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*
> //, en lugar de [u)]
Transmisin. De acuerdo con la evolucin fontica regular, la tnica latina ha pasado
a diptongar en [u)] en el espaol estndar, despus de haber convivido en pocas
anteriores con [u)] y [u)], que an pueden orse en algunas zonas dialectales (alto
aragons, el primero, y asturiano y leons occidentales, el segundo)
143
.
En castellano puede no haberse producido diptongacin (por lo que se supondra una
cerrazn de /%*/ del latn vulgar en //*/) por influencia de yod o, aunque no siempre, de
una consonante nasal implosiva (MNTE > monte, pero PNTE > puente)
144
. En contados
casos, por el contrario, [u)] pudo monoptongar en // si se encontraba en contacto con
una consonante labial seguida de lquida (COLBRA > culebra), aspecto, este ltimo, que
se aleja de lo que reflejan los ejemplos integrados en el corpus de la presente tesis
145
.
Dentro del conjunto de lenguas romnicas ms prximas a la espaola, el cataln, el
occitano, el gascn, el francs y el italiano evolucionan a /%
*
/, aunque no en todos los
contextos de estas dos ltimas lenguas citadas. El francs emplea los mismos diptongos
que el espaol ha conocido adems de otro posterior (u: preuve, esp. prueba), mientras
que el italiano solo diptonga con uno de ellos [u): pruova]. Estos dos idiomas se
diferencian tambin del espaol en que la diptongacin se produce solo en slaba libre.
En el resto de contextos, vuelve a encontrarse /%
*
/. El portugus, al igual que ocurra
con la evolucin de tnica, tampoco diptonga y el provenzal raramente lo hace [u),
u)]
146
. Por tanto, el argumento fontico (falta de diptongacin), a pesar de ser
importante para demostrar la procedencia advenediza, no es suficiente por s solo para
defender la hiptesis de catalanismo, como puede comprobarse en los casos de roca,
trozo, toste y costa a los que, adems del cataln como lengua inmediata, se les propone
143
Para las principales discusiones acerca de la generalizacin de [u)], vid., entre otros, Menndez Pidal
(1950: 24); Alarcos (1965: 144); y Lloyd (1987: 303).
144
Moll (1991: 57) afirma que tambin en cataln la o& es va tancar en o
(
quan anava seguida duna
nasal + oclusiva [...] MNTE mont.
145
Para una informacin ms detallada de todos estos fenmenos, consltese, entre otras fuentes,
Menndez Pidal (1940: 13), Malkiel (1976: 760 y ss.) y Lloyd (1987: 302 y 505).
- 117 -
el occitano (roca y trozo), el occitano y el francs (toste) y el mozrabe, el
gallegoportugus y el leons (costa).
Observemos cmo se presentan las argumentaciones del DCECH relativas a esta falta
de diptongacin de tnica
147
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA tnica > //
Cataln
antosta, armatoste, batahola, batayola, broca,
clota, colla, escayola, orza II, osta, paol,
porche, sor
Cataln u occitano roca, trozo
Cataln, occitano o francs toste
Cataln, mozrabe, gallegoportugus
y leons
costa
Prcticamente todos los prstamos detallados en el cuadro anterior comparten la
caracterstica de poseer como vocal tnica la //, procedente en ltima instancia de una
tnica latina o de posibles antecedentes romnicos con /%
*
/. Como ya se ha indicado,
para que estos elementos lxicos castellanos pudieran considerarse descendientes
patrimoniales, deberan presentar el diptongo [u)] en lugar del fonema //; por lo tanto,
no resulta descabellado proponerles un intermediario romance que les acerque ms a la
solucin adoptada. Partiendo de las argumentaciones fonticas que para cada caso
particular aporta el DCECH, conviene valorar si el cataln es el que con mayor
probabilidad puede haber actuado como va de penetracin.
146
Con objeto de obtener un anlisis convenientemente detallado al respecto de estas y el resto de
lenguas romnicas, vid., entre otras fuentes, Diez (1874: 149-152) y Lausberg (1963: 176-178).
147
Cfr. Prat Sabater (2001).
- 118 -
J. Corominas y J. A. Pascual, en lugar de tener en cuenta la forma del timo ltimo de
cada vocablo, examinan el nmero de lenguas romnicas que utilizan /%*/ puesto que
parten del presupuesto de que en tales casos el castellano tendra que haber diptongado
en [u)]. Entre las diferentes lenguas, intentan seleccionar cules son las que con mayor
probabilidad pueden haber actuado de puente para la espaola.
Desde un punto de vista fontico (falta de diptongacin), colla, osta y orza II tienen que
ser prstamos, que podran haberse importado del cataln, de la lengua de Oc o del
italiano, pero en los tres casos el DCECH opta por proponer el intermediario cataln.
Para el primer ejemplo (colla), se justifica esta procedencia a partir del argumento
semntico y de otro componente fontico, en concreto el referido a la articulacin
palatal de -ll-:
Las voces catalanas collar y colla pertenecen a una familia de vocablos, comn con la
lengua de Oc y el italiano, y ya atestiguada en la Edad Media, en sus acs. nuticas y otras
[...]. Como el vocablo tiene o abierta en todas partes (a la cual correspondera ue en
castellano), no hay duda de que la voz espaola procede del cataln, que es el nico de
aquellos tres idiomas donde la lquida es palatal (= cast. ll); por lo dems en cataln se
hallan documentadas, adems del sentido genrico, las aplicaciones particulares que tiene
el vocablo castellano (DCECH, s. v. colla).
En osta, en cambio, despus de que la falta de diptongacin indique que se trata de un
prstamo, la vecindad geogrfica de las lenguas catalana y espaola y la cronologa
justifican su condicin de catalanismo. Segn el DCECH (s. v. osta), la voz espaola no
aparece registrada en las obras lexicogrficas de la poca clsica; por consiguiente,
asegura que osta es palabra poco comn en castellano, donde en la ac. primera y
fundamental de la palabra suele emplearse otro vocablo: braza. La segunda acepcin,
que es la nica que recoge el DRAE, es propia del lenguaje nutico. A diferencia de lo
que ocurre en castellano, este vocablo es ms usual en cataln no solo en la navegacin
con buques mayores, sino en los humildes aparejos de las barcas de pescar. Por lo que
se refiere a otras lenguas romnicas, la primera documentacin occitana se remonta a
dos docs. marselleses de 1277 y 1363, y la italiana a 1248, aunque, en la actualidad,
en ambas lenguas es voz anticuada. Ante estos datos, J. Corominas y J. A. Pascual
arguyen que deben elegir entre dos alternativas para justificar la transmisin:
- 119 -
a juzgar por la antigedad del vocablo en los varios idiomas, puede ser originario del
italiano, la lengua de Oc o el cataln, mientras que si juzgamos por su vitalidad el punto
de partida habra de ser precisamente este ltimo (DCECH, s. v. osta).
La fontica les permite desestimar que esta palabra sea patrimonial en castellano.
Utilizan este argumento y sobre todo el cronolgico y el referido a la vecindad
geogrfica, como se ha avanzado y como podr comprobarse a continuacin, para
determinar que en espaol osta se revela como catalanismo, con lo que desmienten la
hiptesis de J. H. Terlingen
148
:
a la abierta catalana correspondera seguramente ue en castellano; no hay por qu creer,
con J. H. Terlingen, que se tomara del italiano, pues el cataln es mucho ms probable
por razones geogrficas y cronolgicas (son raros los italianismos en el S. XV) (DCECH,
s. v. osta).
Para otro ejemplo de caractersticas similares, orza II, voz nutica tambin considerada
italianismo por J. H. Terlingen, la falta de diptongacin tambin corrobora la hiptesis
de prstamo y se utiliza en el DCECH (s. v. orza II) la cronologa para presentarse a
favor de la misma lengua transmisora (la catalana) por encima del resto que son
probables, aunque cabe destacar que sin demasiada diferencia (no debera, por tanto, ser
tan determinante):
Desde el punto de vista geogrfico, est claro que el vocablo es muy antiguo en Catalua,
Sur de Francia e Italia, y aparece casi coetneamente en los tres pases, un poco antes en
el primero [...]
149
. En castellano podemos suponer que era tambin prstamo, aunque
antiguo, del cataln (no del italiano, segn quiere Terlingen): de otro modo esperaramos
diptongo ue, pues el vocablo tiene o abierta en italiano, provenzal moderno y cataln
(DCECH, s. v. orza, II).
En otros tres casos (broca, roca y toste), partiendo solo del argumento fontico (falta de
diptongacin), se agrega an otra posible lengua intermediaria a las tres mencionadas en
los ejemplos anteriores; es decir, el DCECH evidencia que cataln, occitano, italiano y,
adems, francs pronuncian esta palabra con /%
*
/ y que, desde este punto de vista,
148
Terlingen (1943: 261-262) afirma que este vocablo es un italianismo (< it. osta) y parte de la
documentacin genovesa de 1248 para argumentar su propuesta: el trmino arranca del b. lat. de
Gnova, pasando al espaol con su grafa italiana, ya que la vocal acentuada sigue sin diptongar.
149
En cataln se documenta hacia 1200; en occitano, en el siglo XIII y principios del XIV; y en el bajo
latn de Gnova en 1248, segn se recoge de J. H. Terlingen (DCECH, s. v. orza II).
- 120 -
cualquiera de los cuatro podra haber concedido el timo inmediato de la forma
espaola.
A partir del material que aporta el DCECH para el primero de estos tres ejemplos
(broca), se infiere que el argumento fontico tambin permite al menos admitir que se
trata de un prstamo indiscutible teniendo en cuenta la pronunciacin indicada de las
vocales tnicas de las formas del cataln (broca), del occitano antiguo (broca), del
francs (broche) y del italiano (brocca). No se aporta, sin embargo, ms informacin
para defender la opcin catalana escogida como preferente.
En roca, despus de que la falta de diptongacin demuestre que se trata de un prstamo,
con objeto de precisar un poco ms la transmisin (esta vez catalana u occitana), J.
Corominas y J. A. Pascual recurren a la toponimia y a la morfologa derivativa, referida
esta ltima al mayor nmero de derivados que posee la lengua catalana en
contraposicin con la espaola:
Comparando con la unnime o abierta que tiene en cat., oc., fr. e it., es preciso reconocer
que roca ha de ser extranjerismo ms o menos antiguo en espaol, pues de lo contrario
habra diptongado esta vocal en ue [...]. El arraigo mucho ms grande de roca en oc. y
cataln que en el resto de la Pennsula, lo muestra tambin la toponimia; no faltan hoy ejs.
de nombres de lugar derivados de nuestra palabra, segn es de esperar en voz tan
importante, en las varias regiones de Espaa, especialmente en Galicia, alguno en
Extremadura, Santander y Almera (Madoz, s. v. Roc- y Roqueta), pero son
incomparablemente menos numerosos que los que registra el propio Madoz para un
territorio mucho ms reducido como es el de lengua catalana; en este caso la toponimia
menor agravara an la diferencia, denunciando el diferente grado de vitalidad en el
lenguaje popular. Lo mismo revela la respectiva fecundidad en derivados, muy escasa y
reciente en cast. (ntese la fecha modernsima de rocoso), muy grande y antigua en
cataln: roquer, rocam, roquedal, roquisser, roquissar, roqueta, enrocar, etc. (DCECH,
s. v. roca).
En el caso del antiguo toste, de entre las cuatro posibilidades que vienen proponindose,
tres de ellas (cataln, occitano y francs) son las ms plausibles, segn el DCECH (s. v.
arma: CPT.), para actuar como antecedentes inmediatos puesto que, por un lado, es en
ellas vocablo ms frecuente y, por otro, la vocal tnica de la forma italiana aunque tenga
/%*/ presenta -o en posicin final, como debera haber ocurrido en espaol (fr. ant., oc.,
- 121 -
cat. to&st, it. to&sto < lat. TSTUS)
150
. Esta explicacin puede hacerse extensible para el
compuesto armatoste siempre y cuando se haya formado con posterioridad en el propio
castellano. De no haber ocurrido as, se tratara de un catalanismo puesto que en esta
lengua, a diferencia de lo que ocurra en castellano, antiguamente ya se utilizaba
armatost
151
.
La falta de diptongacin sigue probando la hiptesis de prstamo en trozo y clota para
los que solo se proponen dos transmisores, cataln u occitano. Acerca del primer
ejemplo (trozo) no puede determinarse cul de estas dos lenguas presenta ms
posibilidades, pero por razones cronolgicas, no se admiten otros posibles
intermediarios romances:
el oc. y cat. tros se documenta tres siglos y medio antes que la voz castellana [...]. El cat.
y oc. tros es el vocablo nico que tienen estos idiomas para expresar la idea de pedazo,
mientras que, [...] el cast. trozo solo aparece en los clsicos en el sentido de pedazo o
parte de alguna cosa materialmente cort ada o separada de otra [...]. La diferencia
fontica entre la forma trozo del cast. normal y el arag. troz es otro indicio del carcter
advenedizo, que ya sospecharon M-L. y otros en vista de la correspondencia anmala de
la o no diptongada castellana con la o& abierta del cataln y la lengua de Oc (DCECH, s.
v. trozo)
152
.
La misma argumentacin fontica es la que se emplea en el DCECH (s. v. clota) para
demostrar la condicin de prstamo de clota (a la abierta del cataln y de oc. clot
correspondera ue en aragons), pero en esta ocasin la hiptesis etimolgica que se
postula para esta voz aragonesa hace exclusiva referencia al cataln como antecedente
puesto que J. Corominas y J. A. Pascual matizan que apenas puede considerarse voz
aragonesa no hallndose ms que en una zona limtrofe con el territorio de habla
catalana.
Se discrepa en el DCECH (s. v. antosta) entre cataln y gascn como posibles
transmisores de la forma aragonesa antosta. A pesar de que los autores no parezcan
150
Vid. ms adelante, en este mismo epgrafe de vocalismo, C. Tratamiento de vocales finales tonas, en
concreto, C1. Adicin de -e, como complemento del comentario esta voz.
151
Cfr. DCECH (s. v. arma: CPT.).
152
Coln (1976: 44) realiza un breve comentario sobre la historia de trozo refirindose a l como
catalanismo.
- 122 -
mostrarse convencidos de que se trate de un catalanismo indiscutible, utilizan el
argumento fontico referido a la falta de diptongacin para defender esta idea, aunque
admiten que no les es posible escoger entre las dos opciones: la palabra aragonesa
probablemente es de origen cataln-gascn [...], pues a la o abierta de estos idiomas, y a
la del latn, correspondera probablemente ue si fuese voz castiza. No se informa de
si esta palabra se utiliza o no en otras lenguas romnicas.
El DCECH justifica que seis voces ms (costa, porche, sor, batahola, batayola,
escayola y paol) son prstamos, basndose en sus indicios fonticos, no referidos ni
explcita ni implcitamente a las respectivas ausencias del diptongo [u)]
153
.
Sobre costa (s. v. cuesta) solo se comenta que presenta huellas fonticas de su
importacin forastera, en la cual colaboraron probablemente el mozrabe andaluz, el
cataln, el gallegoportugus y el leons occidental y sobre porche (s. v. puerta: DERIV.)
que posee un tratamiento fontico regular en cataln a diferencia de lo que ocurre en
castellano
154
.
La explicacin de la procedencia catalana de sor se basa en la imposibilidad de que en
castellano descendiera directamente del latn y menos de la forma del nominativo de
esta lengua:
por razones fonticas es evidente que SROR no pudo dar sor en castellano; adems sera
un caso inaudito que en esta palabra se hubiese conservado en castellano el nominativo
[...]. En cataln la conservacin de un nominativo (paralelo al oc. sor, fr. soeur, it. ant.
suoro) es menos excepcional que en cast. [...] la preferencia por el nominativo-vocativo
es natural en nombres de parentesco (DCECH, s. v. sor)
155
.
Desde el punto de vista semntico, en la actualidad esta voz no se utiliza en castellano
con el significado latino puesto que hermana, con este sentido, se impuso rpidamente,
tanto en este idioma como en portugus, segn J. Corominas y J. A. Pascual. Lo mismo
153
Para un comentario particular de estas tres ltimas (batahola, batayola, escayola y paol), vid.
2.1.2.2. Sufijacin: 18. -ol, -ola.
154
Moll (1991: 189) afirma que en cataln TY com a grup romnic sembla que es troba nicament en
PORTICU porxe o porxo, pero a pesar de este posible autoctonismo en esta lengua, a Coln (1968a:
1914) no le convence la hiptesis de que porche sea prstamo del cataln, como propone el DCECH.
y no descarta la posibilidad de que pudiera tratarse de un galicismo (fr. porche). Cfr. tambin Coln
(1967b: 212).
155
Cfr. Corominas (1989: 186).
- 123 -
ocurri en cataln con germana; sin embargo, la informacin textual que estos
etimlogos proporcionan de esta lengua demuestra, por un lado, que la sustitucin fue
ms lenta y, por otro, que en la Edad Media destaca el empleo frecuente de sor con los
dos valores, mientras que, en castellano, el sentido actual, no se atestigua hasta
Covarrubias. Por consiguiente, J. Corominas y J. A. Pascual utilizan a su vez el criterio
cronolgico para demostrar que se trata de un catalanismo. De esta forma, quedan
resueltos tambin los inconvenientes fonticos.
Por ltimo, podran incluirse en este apartado tres prstamos ms (dosel, acollar y
folla) que, aunque en espaol no posean /o/ tnica, sino tona, sus formas estn
indirectamente relacionas con la falta de diptongacin. Los tres ejemplos son derivados
de bases lxicas catalanas con /%
*
/, ajenas al castellano (coll, ds
156
y foll,
respectivamente). En los tres casos, ante la ausencia de radicales espaoles e,
implcitamente, de falta de diptongacin, en el DCECH se postula que debieron resultar
de una primera formacin en cataln que ms tarde sera importada por el castellano
157
.
Acollar es un parasinttico de base sustantiva cuyo origen ltimo es el latn CLLUM.
Segn la evolucin fontica patrimonial, el castellano tendra que haber diptongado la
tnica en u (CLLUM > cuello), a diferencia del cataln (CLLUM > coll). Es aceptable,
por tanto, la interpretacin de que el derivado se formara en la lengua vecina, partiendo
del sustantivo coll, ajeno al castellano
158
.
Sobre el caso concreto de folla, J. Corominas y J. A. Pascual manejan el argumento
fontico, en especial la falta de diptongacin, para concretar un poco ms su proceso de
transmisin. En castellano se utilizaba, junto con folla, que ha de proceder del
cataln, la forma fola
159
:
que ambas han de ser de origen forastero, resulta claro por la rareza y carcter advenedizo
del adjetivo de donde deriva nuestro abstracto: fol loco, desatentado, baladrn,
156
En cataln ds espalda fu de uso comn en la Edad Media, y [...] todava subsiste en usos
especiales (DCECH, s. v. dorso: DERIV.).
157
Para ms informacin sobre dosel, vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 14. -ero (/ -ario), -era (/ -aria), -er / -el,
-era.
158
Cfr. la formacin del galicismo acolar: del fr. accoler unir, juntar, derivado del fr. ant. col cuello
(DCECH, s. v. acolar).
159
Esta es la nica que registra el DRAE (s. v. fola) como antigua con el significado de locura.
- 124 -
presuntuoso (...); y el tratamiento fontico del vocablo, sobre todo con su falta de
diptongacin (comp. el duplicado FUELLE), es prueba flagrante de su procedencia
galorromance (DCECH, s. v. fola).
Prstamos del corpus sin justificacin fontica (falta de diptongacin):
LENGUA TRANSMISORA tnica > //
Cataln
armatoste, bajoca, baticor, batiporte, cocio, estropo,
manobre, molde, pavorde, picaporte, porta, resn, roda,
salicor
Cataln e italiano dona
Cataln o portugus corda (poner o estar a la ~)
A estos prstamos que acaban de detallarse, caracterizados tambin por falta de
diptongacin, deben agregarse todos aquellos que estn formados a partir de los sufijos
-ol, -ola (< -LU, -LA) y -ote, -ota (< -TTU, -TTA)
160
.
El DCECH no ofrece ningn tipo de argumentacin etimolgica para la mayor parte de
elementos lxicos ordenados en el cuadro anterior. La transmisin solo se justifica en
cinco casos mediante diferentes criterios, pero nunca el fontico. Se utiliza el semntico
para salicor (campo semntico del comercio) y para portaln (campo semntico de la
marina); el cronolgico, para las propuestas de catalanismo de batiporte y portulano; y
el geogrfico para bajoca
161
. A este tipo de justificacin de esta ltima voz, podra
agregarse, partiendo de Moll (1991: 420), el detalle fontico de que -CCU, timo del
sufijo en vertiente masculina con que se ha formado este prstamo, en castell antic
apareix amb la forma diftongada -ueco. Con esta precisin, por tanto, podemos atribuir
de forma ms evidente a bajoca el detalle de la falta de diptongacin.
160
Vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 18. -ol, -ola y 21. -ote, -ota con objeto de obtener una completa explicacin
de la procedencia de estos sufijos y de los argumentos justificativos que el DCECH ha empleado para
los posibles catalanismos que con ellos se han formado.
161
Para mayor informacin sobre cada una de estas justificaciones, vid. los respectivos apartados.
- 125 -
Conclusin. El resultado evolutivo de tnica debera ser [u)] para el castellano en
lugar de //, salvo excepciones (influencia de yod, de consonante nasal implosiva, etc.).
De entre el resto de lenguas romnicas, la solucin catalana, occitana, gascona, francesa
e italiana es /%
*
/, aunque estas dos ltimas lenguas tambin pueden diptongar en slaba
libre.
En esta ocasin, el DCECH utiliza la falta de diptongacin para justificar 17 prstamos
del total de 134 argumentados de forma bastante explcita mediante el criterio fontico
(no siempre como nico criterio), lo que supone un 12,7 %. Esta cantidad puede verse
incrementada por otras 16 voces advenedizas, que a su vez poseen tnica en su timo
ltimo y sobre las que no se comentado la ausencia del diptongo, al igual que ha
ocurrido con los vocablos formados con los sufijos -ol u -ola (36) y -ote u -ota (8); en
definitiva, 64 prstamos ms.
Las diferentes argumentaciones fonticas del DCECH que, aplicadas a la totalidad de
ejemplos recogidos con o sin justificacin ascenderan a un nmero muy significativo
(86), evidencian que la falta de diptongacin de la tnica es admisible para incluir la
voz en cuestin dentro del grupo de prstamos; sin embargo, como ha podido
comprobarse en el comentario de cada una de las hiptesis etimolgicas, tambin
permite proponer otras lenguas transmisoras adems de la catalana (occitano, francs,
italiano,...). Si se recurre a otros criterios (lingsticos o extralingsticos), en general es
posible, adems de corroborar la hiptesis de prstamo, conceder preferencia a la opcin
de la lengua intermediaria ms aceptable (aunque no siempre la catalana como
exclusiva).
B. RESULTADOS DE LA PRONUNCIACIN NEUTRA DE <A>/ <E>TONAS DEL CATALN
Origen y transmisin. y latinas suelen mantenerse como a en el sistema tono
castellano independientemente de la posicin que ocupen en cada voz
162
. El resto de
162
Pronunciacin estndar = [a].
- 126 -
vocales y diptongos inacentuados, en cambio, pueden presentar diferentes resultados
segn su disposicin en el vocablo. , , , y evolucionan a e en slaba inicial. Si son
protnicos o postnicos, generalmente desaparecen. En caso de que por diferentes
razones no ocurra esto, se convierten tambin en e. Idntico resultado experimentan
estos mismos fonemas, adems de , cuando se encuentran a final de palabra
163
.
El cataln comparte la misma herencia para a y e con la excepcin de que en esta
lengua, salvo casos concretos, la -e en posicin final ha desaparecido. Para conseguir los
objetivos de este apartado, conviene precisar la pronunciacin de estos fonemas tonos
en dicho idioma. Puede comprobarse en el siguiente cuadro
164
:
Posicin tona Grafa
Cataln oriental y
de las islas Baleares
Cataln occidental y
de Valencia
a [0] [a]
inicial
e [0] [e]
interior (pretnica) a [0] [a]
interior (postnica)
165
e [0] [e]
final
166
a [0] [a] y [+]
Ha podido observarse que independientemente de la vocal tona transcrita (<a> o <e>)
o de la posicin que esta ocupe en la palabra, el cataln oriental y de las islas Baleares
emplean por norma general una nica pronunciacin: [0]. Por el contrario, este fonema
neutro no se utiliza en cataln occidental y de Valencia, sino que en estas zonas se
163
Pronunciacin estndar = [e] en cualquiera de las posiciones indicadas.
Para una explicacin ms detallada sobre la evolucin del sistema voclico del latn al castellano, vid.,
entre otras muchas referencias, Menndez Pidal (1940: 16-29) y Garca de Diego (1970: 67-78).
164
Cfr. Badia i Margarit (1981a: 54-55, 59, 60-64) y Moll (1991: 67, 76-77, 80, 87 y 90).
165
La A sha mantingut, amb el timbre modificat en e
1
(catal occidental i valenci) o en 0 (oriental i
baleric) [...]. Les altres vocals per regla general desapareixen (Moll 1991: 80).
166
El timbre de la -a en catal modern oscilla [...] segons els dialectes. En general est representada pel
timbre de la 0 en el catal oriental i en el baleric, per e& en la regi mitjana del catal occidental
(Urgell, Lleida), i per a clara en les zones nord i sud daquest dialecte, en el valenci i en lalguers
[...]. Les finals que no sn A shan perdut en les veus procedents de paroxtons i proparoxtons llatins
(Moll 1991: 87 y 90).
- 127 -
alterna entre otras tres posibilidades ([a], [e] e incluso [+]), segn el lugar en que estas
vocales se encuentren dentro del elemento lxico referido
167
. Esta generalizacin se ha
atribuido hasta el momento a descendientes genuinos del latn, pero la pronunciacin
sera idntica si se tratara de prstamos.
El DCECH justifica la transmisin catalana de determinados vocablos basndose en
cmo se articulan para el castellano los sonidos tonos de las grafas <a> o <e> en la
lengua vecina. A partir de la lectura atenta de cada una de estas explicaciones, ha
podido comprobarse que el conjunto de voces forneas referidas pueden organizarse en
tres grupos dependiendo de si para el castellano la pronunciacin neutra suena como
a, como e o indiferentemente como cualquiera de las dos.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA pronunciacin neutra = [a]
Cataln
acarralar, avilantez, borraja, cada I, frasqueta, rozagante,
saloma, zozobra
Cataln o alto aragons arel
LENGUA TRANSMISORA pronunciacin neutra = [e]
Cataln amerar, avera, ceprn, desbrevarse, escandelar, pletina
LENGUA TRANSMISORA pronunciacin neutra = [a] o [e] indiferentemente
Cataln aorar, delantal, gazafatn o gazapatn, redel
167
Para una explicacin acerca de la inexistencia del fonema neutro en tierras valencianas, vid. Casanova
(2000: 1665-1666).
- 128 -
De entrada, con la informacin contenida en estos tres cuadros, puede constatarse que la
lengua transmisora propuesta siempre es la catalana, salvo en una ocasin en la que un
habla dialectal aragonesa intermediaria entre cataln y castellano podra tambin
haber actuado como va de penetracin.
Conviene a continuacin valorar si las razones que sostienen las hiptesis de todos los
elementos referidos son suficientemente aceptables como procesos fonticos de
adaptacin para el castellano o si, por el contrario, carecen de solidez argumental por
estar formuladas sin fundamento o a inters del etimlogo.
Se han localizado 9 prstamos en el corpus cuyo timo inmediato cataln posee una
vocal, grficamente una e, que, segn el DCECH, suena como a para los hablantes
castellanos por lo que, generalizando esta explicacin, dicha pronunciacin ha
propiciado un cambio formal: en castellano se escribe con a y su valor fnico es [a].
Examinemos paso a paso cada uno de los ejemplos.
En tres voces (arel, frasqueta y saloma), esta vocal se encuentra en slaba inicial. La
grafa catalana es una e (erer, fresqueta y una forma con e, no proporcionada por el
DCECH, para saloma) por lo que se pronuncia como neutra [0] en cataln oriental y en
las islas Baleares y como e cerrada [e] en cataln occidental y en Valencia. Para que
desde el punto de vista de los castellanohablantes suene como a, debe de partirse,
segn el DCECH, de la primera de estas opciones [0] que fue la escogida para la
variedad estndar del cataln.
As, sobre arel se afirma, sin ms comentario, que fue tomado del cat. erer d. (o
procedente de la parte del Alto Aragn donde el sufijo -ARIUM da -er, pero el cambio de
e pretnica en a y el de -er en -el es tpico de los catalanismos) (DCECH, s. v. era II:
DERIV.)
168
.
168
El subrayado es nuestro. Vid. tambin 2.1.2.2. Sufijacin: 14. -ero (/ -ario), -era (/ -aria), -er/-el,
-era.
- 129 -
Frasqueta es un prstamo de transmisin compleja (< cat. fresqueta < fr. frisquette <
neerl. frisch). Dentro de las lenguas romnicas que la utilizan, parece ser que se
documenta por primera vez en francs y desde esta lengua se transmitira a las dems,
pero para el castellano se considera ineludible su paso por tierras catalanas por razones
fonticas, que se subrayarn en la siguiente cita, y de campo semntico:
En francs el vocablo est documentado desde 1584: FEW III, 810b; es probable, por lo
tanto que desde all se propagara a los otros tres romances, y que en lengua de Oc y
cataln sufriera al hacerlo una adaptacin a la voz autctona fresquet (diminutivo de fresc
fresco), que corresponda aproximadamente al sentido del fr. med. frisquet; la forma
castellana, en su a, presenta huellas del paso por el cataln oriental (donde e suena como
a antes del acento), de conformidad con el hecho de que la imprenta entr en Espaa por
la zona de lengua catalana (DCECH, s. v. frasqueta).
El DCECH postula que saloma es un catalanismo apoyndose solo en la argumentacin
fontica, concretamente en la conocida pronunciacin de la e como a para la vocal
neutra. Se tiene en cuenta tambin el consonantismo y se observa que la s- puede
deberse asimismo a la pronunciacin catalana, aunque en realidad las nicas formas
bien documentadas (prescindiendo del seseo americano) son - o z- (DCECH, s. v.
chusma). En esta misma obra lexicogrfica se rechazan las hiptesis de lusismo (Meyer-
Lbke) e italianismo. La idea inicial de Coln (1994a: 201-218), coincidente en esta
ocasin con la que haban propuesto J. Corominas y J. A. Pascual, era la de considerar
este tecnicismo nutico (saloma) como un prstamo del cataln; sin embargo, el
estudio detenido de esta voz plantea nuevas dudas a dicho estudioso. Est de acuerdo
con los mencionados etimlogos en desestimar, por razones fonticas y tambin
cronolgicas, el intermediario portugus (propuesto, adems de Meyer-Lbke, por
Schuchardt y Wartburg). Por lo que se refiere a la transmisin catalana, no desaprueba
totalmente esta posibilidad, aunque asegura que posee argumentos capaces de discutir la
justificacin fontica de J. Corominas y J. A. Pascual. En cuanto a la propuesta de
italianismo #tambin rechazada en el DECLC (s. v. saluet)#, no considera que pueda
desecharse de forma contundente aunque no se posean datos determinantes para
aceptarla. Realiza una comparacin entre las documentaciones catalanas y las italianas
con lo que puede advertir que las segundas son anteriores y mucho ms abundantes
#factor esencial para postular la intervencin de esta lengua#. Sin embargo, es
consciente de que si se parte de las formas italianas cialma o scialma, es difcil
- 130 -
explicar la evolucin de la consonante inicial, que, de hecho, es el argumento que han
utilizado J. Corominas y J. A. Pascual para negar que se trate de un italianismo. En
definitiva, demuestra que no puede garantizar con toda seguridad qu lengua fue la que
actu como transmisora de este helenismo.
En otras tres palabras (acarralar, avilantez y rozagante), la vocal catalana e que suena
como a y ha pasado a representarse as grficamente en castellano (
<
a
>
) se encuentra
en posicin interior pretnica.
Sobre la primera de estas voces (acarralar) se afirma en el DCECH que dicho verbo no
puede formarse en castellano a partir de carrera, en todo caso tendra que provenir de su
equivalente de la lengua vecina: la pronunciacin catalana acarrerar suena como
acarrarar y la r se cambiara en l por disimilacin al pasar al castellano (s. v.
acarralar).
En avilantez, para defender la hiptesis de catalanismo, J. Corominas y J. A. Pascual
complementan la referida explicacin fontica con el considerable grado de
familiarizacin que posean con la lengua catalana los primeros autores que en sus obras
se sirvieron de esta voz:
que avinanteza, -enteza, viene del cataln, se ve por el cambio de e en a, con arreglo a la
pronunciacin oriental de este idioma, y tambin por la procedencia de los ms antiguos
ejs. castellanos
169
.
La forma castellana inicial es con -n-, pero ms adelante se produce una disimilacin.
Segn J. Corominas y J. A. Pascual, por razones morfolgicas, vil no puede
interpretarse como timo de avilantez, con lo que rechazan la hiptesis del DRAE (s. v.
avilantez).
Rozagante fue tomado del cat. rossegant, participio activo de rossegar arrastrar
(pron. igual que rossagar). J. Corominas y J. A. Pascual admiten que el infinitivo es
comn al cat. y a la lengua de Oc desde la Edad Media, pero precisamente es el
argumento fontico que aqu se est tratando el que les permite precisar cul de estas
169
Para ms informacin, vid. 2.2.1.2. Criterio documental.
- 131 -
dos lenguas es la ms probable de haber ejercido la transferencia: la a denuncia la
procedencia catalana (DCECH, s. v. rocn: DERIV.). Inicialmente G. Coln aprob esta
lengua como antecedente inmediato de rozagante. Ejemplificaba esta voz como una de
tantas que, contrariamente a lo que en general se ha pensado, se transmiti al castellano
en su poca urea y la inclua dentro del grupo de designaciones exquisitas o
poticas
170
. Posteriormente, estudios ms profundos al respecto le inducen a calificar
rozagante de improcedente catalanismo
171
, pero el trabajo constante sobre esta
palabra le conduce a retomar la aceptacin de su procedencia catalana
172
, no justificada
mediante la argumentacin fontica que se propone en el DCECH puesto que
el estudio filolgico nos plantea algunos problemas que no pueden resolverse con la
aplicacin rgida de las leyes fonticas de la gramtica histrica. Para el Sr. J.
Coromines no hay dificultad alguna. De rossegant se pasa a rozagante y la justificacin, a
su juicio, est en la neutralizacin del vocalismo tono del cataln oriental, que confunde
las vocales inacentuadas e y a en una realizacin [0]. He tenido cuidado en poner todos
los ejemplos del Tirant lo Blanc y controlar su grafa en el incunable, para mostrar que
siempre rocegant o roegant est escrito con e. Como la obra fue redactada en Valencia,
resulta un poco extrao, por no decir imposible, que hubiese pasado a a, como aparece
constantemente en el castellano roagante desde principios del siglo XV. Tambin es
sorprendente que una voz catalana, documentada en un solo autor en 1490, sea el punto
de irradiacin de una palabra castellana documentada muchos decenios antes y bien
acreditada en su literatura (Coln 1997c: 383).
Dicho estudioso opina que cabe buscar el origen de esta palabra en el cataln rossegar,
verbo fundamental del idioma que se documenta desde los orgenes (Coln 1997c:
388), mientras que en espaol existi el verbo rocegar procedente del cataln, pero se
emple de manera espordica y con sentido muy especfico (Coln 1997c: 395). Su
conclusin final es que el cambio voclico en castellano se ha visto influido por otro
verbo (rozar):
el esp. rozagante / roagante, documentado desde el siglo XV como adjetivo
independiente, est tomado del cataln rossegant / rocegant, participio del verbo rossegar
arrastrar [...]. No creemos que haya que pensar, como punto de partida, en el occitano
antiguo rossegar, sin valor expansivo y sin el sema de arrastrar relativo a las vestiduras,
en especial a las que llevan personajes de alto copete. El paso de rocegant a roagante
con la pretnica a ser debido a influjo de la familia del verbo rozar (Coln 1997c: 401).
170
Cfr. Coln (1967b: 235; 1968a: 1923; y 1976: 197).
171
Coln (1992: 604). Cfr. Coln (1993: 35-37).
172
Cfr. tambin Coln (2002c: 39).
- 132 -
En otros tres prstamos, la vocal e catalana con pronunciacin neutra, que suena como
a en castellano y as se representa grficamente (<a>), se encuentra en posicin final:
borraja, cada I y zozobra.
Sobre borraja, J. Corominas y J. A. Pascual afirman que es voz usual en varias lenguas
romnicas: cataln (borratja, borraja), portugus (borragem), occitano antiguo
(borrage), francs (bourrache [S. XIII]) e italiano (borrana o borrgine). Agregan que
el castellano la tom del cataln puesto que en esta lengua la evolucin de -AGINEM en
-a(t)ge es normal (planta(t)ge, pronunciado como -a(t)ja) (DCECH, s. v. borraja). De
esta informacin se infiere que la -a final de la forma espaola (y en esta ocasin
tambin de la catalana) es representativa de la pronunciacin neutra de este sonido por
parte de la lengua vecina, fcilmente confundible con [a] por los castellanohablantes
segn dicha obra lexicogrfica.
Para cada I, el DCECH aporta argumentos fonticos con objeto de justificar la
transmisin catalana, fundamentados una vez ms en la interpretacin castellana de la
pronunciacin neutra de dicho sonido en la lengua vecina:
Fonticamente debi dar *cade, que en cataln oriental se pronuncia igual que cada; esta
forma se halla en el nombre de lugar Montcada (Mons Catanus, en las escrituras
medievales), pero modernamente se registra como cataln solo cdec (...) forma
secundaria comparable a tvec tbano o rvec (...) rbano (DCECH, s. v. cada, I).
La hiptesis etimolgica propuesta para zozobra (y para zozobrar) indica procedencia
catalana, lo que se justifica en el DCECH por medio de tres argumentos: el campo
semntico, la cronologa y la fontica, referida esta ltima a la pronunciacin de la -e
final catalana y a la de los dos primeros elementos consonnticos sibilantes. Se
concluye, pues, que tanto el sustantivo como el verbo son resultado de una importacin
del cat. fer sotsobre y su derivado sotsobrar volcarse la embarcacin, hacer caer a
tierra uno al adversario y sujetarlo debajo de su cuerpo; aqul es compuesto de sots
debajo (SUBTUS) y sobre encima, la ts catalana se transcribi por su homfona y
despus hubo dilacin s- > -- [...]. Se trata, naturalmente, de uno de tantos prstamos
nuticos del cataln; [...]. El origen cataln es evidente en vista del cambio de -e en -a,
conforme a la pronunciacin catalana (recurdese que de SUPRA no hay descendencia en
la Pennsula Ibrica ni en galorromance), y en vista de la --, que se explica sin la menor
dificultad si recordamos el cat. sots SUBTUS, sumamente usual en todas las pocas
(DCECH, s. v. so: CPT.).
- 133 -
Coln (1967b: 216-217) discute el valor que J. Corominas en la primera edicin de su
diccionario haba concedido al criterio fontico para ratificar el origen de zozobra en la
lengua vecina (cambio de -e en -a favorecido por la confusin en la pronunciacin de
estas vocales tonas en cataln oriental): si la primera documentacin castellana de esta
palabra (soobra) es de 1283 y aparece consignada con -a, en esta poca parece ser que
an no se daba la confusin lo que no permite explicar por qu ya se haba producido
el cambio -e > -a. J. Corominas se defiende en el DCECH (s. v. so: CPT.) de este
reproche sosteniendo que, a pesar de que en el siglo XIII no est extendido el fenmeno
de confusin voclica en la lengua vecina, algunos ejemplos textuales permiten argir
que es probable que se trate de un hecho de substrato antiqusimo, lo cual no quiere
decir que generalizara en seguida
173
.
En relacin con el verbo zozobrar, podra hacerse referencia a bojar puesto que el
fenmeno fontico que se est tratando podra tambin haber propiciado, segn el
DCECH (s. v. bojar), que se convirtiera en otro de la primera conjugacin (-ar). En
cataln, posee los mismos usos que bojar castellano y adems otros ms generales. J.
Corominas y J. A. Pascual se sirven de este argumento referido a la mayor amplitud
semntica para justificar su condicin de catalanismo. A su vez, sustentan esta hiptesis
con el criterio fontico. Parten de la documentacin catalana de Muntaner (ed.
Bofarull), en la que aparece voge
174
, forma de presente en -e (pronunciada igual que
a), con la que, en su opinin, se explica el paso a la conjugacin castellana en -ar
(DCECH, s. v. bojar).
El segundo cuadro presentado acerca del proceso fontico de adaptacin de la
pronunciacin neutra catalana contiene 6 prstamos en los que mayoritariamente se
explica que el fonema [0], a diferencia de lo que se ha observado en los ejemplos
comentados hasta el momento, se interpreta como [e] por los hablantes castellanos.
173
Vid. tambin 2.1.2.1. Prefijacin: 9. sota-. Para una discusin acerca del trueque de sibilantes que se
ha producido en zozobra y zozobrar, vid. 2.1.1.2. Consonantismo. B1. Sibilantes.
174
Este testimonio del presente de indicativo convive, en el material documental que manejan los autores,
con la forma vogi, representativa del mismo tiempo verbal (DCECH, s. v. bojar).
- 134 -
En dos ocasiones, este sonido se encuentra en slaba inicial. Se est haciendo referencia
a pletina y a ceprn.
La primera de estas voces es, segn el DCECH (s. v. pletina), de origen incierto,
resultado de un proceso de transmisin compleja (< cat. platina < fr. platine). Este
ltimo timo romance
documentado desde h. 1200, designa una pieza plana de varios instrumentos: tiene
empleo en cerrajera, artillera, imprenta, cuchillera, relojera y marina; es derivado
evidente del adj. plat
J. Corominas y J. A. Pascual admiten que en principio la voz cast. podra derivar de
nuestra palabra afn plata lmina de metal, pero a ello se opone la e por lo que cabe
buscar una explicacin. En la lengua vecina peninsular mencionada, la <a> de la slaba
inicial se pronuncia como [0] en la zona oriental y balear, mientras que se mantendra
como [a] en la occidental y valenciana. El cambio de a en e se relaciona con la primera
de estas realizaciones que fue la adoptada por la variedad catalana estndar, aunque se
admite que
ms fcil es explicar esta alteracin, por un cruce cualquiera, si el vocablo se tom del fr.;
pero lo ms probable es que se deba la e a la pronunciacin del cataln, que actuara de
intermediario: platina se emplea, efectivamente, en cat., y segn Fabra como trmino de
varios de estos oficios (DCECH, s. v. pletina).
El aragons ceprn se tom en calidad de prstamo del cat. alaprem d., compuesto de
los imperativos de alar levantar y prmer apretar. En esta ocasin la fonosintaxis
favorece la forma aragonesa sealada puesto que para el resultado final de esta voz
nutica debe partirse de la pronunciacin del cataln oriental e
(
lse
(
pr
(
m dando por
sentado que se tom al- (pronunciado el) por el artculo (DCECH, s. v. ceprn). En
este punto ya es preciso mostrar desacuerdo con esta afirmacin puesto que, como se ha
explicado en la introduccin del presente apartado, en el cataln oriental siempre se
emite el sonido [0] tanto para a como para e tonas, independientemente de la posicin
que ocupen dentro de la palabra. En este caso es posible que los autores se refirieran una
vez ms a la versatilidad de la interpretacin de este fonema, lo que, segn su enfoque,
permitira relacionar con e las dos primeras vocales del cat. alaprem para obtener la
forma ceprn. A ello cabe agregar que la diferencia cronolgica de las primeras
- 135 -
documentaciones de ambas variedades lingsticas es solo de medio siglo (1776 en
cataln frente a 1836 en aragons). Ambos factores resultan, por lo tanto, poco
convincentes para defender la hiptesis etimolgica de catalanismo, pero J. Corominas,
al ser consciente al menos de este ltimo percance, expone su opinin al respecto:
el nostre coneixement tan imperfecte del llenguatge nutic i tcnic del cat. ant. explica
que sigui tan tardana la documentaci en la nostra llengua; i no obstant hem de creure que
s des del catal (potser ajudant-hi loc.) que el mot es propag a les altres llenges
romniques, on en tenim doc. anterior #que aix serveix per suplir la nostra#, car en
aquestes llenges o no existeix el verb prmer o la forma del mot presenta detalls fontics
anmals, que poden explicar-se per la transmissi des del catal (DECLC, s. v. alt: CPT.).
Los cuatro ejemplos restantes presentan <e> en posicin pretnica como resultado de la
adaptacin del sonido neutro cataln: amerar, avera, desbrevarse y escandelar.
J. Corominas y J. A. Pascual utilizan el criterio del uso y los argumentos cronolgico,
fontico y semntico para defender que el primero de estos prstamos (amerar) y su
variante merar son catalanismos:
esta palabra pertenece principalmente al cataln [amerar (o amarar)], donde tiene gran
antigedad [S. XIII], mayor amplitud semntica y se extiende a todo el territorio de este
idioma. Hoy en el lenguaje literario central, que no distingue a de e ante el acento, se
escribe amarar (presente amara), pero los dialectos occidentales y valencianos
pronuncian con e, sta es la grafa medieval, y el presente amera es tambin de Mallorca;
luego no puede dudarse de que sta es la forma originaria (DCECH, s. v. amerar).
Segn detallan los manuales de gramtica histrica catalana, como ya se ha comentado,
la <a> tona de esta lengua en posicin pretnica se pronuncia como neutra ([0]) en la
zona oriental y balear, y como [a] en el occidente y en el Pas Valenciano. Para que en
este segundo territorio se emita el sonido [e], la grafa <e>, nunca <a>, debera hallarse
en slaba postnica
175
. No es este el caso y podra tratarse de un razonamiento errneo
por parte del DCECH. De todos modos, existe una explicacin para la slaba pretnica.
La justificacin fontica castellana propuesta por dicho diccionario exige que el timo
inmediato sea amerar (< lat. *EMERARE) y no amarar, ambas variedades admitidas por
la lengua catalana. Resulta, a su vez, imprescindible explicar la conservacin de esta
<e> en posicin pretnica puesto que en condiciones normales tendra que haberse
sincopado. Su mantenimiento, sin embargo, se explica por pertenecer al conjunto de
175
Cfr. Badia i Margarit (1981a: 59, 60-62) y Moll (1991: 76-78 y 80).
- 136 -
excepciones en que la desaparicin de vocales interiores se omite puesto que, en caso
contrario, surgira un grupo consonntico difcil de pronunciar
176
. Al conservarse dicha
vocal, permite la emisin del sonido [e] en cataln occidental y de Valencia. Desde el
punto de vista fontico, es imprescindible, por tanto, precisar que la pronunciacin del
timo inmediato se corresponde con la de dicha variedad lingstica catalana no
coincidente con la estndar.
En el caso de avera, arabismo supuestamente transmitido por el cataln, el DCECH
demuestra que la voz catalana, al igual que la italiana, es muy frecuente en toda la
Edad Media, a diferencia de lo que ocurre en castellano. Desde el punto de vista
documental, parece que los testimonios genoveses son mucho ms tempranos, aspecto
que no convence a los autores:
en documentos genoveses ya se halla desde la primera mitad del S. XII y tambin es
frecuente, pero esta diferencia cronolgica en los docs. es dudoso que corresponda a la
realidad, pues apenas se ha publicado documentacin mercantil catalana anterior al S.
XIII, aunque ciertamente la hubo (DCECH, s. v. avera).
Fundamentndose en este supuesto, J. Corominas y J. A. Pascual presentan un primer
argumento, en este caso extralingstico, para defender la hiptesis etimolgica de
catalanismo:
la rapidez con que se extendi por todo el Mediterrneo el Consulado de Mar, ya desde
fines de este siglo, demuestra el prestigio conquistado desde antiguo por la legislacin
mercantil catalana. El trfico comercial de los catalanes con Tnez y otros puertos
africanos era muy activo desde antes.
Admiten, sin embargo, que la transmisin de este vocablo a las dems lenguas
romnicas poda partir del cataln o del italiano. En su opinin, distinguir la parte de
cada uno en esta propagacin no es muy importante y es difcil. Por lo que se refiere al
castellano, estn convencidos de que el criterio fontico ratifica el intermediario cataln
en la difusin de este arabismo:
aunque puede dudarse en lo relativo a la lengua de Oc y al francs, el cambio de -a- en
-e-, huella evidente de la pronunciacin catalana, no deja lugar a dudas en cuanto al
castellano.
176
Cabe matizar un poco esta explicacin sobre el mantenimiento de la -e-. Al formar parte de un verbo,
no siempre debe producirse sncopa puesto que, como explica Pensado Ruiz (1984: 239) sucede a
menudo que una misma vocal no es tona a lo largo de todo el paradigma, en estos casos no puede
haber sncopa.
- 137 -
En esta ocasin, la vocal a que se convierte en e se encuentra en posicin pretnica. En
el cataln oriental y de las islas Baleares se pronuncia como neutra [0] y en la zona
occidental y de Valencia como [a]. Por tanto, en este caso el DCECH parte del supuesto
de que en castellano el sonido [0] se interpreta como [e], contrariamente a lo que se
haba asegurado en otros prstamos ya comentados de que sonaba como [a]. No resulta
comprensible, por tanto, esta justificacin fontica.
Desbrevarse procede probablemente del cat. esbravar-se desvanecerse (el vino y otras
bebidas), de origen incierto (DCECH, s. v. desbrevarse). Este verbo ha convivido en
castellano con las variantes con a, desbravar o desbravarse, las nicas contempladas en
la actualidad por el DRAE, derivadas por este diccionario directamente del latn
evaporr e. El DCECH, como ha podido comprobarse, postula un antecedente
inmediato cataln para desbrevarse justificado, sin ms detalle, con la afirmacin de que
la variante con e indica procedencia catalana. En este punto es preciso remitir al
problema que acaba de comentarse para el prstamo anterior: en cataln la a pretnica,
correspondiente a la e castellana en desbrevarse, se pronuncia, segn las zonas, como
neutra o como [a]; por tanto, para que la e se relacione con dicha lengua transmisora,
debe partirse de la base de que los castellanohablantes identifican el sonido [0] con [e]
y no con [a], segn se ha indicado en otras ocasiones.
La hiptesis etimolgica propuesta por el DCECH para el verbo escandelar indica que
fue tomado del it. ant. y dial. scandolaro d. (por conducto del cat. ant. escandelar) (s.
v. escandelar)
177
. J. Corominas y J. A. Pascual precisan que no tienen noticia de la
variante escandalar [...] antes de Acad. 1843. Para proponer la hiptesis etimolgica,
parten, por tanto, de la forma con -e- y utilizan el argumento fontico para justificar el
intermediario cataln:
el paso a travs del cataln, donde el vocablo sufri el influjo material del cat. ant.
escndel escndalo, es responsable del vocalismo castellano.
177
Para Terlingen (1943: 255), esta voz es italianismo directo e indiscutible.
- 138 -
Dicha opinin ya la precis Corominas (1948: 115), en su resea sobre J. H. Terlingen,
Los italianismos en espaol desde la formacin del idioma hasta principios del siglo
XVII, cuando indic un poco ms detalladamente que
the change of the first o of scandolaro to an e under the influence of the Catalan doublet
escndel, escndol scandal, reveal a Catalan intermediary.
El mencionado etimlogo debi de valorar, en esta ocasin, la pronunciacin de una de
las variantes de la base lxica de dicho verbo, cuya slaba final posea el elemento
voclico referido (e). En esta posicin, para el cataln oriental y de las islas Baleares
seguira tratndose de un sonido neutro [0], mientras que en la zona occidental y en
Valencia habra alternancia entre [a] y [+]. De todas formas, J. Corominas no puntualiza
dnde se utiliza la variante escndel. La forma generalizada es, en lugar de esta,
escndol.
El tercer y ltimo cuadro de ejemplos incluido en este apartado contiene 4 prstamos en
cuyos artculos lexicogrficos del DCECH se admite explcitamente que la
pronunciacin neutra catalana es idntica para las vocales a y e; es decir, es posible
deducir de modo implcito que el castellano puede haber optado, en esta ocasin, por
cualquiera de las dos. Podr observarse que los resultados presentan <a> en dos casos
(aorar y gazafatn o gazapatn) y <e> en dos ms (delantal y redel). Tres de estas
palabras poseen las vocales referidas en posicin inicial (aorar, delantal y redel); y
una en posicin interior y pretnica (variantes: gazafatn o gazapatn).
J. Corominas y J. A. Pascual utilizan los argumentos cronolgico y fontico para
justificar que el verbo aorar se import del cataln enyorar; el primero, de forma
implcita (documentado en castellano a finales del XIX, mientras que en cataln aparece
ya en Llull), pero el segundo, de modo explcito:
sabido es que las e y a tonas tienen pronunciacin idntica en el cataln central, lo cual
explica la grafa anyorar del S. XIX y la forma de la voz castellana (DCECH, s. v.
aorar).
Ya se tiene constancia del cambio grfico, en este caso, en el propio cataln puesto que
se hallaban por escrito variantes con a-. Esta explicacin podra hacerse extensible para
el derivado aoranza, que, segn el DCECH (s. v. aorar), el castellano adopt al
- 139 -
mismo tiempo o quiz antes. Coln (1967b: 235-236) se sirve de aorar y aoranza
para demostrar que las palabras que en un momento determinado se tomaron en
prstamo, en este caso del cataln, en la actualidad pueden haberse asimilado y los
hablantes no las interpretan como genuinamente catalanas
178
. J. Corominas no est
demasiado de acuerdo con esta percepcin. A su modo de ver,
el mot [enyorar] fou internacionalment percebut com una genial troballa catalana, i
algunes llenges venes el manllevaren, per servant-li sempre una aura marcadament
catalanesca: cast., gall., aorar, aoranza (DECLC, s. v. enyorar).
Independientemente de los matices interpretativos, ambos lingistas comparten la idea
de que aorar y aoranza fueron transmitidos por el cataln. La causa de [a] ~ [e],
aparte de la explicacin fontica por la que se opta en el DCECH, puede estar originada
en la misma alternancia que tiene la lengua escrita catalana, aunque en general han
predominado las formas con e-. Segn el DECLC (s. v. enyorar), el verbo enyorar y el
sustantivo enyorament ya se hallan en Llull. Adems de aportar otras documentaciones,
se indica de modo general que
la grafia medieval s quasi sempre amb e-, fins en textos orientals, si b en aquests
apareix, ms tardanament, amb a- (com en un doc. mall. de princ. S. XV, BABL VI, 149).
Enyorar es mant encara com a grafia normal en els Ss. XVII-XVIII
pero no se descarta los ejemplos con a-. No debe excluirse la idea de que cuando se
adopt el prstamo castellano, an no estuviera completamente fijada la forma catalana.
Por lo que se refiere a delantal, tomado del cat. davantal d., derivado de davant
delante DE ABANTE (DCECH, s. v. delante: DERIV.), hay convivencia de muchas
formas a lo largo de la historia documental de esta palabra: avantal, delantar, devantal,
abental, delantal, etc. J. Corominas y J. A. Pascual se sirven del argumento fontico
para justificar el timo inmediato de esta voz con la puntualizacin de que la inicial
vacilacin en el vocalismo revela procedencia catalana, pero agregan, esta vez, que
dicho vocablo fue ms tarde adaptado a la forma del cast. delante. La aparicin de la e
no solo es resultado, por tanto, de la percepcin del sonido neutro cataln. De todas
formas cabra valorar si en el caso de los antiguos aragonesismos devn y devandicho,
ambos tambin tomados del cataln davant aunque sin ningn tipo de argumentacin
178
Ms adelante, Coln (1976: 196-197) corrobora que estas voces son catalanismos indiscutibles. Para
el verbo aorar, cfr. tambin Coln (2002c: 39).
- 140 -
por parte del DCECH
179
, es vlido tener en cuenta con exclusividad la pronunciacin
neutra catalana para validar la e de la slaba inicial.
Finalmente, en el artculo lexicogrfico de redel, trmino que procede probablemente
del cat. vg. rader, mettesis del cat. darrer ltimo, se afirma lo siguiente para
justificar la e inicial en lugar de la a:
sabido es que la a y la e fuera del acento tienen sonido idntico en el cataln central y en
los dialectos orientales, sonido intermedio entre la a y la e castellana (DCECH, s. v.
redel).
A partir de esta argumentacin fontica no puede entenderse por qu se escogi e y no
a. Seguramente el cataln deba de presentar alternancia a/e en la grafa
180
. Adems del
criterio fontico, se utiliza la morfologa derivativa y la informacin comparativa con
otros romances para aportar nuevas pruebas en favor de la transmisin catalana
181
.
Gazafatn o gazapatn son dos variantes de una misma palabra que poseen la vocal a
en dos slabas interiores pretnicas, equivalente a la pronunciacin como vocal neutra
de su antecedente cataln. En el DCECH (s. v. gazafatn o gazapatn) se informa de las
caractersticas que posee este vocablo, adoptado del cat. gasafet o cacefat: se trata
siempre de una incorreccin potica, o de una palabra fea o malsonante en literatura. J.
Corominas y J. A. Pascual utilizan el criterio fontico para justificar las distintas etapas
de la transmisin (occitano > cataln):
la reduccin fontica de mf a f es fenmeno corriente en lengua de Oc, y la pronunciacin
de la e tona como a (y viceversa) es normal en lengua catalana: de ah la forma espaola.
La variante castellana gazapatn se explica por etimologa popular: se cambi
gazafatn en gazapatn y luego gazapo o gazapa.
Conclusin. El DCECH ha considerado que 19 elementos lxicos del espaol tomados
en prstamo poseen indicios voclicos que reflejan los resultados de percepcin, por
parte de los castellanohablantes, de un nico sonido neutro correspondiente a la
179
Cfr. DCECH (s. v. avanzar: DERIV., nota 1).
180
En el DECLC (s. v. rere) no se recogen posibles alternancias voclicas de la forma rader.
181
Para un comentario ms completo de esta voz, vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 14. -ero (/ -ario), -era
(/ -aria), -er/-el, -era.
- 141 -
pronunciacin de las vocales a y e tonas del cataln. Segn dicho diccionario, este
hecho, complementado a veces con otros argumentos, permite identificar esta lengua
como transmisora ms probable. De todas formas, ha podido comprobarse que el
proceso fontico de adaptacin de cada uno de los vocablos a la lengua receptora no ha
sido siempre el mismo: en ocasiones el sonido en cuestin se ha interpretado como [a] y
en otras como [e], a pesar de que la variedad catalana generalmente referida fuera
idntica en cada caso ([0]). La explicacin de estas dos soluciones no ha sido siempre
convincente, sino que en general se ha restringido a comentarios sobre cmo se percibe
en castellano el sonido [0] que, contrastados, pueden interpretarse como
contradictorios: suena como a, pronunciado igual que a; o sonido intermedio; o,
desde un punto de vista grfico, lo ms probable es que se deba la e a la pronunciacin
del cataln, cambio de -a- en -e-, huella evidente de la pronunciacin catalana, etc.
Todas estas objeciones inclinan la balanza en beneficio de la poca solidez que poseen
estas argumentaciones como pruebas fonticas infalibles para el reconocimiento de una
lengua determinada, la catalana, como nica transmisora posible. Otros elementos,
lingsticos o extralingsticos, debern avalar estas conclusiones.
C. TRATAMIENTO DE VOCALES FINALES TONAS
Origen y transmisin. La evolucin patrimonial del vocalismo, como ya viene
observndose, no es compartida del mismo modo por todas las lenguas romnicas. En
posicin final tona, si se confronta castellano y cataln, el aspecto ms significativo es
la reduccin de los fonemas voclicos latinos a /e/, /o/ y /a/ en la primera lengua
182
y la
prdida de todos ellos, a excepcin de /a/, en la segunda, siempre y cuando, en este
ltimo caso, los timos latinos sean paroxtonos o proparoxtonos
183
. Como en toda
regla general, tambin existen excepciones: en castellano, la -e final siempre se pierde
tras d, n, l, r, s y la antigua dentoalveolar africada, hoy /2/, si en ningn momento
182
Cfr., entre otros, Menndez Pidal (1940: 27-29) y Garca de Diego (1970: 72-78).
183
Cfr., entre otros, Moll (1991: 87-92) y Badia i Margarit (1981a: 64).
- 142 -
evolutivo estos fonemas pasan a formar parte de un grupo consonntico
184
; mientras que
en cataln,
els casos de conservaci de vocal final sn els segents: a) Es mant la final com a e en
els paroxtons llatins desprs de muda i lquida i en els proparoxtons que en romnic
shan fet paroxtons per la caiguda de la vocal posttnica: ACRU agre, FEBRE febre,
FRATRE frare, LIBRU llibre, MASCLU mascle; COMTE comte, DECMU deume [...]. b)
Desprs de RR: [...] TURRE torre [...]. c) Es mant la U final precedida immediatament de
la vocal tnica: DEU Du, MEU meu
185
.
Esto genera diferencias importantes. En cataln el proceso de apcope de vocales
finales es ms intenso y por tanto mayor el nmero de consonantes que pueden aparecer
a final de palabra. Desde el punto de vista diacrnico, segn expone Cataln (1989: 77-
104), en El espaol: orgenes de su diversidad, el castellano va sufriendo diferentes
cambios de estructura silbica, relacionados con influencias que va recibiendo, y que
estn implicados directamente con el mantenimiento y prdida de vocales finales:
Tras un largo forcejeo entre las formas con y sin apoyo voclico, lleg finalmente a
triunfar (hacia fines del s. XI) una nueva estructura silbica, caracterizada por la variedad
y frecuencia de las slabas cerradas /(C
1
)VC
2
/. En vista de ello, el espaol (en sus
variedades castellanas, algo menos en las leonesas y algo ms en las aragonesas) ofrece,
durante sus primeros siglos literarios, una gran riqueza de consonantes implosivas y
abundantes grupos implosivos (pp. 78-79).
Con ello, Cataln (1989: 80) defiende que el espaol, a lo largo de su historia, no se ha
caracterizado por poseer la misma estructura silbica que la que le es propia en la
actualidad. La que ha definido en la cita anterior es la que prevalece desde finales del s.
XI hasta el s. XIII y, menos claramente ya, hasta bien avanzado el s. XIV. Es en este
siglo o quiz un poco antes cuando ya se advierte un cambio que, independientemente
de posibles intentos de retroceso, se ir imponiendo hasta el espaol moderno:
Slo a finales del s. XIII y a lo largo del s. XIV el espaol empieza a reducir el papel
informativo del margen implosivo de la slaba [...]. En esta fundamental reorganizacin
silbica del s. XIV no participaron los dialectos alto-aragoneses [...].
En el s. XVIII las minoras cultivadas aceptaron el principio de que la correccin
lingstica deba prevalecer sobre la costumbre [...]. Pese a este movimiento contra
corriente, iniciado en el s. XVIII, la tendencia a debilitar las consonantes finales de slaba
contina haciendo progresos en el espaol moderno (pp. 81-83).
184
Cfr. Menndez Pidal (1940: 28).
185
Moll (1991: 90-91).
- 143 -
Sobre la evolucin de las vocales finales tonas del resto de lenguas romnicas ms
cercanas a la espaola, los resultados del italiano son los que ms se aproximan a los
castellanos puesto que esta lengua tambin conserva -e, -o y -a en posicin final adems
de -i. El occitano, en cambio, comparte la solucin catalana: solo mantiene la -a y el
resto desaparece. En francs, la sustraccin de vocales en posicin final es absoluta; sin
embargo, no siempre se produce. Cuando esto ocurre, sea cual sea la vocal afectada, se
reemplaza por -e
186
. Alonso (1972: 92) etiqueta el fenmeno romance de la evolucin de
vocales finales con el nombre de gradacin que va de conservacin a mxima prdida,
lo que le permite ordenar las lenguas romnicas referidas del siguiente modo: a)
italiano, b) castellano-portugus, c) cataln-occitano y d) francs. Dentro del mbito
dialectal, conviene hacer referencia al aragons, variante lingstica que, segn D.
Alonso, presenta estados intermedios entre el cataln y el castellano.
El DCECH utiliza en ocasiones el comportamiento de las vocales en posicin final para
reafirmar la hiptesis de catalanismo. En estos casos, es posible establecer tres grupos
en funcin de los cambios que la lengua receptora ha experimentado en su proceso de
adaptacin, que son diferentes a los que por regla evolutiva debera haber seguido:
adicin de -e y ausencia de -o (cuando el cataln posee terminacin consonntica)
187
y
aparicin de -e en lugar de -o (cuando el cataln presenta -e en esta posicin).
C1. ADICIN DE -E
Ya advirti Garca de Diego (1970: 74) que por diferentes razones pueden encontrarse
en castellano, fuera de regla, palabras con -e de apoyo
188
o, retomando otras
denominaciones, con -e paraggica (o con adicin de -e, segn se designar en esta
186
Para ms detalles acerca de la evolucin voclica en posicin final de todas las lenguas romnicas, cfr.
Diez (1874: 165) y Lausberg (1963: 272-291) y, en concreto, sobre la apcope en castellano,
Lapesa (1951) y (1975).
187
En un grupo significativo de ejemplos del primer grupo y en la totalidad del segundo, como se
comentar, al espaol le correspondera -o final por evolucin patrimonial.
188
Sin relacin con la e latina [...] de apoyo es la e de algunos arabismos: azote, azogue, adobe, alarde,
zumaque, julepe, arrecife, alfayate, alfoce ant., as como la de algunos prstamos modernos, paquete,
paquebote (Garca de Diego 1970: 74).
- 144 -
tesis) como, por ejemplo, puede ocurrir en elementos lxicos tomados en prstamo de
otras lenguas que no presentan esta vocal en posicin final.
Obsrvese qu ocurre en los elementos del corpus que han agregado una -e en posicin
final tona cuando el cataln presenta una terminacin consonntica y qu postura han
adoptado los autores del DCECH en las argumentaciones que aportan para defender la
transmisin propuesta
189
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA adicin de -e
Cataln
cope, dolobre, esquife, guante, muelle II, noque,
(trasto y) traste
Cataln u occitano albergue, dalle
Cataln o italiano bogavante
Cataln o mozrabe tinte
Cataln o francs estuque
Cataln, occitano o francs toste
Los timos inmediatos de estos prstamos que acaban de detallarse presentan
consonante en posicin final en cataln, como ya se ha avanzado, y en otras lenguas
romnicas. La posible transmisin de un nmero importante de ellos est justificada de
modo ms o menos explcito mediante el simple argumento fontico referente a la
adicin de una -e final en su paso al castellano, generalmente desde el cataln. Resulta
importante tener en cuenta que, partiendo de los timos ltimos latinos que para cada
uno de los vocablos de esta procedencia propone el DCECH, seis de ellos, adems del
germanismo albergue, deberan estar formados con -o, en lugar de -e si hubiesen
evolucionado en castellano de forma patrimonial: dolobre, noque, traste, dalle, tinte y
189
Cfr. Prat Sabater (2001).
- 145 -
toste. De hecho, estas y otras voces recogidas en el cuadro anterior presentan o han
presentado a lo largo de la historia de la lengua espaola variantes terminadas en -o con
diferentes matices semnticos. Es posible, por tanto, hacer referencia a copo, estuco,
trasto o tinto.
En este punto conviene comentar cada uno de los prstamos sealados para comprobar
si la importancia que concede el DCECH a la aparicin de -e en posicin final de
palabra es suficiente para atribuirla a la influencia catalana. Conforme a la informacin
expresada en el apartado introductorio destinado al origen y transmisin de las vocales
finales, cabe no subestimar, sin embargo, dentro del conjunto de lenguas romnicas, las
posibles intervenciones occitana y francesa puesto que, de entrada, parecen poseer una
probabilidad similar de haber ocupado el puesto de antecedente inmediato para el
espaol.
El DCECH se sirve exclusivamente del argumento fontico para justificar siete
prstamos registrados con adicin de -e: bogavante, cope, dalle, dolobre, esquife,
estuque y tinte. La explicacin de la transmisin de todos ellos se fundamenta en la
incorporacin de una -e en posicin final por parte del castellano despus de haber
adquirido la palabra.
Dicho diccionario especifica que dalle, con su -e, ha de proceder del cataln o de la
lengua de Oc (DCECH, s. v. dalle). Cope y dolobre, en cambio, son catalanismos, sin
ms detalle, en vista de la -e
190
. Acerca de este segundo ejemplo, J. Corominas, como
ya haba afirmado en el DECLC, admite lo siguiente: en este idioma [cataln] no me es
conocido el vocablo. Para solucionar este inconveniente, recurre a la analoga: se limita
a establecer una comparacin del mismo con canelobre candelabro. Sigue el tipo de
comentario escueto para la justificacin de esquife, sobre el que se afirma que tambin
la -e es testimonio del paso a travs del cataln (DCECH, s. v. esquife). Este trmino,
tomado del italiano dialectal y, en ltima instancia, del longobardo, exige, por esta
razn, la intervencin de la lengua catalana para poder explicar la forma espaola.
Coln (1967b: 229) confirma que se trata de un prstamo de transmisin compleja
190
DCECH (s. v. copa: DERIV.) y (s. v. dolar: DERIV.), respectivamente.
- 146 -
llegado al espaol por va del cataln
191
y, al igual que J. Corominas y J. A. Pascual, lo
demuestra a partir del argumento fontico, consolidado, adems, por el cronolgico:
el esp. esquife (desde 1490), con su -e final, no puede ser prstamo directo del it. schifo y
es seguro que el cat. esquif ha servido de intermediario como lo prueba la cronologa: el
it. schifo est atestiguado desde el s. XV, pero el diminutivo schifetto aparece en el s. XIV
(...); el cat. esquif est documentado desde 1433, pero esquifat carga que cabe en un
esquife ya se encuentra en 1305 en dos documentos catalanes procedentes de Sicilia.
Las lenguas catalana e italiana son tambin las ms probables transmisoras de
bogavante al espaol, pero la terminacin que presenta dicha voz en esta segunda
lengua hace que J. Corominas y J. A. Pascual se inclinen por escoger la primera opcin
como preferente:
En italiano no aparece antes de 1565, en una traduccin del castellano, segn los datos de
Vidos, Parole Marin., pp. 608-10. Como adems en este idioma se esperara vogavanti,
con -i, me inclino a creer que el idioma originario es el cataln (DCECH, s. v. bogar:
CPT.).
En este diccionario se decide no desechar totalmente la hiptesis de italianismo puesto
que los autores no pueden ofrecer documentaciones que atestigen la existencia de
vogabant en cataln:
s curis que no tinguem documentat aquest mot en cat. (almenys no AlcM ni DAg., ni
Jal, ni DFa.; hi ha prov. mod. vogo-avans, TdF), tot i que b hi ha dhaver existit
(DECLC, s. v. vogar: CPT.).
El DCECH se refiere a la fontica de un modo mucho ms implcito en estuque y tinte.
La existencia de las respectivas variantes con -o, estuco y tinto, son las que emplea con
objeto de justificar el carcter advenedizo de las formas que presentan -e final
192
. Para el
primero de estos prstamos, las lenguas transmisoras que se proponen son la catalana y
la francesa, mientras que para el segundo se piensa en el cataln o en el mozrabe,
considerando, a favor de esta ltima variedad lingstica, una documentacin mozrabe
de 1214 aportada por Oelschlger (1940).
La combinacin de los criterios fontico y cronolgico es esencial para la justificacin
de otros cuatro prstamos con adicin -e: muelle II, noque y trasto y traste.
191
Cfr. tambin Coln (2002c: 39).
192
DCECH (s. v. estuco) y (s. v. teir: DERIV.), respectivamente.
- 147 -
La primera documentacin castellana de muelle II, por ejemplo, es, segn el DCECH (s.
v. muelle, II), de 1591 (Percivale), mientras que en cataln el vocablo es mucho ms
antiguo, puesto que moll figura ya en la Crnica de Muntaner, segundo cuarto del S.
XIV narrando hechos de 1284, segn se concreta en el DECLC (s. v. moll, V). Se trata
de un prstamo de transmisin compleja que inicia su historia en el latn, pasara por el
bajo griego de donde lo adaptara el cataln y finalmente se integrara en el vocabulario
castellano:
se explica histricamente la peregrinacin de una palabra propiamente latina a travs del
griego para llegar a las lenguas modernas. [...], la -e final castellana, y la fecha tarda en
este idioma, son indicios claros del paso por el cataln (DCECH, s. v. muelle, II).
De todas formas, la extensin geogrfica de esta palabra por todo el litoral peninsular no
parece apoyar demasiado la hiptesis exclusiva de catalanismo
193
.
J. Corominas y J. A. Pascual afirman que noque est documentado por primera vez en
castellano en 1535 (Fernndez de Oviedo) frente a la presencia textual catalana de noc
desde el siglo XV. Defienden el carcter advenedizo de esta palabra manifestando que
la procedencia catalana en castellano se advierte por la vocal final -e en lugar de -o.
Aseguran, adems, que la etimologa romance no puede ofrecer duda alguna y
detallan que se trata de un castellanismo o incluso de un catalanismo para el rabe,
rechazando las hiptesis contrarias que defienden Dozy y Egulaz (DCECH, s. v.
noque).
Trasto y traste son dos variantes que conviven en castellano, segn el DCECH (s. v.
trasto y traste), con diferentes matices semnticos y con la variedad formal de la ltima
vocal: -o, en el primer caso, frente a -e en el segundo. J. Corominas y J. A. Pascual
consideran que la forma traste hubo de tomarse del cat. trast, aunque es probable
que trasto tambin sea catalanismo, en vista de la fecha de aparicin en ambos
idiomas: mientras que en cataln trast ya es frecuentsimo en la Edad Media, desde
princ. S. XIV por lo menos (Muntaner), trasto no se consigna en textos castellanos
hasta inicios del siglo XVII (Oudin, Covarrubias). La -o final de esta ltima forma, sin
embargo, dificulta que muchos estudiosos acepten la consideracin de palabras de este
193
Cfr. 2.2.3.2. Los atlas lingsticos.
- 148 -
tipo como prstamos del cataln puesto que precisamente abogan por estimarlos
probables castellanismos para la lengua vecina si esta posee equivalentes muy parecidos
o idnticos. Corominas (1989: 43-46), en Lleures i converses dun filleg, discurre
acerca de este hecho y aconseja no caer en el error:
No confonguem lextrem, enterament desencaminat, dels qui han cregut que tot nom
[catal] en -o final sense accent s almenys suspecte de castellanisme. Pel que fa al fons
popular de lidioma, aquesta idea s falsa o fortament desorbitada (Corominas 1989: 44).
Justifica, entre otras, las voces trasto y misto que emplea el propio cataln cuya
aparicin es consecuencia de las formas de los respectivos plurales:
s veritat que la -o, legtima en el plural mistos, es propag des daquest al singular
misto, per s el mateix que pass, i per la mateixa ra, amb [...] trasto (Corominas
1989: 47).
Refirindose a esta ltima palabra, Coln (1967b: 235) est de acuerdo en que se trata
de un catalanismo para el castellano y lo ejemplifica como una de tantas palabras [...]
cuya primera aparicin en castellano se sita en pleno auge de su literatura. Es ms, al
cabo de una dcada, sigue manteniendo esta opinin y censura la crtica descabellada
que . Pariente ha dirigido contra la explicacin del esp. trasto y derivados a partir del
cat. trast (cf. RFE, LIII, 1970, pgs. 115-136) y concluye que en el mejor de los
casos, el impaciente crtico no domina la lingstica catalana
194
. A pesar de haberse
mostrado tan convencido en defender esta hiptesis de catalanismo, el profesor Coln
(2002c: 38), en su reciente trabajo sobre los Elementos constitutivos del lxico
espaol, no cree que trasto y traste sean prstamos del cataln, aunque lo contrario se
afirme con rotundidad. Enlaza esta opinin con la recriminacin de que el DCECH,
con loable ardor patritico, lleva la contribucin [catalana] a extremos sorprendentes,
posicin generalmente aceptada y como va demostrndose en esta tesis en un nmero
significativo de anlisis de las justificaciones que proporciona este diccionario para las
hiptesis de catalanismo. No obstante, G. Coln, al igual que todos, tiene que admitir
que
es verdad que las tierras de lengua catalana han estado constantemente en contacto
geogrfico, cultural y poltico con Castilla, y los prstamos han circulado en las dos
direcciones. Por ello se hallan catalanismos en todos los mbitos del espaol, aunque [e
insiste una vez ms] no cabe exagerar su nmero (Coln 2002c: 38).
194
Coln (1976: 194).
- 149 -
G. Coln remite a su vez en esta ocasin a su trabajo anterior (1967b) para dejar
constancia de esta visin que ofrece sobre el DCECH, pero probablemente le ha pasado
desapercibido el hecho de que este fue el primer estudio (segn conoce la autora de esta
tesis) en el que empez a defender la hiptesis de catalanismo de trasto y traste.
El argumento de adaptacin fontica (adicin de -e) y el documental (localizacin de
esta voz en textos influidos por la lengua catalana) son los que emplea el DCECH para
justificar la supuesta transmisin catalana de guante:
la -e castellana es indicio de procedencia forastera [...]. La procedencia catalana de la
forma normal guante se confirma por el hecho de que esta variante es ya muy frecuente
en inventarios aragoneses de los SS. XIV y XV [...], y la misma procedencia geogrfica
tiene el glos. del Escorial (DCECH, s. v. guante).
Como ya ha podido comprobarse en apartados anteriores, adems del criterio de uso, la
argumentacin fontica, que se muestra a favor de las lenguas catalana, occitana y
francesa como antecedentes inmediatos para el antiguo toste, se concreta en la falta de
diptongacin de la
*
y la aparicin de una -e en posicin final en lugar de la -o, que es
la que se esperara por evolucin fontica regular del castellano
195
. En el caso de
albergue, el DCECH concede mayor importancia a la falta de diptongacin en [i)] que
a la aparicin de esta -e a final de palabra en vez de -o puesto que en esta ocasin podra
llegar a explicarse como resultado de una derivacin postverbal
196
.
Prstamos del corpus sin justificacin fontica (adicin de -e):
LENGUA TRANSMISORA adicin de -e
Cataln
armatoste, avante, balance, ballestrinque, bastaje, baste,
batiporte, beque, bergante, boliche, boque, borde II,
botavante, buque, calaje, carraspique, cerriche, clarimente,
confite, convite, encante, enfranque, entremiche,
escalaborne, (espic o) espique, esqueje, fleje, jaloque,
lampante, matalafe, mirrauste o mirraste, oropimente,
195
Vid. supra, A. Falta de diptongacin de
y tnicas,
para un comentario ms completo de la
transmisin de este prstamo.
196
Para una explicacin ms detallada de esta voz, vid. supra, A. Falta de diptongacin de
y tnicas
.
- 150 -
Cataln
palenque, pasavante, perpunte, pinabete, preboste,
pujavante, quijote, rape, (relej o) releje, remiche, reporte,
retrete, rozagante, saje, semblante, terrateniente, tirabeque,
trenque, truque, vesque, viaje II.
Cataln u occitano baluarte, bosque, envite, esmalte
Cataln o francs bote II
Cataln o italiano filarete
Cataln o aragons rusiente
Cataln o hispanorabe lebeche
A este importante nmero de prstamos caracterizados por presentar adicin de -e, sin
que su procedencia se haya justificado en el DCECH a partir de este proceso de
adaptacin, cabe agregar todos aquellos posibles catalanismos formados con los sufijos
-alle (< cat. -all < lat. -ACLUM), -ame (< cat. -am < lat. -MEN), -ate (< cat. -at < lat. -
TU), -ete (< cat. -et < lat. -TTU) y -ote (< cat. -ot < lat. -TTU)
197
.
No se ha justificado la transmisin de todos los prstamos incluidos en el cuadro, pero
cuando se ha hecho, se han utilizado diferentes argumentos. Para una cantidad
representativa, se ha empleado el criterio fontico (no referido a su proceso de
adaptacin mediante adicin de -e): bastaje, bergante, calaje, confite, encante, quijote,
rozagante, viaje II; filarete; y rusiente.
Entre estos ejemplos, se ha utilizado el criterio fontico como nico argumento para
defender la hiptesis de catalanismo solo en un caso, el de rozagante
198
.
Se ha combinado fontica y cronologa en encante, bergante, bastaje y calaje.
197
Para ms informacin al respecto, vid., ms adelante, los apartados correspondientes del epgrafe
2.1.2.2. Sufijacin.
- 151 -
J. Corominas y J. A. Pascual postulan que el castellano encante, documentado por
primera vez a finales del siglo XV, procede del cataln, donde se halla por escrito desde
el siglo XIII. No hacen ninguna referencia a la adicin de la -e, sino que intentan
demostrar que en la lengua transmisora propuesta es palabra patrimonial. Para
justificarlo, se basan en las grafas de algunas voces relacionadas que encuentran en la
documentacin antigua y concluyen que
podra ser autctono, si es que las formas como cant, catre, cart (QUANTUM o QUANDO,
QUATTUOR, QUARTUM), tan frecuentes en los antiguos textos, eran realmente
pronunciadas as, y no se trata de grafas imperfectas en vez de los usuales quant, quatre,
quart; de lo contrario deber ser occitanismo (DCECH, s. v. encante).
El DCECH proporciona informacin documental de las lenguas romnicas en las que se
utiliza tempranamente bergante. Aparte de las peninsulares,
en lengua de Oc hay un solo ej. medieval, no fechable; en italiano, desde la primera mitad
del XIV. El fr. brigand, que ya aparece en 1350, ha de ser tomado del italiano, por
razones fonticas (DCECH, s. v. bergante).
Las lenguas italiana y catalana poseen, adems, un sustantivo y un verbo #este tambin
en occitano# de la misma familia por lo cual es probable que en los tres idiomas sea
voz indgena. La fontica de la palabra castellana ratifica la intervencin del cataln en
el proceso de transmisin, pero no por habrsele agregado una -e: la trasposicin de re
en er antes del acento es fenmeno frecuente en cataln. J. Corominas, en el DECLC,
justifica, de forma mucho ms amplia, la condicin de catalanismo de esta voz:
s del catal indubtablement que pass al cast. bergante, fidel reflex del sentit pejoratiu
del nostre mot, per tard, solament documentat a la fi del S. XVI i ben aviat antiquat en
la llengua vena; el carcter manllevat del mot castell es comprova, de ms a ms, per la
seva absncia en port., per la manca del substantiu abstracte bergada i per lexclusivitat
amb qu apareix el sentit sever i injuris, sense cap senyal que hi vagin existir els altres
(DECLC, s. v. bergant).
La argumentacin fontica que proporciona el DCECH para bastaje y calaje tampoco
incluye ninguna referencia a la adicin de una -e en el proceso de adaptacin al
198
Para un comentario exhaustivo de la supuesta procedencia catalana de esta voz y de las pruebas
fonticas que la avalan, vid. supra, B. Resultados de la pronunciacin neutra de <a>/<e> tonas del
cataln.
- 152 -
castellano despus de haber tomado supuestamente en prstamo estas palabras del
cataln y en ltimo trmino del griego.
El primero de estos vocablos, localizado textualmente a partir de finales del siglo XV,
no es demasiado recurrente en las documentaciones castellanas a diferencia de lo que
sucede en la lengua vecina donde ya es frecuente desde el siglo XIII. El DCECH (s. v.
bastaje), adems de proporcionar esta informacin cronolgica, utiliza, de forma
implcita, el argumento fontico para defender la transmisin catalana, puesto que la
intervencin de esta lengua es usual en palabras formadas con este sufijo (cfr.
mastredaje): siempre escrito con -j- o -g- en autores que distinguen este sonido del de
-x-: este vocablo forastero fu adaptado al sufijo frecuente -aje.
No se justifica de forma muy explcita la procedencia catalana de calaje; no obstante,
suponemos que J. Corominas y J. A. Pascual, para postular esta hiptesis, se basan en
los argumentos cronolgico (mediados del XIX en castellano y principios del XV en
cataln) y fontico (al igual que en el caso anterior, referido al consonantismo de la
terminacin -aix para derivar en -aje):
la 3 griega se trascribi por S latina, sea por un origen dialectal del vocablo (esta
consonante se pronunciaba igual que 4 en el dialecto drico), sea por la fecha tarda de
introduccin en latn, cuando ya la 3 se pronunciaba como una fricativa igual a la z
castellana; esta fecha tarda podra explicar el que el vocablo fuese tratado como los en -
ASSIU y no como los en -ASIU (BASIUM > bes; pero *BASSIUM > baix) (DCECH, s. v.
calaje).
Los criterios fontico y semntico se utilizan para justificar viaje II, que presenta
idntica terminacin que los dos ejemplos anteriores (-aix > -aje). En el DCECH (viaje,
II) se proporciona el argumento semntico para demostrar que en castellano se trata de
un prstamo. Se hace referencia a la restriccin de significado que posee en esta lengua
y a su uso limitado, contrastndolo con lo popular, general y vigoroso de su empleo en
cataln, lengua de Oc y francs, en los cuales es el nico vocablo usual para decir
sesgo, oblicuo. Sentadas estas bases, J. Corominas y J. A. Pascual concretan la
lengua transmisora: afirman, sin ms precisin, que la fontica permite justificar que se
trata de un catalanismo.
- 153 -
Los argumentos fontico y de uso apoyan las posibles transmisiones catalana o
aragonesa de rusiente. Sobre esta voz, rara en cast., conviene destacar que la forma
catalana roent es de uso general y vivacsima. Su transmisin, sin embargo, no se
relaciona en el DCECH, con la aparicin de la -e final, sino con la explicacin de que en
castellano y aragons se encuentre una -s- en posicin interior:
La forma con -s- en cataln se explica evidentemente por ultracorreccin de la tendencia
tan viva a cambiar rosada en roada, rosella en roella, resina en rena, rosinejar en
roinejar, llosella en lloella, etc., etc.; las dos variantes en todos estos casos coexisten
hasta el cat. moderno, y as, era casi inevitable que se produjeran ultracorrecciones.
Entonces la voz aragonesa tendra que ser un catalanismo (DCECH, s. v. rusiente).
La argumentacin fontica de confite, quijote y filarete tampoco hace ninguna
referencia a la adicin de la -e. En los tres casos se utilizan ms argumentos (semntico
y cronolgico) para defender sus respectivos timos inmediatos
199
.
Para defender la hiptesis de catalanismo de confite (< cat. confit < lat. CONFCTUM),
como acaba de avanzarse, se han combinado tres criterios: fontico (relativo a la
evolucin del grupo -CT-), semntico (campo semntico gastronmico, ligado con
informacin histrica) y cronolgico (s. XIII en cataln frente a segundo tercio del s.
XIV en castellano):
El tratamiento fontico del grupo CT > it no es posible en castellano, pero es normal en
cataln
200
, donde confit se documenta ya a fines del S. XIII (R. Lulio). [...] en espaol y
en cataln el significado y usos se corresponden perfectamente no solo en el sustantivo,
sino tambin en el verbo confitar [en cataln, desde 1489, J. Esteve]. [...] Las obras de
Eiximenis y las Ordenanzas Palatinas de Pedro el Ceremonioso nos informan
ampliamente del gran desarrollo de la confitera en la Casa Real aragonesa y en la vida
catalana del S. XIV
201
.
Los mismos argumentos que en el caso anterior (fontica, campo semntico y
cronologa) son los que se utilizan para justificar la procedencia de quijote. Con la
199
Vid. infra, dentro del epgrafe de consonantismo ( 2.1.1.2.), A. Labiodental fricativa sorda /f/, y, ms
adelante, 2.1.3.2. Contenido semntico, para un comentario de la justificacin de la procedencia
catalana o italiana de filarete.
200
LCTUS > llit, PCTUS > pit, etc. (DECLC, s. v. confit).
201
A diferencia del DCECH, Garca de Diego (1985) opina que esta voz procede del francs antiguo,
hiptesis rechazada por J. Corominas y J. A. Pascual: no es probable que venga del fr. confit, que
muy raramente se ha empleado como sustantivo y nunca con el sentido especfico de la palabra
espaola: normalmente es solo participio del verbo confire confitar (DCECH, s. v. confite).
- 154 -
afirmacin de que CXA no se conserv en castellano como nombre de muslo, a
diferencia de lo que ocurri en cataln (cuixot), occitano (cueissa), francs (cuisse) e
italiano (cossa), J. Corominas y Pascual (s. v. quijote) confirman la transmisin catalana
del siguiente modo:
como cuixot se registra en cat., desde 1280
202
, no solo como nombre del quijote, sino
tambin de la pernera de los pantalones, del jamn, y en otras acs. (vid. Alcover), es
forzoso admitir que el vocablo se tom del cat., junto con tantos trminos de armadura y
caballera.
La pronunciacin dialectal catalana les permite adems explicar el cambio de cuix- a
quix- a lo que agregan que indudablemente actu de factor determinante el deseo de
incorporar este vocablo, aislado en el nuevo idioma, a una familia de palabras cast., la
de QUIJADA y desquijarar.
Coln (1967b: 217) se manifiesta en desacuerdo sobre el convencimiento de que quijote
sea catalanismo. Recalca que sabemos muy poco de la cronologa y se muestra
escptico ante la explicacin de J. Corominas en el DCELC sobre el paso de cuix- a
quix-, cuestin rebatida por este autor en la segunda edicin de este diccionario
203
. Ms
adelante, Coln (1968a: 1921) concreta que para dicha voz deben valorarse dos
procedencias ms aparte de la catalana: la occitana y la francesa.
El resto de prstamos ordenados en el ltimo cuadro no se argumentan a partir del
criterio fontico (referido o no al proceso de adaptacin con adicin de -e). En la forma
de algunos de ellos se esperara -o en lugar de -e en castellano como resultado de la
evolucin patrimonial desde la lengua madre: armatoste, ballestrinque, borde II,
clarimente
204
, convite, entremiche, (espic o) espique, fleje, oropimente, perpunte,
preboste, rape, remiche, saje, tirabeque y vesque.
Adems de no haber explicado el porqu de la adicin de -e final de estos y del grupo de
ejemplos restante, el proceso de transmisin de la mayora de los prstamos indicados
202
En castellano en el segundo tercio del s. XIV. Cfr. DCECH (s. v. quijote).
203
Vid. DCECH (s. v. quijote).
204
Vid. apartado correspondiente a la falta de diptongacin de
%
para un comentario ms completo de
este prstamo.
- 155 -
no se examina en el DCECH desde ningn punto de vista, ni lingstico, ni
extralingstico. Sea como sea, se considera interesante destacar en esta investigacin
aquellas voces advenedizas de este grupo tratadas por otros autores para al menos
contraponer puntos de vista respecto a la transmisin se propone. Debe tenerse en
cuenta, sin embargo, que las hiptesis que estos defienden tampoco se argumentan a
partir del criterio fontico.
Coln (1967b: 219) est de acuerdo en que entremiche es un catalanismo a pesar de que
no pueda demostrarse a partir del criterio cronolgico que es el que mejor sustentara
esta hiptesis. Advierte tambin que esta voz pertenece al campo semntico de la
marina, sumamente relacionado con la lengua catalana:
del cat. entremig (t. de marina) no tenemos documentacin antigua [...], mientras que el
cast. entremiche lo encontramos en 1611 (Gili, Tesoro, s. v.); no obstante es preciso que
ste est tomado de aqul. La palabra entremiche es un tecnicismo, y en la terminologa
de artes y oficios es sumamente difcil fechar. Ms que en otros campos, aqu estamos
sometidos a la casualidad
205
.
En cuanto a retrete, Coln (1981a: 201), en Contrastes lxicos en cataln, espaol et
italiano
206
, apuesta tambin por una trasmisin catalana. Advierte que en el Tirant lo
Blanch las opciones catalana y castellana de retrete son equivalentes (cat. retret frente a
cast. retret o retrete) y difieren de las soluciones italianas (guardacamera o camerino).
El DCECH propone un antecedente cataln u occitano para esmalte, pero Coln (1967a:
164) se sirve del criterio cronolgico para postular que se trata ms bien de un
catalanismo. Asegura que la forma catalana esmalt est documentada desde el ltimo
cuarto del siglo XIII (avanza las documentaciones del s. XV propuestas por el DECLC),
mientras que los primeros ejemplos textuales del occitano estn fechados de principios
del siglo XIV y los del castellano de mediados de este mismo siglo
207
:
Tambin la cronologa de la documentacin (que siempre ha de considerarse como muy
aleatoria) puede hacernos modificar la opinin acerca de la procedencia de una voz. El
205
Entremiche tambin se ha incluido en esta tesis dentro de la explicacin de formacin de palabras.
Vid. 2.1.2.1. Prefijacin: 3. entre-.
206
Trabajo reimpreso bajo el ttulo de Contrasts lxics en catal, espanyol i itali a partir del Tirant lo
Blanch con addenda de 1984 en Coln (1987: 103-115).
207
Cfr. Coln (1967b: 219 y 232; 1968a: 1914 ; y 1976: 271, n. 39).
- 156 -
esp. esmalte (mediados del siglo XIV) ha de ser forasterismo, pues la base etimolgica es
el frnc. *smal t . Las formas occit. estn atestiguadas desde h. 1300 y dado que para el
cataln [...], los diccionarios histricos no traen documentacin de esmalt anterior a 1340
[...], era de suponer que el esp. esmalte fuese occitanismo [...]. Pero leyendo inventarios
catalanes y en latn medieval de Catalua encontramos constantemente esmalt y esmaltar,
por lo menos ya desde 1275 [...]. Las formas ultramontanas son muy variadas [...], y por
eso habr que rechazar el presunto origen occitano y convenir en que es ms plausible
que el esp. esmalte sea catalanismo.
Contrariamente, el mismo estudioso opta por la lengua occitana como transmisora de
palenque. Esta decisin se ve consolidada una vez ms por la cronologa y a su vez por
el campo semntico al que pertenece dicha palabra, relacionado, en esta ocasin, con la
vida feudal caballeresca:
Palenque [...], h. 1260. La voz palenc, derivada del lat. pal us se encuentra en cat. y en
occit., aunque en esta lengua posea una polisemia mucho mayor [...]. Dada tambin la
fecha temprana del prstamo esp. y su pertenencia a la esfera caballeresca, es ms
probable que venga del occit. (h. 1200). El cat. palenc vallada es asimismo muy antiguo
(siglo XIII); en la acepcin de estacada para justas no es anterior a 1429 (Coln 1967a:
182)
208
.
En un nmero menor de ocasiones ya se ha comentado que de los ejemplos incluidos
en el ltimo cuadro predominaban los que no estaban justificados por el DCECH, J.
Corominas y J. A. Pascual se sirven de diferentes argumentos no fonticos para
defender el antecedente inmediato que proponen para el espaol
209
. El ms recurrente es
el cronolgico (no siempre empleado por s solo): batiporte, baste, bosque, botavante,
lebeche, saje y truque (cronologa); jaloque (cronologa, documentacin y uso); balance
(cronologa, morfologa flexiva, semntica y uso)
210
. Tambin se han utilizado otros
tipos de argumentaciones: esqueje y rape (uso); convite (campo semntico y
documentacin); escalaborne (comparativo). Sobre esta ltima palabra, J. Corominas y
J. A. Pascual admiten que, aparte del cataln, no se conoce nada anlogo en otros
romances, de ah que propongan esta lengua como transmisora (DCECH, s. v.
escalaborne).
208
Cfr. Coln (1967b: 232; y 1968a: 1915 y 1922).
209
Con objeto de obtener mayor informacin sobre cada una de las justificaciones a las que se har
referencia en los siguientes ejemplos, vid. los respectivos apartados.
- 157 -
Conclusin. A lo largo de este apartado ha venido observndose que la aparicin de una
-e en posicin final de palabra que no es resultado propio de la evolucin patrimonial
castellana induce a pensar, siguiendo lo propuesto por el DCECH, que se est tratando
con un elemento lxico prestado. La adicin de esta -e puede haberse desencadenado
como consecuencia de dos factores: como sustitucin de una -o, que sera lo esperable
para el castellano y lo que se comprueba en otras variantes, o bien como fonema de
apoyo. En ambos casos, el trmino en cuestin puede derivar de una lengua romnica
que ofrece un antecedente inmediato sin fonema voclico a final de palabra o bien cuyas
voces hereditarias, a diferencia del castellano, carecen de -o en dicha posicin. Los
romances ms probables que, de acuerdo con estas reglas, pueden haber actuado como
transmisores son el cataln, el occitano y el francs.
Ha podido comprobarse que el nmero de prstamos justificados por la fontica, basada,
sin mucho detalle, en la adicin de esta -e a final de palabra en su proceso de adaptacin
al castellano es muy limitado: 12 (9 %) del total de 134 del corpus argumentados de
forma bastante explcita mediante el criterio fontico (no siempre como nico criterio).
El resto de voces contempladas en este apartado que se caracterizan por haber sufrido
adicin de -e, no siendo esta la causa por la que se ha defendido su procedencia
catalana, asciende a 62 adems de las que estn formadas con los prefijos -alle (2), -ame
(3), -ate (12), -ete (21) o bien -ote (4).
Estos datos numricos ya de por s evidencian que no puede concederse un valor
demasiado significativo a la adicin de -e como prueba fontica para defender un tipo
de transmisin. De hecho, en el DCECH se ha utilizado muy poco como argumento
explcito de lo que puede desprenderse que los autores le otorgan escaso valor
caracterizador de prstamos puesto que en caso contrario, considerando los recuentos, lo
habran empleado ms. A nuestro modo de ver, resulta difcil identificar este fenmeno
con una transmisin concreta puesto que est ms relacionado con el hecho de facilitar
la pronunciacin que con el de considerarlo elemento indicativo de una lengua concreta.
La localizacin de esta vocal en posicin final puede llegar a suponer un indicio de
importacin, pero, en caso de que as se admita, cabe tener en cuenta que no es
210
Vid. el comentario de balance en el captulo de introduccin histrica de esta tesis: 2. Contactos y
- 158 -
suficiente para precisar de cul de las tres posibles lenguas que se han propuesto o
incluso de otras. Si, por el contrario, ya se parte del presupuesto (sea o no discutible) de
que el timo inmediato tiene que ser cataln, es ms sencillo extraer las conclusiones
deseadas aunque, en tal caso, puede caerse en el error de soslayar otras posibles
intervenciones romances. Resulta, por tanto, imprescindible recurrir a otro tipo de
pruebas para poder perfilar de un modo mejor los ltimos estadios evolutivos de estas
voces que presentan adicin de -e.
C2. -E EN LUGAR DE -O
Otro grupo no tan importante de palabras castellanas de probable procedencia catalana
presentan a su vez una -e cuando por evolucin patrimonial su vocal final tendra que
haber sido -o, como ocurra en algunos ejemplos tratados en el apartado anterior. La
diferencia, sin embargo, estriba en esta ocasin en que el timo inmediato de la supuesta
lengua transmisora (catalana) no posee una consonante final, sino una -e, que sigue
mantenindose en la lengua receptora. Observemos y analicemos cules son los
prstamos de estas caractersticas.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA -een lugar de -o
Cataln bronce, sastre
Cataln u occitano peltre, tilde, viaje (I)
Cataln o francs lustre
Las posibles lenguas transmisoras de todos estos prstamos, a excepcin de las de viaje
(I), estn justificadas nicamente a partir del argumento fontico fundamentado en esta
-e final en lugar de -o.
convivencia entre espaol y cataln, en concreto, 2.1.
- 159 -
Dos de los ejemplos anotados en el cuadro anterior son de transmisin compleja (bronce
y lustre). El DCECH afirma que las respectivas formas italianas brnz
o y lustro pasaron
al espaol por conducto del cataln o del francs, en ambos casos, aunque en el resumen
de la hiptesis etimolgica de bronce solo se explicita la primera de estas lenguas
211
.
Sobre lustre, Coln (1967b: 230) reconoce que no resulta sencillo intuir qu camino ha
enfilado la voz italiana, aunque el camino a travs del cataln resulte el ms plausible.
Explica que la forma espaola no puede considerarse postverbal de lustrar puesto que
este verbo es cultismo. Se trata, por tanto, de una voz importada indirectamente del
italiano por razones voclicas (-e): coincide en que las lenguas francesa y catalana son
las ms admisibles al igual que advierte que sus respectivas primeras documentaciones
son cronolgicamente equiparables. Este material no concede, por tanto, mayor
probabilidad a ninguna de las dos.
No se confirma que peltre deba interpretarse tambin como voz de transmisin
compleja puesto que su trayectoria etimolgica no parece demasiado clara y su origen
ltimo, desconocido. No obstante, una vez ms la forma italiana con -o final parece
indicar que el cast. y port. peltre se tomaran del galorromnico o cataln a lo que se
agrega que as lo confirma la falta de diptongacin, frente al diptongo del fr. ant.
(DCECH, s. v. peltre)
212
.
Sobre las tres voces restantes, el DCECH opta una vez ms por demostrar que en
espaol no pueden considerarse resultados de evolucin patrimonial. Para viaje (I) y
tilde, propone una transmisin catalana u occitana, mientras que sastre se considera
nicamente posible catalanismo.
Segn se expone en el DCECH (s. v. va: DERIV.), no son evidentes los datos fonticos
acerca de viaje (I). Esta palabra procede del cat. (u oc.) viatge d., del lat. VIATCUM
211
Cfr., para cada voz, DCECH (s. v. bronce) o (s. v. lustre), respectivamente.
212
No se ha incluido esta palabra en el apartado de falta de diptongacin de tnica puesto en el DCECH
(s. v. peltre) se admite que no se puede aportar en esta ocasin ningn tipo de informacin acerca de
su timo ltimo y, por tanto, tampoco es posible en nuestro caso asegurar que su vocal tnica derive
de una , aunque s al menos afirmar que la pronunciacin catalana se realiza con /+*/.
- 160 -
provisiones para el viaje, dinero para el viaje, hiptesis que se completa con el
escueto comentario justificativo de que en cast. es advenedizo, segn prueba el
tratamiento fontico y confirma la fecha tarda. La primera documentacin catalana
que propone el DECLC para la forma viatge es de finales del siglo XIII, mientras que en
castellano, segn el DCECH, se registra textualmente por vez primera en Juan Ruiz,
hacia el segundo cuarto del siglo XIV. Sin embargo, J. Corominas y J. A. Pascual
puntualizan que no destaca el uso de dicha palabra en castellano a partir de ese
momento puesto que falta todava en Nebr. y en los glos. de h. 1400, y aunque ya es
corriente en el Quijote, su concurrente jornada, usual desde Berceo, es mucho ms
corriente hasta el S. XVI, y no menos que viaje en el XVII (s. v. va: DERIV.).
Las pruebas fonticas resultan un poco ms explcitas para los dos prstamos restantes.
En el caso de tilde, se propone que
la etimologa en definitiva est clara [...], pero no es menos evidente, a causa de la -e, que
tilde no puede venir directamente del latn; debi de tomarse, en calidad de trmino
gramatical, del cat. o del oc. ant. (DCECH, s. v. ttulo).
Menndez Pidal (1940: 3
3-5
) no considera que tilde y voces similares sean
prstamos, sino ms bien semicultismos. En su opinin, se trata de palabras entradas
tempranamente en el idioma, pero que no han seguido todas las reglas de evolucin
fontica y no pueden interpretarse, por haber sufrido algn cambio, ni patrimoniales ni
tampoco cultismos:
Por ejemplo: t t ul um debi ser importado por los doctos en fecha muy antigua, cuando
aun haban de regir las leyes de la sonorizacin de oclusivas sordas ( 40) y de la prdida
de la vocal postnica interna ( 26
1
), y se lleg a pronunciar en el siglo X tdulo, y luego
*tidlo, *tildo, tilde; pero que a pesar de estos cambios bastante profundos, la voz no es
popular, lo prueba la variante acentuada; si t t ul um no hubiera ingresado ya tarde en la
evolucin popular, si perteneciera al caudal primitivo de la lengua, su i breve acentuada
hubiera sonado e ( 11
1
), como hallamos en TETLU escrito en una inscripcin espaola;
pero este TETLU vulgar, usado un tiempo por los hispano-romanos, cay luego en olvido
(que a haberse conservado hubiera producido en romance *tejo, como viejo y almeja,
citados en el 57
3
) y los letrados tuvieron que importarlo por su cuenta, tomndolo de los
libros y no de la pronunciacin, por lo que la se mantuvo como i. En igual caso que tilde
estn varias otras voces semicultas; v. gr.: cabildo, molde, etc. ( 57
3
n) (Menndez Pidal
1940: 3
3
).
Clavera Nadal (1995: 110), en El concepto de semicultismo en el Manual de
gramtica histrica espaola de R. Menndez Pidal, tambin recoge esta cita del
ejemplo de tilde y analiza cmo se interpreta el trmino semicultismo en la obra de
- 161 -
dicho gramtico. Observa que en palabras como esta se combinan la cronologa
(introduccin muy temprana) y la fontica (comportamiento un tanto peculiar) para
la identificacin de voces semicultas, criterios bastante recurrentes, aunque el primero
de ellos no siempre constante:
Las palabras que son consideradas de forma explcita como pertenecientes a la categora
de semicultismos incumplen ciertas reglas evolutivas ( 3.1.1., 3.1.2., 3.1.3.) o se
comportan de un modo peculiar frente a otras ( 3.2.3.2.C). Su caracterizacin es, desde
su misma definicin, fundamentalmente evolutiva y, en ocasiones, tambin cronolgica:
incumplen ciertos cambios y en algunos casos aparecen caracterizados adems
explcitamente como trminos tardos (Clavera Nadal 1995: 114).
Con el anlisis de tilde, ha podido comprobarse que J. Corominas y R. Menndez Pidal,
ambos neogramticos, aplican de modo distinto los criterios relativos al incumplimiento
de las reglas fonticas. El punto de partida es el mismo: falta de evolucin, en estos
casos, parcial. La diferencia radica en que el primero interpreta que los elementos
lxicos que la experimentan son prstamos, mientras que para el segundo son
semicultismos. Otras palabras del corpus de catalanismos con grupo consonntico -ld- y
ms o menos equiparables, por tanto, a tilde son espalder (< cat. ant. espatler), molde (<
cat. ant. motle), roldana (< cat. ant. rotlada) y rolde (< cat. ant. y dial. rotle)
213
.
Obsrvese que la forma catalana siempre tiene el grupo -tl-, interpretado
manifiestamente como semicultismo para esta lengua en el caso de rolde (Cfr. DCECH,
s. v. rueda: DERIV.).
La justificacin fontica de la procedencia catalana de sastre es ms compleja puesto
que, por como se presenta en el DCECH, comprende tanto cuestiones voclicas como
consonnticas (en el caso anterior de tilde solo se tena en cuenta la -e):
apenas cabe dudar que sastre no es palabra castiza en castellano antiguo. La vieja
denominacin alfayate es la nica documentada en el S. XIII (con frecuencia) [...]. El
cambio de SARTOR en sastre ciertamente no corresponde a las tendencias castellanas,
pues QUATTUOR > cuatro nos muestra que el resultado solo habra podido ser *sastro o
quiz ms bien *saltro. En cataln no solo es normal la -e, sino que all se encuentran
otros casos de la disimilacin de r en s, como el popular asmari armario y *asbre de
arbre rbol (DCECH, s. v. sastre).
Con objeto de demostrar las pocas posibilidades de que sastre sea palabra patrimonial
se establece una comparacin con otra voz con timo de similar terminacin que ha
213
Cfr. tambin Menndez Pidal (1940: 3 y 57
3
) y Clavera Nadal (1995).
- 162 -
derivado en un resultado distinto (cuatro). Para defender la hiptesis de catalanismo, los
autores se basan en la -e final en lugar de -o y en un cambio espordico de disimilacin
(r > s) que, de hecho, en caso de producirse, es evidente que, por los ejemplos que se
proponen, no siempre ocurre en la variedad estndar de esta lengua, lo que permite
mostrar cierta reticencia para aceptarlo de forma indiscutible en palabra tan conocida
(sastre). Coln (1999: 49) utiliza este ejemplo, entre muchos otros, para demostrar que
un grupo importante de arabismos (entre ellos alfayate) fueron sustituidos por rivales
de otro origen, generalmente culto (entre los que incluye sastre).
Prstamos del corpus sin justificacin fontica (-een lugar de -o):
LENGUA TRANSMISORA -een lugar de -o
Cataln
argue, bagre, baladre, mege, menge, molde, palangre,
palustre, porche, rolde, salitre, sete
Cataln u occitano pelitre
A estos prstamos detallados en el cuadro, cabe agregar todos aquellos formados con el
sufijo -aje, procedentes en ltima instancia de -ATCU
214
.
La mayor parte de las palabras recogidas aqu no presentan ningn tipo de justificacin
fontica: por sus caractersticas, se ha hecho referencia a mege, menge, molde y porche
en el apartado correspondiente a la falta de diptongacin de y tnicas
215
; y entre las
voces restantes, solo tres de ellas se han justificado de algn modo (sete, rolde y
palangre).
214
Vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 3. -aje para los comentarios relativos a cada una de estas voces.
215
Vid. supra, dentro del 2.1.1.1. Vocalismo. En cuanto a molde, recurdese la consideracin de
semicultismo segn la opinin de R. Menndez Pidal, que acaba de comentarse. Cfr. tambin Clavera
Nadal (1995).
- 163 -
La pertenencia de sete al campo semntico de la monedera es prueba suficiente,
segn el DCECH (s. v. sete), para intuir la mediacin catalana. Se justifica palangre, en
cambio, mediante los argumentos cronolgico y de uso
216
.
Por lo que se refiere a rolde, dicha obra lexicogrfica (s. v. rueda: DERIV.), aparte de
postular que es vocablo tomado del cat. ant. y dial. rotle (hoy rotllo, -e) corro, rollo,
y ste por va semiculta del lat. tardo RTLUS ruedecita, se limita a comentar sin ms
precisin que su procedencia catalana se impone por razones semnticas, fonticas y
cronolgicas
217
.
Acerca de las voces incluidas en el ltimo cuadro presentado, cabe precisar, por ltimo,
que pelitre es occitanismo, segn el DCECH (s. v. piro-: DERIV.). No obstante, ms
adelante, en el DECLC, J. Corominas puntualiza que tambin podra contemplarse la
opcin catalana dato que se ha tenido en cuenta en el momento de incluir esta palabra
en el corpus. Proporciona, adems, la justificacin fontica referida a la vocal final (-e
en lugar de -o) aplicable a ambas lenguas, aunque sin la aportacin de datos adicionales
que permitan discriminar una de las dos: el cast. pelitre que ja es documenta tamb a fi
S. XIII, es denuncia per la -e com a manlleu del cat. o oc. (DECLC, s. v. piro-). De
todos modos, la documentacin del siglo XIII que se da por supuesta tanto para el
castellano como para las dos posibles lenguas antecesoras, aparece solo en textos del
occitano antiguo, segn se desprende de la exposicin del autor. Coln (1967a: 182-
183), por su parte, opina que pelitre es occitanismo y que desde esta lengua se
transmiti a las de la Pennsula Ibrica. Argumenta esta hiptesis precisamente por
razones cronolgicas: no conoce documentacin catalana anterior al siglo XIV.
Conclusin. El grupo de ejemplos analizados en esta seccin presenta -e, como en
cataln, en lugar de -o, que sera lo esperable por evolucin patrimonial. La diferencia
de estos casos con los tratados en el apartado anterior (adicin de -e) es que la forma
216
Para ms informacin acerca de ambas voces, vid. infra, respectivamente, 2.1.3.1. Campo semntico
y 2.2.2. Criterio de uso.
217
Vid. supra lo comentado acerca de la interpretacin de esta voz como semicultismo por R. Menndez
Pidal. Cfr. tambin Clavera Nadal (1995).
- 164 -
catalana no posee consonante en posicin final, sino, como se ha indicado, una -e, que
sigue mantenindose en castellano, supuesta lengua receptora segn el DCECH.
Los resultados obtenidos del anlisis de estas voces son muy poco importantes por el
reducido nmero de prstamos a los que pueden aplicarse. Se ha utilizado el argumento
fontico (-e en lugar de -o) en solo 6 ocasiones, lo que supone un 4,5 % del total de
prstamos del corpus (134) ms o menos justificados por la fontica (no siempre como
nico criterio). El resto de palabras incluidas en este apartado con idnticas
caractersticas formales en cuanto a terminacin asciende a 13, al que debe agregarse
todas las formadas con el sufijo -aje (15).
El DCECH se ha servido de esta argumentacin fontica (-e en lugar de -o) en muy
pocos casos en contraste con el nmero total al que podra haberse aplicado, lo que
demuestra la poca importancia que en este diccionario se concede a esta prueba. Segn
se desprende de sus justificaciones, cuando se han ofrecido, es que en cada caso se est
tratando con elementos lxicos que por dicha razn voclica no pueden ser
patrimoniales para el castellano. No obstante, el cambio voclico de la ltima slaba no
es determinante para aislar el cataln del resto de lenguas romnicas que pueden haber
intervenido en el mismo proceso de transmisin (en general, occitano y francs como
antecedentes inmediatos, pero nunca italiano porque, del mismo modo que el espaol,
tambin presenta -o en posicin final). Las respectivas hiptesis debern
complementarse, consiguientemente, con otros argumentos ms slidos.
C3. AUSENCIA DE -O
Todas las voces que se recogern a continuacin terminan, en lugar de -o, que sera el
resultado esperable por evolucin patrimonial, en consonante. Sus timos inmediatos
son preferentemente catalanes segn el DCECH aunque en ejemplos concretos se
admiten otras posibilidades (occitanas, francesas o, dentro del mbito peninsular,
- 165 -
aragonesas). En esta ocasin, a diferencia de lo que se ha observado en los apartados
anteriores, esta -o no se sustituye por -e, sino que no aparece y se mantiene la
terminacin consonntica de la lengua transmisora (ans, dtil, entrems, tastaz?),
adaptndola si se da el caso (pincel), o si esta presenta vocal en posicin final, se agrega
al pasar al castellano un elemento consonntico, probablemente por razones de
pronunciacin (cojn, capitn).
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA ausencia de -o
Cataln ans, cojn, dtil, entrems, reloj, tastaz
Cataln u occitano capitn, pincel
Cataln y aragons centn
La justificacin fontica basada en la ausencia de -o en posicin final se explicita por
parte del DCECH en cinco ocasiones: capitn, cojn, dtil, entrems y reloj.
En estos dos ltimos ejemplos (entrems y reloj), se utiliza solo el argumento fontico
para defender la hiptesis de catalanismo.
En entrems
218
, se concreta en que la falta de -o en castellano denuncia claramente el
vocablo como tomado del cataln (DCECH, s. v. entrems), aunque no se muestra
convencimiento de que el vocablo de esta ms probable lengua advenediza sea
patrimonial. Pero antes de presentar esta conclusin fontica, ha habido discusin a lo
218
Es importante tener en cuenta y detallar en esta ocasin las dos acepciones fundamentales que posee
esta voz, la primera, segn ordena el DRAE, gastronmica, y la segunda, referida al ocio,
concretamente al teatro: 1. m. Cada uno de los alimentos que se ponen en las mesas para picar de
ellos mientras se sirven los platos, y que modernamente se suelen tomar antes de la comida; p. ej.,
encurtidos, aceitunas, rodajas de embutido, jamn, etc. U. m. en pl. 2. Pieza dramtica jocosa y de un
solo acto. Sola representarse entre una y otra jornada de la comedia, y primitivamente alguna vez en
medio de una jornada (DRAE, s. v. entrems).
- 166 -
largo del artculo acerca de las posibles lenguas transmisoras. Tanto el DRAE como el
DEEH proponen un antecedente francs
219
. Segn se expone en el DCECH (s. v.
entrems), es evidente que las documentaciones francesas son anteriores a las catalanas,
tanto por lo que se refiere a la acepcin alimenticia (h. 1300), como a la teatral (quiz
del s. XIII), e incluso se cita el significado ms remoto del francs (s. XII) cuyo
sentido es aplicacin figurada que puede basarse en cualquiera de las dos.
Precisamente J. Corominas y J. A. Pascual se sirven de esta informacin para desmentir
la opinin generalizada sobre la formacin de esta palabra en esta lengua y proponer su
hiptesis:
no es, pues, exacto que el sentido hors-doevre sea ms antiguo que el otro, y por lo
tanto no hay fundamento suficiente para considerar que es compuesto francs de entre y
el fr. ant. ms (hoy mets) plato o servicio en una comida; es ms probable que sea el
antiguo participio de entremettre (puesto que mis es forma analgica y secundaria) o la
continuacin del participio del verbo latino correspondiente, INTERMISSUS (DCECH, s. v.
entrems).
Partiendo de otras fuentes, Coln (1967b: 233-234) corrobora que esta palabra, en la
acepcin de entretenimiento teatral, es un catalanismo, tomado del francs antiguo
entrems. Sin embargo, puntualiza que no hemos de excluir que en el esp. entrems
hayan convergido influencias catalanas (< fr.) y tambin francesas directas
220
.
Sobre reloj, la explicacin ofrecida por el DCECH (s. v. reloj) es un poco ms compleja
y mucho menos evidente. Este diccionario indica que la lengua catalana ha presentado,
a lo largo de la historia, una gran variedad de formas para esta palabra (relotge,
arolotge, arelotge, alarotja, alalotge, orollotge, olorotgium, alarotja,...). Como puede
observarse, algunas de ellas estn ms cerca del lat. HOROLOGIUM. Conforme a estos
datos, J. Corominas y J. A. Pascual utilizan el argumento fontico para defender que se
trata de un prstamo del cataln:
219
El DRAE (s. v. entrems) se limita a especificar que proviene del fr. entremets, mientras que Garca
de Diego realiza diferentes precisiones etimolgicas segn las acepciones: cuando se emplea como
trmino gastronmico, considera que se tom en prstamo del fr. entremets comida, divertimiento,
intercalado, del lat. ntermssum alternado (DEEH, s. v. ntermssum), mientras que esta evolucin
etimolgica que propone difiere si se hace referencia al sentido teatral: del fr. entremets, del it.
intermezzo, del lat. intermedius intermedio (DEEH, s. v. intermedius).
220
Cfr. tambin Coln (2002c: 39).
- 167 -
esta procedencia explica la forma que presenta la voz castellana, con prdida irregular de
la -U final (...). Al pasar relotge al castellano se hizo *reloje; la forma reloj se extrajo del
plural relojes, segn el modelo de almofrej, erraj, gambaj y anlogos (junto a los plurales
respectivos en -jes). De ah que en posicin final se ensordeciera la -j volvindose -x,
como se pronuncia todava en el judeoespaol de Marruecos (DCECH, s. v. reloj).
Segn puede deducirse de esta cita, la forma reloj se caracteriza por haber sufrido la
prdida de la consonante final catalana (en lugar de ella, debera hallarse -o si fuera
resultado de evolucin patrimonial). La intervencin del cataln en todo este proceso se
explica por haber convivido en esta lengua mltiples variantes con menor o mayor
proximidad al timo ltimo (de entre las que se escoge la del cat. ant. y dial. relotge),
aspecto difcilmente aceptable como convincente para justificar la funcin de este
idioma romnico como nico transmisor posible. Menndez Pidal (1940: 20
4
; 22;
63
3
) tambin indica que esta palabra se tom en prstamo (segn l del provenzal o del
cataln), pero, aun as, se sirve de ella para ejemplificar diversos cambios fonticos
espordicos del vocalismo: se puede tambin cambiar la O en e, en general por
disimilacin de otra o acentuada [...]: hrlgi u reloj (prstamo del prov. catal.
relotge) ( 20
4
); aunque la vocal inicial es la ms resistente de las tonas, alguna vez
sucede que se pierde: [...] el tardo reloj ( 22); y lo cita, a su vez, como ejemplo
aislado de apcope de -e admitiendo adems la j ( 63
3
).
La fontica se complementa con la cronologa para defender la mediacin catalana de
cojn y dtil. Mientras que en dtil, documentado en cataln en el siglo XIII frente al
primer ejemplo textual castellano de finales del XV, se afirma que la falta de -o (comp.
it. dttero) indica origen cataln (s. v. dtil), sobre cojn se propone que es
probablemente de origen forastero [del cat. coix] en vista de la prdida de la -U del
timo del latn vulgar *COXNUM
221
. Segn el DCECH (s. v. cojn), el primer dato
histrico del vocablo corresponde a Catalua: [...], St. Cugat a. 985 y la primera
documentacin que ofrece este diccionario para el castellano antes de Nebrija es de un
221
Estos datos inducen a pensar que la justificacin, aparte de poseer un valor fontico, est muy
relacionada con la morfologa derivativa puesto que el cambio sealado se produce en la terminacin.
Cfr. 2.1.2.2. Sufijacin: 16. -n, -ina.
- 168 -
inventario aragons de finales del s. XIV (1380)
222
. Es evidente que el margen de
tiempo es sustancial.
La fontica (ausencia de -o) se complementa con el criterio semntico (campo
semntico) en capitn. Segn el DCECH (s. v. capitn), aparte de la pertenencia de este
trmino al lxico nutico, la falta de -o en castellano indica como probable que aqu se
tomara del cataln (o menos probablemente de la lengua de Oc).
En otros tres ejemplos (ans, centn y tastaz), la justificacin fontica, probablemente
relacionada con esta falta de -o en posicin final, resulta un poco o bastante ms
implcita.
J. Corominas y J. A. Pascual desestiman que ans sea palabra patrimonial castellana
fundamentndose en que en tal caso su forma habra sido *aniso (< lat. ANSUM). Se
sirven de forma explcita, en esta ocasin, de la argumentacin extralingstica para
defender la hiptesis de catalanismo, que tambin se ha recogido en la introduccin
histrica de esta tesis donde se ha querido destacar la preponderancia catalana en el
comercio por el Mediterrneo durante la Edad Media
223
: el cat. ans (...) se extendi
gracias al activo comercio de drogas de Barcelona con Oriente (DCECH, s. v. ans).
Por lo que se refiere a centn, catalanismo indirecto llegado al castellano a travs del
aragons, se afirma que se trata de una
variante del mismo sufijo [que el de centeno], [...] propia de los nombres de moneda
(comp. veintn, port. vintm), que pudo ser de origen aragons (comp. centn en la Litera,
Coll A.) y en definitiva cataln (DCECH, s. v. ciento: DERIV.).
Se admite, sin embargo, que pudo haber otros focos locales y que incluso podra no
tratarse de un prstamo, sino ser resultado de casos de apcope procltica como el
decn captulo (Berceo, Sacrif. 205) (DCECH, s. v. ciento: DERIV.).
222
Vid. 2.2.1.2. Criterio documental para comprobar el valor que puede tener a favor de la hiptesis de
catalanismo el hecho de que una palabra se documente por primera vez en textos aragoneses, antes
que en castellano.
223
Cfr. 2. Contactos y convivencia entre espaol y cataln, en concreto, 2.1.
- 169 -
La informacin que se aporta sobre tastaz es mucho menos importante. El intermediario
cataln se propone nicamente de forma intuitiva por parte de J. Corominas:
fonticamente el cast. tastaz tiene aspecto de catalanismo, pero no tengo noticias de la
existencia de este masculino en cataln (DCECH, s. v. tascar: DERIV). El DECLC
corrobora esta afirmacin puesto que no recoge ninguna voz que pudiera considerarse
antecedente inmediato del castellano tastaz. Podra este, considerarse, por tanto, otro
ejemplo de proclividad de dicho etimlogo por la transmisin catalana. A pesar de haber
admitido que desconoce cul puede haber sido el timo inmediato, tendra al menos que
haber valorado lo que puede hallarse al respecto en otras lenguas romances y, en caso de
infortunio, proponer en su hiptesis cualquiera de las probables que no presentan -o en
posicin final como resultado de evolucin patrimonial.
Por ltimo, para el catalanismo u occitanismo pincel, en el DCECH (s. v. pincel) se
observa que el vocablo castellano no puede ser descendiente autctono de la voz latina
[PENCLLUS], a causa de la prdida de la vocal final
224
. Se valora hasta qu punto las
lenguas catalana, francesa y occitana pueden haber actuado de intermediarias y se
demuestra que desde la perspectiva voclica (E > i) no existe dificultad alguna de
proponer cualquiera de las tres, pero por lo que se refiere al consonantismo, se elimina
al menos una de las posibilidades presentadas: la francesa
225
.
Prstamos del corpus sin justificacin fontica (ausencia de -o):
LENGUA TRANSMISORA ausencia de -o
Cataln
carln, cautil, cuartn, escorchapn, guardabraz, metal,
palafrn, plan, pros, puntel, resn, roldn, rub,
salicor
Cataln o francs flux
Cataln u occitano poncil
Cataln, francs u occitano argent o argn
224
Para ms informacin acerca de esta y otras palabras formadas con el sufijo diminutivo -LLU (> lat.
vg. -LLU), vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 12. -el.
225
Vid. infra 2.1.1.2. Consonantismo. B1. Sibilantes.
- 170 -
A todos los prstamos registrados en este cuadro cabe agregar aquellos que son
resultado de formaciones de palabras mediante la adicin de los siguientes sufijos: -el (<
-LLU / -LLU), -er (< -ARUS), -n (-NUS) y -ol (-LU / -LU). Todos ellos, por evolucin
patrimonial, deberan haber presentado -o en posicin final
226
.
Centrando la explicacin en las voces que acaban de detallarse en esta seccin, solo
cinco estn justificadas por el DCECH, pero nunca sirvindose del argumento
fontico
227
. Podra agregarse un caso adicional, el de palafrn, sobre el que la fontica
es la que permite demostrar que no se trata de un vocablo autctono para el castellano,
pero no se aportan otras pruebas que validen el antecedente cataln propuesto con toda
seguridad por el DCECH (s. v. palafrn). J. Corominas y J. A. Pascual afirman que el
resultado patrimonial habra sido *palabredo o a lo sumo *palafredo (< lat. tardo
PARAVERDUS). Con todo, admiten que en cataln tampoco es voz indgena (la forma
esperable sera *palaur), sino que procede del francs arcaico, donde se puede
justificar el paso de *palevrei a palefrei por influjo de frein freno, de significado
afn. Coln (1967b: 233) considera que se trata de un galicismo y no se muestra
convencido de que necesite el intermediario cataln. En su opinin, es
verosmil que algunos trminos guerreros y caballerescos pasasen por Catalua. No
obstante estas lgicas suposiciones, resulta difcil determinar las voces que podran entrar
en cuenta. Algunas se han sealado, pero no estn del todo aclaradas; convendra
presentar razones plausibles que autoricen a declararlas galicismos llegados a travs del
cataln. Es ese el caso de palafrn (en los s. XII y XIII palafr). Se puede excluir un
paso directo desde las Galias septentrionales o meridionales?
A pesar de esta duda que aqu se plantea, en un trabajo posterior, el mismo estudioso
admite, sin ms comentario, el intermediario cataln de esta palabra por la posicin
estratgica que posee esta lengua entre los territorios francs y castellano
228
. No
226
Para ms detalle acerca de los elementos integrantes de cada uno de estos grupos, vid.,
respectivamente, 2.1.2.2. Sufijacin: 12. -el; 14. -ero (/ -ario), -era (/ -aria), -er / -el, -era; 16. -n,
-ina; y 18. -ol, -ola.
227
De entre las que no presentan justificacin, argent o argn y resn tambin se han relacionado en este
trabajo con los grupos de prstamos que se caracterizan respectivamente por la falta de diptongacin
de y tnicas (vid. supra). Para resn vid. tambin 2.1.2.1. Prefijacin: 6. re-.
228
Vid. Coln (1968a: 1924).
- 171 -
obstante, no le acaba de convencer esta solucin puesto que en un estudio reciente
229
lo
vuelve a ejemplificar, sin ms precisin, como galicismo, lo que evidencia, al menos, la
inseguridad que representa para G. Coln el hecho de aceptar en este caso el cataln
como mediador del francs. Lo que s es cierto, por los datos que aporta el DCECH, es
que no puede ser voz patrimonial. No obstante, se requiere un estudio ms profundo de
esta palabra, desde diferentes puntos de vista, tanto lingsticos como extralingsticos,
para llegar a precisar, si es posible, de qu lengua la tom en prstamo el castellano.
En otras dos ocasiones se sostiene la hiptesis de catalanismo haciendo referencia al
campo semntico al que pertenecen los prstamos: escorchapn (marina) y salicor
(comercio), el primero (< cat. escorxap) por tratarse de un navo propio de Catalua
(DCECH, s. v. corteza, I: CPT.) de los siglos XVI y XVII
230
y el segundo (< cat. salicorn
< b. lat. salicrnum) por ser la zona Valencia-Alicante la gran exportadora de barrilla
(DCECH, s. v. sal: CPT.).
Se defiende de distinto modo el mismo tipo de transmisin para el resto de voces
referidas. Se utilizan los argumentos cronolgico y de uso en roldn
231
. Para metal (<
cat. metall < lat. metallum), el DCECH se sirve de argumentos histricos y semnticos,
cuyo contenido, de hecho, no se explicita. J. Corominas y J. A. Pascual proporcionan
diversas documentaciones de esta voz, aunque precisan que falta en muchos escritores
de la Edad Media. Terminan, sin ms comentarios, este escueto artculo lexicogrfico
con la siguiente resolucin sobre la procedencia de la palabra: por razones histricas y
semnticas es ms probable un prstamo del cataln que del galorromnico (DCECH,
s. v. metal).
Conclusin. Los resultados espaoles por evolucin patrimonial deberan haber
presentado -o en cada uno de los elementos lxicos tratados en este ltimo apartado
referente a vocales finales. A diferencia de lo que ha ocurrido en casos tratados con
anterioridad (adicin de -e) no se ha incorporado ningn fonema voclico en posicin
229
Cfr. Coln (2002c: 36).
230
Cfr. Corominas (1948: 115).
231
Con objteto de obtener ms detalles acerca de los citados dos tipos de justificacin empleados para
esta voz, vid. los respectivos apartados.
- 172 -
final, sino que suele mantenerse la terminacin de la lengua antecesora, generalmente
consonntica, o se produce algn tipo de adaptacin (pincel).
De los 134 supuestos catalanismos justificados fonticamente por el DCECH de modo
explcito, solo en 9 ocasiones (67 %) se ha empleado el argumento de la ausencia de -o
para proponer el intermediario cataln. El anlisis del resto de elementos integrantes del
corpus ha evidenciado que otras 18 palabras tampoco presentan dicha vocal en posicin
final como habra sido esperable a consecuencia de los cambios fonticos regulares de
evolucin patrimonial. A este ltimo nmero, debe agregarse aquellas voces que estn
formadas con los sufijos -el (48), -er (14), -n (10) y -ol (27). Este recuento estadstico
concede mucha fragilidad a dicha prueba fontica puesto que evidencia que solo se ha
utilizado como argumentacin de la lengua transmisora (y no siempre la catalana como
nica posible) en 9 casos cuando poda haberse aplicado a otros 117.
Lo que s ha podido comprobarse es que el fenmeno de ausencia de -o en posicin final
es una prueba concluyente para desmentir que determinada palabra castellana sea
resultado de evolucin patrimonial. Es preciso, por tanto, buscar un antecedente
lingstico que pueda haber actuado en el proceso de transmisin de los elementos
lxicos que presenten estas caractersticas. Dentro de las lenguas romnicas, las ms
probables para el espaol son cataln, occitano y francs porque son lenguas que tienen
apcope de vocal final en alto grado
232
. Es evidente, por tanto, que al ausencia de -o no
es vlida como elemento identificativo nicamente de la transmisin catalana. Se
precisar una vez ms de otros argumentos que la hagan factible.
2.1.1.2. CONSONANTISMO
El argumento fontico, fundamentado en la evolucin consonntica, es mucho ms
heterogneo que el voclico a excepcin de los casos en los que interviene /f/. Resulta
- 173 -
difcil buscar elementos comunes en la justificacin de los diferentes vocablos para la
organizacin de la informacin en pocos apartados que representen caractersticas
propias e identificativas del proceso de adaptacin y adquisicin de prstamos. El
esquema final consta de cuatro grandes bloques en los que se ha intentado recoger la
informacin del fonema labiodental fricativo sordo /f/, de los fonemas palatales
(sibilantes, laterales y otros), de los vibrantes y, al final, se ha cerrado la seccin con un
cajn de sastre (otros) que incluye la revisin de fenmenos espordicos solo aplicables
a palabras concretas y difcilmente extensibles a otros elementos advenedizos de la
misma procedencia.
A. LABIODENTAL FRICATIVA SORDA: /!/
Origen y transmisin. La evolucin seguida por el fonema labiodental fricativo sordo
vara segn la posicin que este ocupe dentro de la palabra y, como suele ocurrir, segn
la lengua romance de la que el elemento lxico en cuestin forme parte. El contraste
ms significativo al respecto entre las lenguas catalana y castellana es el resultado
patrimonial que caracteriza a cada una de ellas cuando la F- latina se encontraba en
posicin inicial. En el primer caso se conserva, salvo contadas excepciones
233
, mientras
que en el segundo, el fonema sordo resultante, representado grficamente por h, deriva
de un complejo proceso de cambios fonticos experimentados a lo largo de los siglos.
Por cuanto atae al resto de lenguas romances, interesa tener en cuenta que, de entre
todas ellas, solo se produce aspiracin en gascn, al igual que ocurre en castellano
234
.
La vecindad de ambos idiomas con el vasco, caracterizado por la ausencia del fonema
/f/, se ha empleado en numerosas ocasiones para justificar el fenmeno de aspiracin y
posterior desaparicin de f-
235
.
232
Cfr. supra lo comentado en C. Tratamiento de vocales finales tonas.
233
Cfr. Badia i Margarit (1981a: 66) y Moll (1991: 93).
234
Cfr. Pensado (1993: 155-156). Segn esta autora, el resultado de h procedende de f se documenta
espordicamente en Italia (p. 156) y puede suceder tambin en sardo siempre y cuando este fonema
se encuentre en posicin inicial (p. 159).
235
Cfr. Lapesa (1981: 38-39 y 183-184).
- 174 -
Tradicionalmente el cambio de f > h se ha explicado, como acaba de avanzarse,
recurriendo a hiptesis sustratsticas relacionadas con el vasco (Jungemann 1955: 362-
416); existen, adems, otras explicaciones de la misma ndole que lo relacionan con
otros tipos de sustrato, lnea en la que se encuentran Tovar (1955) y Corominas (1972).
Segn este segundo etimlogo, el noroeste de la Pennsula, como en general se admite,
e incluso una extensin ms amplia, estaba ocupada por los celtas. No obstante,
considera que en la zona occidental peninsular no debe pasar inadvertida la existencia
de la cultura de los Campos de Urnas (Urnenfelder), trada por gente indoeuropea, pero
no cltica, con la que est directamente vinculado parte importante del material
sustratstico. Decidi denominar a este pueblo y la lengua que hablaban con el nombre
de sorotapto. Relaciona, pues, con el occidente sorotptico la abundancia del
fonema prerromano f en cualquier posicin, mientras que el celtibrico slo lo tena
delante de r o l (y en otro caso era tan ajeno a esta lengua como al ibero y vasco) (p. 258).
Esta observacin le permite explicar por qu no logr conseguirse la pronunciacin de
este fonema en toda la extensin peninsular:
podemos comprender por qu los hispanorromanos occidentales, aunque los ltimos en
romanizarse y los de ms ruda adaptacin al latn, sin embargo lograron aprender a
pronunciar bien la F latina en cualquier posicin, tan bien como las gentes del Oriente y el
Medioda de Espaa, que fueron romanizadas ms pronto y de la manera ms completa;
mientras que los celtiberos no fueron capaces de pronunciar una F buena y duradera ms
que delante de una consonante lquida u otra sonante, y los gascones la aspiraron hasta
delante de R, L o W, en armona con la ausencia de f, en cualquier posicin, en su lenguaje
substrtico, el vasco-aquitano (Corominas 1972: 258).
Villar (1999: 62), en Joan Coromines y los substratos prerromanos de la pennsula
Ibrica, recoge las hiptesis sustratsticas de J. Corominas y enumera las principales
huellas relacionadas con las lenguas prerromanas que este romanista detecta en el
sistema lingstico, de las que se desea destacar aqu, dentro de los rasgos fonticos y
referente a lo que en este momento interesa, lo siguiente:
1) Mantenimiento de /f/ latina en las regiones oriental y occidental de la Pennsula
(substrato sorotptico).
- 175 -
2) Prdida de /f/ latina en castellano (substrato celta)
236
.
Independientemente de la aceptacin o no de esta hiptesis, es evidente que en
castellano, la F latina en posicin inicial sufri una serie de cambios que desde el estadio
inicial de mantenimiento, seguan con la aspiracin y desembocaban en prdida ([f] >
[h] > 5), siempre y cuando este fonema se encontrase ante vocal constituida como
ncleo silbico (FRNA > harina). F-, en cambio, se ha mantenido en general hasta la
actualidad cuando precede a [6)] o [7)], elementos iniciales de un diptongo (FCU >
fuego). Cabe tener en cuenta, sin embargo, que en ciertas etapas histricas se observa
convivencia de soluciones ante elementos silbicos, segn demuestran las
documentaciones textuales: f- ~ h- ~ 5 (Edad Media) y h- ~ 5 (hasta el siglo XVI
inclusive). A partir del siglo XVII, se generaliza hasta la actualidad la desaparicin,
pero es importante no olvidar que las alternancias se mantienen en bastantes
dialectos
237
.
Se ha evidenciado que el significativo contraste entre espaol y cataln acerca del
desarrollo en las respectivas lenguas de la F latina en posicin inicial no es de ningn
modo exclusivo. Dicho de otra forma: otros romances comparten la solucin catalana;
por tanto, el hecho de considerar la conservacin de f- como prueba fontica de
catalanismo debe tomarse, de entrada, con precaucin. El anlisis de los diferentes
prstamos que presentan f en posicin inicial deber permitir aceptar o rechazar dicho
postulado.
Prstamos del corpus (f en posicin inicial):
LENGUA TRANSMISORA conservacin de f-
236
Para un comentario general y valorativo acerca de las diferentes teoras de aspiracin de /f/ que se han
formulado (y que no constituyen el ncleo central de este estudio), vid. Ariza (1992: 97-102). Para
explicaciones que niegan el influjo de sustrato, vid. Pensado (1993) y Torreblanca (1984 y 1992) este
critica directamente la hiptesis de J. Corominas.
237
Vid. Menndez Pidal (1950: 41) para la interpretacin de las grafas en los textos ms antiguos
dependiendo de su procedencia peninsular.
- 176 -
Cataln folln, fortuna, fullero
Cataln u occitano falda
Cataln o francs forrar
Cataln o italiano filarete
Cataln o mozrabe fogn
Cataln, aragons, leons, mozrabe o
gallegoportugus
faja
La simple observacin de este cuadro (nmero limitado de ejemplos y gran variedad de
posibilidades de transmisin) concede poca solidez al fenmeno de conservacin de f-
como garanta de catalanismo. De entre estos ocho prstamos, solo dos (falda y forrar)
estn justificados con exclusividad a partir del argumento fontico referido al
mantenimiento de dicho fonema consonntico.
Falda es en ltima instancia germanismo, pero la f- impide a los autores del DCECH (s.
v. falda) considerarla palabra de evolucin patrimonial y han pensado en esta ocasin en
las lenguas catalana u occitana como posibles intermediarias:
hasta el S. XV, naturalmente, hay f- en todas partes [...]. El predominio de la forma con f-
difcilmente podr explicarse por cultismo o arcasmo: ha de ser debido a cierto resabio
extranjero que el vocablo conservara desde sus orgenes. [...] la voz castellana y su
hermana portuguesa se tomaron del cataln o de la lengua de Oc, donde falda tiene los
mismos sentidos (DCECH, s. v. falda)
238
.
Forrar es tambin germanismo (gtico FDR o frncico FDAR) que debe de haber
llegado al castellano, segn J. Corominas y J. A. Pascual, por va catalana (folrar,
tambin forrar) o francesa (forrer). Las respectivas formas de ambas lenguas han
pasado por los estadios antiguos de foure, en el primer caso, y fuerre, en el segundo.
Tanto el fonema /!/ inicial como /,/ en posicin interior reclaman una lengua
transmisora en su proceso evolutivo. Solo este segundo resultado consonntico es el que
238
Corominas (1989: 214) explica que es frecuente que el grupo originario LD no sufreixi en catal cap
alteraci y lo ejemplifica con la palabra falda, entre otras.
- 177 -
puede determinar de un modo ms concreto las posibles mediaciones, segn se
desprende de los datos aportados por el DCECH:
As la f- como la -rr- espaolas [...] indican que forrar no puede ser germanismo
autctono en castellano ni en portugus. No creo, pues, que se trate de un germanismo
tomado por el latn vulgar al germnico pre-dialectal, sino de prstamos hechos por el
frncico al francs, por el gtico al italiano, y por cualquiera de los dos a la lengua de Oc
y cataln. La vacilacin del aragons antiguo entre -r- y -rr- lo mismo puede interpretarse
como indicio de origen francs que por adaptacin del cat. ant. foure, *fourar (DCECH,
s. v. forrar).
En fortuna, el argumento fontico referido a la conservacin de f- se complementa con
el criterio documental para avalar la posible transmisin catalana:
se trata de un vocablo esencialmente mediterrneo, que surge contemporneamente en
Italia, Occitania y Catalua, en el S. XIII. [...] se trata de un vocablo comn a los varios
romances mediterrneos, que si no procede del latn vulgar [...], vendr de todos modos
de la fase romance ms antigua. Sin embargo, la conservacin constante de la f- y la
aparicin inicial en textos aragoneses invitan a creer que en Castilla, pas interior o
cantbrico (quiz no en Andaluca), es importacin procedente del Este, y en definitiva
catalana (DCECH, s. v. fortuna).
La argumentacin de la supuesta transmisin catalana de fullero es ms compleja y
desde luego menos aceptable. Se intenta relacionar en lo posible esta palabra con el
cataln fulla y desde un punto de vista fontico la f- es la nica consonante que permite
pensar en una transmisin fornea, aunque no necesariamente catalana
239
. La situacin
geogrfica de esta lengua es la que permite a los autores del DCECH apostar por ella y
no por otras, aunque, segn admiten, sin sobradas garantas:
Rodrigo de Reinosa, h. 1513, habla ya de un personaje que era en arte de fulla maestro
mayor (Hill, s. v.), es decir, en arte de fullera, y hoy fulla significa mentira,
impostura en Aragn (Borao). La gran antigedad de fulla obliga a tenerlo en cuenta
como posible primitivo de fullero, y su actual proximidad a Catalua hace pensar en que
venga realmente del cat. fulla hoja o full hoja de papel. Sabido es que una de las
trampas ms corrientes consiste en marcar los naipes, para conocerlos, con algn doblez u
otra seal: bien pudo esto llamarse hacer hoja y pasar de ah fulla a arte del tramposo
[...]: as fuller pudo [...] aplicarse luego en castellano al jugador de mala condicin,
tramposo. El hecho es que fullero es palabra que aparece en el S. XVI reemplazando al
antiguo y castizo tahur, y si por una parte la f- la hace ya sospechosa de procedencia
forastera, sta es justamente la poca de auge del hampa valentina, en que la capital del
Turia tena fama internacional como lugar de diversin desenfrenada: desde ah pudo el
vocablo propagarse a la germana de Castilla, y no olvidemos que esta misma palabra
239
Para ms informacin acerca de la terminacin -ero, vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 14. -ero (/ -ario), -era
(/ -aria), -er / -el, -era.
- 178 -
viene de las famosas germanies o hermandades valencianas, que en el S. XVI lanzaron un
alzamiento democrtico contra el absolutismo real [...]. Una certeza satisfactoria acerca
de este origen no podemos por ahora alcanzarla (DCECH, s. v. fullero).
Una vez ms la presencia de la f- en posicin inicial introduce la sospecha de que el
vocablo en cuestin no es patrimonial; sin embargo, en el caso de folln la obtencin
del resultado consonntico en posicin interior ["] es el que permite apostar por la
opcin catalana (tomada probablemente del frnc. *FLLO, -ONS, verdugo, derivado
del germ. FILLJAN desollar, azotar):
En castellano ha de ser vocablo advenedizo, importado con la terminologa feudal; as se
explica tambin la ausencia de formas castellanas con h- y el carcter menos popular del
cast. folln en comparacin con el cataln. De este idioma, y no del francs o de la lengua
de Oc, ha de venir felln o folln, en vista de su -ll- (DCECH, s. v. folln).
La suma de diferentes criterios (fontica, morfologa derivativa, semntica y cronologa)
es la que contribuye, en el caso de fogn, a la justificacin del antecedente cataln, ms
que del mozrabe, segn se manifiesta en el DCECH. Sobre el primero de estos
argumentos, solo se puntualiza, sin ms detalle, que es notable la conservacin de la f-
en esta palabra (DCECH, s. v. fuego: DERIV.), lo que no resulta suficiente para
determinar una u otra transmisin de todas las posibles
240
.
Los dos ltimos ejemplos pendientes de comentario, faja y filarete, se han anotado
dentro del grupo de prstamos cuya procedencia si no catalana, al menos extranjera se
avala por medio del argumento fontico referido a f-, pero podra llegar a considerarse
que dicha justificacin resulta tan implcita que no debera de habrsele concedido
demasiada importancia, por no decir ninguna.
En faja, la nica referencia que en relacin a ello se realiza es que la nica forma
verdaderamente castellana, segn la fontica histrica, era HAZA (DCECH, s. v. faja).
Con este simple comentario, se ha deducido que la divergencia entre las dos formas
(patrimonial y no patrimonial) se halla en los dos elementos consonnticos que se
integran en esta palabra. No se localiza ninguna otra aportacin lingstica que
- 179 -
consolide lo que se intuye, simplemente se proponen cinco posibles mediadores entre
latn y espaol: aragons, leons, mozrabe, gallegoportugus y cataln. Se muestra, a
continuacin, una preferencia por esta ltima lengua, fundamentada en la gran
antigedad de la industria textil catalana.
En cuanto a filarete, a pesar de poder tratarse de un catalanismo o bien de un
italianismo, el DCECH (s. v. filarete) pone en relacin esta palabra con fil, posible base
sustantiva que posee una forma de evidente origen cataln. Por su procedencia del
latn FLUM hilo, a nuestro modo de ver, esta evidencia debe de relacionarse
directamente con la conservacin de la f-
241
.
Prstamos del corpus (f en posicin inicial) sin justificacin fontica por parte del
DCECH:
LENGUA TRANSMISORA conservacin de f-
Cataln
faena, fajol, farte, feladiz, ferretero, ferrizo, filadiz,
filderretor, folla, fonas, fonbol, forajido, forastero,
formaje, fotuto (II), fulange, fuar, fusa
aferrar, batifulla, butifarra, cagafierro, desferra,
desfiladiz
Cataln u occitano falla (II), forcate
Cataln o francs futesa
Cataln, occitano o francs follaje
Cataln o italiano faralln o farelln
Cataln o mozrabe fornel
240
Para una informacin ms completa acerca de la justificacin de la procedencia catalana de este
prstamo mediante el resto de argumentos, vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 19. -n, -ona.
241
Vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 15. -ete, -eta para un anlisis ms completo de la trayectoria etimolgica de
filarete, voz tambin considerada, desde un punto de vista consonntico, dentro del apartado A.
Labiodental fricativa sorda /f/ (vid. supra).
- 180 -
Puede observarse que es considerable el nmero de ejemplos que poseen f- en posicin
inicial y cuya transmisin no ha sido justificada por parte del DCECH sirvindose de
este detalle.
Aferrar, batifulla, butifarra, cagafierro, desferra y desfiladiz se han incluido en este
apartado porque son resultados de prefijacin o composicin: las consecuencias
evolutivas de sus respectivos fonemas labiodentales fricativos sordos /f/ coinciden con
los que se encuentran en posicin inicial puesto que esta era la situacin que ocupaban
en el momento de la formacin de palabras, producida en el propio cataln, segn indica
J. Corominas cuando los trata en sus artculos correspondientes del DECLC. De todas
formas, ello no ha constituido en ninguna ocasin prueba alguna que en el DCECH se
emplease para demostrar su posible condicin de catalanismo. La transmisin catalana
propuesta para batifulla, butifarra y desfiladiz no se justifica de ningn modo
242
.
Aferrar y desferra pertenecen a la misma familia lxica. La procedencia catalana del
primero de ellos se justifica mediante el campo semntico al que pertenece (marina)
243
,
mientras que para el segundo no se aporta ningn tipo de argumentacin acerca de su
condicin de prstamo. Sin dejar la esfera de vocabulario relacionada con el latn
FRRUM, de entre las palabras referidas, cabe no obviar cagafierro, considerado por el
DCECH (s. v. cagar: CPT.) catalanismo ya que tambin se ha dicho cagaferro, forma
que, desde un punto de vista fontico, relacionara implcitamente con la falta de
diptongacin de tnica. En este sentido, la fontica y la distribucin geogrfica de las
distintas variantes de esta palabra en el territorio peninsular se emplean para consolidar
la hiptesis propuesta, aunque sin admitirlo no se descarta totalmente la procedencia
occitana a pesar de que no coincida o haya coincidido totalmente con la castellana:
voz aragonesa (cagacierro), murciana (cagayerro) y segn creo vizcana, procedencias
dialectales que pueden explicar la forma fierro; como tambin se ha dicho cagaferro
(DHist., s. v. cagacierro), quiz sea catalanismo: es la denominacin normal en cataln
(cagaferro) y en lengua de Oc (cagafer) (DCECH, s. v. cagar: CPT.).
242
Desfiladiz se considera posible catalanismo murciano (DCECH, s. v. hilo: DERIV.) y su equivalente
cataln (desfilads?) no est registrado en el DECLC. En este diccionario solo se halla filads y
desfilar (s. v. fil). Sobre butifarra, Coln (2002c: 38) confirma que es catalanismo y lo incluye dentro
del grupo de prstamos que hacen referencia a cosas tpicas de las tierras del Este peninsular.
243
Cfr. lo comentado en 2.1.2.1. Prefijacin: 1. a-.
- 181 -
Se ha incluido en este apartado de f- otra palabra, ferretero, que pertenece a la misma
familia lxica, justificado en esta ocasin por medio de la morfologa derivativa
244
.
La posible mediacin catalana de la mayora de los prstamos restantes que presentan f-
no se ha justificado de ningn modo por parte del DCECH
245
. Coln (1967b: 208)
aporta su opinin acerca del antecedente inmediato de una de estas adquisiciones lxicas
que presenta transmisin compleja: forajido. La informacin documental consultada
sobre este italianismo indirecto le permite concluir que no ser [...] muy arriesgado
pensar que el calco cataln foraexit foraxit sea la base del esp. forajido salido afuera
(1577) y bandido (1611), como acept el DCECH (s. v. ir: CPT.) remitiendo a este
citado trabajo
246
. Desde un punto de vista probatorio de la adecuacin del antecedente
cataln, G. Coln agrega que el aspecto fontico de la voz viene a confirmar lo que nos
sugieren los datos histricos. A nuestro modo de ver, el aspecto fontico al que se
refiere debe de remitir al mantenimiento de la f- inicial y a la falta de diptongacin de la
tnica latina que le sigue (FRAS)
247
.
Sobre los contados prstamos referidos que se han justificado de algn modo en el
DCECH, cabe destacar que, desde un punto de vista fontico, sin relacin alguna con el
mantenimiento de f-, se explica la posible procedencia catalana de folla y fulange. El
DCECH se sirve explcitamente, para el primero de ellos, de la falta de diptongacin de
tnica
248
, mientras que, para el segundo, el argumento que se utiliza en dicha obra
lexicogrfica se basa en el timbre de la vocal: es tambin catalanismo, segn muestra
la u (cat. fullatge)
249
. Esta forma catalana relaciona fulange con el grupo de prstamos
244
Para una informacin ms detallada al respecto, vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 14. -ero (/ -ario), -era (/
-aria), -er / -el, -era.
245
En un nmero concreto de ocasiones, sus caractersticas formales se han relacionado con aspectos
estudiados y debatidos por el DCECH para el aval de la transmisin catalana de otros prstamos, que
tambin se han tratado en diferentes apartados de esta investigacin y a los que en cada caso
remitimos a continuacin: fajol y fonbol (vid. para ambos 2.1.2.2. Sufijacin: 18. -ol, -ola), farte
(vid. 2.1.1.1. Vocalismo. C1. Adicin de -e), follaje y formaje (vid. para ambos 2.1.2.2. Sufijacin:
3. -aje), forcate (vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 9. -ate) y fornel (vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 12. -el).
246
Cfr. Coln (1968a: 1922; 1976: 197 y 2002c: 39). Coln (1967b: 208) manifiesta que, con
anterioridad, J. Corominas haba supuesto un origen occitano para esta voz.
247
Vid. supra 2.1.1.1. Vocalismo. A. Falta de diptongacin de y tnicas.
248
Vid. supra 2.1.1.1. Vocalismo. A. Falta de diptongacin de y tnicas.
249
Moll (1991: 55) admite acerca del cataln que el grup + iod va patir, en poca molt remota, una
diftongaci [...], esdevingu uei i es redu desprs a ui que, delante de fonema palatal, se simplific
- 182 -
del cataln formados con el sufijo -aje (< -atge)
250
que, al igual que ocurre con lonja II,
ha experimentado una epntesis de la n, que en castellano aparece aislada (DCECH, s.
v. lonja II)
251
.
El campo semntico de la marina al que pertenecen fusa e inicialmente faena es
suficiente segn el DCECH para demostrar que la infiltracin de estas voces al espaol
se produjo a travs del cataln. Para la primera palabra, lo realiza de un modo implcito
por medio de la etiqueta de catalanismo nutico (s. v. huir: DERIV., nota 7), mientras
que, para la segunda, de forma muy evidente como podr comprobarse ms adelante
252
.
La argumentacin extralingstica resulta tambin vlida para el DCECH para ratificar
la condicin de catalanismo de otros dos prstamos: forastero (criterio cronolgico) y
faralln o farelln (criterio geogrfico)
253
.
Los comentarios relativos a las palabras que presentan f- inicial deberan concluirse con
el detalle de la prdida de catalanidad que, segn J. Corominas, ha experimentado la
palabra castellana hilatura, cuya forma inicial y, en consecuencia ya antigua, fue
filatura. Lo manifiesta explcitamente en el DECLC (s. v. fil):
filatura [...] sembla haver-se pres de lit. filatura [...]; transms pel catal al castell on
primer es digu filatura [...] i desprs, amb lintent de descatalanitzar-lo, se nha fet
hilatura.
Conforme se interpreta de la informacin etimolgica expuesta por el DRAE, en
cambio, hilatura se crea en el propio espaol a partir del verbo hilar (s. v. hilatura),
mientras que filatura, no considerada voz antigua, es un galicismo que procede del fr.
filature (s. v filatura).
en u. Lo ejemplifica, entre otras muchas palabras, con FLIA fulla de donde se form fullatge segn
se desprende del DECLC (s. v. full). Orgullo y pujar (II) son otras dos palabras del corpus que, como
indica el DCECH, han experimentado por la misma razn idntico cambio de timbre (vid. infra B.
Palatales).
250
Vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 3. -aje.
251
Para ms informacin acerca de esta epntesis de -n- en lonja II, vid. infra D. Otros.
252
Vid. infra 2.1.3.1. Campo semntico.
- 183 -
A principio y en interior de palabra es posible hallar el grupo consonntico fl que,
siguiendo los cambios fonticos esperables por evolucin patrimonial, se ha
palatalizado en /"/ en posicin inicial (cfr. FLMMAM > llama) y en este mismo fonema o
en /9%:/ si va precedido de nasal en posicin interior (cfr. AFFLARE > hallar, INFLRE >
hinchar).
La conservacin de fl- en posicin inicial se integra dentro del comportamiento de los
grupos pl-, cl-, fl-, que presenta abundantes excepciones. Este problema ha sido
estudiado detalladamente por Y. Malkiel, quien lo trata como cambio fontico dbil
254
y
lo explica por cultismo o por otras causas (dialectalismo, prstamo, etc.)
255
.
Cuando se ha mantenido el grupo fl-, el DCECH no suele defender la existencia de
descendientes genuinos, sino de voces autctonas que han experimentado predominio
de la pronunciacin de las clases educadas (cfr. s. v. flor), una de las hiptesis
tradicionales de explicar la conservacin de este grupo consonntico en posicin inicial,
o de semicultismos (cfr. s. v. fleco)
256
.
En el corpus, se dispone de un nmero representativo de palabras que han conservado
inalterable fl- en posicin inicial por lo que podra pensarse que este grupo consonntico
se empleara en estos casos como prueba de que en la trayectoria etimolgica de los
elementos lxicos de los que forma parte han intervenido otras lenguas ejerciendo la
funcin de transmisoras, entre ellas la catalana, donde fl- no ha experimentado
variacin, al igual que ha ocurrido en occitano y en francs, entre los romances ms
prximos al castellano
257
. De todos modos, ninguno de estos prstamos ha sido
253
Con objeto de obtener un anlisis ms detallado de la argumentacin por parte del DCECH de estas
dos voces, vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 14. -ero (/ -ario), -era (/ -aria), -er / -el, -era, para forastero, y
2.2.3. Criterio geogrfico, para faralln o farelln.
254
Cfr. Malkiel (1962, 1963 y 1964).
255
Para un comentario de la posicin de Malkiel al respecto, vid. Clavera Nadal (1991: 36-37).
256
Lloyd (1987: 366) considera que determinar cul es el desarrollo verdaderamente popular del
conjunto /fl-/ no es tarea fcil, y, en la prctica, tal vez sea imposible a lo que agrega que al parecer,
solo seis palabras latinas con este conjunto se han conservado en castellano y entre ellas aparecen
flor y fleco. Acerca de estas y el resto de voces ejemplificadas que mantienen fl-, comenta que resulta
difcil admitirlas como cultas por su alta frecuencia de uso. Cfr. Clavera Nadal (1991: 36-38).
257
Para el cataln, cfr. la explicacin aportada por Moll (1991: 132), mientras que para el occitano y el
francs, cfr. Diez (1874: 281-282).
- 184 -
justificado por el DCECH mediante el argumento fontico. He aqu un cuadro
representativo de todos ellos, en el que se sintetizan los diferentes estadios etimolgicos
que propone en sus hiptesis el DCECH y el argumento, en caso de facilitarlo, con que
en dicha obra lexicogrfica se pretende justificar la mediacin inmediata para la lengua
espaola:
PRSTAMO TRANSMISIN Y ORIGEN
ARGUMENTOS
JUSTIFICATIVOS
flamear < cat. flamejar < lat. campo semntico (marina)
258
flan < cat. fla < frncico 5
flechaste < alteracin cat. fletxats <
fr. ant. < germnico
5
fleje < cat. fleix < lat.
259
5
flojel < cat. fluixell < lat. morfologa derivativa
260
florete < cat. floret < lat.
261
5
florn < cat. flor < it.
262
5
flux < cat. fluix o fr. flux < lat.
263
5
De los casos sin justificacin, recogidos en el cuadro, Coln (1967b: 218-219) se sirve
del criterio de geografa lingstica (o de extensin geogrfica, como se ha denominado
en esta tesis) para justificar la transmisin catalana de flan
264
:
258
Cfr. infra 2.1.3.1. Campo semntico.
259
Voz tambin considerada en 2.1.1.1. Vocalismo. C1. Adicin de -e. Vid. supra.
260
Cfr. 2.1.2.2. Sufijacin: 12. -el.
261
Voz tambin considerada en 2.1.2.2. Sufijacin: 15. -ete, -eta. Vid. infra.
262
Voz tambin considerada en 2.1.2.2. Sufijacin: 16. -n, -ina. Vid. infra.
- 185 -
ante una voz castellana que consideramos catalanismo, la existencia en sardo o en las Dos
Sicilias de ese mismo catalanismo, vendr a apoyar nuestra opinin. As el logudors
fraone ciambella [...], y el calabrs fragune sp. di focaccia con dentro cacio fresco e
ricotta [...], que estn tomados del cat. fla (s. XIII), confirman la misma procedencia
para el esp. flan (1560), pese al origen que le asigna la Academia
265
.
En posicin interior, -fl- se encuentra en pocas palabras del corpus, pero en dos de ellas
(soflama y soflamar) se emplea la conservacin del grupo como argumento para
defender la hiptesis de catalanismo. Como resultado castellano de la evolucin del
grupo -fl-, podra esperarse, segn se ha comentado, la aparicin de /"/ o de un fonema
africado /9%:/; sin embargo, no se observa ningn cambio, por ejemplo, en las citadas
soflama y soflamar, voces de la misma familia formadas con la adicin del prefijo so-
266
lo que, de hecho, provoca que fl evolucione como si estuviese en posicin inicial. Por
esta razn y por la falta de formas similares en otros romances, se propone el cataln
como lengua transmisora y se explican, en el DCECH (s. v. llama, I: DERIV.), como
palabras de formacin incierta, que difcilmente pueden haberse creado en castellano, en
vista del grupo -fl-, seguramente prstamos del cataln, donde soflama tiene el mismo
valor, y donde soflamar, especialmente en Valencia, se emplea adems para chamuscar
y ruborizar [...]. Nada anlogo existe en italiano, francs o portugus (DCECH, s. v.
llama, I: DERIV.).
Segn se comprueba en esta explicacin, la extensin geogrfica de estas voces se
restringe al territorio castellano y cataln; debe de ser, por consiguiente, la fontica la
razn principal por la que se piensa en una transmisin catalana. De todas formas, en el
corpus se hallan otras palabras que presentan este grupo consonntico en posicin
interior (coliflor y runfla) y en ningn momento se aportan datos justificativos de este
tipo relacionados con l, sino que se recurre a argumentos de otra ndole, tanto
lingsticos como extralingsticos. En soflama y soflamar, estamos una vez ms, por
tanto, ante una justificacin con cierta proclividad hacia la transmisin catalana: hay
pocos ejemplos con el grupo -fl- y solo en estos dos casos, que podran confundirse en
uno solo, se aporta una justificacin de tipo fontico.
263
Voz tambin considerada en 2.1.1.1. Vocalismo. C3. Ausencia de -o. Vid. supra.
264
Cfr. Coln (1976: 195-196 y 2002c: 38).
265
Segn esta Institucin, se trata de un galicismo (DRAE, s. v. flan).
266
Para ms informacin sobre este prefijo, vid. 2.1.2.1. Prefijacin: 7. so-.
- 186 -
Por lo que se refiere a coliflor, cuyo grupo fl tambin podra considerarse inicial puesto
que forma parte de un compuesto, se propone que han intervenido tres lenguas
romances (italiano > occitano > cataln) que explican la condicin de catalanismo para
el castellano puesto que la coliflor se introdujo en Europa a fines del S. XVI, desde el
Mediterrneo oriental, a travs de Italia (DCECH, s. v. col: CPT.)
267
. Runfla, en cambio,
se justifica tanto con el criterio cronolgico como con su pertenencia al campo
semntico del ocio
268
.
Por lo que se refiere al fonema /f/ en posicin intervoclica, adems de hallarlo en
prstamos del corpus que en ltima instancia proceden del rabe (cfr. cofa, tarifa
269
,
etc.) o que son de origen onomatopyico (esclafar), tambin se encuentra en otro
ejemplo interesante: gafa. Esta voz se utiliza y se ha utilizado con varios significados,
tanto para su uso en singular como en plural. Segn el DCECH (s. v. gafa), es palabra
tarda en castellano. Se propone para ella un origen incierto, probablemente
prerromano, que, pasando por el verbo cataln u occitano gafar, se formara en esta
primera lengua el sustantivo y de ah se transmitira al castellano. La explicacin que
proporciona el DCECH es fontica y se centra precisamente en la conservacin de este
fonema intervoclico como prueba de que no se trata de una voz autctona:
la conservacin general de la -f- en castellano [...] confirma que nuestro vocablo ha de ser
de procedencia catalana u occitana. Aunque desde la lengua de Oc gaffe y gaffer se han
extendido modernamente al francs, y desde el cataln se propagara al castellano y
portugus [...], la verdadera patria de esta familia lxica se reduce a la lengua de Oc y el
cataln. Se trata ah, sobre todo en cataln y gascn, de la palabra bsica y corriente para
decir coger (DCECH, s. v. gafa)
270
.
267
Vid. ms detalles para su justificacin mediante el criterio geogrfico en 2.2.3.
268
Vid. infra 2.1.3.1. Campo semntico.
269
Coln (1999: 47) propone para esta palabra la transmisin catalana o italiana. En otro trabajo
posterior, la considera nicamente catalanismo (Coln 2002c: 39).
270
Segn J. Corominas y J. A. Pascual, desde el punto de vista etimolgico no tiene nada que ver esta
palabra con el antiguo gafo leproso, probable arabismo (DCECH, s. v. gafa y gafo) a pesar de que se
admita que est muy fundada semnticamente la etimologa que relaciona estos vocablos [gafo y
variantes] con el tipo GAFA gancho [...], por la forma encorvada que da a las manos y pies del
leproso la contraccin de sus nervios. Se observa, adems, que Brch hace notar la oposicin entre
las reas geogrficas de GAFA (cataln-occitano) y gafo (portugus-castellano-gascn). Por cuanto
se refiere al uso que esta voz posee en castellano, a diferencia de lo que ocurre en las lenguas catalana
y occitana, y desde un punto de vista fontico, se afirma que gafo es ajeno al cataln y a casi todos
los dialectos de Oc, mientras que en castellano da muestras de profundo arraigo y popularidad con el
cambio de -f- en -h-, que si no estuvo ms generalizado es porque el vocablo se anticu antes de
generalizarse la aspiracin de las efes en la lengua escrita, y hoy pertenece a los dialectos de tipo
leons y gallegoportugus. Por todo ello, J. Corominas, en primera persona, concluye: me inclino
- 187 -
Esta justificacin no puede aceptarse como muy convincente puesto que, dentro del
material del corpus, hay muy poca frecuencia de palabras que presenten este fonema en
posicin intervoclica y solo en esta ocasin se intenta demostrar la procedencia
catalana (que se ha escogido sin demasiada justificacin como preferible entre otras) a
partir de su conservacin. De todos modos, conviene insistir en que en realidad gafa es
una palabra de origen incierto, por tanto, el argumento aportado puede resultar poco
slido para relacionarlo con una lengua de transmisin concreta si no hay ms apoyo en
otro terreno, lingstico o extralingstico. Tambin se puede aducir el hecho de que en
posicin interna la -f- es, en general (no solo en el corpus de esta tesis), poco frecuente
desde el latn. Lloyd (1987: 140), cuando hace referencia a este elemento consonntico
en posicin inicial comenta a su vez que la /f/ apenas aparece en cualquier otra
posicin con la puntualizacin de Kent (1945: 111-112) de que en posicin interior, la
/f/ solo aparece detrs de un prefijo o en los prstamos dialectales. En condiciones
normales, en dicho contexto podra esperarse como resultado de evolucin patrimonial
para el castellano tanto una aspiracin y posterior ensordecimiento (DEFENSA > dehesa),
especialmente en los casos referidos en que la palabra est compuesta por un prefijo,
como una sonorizacin [;] (PROFCTUM > provecho)
271
. Por cuanto atae al cataln y en
detrimento de la justificacin fontica que el DCECH ha propuesto para gafa, la f en
posicin intervoclica, al igual que la b y la v, se confundieron en [;] (<v>)
272
como
puede comprobarse en la forma devesa de esta lengua que, segn el propio J.
Coromines, prov per via rigorosament hereditria del ll. DEFNSA privada, prohibida,
femen del participi de DEFENDERE (DECLC, s. v. defendre i defensar: DERIV.).
Conclusin. Como ha podido observarse, la evolucin patrimonial del fonema
labiodental fricativo sordo (/f/) en castellano vara segn la posicin que ocupe dentro
del elemento lxico del que forma parte. A principio de palabra y seguido de vocal
constituida como ncleo silbico, ha sufrido, en general y al igual que ha ocurrido en
gascn, un proceso de aspiracin y posterior prdida. El resto de lenguas romances, en
cambio, suelen mantener este fonema sin cambio alguno.
por ello a dudar mucho de que gafo sea un mero derivado de gafa, y no vacilar en partir [...] del r.
(DCECH, s. v. gafo).
271
Cfr. Lloyd (1987: 353, 382-383).
272
Cfr. Moll (1991: 109).
- 188 -
En el DCECH, de los 134 prstamos justificados de forma explcita mediante el
argumento fontico, solo en ocho ocasiones (6%) se trata de ejemplos que muestran
conservacin de f-. En este nmero reducido de casos, se utiliza dicho elemento
consonntico para demostrar que no est integrado dentro de voces patrimoniales, pero,
como es lgico, no siempre ha sido posible proponerles en cada caso un antecedente
indiscutiblemente cataln. Solo en dos ocasiones se han empleado con exclusividad las
bases fonticas para consolidar la hiptesis propuesta, pero en una de ellas se piensa en
un timo inmediato cataln u occitano (falda), mientras que en la segunda se hace
referencia a una adquisicin catalana o francesa (forrar). Asimismo, el resto de
ejemplos se sirven de la fontica para evidenciar que son voces advenedizas, pero se
requieren otros argumentos para concretar la probable transmisin, catalana nicamente
en tres ocasiones y, de estas, dos se presentan como hiptesis inciertas. La cantidad de
ejemplos iniciados con f- y sobre los que el DCECH no hace ninguna referencia a la
conservacin de este elemento consonntico es bastante significativo: un total de 32.
Esta descompensacin numrica evidencia que J. Corominas y J. A. Pascual han
concedido poco valor probatorio a esta particular cuestin fontica. No puede admitirse
como indiscutible, por tanto, una justificacin fundamentada en la conservacin de f- y
menos sin el apoyo de otras pruebas de cualquier otro tipo, lingsticas o
extralingsticas.
Por lo que se refiere a -f- en posicin intervoclica y a la aparicin del grupo fl en este
mismo contexto o a inicio de palabra, es muy limitado el nmero de ejemplos
representativos de cada uno de estos subgrupos por lo que posibilita an mucho menos
extraer algn tipo de conclusin que permita formalizar una prueba fontica de carcter
general para la identificacin de voces espaolas tomadas en prstamo del cataln.
B. PALATALES
Partiendo del material del corpus de la presente tesis, es posible organizar este grupo de
fonemas, con el nombre genrico de palatales, en dos secciones: una de ellas
- 189 -
representativa de los sonidos sibilantes y otra del fonema palatal lateral. Todo ello se
cierra con un ltimo apartado en el que se han incluido voces difcilmente clasificables
por la particularidad de argumentacin que se les otorga. Como podr comprobarse a
continuacin, el DCECH suele justificar la procedencia catalana de los diferentes
elementos lxicos de cada unidad con la observacin de que el comportamiento
evolutivo que han experimentado es paralelo al de la lengua catalana y distinto del que
sera esperable para la castellana. Esta es la razn por la que se sirven los autores del
criterio fontico para avalar este tipo de transmisin.
B1. SIBILANTES
Es posible repartir el material del corpus en cuatro grupos en funcin del conjunto de
fonemas sibilantes (y de sus respectivas grafas) que constitua el sistema fonolgico del
espaol medieval; existe, adems, un grupo adicional de vocablos que experimenta los
caractersticos trueques entre algunos de estos fonemas.
a) /9%4/ = <>; /<%=/ = <z>
El DCECH manifiesta explcitamente que la representacin grfica medieval con de
dos palabras concretas les avala su condicin de catalanismo. Son los casos de galeaza
y ribazo (s. v. galera: DERIV. y s. v. riba: DERIV., respectivamente). La prueba grfico-
fonolgica que aduce dicha obra lexicogrfica (<> en lugar de <z>) evidencia que el
grupo [KI)] de las posibles respectivas terminaciones (-ACA y, con menor probabilidad,
-ACUM) no habra seguido la evolucin fontica esperada para el castellano, lo que
permiti formular la hiptesis de catalanismo, en el primer caso, y de catalanismo o
lusismo, en el segundo. No obstante, es preciso subrayar que el resultado final (fonema
/2/) ha sido idntico que el esperable por evolucin patrimonial para la lengua receptora
de las supuestas adquisiciones lxicas y diferente del de la transmisora (cataln: /4/), de
ah que haya debido recurrirse a etapas evolutivas anteriores representadas mediante
datos documentales para validar la condicin de prstamo.
- 190 -
En el ejemplo de pincel, la grafa equivalente al fonema medieval sonoro (<z> ~ /<%=/),
en lugar del sordo (<> ~ /9%4/ < C[k
i
]), permite discriminar al menos una de las tres
posibles lenguas que, segn el DCECH (s. v. pincel), pueden haber actuado de puente
(catalana, occitana y francesa). En textos medievales castellanos, el trmino
aparece escrito con -z-, luego tena sonora antigua, y esto prueba que ha de venir del cat.
pinzell y no del fr. ant. pincel (hoy pinceau); tambin podra tratarse de oc. ant. pinzel;
sin embargo, esta ltima opcin no se considera tan adecuada puesto que los autores
afirman que solo se dispone de un ej. nico, del S. XII, en Raynouard; mal transcrito
pinsel por Levy (DCECH, s. v. pincel)
273
, mientras que en cataln se trata de una
palabra muy comn.
b) /:/ = <x>; />/ = <j>
Puede realizarse una reparticin de los grupos de ejemplos que se incluirn en este
apartado y encabezarlos con las formas iniciales de sus timos ltimos para intentar
hallar una generalizacin de pruebas que demuestren la procedencia catalana, a ser
posible, no solo de las palabras referidas, sino de otras que posean caractersticas
similares. El elemento comn de todos ellos es el actual fonema velar fricativo sordo
(/?/ <j>) que proviene de diferentes combinaciones fonemticas:
1) [STI)]: congoja (congojoso, congojar o acongojar) y angoja (angojoso).
En congoja es donde mejor se explica por qu, desde el punto de vista fontico, debe
escogerse la lengua catalana como antecedente inmediato y es adems el nico
ejemplo en que se demuestra, mediante grafas medievales, la evolucin que sigui y
debera haber seguido la forma castellana: el origen cataln de congoja se explica
[...] y se comprueba: a) por el tratamiento STI) > x (y no ), ajeno al castellano
(DCECH, s. v. angosto: DERIV.), aplicable a angoja y al resto de formas derivadas
273
Para ms informacin acerca de este prstamo, vid. 2.1.1.1. Vocalismo. C3. Ausencia de -o y
2.1.2.2. Sufijacin: 12. -el.
- 191 -
que se han enumerado
274
, aunque para este ltimo sustantivo solo se haga referencia
a la rareza y carcter poco castizo de la forma (DCECH, s. v. angosto: DERIV.). El
resultado esperable en espaol, si se tratara de voces patrimoniales, sera el fonema
/2/. En cataln, en cambio, como expone Moll (1991: 185), el grup STY esdev ix
(pronunciat s@): ANGSTIA angoixa. J. Corominas y J. A. Pascual se sirven, por tanto,
de una evolucin propia del cataln para explicar las formas finales espaolas de
estas palabras.
2) [DI)]: pujar (II) (sobrepujar, sobrepujanza, sobrepujante, sobrepujamiento; repujar y
repujado), manjar.
El resultado autctono castellano de la evolucin del grupo [DI)] es la formacin del
fonema /A/ y no /?/, como se constata en los ejemplos presentados.
Es muy escueta la justificacin que aporta el DCECH para pujar (II), extensible al
resto de derivados de este verbo que, en ltima instancia, todos provienen de
PODIUM
275
. Solo se indica que
se tom del cat. pujar subir, lat. vg. *PDIARE, derivado de PODIUM podio de un circo,
otero, como prueba el tratamiento de la O y del grupo DI) (DCECH, s. v. empujar).
Se aportan, sin ms informacin, dos pruebas fonticas: una voclica y la
consonntica que ya se ha comentado
276
.
Un ejemplo un tanto ms peculiar de la evolucin del grupo [DI)] es el representado
por manjar. En general, este sustantivo se relaciona con las hiptesis sobre las
caractersticas del latn vulgar difundido por la Romania que se fundamentan en el
274
Para una informacin completa acerca de la justificacin de la procedencia catalana mediante el resto
de argumentos, vid. congoja en 2.1.2.1. Prefijacin: 2. Con- (/ com-). Cfr. adems el mismo
apartado para congojar o acongojar y congojoso; 1. A- para acongojar y 2.1.2.2. Sufijacin: 20.
-oso para angojoso.
275
Para una explicacin de todos ellos, vid. 2.1.2.1. Prefijacin: 8. sobre- y 6. re-, segn el prefijo con
que se han formado.
276
En cuanto al cambio de o en u, cfr. lo comentado para fulange y orgullo. Vid. supra A. Labiodental
fricativa sorda /f/. Pueden citarse otros ejemplos en que la argumentacin del DCECH solo se basa en
el resultado del timbre de la vocal: para bugada se propone la transmisin catalana porque la
gascona no poda dar o (s. v. bugada) y sobre plomazn se afirma que a juzgar por la -o- ser
catalanismo (s. v. pluma: DERIV.).
- 192 -
concepto de arcasmo para el espaol. Este y la lengua portuguesa se sirvieron del
timo COMEDERE para formar el corriente verbo comer, mientras que el cataln
(menjar), el francs (manger) y el italiano (mangiare) partieron de una formacin
posterior, MANDUCARE. Teniendo en cuenta esta distribucin del lxico romnico, ya
resulta evidente pensar que el sustantivo manjar, empleado en castellano, tiene que
haberse importado de otra lengua. J. Corominas y J. A. Pascual consideran que en
ltimo trmino proviene de una variante (MANDCARE) del timo referido que,
pasando por el cataln arcaico o el occitano, puede haber experimentado los cambios
pertinentes para desembocar en la forma adoptada por el espaol:
el paso de MANDCARE, a travs de la forma intermedia mande(g)are > mandyare a
menjar, es tan normal como el de PENDICARE > penjar (comp. fr. pencher), VINDICARE >
venjar, JUDICARE > jutjar, MANTICA > manxa (voz ajena al francs y a la lengua de Oc)
(DCECH, s. v. manjar).
Coln (1967a: 180), en su trabajo sobre occitanismos, propone esta lengua como
intermediaria basndose en el matiz semntico [...] de comida delicada que posee
esta voz en castellano con lo que viene apuntado el carcter de la vida refinada de la
Francia del Sur. En la seccin de catalanismos, sin embargo, admite que an tiene
sus dudas sobre si realmente puede optarse por la lengua occitana antes que la
catalana
277
.
3) [G
I
]: trajinar (trajn, trajinero) y mjol.
El fonema velar /g/ seguido de vocal palatal suele haber evolucionado a /A/ en
castellano y no a /?/ como ocurre en los ejemplos anotados en este apartado, a los
que podran agregarse aquellos que estn formados con el sufijo -aje (< cat. atge <
lat. -AGNEM)
278
. Este cambio en la evolucin regular demuestra, segn el DCECH,
que no se trata de voces patrimoniales, sino de prstamos.
277
Coln (1967b: 232). Cfr. tambin Coln (1968a: 1915).
278
Para ms informacin acerca de este grupo, vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 3. -aje.
- 193 -
En el caso de trajinar, no se admite que sea determinante para el espaol la
intervencin de la lengua catalana, sino que se da por supuesto, como puede
constatarse en la siguiente cita:
cat. traginar [...] (ya usual en 1176, a juzgar por trag trajn en doc. de esta fecha) [1
documentacin castellana: Oudin; Covarr.; Lope en Aut.]
279
. [...], la -j- prueba que en
cast. es palabra advenediza (DCECH, s. v. traer: DERIV.)
280
.
Del mismo modo, J. Corominas y J. A. Pascual desestiman que mjol (< cat. mjol <
lat. MGIL, -LIS) sea palabra patrimonial castellana puesto que el resultado de la
evolucin hubiese sido muil(e). Por el contrario, el cataln mjol es una forma
autctona. Los mencionados etimlogos se basan en el criterio fontico
(irregularidad castellana frente a regularidad catalana) para defender que se trata de
un catalanismo: solo en este idioma se justifica como normal la evolucin fontica,
tanto desde el punto de vista voclico como consonntico
281
. Coln (1967b: 215) se
sirve de este vocablo para ilustrar tambin que la argumentacin lingstica,
concretamente la fontica, es uno de los mtodos ms apropiados para poder
justificar el proceso de transmisin. En un reciente trabajo, Coln (2002c: 39) sigue
incluyendo mjol dentro del grupo de catalanismos de la alimentacin adquiridos por
el castellano. La extensin geogrfica de esta palabra, sin embargo, desconcierta un
279
Coln (1967b: 235) ejemplifica con trajinar, entre otros prstamos, la permanencia de la aportacin
catalana despus de 1500.
280
Esta argumentacin puede ser tambin aplicable a dos voces de la misma familia: trajn y trajinero.
Sobre la primera de ellas, el DCECH (s. v. traer: DERIV.) aporta informacin cronolgica que podra
respaldar su condicin de catalanismo [1 doc. cast: Oudin. 1 doc. cat.: 1176 segn el DCECH y 1131
segn el DECLC (s. v. treure: DERIV.)] a la vez que en dicho diccionario debe de darse por sentada la
prueba grafico-fonolgica expuesta para trajinar. En cuanto a trajinero, el DCECH (s. v. traer:
DERIV.) no ofrece ms informacin que la hiptesis etimolgica (del cat. traginer arriero) y la
primera documentacin castellana (h. 1530). En el DECLC, aparte de proporcionarse la primera
aparicin textual catalana de traginer (1244), se justifica explcitamente su paso al castellano de modo
idntico como en el DCECH se haba realizado para trajinar: del cat. s manlleu el cast. trajinero
[...] car el mot prpiament cast. s noms arriero, i la -j- de la forma cast. denuncia el manlleu
(DECLC, s. v. treure: DERIV.). Trajinero tambin se ha considerado en la presente tesis en 2.1.2.2.
Sufijacin: 14. -ero (/ -ario), -era (/ -aria), -er / -el, -era.
281
En cataln, la E () ha esdevingut o davant l final (Moll 1991: 82) y la conservaci de la G (amb el
so de zB o zB
C
) en certs mots s explicada [...] pel fet de tractar-se de veus introdudes o
reintrodudes en la llengua desprs de la resoluci voclica de la G intervoclica llatina davant E, I: [...]
MUGILE mjol (Moll 1991: 118).
- 194 -
poco ante esta seguridad con que se ha admitido por diferentes fuentes la transmisin
catalana
282
. Martnez Gonzlez (1997: 757), en su comunicacin sobre los
Catalanismos en la ictionimia andaluza, informa de que en Andaluca predomina la
variante mujo y asegura que se trata de un catalanismo:
creo que a Andaluca la palabra lleg directamente del cataln y perdi su -l final por
asimilacin a la pronunciacin de la -o, dado el sonido velar de la lateral en cataln
283
.
No obstante, se muestra reticente en la aceptacin de que la forma muxo [...], usual
en Galicia [...] y en Asturias [...], haya llegado a esas costas desde Catalua.
4) [SK
E
]: vajilla.
El tratamiento forastero del grupo [SK
E
] es el que demuestra que vajilla es un
prstamo y explica la aparicin del actual fonema velar fricativo sordo /?/. Segn el
DCECH (s. v. vaso: DERIV.), la confusin b-v es ms determinante para defender la
transmisin catalana, antes que la gascona, la occitana o la francesa:
En vista de la b- antigua debi de tomarse ms bien del cat. vaixella (ya muy frecuente en
la Edad Media) pues la confusin de v con b ya se documenta en masa en el pallars y
otras hablas septentrionales de este idioma, desde h. 1400 por lo menos que del gasc.
bachre, el oc. ant. vaissela o el fr. vaisselle d., procedentes todos del lat. vg. VASCELLA,
pl. de VASCLLUM vasija pequea [...]; as la fecha tarda del vocablo como el
tratamiento forastero de SC
e
denuncian claramente un prstamo consumado cuando vasija,
antes vajilla, tom el sentido de recipiente individual (DCECH, s. v. vaso: DERIV.).
Puede comprobarse a partir de esta cita, que el argumento fontico se ha
complementado con el cronolgico para defender la hiptesis de catalanismo.
5) [-PS-]: caja.
La aparicin del fonema velar fricativo sordo en esta palabra, en lugar de /-s-/, se
explica en el DCECH por tratarse de una importacin de las lenguas catalana u
occitana en las que la evolucin que se produce es completamente regular. Se
282
Para ms detalles al respecto, vid. 2.2.3.2. Los atlas lingsticos.
283
Cfr. tambin Martnez Gonzlez (1977: 204-205).
- 195 -
complementa el apoyo de estos posibles antecedentes lingsticos con los criterios
documental y de uso, como podr comprobarse a continuacin:
es vocablo raro en la Edad Media, solo lo conozco en los tres textos citados (el Libro de
Sancho IV es copia del S. XVIII, Calila lo es del S. XV, y la ed. de la Gr. Conq. no es
fidedigna) [...]. Aunque las tres excepciones citadas sean autnticas, esta rareza,
tratndose de palabra tan importante, lleva ya por s sola a creer en un extranjerismo,
tanto ms cuanto que en dichos ejs. se trata de artculos importados o de comercio [...].
Indica tambin origen cataln la frecuencia del vocablo en invent. arag., desde 1365 [...].
Por otra parte, el tratamiento fontico -PS- > -iss- o -ix- es enteramente normal en lengua
de Oc y cataln (IPSUM > eis, eix, ABSINTHIUM > aissens, GYPSUM > geis, guix, CYPSLA
> Guxols), pero ajeno al espaol y portugus (que tambin emplea caixa) (DCECH, s. v.
caja)
284
.
c) /s/ = <s, ss>; /z/ = <s>
Dentro de este grupo conviene hacer referencia a sorra, sosa y mscara (I). Se trata de
arabismos para los que se supone un intermediario cataln con objeto de explicar el
resultado castellano de la /s/ del rabe. Son ejemplos que difieren de otros arabismos
con el mismo fonema que en la lengua antigua se escriban con <>, <c> en la
actualidad (cfr. acelga, acemite, acetre, etc.
285
). En cuanto a los tres probables
catalanismos del corpus, se trata no de evoluciones patrimoniales, sino de problemas de
adaptacin de prstamos
286
.
284
Moll (1991: 138) aparte de informar de que en cataln los grupos PS i BS es conserven: CAPSA
capsa [...] i el grup es pronuncia com a ps en el catal de la Pennsula, profundiza un poco ms en los
primeros estadios evolutivos de la palabra tratada y afirma que la s@ de caixa i de eix (amb els seus
compostos aqueix i mateix) sha dexplicar [...] per formes intermdies *CACSA i *ICSE. Cfr. Badia i
Margarit (1981a: 84, II).
285
Vid. DCECH, s. v. acelga, acemita, acetre; y Malkiel (1971: 18).
286
Puede citarse otro caso que tambin implica arabismo, aunque un tanto ms complicado (civeta). Esta
voz se presenta como prstamo directo del francs para el espaol, pero en el DCECH (s. v. civeta) se
manifiesta que no es enteramente seguro si la voz francesa procede de la catalana o de la italiana. Se
muestra una mayor preferencia por la primera en vista del gnero femenino y de la c- sorda inicial,
pues hay otros casos de un z arbigo inicial transcrito por c- o s- en los arabismos catalanes. Los
aragonesismos melsa o mielsa pueden considerarse ejemplos paralelos, que presentan dificultad en la
explicacin de la s, aunque en esta ocasin se trata de germanismos: la s y el diptongo irregular de
estas formas indican que se tomaron del cat. melsa y no directamente del gtico. Vid., para melsa o
mielsa, Coln (1976: 88) y (1991: 71) donde junto con otros ejemplos se quiere reivindicar la
similitud (o identidad) lxica entre cataln y aragons en poca medieval. Vid. tambin Coln (2002c:
38) donde se tratan en el grupo de ejemplos catalanes pasados al aragons.
- 196 -
Adems de los datos fonticos comentados, la mediacin catalana de sorra y mscara
(I) se apoya a su vez con el criterio cronolgico (documentacin catalana anterior en
ambos casos, aunque la antigedad es compartida, en el segundo, con las lenguas
italiana y occitana). Coln (1999: 45), en su trabajo titulado De arabismos
interhispnicos, utiliza sorra, entre otras palabras, como ejemplo de arabismo cataln
desconocido en el resto de lenguas peninsulares.
La justificacin de sosa es ms completa y defendida por un nmero mayor de
argumentos (semntica, uso y cronologa
287
) adems de lo que se ha comentado del
fontico, en el que se integran tambin los cambios sufridos por la s de esta palabra en
posicin intervoclica:
La evolucin fontica de s9uda en el it. soda y el cat. ssa es perfectamente regular
segn la fontica de los dos idiomas, pero supone una importacin directa de la voz
arbiga en los dos desde fecha muy antigua, pues ms tarde se habra conservado el
diptongo y no se habra podido alterar en cataln la -d- intervoclica; comp. para esta
evolucin fontica, que en cataln es regular solo tras el acento: ALAUDA > alsa
alondra, RHODAS > Roses, INCUDINEM > enclusa [...] (DCECH, s. v. sosa)
288
.
d) /9%:/
Este fonema africado se localiza en dos voces propiamente dialectales que han
presentado, al igual que otras discutidas con anterioridad, una diferente evolucin del
grupo [DI)] (aqu correspondiente al aragonesismo repuchar < cat. rebutjar
289
) y de [G
I
]
(como es el caso del inicialmente aragons, murciano o asturiano chepa < cat. gepa, que
287
Se ha podido comprobar que sosa est registrada en el Vocabulario del Humanista, de Juan Lorenzo
Palmireno (1569), documentacin relativamente temprana, de un humanista aragons, no aportada por
los autores del DCECH (s. v. sosa). Proporcionan como primer ejemplo textual G. A. de Herrera
(ed. 1513?) y el siguiente que facilitan ya es de 1611, Covarr..
288
Cfr. Corominas (1989: 255 y 299). El mismo tipo de evolucin (d > s) es aplicable a la s interior de
presa (< cat. presa < lat. PRAEDA). Segn el DCECH (s. v. prender: DERIV.), la forma catalana sale
fonticamente del timo latino indicado. Con este comentario se remite implcitamente a dos
fenmenos: la falta de diptongacin en [i )], aunque cabe tener en cuenta que el resultado esperable
de la evolucin de A
*
E no siempre es completamente uniforme, y, sobre todo, a la referida evolucin
de -D- (cfr. sosa) en posicin intervoclica, puesto que en cataln si la dental va darrera laccent,
sol aparixer conservada, per modificada en el so s (sonor), segn explica Moll (1991: 111).
289
En el DCECH (s. v. repudiar), se destaca el carcter vulgar de la voz castellana. No hay
convencimiento de que repuchar realmente exista en esta lengua ante la falta de testimonios
documentales. Cfr. DECLC (s. v. rebutjar, nota 1).
- 197 -
ms adelante se generalizara
290
). La solucin final de los catalanismos del mismo tipo
ya comentados (pujar (II), manjar, etc.; trajinar, mjol, etc.) destacaba por ser la del
fonema /?/, mientras que aqu va a ser la del fonema palatal africado sordo /9%:/, quiz
por influencia dialectal en su proceso de adaptacin
291
.
e) Trueques
Existe un pequeo nmero de ejemplos del corpus (balso, lisa, zozobra / zozobrar, y
zangala), que se explican, en cada caso, como un trueque
292
de sibilantes acudiendo a la
transmisin del cataln por ser una lengua seseante.
Por su etimologa, balso (< lat. BALTEUS) tendra que haberse escrito con <> en textos
medievales y, por consiguiente, en la actualidad si fuese voz genuina tendra que ser
*balzo. Se propone, por esta razn, el intermediario cataln (bal) con la observacin
adicional de que en esta lengua esta palabra tiene mayor desarrollo semntico
(DCECH, s. v. balso).
Por lo que se refiere a lisa, la forma propia del castellano se esperara tambin con <z>,
segn indica el DCECH (s. v. lisa) y como tambin as se registra en el DRAE (s. v.
liza
1
). En esta ocasin no es posible discrepar de este punto de vista puesto que no se
concede un timo concreto del que partir. A cambio, se asegura en el DCECH que
la forma espaola con -s- es catalanismo moderno, sin duda procedente del Turia, el Jcar
o el Ebro, como lo son los nombres de las especies semejantes, MJOL y ANGUILA
(DCECH, s. v. lisa).
290
La procedencia catalana de chepa se justifica tambin a partir del criterio geogrfico para lo cual, vid.
2.2.3.
291
Moll (1991: 13) incluye REPUDIARE rebutjar dentro de la srie de mots llatins que apareixen
representats nicament en veus catalanes, o si ms no, que no nhem trobat rastre en les altres llenges
romniques, lo que consolida an ms la propuesta de catalanismo de repuchar.
292
Sobre el concepto de trueque, vid. Alonso (1949: 1-12). Cfr. Pascual (1991: 103-108).
- 198 -
La extensin geogrfica de lisa contribuye a validar la transmisin propuesta,
compartida tambin por Martnez Gonzlez (1997: 756) en su estudio sobre los
Catalanismos en la ictionimia andaluza en el que afirma que
aunque el habla marinera andaluza es generalmente ceceante, se ha recogido lisa, que
llegara de las costas catalanas, como nombre de un mgil en bastantes puntos de la costa
andaluza
293
.
Como ya se ha avanzado
294
, el DCECH justifica zozobra y zozobrar mediante los
argumentos referentes al campo semntico, la cronologa y la fontica, este ltimo el
ms importante centrado en el resultado de la pronunciacin catalana de la vocal final
(-e > -a) y en el trueque de sibilantes sobre el que se discurrir a continuacin. Segn la
hiptesis que se plantea en el DCECH, en zozobra (< sotsobre) el referido cambio
consonntico se ha producido en el proceso de adquisicin del prstamo. En realidad,
sin embargo, el problema es mucho ms complicado: tanto Alonso (1949: 1-2) como
Malkiel (1971: 28) mencionan la tendencia, relativamente general, al cambio sub- > a-
que ha afectado a varias palabras, generando formas o variantes del tipo champuzar,
aborda, ahumar, abullir, ejemplos proporcionados por el primero de los citados
autores. Segn l mismo, oobra(r) alterna con soobra en el siglo XVI. Tambin Y.
Malkiel nota la sistematicidad de este trueque percibiendo que ello suele ocurrir en
verbos que contienen una vocal velar en la base. Sobre el caso concreto de zozobrar
seala:
as well as to a stray, fairly late Catalanism, such as oobrar to founder, capsize, be in
great danger, fig. to worry, fret, be afflicted < sotsobrar, from sots < SUBTUS + sobre <
SUPER (Malkiel 1971: 28).
Por tanto, a pesar de que el vocablo sea un catalanismo, la explicacin de los cambios
que afectan a las sibilantes no necesariamente debe vincularse con el proceso de
adaptacin del prstamo. El mismo castellano habra desarrollado este tipo de cambio
en situaciones paralelas, tal como ha notado Pascual (1991) para la alternancia sufrir-
293
Para ms datos acerca de la extensin geogrfica de lisa, adems de la de mjol y anguila, vid.
2.2.3.2. Los atlas lingsticos.
294
Vid. 2.1.1.1. Vocalismo. B. Resultados de la pronunciacin neutra de <a>/<e> tonas del cataln.
- 199 -
ufrir, siguiendo explicaciones anteriores de Michelena (1975: 337-349) y Garca de
Diego (1916: 306)
295
.
B2. /"/
Este fonema consonntico es el resultado de la evolucin del grupo [LI)] en orgullo y en
todos aquellos prstamos formados con el sufijo -alla (< lat. -LA)
296
. Sobre este
ejemplo concreto, J. Corominas y J. A. Pascual desestiman que sea patrimonial en
castellano puesto que la forma obtenida en tal caso hubiese sido *orgojo. Establecen
una comparacin con las dems lenguas romnicas en las que esta voz es genuina:
cataln (orgull), occitano (org9uelh, -guolh), francs (orgueil) e italiano (orgglio).
Utilizan, en esta ocasin, el criterio fontico para defender que se trata de una forma
advenediza, tomada, en este caso, del cataln donde, adems, este vocablo posee
mayor amplitud semntica.
la evolucin fontica denuncia, en efecto, un prstamo lingstico, pues ni la ll ni la son
conformes a la fontica histrica castellana. Asimismo, dicho idioma vecino es el nico
de entre los dems donde es normal el paso de la O abierta
297
a U ante palatal: comp. ull
ojo, cull coge, escull escollo, jull joyo, vull VLO quiero, etc.
298
(DCECH, s. v.
orgullo).
J. Corominas y J. A. Pascual agregan a todo ello que otra prueba del origen cataln es
la forma orgull que aparece en la 1 Crn. Gral..
Se ha reservado para este apartado un ejemplo de caractersticas diferentes, anguila, que
no presenta el fonema lateral palatal en su forma actual a diferencia de lo que ocurra en
castellano antiguo (anguilla). Procede, segn el DCECH (s. v. anguila) en ltima
instancia del latn ANGULLA. Es importante en esta ocasin fijar la atencin en el timo
ltimo puesto que precisamente la evolucin de la l geminada detrs de vocal larga es la
295
De un modo paralelo se justifica la palabra zangala, proveniente del nombre propio San Gal por
conducto del cataln anticuado (sangala). La aparicin de la z se explica en el proceso de transmisin,
utilizando un tipo de argumentacin similar (DCECH, s. v. zangala). Partiendo de la discusin
aportada para zozobra y zozobrar, puede afirmarse, en consecuencia, que este cambio podra haber
ocurrido en el propio castellano y no necesariamente de resultas de su paso por el cataln.
296
Para ms informacin sobre este grupo de elementos lxicos, vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 5. -alla.
297
Es conocido que la O larga germnica tena timbre abierto, y como tal se reproduce en romance
(DCECH, s. v. orgullo).
- 200 -
que permite identificar que el cataln actu de puente para el castellano, tal y como
exponen con todo detalle J. Corominas y J. A. Pascual:
no debe aislarse el caso de anguila del conjunto fontico de que forma parte. En el
tratamiento de LL la Romania se escinde en dos grupos dialectales antiqusimos; tras
vocal breve la geminada se conservaba en todas partes, pero cuando preceda vocal larga
en latn, coexistieron dos tendencias: unos conservaban la geminada y otros reducan a L
simple para restablecer el equilibrio silbico; la lengua clsica opt por la reduccin solo
ante I [...] y por la geminada en los dems casos, pero en romance las dos tendencias se
repartieron geogrficamente. El portugus, el castellano, el sardo, el italiano y el rumano
(lenguas del Sur) conservan la geminada [...], mientras que los romances septentrionales
presentan sistemticamente formas que corresponden a la consonante simple (cat.
anguila, argila, mil, vila, estela, [...]). Ntese bien que las palabras citadas son todas las
que tienen LL tras vocal larga en latn (DCECH, s. v. anguila)
299
.
Es, por tanto, esta la razn por la que se propone la mediacin catalana, sustentada
tambin por el criterio documental
300
.
Por ltimo, debe destacarse que otros sufijos que presentan /"/ tendran que poseer, por
evolucin patrimonial, el fonema velar fricativo sordo /?/. Este es el caso de -alle (<
-ACLUM) e -illa (< -ICULA)
301
.
B3. OTRAS PALATALES
Dentro de este ltimo grupo de palatales, pueden incluirse aquellos ejemplos que han
experimentado cambios espordicos, no generalizables a otras palabras con las que
comparten la transmisin catalana. Se defiende para ellas dicha procedencia porque en
esta lengua, a diferencia de lo que ocurre en castellano, los cambios producidos son
explicables, sea por evolucin patrimonial, sea por alteraciones producidas siempre en
determinados contextos fonticos.
298
En cuanto al cambio de o en u, cfr. lo comentado para esta misma palabra y fulange en A. Labiodental
fricativa sorda /f/. Vid. supra.
299
Hiptesis tambin expuesta en Coromines (1989: 261).
300
Vid. 2.2.1.2. Criterio documental.
301
Para el comentario de todas las voces que resultan de esta formacin de palabras, vid. 2.1.2.2.
Sufijacin: 6. -alle y 13. -ella, -illa.
- 201 -
En amainar, por ejemplo, se postula un antecedente cataln, aunque incierto, debido a
una vocalizacin de /s/ mediante un fonema voclico palatal (/i/) que se ha producido
del mismo modo en otros elementos lxicos. Se trata de un verbo comn a diferentes
romances y los ms probables antecedentes castellanos parecen ser el italiano y el
cataln, pero al poseer esta segunda lengua un nmero mayor de acepciones de
importante raigambre y al no serle extrao el paso de *amaisnar
302
> amainar (con i)
procedente de la vocalizacin de la s, como en almoina limosna, raima resma), el
DCECH (s. v. amainar) opta por esta segunda opcin catalana. Coln (1962, 1994b y
1996) matiza que hay errores de transcripcin en un par de documentaciones en las que
se fundamentaba el DCECH, ya en su primera edicin, para formular la hiptesis de
catalanismo de amainar por lo que recrimina a J. Corominas su escasa solidez en el
manejo de informacin textual por desconocimiento o por inters y su creencia de
que todo viene del cataln (1994b: 293). El mismo estudioso en otro trabajo (1992:
604) califica de improcedentes catalanismos a amainar y otras voces.
La posible mediacin catalana de antena se centra en la evolucin del grupo primario
MN que aparece en su timo ltimo (lat. ANTMNA). Segn el DCECH (s. v. antena),
la forma correcta en latn era antemna [...] y no antenna; ambos hubieran dado
regularmente *antea en castellano, pero antena es regular en cataln como reflejo del
primero
Las explicaciones de Moll (1991: 157) contradicen este razonamiento puesto que
indican que en cataln MN primari apareix convertit en ny. Corominas (1989: 261-
262), sin embargo, insiste una vez ms en que es l quien est en lo cierto en este punto
a diferencia de este y otros gramticos y lo realiza de modo resolutivo por medio de los
siguientes comentarios:
s falsejar completament els fets dir que el catal canvia MN en ny (en castell s que
dna ), com fan Moll (131) i Badia (195). Ja Meyer-Lbke (Das Katal., p. 48) indic
que el tractament catal s n, citant dona DOMNA, son SOMNUM i el cat. ant. dan
DAMNUM. Afegim-hi antena ANTEMNA
303
, colona COLUMNA [...].
302
Que en ltima instancia derivara del latn AD+MANSIONARE.
303
Donde en nota a pie de pgina indica: aix normalment en llat. La variant ANTENNA est mal
documentada, i el cast. antena s un de tants catalanismes nutics.
- 202 -
A pesar de todas estas precisiones, en el DCECH (s. v. antena) no se desestima que
otras lenguas puedan haber actuado de mediadoras para antena, del mismo modo que la
catalana, entre ellas, el gallegoportugus y el occitano.
En otro ejemplo, gandaya, la pronunciacin yesta de determinadas zonas catalanas
justifica que esta voz en el proceso de adaptacin del prstamo no presente el fonema
lateral palatal. J. Corominas y J. A. Pascual indican que, aparte de la primera
documentacin presentada de mediados del siglo XVII, no disponen de otros ejs.
castellanos, fuera de alguno reciente. En cuanto al significado de esta palabra,
especifican que la ac. redecilla para recoger el cabello, especie de cofia, en
castellano no aparece hasta Acad. (1817, no 1783). Contrariamente, manifiestan que
este vocablo es frecuente en cataln, aunque solo en esta acepcin, puesto que, carece
de testimonios de esta lengua con el segundo significado. Infieren, por tanto, que se
trata de una acepcin secundaria, formada a partir del sentido originario, resolucin que
defienden con argumentos histricos, relacionados con el bandolerismo, a que se ha
hecho referencia en el bloque introductorio de esta tesis
304
:
en el teatro cataln suele representarse al antiguo bandolero del pas, cubierto con
gandalla, precaucin til en quien tiene que andar expedito por la maleza; no hay
inconveniente en derivar la ac. vida airada, vida holgazana, del S. XVII, de la gandalla
o red del S. XV, si sta era caracterstica de los bandoleros catalanes, que tanto afectaron
la imaginacin de los clsicos de Castilla (DCECH, s. v. gandaya).
Por lo que se refiere a la funcin que desempea esta lengua en el proceso de
transmisin al castellano y, asimismo, al portugus, el criterio fontico, como ya se ha
avanzado, consolida esta hiptesis:
no habra dificultad en el cambio de -alla en -aya, pues esta pronunciacin, propia de los
grupos -CL- y -L9I-, aunque vulgar, fu siempre corriente en el NE. de Catalua, donde
tuvo mayor intensidad el bandolerismo, y por lo tanto es natural que se propagara, en el
nombre de la red, aun al habla de Tortosa, Maestrazgo y zona catalana de Teruel (BDC
IX, 71), y de ah al castellano y luego al portugus (DCECH, s. v. gandaya)
305
.
Coln (1967b, 235) cita gandaya dentro del grupo de palabras catalanas pasadas al
castellano, de las cuales los hablantes tienen plena conciencia de que se refieren a cosas
304
Cfr. 2. Contactos y convivencia entre espaol y cataln, en concreto, 2.1.
305
Cfr. escayola, otro ejemplo en que la pronunciacin catalana puede haber intervenido en la
justificacin de <y>. Vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 18. -ol, -ola.
- 203 -
especficas de Catalua, Valencia o Mallorca. Inferimos, por tanto, que este autor
interpreta la voz con la primera acepcin que consignan J. Corominas y J. A. Pascual.
Por cuanto atae a linaje, se explica la intervencin catalana por ser frecuente en esta
lengua una disimilacin en el proceso evolutivo del grupo [-NI)-] siempre y cuando este
entre en contacto en la misma palabra con otros fonemas palatales. No obstante esta
argumentacin mediante el criterio fontico, Coln (1967b: 234) considera que a partir
de los datos cronolgicos no puede confirmarse como exclusiva la procedencia catalana
y lo manifiesta con la siguiente pregunta:
Por qu el esp. linaje (desde princ. S. XIII) tiene que venir del cat. llinatge (S. XIII) y no
del fr. ant. linage (S. XI) o del occit. ant. linadge (S. XI)?
J. Corominas responde a esta pregunta de forma directa y con cierto desaire: explica
cmo, en su opinin, deben interpretarse las primeras documentaciones textuales de
estas lenguas y, sirvindose del argumento fontico, manifiesta que linaje tiene que
haberse tomado del cat. llinatge d., disimilacin de llinyatge, derivado del arcaico
llinya por lnea:
Coln [...] pregunta por qu ha de venir del cataln y no del francs o el occitano, puesto
que en estas dos lenguas se documenta desde el S. XI. Pero aunque as sea, todo el mundo
reconoce que en el estado respectivo de la filologa francesa y la catalana, el tener una
palabra documentada en el S. XIII en sta y en el S. XI en aqulla es indicio de tanta
antigedad en la una como en la otra. Siempre la ciega aplicacin de los criterios de la
filologa, con desprecio de los de la lingstica. El profesor Coln no debe dar a la
documentacin ms valor del que se le puede reivindicar. En el S. XI no hay en general
notacin clara de la n
D
como diferente de la n. Cmo saber que una grafa francesa linage
escrita entonces no significa lin
D
agBe? He aqu la razn; y pregunto por mi parte: Hay
testimonios claros de una forma con -n- y no con -n
D
- (fr. gn, oc. nh) en francs y en
lengua de Oc? Es en cataln donde la influencia convergente de la ll- y la gB impona la
disimilacin: en castellano, en francs, en occitano, casi no haba razn alguna para
disimilar, y de hecho es linhatge lo que se halla en oc. y lignage en fr., siempre, o casi
siempre (DCECH, s. v. lnea: DERIV., nota 1).
De estar en lo cierto J. Corominas, la fontica sera determinante en este caso para
proponer la hiptesis de transmisin catalana; sin embargo, a pesar de que las primeras
dataciones literarias de esta lengua sean posteriores a las francesas debido, entre otros
posibles factores, a la utilizacin inicial del occitano en la lengua escrita, no creemos
que la interrogacin del profesor G. Coln haya desestimado de forma rotunda el
cataln como va de transmisin, sino que a partir de los datos textuales, ha querido
- 204 -
incidir en la importancia de que en otras dos lenguas (francesa y occitana) es palabra
muy antigua; por lo tanto, esto implica que postular con seguridad una procedencia,
exige una argumentacin slida que permita eliminar de forma irrefutable las dems
posibilidades
306
.
Para cerrar la seccin de palatales, se har referencia al aragonesismo y murcianismo
mancha II fuelle, ejemplo representativo del
tratamiento fontico -NTIC- > -nch-, que no es posible en ningn dialecto castellano
(comp. SALMANTICA > Salamanca, PERTICA > prtiga, etc.), ni aun los aragoneses, solo
es normal en cataln: PANTCA > panxa barriga, PERTICA > perxa, PRTCUS > porxe,
porxo, *CRONTICARE > gronxar (corresponde lgicamente, tras consonante, a -TIC- > -tj-
en posicin intervoclica: -atge < -ATICUM, jutjar < JUDICARE, frente a arag. y cast.
-azgo, juzgar). Luego mancha fuelle ha de ser catalanismo (DCECH, s. v. mancha, II).
Esta es una muestra ms de la aplicabilidad de las consecuencias de un cambio fontico
cataln a una voz espaola perteneciente a la variedad estndar o, como en este caso, a
la dialectal.
Conclusin. Ha podido comprobarse, en cada uno de los ejemplos comentados dentro
de este grupo de fonemas palatales, que el DCECH se sirve de estos elementos para
demostrar las irregularidades que se han producido en el proceso evolutivo castellano y
que los resultados finales no son los esperables en voces autctonas, sino que se trata,
sin lugar a dudas, de prstamos. Su justificacin la busca en la aceptacin de una
lengua, en concreto y mayoritariamente la catalana, para demostrar que cada uno de
estos fenmenos ocurridos es regular en este idioma vecino. El DCECH se sirve, por
tanto, de l para defenderlo como transmisor sin tener en cuenta en un nmero
significativo de ocasiones que otros romances podran haber intervenido del mismo
modo. Es ms, los cambios referidos son suficientemente dispares (si se quieren tratar
en conjunto) con objeto de obtener leyes vlidas para la identificacin de catalanismos.
Se trata de un compendio demasiado cuantioso de pequeas individualidades, no
siempre nicamente explicables a partir del criterio fontico.
306
Cfr. tambin Coln (2002c: 36 y 38).
- 205 -
C. VIBRANTES: CAMBIOS ESPORDICOS
El comportamiento de las vibrantes tiende a manifestar cambios espordicos que
ocurren de un modo concreto en una determinada palabra, pero que no necesariamente
deben repetirse en otros ejemplos en los que compartan contexto fontico. En los
elementos del corpus, el DCECH utiliza como argumento las alteraciones que
involucran estos fonemas consonnticos siempre y cuando hayan tenido lugar, como
aseguran los autores, en el propio cataln o en su proceso de adaptacin al castellano y
no posteriormente en esta lengua receptora, prueba que no puede considerarse
demasiado slida puesto que no siempre es posible demostrar que los cambios
producidos tengan que haber ocurrido de este modo y en este orden.
En el apartado dedicado al fonema labiodental fricativo sordo /f/ ya se ha indicado que
el grupo fl- en posicin inicial poda ser indicio de extranjerismo. En este momento
puede aportarse el ejemplo de frazada en que, segn el DCECH (s. v. frazada), se ha
propiciado un cambio de fl- en fr- en el proceso de adaptacin del prstamo para evitar
esta percepcin fornea. Las lenguas de transmisin ms probables seran el cataln y el
occitano, pero en dicha obra lexicogrfica se aporta mucha ms informacin para
consolidar la primera de estas dos posibles mediaciones:
La escasa antigedad del vocablo en castellano, el cambio de fl- en fr-, y la ausencia total
en portugus, comprueban que frazada es voz advenediza, como ya reconocieron Cuervo
y los Sres. A. Castro y A. Steiger [...]. Pero en lugar de partir del occitano, es preferible
admitir un origen cataln, en vista de la antigua fama de las frazadas catalanas, que fu
causa de la difusin de Catalogne o catalana como nombre de la frazada por los
dialectos de toda Francia [1468] y del Norte de Italia [...], y de valensana con el mismo
valor en Venecia [...]. El extranjerismo del grupo inicial fl- fue causa, en italiano como en
espaol, del cambio de fl- en fr- y, ocasionalmente, de una trasposicin de la lquida [...].
En cambio no cabe duda de que flassada es autctono en tierras catalanas y occitanas,
dada su completa popularidad y la extensin a todo el dominio lingstico cataln y a todo
el Este, Nordeste, Centro y Sur de las tierras de Oc [...]. La antigedad en los dos idiomas
es grande: desde med. S. XII, por lo menos, en ambos (DCECH, s. v. frazada).
A partir de esta cita, puede comprobarse que los autores se han servido de los
argumentos fontico, cronolgico
307
, comparativo, semntico e incluso los referentes al
uso y a la extensin geogrfica de esta voz para justificar el punto de partida cataln
307
Coln (1967b: 235) cita frazada como ejemplo de catalanismo documentado en castellano despus
de 1500.
- 206 -
(mejor que el occitano), no solo para el castellano sino tambin para otras lenguas,
como ya se ha comentado
308
.
Un ejemplo que podra contradecir el cambio fontico que acaba de defenderse en
frazada (fl- > fr-) es el del verbo fletar que, segn el DCECH (s. v. fletar), procede del
antiguo trmino nutico fretar, y ste del cat. ant. y dial. fretar d.. En esta ocasin, el
cambio consonntico se habra producido en el propio castellano y a la inversa de cmo
se ha postulado en el prstamo anterior (fr- > fl-) por lo que se opone a la teora que
defenda el forasterismo de fl- y su necesidad de cambiarse por otro grupo ms comn al
castellano en el proceso de adaptacin. Esta vez se justifica la transmisin catalana
mediante la pertenencia de fletar al campo semntico de la marina
309
.
Otra muestra de cambio de vibrante por lateral, aunque esta vez en posicin final (-r >
-l), puede aportarse mediante el posible catalanismo cautil
310
, al que deberan sumarse
todos los vocablos resultantes de la formacin de palabras con la adicin del sufijo -el
(< cat. -er)
311
. Sobre cautil, variante de cautn, se propone que
podra estar tomado del cat. antic. cautiri cauterio (SS. XV-XVI, hoy cauteri), o ms
precisamente de una variante *cautir (como hay cementir junto a cementiri, comp. cauter
citado por Ag.), con el cambio de -r en -l, normal en los extranjerismos (lebrel, timonel <
llebrer, timoner, etc.), y la alternancia -il ~ -n (como en cotn cut < fr. coutil)
(DCECH, s. v. cautn).
Por ltimo, se destacar en este apartado de vibrantes un ejemplo, un tanto ms
complejo y, por qu no, menos creble, de adicin de -r- en su paso por el cataln:
polacra, voz de esta procedencia sin necesidad de descartar totalmente, por razones
fonticas, una posible intervencin italiana. De todos modos, su primera documentacin
en un autor valenciano permite convertir en irrefutable para el DCECH la hiptesis de
catalanismo:
308
Cfr., en el bloque introductorio, 2. Contactos y convivencia entre espaol y cataln, en concreto
2.1., donde tambin se recoge parte de esta cita.
309
Cfr. infra 2.1.3.1. Campo semntico.
310
Tambin considerado en 2.1.1.1. Vocalismo. C3. Ausencia de -o.
311
Para ms detalles acerca de esta forma sufijal y del conjunto de posibles prstamos del cataln en los
que est integrado, vid. 2.1.2.2. Sufijacin: 14. -ero (/ -ario), -era (/ -aria), -er / -el, -era.
- 207 -
trmino nutico mediterrneo de origen incierto; en castellano se tom del cat. pollacra
(tambin pollaca) [...]. Quiz el lugar de origen estuvo en Italia, quiz estuvo en
Catalua, quiz el vocablo apareci simultneamente en los dos pases, y nunca sabremos
dnde se cre [...]. El cast. lo tomara del cat., puesto que no es italiana la forma con -r-
(quiz con influjo it., en vista de la -l- sencilla): no se olvide que Tosca era valenciano.
Resulta inevitable omitir el comentario de que la hiptesis etimolgica que ofrece el
DCECH para esta palabra se ha confeccionado a medida. Esta opinin se sustenta con la
observacin de que J. Corominas, en el DECLC (s. v. pollacra), no facilita
documentaciones que presenten la forma con -r- (pollacra), sino que en todas ellas se
localiza la supuesta forma ms antiga i dial. pollaca a lo que agrega en su favor que
avui en dia s ben conegut a totes les nostres costes com a nom duna petita embarcaci
dunes 200 tones, i tamb duna petita vela triangular suplementria que se subjecta al
botal de proa [...], en les barques de pescar i de cabotatge, per tal daprofitar ms el vent
[...]; en aquesta segona acc. el mot ms ben conegut com a pulEkr0 dels pescadors del
Maresme [...]. A Val. diuen polaca o pollacra.
Conclusin. La calificacin inicial con que se ha complementado el ttulo de este
apartado de vibrantes, esto es, cambios espordicos, ya resulta de por s significativa en
el momento de considerar vlidas las justificaciones que para cada voz se han propuesto
para ser generalizadas como pruebas de deteccin de prstamos del cataln. Ya se ha
comentado que los fonemas consonnticos vibrantes tienen una tendencia especial a
producir cambios aislados y particulares del contexto en el que se encuentran, no
nicamente en cataln, sino en otras lenguas, entre ellas, el castellano. En general, no
puede afirmarse que los procesos de adaptacin que se han expuesto tengan que haberse
producido primeramente en cataln y no hayan podido tener lugar ms tarde, en el
propio idioma receptor. Resulta difcil, por tanto, aceptarlos como pruebas concluyentes
para demostrar una transmisin concreta puesto que, adems, no pueden haber
prescindido, en un nmero importante de ocasiones, de otros argumentos para validar la
hiptesis inicial.
D. OTROS
- 208 -
En la introduccin al consonantismo, ya se ha presentado este apartado con el nombre
de cajn de sastre puesto que en l se han incluido unos cuantos ejemplos que no
muestran caractersticas comunes, sino que son representativos de diferentes fenmenos
espordicos sufridos de forma particular y difcilmente generalizables a otros prstamos
del cataln con los que cada uno de ellos pueda equipararse.
En ocasiones, la evolucin fontica catalana, a diferencia de la castellana, es regular y,
por tanto, patrimonial. Solo esta observacin es la que inclina a los autores del DCECH
a que se opte por aquella lengua como mediadora en la adaptacin del prstamo, sin
incluso precisar lo que ocurre en el resto de la Romania. Esto es lo que ocurre en betn
(< cat. betum < lat. BTMEN):
si el vocablo tuviese carcter hereditario tendramos *bedumbre o *betumbre en
castellano; y si fuese cultismo o semicultismo, *bitumen o betumen. En cataln la
evolucin BTMEN > betum es regular, y las varias formas castellanas [betume, betum,
betumen, betn, etc.] se explican como adaptaciones de la catalana (DCECH, s. v. betn).
En otros casos, el resultado final ha surgido de un cambio (prdida o adicin de un
sonido) que no es extrao para el cataln, pero s para el castellano, como puede
comprobarse en escoa (< cat. escoa d. < *escosa < lat. ABSCONSA), sobre el que se
afirma que
es hoy usual en toda la Costa catalana [...]. La prdida de una -S- intervoclica es
frecuente en cataln antiguo, y se produce generalmente cuando hay otra -s- o -- en el
mismo vocablo (comp. enciam < encisam INCISAMEN) (DCECH, s. v. escoa)
312
.
Y como puede comprobarse tambin en lonja II (< cat. llotja, val. y mall. llonja < fr.
loge < frncico LAUBJA):
la variante llonja es hoy mallorquina y valenciana [...]. La epntesis de la n, que en
castellano aparece aislada y no existe en otros romances, en Valencia forma parte de un
conjunto de hechos, pues este dialecto cataln responde con rellonge al rellotge reloj del
cataln normal, y con bronja al cat. brotxa brocha (DCECH, s. v. lonja II).
312
Moll (1991: 112) explica que davant laccent, la s desapareix regularment [...] INCISAMEN enciam
[...], a lo que Badia i Margarit (1981a: 71, II) agrega que la prdua de S s preferentment
dialectal. Puede comprobarse que la s de *escosa apareca detrs del acento. Ante estos datos, se
observa que la conclusin del DCECH (s. v. escoa) es contradictoria, aunque conviene matizar que los
mencionados gramticos no contemplan las palabras que poseen otro fonema similar (s o ).
- 209 -
Coln (1967b: 230-231) muestra su conformidad en la consideracin de lonja II como
catalanismo y est de acuerdo en cmo se plantea J. Corominas la epntesis de -n- de la
forma de esta palabra que, segn indica, es la nica que existe y ha existido en
castellano, aunque aade que apurando mucho, tambin podramos ver el fenmeno
que se ha desarrollado dentro del castellano (cf. DCEC, s. v. roncha) paralelo al que se
da en Valencia y Mallorca, pero no genticamente dependiente. Recordemos que otra
palabra del corpus que tambin ha experimentado, aunque de un modo distinto,
epntesis de -n- es fulange
313
.
Algo similar puede haber ocurrido en caso contrario (simplificacin de un grupo
consonntico): es admisible que el cataln se haya comportado de un modo ms
conservador que el castellano, como se observa en el ejemplo de retar (< ant. reptar <
cat. reptar < lat. REPTARE):
en cuanto al [...] cast. retar, su desarrollo fontico es sorprendente: en condiciones
semejantes las sordas se sonorizan antes de la sncopa en cast.-port: comp. recaudar,
caudillo, codo, leudo, etc., con los cat.-oc. recaptar, acaptar, sobte, malaute, dissabte, lleute,
nepta (cast. ant. nibeda), etc. Luego en principio hay que creer que retar es un vocablo
caballeresco introducido desde el Sur de Francia o Catalua, como tantos otros de esta
ndole. [...] no parece encontrarse en cast. ningn caso conservado del grupo -PT- en palabra
hereditaria y castiza (DCECH, s. v. retar).
Conclusin. Una vez ms el detalle de la justificacin particularizada para cada uno de
los ejemplos imposibilita la extraccin de reglas generales que puedan aplicarse a la
localizacin de voces procedentes del cataln. Como se ha comentado con anterioridad,
se busca en la lengua catalana la respuesta para los cambios no regulares (impropios
de la evolucin patrimonial) que se observan en palabras castellanas. No siempre suele
tenerse en cuenta otras posibilidades de transmisin y, como siempre, se precisa de la
complementacin de otros argumentos.
2.1.2. CRITERIO MORFOLGICO: FORMACIN DE PALABRAS
313
Para ms informacin, vid. supra A. Labiodental fricativa sorda /f/.
- 210 -
Se ha entrado varias veces en debate a lo largo de la historia lingstica sobre la
terminologa empleada en la denominacin de determinados procesos o sobre las
relaciones que entre ellos se establecen, como por ejemplo, si la prefijacin debe
integrarse dentro de lo que se conoce como derivacin o como composicin. En la
tradicin gramatical espaola suele optarse por la segunda opcin
314
. Meyer-Lbke
(1974) se inclina por considerar la sufijacin como mtodo derivativo, pero a medio
camino entre este y la composicin sita la formacin por prefijos. Esta postura es la
que introduce el captulo destinado a la prefijacin, de S. Varela y J. Martn Garca, en
la recientemente publicada Gramtica descriptiva de la lengua espaola (GDLE). El
ttulo elegido para este epgrafe introductorio ha sido el de Caracterizacin de la
prefijacin: entre la composicin y la derivacin, al que remitimos para la correcta
comprensin de las causas por las que la prefijacin se ha visto vinculada a uno u otro
grupo
315
.
No es el objetivo primordial de nuestro trabajo discurrir acerca de este problema de
clasificacin por lo que ha decidido que ambos fenmenos (prefijacin y sufijacin),
cuando se utilizan en el DCECH para la justificacin de la hiptesis de catalanismo, se
incluyan bajo la etiqueta de morfologa derivativa
316
, interpretada del mismo modo
que la nocin general de formacin de palabras. Esta eleccin posee una funcin ms
didctica u organizativa que terica. Se est de acuerdo con Malkiel (1966: 91) acerca
de que no deben establecerse fronteras claras entre las diferentes vertientes de la
formacin de palabras por lo que se considera adecuado concluir con la advertencia que
realiza este lingista afirmando que la composicin y la derivacin, aunque con
frecuencia ntidamente contrastables, emergen como los dos extremos de un nico
continuum.
314
As lo ordenan en sus publicaciones respectivas que utilizamos como fuente bibliogrfica Alemany
Bolufer (1920) y Moll (1991). Alvar y Pottier (1983), en cambio, se muestran precavidos y no hacen
referencia explcita al fenmeno de derivacin, pero dividen la seccin correspondiente de su estudio
en tres partes diferenciadas (prefijacin, sufijacin y composicin) por lo que al menos puede
deducirse que no consideran que la adjuncin de un prefijo sea sinnimo de formacin de un
compuesto.
315
Vid. pp. 4995-4997.
- 211 -
2.1.2.1. PREFIJACIN
La ordenacin alfabtica de todas las voces del corpus ha contribuido a la localizacin
de los vocablos que resultan de formaciones de palabras mediante la adjuncin de
prefijos a determinadas bases lxicas, un 75 % del material de esta tesis. En total, como
se ilustra en el cuadro siguiente, pueden establecerse nueve grupos de prstamos como
resultado de la reiteracin del empleo de un determinado afijo antepuesto:
PREFIJOS RECURRENTES EN PRSTAMOS DEL CORPUS
a- con- (/ com-) entre-
es-, ex-
pre- re- so-
sobre-
sota-
Se proceder a continuacin al anlisis individualizado de cada uno de estos prefijos,
precisando su evolucin etimolgica para las lenguas espaola y catalana y valorando si
tienen que haberse recibido en prstamo por parte de la primera. Se discutirn los
criterios lingsticos o extralingsticos de que se sirve el DCECH para justificar la
mediacin catalana con el fin de concluir hasta qu punto puede confiarse, en esta
ocasin, en la formacin de palabras.
1. A-
316
Cfr. Base de documentacin, en concreto, el campo en que se recogen los criterios justificativos de la
transmisin catalana.
- 212 -
Origen y transmisin. El prefijo a-, procedente del latn AD-, puede aparecer en verbos
cuya formacin ya se produjo en latn o bien resultar de creaciones parasintticas
romnicas o catalanas si se parte de los datos del corpus, de base generalmente
sustantiva
317
, en algn caso adjetiva
318
e incluso adverbial o verbal
319
. En la GDLE se
precisa que en los casos de parasntesis, la semntica es la propia de la locacin [...], la
adicin [...] o la causatividad [...] (p. 5017), mientras que el sentido latino del prefijo
era propiamente locativo, con el sentido de direccin o meta.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA prefijo A-
Cataln
acarralar, acollar, acongojar, acopejar
320
, acorar, acotar,
acotolar, aferrar, alojar, amainar, amaitinar, amparar o
amprar, apedazar, apilar, aserenar, atipar, ayustar
Cataln o gascn aguaitar
Del conjunto de prstamos citados, el DCECH se sirve de la morfologa derivativa solo
en una ocasin, y an de modo implcito, para justificar el intermediario cataln. Se est
haciendo referencia a amaitinar. Conviene tener en cuenta, sin embargo, que el motivo
de que la formacin de esta palabra se produjera supuestamente primero en dicha lengua
romance debe buscarse en la raz y no en el empleo del prefijo tratado: se trata de un
parasinttico cuya base lxica es el sustantivo mait, propio del cataln dialectal.
Para el resto de prstamos, se utilizan otros criterios, lingsticos y extralingsticos,
como aval de la transmisin catalana.
317
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 537 y 598), Alemany Bolufer (1920: 173-174), Alvar y Pottier (1983:
243) y Moll (1991: 448).
318
Cfr. Malkiel (1941).
319
Cfr. GDLE (5016-5017).
320
Cfr. ms adelante la importancia del sufijo -ejar para la identificacin de prstamos del cataln (
2.1.2.2. Sufijacin: 11. -ejar).
- 213 -
La semntica y la fontica son los ms reiterados. Ambos son los que aportan indicios
en favor de la procedencia romnica de amainar, aunque no suficientemente
determinantes puesto que la hiptesis de catalanismo se presenta como incierta
321
.
El lenguaje de la marina es fundamental para aproximar a la condicin de catalanismos
otras voces como aferrar y ayustar, esta ltima formada sobre una base lxica adjetival
al igual que ocurre con aserenar o atipar, cuya transmisin catalana no est justificada
por el DCECH.
La fontica interviene en la justificacin de la transferencia de otras palabras como
acarralar y acollar. El aval de la hiptesis de catalanismo del primer ejemplo est
relacionado con la pronunciacin de la forma equivalente en la lengua catalana
322
.
Mucho ms slida es la argumentacin de la procedencia de acollar, puesto que su base
lxica es un sustantivo inexistente en castellano y comn en cataln
323
.
El argumento extralingstico de uso, identificado con el comentario de ms popular en
este idioma [cataln] (DCECH, s. v. pila, II: DERIV.), es el que se emplea para validar
la transmisin de apilar.
A excepcin de acongojar
324
, la procedencia del resto de prstamos recogidos en el
cuadro anterior no est justificada por el DCECH. Antes de cerrar, sin embargo, los
comentarios de este apartado, cabe comentar que Coln (1967b: 231) se muestra en
desacuerdo con la consideracin de alojar como catalanismo, procedencia no justificada
por el DCECH. El material documental que maneja lo conduce a la conclusin de que
este vocablo es un prstamo directo del italiano, fechado en esta lengua ya desde el siglo
XIV.
321
Para un anlisis detallado acerca de esta voz, vid. 2.1.1.2. Consonantismo. B3. Otras palatales.
322
Para ms detalles, vid. supra, dentro del anlisis del criterio fontico, 2.1.1.1. Vocalismo, en
concreto, B. Resultados de la pronunciacin neutra de <a> / <e> tonas del cataln.
323
Vid. la justificacin detallada en 2.1.1.1. Vocalismo, concretamente en el apartado destinado al
tratamiento de la falta de diptongacin de tnica.
324
Para un anlisis de este verbo junto con la variante congojar que cita el DCECH (s. v. angosto:
DERIV.), vid. siguiente seccin.
- 214 -
Conclusin. Ha podido comprobarse que el prefijo a- (< AD-), comn a la mayor parte
de lenguas romances, no puede adoptarse como garanta para identificar una
determinada transmisin para la lengua castellana. En relacin al tema de esta tesis, la
anteposicin de este elemento a una base lxica concreta no tiene que haberse producido
siempre en cataln, sino que esta formacin puede haber ocurrido tanto en el propio
espaol como en cualquier otra lengua hermana. Otros argumentos deben validar por
tanto el proceso de transferencia de palabras que presentan estas caractersticas.
2. CON- (/ COM-)
Origen y transmisin. Estas formas prefijales proceden en ltimo trmino de la
preposicin latina CM que ya en la misma lengua madre cambiaba la u en o cuando
actuaba como prefijo. Esta vocal iba seguida por las consonantes m o n o ninguna
dependiendo del fonema con el que comenzaba la palabra a la que se adjuntaba
325
. Un
proceso similar ocurre en romance. De acuerdo con los datos del corpus, la opcin
predominante es con-, pero esta n se convierte en m cuando va seguida por el fonema
bilabial oclusivo sordo /p/. Segn se especifica en la GDLE, en espaol las formas con-
/ co- [...] sealan una accin conjunta llevada a cabo por dos o ms sujetos de manera
recproca (p. 5016). Conviene precisar, sin embargo, que la formacin de la mayora de
prstamos del corpus con estas variantes prefijales ya se realiz en el propio latn.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA prefijo CON- (o COM-)
Cataln
companaje, confitar, confite, confitera, confitera,
confitero, confitura, congoja, congojar (o acongojar),
congojoso, convite
325
Para ms detalles, vid. Alemany Bolufer (1920: 180-182). Cfr. tambin Meyer-Lbke (1974: 539 y
600), Alvar y Pottier (1983: 255) y Moll (1991: 448).
- 215 -
Cataln, francs o espaol comps
Buena parte de los ejemplos organizados en el cuadro anterior estn muy relacionados
entre s puesto que salvo tres casos aislados (companaje, comps y convite) es posible
agrupar el resto en dos familias lxicas: confitar, confite, confitera, confitera, confitero
y confitura, por un lado, y congoja, congojar o acongojar
326
y congojoso por otro. En
ningn momento el DCECH ha utilizado la morfologa derivativa referida o no al
empleo del prefijo con- (/ com-) para justificar la supuesta procedencia catalana. Cierto
es, sin embargo, que determinados parasintticos aqu citados estn formados con
diferentes sufijos que pueden ms o menos sugerir dicha lengua como advenediza. La
terminacin que mayor posibilidades presenta es la de companaje seguida con menor
importancia por las de congojoso, confitero, confitera y confitera
327
.
Los prstamos que estn argumentados de un modo ms amplio (confite y congoja)
constituyen respectivamente la base sustantiva inicial de las dos familias lxicas a partir
de las que se han desencadenado los subsiguientes derivados, justificados de forma
indirecta, por tanto, como catalanismos.
Desde el punto de vista histrico, la importancia en tierras catalanas de la gastronoma,
donde est incluida entre otras subfacetas la confitera (cfr. argumentacin de confite),
resulta tambin fundamental para sostener la hiptesis de catalanismo de convite
328
.
El DCECH justifica extensamente por qu el castellano congoja se tom en prstamo
del cataln. Presenta, esta vez, una lista ordenada de los argumentos utilizados (la
fontica, al que ya se ha hecho referencia
329
, la extensin geogrfica del vocablo, la
326
Vid. supra, prefijo a-, para la formacin de acongojar.
327
Para un anlisis completo de estas voces, consltese en el siguiente subepgrafe de esta tesis (
2.1.2.2. Sufijacin) los respectivos apartados de sufijos donde se han tratado: 3. -aje; 20. -oso; y 14.
-ero (/ -ario), -era (/ -aria), -er / -el, -era.
328
Para ms informacin acerca de confite, vid. supra 2.1.1.1. Vocalismo. C1. Adicin de -e, y, para
convite, vid. infra 2.1.3.1. Campo semntico.
329
Vid supra 2.1.1.2. Consonantismo. B1. Sibilantes.
- 216 -
cronologa y el importante uso de voces afines a la forma catalana a diferencia de lo que
ocurre para la espaola), vlidos tambin para los derivados congojar o acongojar y
congojoso:
El origen cataln de congoja se explica por el influjo de la lrica trovadoresca y de los
poetas catalanes de los SS. XIV-XV sobre el Marqus de Santillana y su escuela, y se
comprueba: a) por el tratamiento STI) > x (y no ), ajeno al castellano; b) por la rareza del
vocablo en gallegoportugus, donde no parece haber sido nunca frecuente y hoy est en
desuso, salvo en Tras os Montes; c) por la fecha tarda en castellano; d) porque el
descendiente del primitivo CONGUSTUS (de donde CONGUSTIA), muy vivaz en cataln
antiguo y moderno (congost desfiladero), apenas ha existido en castellano; e) por la
rareza y carcter poco castizo de la forma castellana paralela angoxa, angoxoso, solo
empleada por Santillana y otro autor del S. XV (DCECH, s. v. angosto: DERIV.).
El DCECH no justifica la transmisin del resto de prstamos ejemplificados que no se
han comentado.
Conclusin. El resultado de la formacin de palabras con el prefijo con- y el resto de
formas equivalentes no implica que dicho proceso gramatical se haya producido en una
determinada lengua romnica, en concreto, la catalana. No puede utilizarse en este
sentido, por tanto, la morfologa derivativa para justificar la transmisin de supuestos
prstamos espaoles o de cualquier otro idioma que presenten este elemento antepuesto
a una base lxica.
3. ENTRE-
Origen y transmisin. Procedente del latn NTER-, el prefijo entre- puede adjuntarse a
bases verbales, sustantivas y adjetivas. Desde el punto de vista evolutivo, es forma
patrimonial tanto para el espaol como para el cataln y el resto de lenguas
colindantes
330
. Segn la GDLE, entre- se asemeja al prefijo comitativo co(n)- puesto
que ambos denotan una relacin simtrica entre dos o ms entidades (p. 5016).
330
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 537 y 610), Alemany Bolufer (1920: 191-192), Alvar y Pottier (1983:
247) y Moll (1991: 448).
- 217 -
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA prefijo ENTRE-
Cataln entrems, entremiche
Como puede observarse, el corpus solo registra dos ejemplos formados con entre- y, eso
s, ninguno de ellos est justificado tomando como base la morfologa derivativa. El
DCECH no aporta argumentos para defender la hiptesis de catalanismo de entremiche,
pero s de entrems
331
.
Conclusin. Ha podido comprobarse que, aparte de disponer nicamente de material
limitado formado con entre- (solo dos ejemplos), no se prev motivo alguno para
especular que este prefijo pueda ser decisivo para la identificacin de voces tomadas en
prstamo del cataln.
4. ES-, EX-
Origen y transmisin. Se trata de formas prefijales que provienen en ltimo trmino
del latn EX-. Los descendientes de este timo suelen alternar en romance en sus
variantes popular y culta: es- y ex-, respectivamente, tanto para el espaol como para el
cataln. Ambas pueden aplicarse a bases sustantivas o adjetivas y proceder directamente
de derivaciones producidas en la lengua madre o de otras ms recientes. En la
331
Para ms informacin acerca de si otras fuentes comparten la hiptesis de catalanismo de entremiche,
vid. supra, dentro de la explicacin del criterio fontico, 2.1.1.1. Vocalismo. C1. Adicin de -e. Por
cuanto se refiere a la discusin argumental de entrems, vid., dentro de este mismo epgrafe, C3.
Ausencia de -o.
- 218 -
actualidad, suele emplearse con mayor asiduidad la variante culta para la formacin de
nuevas palabras
332
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA prefijos ES-, EX-
Cataln
escalfar, escalfeta, escampamento, escaar, escarpidor,
esclafar, escorchar, escorchapn, escorzonera, escorzn,
esguardar, esguince
excursionismo, excursionista, exilado, excrex
Cataln y francs exilio
En el cuadro de prstamos que acaba de presentarse, pueden localizarse las dos
variantes del prefijo, popular y culta. La mayora de timos son formas derivadas; es
decir, la adjuncin de EX- a una base lxica ya se haba aplicado en el propio latn. El
DCECH no se sirve del criterio morfolgico para justificar ninguno de estos posibles
catalanismos.
Para el antiguo escalfar, del que solo se mantiene calfar en murciano, el DCECH
propone al menos un intermediario en parte cataln. Esta lengua posee ms
acepciones para esta voz, como se comentar ms adelante
333
, aplicadas
fundamentalmente a la gastronoma y a la albailera por lo que J. Corominas y J. A.
Pascual opinan lo siguiente:
lo especial de estas acs., y la localizacin geogrfica de calfarse y de los ejs. ms antiguos
de escalfador [en inventarios aragoneses], indican un origen cataln, por lo menos en
parte: all es vivo y usual escalfar, en todas las acs., como forma del Principado, y calfar
del Pas Valenciano (DCECH (s. v. escalfar).
332
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 604), Alemany Bolufer (1920: 193-194), Alvar y Pottier (1983: 246),
Moll (1991: 448) y GDLE (pp. 5017-1018).
333
Vid. infra, 2.1.3.2. Contenido semntico.
- 219 -
La transmisin de escorchapn, prstamo considerado como italianismo por Terlingen
(1943: 244), es, de acuerdo con el DCECH, catalana, segn ha podido comprobarse en
el cuadro anterior
334
.
De entre los parasintticos que no presentan ningn tipo de argumentacin etimolgica,
cabe destacar escarpidor, escampamento, escorzn y escorzonera, cuyos sufijos
respectivos pueden aportar algn indicio adicional a favor del antecedente cataln
335
.
Antes de cerrar este apartado, queda pendiente el comentario de las voces formadas por
la variante culta ex-. Todas ellas son latinismos para la lengua catalana a excepcin de
excrex, voz aragonesa que procede, segn el DCECH (s. v. crecer: DERIV.), del cat.
escreix creces, excrex, derivado de *escrixer (= oc. ant. escrisser crecer,
aumentar), y ste de crixer crecer (< lat. CRSCRE). El DCECH no justifica la
transmisin propuesta.
De la totalidad de prstamos formados con ex-, la citada fuente lexicogrfica solo
justifica la procedencia catalana de dos de ellos, excursionismo y excursionista,
tomando como base el criterio cronolgico. A pesar de que el DCECH presente el
sustantivo excursin como latinismo en espaol sin intermediario romance, esta fuente
postula que los dos derivados citados debieron de adoptarse del cataln puesto que en
esta lengua ambos ya aparecen documentados antes de 1878, mientras que en
castellano la Academia no los registra hasta las ediciones de su diccionario de 1925 o
1936.
La procedencia del resto de ejemplos no comentados, formados con es- o con ex-, no
est justificada en el DCECH.
Conclusin. A tenor del anlisis expuesto de los diferentes prstamos formados en una
lengua romnica o ya en latn con las variantes prefijales es- o ex-, puede asegurarse que
334
Para ms informacin sobre este vocablo, vid. supra 2.1.1.1. Vocalismo. C3. Ausencia de -o.
335
Para ms informacin al respecto, vid. las secciones correspondientes del siguiente subepgrafe de este
trabajo destinado al estudio de los sufijos (10. -dor; 14. -ero (/ -ario), -era (/ -aria), -er / -el, -era; 17.
-mento; y 19. -n, -ona).
- 220 -
no es posible justificar una transmisin romance a partir de la morfologa derivativa
restringida a la adicin de uno de estos afijos. Debe, por tanto, recurrirse a otros
argumentos para consolidar el antecedente cataln.
5. PRE-
Origen y transmisin. Pre- (< latn prae-) puede incluirse en el grupo de formas
prefijales que no han seguido la evolucin patrimonial propia del espaol, sino que se
han mantenido como elementos cultos con modificaciones restringidas a la adaptacin
en la lengua romance. Asimismo, en cataln este prefijo est presente en muchos
latinismos
336
. Debe interpretarse desde los orgenes con los sentidos de anterioridad
posicional y temporal
337
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA prefijo PRE-
Cataln prebostal, prebostazgo, preboste, presentalla
De las cuatro voces del corpus encabezadas con pre-, cuyo timo ltimo es el latn
prae-, tres de ellas pertenecen a la misma familia, como puede deducirse del cuadro
anterior. Poca informacin aporta el DCECH sobre estos cuatro elementos lxicos y
para ninguno de ellos se justifica la propuesta de que el cataln haya mediado entre la
lengua latina y el espaol. Preboste, prebostal y prebostazgo se presentan simplemente,
adoptando la terminologa de dicha fuente lexicogrfica, como duplicados catalanes del
cultismo prepsito (< latn praepstus) y presentalla, del castellano antiguo presentaja,
pero habiendo pasado antes por la lengua vecina. Estas dos ltimas formas derivan de
presentar (< latn praesentre)
338
.
336
Cfr. para ambas lenguas Alemany Bolufer (1920: 201-202), Alvar y Pottier (1983: 255) y Moll
(1991: 448).
337
Cfr. GDLE (pp. 5012 y 1018).
338
Para ms referencias acerca de prebostal y presentalla, vid. infra 2.1.2.2. Sufijacin: 4. -al y 5.
-alla.
- 221 -
Conclusin. El material del corpus formado con el prefijo pre- es muy limitado para
valorar la mayor identificacin de dicha partcula gramatical con la lengua catalana en
detrimento de la castellana. La falta de argumentacin de las cuatro voces comentadas,
las nulas referencias a la morfologa derivativa y el idntico resultado formal que posee
este prefijo en ambas lenguas romances no permiten considerarlo vlido para demostrar
que una voz espaola determinada posee la condicin de prstamo por ser resultado de
una derivacin con pre-.
6. RE-
Origen y transmisin. Este prefijo no ha sufrido modificacin evolutiva en su paso del
latn al cataln o al castellano (RE- > re-). Su capacidad de formacin de palabras
tampoco la ha adquirido en romance, sino que ya posea esta cualidad en la misma
lengua madre por lo que en ocasiones resulta inseparable de la raz. Se caracteriza por
diferentes significaciones, posicin, intensidad e iteracin, la ms comunes, estas dos
ltimas
339
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA prefijo RE-
Cataln
rejitar, relej o releje, reporte, repuchar, repujado, repujar,
rescatar, resn, retal, retrete, revesa o reveza, revoltn
339
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 539 y 613), Moll (1991: 448) y consltese sobre todo para entrar en
detalle en sus diferentes valores semnticos Alemany Bolufer (1920: 203-204), Alvar y Pottier (1983:
254), Battaner (1999: 229-231) y GDLE (pp. 5012-5013, 5026 y 5030-5031).
- 222 -
El DCECH justifica menos de la mitad del conjunto de probables catalanismos
recogidos en el cuadro anterior y cuando lo hace, las argumentaciones que emplea son
muy variadas, pero nunca utiliza el criterio morfolgico
340
.
El campo semntico al que pertenecen revesa o reveza y retal se emplea para justificar
su transmisin catalana. Las dos primeras variantes seran ejemplos del importante
nmero de prstamos de esta lengua que han entrado al espaol a travs del lenguaje
marinero, mientras que retal es representativo de otra esfera lxica, la textil, tambin
bastante influida por el cataln
341
. Coln (1976: 197) utiliza esta segunda voz como
ejemplo de catalanismos entrados al espaol a partir del siglo XIV
342
.
Dentro del campo semntico de artes y oficios tambin tenemos otro prstamo del
cataln segn el DCECH, justificado esta vez por la tradicin popular. Se trata de
repujar que se presenta como vocablo procedente del cat. repujar d. (es oficio que
cuenta con vieja tradicin barcelonesa) (DCECH, s. v. empujar: DERIV.).
El argumento cronolgico prioriza la transmisin catalana en el caso de rescatar,
aunque podra haber ocurrido que para dicha lengua esta voz tambin fuera prstamo
del italiano:
La fecha tarda del vocablo en castellano [...], y su mayor antigedad en cataln e italiano,
invita a creer que en castellano es prstamo del cataln; por otra parte la ausencia del
vocablo en lengua de Oc [...] y el poco desarrollo de la familia de catar en cataln,
sugieren la posibilidad (aunque ya ms incierta) de que en este idioma se tomara, en
calidad de trmino del derecho mercantil, del italiano, donde coexiste con accattare
tomar prestado y dialectalmente comprar (DCECH, s. v. catar: DERIV.).
Independientemente de la hiptesis etimolgica escogida, debe tenerse en cuenta que la
forma del prefijo res- no responde a una variante del elemento re- hasta ahora
comentado, sino que Alemany Bolufer (1920: 204) precisa que resulta de la unin de
los prefijos RE + ES.
340
De entre los que no disponen de ningn comentario acerca de la hiptesis etimolgica postulada, cabe
destacar revoltn, parasinttico que ha adjuntado a la raz re- y -n. Vid. el siguiente subepgrafe (19.
-n, -ona) para ms informacin sobre dicho sufijo y las voces del corpus relacionadas con l.
341
Para ms informacin acerca de la justificacin de catalanismos por el campo semntico al que
pertenecen, vid. 2.1.3.1. Campo semntico.
342
Cfr. Coln (2002c: 39), donde sigue manteniendo que retal es prstamo del cataln.
- 223 -
Conclusin. Conforme a lo que acaba de discutirse a propsito de re-, ha podido
comprobarse que no se ha manifestado ningn indicio que lo identifica directa o
indirectamente con el cataln. Tanto esta lengua como la espaola pueden haber
heredado este prefijo sin ningn tipo de mediacin. Diferentes factores, como se ha
comprobado, han intervenido en la evolucin de los prstamos del espaol que
presentan re- en su formacin, pero la morfologa derivativa no ha podido ser, en esta
ocasin y bajo ningn concepto, determinante.
7. SO-
Origen y transmisin. La forma so- puede ser resultado de la evolucin fontica
regular del latn SB- en su paso al cataln y al castellano. Esta preposicin, empleada
como prefijo, posee diferentes variantes y ha tenido una gran difusin en la formacin
de palabras
343
. Este prefijo puede interpretarse como indicativo de posicin
344
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA prefijo SO-
Cataln soflama, soflamar
Cataln o mozrabe solimn
En el corpus de la presente tesis, solo se contabilizan tres prstamos como consecuencia
de la adicin del prefijo so- (< latn SB-). Dos de ellos comparten familia lxica
(soflama y soflamar). La fontica y la restriccin de la extensin geogrfica de dichas
343
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 614), Alemany Bolufer (1920: 207-208), Alvar y Pottier (1983: 250) y
Moll (1991: 448).
344
Cfr. GDLE (pp. 5014).
- 224 -
voces son las que permiten a los autores del DCECH especular con la transmisin
catalana
345
.
La informacin acerca de la tercera voz, el antiguo solimn, se expone sin ningn tipo
de argumentacin etimolgica. El propio DCECH (s. v. umbral: DERIV) admite que
tiene pocas probabilidades de que pueda considerarse catalanismo, pero no deja de
indicarlo:
Hay antiguo duplicado [de sublimado] solimn [...] que parece ser alteracin de solimd
[...], variante de origen mozrabe (o cataln, contra lo cual se alega la falta de
documentacin antigua en el Principado y el hecho de que hoy esta forma all es sobre
todo val. y mall.).
Conclusin. La morfologa derivativa, en concreto la utilizacin del prefijo so-, no ha
motivado la justificacin de la hipottica transmisin catalana de ninguna de las tres
voces comentadas. Este nmero restringido de ejemplos registrados en el corpus y el
idntico resultado evolutivo que supone el latn SB- para el castellano y el cataln
invalidan que pueda adoptarse este elemento como aval de la intervencin de esta
ltima lengua en el proceso de transferencia lingstica entre romances peninsulares.
8. SOBRE-
Origen y transmisin. Sobre es una preposicin que puede emplearse como prefijo
para la formacin de sustantivos, adjetivos o verbos. Tanto para el espaol como para el
cataln, proviene en ltima instancia del latn SUPER. En ambas lenguas puede ser
resultado de una evolucin patrimonial
346
. En su funcin prefijal, puede interpretarse
con los sentidos de posicin, intensidad e iteracin
347
.
Prstamos del corpus:
345
Para ms datos, vid. 2.1.1.2. Consonantismo. A. Labiodental fricativa sorda /f/.
346
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 537 y 615), Alemany Bolufer (1920: 206-207) y Moll (1991: 448).
347
Cfr. GDLE (pp. 5013, 5025-5026 y 5031).
- 225 -
LENGUA TRANSMISORA prefijo SOBRE-
Cataln
sobrepujamiento, sobrepujante, sobrepujanza, sobrepujar,
sobrevesta
El DCECH no utiliza la morfologa derivativa en la justificacin de la transmisin
catalana de ninguno de los prstamos integrantes del corpus formados con sobre-. Como
puede observarse en el cuadro presentado, cuatro de ellos son elementos de una misma
familia lxica, los tres primeros, derivados del siguiente, sobrepujar, considerado por
este diccionario, sin muchos ms detalles, como adopcin del cataln. Es evidente, sin
embargo, que esta hiptesis se fundamenta en la evolucin fontica del verbo al que se
ha adjuntado el prefijo: cataln pujar < latn PDUM. El resultado patrimonial de esta
palabra en espaol no poseera el fonema /?/, sino /j/
348
. Para sobrevesta, en cambio,
puede inferirse implcitamente que la cronologa es la que ms permite defender la
misma procedencia: en castellano no aparece documentado hasta el Quijote, mientras
que en cataln ya se han encontrado ejemplos del siglo XIV (DCECH, s. v. vestir:
DERIV.).
Conclusin. La informacin que aporta el DCECH sobre los pocos prstamos recogidos
en el corpus de esta tesis formados con sobre- es muy escueta. Las caractersticas
evolutivas de esta preposicin que acta como prefijo son las mismas para el castellano
que para el cataln. Por lo tanto, resulta impensable tenerlo en cuenta para evidenciar
que las voces de las que forma parte deban considerarse prstamos del cataln.
9. SOTA-
348
Para ms detalles sobre la discusin argumental, vid. supra 2.1.1.2. Consonantismo. B1. Sibilantes.
Vid. tambin Clavera, Prat y Snchez (1999) para una propuesta de evolucin detallada de las
combinaciones fonticas latinas propias de la yod 3, segn la clasificacin que estableci Menndez
Pidal (1940: 8bis).
- 226 -
Origen y transmisin. De acuerdo con el DCECH (s. v. so), del cataln se tom en
prstamo el prefijo sota-, procedente de la preposicin sota bajo, de empleo general en
todos los tiempos en este idioma, y que representa una variante *SBTA en lugar de los
clsicos SUBTUS y SUBTER (derivados de SUB). El resto de fuentes lingsticas que
consultamos con objeto de comprobar la historia de cada prefijo espaol no proponen
para sota- el intermediario cataln
349
. Convendr analizar todo el material que facilita al
respecto el DCECH para valorar si esta transmisin es o no acertada, lo que en tal caso
dotara a este elemento de un valor importante para la identificacin de voces espaolas
advenedizas de otra lengua peninsular, la catalana, que para los propsitos de la
presente tesis interesa.
Moll (1991: 448) aporta variantes prefijales del cataln relacionadas en su trayectoria
evolutiva con los timos de so- y sota- que, por poseer tambin descendientes
espaoles, se incluirn y comentarn en esta seccin aplicados a los respectivos
vocablos. Ambos prefijos pueden interpretarse como indicativos de posicin
350
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA prefijo SOTA- y variantes
Cataln
sota-, sotabarba, sotacmitre, sotavento
sozcomendador
zozobra, zozobrar
Retomando la informacin aportada acerca de sota-, es preciso recurrir una vez ms al
DCECH (s. v. so) para entrar en detalle en su va de penetracin al castellano. Este
diccionario precisa que la variante etimolgica *SBTA (> cataln sota-) fue tambin
conservada en lengua de Oc, sardo y dialectos del Sur de Italia, pero insiste en que el
prefijo castellano sota- aparecera primeramente en trminos nuticos tomados del
cataln, hiptesis ejemplificada de modo especial con las voces sotacmitre y
349
Vid. Meyer-Lbke (1974: 537 y 614), Alemany Bolufer (1920: 207), Alvar y Pottier (1983:
251).
350
Cfr. GDLE (pp. 5014). Para los ejemplos del corpus portadores del prefijo so-, vid. supra.
- 227 -
sotavento. Por lo que se refiere a la formacin de la primera de estas palabras, el
DECLC (s. v. sota: DERIV. i CPT.] matiza que del cataln sotacmit pas al castellano
sotacmitre por influncia del -re de contramestre
351
.
En cuanto a sotavento, Corominas (DECLC, s. v. sota: DERIV. y CPT) afirma que el
cataln sotavent tena que ser usual en el s. XIV, puesto que en el s. XV ya se haba
transmitido al castellano (la primera documentacin est fechada en 1430). Sin
embargo, reconoce que no se dispone de ninguna documentacin catalana anterior a la
aparicin de esta voz en el Diccionario Cataln-Castellano-Latino, de Joaquim Esteve,
Josep Belvitges y Antoni Jugl Font (1803-1805)
352
.
Las tres voces pendientes de comentario no evidencian que estn formadas con el
prefijo sota-, sino que son variantes que estn a medio camino entre este y so-.
Sozcomendador, por ejemplo, se explica sin ms detalle como adaptacin del cat. sots-
comandador (donde sots es SUBTUS) (DCECH, s. v. mandar: DERIV.). En este mismo
diccionario se utilizan, en cambio, diferentes argumentos (especialmente campo
semntico y fontica) para justificar ampliamente por qu se propone una transferencia
catalana para zozobra (y la construccin verbal hacer zozobra) y zozobrar
353
.
Conclusin. A pesar de que en general los etimlogos y estudiosos de la historia de la
lengua no han propuesto una transmisin catalana para el prefijo castellano sota-,
resulta importante considerar que el DCECH proporciona datos suficientes para colocar
esta mediacin como preferente. De todos modos, cabe interpretar correctamente la
opcin que escogen los autores de este diccionario: en ningn momento se manifiesta
que todas las voces castellanas formadas con sota- deban ser catalanismos, sino que este
afijo antepuesto aparecera primeramente en vocabulario de la marina importado del
351
El DCECH (s. v. maestro: DERIV.) considera que contramaestre es tambin catalanismo, pero no
ofrece argumentos para defender esta transmisin. Esta voz es el nico ejemplo, que figura en el
corpus, representativo de la preposin contra actuando como prefijo. Vid. Meyer-Lbke (1974:
537), Alemany Bolufer (1920: 183), Alvar y Pottier (1983: 242 y 258) y Moll (1991: 448) para la
consulta de informacin adicional acerca de la historia etimolgica de contra-.
352
Pueden obtenerse ms detalles bibliogrficos en los preliminares del primer volumen del DECLC.
353
Para una explicacin detallada de estas argumentaciones, vid. 2.1.1.1. Vocalismo. B. Resultados de
la pronunciacin neutra de <a> / <e> tonas del cataln, y 2.1.1.2. Consonantismo. B1. Sibilantes.
- 228 -
cataln. Por tanto, la conjugacin de estos dos argumentos (morfologa derivativa y
campo semntico concreto) concede prioridad a la lengua catalana como antecedente
del espaol para los ejemplos que cumplan estas dos condiciones. Por lo que se refiere a
las palabras formadas con variantes prefijales relacionadas con so- y sota-, se trata de
casos especficos que impiden una generalizacin; deben, por tanto, considerarse de
forma particular.
CONCLUSIONES GENERALES SOBRE LA PREFIJACIN. El anlisis individualizado de los
nueve prefijos y variantes utilizados como recurrentes en los prstamos del corpus ha
evidenciado que la relacin expresa de todos estos elementos con la lengua catalana es
muy limitada o nula. No es posible, por tanto, adoptar el empleo de estos afijos en
posicin antepuesta como criterio justificativo, dentro de la morfologa derivativa, para
garantizar la condicin de catalanismo. Como ha podido comprobarse, a modo de
excepcin, podran considerarse las primeras formaciones con el prefijo sota- de voces
del lenguaje especializado de la marina, pero estas tambin siempre necesitan estar
justificadas por otros argumentos para consolidar su verdadera transmisin a la lengua
espaola.
2.1.2.2. SUFIJACIN
El lxico recogido para conformar el corpus de esta tesis se ha ordenado de forma
inversa con el fin de evidenciar si existe alguna terminacin compartida por diferentes
elementos integrantes. Una vez realizado este mtodo de observacin, ha podido
constatarse que es posible ordenar un nmero importante de vocablos (ms de un 30%)
en diferentes grupos, cuya caracterstica comn es que las voces comprendidas en cada
uno de ellos estn formadas por un determinado sufijo. Se ha considerado importante,
en consecuencia, llevar a cabo esta divisin y proceder a continuacin al estudio
individualizado de cada bloque porque, como se ir comprobando, no es extrao que en
el DCECH se defienda la hiptesis de catalanismo de determinadas palabras recurriendo
a las caractersticas del sufijo con el que se han formado.
- 229 -
En el siguiente cuadro, se detallan por orden alfabtico todos los elementos que se han
seleccionado para encabezar cada una de las diferentes agrupaciones lxicas, en
concreto veintiuna:
SUFIJOS RECURRENTES EN PRSTAMOS DEL CORPUS
-ada
-aire
-aje
-al
-alla
-alle
-ame(n)
-ano, -ana
-ate
-dor -ejar
-el
-ella, -illa
-ero(/-ario), -era(/-aria), -er/-el, -era
-ete, -eta
-n, -ina -mento -ol, -ola
-n, -ona
-oso
-ote, -ota
Para el anlisis individualizado de las diferentes secciones, se ha partido del timo
inicial de cada uno de los afijos, siempre latino, y, siguiendo su evolucin, se ha
contemplado su comportamiento en las lenguas romnicas que ms pueden haberse
relacionado a lo largo de la historia con el castellano, sobre todo la catalana. Se ha
querido averiguar, mediante la explotacin de todo este material, si cada una de las
terminaciones referidas ha penetrado en castellano por medio de un intermediario o si
simplemente son descendientes patrimoniales. Cuando se ha comprobado que alguna
lengua tiene que haber actuado de mediadora, se ha pasado a valorar si se trataba de la
catalana o bien si podan, en lugar de ella, haber intervenido otros idiomas afines. En
funcin de los resultados obtenidos, el objetivo de las conclusiones generales ha
consistido en esclarecer si la morfologa derivativa, entendiendo aqu esta etiqueta como
utilizacin de un determinado sufijo, es suficiente para demostrar que los elementos
lxicos formados con un sufijo concreto son catalanismos indiscutibles o si la formacin
de palabras no tiene suficiente solidez para defender este tipo de hiptesis sobre una
transmisin determinada.
- 230 -
Se presenta, a continuacin, el anlisis individualizado de cada uno de los grupos:
1. -ADA
Origen y transmisin. La procedencia etimolgica de este sufijo femenino es el latn
-TA
354
, que originariamente constitua la forma de participio pasivo de los verbos de la
primera conjugacin. El participio sufre un proceso de sustantivacin tal como ha
observado Meyer-Lbke (1974: 487) al afirmar que acquiert alors une importance
particulire en se dtachant du verbe pour sunir des substantifs et exprimer ce qui est
contenu, atrap.
La evolucin patrimonial de este elemento coincide en el mismo resultado para el
espaol, el cataln y el occitano, y culmina en -ada
355
. Esta solucin difiere en la forma
del italiano (-ata) y del francs (-e). Como indica Meyer-Lbke (1974: 487), esta
ltima lengua posee adems una formacin secundaria (-ade) que se explica como
prstamo de las lenguas romnicas colindantes.
A tenor de esta informacin general, no puede pensarse de entrada que las voces
castellanas que presentan este sufijo sean advenedizas. Si a este postulado se le agrega
que los correlatos catalanes de estas palabras no difieren en la fontica de la
terminacin, cabe deducir que conviene avalar la direccin del prstamo, en caso de
haberse producido, con argumentos no relacionados exclusivamente con la morfologa
derivativa.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -ADA
354
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 487), Alemany Bolufer (1920: 9), Alvar y Pottier (1983: 284) y Moll
(1991: 376).
355
Para una descripcin detallada de los valores semnticos del espaol -ada, vid. GDLE ( 69.2.3.).
- 231 -
Cataln
becada, bugada, capirotada, cuarterada, empaliada,
estrepada, frazada, masada, mojada
Cataln u occitano contrada, grupada
Cataln o portugus marejada
El DCECH no ha proporcionado una justificacin de carcter morfolgico para el
proceso de transmisin de ninguno de los prstamos citados. En realidad, en pocos
casos ha utilizado algn tipo de argumentacin explcita con objeto de consolidar la
hiptesis etimolgica presentada.
Puede comentarse, por ejemplo, que en el DCECH se afirma que el rea de difusin del
sustantivo empaliada y del verbo empaliar es valenciana y que no son voces
castellanas sino solo catalanas, la primera de ellas ya considerada como tal por
Covarrubias (s. v. palio: DERIV.). No resulta necesario, por tanto, en esta ocasin, una
justificacin de la transmisin porque se sigue considerando que estas voces no forman
parte del lxico espaol. Coln (1967b: 200) comparte esta opinin en su estudio sobre
los catalanismos:
Prescindiremos aqu de aquellos vocablos que el DRAE registra indicando su uso en
tierras de lengua castellana. Me refiero a palabras como empaliar que la Academia define
colgar la iglesia, claustro u otro lugar por donde ha de pasar la procesin, empaliada
colgadura de telas que se pone en una fiesta, a la vez que seala su empleo en Valencia.
En efecto empaliar, que no es solo valenciano, sino cataln general, ya aparece en Llull
hacia 1280 (DCVB, s. v.). COVARRUBIAS, que lo oy en Valencia, lo incluy en su
Tesoro (1611, s. v. empaliada) y de ah pas a Autoridades y a todas las otras ediciones
del lxico oficial espaol. Pero la voz, en el sentido apuntado, no parece tener ninguna
realidad en castellano y no hay por qu ocuparse de ella.
En este sentido, podra citarse tambin bugada, vocablo que se justifica mediante el
criterio fontico, adems de destacar el poco uso que posee esta palabra en castellano
356
.
Se hace referencia a la evolucin de la base lxica y no, como es lgico, a la del sufijo
derivativo que, como se ha comentado, es idntica para ambas lenguas. Resulta
interesante la ejemplificacin que realiza Moll (1991: 376) de bugada dentro del
356
Para ms precisiones sobre estos tipos de transmisin, vid., en el apartado de discusin acerca del
criterio fontico, 2.1.1.2. Consonantismo. B1. Sibilantes (nota a pie de pgina), y acerca del criterio
geogrfico, 2.2.3.1. El DCECH.
- 232 -
grupo de alguns noms formats amb aquest sufix que resulten primitius en catal, lo
que permite apoyar an ms la hiptesis de la transmisin catalana.
Por lo que se refiere a masada, junto con masa, masadero, masa y masera, el DCECH
las considera voces regionales de Aragn, en parte tomadas del cataln (s. v. manido:
DERIV.). Concretamente para masada, este en parte hace referencia a la raz a partir de
la que se ha formado: es el cataln mas. Al haberse transmitido tambin este sustantivo
al castellano, se evidencia que la derivacin puede haber ocurrido en la lengua
receptora; en consecuencia, no es el sufijo una vez ms el que determina la procedencia.
Un proceso similar podra pensarse para becada y estrepada; no obstante, a diferencia
del caso anterior, las respectivas bases lxicas de estos ejemplos (bec y estrepar) no
fueron adoptadas por el castellano sino que solo se han empleado en cataln. Esta
particularidad permite defender el desarrollo de la formacin de dichas palabras en la
lengua transmisora y, asimismo, apoyar ms su condicin de prstamo, aunque nunca
desde el punto de vista del sufijo con que se han creado.
Dentro de los ejemplos de prstamos formados con el sufijo -ada, cabe destacar tambin
el de frazada, cuya transmisin catalana (mejor que la occitana), tanto para el castellano
como para otras lenguas, se ha justificado en el DCECH desde mltiples puntos de vista
prescindiendo una vez ms, eso s, del morfolgico: argumento fontico, cronolgico,
comparativo, semntico e incluso el referente al uso y extensin geogrfica de esta
voz
357
.
En cuanto a capirotada, el hecho de estar documentado en la traduccin castellana del
Art de Coc de Robert de Nola permite apoyar la hiptesis de catalanismo, segn se
manifiesta en el DCECH (s. v. capa: DERIV.)
358
.
En el DCECH, no se proporciona ningn aval, ni lingstico, ni extralingstico, para
defender la hiptesis de catalanismo del resto de voces recogidas en el cuadro anterior.
357
Para una explicacin ms detallada de esta palabra, vid. 2.1.1.2. Consonantismo. C. Vibrantes:
cambios espordicos.
358
Vid. 2.2.1.2. Criterio documental.
- 233 -
De entre ellos, el prstamo marejada es el nico que puede haberse transmitido, segn
este diccionario, por dos lenguas: el cataln o el portugus. Coln (2002c: 40) no
discrepa entre estas dos posibilidades y lo trata como un lusismo del campo lxico de la
navegacin.
Conclusin. Analizados todos los ejemplos sobre los que diferentes fuentes aportan
informacin justificativa de la hiptesis etimolgica, se ha evidenciado que, en este
caso, no puede utilizarse bajo ningn concepto la morfologa derivativa, es decir, el uso
del sufijo -ada, como aval de la procedencia catalana. Ya se ha demostrado que tres
lenguas romnicas (castellano, cataln y occitano) comparten el resultado evolutivo de
esta terminacin y, en consecuencia, las tres pueden poseer formaciones autctonas en
-ada; por tanto, la aparicin del sufijo no puede ser utilizada como argumento para la
identificacin de una palabra como prstamo del cataln.
2. -AI RE
Origen y transmisin. El sufijo -aire no es propio del castellano. Es ms comn en
cataln, aunque, segn Moll (1991: 371), no hay garantas absolutas de que en esta
lengua sea un elemento autctono, sino ms bien parece haberse adquirido del
provenzal. Al igual que Meyer-Lbke (1974: 489) indica que procede en ltima
instancia del latn -TOR y que, en relacin con los pocos ejemplos que se presentarn
del corpus, aplicado a los verbos de la primera conjugacin tanto en la lengua madre
como en romance, posee un carcter agentivo.
A tenor de lo que acaba de exponerse, al tratarse de un prstamo lxico para las dos
lenguas objeto de estudio (cataln y castellano), resulta difcil integrar una de las dos (la
catalana) en el proceso de transmisin para la otra (la castellana), fundamentndolo solo
con criterios de morfologa derivativa.
Prstamos del corpus:
- 234 -
LENGUA TRANSMISORA sufijo -AIRE
Cataln pelaire, socaire, trabucaire
Como puede observarse, se han obtenido solo tres posibles catalanismos con esta
terminacin. En el DCECH se justifica ms o menos explcitamente su procedencia
catalana, aunque solo en dos de ellas (pelaire y socaire) los autores se sirven del criterio
morfolgico. Trabucaire lo explican ms desde un punto de vista extralingstico con la
concrecin de que se trata de un prstamo de las guerras carlistas (DCECH, s. v.
trabucar: DERIV.).
Acerca del citado pelaire, en el DCECH se hace referencia al proceso derivativo que se
ha producido en esta palabra en el resumen de la hiptesis etimolgica. Se destaca la
mayor importancia que posee -aire en cataln con objeto de justificar esta lengua como
transmisora: tomado del cat. paraire d., derivado de parar preparar, con el conocido
sufijo cataln procedente de -ATOR (s. v. parar: DERIV.). Moll (1991: 379) ofrece esta
voz catalana como nico caso en que la derivacin fue llevada a cabo ya en latn: es
conserva en PARATOR paraire des del llat; la resta de mots derivats a partir daquest
sufix sn formacions catalanes.
La justificacin que proporcionan J. Corominas y J. A. Pascual para socaire es similar a
la del ejemplo anterior incidiendo en la nula vitalidad que posee el sufijo -aire en
castellano. Se utiliza, por tanto, esta prueba morfolgica junto con la argumentacin
semntica para defender una vez ms la procedencia catalana inmediata:
como antiguamente se aplicaba a los que cuidaban del madero en que se enrollaba un
cabo cuando lo halaban, parece haberse tomado del cat. socaire el que azoca o tesa una
cuerda (derivado de socar = AZOCAR) [...]. [...] socaire es uno de tantos nombres de
agente catalanes en -aire derivados de verbos, en nuestro caso el verbo socar o assocar
[...]. En castellano, donde no existe el sufijo de agente -aire el vocablo se tom como
nombre de la accin que desempeaba esta persona, o como nombre del lugar donde
estaba sta (DCECH, s. v. socaire).
Conclusin. El reducido nmero de vocablos con el sufijo -aire que posee el espaol y
de entre ellos los que el cataln, en funcin de los datos del corpus, puede haberle
- 235 -
transmitido imposibilitan concluir con el aserto de que esta lengua tenga que ser
indiscutiblemente la transmisora. No puede utilizarse, por tanto, la morfologa
derivativa sin el apoyo de otros argumentos para ratificar de forma segura la condicin
de catalanismo de los vocablos formados con el sufijo -aire y menos cuando en otra
lengua prxima y estrechamente emparentada, la provenzal, est tambin arraigado este
sufijo.
3. -AJ E
359
Origen y transmisin. Este sufijo puede proceder, de modo indirecto para el espaol,
de dos formas latinas
360
: -ATCU y -AGNE. Prcticamente la totalidad de elementos
lxicos del corpus se relaciona con la primera de estas terminaciones.
Segn indican Alvar y Pottier (1983: 289.1), la forma patrimonial espaola del sufijo
-ATCU es -azgo, antiguamente -adgo
361
. Resulta conveniente, por tanto, la bsqueda de
un antecedente romnico para los vocablos castellanos con la terminacin -aje que no
sean de reciente creacin. A continuacin, se proceder, por tanto, a valorar si solo la
lengua catalana puede ofrecer la va ms plausible de penetracin al espaol de este tipo
de voces o bien si esta posibilidad puede ser compartida con otros romances. En tal
caso, debera invalidarse la morfologa derivativa como prueba irrefutable para la
justificacin de catalanismo.
Prstamos del corpus:
359
En la GDLE ( 69.2.5 y 69.2.6), el estudio de este sufijo se realiza en dos subapartados (aje
1
y aje
2
),
segn si se hace referencia a formacin denominal o deverbal. Se argumenta por qu se considera
preferente esta decisin (no meramente a causa de la diferencia de las bases, sino tambin y
principalmente por la no pequea disparidad de los significados, la distinta alternancia o competencia
con otros sufijos y, en ltimo trmino, la productividad de cada uno), en lugar de disponer su anlisis
en un nico bloque, como un solo sufijo, segn se ha hecho con mayor frecuencia, de acuerdo con su
origen histrico y teniendo en cuenta los prstamos de procedencia galorromnica y catalana con esta
terminacin. El objetivo de esta tesis no es el de detallar los usos y significados de -aje, sino el de
verificar su posible procedencia catalana. Se tratar, por tanto, en un nico apartado, en el que ser
preciso realizar la divisin entre dos posibles timos ltimos latinos que, en la actualidad, han
derivado en la forma de este sufijo.
360
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 482 y 428) y Moll (1991: 377 y 364).
361
Vid. tambin Alemany Bolufer (1920: 12).
- 236 -
LENGUA TRANSMISORA sufijo -AJE (< -ATCU)
Cataln
carruaje, companaje, formaje, guiaje, linaje, obraje,
oraje
Cataln u occitano lenguaje, romeraje, salvaje, viaje (I)
Cataln o francs peaje, ramaje, ultraje, usaje
Cataln, occitano o francs follaje
De acuerdo con Meyer-Lbke (1974: 482),
ATICUS, -A forme en latin des adjectifs: fanaticus, lunaticus, silvaticus, viaticus [...]. Mais
maintenant, une importance considrable sest attache la forme neutre, non seulement
dans des substantifications isoles telles que viaticum, en fran. voyage, mais comme
suffixe indpendant, qui exprime spcialement lide dappartenance dans diffrents sens.
En el corpus de esta tesis se localizan al menos dos prstamos, recogidos en el cuadro
anterior, cuyos posibles antecedentes lingsticos romnicos se forman a partir de
sustantivaciones de formas neutras como la que se acaba de citar de W. Meyer-Lbke.
En concreto de esta ltima [viaticum] deriva en ltima instancia viaje (I) [< cat. (u oc.)
viatge < lat. VIATCUM]. La transmisin preferentemente catalana no est justificada por
la morfologa derivativa, sino por los criterios fontico y cronolgico
362
.
Adems de este ejemplo, puede citarse el de usaje, palabra derivada tambin en ltimo
trmino de una forma neutra del latn con sufijo -ATICUM (no se especifica la forma
exacta). Este prstamo no se presenta en el DCECH como catalanismo indiscutible, sino
que se propone a su vez el francs como lengua de origen nada desestimable en otros
casos, como se comentar ms adelante para ocupar el puesto de antecedente
inmediato.
362
Para ms informacin al respecto, vid., dentro del apartado dedicado al criterio fontico, 2.1.1.1.
Vocalismo. C2. -e en lugar de -o.
- 237 -
Otras voces advenedizas formadas con esta terminacin (companaje, formaje, linaje y
salvaje), al igual que el del citado viaje (I), sirven de modelo a Moll (1991: 377) para
corroborar que -ATCU > -atge en llat era un sufix que formava adjectius de pertinena,
que podien substantivar-se. El DCECH presenta estas palabras como prstamos
indiscutibles del cataln, con la precisin de que salvaje puede ser tambin
occitanismo
363
. Coln (1967a: 186-187) a su vez se debate entre si la procedencia de
salvaje es catalana u occitana. Al igual que ocurre en el DCECH, postula ambas
posibilidades aunque parece inclinarse por la occitana:
puede tratarse de un occitanismo o de un catalanismo (en ambas lenguas salvatge). Dado
que lleg a Portugal y que es trmino de caza y montera (cf. tambin salvajina), es
probable que sea occitanismo. No cabe descartar tampoco la idea de que el tipo
histrinico del caballero salvaje, que encontramos asimismo en Occitania y Catalua
[...], haya influido en la aclimatacin de la palabra salvaje.
Siguiendo con la ejemplificacin que realiza Moll (1991: 377), en el propio cataln
este sufijo posee diferentes usos. En relacin con el contenido del corpus de la presente
tesis, interesa destacar la formacin de noms indicadors de dret sobre la cosa
expressada pel primitiu (guiaje) y de noms collectius (ramaje, follaje). Se proponen
varias lenguas para la transmisin de estos dos ltimos ejemplos, pero tal como se
expone la informacin en el DCECH, la opcin preferente siempre es la catalana, slo
justificada en ramaje conjunto de ramas o ramos. En este caso, la semntica,
concretamente la vigencia de esta acepcin, es la que inclina la balanza a favor de esta
opcin: del fr. ramage, anticuado en esta ac., o ms bien del cat. ramatge (DCECH, s.
v. ramo: DERIV.).
No es extrao pensar en la intervencin de la lengua francesa en el proceso de
transmisin de las voces que presentan el sufijo -aje. Meyer-Lbke (1974: 482) ya
haba observado que trs grande est la diversit du dveloppement de -age en franais,
do il pntre ensuite, sous les formes -aggio, -aje, -agem, dans les langues-soeurs.
En relacin con los ejemplos que presentan estas caractersticas, recogidos en el cuadro
anterior, puede comentarse otro prstamo que, de acuerdo con J. Corominas y J. A.
363
Para un anlisis detallado de linaje, vid. 2.1.1.2. Consonantismo. B. Palatales. La transmisin
catalana de las dems voces no est justificada en el DCECH.
- 238 -
Pascual, es galicismo indirecto para el castellano y ha sido el cataln el que ha actuado
de mediador entre ambas lenguas. Se trata de carruaje en los sentidos de conjunto de
los carros de un ejrcito y vehculo de ruedas:
No puede admitirse que el cast. carruaje venga del fr. charroyage, como se afirma en el
REW, 1721, pues aunque esta variante de charriage existe (un solo ej., de 1523, en
Godefroy, contra muchsimos de charriage), es sumamente rara y no explicara bien la
forma castellana (DCECH, s. v. carro: DERIV., nota 9).
Para este derivado, la argumentacin fontica es la que, segn manifiestan
explcitamente los autores, demuestra la necesidad de la intervencin catalana,
sustentada de forma implcita por los datos cronolgicos que incluyen en el artculo
lexicogrfico:
el cambio de carria(t)ge en carrua(t)ge por influjo de carro, solo es comprensible en
cataln, donde las palabras en -*o son raras, no en castellano, donde son muchas, y, por lo
tanto, se tiene conciencia de que la -o debe eliminarse en los derivados (DCECH, s. v.
carro: DERIV., nota 9).
Adems de los posibles usos del sufijo cataln -atge destacados por Moll (1991: 377)
y comentados previamente, puede agregarse el de formacin de noms abstractes
indicadors dacci professional o qualitat donde podra incluirse el derivado obratge
que, segn J. Corominas y J. A. Pascual, pasara al espaol obraje. La transmisin de
este y del resto de ejemplos del cuadro no comentados no est justificada en el DCECH.
El origen ltimo del sufijo -aje, como ya se ha avanzado, puede ser tambin -AGNE. El
uso de este elemento en relacin con -ATCU era mucho ms limitado en el propio latn,
como ya observ Meyer-Lbke (1974: 428) asegurando adems que esta terminacin
navait pas de signification nettement dtermine. La herencia patrimonial espaola
de este sufijo ha sido -n
364
. Por tanto, es imprescindible un intermediario para aquellas
voces que presentan -aje y proceden en ltima instancia de esta segunda forma latina
sealada. Al igual que ocurre en el caso anterior, cabe valorar si es solo el cataln el que
puede actuar como transmisor para el espaol o si tambin para ello debe competir con
otros romances que poseen esta terminacin como descendiente genuino.
- 239 -
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -AJE (< -AGNE)
Cataln
malcoraje
borraja
Partiendo del corpus de catalanismos del DCECH, desde el punto de vista de este
segundo antecedente latino para -aje, solo puede hacerse referencia a malcoraje. La
transmisin catalana se sustenta de forma implcita por los datos cronolgicos. Esta
fuente lexicogrfica (s. v. mircoles: DERIV.) documenta el cataln malcoratge ya en
1572, mientras que no se dispone de datos textuales de malcoraje hasta 1817.
Entre los prstamos catalanes recogidos, se encuentra tambin la forma borraja,
procedente a su vez de la terminacin -AGINEM, aunque se diferencia del ejemplo citado
por la -a final, cuya explicacin est relacionada implcitamente, segn se interpreta de
los datos aportados por el DCECH (s. v. borraja), con la pronunciacin neutra catalana
de esta vocal tona
365
.
Conclusin. A partir de los ejemplos comentados, ha podido observarse que los
derivados creados con el sufijo -aje no pueden ser patrimoniales para el espaol puesto
que las posibles formas etimolgicas, -ATCU y -AGNE, habran evolucionado a -azgo y -
n respectivamente. Por el contrario, el cataln posee para estas dos terminaciones un
nico resultado, en ambos casos hereditario: -atge. Todas las voces de esta lengua que
presentan este afijo pueden proceder tanto de formaciones de palabras ya ocurridas en el
propio latn como de creaciones efectuadas en la propia lengua romnica. En cada
proceso es posible prescindir de la intervencin de un mediador. En vista de estos
hechos, no tiene que ser descabellado pensar en esta va de transmisin para el espaol.
364
Vid. Malkiel (1985) donde expone que -agne no es la fuente exclusiva de la forma sufijal espaola -
n.
365
Para una informacin ms detallada al respecto, vid. 2.1.1.1. Vocalismo. B. Resultados de la
pronunciacin neutra de <a> / <e> tonas del cataln.
- 240 -
De todos modos, se ha observado que en este sentido el cataln posee dos potentes
competidores romnicos: el francs y el occitano. En nuestra opinin, debe ser esencial
en estos casos la conjugacin de diferentes criterios y no nicamente el de la morfologa
derivativa para poder justificar sin vacilacin cundo el cataln proporciona el timo
inmediato para el espaol, aspecto que en esta ocasin no se ha llevado a cabo de forma
sistemtica en el DCECH.
4. -AL
Origen y transmisin. El timo de este sufijo es la forma latina -LE
366
. Los resultados
de la evolucin patrimonial de este elemento coinciden en espaol y provenzal como
puede leerse en Meyer-Lbke (1974: 435). A estas dos lenguas debe agregrseles la
solucin catalana cuyo resultado es idntico (-al). El italiano por su parte mantiene la -e
final, mientras que la forma francesa deriva en -el. Segn la GDLE, el significado
predominante es el locativo, aunque su aportacin semntica puede llegar a ser muy
variada
367
.
A juzgar por los datos etimolgicos presentados, puede invalidarse de antemano la
derivacin como argumento justificativo de la procedencia catalana de cualquier
prstamo que presenta estas caractersticas, ya originariamente en latn o bien en
romance.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -AL
Cataln cojal, delantal, maestral, pedreal, prebostal, quijal
Cataln o italiano cenal
366
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 435), Alemany Bolufer (1920: 14), Alvar y Pottier (1983: 287) y Moll
(1991: 365).
367
Para una descripcin detallada de los valores semnticos del espaol -al, vid. GDLE ( 69.2.7.).
- 241 -
En el DCECH, no se utiliza la morfologa derivativa para justificar la supuesta
procedencia catalana de los ejemplos recogidos en este cuadro y, en pocas ocasiones,
los autores de sirven de otros argumentos.
Inicialmente, este sufijo latino se utilizaba para formar adjetivos que designaban
pertenencia, como puede ejemplificarse con prebostal perteneciente a la jurisdiccin
del preboste. Sin embargo, ya en el propio latn y ms tarde en romance se utiliz para
formar sustantivos con significaciones muy variadas tal y como demuestran los
prstamos recogidos del corpus: nombres de indumentaria (cojal < cat. cuixal
368
;
delantal); sustantivos que denominan objetos destinados a la cosa indicada por la base
lxica (pedreal
369
), etc.
En determinados romances, este sufijo se ha utilizado en lugar de otros, segn indica
Meyer-Lbke (1974: 435): -ale supplante dautres suffixes, comme -ariu dans lital.
acciale, corsale, breviale. En nuestra opinin, esta es la interpretacin que deberamos
realizar para cenal, de ah que en el DCECH se proponga el italiano como posible
antecedente del espaol al lado del cataln. De todos modos, dicha fuente lexicogrfica
aporta en esta ocasin una prueba grfica para inclinar ms la balanza a favor de su
opcin siempre preferente: la transcripcin de la s- [de la base latina] por c- no es rara
en los catalanismos (Cerdea, zozobra).
Conclusin. Tanto el material comentado como la trayectoria etimolgica referente a
este sufijo han puesto de manifiesto que no puede utilizarse en este caso bajo ningn
concepto la argumentacin morfolgica para justificar la procedencia catalana de los
prstamos que presentan esta terminacin. Son otros los argumentos que deberan avalar
esta va de transmisin.
368
Cfr. Moll (1991: 365).
369
Coln (1967b: 235) considera que esta voz debe ser reflejo del bandolerismo, que cundi en Catalua
en los s. XVI y XVII. En un reciente trabajo, sigue corroborando su transmisin catalana: entre los
catalanismos debemos citar aquellas voces que hacen referencia a cosas tpicas de las tierras del Este
peninsular (Coln 2002c: 38) y lo ejemplifica con pedreal entre otras muchas palabras.
- 242 -
5. -ALLA
Origen y transmisin. Uno de los posibles orgenes ltimos de esta terminacin es el
latn -LA, plural neutro del sufijo -LE
370
. Las lenguas romnicas poseen diferentes
resultados evolutivos: por ejemplo, -aglia en italiano, -aille en francs, -alla en cataln
o -aja y -alla en espaol, esta ltima forma, segn Meyer-Lbke (1974: 439),
dorigine ital. ou fran. (cf. canalla), mais sadaptant pourtant aussi des radicaux
absolument espagnols: cf. [...] limalla (limaille) [...] etc.
371
. A los posibles
intermediarios italiano y glico para el espaol que propone dicho romanista, puede
agregarse o al menos valorarse, en nuestra opinin, la posibilidad catalana de mediacin
puesto que para esta lengua -alla es completamente patrimonial. No obstante, aunque
esta ltima opcin sea factible, resultar difcil utilizar la sufijacin para justificar esta
va de transmisin puesto que ya se parte del hecho de que no es la nica lengua
romnica posible.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -ALLA
Cataln canalla, metalla, pantalla, presentalla, treballa
Cataln o italiano gentalla, gentualla
Cataln o francs limalla
En el DCECH se est de acuerdo con W. Meyer-Lbke en que la transmisin ms
plausible del primer ejemplo del cuadro (canalla) es la italiana; pero, se sugiere que la
opcin catalana no debe pasar desapercibida puesto que existen datos que inducen a
pensar en ella, aunque sin demasiadas garantas:
370
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 439), Alemany Bolufer (1920: 16) y Moll (1991: 366).
371
En la GDLE ( 7.1.1.1.), solo se hace referencia a -alla en la enumeracin de sufijos apreciativos de
carcter peyorativo.
- 243 -
el DHist. cita adems un romance, pero debera comprobarse si es realmente romance
viejo. Si lo fuese debera tomarse en consideracin la posibilidad de que el vocablo salga
del cat. canalla (DCECH, s. v. can: DERIV., nota 1).
Si se acepta esta posibilidad, resulta interesante la evolucin etimolgica que propone
para esta voz Moll (1991: 366): la proporciona como ejemplo dentro del grupo de
derivats en -alla que procedeixen directament de derivats llatins i que en catal sn
veritables primitius.
En cuanto al derivado deverbal treballa, el DCECH utiliza el criterio documental la
aparicin de esta voz en la traduccin castellana del libro de cocina de Robert de Nola
para apoyar de algn modo la posible procedencia catalana que sugiere para este
trmino gastronmico
372
.
El origen ltimo comentado hasta el momento (< LA), del que derivan tambin
limalla
373
, presentalla
374
, gentalla y su variante moderna gentualla, no es exclusivo para
esta terminacin. Alemany Bolufer (1920: 16) propone otra procedencia en el caso de
metalla. Afirma que esta palabra proviene de metalla, plural neutro de metallum. El
DCECH propone para este vocablo solo el cataln como lengua inmediata y lo justifica
a partir del criterio fontico e implcitamente el morfolgico y el argumento
semntico, en concreto el campo semntico al que pertenece la voz en cuestin: la -ll-
y el hecho de ser trmino de doradores son indicios de origen cataln; sin embargo,
este supuesto resulta bastante escurridizo cuando el propio J. Corominas admite que no
tiene registrado el vocablo en este idioma (s. v. metal: DERIV.) y, por tanto, no puede
esclarecer cul es el timo ms remoto de este prstamo.
Queda pendiente de comentario un ltimo derivado que presenta esta terminacin
(pantalla) sobre el que las fuentes consultadas no muestran completo acuerdo acerca de
su trayectoria etimolgica y, en consecuencia, de su punto de partida evolutivo. Segn
el DCECH (s. v. pantalla) se trata de un vocablo
372
Cfr. lo comentado al respecto en 2.1.3.1. Campo semntico.
373
Acerca de este segundo ejemplo comentado por W. Meyer-Lbke, el DCECH propone, sin ms
comentario, una transmisin inmediata catalana o francesa.
374
Moll (1991: 366) cita la forma catalana presentalla dentro del grupo de ejemplos donde el sufijo
-alla aplicat a radicals verbals, forma substantius que indiquen lacci i efecte del verb.
- 244 -
probablemente tomado del cataln, donde resultar de ventalla pantalla de lmpara,
abanico (derivado de ventar hacer viento, abanicar), alterado por influjo de pmpol
pantalla de lmpara, propiamente hoja de parra, pmpano.
De acuerdo con Coln (1967b: 206-207), es posible que as sea, tanto ms cuanto
ventalla con el sentido de pantalla de lmpara existe en cat. (desde 1722, DCVB, s. v.)
y no en fr.. No obstante este asenso, prefiere mostrarse reservado, pues pantalla se
siente en cat. como castellanismo [...] frente al castizo pmpol. Esta es, en su opinin,
una de las ocasiones en las que el desconocimiento de la lexicografa catalana de los s.
XVI a XIX no permite zanjar las propuestas de catalanismo que se han hecho para
ciertas voces castellanas. En un trabajo posterior, moldea an ms su parecer y afirma
con determinacin que el cat. pantalla viene del espaol fundamentndose, una vez
ms, en datos textuales: solo dir que todava en 1885 Joan Benejam apunta la
equivalencia menorquina ventaya para el castellano pantalla. Y sobre la
documentacin del Quijote que en el DCECH se ofrece como ms antigua, subraya que
se utiliza la forma pantalia en un contexto de vocabulario mallorqun-espaol del siglo
XVIII
375
.
Respecto a la hiptesis de castellanismo, el DCECH (s. v. pantalla) reconoce que as
consideraba Fabra este vocablo y lo excluy de su vocabulario, admitiendo solamente
pmpol en este sentido; sin embargo, por una parte, utiliza los argumentos fontico-
morfolgico para rebatir esta postura:
como -alla es sufijo forastero en castellano, pero castizo en cataln, y solo en este idioma
se puede explicar etimolgicamente el vocablo, deberemos admitir que de Catalua pas
a tierras castellanas y no viceversa.
Por otra parte, la semntica es la que explica el cruce que propone en su hiptesis
etimolgica entre ventalla y pmpol:
adems de ventall abanico y ventalla hoja de puerta o ventana, voces de uso general,
ventalla es la pantalla de un quinqu u otra lmpara en Mallorca e Ibiza, un biombo o
paraviento en Sant Feliu de Guxols y muchos puntos de Catalua [...]. Por otra parte
pmpol, adems de pmpano, hoja de parra designa precisamente la pantalla de lmpara
en cataln (ejs. desde el S. XVIII en Ag., etc.), de suerte que era natural se cruzasen los
dos sinnimos ventalla y pmpol dando pantalla.
375
Coln (1989: 79, nota 42). En un reciente estudio sigue opinando que pantalla no es catalanismo, pero
no se pronuncia explcitamente acerca de su lengua transmisora (Coln 2002c: 38).
- 245 -
Desde el punto de vista textual, explica la forma pantalia del Quijote como adaptacin
del sufijo forastero -alla al tipo de los latinismos en -alia, ms frecuentes en castellano
o bien como pronunciacin andaluza de raz morisca.
J. Corominas se refiere a su vez de forma directa y en primera persona a los comentarios
que realiz Coln (1967b: 206-207) y que aqu ya se han expuesto:
No estoy muy conforme con su afirmacin de que en cataln se sienta pantalla como
castellanismo: el que sea voz nefanda para los correctores de cataln claro que no prueba
nada, pues se limitan a tomar ingenuamente el magnfico diccionario Fabra como el
Corn de la lengua catalana. Mis datos son ms humildes, pero todava puedo dar fe de
que en un hogar de rigurosa tradicin catalana como el mo no o nunca dudas sobre la
catalanidad de pantalla; mis primeras noticias en contra datan de 1930 y pico en que o de
boca de Fabra la afirmacin contraria, y casi fue entonces cuando me enter de que se
empleaba pmpol en este sentido (quiz lo haba odo yo alguna vez) (DCECH, s. v.
pantalla).
Conclusin. Retomando el punto inicial de esta discusin acerca del comportamiento
general del sufijo -alla, puede concluirse que es posible que posea diferentes
procedencias, pero la ms significativa es la del latn -LA, cuyo resultado romnico no
es patrimonial para el castellano. Por tanto, las voces arraigadas al idioma que presentan
esta terminacin pueden haberse tomado en prstamo de tres posibles candidatos
(italiano, francs o cataln) o existe tambin la posibilidad de que se hayan formado en
el propio espaol con un sufijo ajeno (-alla), adoptado, asimismo, de uno de los tres
idiomas citados. La actuacin del cataln como intermediario no parece haber sido en
este caso muy determinante. Como se ha evidenciado, la morfologa derivativa no puede
utilizarse, en esta ocasin, como argumento exclusivo para justificar esta procedencia,
sino solo como complemento a otras pruebas mucho ms slidas.
6. -ALLE
Origen y transmisin. El punto inicial de este sufijo es el latn -ACLUM
376
que,
aplicado a races verbales o nominales, deriva patrimonialmente en -ajo en espaol, -all
en cataln, -alh en occitano y -ail en francs. En vista de estos datos, tiene que ser
- 246 -
indicio de forasterismo la forma -alle de las voces espaolas del corpus que se remontan
a la misma procedencia latina. Son muy escasos los vocablos que presentan esta
terminacin y muy inconsistente, por tanto, la conclusin que pueda extraerse sobre su
va de transmisin si se fundamenta nicamente en la formacin de palabras.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -ALLE
Cataln gobernalle, ventalle
Cataln, occitano o francs firmal (firmalle, hacia 1400)
Segn puede comprobarse en esta ejemplificacin, solo son dos los ejemplos que
presentan la terminacin -alle. Ambos, gobernalle y ventalle, son derivados que
designan instrumentos, como indican respectivamente W. Meyer-Lbke citando la
forma latina y F. de B. Moll, la catalana. Este segundo estudioso se refiere adems al
cataln fermall, posible antecedente del espaol firmal, junto con el occitano fermalh y
el francs fermail, siguiendo la hiptesis del DCECH. En este ltimo ejemplo se habra
producido un cambio de sufijo puesto que inicialmente en castellano antiguo se habra
utilizado firmalle, conforme a la primera documentacin. La fuente lexicogrfica citada
no proporciona justificacin etimolgica para ninguno de estos tres prstamos referidos.
Coln (2002c: 39) cita gobernalle, entre otros, como ejemplo de trmino martimo
procedente del cataln.
Conclusin. Es evidente que el sufijo -alle, por razones fonticas y por su escaso uso en
espaol, es prstamo de otro u otros romances. Como ha podido comprobarse, tres son
los posibles candidatos transmisores (cataln, occitano y francs) y muy pocos los
vocablos del corpus resultado de esta sufijacin. La informacin que sobre ellos se
posee no es suficiente para optar por la procedencia inmediata catalana como la ms
admisible, fundamentndola con exclusividad en la morfologa derivativa.
376
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 421) y Moll (1991: 363).
- 247 -
7. -AME(N)
Origen y transmisin. Procedente en ltima instancia de -MEN
377
, este sufijo presenta
diferentes resultados en romance: -ame en italiano y portugus, -ain o -in en francs,
-am en cataln y -ambre en castellano. El grado de utilizacin de este elemento
derivativo no es el mismo en cada lengua, sino mucho ms frecuente en cataln e
italiano que en el resto de idiomas mencionados. De acuerdo con Alemany Bolufer
(1920: 18), -ambre es la evolucin regular castellana de los acusativos del latn
vulgar en -amnem, o sea de nombres formados con el sufijo -amen, antecedente de dos
terminaciones adicionales para la lengua espaola: -amen y -ame. Inicialmente, -
amen solo formaba parte de latinismos, pero ms adelante, segn manifiesta el citado
estudioso, se emple para formar otros derivados nominales con significacin colectiva
que no tena el sufijo latino ( 20). Idntica trayectoria parece haber experimentado la
terminacin -ame, del mismo origen que AMEN por prdida de la n ( 19), aunque las
voces que resultan de esta derivacin son bastante ms escasas. Aparte de esta
interpretacin que expone J. Alemany Bolufer sobre -ame(n), conviene valorar si es
justificable pensar que se trata de un prstamo de otra lengua romnica y en concreto de
la catalana, donde el sufijo equivalente (-am) es patrimonial y mucho ms frecuente.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -AME(N)
Cataln
barrilamen o barrilame, botamen, pujamen o pujame,
velamen
Cataln o italiano leame
377
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 444), Alemany Bolufer (1920: 18, 19 y 20) y Moll (1991: 367).
- 248 -
En el DCECH no se justifica la transmisin de ninguno de estos cinco supuestos
prstamos. En dos de ellos (barrilamen o barrilame y botamen), solo se aporta el dato
de que en cataln ya se trata de voces que designan colectividad. De los dems casos,
cabe destacar pujamen o pujame, adems de velamen y botamen, todos ellos
pertenecientes al lenguaje nutico. Segn J. Corominas y J. A. Pascual, en pujamen o
pujame se ha producido un cambio de terminacin, estrechamente relacionado con el
mencionado campo semntico:
parece haberse tomado del cat. pujament d. [...], cambindose la terminacin forastera
-amn por el sufijo -amen o -ame tan frecuente en trminos nuticos (velamen,
maderamen, botamen, cardumen, y sus variantes sin -n (DCECH, s. v. empujar: DERIV.).
Conclusin. El material extrado del DCECH no permite aducir pruebas determinantes
para ratificar la procedencia catalana de voces espaolas formadas con el sufijo -ame(n).
No es vlido una vez ms, por tanto, el uso exclusivo de la morfologa derivativa como
herramienta justificativa. Impera, en consecuencia, la necesidad de recurrir a otro tipo
de argumentacin.
8. -ANO, -ANA
Origen y transmisin. Los precedentes latinos de las formas masculina y femenina de
este sufijo son -NUS, -NA respectivamente
378
. En general ambos pueden formar
sustantivos y adjetivos que designan pertenencia o lugar donde tiene origen una persona
o cosa
379
. Las soluciones romnicas ms prximas al espaol son las del cataln,
provenzal e italiano. En dichas lenguas, incluida la espaola, los respectivos elementos
heredados son resultado de una evolucin patrimonial, lo que hace poco sostenible el
criterio de formacin de palabras como avalador de la transmisin de prstamos de estas
caractersticas entre romances.
Prstamos del corpus:
378
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 449 y 450), Alemany Bolufer (1920: 27) y Moll (1991: 370).
379
Cuando en espaol forman adjetivos denominales, pueden aportar las nociones de relacin o de
semejanza. Cfr. GDLE ( 70.3.1. y 70.3.2.).
- 249 -
LENGUA TRANSMISORA sufijos -ANO, -ANA
Cataln
artesano, portulano
capizana, mejana, roldana, sardana, tramontana
Cataln u occitano cortesano
En el corpus de esta tesis solo se registran tres voces advenedizas representantes de la
terminacin masculina.
El DCECH propone indiscutiblemente la mediacin catalana para portulano y artesano.
Se sustenta la hiptesis del primero de estos dos ejemplos por la cronologa
(documentado en castellano en el siglo XV, mientras que en cataln al menos en el
anterior: XIV). No se justifica la transmisin del segundo. Coln (1967b: 228-229)
proporciona para artesano la siguiente informacin textual: la primera documentacin
castellana que facilita coincide con la del DCECH: de hacia 1440, de Pero Tafur,
ejemplo que considera primerizo y aislado y va seguido por otros tambin dispersos
desde el punto de vista temporal: uno de finales del siglo XV, otro de mediados del XVI
y no se vuelve a encontrar otro hasta el XVIII. En cataln, al igual que J. Corominas en
el DECLC, lo documenta por primera vez a mediados del siglo XV en Jaume Roig, en
tres ocasiones en el Spill. Ha comprobado que en la traduccin castellana de esta obra
de mediados del XVII, estos ejemplos no se traducen con la palabra artesano, sino con
otras equivalencias. El hecho de que esta palabra no est ya integrada en este siglo en el
lxico castellano es lo que ha permitido a G. Coln concluir que nos hallamos frente a
un italianismo penetrado por intermedio del cataln de Valencia
380
.
El DCECH relaciona artesano con cortesano, catalanismo u occitanismo que comparte
terminacin. Ambos son representantes de un proceso de transmisin compleja puesto
que para el cataln (o el occitano) no se trata de voces autctonas, sino de prstamos de
380
Cfr. Coln (1963-1966: 175-176). En un reciente estudio (2002c: 39), sigue presentando el mismo
tipo de transmisin compleja para artesano (< cat. < it.).
- 250 -
la lengua italiana, como ya ha avanzado G. Coln en el caso de artesano. En cortesano,
J. Corominas y J. A. Pascual explican esta evidencia con la afirmacin de que el sufijo
-igiano es tpico de la lengua italiana, donde naci como doble formacin sufijal por
ampliacin del sufijo -ese [...], y donde es sumamente frecuente (DCECH, s. v. corte:
DERIV.). La mediacin catalana no la presentan tan segura como la occitana, sino solo
como probable
381
.
Tres de las voces formadas con el femenino -ana estn debidamente justificadas en el
DCECH como prstamos del cataln, pero en ningn caso la sufijacin apoya las
respectivas hiptesis
382
.
Acerca de tramontana, Meyer-Lbke (1974: 450) ejemplifica su equivalente italiano
como noms de choses que son des adjectifs en -anus, -a employs substantivement.
De acuerdo con la informacin que aporta el DCECH, se considera italianismo
consumado
383
, pero segn el citado diccionario la cronologa, la semntica y la
geografa permiten proponer la lengua catalana como antecedente inmediato:
No parece ser hereditario en castellano dada su falta de arraigo y popularidad, mientras
que es muy antiguo en Italia [princ. S. XIV], y de all se difundi a Francia y otros pases
(Vidos, Parole Marin., 588-90), pero no es menos antiguo y arraigado en lengua de Oc
[med. S. XIII, Sidrac] y en cataln [S. XIII, Lulio, Meravelles, N. Cl. II, 27; atlas de 1375
en Jal; etc.], del cual es ms probable que lo tomara el castellano, por razones
geogrficas, y porque de all vienen los dems nombres de vientos mediterrneos
(DCECH, s. v. monte: DERIV.).
Sardana, es indirectamente representativa del incontable nmero de nombres derivados
de topnimos, en general gentilicios, teniendo en cuenta que se acepte la hiptesis
etimolgica que propone el DCECH (s. v. sardana): del cat. sardana, de origen
incierto, probablemente de cerdana oriunda de Cerdaa. Dicha fuente lexicogrfica
se sirve del argumento cronolgico y de modo implcito el relativo a las tradiciones para
confirmar la procedencia catalana que propone:
381
Sobre el valor semntico de cortesano en la poca renacentista con ligeras variaciones del que posea
en italiano, vid. Morreale (1959: 113-119), en su estudio contrastivo sobre Castiglione y Boscn: el
ideal cortesano en el Renacimiento espaol.
382
Para la discusin de la transmisin catalana de roldana, vid., dentro del criterio geogrfico, 2.2.3.2.
Los atlas lingsticos.
383
Cfr. Terlingen (1943: 228-9).
- 251 -
entre las explicaciones etimolgicas que se han dado, la nica digna de tomarse en serio
es la que identifica con el adjetivo tnico del condado y comarca de Cerdaa, como
sugiri ya el diccionario de Autoridades (DCECH, s. v. sardana).
Coln (1967b: 235) pone tambin explcitamente en relacin esta voz con la tradicin
postulando que se trata una de tantas palabras catalanas pasadas al castellano, de las
cuales los hablantes tienen plena conciencia de que se refieren a cosas especficas de
Catalua, Valencia o Mallorca
384
.
La transmisin del resto de voces no comentadas no est justificada por el DCECH.
Conclusin. El material comentado demuestra en esta ocasin que la formacin de
palabras con los elementos -ano, -ana no es indicativa de una procedencia fornea, sino
que puede haberse producido en la misma lengua espaola. Los prstamos que
presentan esta terminacin deben su necesidad de importacin a factores externos a la
morfologa derivativa. No puede utilizarse, por tanto, este argumento como apoyo de su
condicin advenediza.
9. -ATE
Origen y transmisin. No se trata de un sufijo autctono en castellano. Proviene de la
forma latina -TU, cuyo resultado evolutivo es -ado y este constituye una terminacin
muy productiva para el espaol en el campo de las desinencias verbales, concretamente
de los participios. Ms escasas son en esta lengua las formaciones denominales que
presentan este afijo en su estado patrimonial.
No todas las voces que poseen la terminacin -ate resultan de participios, sino que
predominan los vocablos derivados de sustantivos. Meyer-Lbke (1974: 476) ya
postul que -TU
384
Cfr. tambin Coln (2002c: 38).
- 252 -
a lorigine, il devait tre identique au suffixe des participes des verbes en -are [...]; mais il
se produisit ds le latin un dplacement de sens qui enleva le participe au systme verbal
pour le rattacher directement au nom
385
.
Diferentes son los resultados en los que el sufijo latino ha derivado en las restantes
lenguas romances como, por ejemplo, -ato (italiano), - (francs) y -at (cataln), este
ltimo, el ms interesante desde la perspectiva temtica de la presente tesis y que est
ms relacionado con la forma del sufijo que se est estudiando. El mencionado
romanista no hace referencia a la terminacin occitana, pero conviene indicar que es
idntica a la catalana
386
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -ATE
Cataln
avellanate, avenate, celiandrate, codoate, cordellate,
delate
387
, orate
Cataln u occitano forcate, granate, horcate, hordiate
En el DCECH se afirma explcitamente que por lo que se refiere a los ejs. del sufijo
-ate, se trata de catalanismos como hordiate, avenate, orate (s. v. matar: DERIV.,
nota 19). La informacin acerca de estas tres voces solo se completa en otras entradas
para los casos de orate
388
y de hordiate. Sobre este ltimo se asegura que proviene de
ourdiat [lengua de Oc] o de un cat. ordiat (DCECH, s. v. horchata). Si se contrastan
las dos explicaciones citadas relativas a este vocablo, puede comprobarse que no hay
coincidencia absoluta: en una ocasin se ha ejemplificado como catalanismo
indiscutible, mientras que en la otra se adjunta a esta posibilidad la de occitanismo.
Ante esta discrepancia, se ha recurrido al DECLC (s. v. ordi: DERIV.), donde se comenta
que
385
Cfr. tambin Moll (1991: 382). Alemany Bolufer (1920: 41) consideraba el paroxtono -ate de
origen incierto; sin embargo, en nuestra opinin, es admisible la postura adoptada por W. Meyer
Lbke y seguida por F. de B. Moll.
386
Cfr. Coln (1967a).
387
El DCECH proporcina este prstamo junto con otra variante: delado o delate (s. v. preferir: DERIV.).
388
Vid. ms adelante en este mismo apartado.
- 253 -
atesa la freqncia en el mateix text [Sent Sov, de 1324] dels derivats -at, -ada, sufix
indicador de conserves, confits de fruites i de potatges (avenat, preparaci molt semblant
a lordiat, lletugat, que s un pur de lletugues, esparragat, pastenagat etc.), ordiat
sembla ser una formaci del mateix tipus, feta damunt ordi.
A partir de esta exposicin, puede inferirse que la procedencia que prefiere J.
Corominas es la catalana.
La explicacin que sobre el sufijo -ate ofrece el DCECH en codoate
389
est tambin
muy relacionada con el campo semntico de la gastronoma:
Desde codoate la terminacin -ate se extendi a otros dulces (almendrate, pionate;
formacin muy abundante ya en Rob. de Nola [1525]: membrillate, 112, higate, 92, etc.).
J. Corominas y J. A. Pascual no proporcionan hiptesis etimolgica para las voces
citadas en este artculo lexicogrfico: almendrate (s. v. almendra: DERIV.), pionate (s.
v. pino: DERIV.), membrillate (s. v. membrillo: DERIV.) e higate (s. v. hgado: DERIV.). El
DRAE, aparte de codoate, solo postula la procedencia catalana para pionate voz ya
incluida, por tanto, en nuestro corpus. En vista de estos datos, creemos que sera
posible realizar tres adiciones al material recopilado en la presente investigacin:
almendrate, membrillate e higate, puesto que implcitamente en el DCECH se presentan
como catalanismos.
Volviendo a codoate, Coln (1976: 213-214), despus de destacar la importancia que
ltimamente ha cobrado para la investigacin el sufijo -at, formador de nombres de
confituras y conservas, no est tan seguro de que este vocablo pueda considerarse un
prstamo indiscutible del cataln. Los datos cronolgicos que, segn este estudioso,
maneja J. Corominas no parecen garantizarlo:
el seor Corominas asevera que esa palabra est tomada del cat. codonyat, lo que parece
razonable por todos conceptos. Sin embargo, cmo ese codoate, de un texto compuesto
hacia 1330 (o bien, 1342), va a poder explicarse por el cataln, cuya primera
manifestacin, segn el DCVB, es de 1412? En realidad, el testimonio ms antiguo es de
1302 y nos lo proporciona un libro de cuentas de la casa de Jaime II de Aragn. Dicho
libro ya fue editado en 1911, pero los fillogos no lo han tenido en cuenta en sus
pesquisas.
389
Moll (1991: 382) incluye codonyat en el grupo de ejemplos ilustrativos de que el sufijo cataln -at,
entre otras funciones, forma el nom dobjectes que posseeixen la qualitat significada pel primitiu.
- 254 -
De todas formas, este dato adicional que proporciona G. Coln junto con la admisin de
la primera documentacin catalana que incluye J. Corominas en su DECLC
390
podra
solucionar el problema. En un trabajo reciente, Coln (2002c: 38) ejemplifica esta voz
dentro del grupo de catalanismos de la alimentacin.
Tambin afines al campo semntico de la gastronoma son avellanate y celiandrate
391
.
En ninguno de estos casos se justifica de forma explcita esta va de transmisin. Solo
para avellanate se aportan datos cronolgicos que pueden confirmarla: la primera
documentacin castellana es de 1525, mientras que en cataln ya lo utiliza Eiximenis,
a. 1381-6 (DCECH, s. v. avellana: DERIV.).
Retomando el ejemplo citado de orate, en el DCECH se considera que esta voz quiz
entr por Aragn (la primera documentacin es de Zaragoza, 1425: cada de orates).
En castellano, al igual que en portugus (orate), presenta una escasa vitalidad. Por el
contrario, en cataln es, y sobre todo ha sido, un vocablo popular, aunque este rasgo
haya variado a lo largo de la historia:
si bien hoy es vocablo noble y literario en el Principado, era vulgar en la Edad Media, y
sigue sindolo hasta ahora en las Baleares y tierras de Valencia [...]. El rea de orat
contina, efectivamente, ms all de los Pirineos en el occitano aurat, -ada, muy
frecuente desde la Edad Media hasta la actualidad (DCECH, s. v. orate).
Los argumentos referentes al uso, a la extensin geogrfica y, como se ha comentado
anteriormente, a la morfologa derivativa confirman con claridad la procedencia
catalana de este vocablo.
Muy convencido se muestra tambin Coln (1967a: 162 y 1967b: 225) acerca de que el
espaol haya importado orate del cataln. Est totalmente de acuerdo con J. Corominas
y J. A. Pascual e incluso remite a su diccionario para la explicacin de este vocablo. Es
preciso destacar, sin embargo, que resume de forma explcita y ordenada todos los
argumentos que, a su modo de ver, apoyan la condicin de catalanismo de esta voz
(fontico-morfolgico
392
, geogrfico, cronolgico e histrico):
390
Aparte de la documentacin del DCVB, aporta una de 1264, quinze d. quodoynhat, Soldevila, Pere
el Gran III, 450 (DECLC, s. v. codony: DERIV.).
391
El DRAE recoge el segundo prstamo con la forma celindrate.
392
Cfr. tambin Coln (1968a: 1917).
- 255 -
en esta palabra, la cual se remonta en ltimo anlisis al lat. a ur a , se dan cita todos los
criterios: el fontico por la terminacin -te y por la monoptongacin inicial, con lo que se
excluye la procedencia del occit. ant. aurat fou (FEW I, p. 177); el geogrfico, ya que
tambin existe en el campidans (WAGNER, DESard. II, pg. 90); el cronolgico, pues si
orate est documentado en 1425, y eso en Aragn, el cat. orat aparece h. 1270 en RAMON
LLULL (DCVB). Adems hay un hecho de carcter histrico, y es que en 1409 el P. Joan
Gilabert Jofre funda en Valencia el Hospital de ignoscents, folls e orats, primer
manicomio del mundo (G. Coln 1967b: 225)
393
.
De entre los prstamos procedentes del cataln o bien del occitano, el DCECH aporta
datos cronolgicos para granate con los que se intentan justificar, sin discriminacin
alguna, estas posibles vas de transmisin. Documentado por primera vez en castellano
hacia 1250 en la forma garnate y granat en un inventario aragons de 1381, en occitano
y cataln ya se han encuentran muestras textuales hacia el ao 1200 (Peire Cardenal) y a
mediados del siglo XIII (Cerver de Girona), respectivamente. Segn Coln (1967a:
177), la opcin occitana es ms verosmil que la catalana puesto que, en su opinin, el
ejemplo [...] del trovador cataln Cerver de Girona no vale, pues este autor escribe en
provenzal. Aporta, para el cataln, una documentacin (granatis) hallada en un texto
latino de 1312.
El DCECH no justifica la transmisin del resto de ejemplos no comentados.
Conclusin. Se ha puesto de manifiesto que no siempre resulta fcil seleccionar, entre
las posibilidades catalana y occitana, el timo directo de los prstamos que presentan la
terminacin -ate. De acuerdo con el origen de este elemento gramatical (< latn -TU), es
evidente que la lengua espaola no ha recibido estas palabras por va patrimonial, pero
sea cual sea la procedencia (entre las dos probables), ha amoldado su forma a los
cnones fonticos del castellano mediante la adicin de una -e final
394
. De todas formas,
siendo idnticas las formas occitana y catalana, resulta imposible por el estrecho
parentesco que une estas dos lenguas discernir entre una y otra sin el apoyo de
argumentos de otra ndole para postular el antecedente etimolgico del espaol.
393
Cfr. tambin Coln (1976: 126 y 195; 2002c: 39).
394
Cfr., dentro del criterio fontico, 2.1.1.1. Vocalismo. C1. Adicin de -e.
- 256 -
10. -DOR
Origen y transmisin. Esta terminacin, si se estudia desde la ptica del cataln, puede
proceder de dos sufijos latinos: -TRIU o -TRE
395
. Los supuestos catalanismos de estas
caractersticas que posee el espaol deben relacionarse con -TRIU puesto que ninguno
de ellos designa, desde el punto de vista semntico, el agente que desempea la accin
de la base verbal, funcin caracterstica de -TRE
396
. Es ms, en cuanto a -TRIU, Meyer-
Lbke (1974: 491) ya advirti sobre cul era su descendiente genuino en espaol:
Lespagnol prsente ce suffixe sous la forma -dero ( ct de -duero, employ jadis mais
rarement); il ny faut probablement pas voir un changement phontique de ue en e [...],
mais une reformation imite de -ero = -arius.
No hace referencia, en este caso, a la forma catalana que resulta de este sufijo latino por
evolucin patrimonial. Para ello, puede recurrirse a Moll (1991: 429), quien explica
del siguiente modo las formas y funciones de dicha terminacin en sustantivos
deverbales, que es lo que interesa para nuestros objetivos:
-TRIU -TRIA > -dor, -dora. T les formes -ador, -idor i -edor [...]. Nhi ha derivats
presos ja del llat [...]. Saplica a radicals verbals per a formar substantius que designen el
lloc on es realitza lacci [...] o linstrument que serveix per a efectuar-la [...].
A tenor de lo expuesto hasta este momento, parece evidente que todas las voces
espaolas que presentan esta terminacin y no poseen significado agentivo tienen que
haberse tomado en prstamo de otra lengua. Sin embargo, Pascual y Snchez Gonzlez
de Hierro (1992) demuestran que esta asercin es rebatible. Opinan que la distincin
semntica de origen etimolgico que exista entre estos dos sufijos [-dor (< -TORE) y
-dero (-TORIU)] desapareci en muchos casos en la propia Edad Media (p. 682)
despus de constatar que ya se observa una amalgama de -dor/-dero en los textos
medievales, con la especializacin de -dor para el masculino y de -dera para el
femenino (p. 684). Los autores llegan, por tanto, a la conclusin de que en la
395
Para un estudio detenido acerca de la trayectoria evolutiva de estos sufijos en espaol, tanto desde el
punto de vista formal como semntico, vid. Malkiel (1988), Pascual y Snchez Gonzlez de Hierro
(1992), Morales (1998) y GDLE ( 69.2.13).
- 257 -
actualidad el sistema se ha reorganizado abandonando la fusin sufijal que se haba
dado antiguamente en nuestra lengua; existen, con todo, hechos lxicos que se pueden
considerar huellas de la situacin antigua (p. 690).
Atendiendo a estas precisiones, no parece tan evidente lo que de antemano se haba
supuesto: que el sufijo -dor con significado no agentivo era forneo dentro de la
formacin de palabras del espaol. En consecuencia, debe valorarse con precaucin el
uso de este criterio para justificar la procedencia catalana.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -DOR
Cataln
empesador, escarpidor, estampidor, mirador, mostrador,
obrador
De entre estas seis voces terminadas en -dor, el DCECH considera a tres de ellas como
probables prstamos del cataln, apoyando las respectivas hiptesis etimolgicas con
una justificacin morfolgica de carcter derivativo, adems de alguna nota histrico-
cronolgica en el caso de obrador, ya comentada con anterioridad
397
:
mostrador por el uso del sufijo es sospechoso de ser de origen cataln, donde tambin se
emplea, aun en Mallorca, aunque ms corrientemente se dice taulell (voz de
sentido ms amplio) (s. v. mostrar: DERIV.).
obrador tomado del cat. obrador, documentado desde el S. XIII, donde el sufijo -ador viene
del lat. -ATRIUM, que en cast. habra dado -adero
398
. La primera documentacin
396
Para ms informacin sobre el uso de este sufijo en espaol, en cataln y en el conjunto de lenguas
romnicas vid., respectivamente, como referencia, Alemany Bolufer (1920: 54), Moll (1991: 428)
y Meyer-Lbke (1974: 489).
397
Cfr., en el bloque introductorio de esta tesis, el captulo 2. Contactos y convivencia entre espaol y
cataln, en concreto, 2.1.
398
Un ejemplo del corpus que encaja con esta descripcin fontica sera el caso de tajadero (s. v. tajar:
DERIV.), en cataln tallador. En esta lengua est format amb el sufix instrumental -dor, ll. -TRIUM
(DECLC, s. v. tallar: DERIV.). El DCECH no aporta justificacin de la transmisin inmediata de esta
voz, simplemente comenta que se trata de una forma equivalente del cat. ant. tallador a lo que
agrega que tambin se dijo tajador en cast. (s. v. tajar: DERIV.). Como cultismo de la forma -trium
se podra citar robatorio, voz anticuada tambin incluida en el corpus sin ms comentario de que
procede del cat. robatori robo (DCECH, s. v. robar: DERIV.).
- 258 -
castellana de esta voz es de 1300 en Cartagena, recin reconquistada entonces por
los catalanes y donada a Castilla. La siguiente que ofrece el DCECH es de 1605,
Pcara Justina (s. v. obrar: DERIV.)
399
.
mirador Se justifica del mismo modo, aunque de forma implcita pero evidente, su
procedencia: como sustantivo est tomado del cat. mirador (-ATRUM)
400
.
Los tres prstamos restantes, de procedencia catalana indiscutible, presentan las mismas
caractersticas derivativas, pero propiedades semnticas distintas:
escarpidor peine de pas ralas para desenredar el cabello (DCECH, s. v. carpir: DERIV.),
estampidor puntal, madero que se arrima a una pared ruinosa (DCECH, s. v. estampar:
DERIV.),
empesador manojo de races de juncos, de que se sirven los tejedores de lienzo para atusar la
urdimbre (DCECH, s. v. empesador).
Es evidente que ninguno de ellos posee un significado agentivo, sino que ms bien
designan el instrumento que sirve para llevar a cabo la accin de los respectivos verbos
catalanes (escarpir, estampir y empesar), los tres inexistentes en espaol. En el caso de
empesador, el DCECH destaca que el campo semntico relativo a la industria textil al
que pertenece la voz justifica su condicin de prstamo del cataln
401
.
Conclusin. No parece descabellado el hecho de haber considerado que los seis
prstamos mencionados que presentan esta terminacin proceden del cataln puesto
que, de acuerdo con el significado etimolgico que posee el sufijo -TRIU, de ser
patrimoniales en espaol, presentaran el sufijo -dero en lugar de -dor. De todas formas,
la confluencia semntica que, como han demostrado Pascual y Snchez Gonzlez de
Hierro (1992), se ha producido ya desde la Edad Media entre las formas procedentes de
-TRIU y -TRE puede desvalorizar el mencionado postulado justificativo. El apoyo de
otros elementos argumentativos es fundamental para avalar las respectivas hiptesis
etimolgicas.
399
Pascual y Snchez Gonzlez de Hierro (1992: 682) registran una documentacin medieval de esta voz,
en un significado activo, perteneciente al Lilio de Medicina de Bernardo de Gordonio, editado por
C. M. Wasick, Madison, 1988: el fisico obrador e iuez e compaero. Con este dato textual, entre
otros, se pretende demostrar que la mencionada confluencia semntica entre -dor y -dero ya se
produca en esta poca.
400
El subrayado es nuestro.
401
Cfr. 2.1.3.1. Campo semntico.
- 259 -
11. -EJ AR
Origen y transmisin. Terminacin verbal procedente del latn -IDIARE
402
, cuyo origen
ms remoto es el griego -F1GHI. Presenta diferentes resultados romnicos, especificados
al detalle por Meyer-Lbke (1974: 583) a los que tenemos que agregar la forma
patrimonial catalana -ejar: espaol -ear, portugus -ejar y -ear, provenzal -eiar, italiano
-eggiare y francs -oyer.
El material expuesto revela que las voces espaolas formadas con -ejar son susceptibles
de ser prstamos de otros romances dada la falta de genuinidad de esta terminacin en
dicha lengua.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo EJAR
Cataln
acopejar, bosquejar, cotejar, festejar, forcejar, proejar,
velejar
Cataln u occitano motejar
Cataln o portugus temporejar
Partiendo del DCECH, los prstamos formados con este sufijo pueden haberse
transmitido mayoritariamente por el cataln aunque alguno de ellos incluso a travs de
las lenguas occitana y portuguesa. Sin embargo, solo en dos ocasiones esta fuente aporta
una justificacin explcita de carcter derivativo que ratifica la procedencia inmediata
propuesta, en concreto, la catalana.
402
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 583), Alemany Bolufer (1920: 142), Alvar y Pottier (1983: 311) y Moll
(1991: 440).
- 260 -
En cotejar, la terminacin es determinante para postular el antecedente romnico
inmediato, a pesar de que el argumento cronolgico no apoye esta atribucin (en
castellano este vocablo aparece documentado desde 1348):
La terminacin indica necesariamente origen forastero y como el vocablo no se halla en
italiano ni en lengua de Oc y no es probable que venga del port. cotejar, la fuente ha de
ser el cataln, donde se documenta desde 1409 (DCECH, s. v. cota, II: DERIV.).
En el DECLC (s. v. cota II) se recoge la misma primera documentacin para el cataln,
pero se asegura que debe de haber otras anteriores a la primera castellana porque, como
indica el sufijo, en esta lengua tiene que ser catalanismo, ante la inexistencia de esta
palabra en las dems lenguas romnicas indicadas en la cita anterior. Conviene hallar
argumentos, sin embargo, que consoliden esta hiptesis tan segura que se presenta en
los diccionarios de J. Corominas.
En otro de los prstamos indicados, bosquejar, es tambin el argumento derivativo,
complementado con el campo semntico al que pertenece esta voz, el que apoya la
transmisin catalana:
El sufijo indica origen portugus o cataln, ya que en italiano la palabra no existe. Hay
port. bosquejo ya en Ferreira de Vasconcellos (a. 1457), con ac. poco clara. [En cataln
aparece ya en 1504]. El vocablo pasara de la escuela de pintura valenciana del S. XVI
(Juan de Juanes y contemporneos) a los grandes pintores castellanos de fines del siglo
(DCECH, s. v. bosquejar).
La procedencia inmediata de festejar se justifica con tres argumentos: cronologa,
contenido semntico (la voz catalana posee ms acepciones que la castellana) y, una vez
ms, morfologa derivativa:
Existiendo ya en el S. XV, no pudo tomarse del it. festeggiare, sino del cat. festejar [ste,
adems de la ac. castellana, tiene la de cortejar (a una mujer) y ms comnmente ser
novio y novia] (a causa de los fastuosos festejos de las coronaciones en la Corona de
Aragn [...]); la variante festear, empleada antiguamente (1605, Lpez Pinciano) y hoy en
Aragn, Murcia y Valencia, se explica por el mejor sentimiento de la correspondencia de
los sufijos entre los dos idiomas, en estas regiones limtrofes (DCECH, s. v. fiesta:
DERIV.).
- 261 -
El resto de verbos del corpus formados con la terminacin -ejar no presentan
justificacin etimolgica en los respectivos artculos de J. Corominas y J. A. Pascual.
De entre ellos se har referencia a motejar, que dichos autores presentan como
catalanismo u occitanismo. Coln (1967b: 229-30) comenta esta voz y, basndose una
vez ms en la cronologa, se muestra partidario de la procedencia catalana y, en ltima
instancia, de la italiana; no contempla la posibilidad occitana:
No solo trminos martimos y comerciales acarre el cataln desde Italia. Una palabra
como motejar, cuyo significado ms antiguo es hacer burla (1495, Nebrija), viene del it.
motteggiare, cosa que no se haba sospechado, pero es que ste haba pasado previamente
al cataln en donde encontramos motejar en el mismo sentido de hacer burla en las
traducciones del Decameron (1429) y de la Ecathonfila de L. B. ALBERTI (fines s. XV) y
tambin en obras originales como Curial i Guelfa (med. s. XV, DCVB).
Conclusin. En esta ocasin, el argumento derivativo es bsico para justificar la
procedencia inmediata del espaol puesto que -ejar no es resultado de una evolucin
patrimonial para esta lengua. El cataln presenta muchas probabilidades de ser la lengua
antecesora; sin embargo, como ocurre en la mayora de casos, existen otros posibles
competidores romnicos (occitano y portugus). La conjuncin de diferentes
argumentos es la que permite (o debe permitir) una vez ms consolidar la transmisin
propuesta.
12. -EL
Origen y transmisin. La forma tnica latina -LLU, de donde procede en ltima
instancia -el
403
, proporcion el sufijo diminutivo universal en castellano antiguo
404
bajo el resultado patrimonial de -i(e)llo, que ms adelante se concretara en -illo
405
. Ya
en el propio latn posea este valor diminutivo que al pasar al romance podra
403
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 500), Alemany Bolufer (1920: 60 y 62), Alvar y Pottier (1983: 266)
y Moll (1991: 384 y 386).
404
Gonzlez Oll (1962: 280).
405
El nico vocablo del corpus que presenta esta terminacin es garbillo, voz considerada bsicamente
dialectal (andaluza, murciana y valenciana). Segn el DCECH (s. v. garbillo), se trata, pues, de una
castellanizacin del cat. garbell. En esta lengua vecina, dicha palabra es de uso casi general en todo
el territorio lingstico, y es ya muy antigua, documentada por primera vez a finales del siglo XIV
frente a la primera aparicin castellana en el Diccionario de Autoridades que no da localizacin
regional ni cita ningn ej..
- 262 -
convertirse en primitivo en las voces ya derivadas, pero mayoritariamente se mantendra
en su condicin de afijo en las diferentes lenguas. Sobre el primer estadio evolutivo de
la trayectoria etimolgica de estas palabras, Moll (1991: 386) puntualiza que
aquest sufix no sols ve del clssic -LLU -LLA, sin tamb de -LLU -LLA, que en llat
vulgar degu esdevenir -LLU -LLA per lanalogia de la gran quantitat de mots que duien
aquesta terminaci.
La utilizacin de -el en espaol debe relacionarse con el proceso de prstamo del
francs, provenzal o cataln antiguos
406
. Es considerable el nmero de vocablos
espaoles que presentan esta terminacin importada de dichas lenguas romnicas, pero,
siguiendo la explicacin de Malkiel (1966: 97), en un momento determinado de la
historia disminuy, por diferentes causas, la adopcin de voces advenedizas de estas
caractersticas:
El hecho de que [-el] no tomara cuerpo como tal [sufijo productivo en el territorio
espaol] puede deberse a tres circunstancias: la primera, referida al marco histrico, la
reorientacin de la Espaa medieval tarda, alejada de su dependencia de Francia y
Provenza, hacia una nueva alianza cultural con Italia; la segunda, la ausencia en -el de
cualquier componente o matiz semntico que no pudiera expresarse igualmente bien
mediante otros sufijos afines, atrincherados ms eficazmente, por ejemplo, -illo o -ero; y
la tercera, la ausencia de cualquier formacin concreta en -el, entre todas aquellas
absorbidas del otro lado de los Pirineos y de la costa mediterrnea, la cual, o bien por su
frecuencia o por apelar en grado sumo a la imaginacin, pudiera haber actuado como una
especie de imn o palabra-lder.
Los prstamos del corpus formados con la terminacin -el representan una cantidad
bastante importante. No se tiene desconsideracin por las posibles lenguas transmisoras
occitana y francesa entre otras, pero la mayora de estos vocablos registrados en el
DCECH se interpretan como catalanismos.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -EL
andarivel, arganel, bajel, bocel, botarel, brocatel, cajel,
cantel, clavel, cordel, corondel, doncel, escabel,
406
Cfr. Malkiel (1966: 96-97) y Alvar y Pottier (1983: 266).
- 263 -
Cataln
escamel, espinel, flojel, gargamel, mojel, moscatel,
niel, pagel, pajarel, parrel, perchel, riel, sardinel, tinel,
trojel, troquel
Cataln u occitano
burdel, capitel, cartel, crestel, morel (de sal), pichel,
pincel, porcel.
Cataln o francs coronel
Cataln, occitano o francs nivel
Cataln o mozrabe cimbel, fornel, jurel
Cataln o galorromnico novel, rastel
Cataln y aragons retel
Se justifican 15 voces explcita o implcitamente en el DCECH a partir de la morfologa
derivativa. Este argumento es exclusivo en los casos de bajel, capitel, doncel, escabel;
botarel, cartel, cordel, coronel, flojel y perchel. Los cuatro primeros prstamos
proceden, pasando por el cataln, de un timo latino ya formado con el correspondiente
sufijo -LLU salvo en un caso en que se ha utilizado -LLU (doncel)
407
. El resto de
ejemplos indicados responden en general a formas diminutivas creadas en la propia
lengua catalana
408
, a excepcin de un caso de transmisin compleja, coronel, donde el
proceso de formacin de la palabra se completa en italiano y de all parece probable que
la tomaran en prstamo las lenguas catalana y francesa, de una de las cuales la recibira
el espaol
409
.
En los cinco casos restantes, la morfologa derivativa se combina con otras
justificaciones ms explcitas para apoyar la transmisin catalana.
407
Sobre bajel, doncel y capitel a las que se est haciendo referencia, adems de escabel, cabe precisar
que Malkiel (1966: 96) propone, sin ms comentario, un antecedente del francs o del provenzal
antiguos para bajel y doncel. Coln (2002c: 38), en cambio, coincide con el DCECH en considerar
esta ltima voz como catalanismo. Y mientras J. Corominas y J. A. Pascual postulan una transmisin
catalana u occitana para capitel, Coln (1967a: 170) se decanta nicamente por la segunda
posibilidad. Cfr. tambin Coln (2002c: 38).
408
En el caso de cordel, Coln (1967a: 170) propone un origen galorromnico, preferentemente occitano.
En cuanto a cartel, Pratt (1980: 43) considera, al igual que ocurre en el DCECH, que las lenguas
catalana y occitana pueden haber sido transmisoras.
409
Segn Terlingen (1943: 195), del italiano pasara directamente al espaol.
- 264 -
Dentro de los argumentos lingsticos puede destacarse la utilizacin del criterio
fontico en jurel y pincel. La primera de estas voces es considerada por el DCECH (s. v.
jurel) mozarabismo o catalanismo para el espaol
410
. En ambas posibles lenguas
antecesoras se considera que se trata de una forma diminutiva del latn SAURUS, pero
en cuanto al cast. jurel, puede ser mozarabismo, pero entonces esperaramos conservacin
del diptongo AU; ms bien parece que la forma catalana se comunicara a la costa
andaluza (tomando sB y u en boca de los moros granadinos), y de all pasara al
castellano general.
Pincel, por su parte, procede de una forma diminutiva del latn (PENCLLUS) transmitida
por el cataln o el occitano segn el DCECH (s. v. pincel), aunque en esta fuente
lexicogrfica se muestra preferencia por la primera opcin. Tanto el vocalismo como la
utilizacin del fonema sibilante sonoro (<=>) en el castellano de la Edad Media impiden
la evolucin directa de este vocablo desde la lengua madre, como ya se ha comentado
con anterioridad
411
.
El resultado evolutivo del sufijo -el, el campo semntico y, en el mbito
extralingstico, la documentacin textual que facilita el DCECH demuestran que nivel,
cuyo origen ltimo es una forma diminutiva del latn clsico, pudo tomarse en prstamo
del cataln ms que de la lengua de Oc o del francs:
Si en castellano y portugus fuese palabra autctona, la terminacin habra tomado la
forma -illo, en portugus -elo. Son, en cambio, castizas las formas de los dems
romances, it. livello [...], fr. niveau, oc. nivel, cat. nivell. En estos tres idiomas existi en
la Edad Media la forma livel y variantes, alterada despus, al cambiarse la l- inicial en n-
por disimilacin. En francs encontramos livel desde el S. XIII hasta el XVI [...]. En
lengua de Oc, livel y nivel alternan ya en el S. XIV. En cataln se dice hoy nivell en el
Continente, llivell en Mallorca, y esta forma se documenta con frecuencia desde los
primeros aos del S. XV, pero no hay por qu dudar de que sea anterior, ni de que nivell
sea all tan antiguo como del otro lado de los Pirineos. La terminologa castellana de la
construccin est llena de catalanismos, como he observado en otras ocasiones: lo ms
probable es, pues, que nivel se tomara del cataln; quiz no sea casual la circunstancia de
410
Vid. Barcel (1999), donde comenta cmo deben interpretarse las hiptesis del DCECH en las que se
propone el mozrabe. Es interesante tener en cuenta al menos una de sus conclusiones: el mozrabe
en la obra de Coromines podr sernos de utilidad para descubrir algn punto oscuro en la historia de
las lenguas peninsulares; porque all donde l recurre al auxilio de ese dialecto romnico subyacen a
veces cuestiones fonticas o morfolgicas de las lenguas peninsulares que no han sido estudiadas o
explicadas.
411
Vid. supra 2.1.1.1. Vocalismo: c3. Ausencia de -o, y 2.1.1.2. Consonantismo. B1. Sibilantes.
- 265 -
que el ej. castellano ms antiguo figure en una recopilacin aragonesa como el Canc. de
Stiga (DCECH, s. v. nivel).
Para aceptar la hiptesis de catalanismo de riel, puede destacarse la cronologa
documental junto con su condicin de diminutivo. De acuerdo con la informacin que
aporta el DCECH, se trata de una palabra comn a finales del siglo XIII en textos
catalanes de numismtica, mientras que la primera datacin castellana no aparece hasta
dos siglos ms tarde.
Asimismo en burdel, los mismos argumentos (derivativo y cronolgico), adems del
ininterrumpido uso de esta voz en la historia lingstica catalana, consolidan la misma
lengua transmisora al lado de otra, tambin posible, de caractersticas similares
(occitano)
412
. Mientras en espaol esta palabra no aparece documentada hasta el siglo
XIV,
el vocablo aparece casi simultneamente en fr. bordel [S. XIII], oc. bordel [comienzo del
S. XIII], cat. bordell [fin del mismo siglo], it. bordello [h. 1300]. Pero no en todos estos
idiomas ha sido constante su arraigo, pues en italiano debe ser una antigua importacin
del Sur de Francia, dado que all no existe el primitivo bord; [...] el fr. ant. bordel
desapareci del uso hasta el S. XVII (DCECH, s. v. burdel).
En este punto, quedan tres voces formadas con el sufijo -el pendientes de comentario,
pero en ninguna de ellas se utiliza de forma explcita o implcita la morfologa
derivativa para justificar su lengua transmisora. Diferentes son los argumentos de que se
sirve el DCECH para hacerlo y, entre ellos, el cronolgico para bocel
413
; este mismo
argumento combinado con el del uso para mojel
414
y con la semntica para clavel
415
.
412
Coln (1967a: 169) muestra mayor preferencia por la opcin occitana. Cfr. tambin Coln (2002c:
38).
413
Documentado a mediados del siglo XVI en castellano frente a un siglo anterior en cataln (DCECH, s.
v. bocel). Coln (1976: 173) considera este trmino arquitectnico como ejemplo de francesismo,
pero insiste en que fue transmitido por el cataln.
414
No documentado en castellano hasta finales del siglo XVII, el cataln moixell es palabra de uso
general, no estrictamente nutica, y antiqusima en el idioma [S. XIII] [...]. Estamos [...] ante un
vocablo cuya especializacin nutica naci en Catalua, pero que perteneca primitivamente al
vocabulario rstico, de antiguo arraigo en el terruo (DCECH, s. v. mojel).
415
Vid. 2.1.3.2. Contenido semntico.
- 266 -
Conclusin. Los fundamentos tericos y el anlisis de los prstamos del corpus que
presentan la terminacin -el han demostrado que, dentro de las lenguas romnicas, el
antecedente inmediato de este tipo de elementos lxicos no puede ser exclusivamente el
cataln, sino que hay otras posibles vas de transmisin a tener en cuenta, sobre todo, la
occitana o la francesa. Entre las voces de estas caractersticas presentadas como
catalanismos por el DCECH, es destacable que para muchas de ellas slo se proponga el
cataln como transmisor directo, pero en muchos casos no ha podido defenderse esta
hiptesis solo con la morfologa derivativa, sino que este argumento ha debido
combinarse con otros para asegurar ms la mediacin propuesta.
13. -ELLA, -I LLA
Origen y transmisin. En funcin de los datos del corpus, estas dos terminaciones
femeninas poseen distintas procedencias latinas no siempre diferenciadas e incluso
intercambiables. Ambas pueden provenir del latn -LLA (forma femenina del sufijo
tratado en el apartado anterior) o bien relacionarse con -ICULA, cuya primera vocal en la
lengua originaria poda ser tanto larga como breve
416
; sin embargo, acerca de esta
distincin voclica, Meyer-Lbke (1974: 422) ya precis que le roman a
frquemment confondu les deux formes. Las opciones patrimoniales espaolas, sin que
se produjera ningn tipo de confusin, tendran que ser -illa en el primer caso (< -iella <
-LLA) y -eja o -ija en el segundo (< -ICULA), mientras que del cataln se espera -ella,
partiendo de ambos timos, o -illa, derivando del segundo siempre y cuando su primera
vocal sea larga (< -CULA)
417
:
LATN -LLA -CULA -CULA
Castellano -illa -eja -ija
Cataln -ella -ella -illa
416
Cfr. respectivamente Meyer-Lbke (1974: 500 y 422) y Moll (1991: 384, 386 y 399, 400).
417
Pueden citarse dos sustantivos masculinos del corpus relacionados tambin con estas terminaciones
latinas, pero cuyo resultado espaol se acerca ms al del cataln que al que debera ser autctono:
jusello (< -LLU) y vertello (< -CULU).
- 267 -
Se presentarn, a continuacin, los prstamos del corpus formados con las
terminaciones -ella e -illa. Se observar si puede establecerse al menos una biparticin
de acuerdo con el punto etimolgico inicial y se comprobar en qu medida puede haber
actuado de forma ms o menos indiscutible el cataln en el proceso de transmisin.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijos -ELLA, -ILLA
Cataln
arpella, gonella, paella, pichella, poncella, sisella
barrilla, beatilla, manilla, tabilla, vajilla
De acuerdo con la representacin etimolgica que se ha establecido con anterioridad,
cuatro de estas voces castellanas, segn la informacin aportada por el DCECH, deben
relacionarse con la terminacin latina -LLA (paella, poncella, tabilla y vajilla) y dos
con -ICULA, supuestamente partiendo de una (beatilla y manilla). El proceso derivativo
del resto (arpella, gonella, pichella, sisella y barrilla) es posible que se produjera ya en
el propio cataln y que de esta lengua se transmitiera ms tarde al castellano
418
.
Teniendo en cuenta los cuatro vocablos relacionados con el timo latino -LLA, en dos
ocasiones (paella y poncella) se esperara en espaol, por evolucin patrimonial, la
forma -illa en lugar de -ella por lo que, tomando como fundamento simplemente este
hecho, puede pensarse que se trata de prstamos. En los dos ejemplos restantes (tabilla
418
La transferencia de estos ltimos presuntos prstamos catalanes no est en cada caso justificada por el
DCECH, sino que solo se defiende en dos ocasiones (arpella y barrilla), aunque en ninguna de ellas
se utiliza el criterio morfolgico. Se explica que arpella es catalanismo puesto que en dicha lengua
vecina este vocablo posee mayor difusin que en castellano (DCECH, s. v. arpa: DERIV.). En cuanto
a barrilla, es voz que, segn el DCECH, se utiliza bsicamente en murciano y granadino y su
procedencia catalana se argumenta a partir del criterio geogrfico (vid. 2.2.3.).
- 268 -
y vajilla), es preciso buscar otros argumentos justificativos puesto que, de antemano, la
forma del sufijo no evidencia que deban haberse adoptado de otra lengua romnica
419
.
En este punto conviene valorar la explicacin que aporta el DCECH en cada caso. En
concreto para paella, ejemplo que tambin proporciona Moll (1991: 386) entre las
palabras catalanas que contenen el sufix -LLU i que hi ha passat a ser primitius a causa
dhaver-sen perdut els llatins, se proporcionan justificaciones fonticas y cronolgicas
para el ltimo paso de la evolucin
420
.
Por el contrario, poncella s se justifica a partir de la morfologa derivativa directamente
relacionada con la fontica, adems del argumento referente al uso de esta palabra: en
castellano nunca parece haber sido voz de uso general, y la falta de diptongacin
prueba que hubo de tomarse de otro romance, evidentemente el cat. (DCECH, s. v.
poncella).
Por cuanto atae a tabilla y a vajilla, tambin relacionados con el sufijo -LLA, el
DCECH no proporciona ningn argumento justificativo para el primero de estos
prstamos, pero al manifestar que su extensin geogrfica reside en los dialectos
aragons y murciano, con ello evidencia que simplemente se trata de una prolongacin
del cataln (s. v. tabla: DERIV.). En cambio, la transmisin de vajilla est ampliamente
discutida, sobre todo desde la perspectiva fontica complementada con la cronolgica,
aunque debe admitirse que propone el timo inmediato cataln como incierto frente a
otros tres posibles candidatos (gascn, occitano y francs), an menos probables
421
.
Como ya se ha indicado, otros dos prstamos que presentan la terminacin -illa
proceden en ltima instancia del sufijo latino -CULA, en concreto beatilla y manilla que,
por evolucin patrimonial castellana, tendran que estar formados con la terminacin
castellana -ija. Puede pensarse, por tanto, que debe de tratarse de dos voces
advenedizas, que es lo que se propone en el DCECH. No se ha contemplado, sin
419
Para tabilla, vid. 2.2.3. Criterio geogrfico.
420
Vid. 2.1.1. Criterio fontico y, concretamente, el apartado dedicado a la falta de diptongacin de
tnica.
- 269 -
embargo, otra posibilidad: es evidente que se trata de un problema fontico, de ah la
hiptesis que se propone en este diccionario, pero quiz podra pensarse tambin en un
cambio de sufijo (que -ija se hubiese cambiado por el castellano -illa) y en este caso no
sera imprescindible la mediacin de otra lengua para justificar la forma. Obsrvense, de
todos modos, lo que para cada caso se ha propuesto:
Teniendo en cuenta que es necesario una lengua transmisora, la propuesta del cataln
para beatilla est justificada en el DCECH (s. v. beato: DERIV.) por la morfologa
derivativa (quiz venga del cataln, donde el sufijo -illa -CULA no es raro) y en menor
medida por la cronologa (documentado por primera vez en castellano en 1496, mientras
que en cataln ya se encuentra desde 1460).
Por lo que se refiere a manilla, en el DCECH implcitamente se sostiene la propuesta de
catalanismo a partir de los mismos dos argumentos que se han utilizado en el caso
anterior: cronologa y morfologa derivativa (se contrapone el cataln -illa frente al
castellano -ija). Se afirma que fue probablemente tomado del cat. manilla (= cast.
manija) y est documentado por primera vez en castellano a finales del siglo XV
cuando en cataln ya aparece en el Consulado de Mar, S. XIII o XIV (DCECH, s. v.
mano: DERIV.).
Conclusin. No siempre ha resultado sencillo probar con la morfologa derivativa que
las voces formadas con los sufijos -ella o -illa proceden indiscutiblemente del cataln.
Ha podido observarse que la primera de estas opciones, partiendo de los sufijos latinos
-LLA o -ICULA, debe explicarse como prstamo para el espaol, mientras que -illa es
interpretable como resultado de una evolucin patrimonial si se remonta, en ltima
instancia, al primero de los citados timos latinos. Establecer estas relaciones entre las
diferentes formas que ha ido adoptando una determinada palabra a lo largo de su
trayectoria evolutiva, no siempre ha sido fcil puesto que es complicado disponer de
garanta absoluta en cada estadio. Por lo tanto, en caso de duda, es idneo sustentar con
ms de un argumento justificativo una determinada transmisin, en este caso, la
catalana.
421
Para un anlisis detallado de la argumentacin, vid. 2.1.1.2. Consonantismo. B. Palatales.
- 270 -
14. -ERO (/ -ARI O), -ERA (/ -ARI A), -ER / -EL, -ER A
Origen y transmisin. Los sufijos -ero y -era provienen en ltima instancia del latn
-ARUS y -ARA respectivamente
422
. Todos los romances han conservado estas
terminaciones que en general utilizan con asiduidad para la formacin de palabras.
Frente al resultado patrimonial espaol -ero, las dems lenguas colindantes a esta
poseen diferentes formas autctonas tales como cat. -er, fr. -ier y port. -eiro. Con todo,
no es extrao que en ocasiones se hayan realizado adaptaciones cultas de los
antecedentes latinos como, por ejemplo, las castellanas -ario y -aria
423
.
Meyer-Lbke (1974: 467) ya advirti que en la lengua espaola puede haberse
producido tambin una apcope de la -o final del descendiente genuino masculino de
dicho sufijo. Una vez ocurrido este cambio, la -r suele convertirse en -l, fenmeno no
solo explicable como resultado de una disimilacin que pudiera haber ocurrido en
aquellas palabras cuyo radical presentara tambin una r. No obstante, aduce que las
voces que presentan esta terminacin son probablemente galicismos. Este romanista
admite, adems, que los casos que conservan -er deben de ser prstamos del cataln.
En relacin asimismo con el sufijo -ero, Alvar y Pottier (1983: 285) puntualizan que
procedente del latn - ar i us , en tanto que, combinado con el griego -FJ, origina el
sufijo -era, de alto grado de productividad. La GDLE indica que esta combinacin
morfemtica est bastante generalizada para la denominacin de actividades u
oficios
424
. Deber valorarse en qu medida el cataln puede haber intervenido en la
transmisin de las voces formadas con esta terminacin resultante.
422
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 467), Alemany Bolufer (1920: 76), Alvar y Pottier (1983: 292 y 293) y
Moll (1991: 372 y 373).
423
Para una completa descripcin de las diferentes interpretacin de -ero ~ -era (y -ario ~ -aria) en sus
formaciones denominales y deadjetivales vid. GDLE ( 69.2.18).
424
Para ms informacin, vid. 69.2.16.
- 271 -
El corpus de esta tesis contiene prstamos formados con las diferentes soluciones
indicadas que se relacionan con las formas latinas -ARUS y -ARA. Estas supuestas voces
advenedizas van a ordenarse a continuacin en diferentes grupos representativos de
cada una de las opciones posibles para poder tambin unificar los comentarios que
vayan a realizarse al respecto de cada una de ellas. Es evidente que debern valorarse
los factores que argumenten por qu pueden considerarse prstamos las palabras que
van a incluirse en los diferentes bloques puesto que, por lo que se ha podido intuir hasta
el momento, no parece que en esta ocasin la morfologa derivativa pueda ser
demasiado determinante.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijos -ERO, -ARIO
Cataln
bandolero, cachulero, calcetero, confitero, ferretero,
forastero, fullero, leatero, masadero, masovero, mercero,
mitjancero o mechansero, picapedrero, roquero, trajinero,
vellutero, verguero (o verguer)
dietario
Cataln u occitano lagotero
Cataln y aragons pilatero
Los prstamos terminados en -ero que acaban de ordenarse en el cuadro anterior se
registran en el DCECH como posibles catalanismos, pero no en todos los casos se
justifica su transmisin
425
. Cuando s se realiza, en muy pocas ocasiones se utiliza la
morfologa derivativa, en concreto solo en tres, calcetero, ferretero y leatero. Sin
embargo, estas tres voces presentan una peculiaridad: no se les ha adjuntado
simplemente -ero a la raz, sino que, en el proceso de formacin de palabras, se ha
producido una combinacin morfemtica propia del cataln. Como indica Moll (1991:
373), en esta lengua, -er en combinaci amb uns altres sufixos dna les formes
reforades -isser [...], -eter [...], -eguer [...].
425
Para fullero, cuya transmisin se argumenta mediante los criterios fontico y geogrfico, vid.
2.1.1.2. Consonantismo: a. Labiodental fricativa sorda /f/.
- 272 -
En otros cuatro ejemplos, solo se emplea implcitamente el criterio cronolgico para
apoyar la posible procedencia catalana del timo inmediato: confitero, lagotero,
mercero y forastero. Coln (1967b: 232, 1968a: 1924 y 1976: 197) se sirve de esta
ltima voz de transmisin compleja (< cataln < occitano antiguo < latn), entre otras,
para demostrar que el cataln, por su posicin geogrfica, puede haber actuado a
menudo de intermediario entre otras lenguas romances esta vez la occitana y la
espaola. La argumentacin cronolgica del DCECH (s. v. fuera: DERIV.) se centra en
destacar que la primera documentacin del cataln foraster fue en el primer cuarto del
siglo XII, mientras que los primeros ejemplos textuales castellanos datan de finales del
XV.
El argumento cronolgico se combina con el histrico para avalar la transmisin
catalana del ltimo prstamo justificado de estas caractersticas, bandolero, aunque se
precisa que su base lxica nace en castellano. Se explica, pues, como vocablo tomado
del cat. bandoler, derivado de bndol [castellanismo con consonante final parsita],
como consecuencia del gran desarrollo de las banderas y luchas civiles en la Catalua
de los SS. XV-XVII, que a la larga degeneraron en bandolerismo [...]; ntese que
muchas de las autoridades ms antiguas de bandolero se refieren a los de Catalua
(DCECH, s. v. bando, II: DERIV.).
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijos -ERA, -ARIA
Cataln
aspillera, brahonera, cacera, cachulera, cervillera,
confitera, cuartera, escorzonera, litera, palmera, premidera,
ringlera, sabonera
largaria
Cataln y aragons mojera
Cataln o francs harpillera
- 273 -
De estas voces formadas con la terminacin femenina -era, solo en ringlera se emplea,
junto con el uso que posee esta palabra en la lengua inmediata, la morfologa derivativa
como apoyo de la hiptesis de catalanismo, pero en esta ocasin se hace referencia al
radical y no al sufijo:
En cataln renglera, alteracin de renguera por influjo de regla rengln; renguera es
derivado de reng hilera [...]; el vocablo en sus formas ms antiguas hubo de tomarse del
cataln, pues en castellano falta el primitivo equivalente a reng [...]. Por otra parte, en
lengua catalana, el vocablo pertenece al lenguaje general, al uso comn y al estilo elevado
(DCECH, s. v. ringlera).
En un nmero importante de casos es una vez ms el argumento cronolgico el que
consolida la direccin del prstamo (cataln > castellano): aspillera, brahonera,
confitera, harpillera, premidera y palmera
426
.
Entre el resto de voces en -era, que no estn justificadas, cabe subrayar escorzonera,
propuesta sin ms comentario como catalanismo indiscutible por el DCECH. Coln
(1967b: 205-206) muestra acuerdo con esta consideracin. Por razones morfolgicas
(sufijo -era), rechaza que deba ser italianismo como otras fuentes han propuesto
427
y
opina que el castellano tiene que haber tomado en prstamo esta voz del cataln y que
en este idioma se habra formado a partir de escor, escur vbora. A pesar de que
en esta probable lengua transmisora el vocablo aparezca en textos ms tardos que en la
receptora, no plantea demasiados problemas, en opinin de dicho estudioso, puesto que
como afirma dada la situacin de la lexicografa catalana no nos ha de sorprender que
la voz est documentada unos aos antes en castellano
428
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -ER
426
Coln (2002c: 39) est de acuerdo en que palmera es catalanismo.
427
Vid., por ejemplo, Terlingen (1943: 324). Corominas (1948: 111) critica que este autor no tenga en
cuenta los criterios lingsticos cuando proponer una determinada lengua inmediata para voces como
escorzonera, entre otras.
428
Cfr. Coln (2002c: 39).
- 274 -
Cataln
canciller, conceller, espalder, jarrer, loguer, mercader,
naucher
429
, placer
430
, soler, veguer, verguer
431
Cataln, occitano y francs volenter o volunter
Como se ha comentado con anterioridad, Meyer-Lbke (1974: 373) destac que las
voces formadas con -er en lugar de -ero, como las que se han ordenado en el cuadro
antecedente, posean muchas probabilidades de ser prstamos de otra lengua cuya forma
afijal resultante de -ARUS fuera precisamente -er, como ocurre en cataln. De todas
formas, ante tal evidencia resulta significativo que el DCECH no justifique el
antecedente inmediato de ninguno de ellos. Otros estudiosos han manifestado su
acuerdo o desacuerdo en el tratamiento de catalanismo de alguno de los referidos
elementos lxicos. El propio Meyer-Lbke (1974: 373) ya admiti que ballener,
mercader y formas similares deban de ser prstamos del cataln
432
. Coln (1967b:
217), en cambio, por razones documentales y cronolgicas, rechaza que placer o placel
sean voces adoptadas del cataln y sugiere que podra tratarse de lusismos. J.
Corominas, en el DCECH (s. v. plaza: DERIV.), no proporciona una primera
documentacin temprana y precisa para placer puesto que, segn afirma, recuerdo
haberlo encontrado en narraciones de viajes del S. XVI, pero no tengo a mano
documentacin anterior a Terr., h. 1780. G. Coln concreta que aparece por primera
vez en el castellano escrito en 1535 (Fernndez de Oviedo) e informa de que en
portugus ya a fines del s. XV existe parcel y el adj. aparcelado. Advierte, adems,
que a partir del XVI hay mucha ms documentacin en esta lengua que en espaol
433
.
Desde el punto de vista formal, es aceptable que en el DCECH se proponga la
procedencia catalana, pero Coln (1967b: 218) reclama testimonios documentados que
consoliden esta propuesta porque, en caso contrario, debe prevalecer la hiptesis de
transmisin portuguesa. En un trabajo bastante reciente, Coln (1997a: 72) insiste en
429
El DCECH proporcina este prstamo junto con otra variante: naucher o nauchel (s. v. nave: CPT.).
430
El DCECH proporcina este prstamo junto con otra variante: placer o placel (s. v. plaza: DERIV.).
431
El DCECH proporcina este prstamo junto con otra variante: verguero o verguer (s. v. verga: DERIV.).
432
Ballener se ha incluido en el corpus a partir de la hiptesis etimolgica registrada en el DRAE, pero no
se ha recogido en el cuadro anterior porque en el DCECH (s. v. ballena: DERIV.) se considera
occitanismo y, por tanto, no es posible considerar sobre ella ninguna prueba justificativa de la
transmisin catalana.
- 275 -
que el profesor M. Metzeltin demostr que s un terme portugus documentat
abundosssimament des del segle XV.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -EL (<
cat.
-er)
Cataln
ancorel, arel, correjel, cuartel, esparavel, granel (a ~),
lebrel, nauchel
434
, papel, pebrel, placel
435
, plantel, proel,
redel, timonel
Cataln o francs dosel
En la introduccin de este apartado, ya se ha avanzado que el sufijo castellano -ero
poda sufrir una apcope de -o y el resultante -er convertirse en -el, nuevo elemento
formador de palabras, despus de haberse producido el cambio consonntico de -r en -l.
A pesar de que Meyer-Lbke (1974: 467) hubiera intuido que los elementos lxicos
de estas caractersticas deban de provenir de la lengua francesa, en el DCECH, se ha
registrado un nmero considerablemente representativo de vocablos interpretables en la
opinin de sus autores como prstamos del cataln. Buena parte de ellos se justifican
desde diferentes puntos de vista como se expondr a continuacin.
En un par de ejemplos citados, en concreto en arel y redel, J. Corominas y J. A. Pascual
incluyen una explicacin paralela a la que se ha comentado de Meyer-Lbke (1974:
467) referente al paso de -er en -el, pero, en contraposicin con lo expuesto por este
romanista, afirman que este proceso es propio de los prstamos del cataln. De este
modo, arel est justificado desde el punto de vista fontico y morfolgico cuando se
detalla que fue
tomado del cat. erer d. (o procedente de la parte del Alto Aragn donde el sufijo -ARIUM
da -er, pero el cambio de e pretnica en a y el de -er en -el es tpico de los catalanismos)
(DCECH, s. v. era, II: DERIV.).
433
Se basa en datos facilitados por M. Metzeltin.
434
El DCECH proporcina este prstamo junto con otra variante: naucher o nauchel (s. v. nave: CPT.).
435
El DCECH proporcina este prstamo junto con otra variante: placer o placel (s. v. plaza: DERIV.).
- 276 -
La argumentacin de redel est ms elaborada, pero sin demasiado fundamento de otras
fuentes puesto que en el mbito etimolgico no parece haberse tratado demasiado esta
voz. J. Corominas propone una hiptesis de transmisin catalana sugerida por
determinados indicios (fonticos, morfolgicos y comparativos con otros romances) que
le parecen bastante determinantes aunque ello no significa que deban aceptarse de forma
incuestionable:
No encuentro expresiones semejantes en port., fr. ni cat. (nada de esto en Jal, etc.), y no
parece que nadie haya sugerido una etimologa. Sin embargo, hay una muy natural: que
estas cuadernas se llamen en cat. madissos darrers (lo cual no me consta, pero es casi
forzoso); ahora bien, si lo correcto para decir ltimo, en cat. es darrer [haplologa de
darrerer], es vulgarsima y est muy extendida la variante con mettesis rader [...], y no
tenemos por qu dudar de que esta mettesis sea muy antigua. Sabido es que la a y la e
fuera del acento tienen sonido idntico en el cataln central y en los dialectos orientales,
sonido intermedio entre la a y la e castellana; como es normal el cambio de -er en -el en
los catalanismos, la sustitucin de rader por redel est en regla (DCECH, s. v. redel).
El cambio de -er en -el que tanto se ha identificado por el DCECH como representativo
del cataln en estas dos voces comentadas pierde un poco de valor en la discusin de la
transmisin de papel. En este artculo lexicogrfico se admite que dicha modificacin
consonntica es normal en los catalanismos y galicismos (DCECH, s. v. papel). Con
esta simple afirmacin, por tanto, se produce al menos un acercamiento a lo que haba
pronosticado Meyer-Lbke (1974: 467). Ello no significa, sin embargo, que no se
presente papel como catalanismo indiscutible, hiptesis sustentada por la cronologa y
la historia, aparte de la morfologa derivativa. De entrada debe admitirse que la
terminacin de este elemento lxico no se remonta al sufijo latino -ARIUS, sino a -yKrus,
forma tomada en prstamo del griego, pero ms adelante, en concreto en la lengua
catalana, se producira el cambio de *papir en paper, por sustitucin de sufijo y de
ah lo adoptara el castellano. Para defender este postulado, se tiene en cuenta adems
que los ms antiguos focos de produccin europea se hallan en tierras de lengua
italiana y catalana, pero como en italiano nunca se ha dicho otra cosa que carta, lo
ms probable es que todos los romances recibieran el vocablo de Catalua, donde
parece estar documentado ya a mediados del siglo XIII
436
.
- 277 -
El resto de prstamos formados con la terminacin -el no se justifican en el DCECH o,
en caso de hacerse, no se realiza a partir del criterio morfolgico, sino que se tienen en
cuenta otro tipo de pruebas, que se indicarn a continuacin. No se descarta que dos
ejemplos concretos, dosel y cuartel, pudieran haberse adoptado del francs, en el primer
caso, o del francs y el occitano en el segundo. Segn dicha obra lexicogrfica (s. v.
dorso: DERIV.), dosel, no documentado en castellano con esta forma hasta principios del
siglo XVII, en vista de la falta de diptongo es ms probable que proceda del cat. dosser
d., idioma donde ds espalda fu de uso comn en la Edad Media. En el DECLC (s.
v. dors: DERIV.), J. Corominas insiste an ms en el rechazo de la hiptesis generalizada
de galicismo puesto que esta voz en catal va tenir vitalitat tan primerenca com en
francs y aade que el dosser de trona i el dosseret sn justament creacions de la
vella arquitectura catalana. La conjuncin de los argumentos fontico, cronolgico y
semntico favorecen, por tanto, la eleccin de la transmisin catalana.
Para el segundo ejemplo referido (cuartel), tambin la fontica y la utilizacin inicial de
este vocablo en el mbito de la marina hacen decantar la balanza a favor de la lengua
catalana. El campo semntico es a su vez importante para otro prstamo: la pertenencia
de la expresin a granel al lxico del comercio resulta decisiva para apoyar su hiptesis
de catalanismo
437
.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijo -ERA
Cataln confitera, derrera (a la ~), masera, volatera, zucrera
Cataln u occitano mercera
436
Cfr. Coln (1967b: 226-227) quien est tambin de acuerdo con que se trata de un prstamo del
cataln, cuya terminacin se adapt a las voces formadas con el sufijo - a r i u s . Vid. tambin Coln
(2002c: 39).
437
Cfr. Coln (2002c: 39) quien comparte esta hiptesis para a granel. Para ambos ejemplos, 2.1.3.1.
Campo semntico para la complementacin de su comentario.
- 278 -
Solo una de estas seis voces formadas en -era est justificada por el DCECH y no a
partir del argumento morfolgico, sino que es la cronologa la que proporciona los datos
esenciales en beneficio de la transmisin catalana. Se est haciendo referencia a
volatera que, aparte de haber sufrido un cambio de sufijo que lo integrara al conjunto
de estos prstamos que se estn tratando, ya se documenta en cataln a finales del XIII,
mientras que para la lengua castellana debe esperarse hasta la primera mitad del siglo
XVI.
Conclusin. Analizado el conjunto de palabras formadas con sufijos cuyo origen ms
remoto es el latn -ARUS o -ARA, ha podido comprobarse que no todas pueden ser
autctonas en espaol. No obstante, al tratarse de terminaciones muy habituales y
empleadas en las diferentes lenguas romnicas, resulta difcil pensar en un nico idioma
que proporcione el antecedente inmediato para los diferentes grupos que comparten una
determinada forma. De todos los que se han estudiado, el cataln puede haber
intervenido en mayor medida en las voces formadas en -el o -er, aunque, como ha
podido comprobarse, en este sentido la lengua catalana posee tambin otros rivales, las
lenguas francesa y occitana, que pueden actuar del mismo modo como transmisores.
Estas evidencias reclaman, por tanto, pruebas argumentativas de ndole diversa y no
exclusivamente morfolgica para demostrar la trayectoria que -ARUS y -ARA han
seguido en las lenguas romances en caso de no haber llegado al ltimo estadio
etimolgico por evolucin patrimonial.
15. -ETE, -ETA
Origen y transmisin. Procedente del latn -TTU, -TTA, es un sufijo muy productivo en
los romances francs, occitano y cataln, y, tomando solo en consideracin su valor
diminutivo, en menor medida en espaol, por lo que en esta lengua es sospechoso de
poseer un origen forneo. Alemany Bolufer (1920: 84) piensa con exclusividad en una
procedencia glica (< -et, -ette) para el castellano y, desde el punto de vista semntico,
- 279 -
puntualiza que tiene significacin diminutiva en general, pero no tan precisa como la
de ITO, ITA
438
.
Meyer-Lbke (1974: 507) est de acuerdo en que para determinadas lenguas
romnicas ITTUS sigue expresando el valor diminutivo
439
. Demuestra que la forma
correspondiente heredada por el espaol es por excelencia -ita; del mismo modo que
puede admitirse tambin -eta. En cuanto al masculino -ete, se muestra prudente e indica
que posee une voyelle finale qui rvle un emprunt, aunque no especifica porque, en
nuestra opinin, no es posible realizar esta generalizacin cul es exactamente su va
de penetracin.
Pottier (1967: 145) presenta, sin ms comentario, los sufijos franceses -et t e y -et como
posibles candidatos para los espaoles -eta y -ete respectivamente.
Gonzlez Oll (1962: 309), en cambio, supone un origen mltiple para el espaol. Ha
observado que resulta ya tradicional atribuir origen francs a este sufijo; su
terminacin indica inequvocamente que no puede tratarse de una forma indgena en
castellano, pero puntualiza con acierto que no tiene por qu ser necesariamente
francesa; igualmente pudiera provenir del provenzal o del cataln. Muy importante
para este trabajo, a diferencia de lo que se haba tenido en cuenta hasta el momento, es
el hecho de destacar que la transmisin puede producirse tambin por medio del
aragons, una variante lingstica en la que hasta finales del siglo XV era el sufijo
diminutivo ms generalizado. Por tanto, la bsqueda de la lengua transmisora se
438
Por cuanto atae al contenido significativo de este sufijo y desde un punto de vista sincrnico, Lzaro
Mora (1981) establece una comparacin entre el uso de -ete/-eta con el de -ito, -ico e -illo y llega a la
conclusin de que todos comparten un valor diminutivo tal y como se limitan a describir los
diccionarios, pero advierte que, aparte de este, no debe omitirse la funcin connotativa que poseen
puesto que en la mayora de ocasiones esta es la que puede favorecer o refrenar la formacin de
determinadas palabras. De acuerdo con nuestros intereses, -ete se distingue de los dems por sus
connotaciones burlescas de ah que no pueda utilizarse junto al resto de forma alternativa. Es evidente,
por tanto, su menor productividad y el hecho de que se vea abocado a lo que observa Lzaro Mora
(1981: 495): el hablante crea muchos diminutivos con -ete totalmente efmeros y con pocas
probabilidades de ser institucionalizados; el oyente los percibe como formaciones individuales,
aunque no vacile en su interpretacin. Admite, sin embargo, que esta fecundidad de -ete/-eta ha
podido recibir fuerte impulso de la gran cantidad de prstamos que el espaol ha recibido derivados
con tales morfemas. Cfr. GDLE ( 71.8).
439
Moll (1991: 415) precisa que, tratndose de un sufix desenvolupat en el llat vulgar per a formar
diminutius afectuosos de noms propis de dona, va adquirir gran fora fins arribar a ser el ms prolfic
formador de diminutius tant en catal com en les altres llenges romniques.
- 280 -
convierte en un problema general en el que pueden estar integradas diferentes lenguas.
Estamos de acuerdo en que debe llegarse a la siguiente conclusin:
el sufijo -ete habr comenzado a ser productivo en castellano cuando los hablantes de esta
lengua, por la existencia de palabras portadoras del sufijo, llegaron a adquirir conciencia
de l. Como esas palabras fueron de procedencia diversa, igualmente habr que
considerar diversa la procedencia del sufijo (Gonzlez Oll 1962: 309).
J. Corominas se sirve de esta terminacin, tanto en su forma masculina como femenina,
para justificar la procedencia catalana de determinados vocablos espaoles. Antes de
presentar un estudio pormenorizado de la utilizacin de este criterio en el DCECH y
sentadas las bases tericas sobre las posibilidades etimolgicas de este sufijo, conviene
tener presente la advertencia de Coln (1967b: 200):
es imposible incluso afirmar que tal o cual palabra sea catalanismo por estar formada con
determinado sufijo, que tiene visos de ser cataln, -aje o -ete y -eta, pongamos por caso;
tales sufijos pueden venir tambin de otra u otras lenguas romances y, en algn caso,
hasta de un dialecto espaol.
En el caso de -ete, -eta, podramos pensar en el aragons, como haba advertido
Gonzlez Oll (1962), e incluso en el murciano. Coln (1967a y 1967b), tanto para los
ejemplos de occitanismos como de catalanismos de este tipo que proporciona, se sirve
de otros argumentos, esencialmente del cronolgico adems del derivativo, para avalar
la lengua transmisora.
Prstamos del corpus:
LENGUA TRANSMISORA sufijos -ETE, -ETA
Cataln
almete, barrete, bonete, capacete, cazarete, cohete,
florete, formalete, francalete, gallardete, pebete,
ramillete, trabuquete, verdete, volquete
caceta, cadeneta, caleta, cingleta, chueta, chuleta, feseta,
fineta, formaleta, frasqueta, manigueta, molletas,
moncheta, moscareta, mosqueta, naveta, nevereta,
vergueta, vinagreta
Cataln u occitano
escudete, roquete
carreta
- 281 -
Cataln o francs trompeta
Cataln o gascn caivete
Cataln o italiano
filarete
corneta
Cataln, francs e italiano paleta
En tres ocasiones en el DCECH se sustenta de forma explcita la hiptesis etimolgica
de catalanismo en funcin del sufijo masculino -ete, siempre, en cada caso, con la
corroboracin de otros argumentos:
Cazarete es, de entre estos tres prstamos a que se hace referencia, el nico que se
presenta como indiscutible. Esta voz espaola est fechada por primera vez en el primer
tercio del siglo XVI. La primera documentacin de la base nominal catalana de esta
palabra y su terminacin justifican, segn se especifica en el DCECH, su procedencia
inmediata: tanto el sufijo -ete como la existencia de la forma csser en cataln antiguo
(1451: Alcover), indican origen cataln (s. v. cazarete).
En el caso de cohete, documentado por primera vez en un inventario aragons de 1488,
el argumento derivativo, el cronolgico y el referente a las tradiciones son los que se
utilizan para justificar la procedencia catalana:
Es verdad que el dicc. Alcover no da ejs. del cat. coet anteriores al siglo XVIII, y que de
ah infiere Moll que este vocablo debe proceder del castellano; pero este erudito olvid
que Ag. lo haba sealado en el dicc. de J. Esteve, impreso en 1489, y que por lo tanto ha
de reflejar un estado de lengua anterior por lo menos en algunos aos. En consecuencia,
los datos filolgicos indicaran que el vocablo apareci primero en cataln; despus en
espaol, pero aqu se halla en Aragn 25 aos antes que en Castilla; y solo mucho ms
tarde en portugus [...]. Otros indicios ms vagos, como la vitalidad del sufijo -et, -ete,
mayor en el Este ibrico que en el Centro o en el Oeste, y como la gran tradicin y
vitalidad de los fuegos artificiales en tierras valencianas, son tambin favorables
(DCECH, s. v. cohete).
Coln (1976: 195-196) est de acuerdo en que la procedencia catalana de cohete no
ofrece duda alguna puesto que la voz en cuestin no est representada en las tierras de
oc, y entonces el origen del prstamo espaol es incuestionable. Admite que en esta
- 282 -
ocasin es la primera documentacin catalana que ofrece J. Corominas la que zanja el
problema
440
.
En el DCECH se utilizan los mismos argumentos del ejemplo anterior para demostrar la
transmisin catalana de pebete, cuya primera documentacin castellana es de 1575 y
sirve de ejemplo a Coln (1967b: 235) para demostrar que, contrariamente a lo que en
general se presupone, en la poca de la decadncia catalana an esta lengua ceda
palabras al espaol. J. Corominas y J. A. Pascual defienden su hiptesis de catalanismo
mediante la siguiente exposicin de los hechos:
El cataln pevet es bastante ms antiguo que la voz portuguesa y la castellana
correspondiente [...]; en cataln ya tenemos dos ejs. de Jaume Roig, en 1460 [...].
Adems del significado sustancia aromtica, semejante al castellano, que vemos en el
Spill de Jaume Roig, hay en cataln otro sentido, que no puedo documentar en autores,
pero s en dos lxicos independientes: Ag. define pevet como pebetero, incensario y
Griera (Tresor) pavet como pebeter, descuidando la indicacin de su fuente o
localizacin, como por desgracia ocurre tantas veces, sobre todo en los ltimos tomos, en
esta obra publicada precipitadamente. Creo, sin embargo, que sta ser la ac. primitiva, y
que el vocablo aludir al pie en que descansa el pebetero [...]. Ntese, en efecto, que el
piviteiro antiguo, como nos explica Bluteau, era un castial [candelero] pequeo, ou
outra cousa semelhante, que sustem o pivete direyto, y Aut. corrobora el candelero u
cosa semejante en donde se ponen a quemar los pebetes: era, pues, una especie de
candelero sin candelas, en el cual se pona el pebete en lugar de stas, y por lo tanto bien
le convena el nombre de pie pequeo, en cataln peuet, diminutivo de peu pie; lo
mismo que en el caso de cohete, estamos, pues, ante un catalanismo en -et del S. XVI,
relativo a cosas de ingeniera pirotcnica [...].
Escrito ya este artculo, me doy cuenta de que un pahuet (con sentido ambiguo pebetero
o pebete) ya figura en un Llibre de coses succeydes en Barcelona lany 1440, y pauhet
es claramente pebete en otro texto cataln S. XV (Faraudo, Bol. de la Acad. de B.
Letras, Barcelona, 1946, pp. 119 y 130; claro que es inadmisible la grafa pahvet, pavhet
del editor). Lo cual pone mi etimologa fuera de dudas (DCECH, s. v. pebete).
Para el resto de prstamos catalanes que presentan esta terminacin masculina (-ete), el
DCECH no utiliza de forma explcita el criterio de formacin de palabras con objeto de
justificar su procedencia. Contrastando la opinin de otras fuentes en relacin con estos
prstamos, cabe considerar los siguientes datos adicionales para algunos de ellos:
440
Cfr. Coln (2002c: 39).
- 283 -
En el DCECH se precisa que almete procede del diminutivo cataln elmet
441
y se
remite a Coln (1967b: 221-222) con el fin de obtener otros datos en apoyo del
prstamo del cataln (s. v. yelmo: DERIV.). Para esta otra fuente, la cronologa puede
sustentar la posibilidad de que el cataln haya intervenido como lengua transmisora:
He aqu un caso, en el que la observacin de la cronologa nos librar de conclusiones
precipitadas. El esp. almete pieza de la armadura que cubre la cabeza est documentado
a partir de 1434, fecha del Passo Honroso (DHist., s. v.); en esta misma obra aparece
tambin elmete. En cataln tenemos asimismo almet y elmet abundantemente citados a
partir de 1411-24 (cf. DCVB, s. v.). Segn el FEW XVI, pg. 192, el fr. heaumet,
diminutivo de heaume, pas al ingls helmet y al esp. almete; de este ltimo habra vuelto
a tomar el francs la forma armet (siglos XIV a XVII). Esta explicacin ser desatinada,
pues al parecer en el s. XIV an no exista el esp. almete para que el francs lo tomara.
Las formas castellanas deben de proceder del cataln o quiz hayan concurrido ah las
influencias galorromances y catalanas.
El DCECH presenta dos posibles procedencias para roquete: la catalana y la occitana.
Sin embargo, es evidente que no dispone de suficientes argumentos para decantarse en
favor de una u otra opcin al igual que en el caso anterior, solo se incide en la forma
diminutiva del cataln. Contrariamente, Coln (1967a: 186) considera que la
cronologa puede demostrar una vez ms que, en este caso, prevalece la opcin
occitana:
[...] roquet en doc. arag. de 1469, roquete en 1475 (P. Guilln de Segovia). Tomado del
occit. ant. roquet, que ya se documenta a principios del siglo XII (en fr. es rochet).
Tambin el cat. adopt roquet (1475). Es uno de los muchos occitanismos medievales de
carcter religioso (FEW, XVI, pg. 249a).
El contraste entre las fechas de primera documentacin castellana y catalana sirve al
DCECH, del mismo modo que el argumento derivativo, para justificar, de forma
implcita, la procedencia catalana de bonete. De acuerdo con los datos que aporta este
diccionario, en la lengua vecina se registra textualmente desde 1204, mientras que las
primeras documentaciones castellanas empiezan a estar fechadas al cabo de ms de dos
siglos, concretamente en 1483, 1484 (Cuentas de Gonzalo de Baeza) y 1488 en un
inventario aragons. Coln (1967a: 169), por su parte, considera que, por razones
semnticas, el ejemplo cataln de principios del siglo XIII no puede utilizarse como
prueba para apoyar esta va de penetracin. Propone en su lugar la occitana o, al menos,
441
El subrayado es nuestro. Ha querido destacarse lo implcita que puede ser la justificacin de una
hiptesis de catalanismo.
- 284 -
la glica, a pesar de que tampoco puede aportar suficientes argumentos de esta ndole
para poder expresarlo de forma clarividente:
Esta voz viene de las Galias y es un diminutivo del bajo lat. a bonni s . Teniendo en
cuenta el occitanismo birrete, podemos suponerle el mismo origen, aunque la cronologa
no ayude demasiado: fr. bonnet en 1401, occit. bonet en 1480. Desde luego, el cat. bonet
de 1204 que citan ALCOVER-MOLL (DCVB, s. v.) y COROMINAS (DCELC, I; pgina 486)
nada tiene que ver aqu; el cat. bonet en capeyl de bonet tiene el sentido secundario de
toffe servant faire des coiffures, atestiguado ya en el siglo XII en el latn galicano
442
.
Partiendo del mencionado occitanismo birrete, J. Corominas y J. A. Pascual
proporcionan una variante antigua castellana, barrete, que consideran procedente del
cataln, pero no aportan ningn tipo de justificacin. Coln (1967a: 168) propone una
hiptesis distinta: se trata de un prstamo transmitido del italiano por el francs: la
variante barrete (siglo XVI y XVII) viene del fr. barrette, que, a su vez, est tomado del
italiano.
En cuanto a gallardete, el DCECH afirma que procede de oc. ant. galhardet banderola
de adorno (s. v. gallardo, DERIV.), hiptesis matizada ms adelante en la nota 9:
Esta etimologa no est probada concluyentemente. [...] Cabra pensar en un derivado del
cat. gall [...], que a su vez puede ir con el it. gallare flotar [...] o con el cat. ant. gaiatell
[...], it. gavitello. Ms tarde gallaret habra sufrido el influjo de gallardo, de donde el cat.
gallardet [1510]
443
.
Los datos documentales que maneja Coln (1967a: 163-164) le inducen a tomar partido
de la opcin catalana antes que de la occitana, aunque admite que, en esta ocasin,
resulta arduo postular un origen indiscutible:
Nos hallamos ante la consabida posibilidad de partir del fr., del occit. o del cat., e incluso
de otros romances. La voz esp. aparece en 1567
444
(LEGUINA, s. v.) y el portg. galhardete
tambin es del siglo XVI [...]: ambos son forasterismos. En occit. ant. tenemos el hpax
de 1487 galhardet [...], localizado en Nmes, pero a este diminutivo no le conocemos
ninguna forma positiva [...]. En cat. gallart gallardete est documentado (segn DCVB,
s. v. gallard) en los aos de 1436, 1462 y 1501, y gallardet aparece en 1510. El fr.
gaillardet es de 1611. Naturalmente, la sustantivacin del adjetivo gaillard / galhart
vigoroso, lozano, valiente y el paso semntico a banderola de adorno ha de haberse
producido en una sola lengua, ya que no vamos a pensar en polignesis. [...] como vemos,
es muy difcil determinar el punto de partida. Yo creo que para el esp., esta vez, est en el
cataln y no en el occitano.
442
Sin embargo, cfr. Coln (1968a: 1915) donde en este caso manifiesta sus dudas entre occitanismo o
catalanismo.
443
Lzaro Mora (1981: 496), en cambio, lo ejemplifica como galicismo.
444
La primera documentacin que proporciona el DCECH es tres aos posterior: 1570, C. de las Casas.
- 285 -
En cambio, por lo que se refiere a capacete, contrariamente a la opinin de prstamo del
cataln manifestada en el DCECH sin justificacin, Coln (1967a: 170) considera que
se trata de un occitanismo y utiliza una vez ms el criterio cronolgico para apoyar esta
resolucin:
Segn el DCELC, I, 652, del cat. cabasset, pero ste no se documenta antes del Tirant lo
Blanch (mediados del siglo XV), mientras que el fr. cabasset ya lo est desde 1284
(FEW, II, pg. 242), pero ah no puede ser autctono, sino que est tomado del occit., en
donde cabasset es diminutivo de cabs capacho. En todos lados ser occitanismo de la
esfera caballeresca
445
.
Cabe comentar, por ltimo, que la terminacin -ete de dos prstamos concretos (florete
y verdete) posee un origen distinto del que hemos dado por sentado hasta el momento;
en concreto se tomaron del latn -TU, sufijo no demasiado utilizado dentro de la
formacin de palabras del cataln. Su significado inicial no es diminutivo, sino que
expresa un sentido colectivo.
Retomando la procedencia ms comn de este sufijo y centrando la explicacin en la
forma femenina (-TTA > -eta), puede afirmarse que es igualmente usual esta
terminacin en los elementos integrantes del presente corpus. En cinco ocasiones, el
DCECH utiliza de forma explcita el argumento de la morfologa derivativa para
justificar la procedencia catalana que postula. Afirma, por tanto, que caleta es un
derivado muy antiguo y muy vivo, cuyo sufijo apoya el origen cataln de cala (s. v.
cala I: DERIV.), que molletas es derivado de muelle tenaza [...] y por la terminacin
parece ser catalanismo (s. v. muelle (I): DERIV.) o bien que el vocablo corneta es
dudoso, en vista del sufijo, que sea autctono en castellano o en portugus por lo que
pudo formarse en cataln [...] o en italiano [...], pero es ms probable que en ste sea
hispanismo (s. v. cuerno: DERIV.). Asimismo, en carreta el sufijo indica que es
tomado del cat. u oc. carreta (s. v. carro: DERIV.). La explicacin que el DCECH
proporciona para chuleta es ms extensa, pero en este caso tanto el argumento
445
Cfr. tambin Coln (1968a: 1922). No obstante, a las dos opiniones discrepantes que se han
comentado acerca de la procedencia directa del espaol capacete, debe sumarse la opcin de Lzaro
Mora (1981: 495), quien considera esta voz como galicismo.
- 286 -
morfolgico como el comparativo (ausencia de esta voz en el vocabulario portugus)
confirman la hiptesis de catalanismo:
Del cataln de Valencia xulleta, diminutivo de xulla chuleta, que anteriormente
signific lonja de carne de cerdo y tocino, y procede seguramente del cat. ant. ensunya
grasa, especialmente la del cerdo, cambiado en *enxunya y luego *enxulla, por
disimilacin; en cuanto a ensunya tiene el mismo origen que el port. enxulha y el cast.
enjundia, a saber lat. AXUNGIA grasa de cerdo.
[...] En 1611 Covarr. solo da chulla chuleta como vocablo valenciano; es decir, ajeno al
castellano; y como sera extrao que no hubiese mencionado chulleta o chuleta, de serle
conocido ste como voz castellana, debemos deducir que en su tiempo y en el de Montio
chuleta en este idioma sera nicamente vocablo de cocineros y de gente prctica en
recetas culinarias [...]. Atendiendo a este hecho, confirmado por el tpico sufijo -eta y por
la ausencia total del vocablo en portugus (que dice costeleta en el sentido de chuleta),
est fuera de duda la procedencia catalana, y ms precisamente valenciana, del vocablo
(DCECH, s. v. chuleta).
En otro prstamo formado con la terminacin -eta, el DCECH no hace referencia a la
formacin de palabras, sino que utiliza otro tipo de criterios. La hiptesis etimolgica
presentada para frasqueta se justifica a partir de la fontica y del campo semntico al
que pertenece esta voz
446
.
La procedencia catalana del resto de prstamos recopilados que comparten este sufijo no
se explica de ningn modo o nicamente se justifica de forma implcita con el escueto
comentario de que se trata de formas diminutivas. Considerando que la suma de voces
que se acomodan a estas caractersticas es considerable, ello induce a concluir que era
esta terminacin la que inclinaba en cada caso a J. Corominas a favor de la hiptesis de
catalanismo.
Conclusin. Despus del estudio de todos y cada uno de los prstamos del corpus
formados a partir de los sufijos -ete y -eta utilizados por el DCECH para justificar su
posible procedencia catalana y despus del anlisis la bibliografa que se manifiesta al
respecto, puede llegarse a la siguiente conclusin: es evidente, al menos partiendo de la
forma masculina, que este sufijo no puede ser autctono en castellano; sin embargo, el
446
Para ms detalles sobre la argumentacin de esta palabra, vid. 2.1.1.1. Vocalismo. B. Resultados de
la pronunciacin neutra de <a> / <e> tonas del cataln.
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hecho de que una determinada voz advenediza presente esta terminacin no garantiza
que su formacin pueda haberse realizado solo en la lengua catalana. Ha podido
observarse que en considerables ocasiones la hiptesis de esta procedencia debe
competir con la occitana y la francesa, y no siempre es posible seleccionar sin lugar a
dudas la que ha aportado un nuevo elemento lxico de estas caractersticas al espaol
puesto que las tres posibilidades son viables. La eleccin de una de ellas por parte de las
fuentes si no se corrobora con datos adicionales puede haber sido resultado de
preferencias concretas por parte de los autores o de haber prejuzgado que este sufijo
estaba ms relacionado con un idioma que con otro. Si recordamos el ejemplo de
capacete, tres son las fuentes que han estudiado esta voz y tres las posibilidades
etimolgicas que han ofrecido (catalana, occitana y francesa), una cada una. El
argumento derivativo no puede, por tanto, ser exclusivo para demostrar la condicin de
catalanismo de los prstamos que presentan esta terminacin.
16. - N, -I NA
Origen y transmisin. Este sufijo, en sus formas masculina y femenina, proviene de
sus correspondientes latinos -NUS, -NA que en un origen iban destinados a la formacin
de adjetivos
447
. En romance, en cambio, su utilizacin principal es sustantiva y ha ido
adquiriendo progresivamente valor diminutivo
448
.
No difieren demasiado los resultados evolutivos que han heredado las diferentes lenguas
romnicas ms afines a la espaola: italiana (-ino, -ina), francesa (-in, -ine), portuguesa
(-inho, -inha) y catalana (-, -ina).
En castellano existe, adems, la forma sin apcope -ino para el masculino. De todos
modos, en el corpus de esta tesis se hallan pocas voces relacionadas con esta
447
Cfr. Meyer-Lbke (1974: 452 y 453), Alemany Bolufer (1920: 107 y 110), Alvar y Pottier
(1983: 271), Gonzlez Oll (1962: 329-331) y Moll (1991: 407 y 404). Sobre el escaso nmero
actual de adjetivos con este sufijo, vid. GDLE ( 70.2.1.2.).
448
En relacin con este valor en topnimos, vid. Cataln (1958-1959) y, en general, sobre la baja
productividad de este sufijo, vid. GDLE ( 70.3.1.3.).
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terminacin: garbino, redolino, tagarino y tamborino, esta ltima facilitada por el
DCECH junto con la variante tamborn y sin justificacin de la transmisin catalana.
En el caso de tagarino, para defender la hiptesis de catalanismo, se emplea el criterio
cronolgico, adems de otras razones morfolgicas y fonticas, que sin demasiado
detalle estn relacionadas con el uso del sufijo -ino. Esta palabra se documenta en
castellano por primera vez en el Quijote, mientras que en cataln tagar ya es medieval
[...]. La terminacin -ino se explica por la adaptacin del cataln (DCECH, s. v.
tagarino).
En garbino, la cronologa, el uso y la fontica, tambin relacionada esta con la
morfologa derivativa, son los criterios utilizados para justificar la mediacin catalana.
Interesa destacar el contenido de estas ltimas pruebas, segn se expone en el DCECH
(s. v. garbino). Para J. Corominas, no puede tratarse de un arabismo directo y solo es el
cataln la lengua que puede haberlo transmitido:
El punto fundamental en mi razonamiento es que el cambio fontico de la terminacin del
r. g