Gracita Morales, ¿cómo un icono del cine pudo morir en el olvido?
- Ni su inconfundible voz ni siquiera su larga trayectoria cinematográfica evitaron que pasara sus últimos años en soledad
- Sus problemas personales y de salud fueron alejándola del cine, hasta que falleció por una insuficiencia respiratoria a los 66
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Supo cómo marcar la diferencia en una industria donde no es nada fácil destacar. Con su inconfundible voz aguda, Gracita Morales se convirtió en un icono del cine español y, aunque ahora seguimos recordándola como una de las cómicas más emblemáticas de nuestro país, la actriz acabó cayendo en el olvido. ¿Cuántas veces nos hizo reír a través de la pantalla? La realidad es que sus problemas personales destrozaron su vida y después su carrera: depresiones, fármacos, rumores de intentos de suicidio... Su mala salud provocó inevitablemente su caída en picado, hasta el punto de no remontar.
La actriz Gracita Morales EFE
A pesar de dar una imagen totalmente contraria, sus compañeros de profesión no guardan un buen recuerdo de la actriz, a quien le fue cambiando el carácter. Se dice que vivió sus últimos años en soledad hasta los 66. Medicada y abandonada, Gracita Morales falleció el 3 de abril de 1995 en Madrid, a causa de una insuficiencia respiratoria.
Su camino hacia el éxito
Gracita Morales empezó en el mundo del espectáculo con la idea de convertirse en bailarina. Los médicos le aconsejaron que cambiara de profesión por un problema que tenía en las piernas. Fue entonces cuando probó suerte en el teatro, pero no fue hasta que llegó al cine cuando alcanzó la fama.
Cartel de la película 'Sor Citroën' GTRES
Entre sus películas más conocidas, destacan Atraco a las tres, Los Palomos, Operación Cabaretera, ¡Como está el servicio! o Sor Citröen, donde interpretaba a una mona, la hermana Tomasa, que se ve obligada a aprender a conducir. La cinta de Pedro Lazaga estaba protagonizada por Gracita Morales y Rafaela Aparicio.
"Caprichosa, despótica e intratable"
No hablan bien de ella quienes trabajaron codo con codo con Gracita Morales. Alfredo Landa la describió como una persona "caprichosa, despótica e intratable". Los actores coincidieron en el rodaje de la película La ciudad no es para mí.
Según cuentan, no era fácil compartir set con la actriz. "Era bastante envidiosa en algunos sentidos y cuando veía a una actriz más joven y guapa se sulfuraba mucho", aseguraba José Luis López Vázquez en Para qué te cuento, su biografía autorizada. El actor habló también de sus problemas de salud mental que podrían haber surgido a causa de la falta de afecto que sentía: "Fue vetada porque era temperamental. Estaba enferma mentalmente, lo que le creó un estado de ansiedad que nos hacía la vida imposible a todos. Siendo una persona maravillosa, con un carisma y una personalidad asombrosa, gracia espontánea y arrebatadora… no compensaba trabajar a su lado".
Su matrimonio con Martín Zerolo
El motivo que habría podido desencadenar sus problemas personales podría haber sido el fin de su matrimonio con Martín Zerolo, un pintor canario con el que no llegó a tener hijos. Ocho años después de casarse, decidieron tomar caminos separados. Él se fue a París y la abandonó, según ella misma confesó, dejándole grandes problemas económicos. Quienes la conocían apuntan a que, el hecho de no haber tenido descendencia, fue otro de los detonantes de la infelicidad de Gracita Morales.
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