Salmantino, aunque advierte que su corazón es extremeño y que él pertenece a la tierra que se extiende desde Puerto de Béjar hasta el pueblo de su madre, en Cáceres. Manolo Chinato es el artífice de la letra de ‘Ama y ensancha el alma’, de Extremoduro, que se ha convertido en un himno desde que la canción apareciera en el disco ‘Deltoya’ con ese verso inicial ‘Quisiera que mí voz fuera tan fuerte, que a veces retumbaran las montañas’.
Un poeta que se define como ‘salvaje’, amante de su tierra y sus veredas, que nunca quiso serlo, pero que ha colaborado con numerosos grupos de rock recitando y cediendo versos. “Extrechinato y Tu”, un disco en el que Extremoduro y Platero y Tú pusieron música a sus letras y llegó a ser disco de oro, todavía emociona a los muchos seguidores del poeta que paran en su pueblo, Puerto de Béjar, buscando su voz ronca y su risa fuerte. Allí, en ‘Chinatos Bar’, una antigua cuadra de caballos que convirtió en bar y lugar de culto, nos recibe y nos cuenta cómo un ganadero de la sierra bejarana llegó a ser el poeta más conocido del mundo del rock español. Extremoduro, Platero y Tú, La Fuga, Marea,… sus colaboraciones son muchas al igual que los versos que todavía guarda y no han visto la luz, aunque asegura que ya no escribe, que no lo necesita.
Has sido ganadero y hostelero, pero también poeta y has puesto letra a algunas de las canciones más icónicas del rock español ¿Cuándo empezaste a escribir poesía?
Cuando se dio a conocer ‘Ama y ensancha el alma’ ya tenía escrito mucho. Cuando se la recité a Rober (Robe Iniesta de Extremoduro) y al día siguiente salí con él en un concierto en Hervás yo ya tenía escrito mucho. Mi educación literaria es muy normalita, ten encuentra que este pavo es tan rebelde porque pasé seis años en Armenteros. Yo recuerdo que allí con 12 y 13 años algunos poemas que leía en los libros de literatura ya me gustaban, me llamaban la atención. En aquel tiempo no podía leer Miguel Hernández, Lorca o Machado, pero ya me atraía la poesía. Empiezo a escribir con 17 y 18 años porque me lo pide el amor, el alma y es cuando me enamoro. Y cuando exploto es en el desamor y lo hago muy bien, entiendo a la mujer que me deja, porque soy el más feo, el más golfo, el que más se emborracha, … y no me extraña que, aunque fuera el que más atraía a las mujeres, no se atrevían a quedarse. Y luego circunstancialmente porque yo no quise ser poeta, yo escribía porque lo necesitaba. Mi duende me hacía coger el bolígrafo y decir lo que sentía y después de escribir los poemas yo a veces me decía a mí mismo ‘joder cabrón, que bien te ha quedado’.
En ese momento, ¿la gente sabía que escribías poesía, mostrabas tus poemas?
No, a nadie. Cuando empiezo yo podía recitar algo a mis íntimos amigos, pero muy poco, alguna cosa suelta. Ellos tampoco imaginaban que el más golfo, pero con mucha diferencia, pudiera tener ese toque. Pensaban que era otro cachondeo más.
Y de ese poeta oculto, que no leía sus versos en público ¿cómo surgió que Robe Iniesta convirtiera ‘Ama y ensancha el alma’ en un himno?
Fue una casualidad total. Un día en Hervás, en el bar de un amigo mutuo, que fue el primero que me descubrió como poeta, estábamos en una bodega que tenía para amigos y después de que allí se tocara mucha guitarra y mucho flamenco me dijo ‘Manolo, recita algo’. Ese día estaba allí Rober porque al día siguiente tocaba en la plaza de toros, era cuando el empezaba que estaba con su primera maqueta. Y salgo y recito ‘Ama’ y nada más terminar me dice Rober ‘hostia, sal mañana a decir eso conmigo en el concierto’ y le dije que no. No pensaba subir porque yo no soy un hombre de escenario. Fuimos al concierto a la plaza de toros y mis amigos me decían ‘no subas, que la preparas’ y fue cuando dije ‘pues ahora subo’. Subí, recité, me retiré, Rober empezó a tocar la introducción de ‘Jesucristo García’ y ahí empezó todo.
¿Y ahí es cuando Chinato empieza a ser conocido como poeta?
Sí, ahí empieza Chinato a rodar sin comerlo ni beberlo, una casualidad que los dioses del olimpo guardaban para mí. A partir de ahí, Rober ya viene mucho a buscarme el solo. Yo acababa de abrir el bar y el venía a inspirarse también, le había gustado lo que yo decía y escribía y venía a por más. Nos íbamos de fiesta hasta las cinco de la mañana, dormía en mi casa, mi madre con un mosqueo…
Pero tus colaboraciones no se han quedado solo en Extremoduro, sino que lo has hecho con muchos más grupos sin contar con el disco ‘Extrechinato y Tu’
Yo he colaborado con mucha gente. A mí me cuesta subir a un escenario pero soy un tío valiente y subo porque, sobre todo en los recitales que he hecho, aunque me costaba, la gente disfrutaba conmigo y no me han tirado ni huevos ni tomates. Últimamente no me apetece hacerlos.
¿Pero sigues escribiendo?
Casi nada, yo ya no lo necesito. Sólo escribo cuando necesito escribir.
Entonces, ¿no vas a sacar un tercer libro de poemas?
No, no quiero. Yo he escrito sin que nadie me lo pidiera porque me lo ha pedido mi sentimiento. Ahora no me apetece escribir pues no escribo y si lo hiciera sería más falso.
Tus poemas son muy de la tierra, de las montañas y el campo. No parece que esa temática sea la que más empaste con la música rock, pero os ha funcionado muy bien…
Funciona porque nos une la rebeldía.
Pero ¿sigues siendo rebelde?
Hasta que me muera. La rebeldía tiene que existir siempre porque siempre vivimos en una dictadura, aunque lo llamen democracia.
¿Cuántos poemas tienes sin publicar?
Muchos, entre 200 y 300 al menos.
¿Los grupos de música te siguen pidiendo letras para sus canciones?
Si, me siguen pidiendo, menos que antes, pero sí y siempre digo que sí. Sigo colaborando con ellos. A muchos de los grupos que empezaban les daba fuerza que yo recitara con ellos en sus discos y yo siempre decía que sí. No les cobraba, pero les pedía que vinieran a tocar a mi bar. Así que al menos he tenido en el bar tocando a cien grupos, aunque nunca he pagado a nadie porque yo tampoco les cobraba por recitar con ellos. Lo uno por lo otro. Con quien me lo pida colaboro siempre que piense que merece la pena.
Has acompañado a Extremoduro en muchas giras, has puesto tu voz y a veces tocas la guitarra. ¿Cuándo tienes delante de ti a miles de personas coreando ‘Ama y ensancha el alma’ o alguna otra de tus letras que sientes?
Siento que estoy fuera de mi lugar. No vuelvo por los aplausos vuelvo porque voy con mis amigos. No es mi elemento, a los conciertos voy muy contento, salgo al escenario y veo a 10.000 cabezas y no me afecta en ningún sentido, me cuesta empezar, pero una vez que empiezo es igual.
"A muchos de los grupos que empezaban les daba fuerza que yo recitara con ellos en sus discos y yo siempre decía que sí"
¿Alguna vez te ha costado escribir algo?
Nunca, nunca me he puesto a escribir. Cuando he escrito es porque en ese momento me salía ese sentimiento. Esa es mi forma de escribir.
Los expertos dicen de ti que tu poesía es rural. ¿Te gusta ese apelativo?
Fíjate me molesta un poco, porque yo soy más del campo que rural. Me agradaría más poeta salvaje, porque soy más de mi campo que de mi pueblo.
¿Te sorprende la interpretación que hace la gente de sus poemas?
A veces si me sorprenden, pero tengo que respetarlas. Uno de los mis poemas más conocidos, ‘Una sola puerta de tres abierta’, es una tormenta de otoño que me sorprendió y flipe y lo escribí en un saco de pienso. Viene mucha gente y me lo pide, que lo recite, tanto como ‘Ama’ y la gente imagina unas cosas que flipas y es lo más sencillo que hay. "Una sola puerta de tres, abierta. Una sola puerta. Enfrente, la montaña. Pasa la nube inmensa; toda suya... todo suyo. Huracanes de vientos; lluvia andante semiparalela y en todo el monte funerales alegres, naturales, de hojas muertas" ¿Qué es para tí? Me hacen disfrutar mucho porque vienen con mucho cariño, aunque traigan conceptos diferentes al mío.
‘Extrechinato y Tu’, el disco que hiciste con Extremoduro y Platero y Tu basado en tus poemas fue incluso disco de oro y tenía una portada mítica. ¿Cómo se fraguó? ¿La foto fue fruto de una casualidad o estaba preparada?
El año pasado se murió ese caballo… Vinieron Juanchu ‘platero’ e Iñaki aquí y nos fuimos a la finca que yo tenía. Estaba lloviendo y fue cuando hicimos las fotos. Los de Montemayor pasaban y me veían desnudo, lloviendo y a caballo y flipaban. Hay muchas fotos de ese día.
Con todo un mundo de posibilidades abierto decidiste quedarte en Puerto de Béjar, en tu pueblo…
Donde voy a ir mejor que aquí, conozco todo el campo de mi pueblo, toda la montaña, todo el valle. He sido ganadero, conozco las veredas igual que las vacas que las hicieron. He vivido bien.
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