha
tenido pecado en su vida, como todos nosotros […] Me doy cuenta de que quizás mis expectativas eran
irrazonablemente altas.

Otra esposa agrega:


Desde los comienzos de nuestro matrimonio, cuando él empezó a mostrarse controlador y a no
escuchar las preocupaciones que yo tenía; yo no veía que él tenía sentimientos en su interior. Comencé
a darle respuestas de esposa amargada «en la cara». Ahora veo más su corazón y estoy empezando a
comprender lo que mis palabras le han causado.

Estas chicas también «lo captaron». Han tomado la decisión de cambiar su perspectiva, y usted puede
hacer lo mismo respecto a su cónyuge.

Sí, mi esposa y yo tenemos nuestros defectos. El Ciclo Alienante siempre quiere girar, pero podemos
controlarlo al recordar la Conexión entre Amor y Respeto. Sabemos que esto da resultado, y hay mucho
más que quiero compartir acerca de cómo y por qué funciona. El primer paso es entender exactamente
cómo se comunican esposos y esposas.”

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