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¿De qué murió Felipe 'El Hermoso'? ¿Sabías que su entierro duró 19 años?

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El gallo que no cesa - Tuitero en el tiempo: La muerte de Felipe el Hermoso

¡No bebas un vaso agua muy fría justo cuando acabas de hacer deporte! ¿A que te han lo han advertido alguna vez? En el imaginario colectivo, la muerte de Felipe 'El Hermoso' nos ha dejado para siempre ese consejo 'médico', que parece ser un mito. ¿Por qué decimos entonces que el marido de Juana 'La Loca' murió por ingerir una bebida helada? ¿Fue el fresquito o fue un veneno?

De qué murió Felipe 'El Hermoso'

Yuri Aguilar, Tuitero en el tiempo en redes sociales, dedica una sección entera en el programa El gallo que no cesa a explicar qué le pasó realmente al archiduque.

Felipe El Hermoso se encontraba en Burgos celebrando que, tras duras negociaciones con su suegro, Fernando El Católico, y las Cortes de Castilla, por fin era rey con Juana. Esos festejos eran como todos los que hemos visto en las películas medievales: banquetes, cacerías, juegos... "El 16 de septiembre de 1506, el rey empezó a encontrarse mal después de una tarde de intenso deporte. Pronto le subió la fiebre y tuvo que ser atendido por los médicos. La cosa fue rápida.".

La solución de los doctores de la época: había que sangrarlo. El resultado obtenido no fue el deseado. En la madrugada del 24 al 25 de septiembre, murió en su cama de la Casa del Cordón de Burgos. Solo tenía 28 años.

¿Y el vaso de agua fría?

Aguilar se muestra fascinado con este matiz de la historia: "Es lo que está en el imaginario colectivo e incluso lo que se ha enseñado en los colegios. Se quedó esa leyenda urbana de tener cuidado con beber agua fría después de hacer deporte."

Lo cierto es que la muerte nunca dejó de ser sospechosa. Felipe 'El Hermoso' estaba sano y aquella enfermedad sobrevenida con desenlace fatal no tenía mucho sentido. "Algunos de sus partidarios sugirieron que lo había mandado envenenar el padre de Juana, Fernando El Católico, que sentía algo más que antipatía por Felipe y que prefería que su hija gobernara sola en Castilla. O sola... o tener influencia él."

"Al final, por sus síntomas y por sus mortales consecuencias, parece que el pobre Felipe murió de la peste."

Felipe 'El Hermoso' y el entierro más largo de la historia

"Muerto Felipe, empieza el espectáculo". Así de rotundo se muestra Tuitero en el tiempo cuando comienza a contar el entierro del rey Felipe y el duelo desmedido de Juana... a la que terminarían llamando 'La Loca'.

La reina mandaba abrir recurrentemente el féretro

El cadáver de Felipe fue embalsamado para que se conservara el mayor tiempo posible y se le construyó un féretro de plomo, forrado de madera con tela y bordados de oro. En un primer momento, fue sepultado en la Cartuja de Miraflores, a pocos kilómetros de Burgos.

Pero en su testamento Felipe 'El Hermoso' dejó escrito que quería que su corazón fuera llevado hasta su Flandes natal y el cuerpo descansara en Granada.

Juana I decidió cumplir con las últimas voluntades de su marido y, en las navidades de 1506, mandó desenterrar el cuerpo y emprender el viaje hacia la joya de la reconquista.

Fernando el Católico debió de tomarse mal lo de que su yerno descansara en Granada antes que él. Así que puso todas las trabas posibles para que la comitiva no llegara nunca a la ciudad.

Las muestras de locura de Juana I en el entierro de su marido

Sabemos que Juana pasó un duelo difícil. Pedro Mártir de Anglería, cortesano y cronista, formaba parte de las pompas fúnebres y recogió en sus textos, con todo detalle, los desequilibrios y excentricidades de su reina.

Cuatro caballos traídos desde Flandes eran los encargados de tirar del carruaje en el que viajaba el ataúd. Solo avanzaban de noche para evitar que el calor del sol estropeara más los restos de Felipe. Al llegar a una aldea, se instalaba la comitiva y el cuerpo de Felipe era velado por los nobles en la iglesia de la villa.

No dejó que el féretro se instalara allí temiendo que las monjas se lo robaran

Un coro de música tenía que amenizar de forma constante el sepelio. Las iglesias, de noche,

eran iluminadas con centenares de velas. Algún que otro templo ardió con tanta iluminación. Solo en candelas, Juana se gastó más de medio millón de maravedíes.

La reina mandaba abrir recurrentemente el ataúd. Pedía sacar el cadáver embalsamado y que los nobles que integraban la comitiva, lo reconocieran, temiendo que alguna parada alguien hubiera cambiado el cuerpo.

Dicen que los celos de Juana seguían siendo tales, que estando a las puertas de Santa María de Escobar de Torquemada, se enteró de que dentro habitaban monjas. No dejó que el féretro se instalara allí temiendo que las monjas se lo robaran. Hizo dormir a toda la comitiva al raso en pleno mes de enero. En el resto de iglesias no permitía que entrara ninguna mujer. Por supuesto, ninguna dama podía acercarse jamás al cadáver.

En ese momento, Juana estaba embarazada de su sexta hija. El nacimiento de Catalina le sobrevino en enero de 1507 en Torquemada, cerca del monasterio. El parto y los cuidados de la recién nacida la retuvieron unos meses, pero en cuanto se repuso, reanudó la solemne procesión.

La excusa para encerrar a Juana I en Tordesillas

"Fernando El Católico la terminó llamando a Burgos. Llegados a este punto, muchos de los nobles que integraban la comitiva estaban hartos del despropósito.", asegura Aguilar.

Fernando y Juana terminaron encontrándose en una población cercana a la ciudad. Allí la exhortó a que enterrara de una vez a su marido y que tomara las riendas del gobierno que le había dejado en herencia Isabel La Católica. "Aún así - explica Aguilar - se refugió unos meses más, con el cuerpo de su marido aun sin sepultar, en Arcos de la Llana. En 1509 resolvió Fernando El Católico que había que encerrarla en un palacete". Fernando así afianzaba su puesto como regente de Castilla. Lo llevaba haciendo desde 1507 por la dejación de funciones de Juana.

¿Qué pasó entonces con el cadáver de Felipe 'El Hermoso'? "Fue depositado, no enterrado, en el convento de Santa Clara de Tordesillas. Allí estuvo hasta 1525. Carlos I, entonces, se llevó el cuerpo de su padre a Granada. Juana se le uniría 30 años después."

Juana I padeció 46 años de secuestro. Solo estuvo acompañada por su hija pequeña, Catalina, la que nació en medio de las pompas fúnebres de su padre, hasta que la casaron con el rey de Portugal. "Nunca perdió la condición de reina, pero su padre y su hijo gobernaron sin ella mientras languidecía en su cautiverio."