Javier Fesser: "A través del humor podemos empatizar y entender otros razonamientos"

Revolviendo durante una mudanza, Javier Fesser se topó con un guion suyo de 1988 (“escrito con la máquina de escribir de mi padre”) del que pensó “que era malo” pero contenía “algo de la inocencia e ingenuidad de ese momento en el que tienes todo por aprender y ningún miedo a equivocarte”. Pactando con su yo joven del pasado, el Fesser maduro del presente reescribió el guion de arriba abajo y lo ha convertido en Historias lamentables, su sexta película y la primera tras el fenómeno taquillero y social de Campeones.

Dividida en cuatro historias (una casi a modo de prólogo y otras tres más desarrolladas) Historias lamentables describe las peripecias de personajes disparatados estrangulados al límite por el destino: un hombre compulsivo del orden obsesionado observar el amanecer en la playa de Gandía que se reencuentra con su acosador del colegio, un inmigrante guineano explotado por una misántropa absoluta, un ludópata estafador de su propia familia que contrata el servicio de una empresa que construye coartadas, y el atolondrado heredero de un imperio empresarial que busca el reconocimiento paterno.

“Cuanto peor lo pasan los personajes, mayor es el regocijo del espectador”, opina Fesser. “En este caso, todas estas calamidades, que sin ser nada trágicas son muy penosas, creo que son especialmente divertidas porque es fácil reconocer, sino a ti mismo a alguien que conoces muy bien. Puede parecer una película de dibujos animados, pero creo que todo es muy de carne y hueso”.

Fesser combina la mala leche de la sátira con algo de comprensión humanista, maltrata a sus personajes, pero les deja una escapatoria de cariño (a quién lo merezca). Campeones, según sus palabras, “ha contribuido a cambiar la mirada de la sociedad”, y Fesser es un creyente de la capacidad transformador del arte.

“Estoy convencido de que a través del humor podemos empatizar con otras personas y entender otro razonamiento, que confío plenamente en Historias lamentables para mirar muchas cosas con otros ojos”, razona. El impulso de juventud está en la película: gamberra, disparatada y poseedora de un ritmo que Fesser identifica con Arizona baby, de los hermanos Coen o Jo, qué noche, de Martin Scorsese.

El cuidado extremo de la planificación, fotografía, color y música remite también al Fesser de los trabajos publicitarios. "Todo tiene la intención de hacer una película visualmente muy estudiada, que cada plano tenga un sentido. Ha sido como hacer un master y volver a aprender lo que había olvidado", explica.

De Gandía a Valladolid, pasando por Aragón y Madrid, con personajes con acentos de toda la península, las dos horas de Historias lamentables parecerían un recorrido por la esencia de la ‘lamentabilidad’ española, pero es solo -y nada menos- que un regreso al peculiar humor del creador de El milagro de P. Tinto.

La película tenía trazada su llegada a las salas el pasado abril, previo paso por el Festival de Málaga, pero la pandemia de COVID-19 truncó su estreno que ahora se prevé para 2021, pero Fesser sentencia: "Tengo la idea y firme decisión de que se vea en pantalla grande".