La adolescencia es una de las etapas con más retos para las familias. Durante esta época los adolescentes experimentan múltiples cambios entre ellos cambios físicos, sexuales, sociales, cognitivos y emocionales; los cuales pueden causar ansiedad en toda la familia en especial en los niños y sus padres.

Los cambios físicos, por ejemplo, tienden a hacerlos sentir cohibidos e incómodos y esto junto con el tema sentimental hace que emocionalmente se enfrenten a cambios de humor; sin dejar de lado el cambio intelectual en donde se encuentran desarrollando sus propias opiniones y puntos de vista sobre el mundo que les rodea.

La etapa de la adolescencia generalmente comienza a los trece años; sin embargo, algunos comienzan un poco antes con el inicio de la pubertad y otros al contrario experimentan un retraso en cuanto a este tema. Muchos niños inclusive anuncian el inicio de su adolescencia con cambios dramáticos en el comportamiento y estado de ánimo, lo cual usualmente es lo primero que notan sus padres.

Los cambios dados en esta época en las relaciones familiares pueden causar dificultades entre los padres y sus hijos. Una de las metas de la adolescencia es la exploración de la identidad y con ellos vienen preguntas como quién soy y cómo puedo volverme más independiente. Por tal razón, durante este tiempo tienen a separarse emocionalmente de sus padres al desear y necesitar más libertad e independencia. Se interesan más por lo que sus compañeros piensan de ellos y pueden ser más influenciados por sus amigos que por sus padres. Los adolescentes comienzan a explorar sus posibilidades y comienzan a experimentar con diferentes estilos, vestimentas, intereses o grupos de amigos.

Como lo hemos leído la adolescencia trae cambios que son esperados; siempre y cuando éstos no sean drásticos y prolongados en tiempo; si observamos algunos de los comportamientos que a continuación se menciona no debemos dudar en buscar un profesional que nos ayude a apoyar a nuestros hijos.

· Aumento o pérdida extrema de peso.

· Cambios rápidos y drásticos en la personalidad.

· No asistir o escapar de la escuela.

· Dificultades para dormir.

· Bajar las notas.

· Problemas con la ley.

· Cambio de amistades que no son positivas.

· Hablar o relajar con el suicidio.

· Agredir amigos o adultos.

· Conductas de autolesión como cortarse o golpearse.

Como adultos tenemos el deber de ayudar y apoyar a nuestros hijos adolescentes a atravesar esta etapa de desarrollo y sus cambios ya que esto le ayudará a tener éxito como adulto. Por eso es importante tomar en cuenta estos consejos que algunos conocedores del tema nos recuerdan:

· Educarnos: Leer y conocer sobre esta etapa del desarrollo nos puede ayudar a prepararnos sobre lo que podemos esperar y estar mejor preparados para apoyar a los jóvenes durante esta transición y poder promover un desarrollo saludable durante toda la adolescencia y sus principios de la adultez.

· Recuerde que usted es un modelo a seguir: Los padres somos el ejemplo más importante para nuestros hijos. Lo que hacemos y decimos sirve de guía para sus conductas, creencias, actitudes en el presente y en el futuro. Usted es quien le enseña cómo comportarse, lo que come, si hace ejercicio, como maneja las emociones, como usa la tecnología, su actitud hacia el aprendizaje, si tiene relaciones saludables y el uso del alcohol o drogas. Lo que usted dice también es importante porque les puede enseñar a regular sus emociones.

· Sea empático: No estaría de más recordar como éramos de adolescentes y todos nuestros cambios. Recordemos que en aquella época también estábamos confundidos, con poca confianza y con mucho miedo. En este proceso su cerebro se está desarrollando y la parte prefrontal (encargada del juicio y la toma de decisiones) no está completamente desarrollada. Por lo cual muchas de sus decisiones podrían mostrar poco juicio.

· Escoja sus batallas: Los jóvenes necesitan espacio, libertad y confianza en su juicio para tratar cosas nuevas. Antes de decir NO, pensemos si es un asunto temporal o si su vida está en peligro. Reserve sus objeciones para cosas realmente importantes como cambios que sean permanentes, conductas de riesgo y el uso de alcohol o drogas

· Establezca límites y expectativas: Los límites y las expectativas claras ayudan a que los niños y adolescentes se sientan más seguros. Aunque es posible que los adolescentes traten de resistirse a los límites, en realidad sentirán que usted se preocupa por ellos. Cuando ellos saben lo que se espera de ellos y las expectativas son realistas, lo más probable es que trabajen para alcanzarlas.

· Hable sobre el desarrollo sexual: Algunos padres evitan conversaciones sobre la sexualidad con sus hijos porque no se sienten cómodos, no saben qué decir o piensan que al evitarlo no despertarán la curiosidad en el adolescente y esto es un error muy común. Los jóvenes reciben información en redes sociales, a través de sus amigos y en la comunidad. Muchas veces esta información es incorrecta o incompleta, por lo tanto, es primordial que usted sea una guía durante este proceso. Algunos temas y conversaciones necesarias son: la pubertad, los valores familiares, la salud sexual, abuso sexual, relaciones, consentimiento y respeto.

· Mantenga la comunicación abierta: La comunicación es esencial. Mientras van creciendo y cambiando van a tener muchas preguntas; por eso es muy importante hablar con ellos de manera anticipada y con frecuencia. No debemos esperar a que comiencen los cambios para hablar; podríamos iniciar realizando preguntas como los cambios en su cuerpo, sus cambios de ánimo entre otros temas que sabemos que les están generando angustia. Pero recuerde que es primordial responder sus preguntas, aunque nos sean incomodas. Cuando mantenemos la comunicación abierta, ellos se sienten libres de compartir información y esto nos permite desarrollar una mejor conexión.

· Sea un copiloto: Cuando los niños son pequeños, los padres tomamos todas las decisiones. Somos su piloto quienes estamos a cargo de tomar todas las decisiones, por ejemplo, cómo vestirse, a dónde ir, qué comer, etc. En la medida que los niños se convierten en adolescentes, los padres debemos cambiar nuestro rol y convertirnos en copilotos ya que son ellos quienes comienzan a tomar sus propias decisiones y aprenden de sus errores.

· Amor y conexión: Todos los hijos tienen la necesidad de ser aceptados por sus padres. Los adolescentes cambian mucho en esta etapa y el amor de la familia por ellos debe ser incondicional. No debe cambiar, debe ser tolerante y buscar momentos para conectar. Mientras más fuerte sea su relación con ellos, más influencia podrá tener en sus vidas.

· Desarrolle la independencia: Es muy importante darles a los adolescentes algunas responsabilidades. Lo ideal es dejar de hacer todo por ellos. Deje que tomen decisiones, que cometan errores y aprendan de ellos. Es nuestro deber como padres dotarlos de destrezas que lo ayuden a ser más independiente.

· No tome las cosas personalmente: En la adolescencia, los jóvenes están más propensos a perder el control, estar de mal humor, criticar a los padres e inclusive faltarles el respeto. Debemos recordar que esto es parte del proceso de encontrar su propia identidad. No nos podemos dar el lujo de alejar a nuestros hijos por más molestos que estemos y si en realidad nuestra molestia es muy grande debemos tomarnos el tiempo respirar y buscar un espacio para el dialogo una vez que nos sintamos más calmado.

Recordemos, la adolescencia tiene grandes retos para las familias, pero también presenta muchas oportunidades. Es una etapa para conocer, conectar y guiar a nuestros hijos de una manera nueva. Es importante estar involucrados en su vida, celebrar sus logros, aceptarlos tal como son y acompañarlos cuando se sientan confundidos y desanimados para asegurar el desarrollo de una adultez sana.

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