¿Dónde está la millonaria herencia de Encarna Sánchez?

Algunos dicen que no saben nada, otros acusan a Nuria Abad de destruir la lista de herederos y unos pocos tienen miedo de contar lo que saben. El misterio de la desaparición de una herencia que 17 años después todavía no tiene respuesta.

Encarna Sánchez fallece el Viernes Santo de 1996. La periodista había dejado indicaciones sobre su herencia, según explica su amiga Soledad Jara, en las que señalaba al hijo de ésta como principal heredero. “Ella volvió de Pamplona ya muy malita. Fuimos a verla al día siguiente. Pedro Pérez [productor del programa 'Encarna de noche'] nos dijo con Nuri [Nuria Abad**,** secretaria Encarna] y Josefina Calle [ama de llaves de la periodista] delante lo siguiente: “Encarna ha dejado una lista de cómo quiere que se hagan las cosas y el primero que está como heredero es tu hijo”, rememora Soledad con nitidez. Dentro, la propia locutora se lo confirmó a ella misma: “He dejado una lista de cómo quiero que se reparta, también lo de Suiza, y el primero está el enano”.

Después de vaciar la casa y cerrarla, pasan los días, las semanas incluso, y Soledad Jara no recibe ninguna noticia de Nuria ni de Pedro. Sin embargo, sí se ha hecho ya cargo de la herencia Pilar Cebrián, una locutora de Radio Nacional en los 60 con la que Encarna entabló una estrecha amistad. Un testamento de 1970, redactado de manera urgente y del que nadie tiene constancia, resulta ser el único válido. En él aparece el nombre de Pilar Cebrián. “Yo creía incluso que tenía hecho uno a favor de Isabel Pantoja”, asegura Carmen Jara, amiga íntima de Encarna. “Yo le decía ‘Con un chófer en la puerta y un Mercedes, un Jaguar y un Rolls en el garaje de La Moraleja, no me digas que no puedes ir a un notario a hacer un testamento’. Y se reía y contestaba: 'Pues tienes razón, mañana voy’. Pero no iba. Estoy segura de que ella nunca pensó que el testamento en el que figuraba Pilar pudiera tener validez ”.

Desde hace años, Pilar vive en Benidorm, adonde se trasladó para trabajar en RNE de Alicante. Su abogado, Diego Ortiz Zambrano, aseguró que tras la venta de las propiedades, no quedó mucho para heredar. El letrado ha fallecido y en su bufete dicen no conocer los detalles de la sucesión. El listado de bienes que Pilar heredó al abrirse la sucesión de la locutora constaba de la casa de La Moraleja y un piso en la calle O’Donnell en Madrid, el chalet La Gaviota en Marbella, dos apartamentos y un local comercial en la Costa del Sol, la finca La Garza en Medina Sidonia; el restaurante El Camino, un Rolls Royce, un Mercedes y las sociedades de las que Encarna era titular: Onda 3000 y Stilo Tridimensional. Algunos cientos de millones pero no la suma milmillonaria que se esperaba. ¿Dónde estaba el dinero de Suiza y los bienes que faltaban en La Moraleja? ¿Y las valiosísimas joyas que tenía Encarna? Una de las fuentes consultadas para este reportaje asegura haberlas visto expuestas para su venta en un piso de Madrid.

En su única intervención para un medio de comunicación, el programa hoy extinto ‘¿Dónde estás corazón?’ de Antena 3, Pilar Cebrián dijo en 2006 que ** en las cajas fuertes de la locutora no había nada.** Lo mismo que en la cuenta de Suiza a su nombre. La sorpresa de Pilar Cebrián al hallar las cajas fuertes de Encarna vacías no es mayor que la que se lleva todo el entorno de la fallecida.

Soledad Jara y su marido, Paco Gordillo, se reunieron en el hotel Wellington de Madrid con Pedro Pérez para ver qué ocurría con los derechos de su hijo, Sacha. Sin embargo, el productor dice no saber de qué le hablan. “Fue increíble. ‘¿Qué lista? ¿De qué me estás hablando?’. Pedro, por favor, si tú mismo nos dijiste que… ‘No. Eso es mentira’. Por eso ni él ni Nuri hablarán nunca”. Durante la reconstrucción de este relato, Vanity Fair ha podido hablar con Pedro Pérez. Continúa trabajando en la COPE. Al otro lado del teléfono, su voz tiene el tono de quien charla sobre fútbol en un bar y no acerca de la desaparición de millones de pesetas: “Pues me parece muy bien. Que cada uno opine lo que quiera. Después de 16 años, es un tema que me resbala bastante. ¿Que me acusan de algo? Para eso está la Justicia. El que se sienta afectado que me denuncie”. Pérez desvía la atención a Nuria Abad, cancerbera de La Moraleja durante los últimos meses de Encarna Sánchez: “Desconozco lo de la lista de herederos. Eso se lo tendrías que preguntar a la propia Nuria. Yo bastante tenía con sacar el programa adelante con mi jefa enferma”.

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A pesar de que nadie ha hablado con Nuria Abad en todos estos años, decido intentarlo. Me dirijo a su piso en la calle Doctor Fleming de Madrid, en el mismo edificio que tiene su sede la sociedad Navalnimar, de la que ella es administradora. Una sociedad hueca, que no presenta movimiento alguno. Hay portería pero no portero, así que compruebo en el buzón que ese sigue siendo su domicilio. Subo al ático y nadie responde al otro lado de la puerta. Nuria Abad sigue siendo una vía muerta. Tan inútil como tratar de que Pilar Cebrián se ponga al teléfono. Emilio, conserje en el bloque de la avenida Terra Baixa donde vive, dice no conocerla. Ni por su alias, Clara Suñer. La única persona que ha conseguido hablar con ella en privado desde la desaparición de Encarna es el reportero gráfico Gustavo González. “Y le he vuelto a perder la pista. Cambia de teléfono cada tres o cuatro meses, así que, si no me llama ella a mí…”. Tampoco es posible que Carlos Rodríguez, el chófer, se extienda en una frase sin que parezca el atormentado protagonista de una película de serie B. “¿Dónde están las joyas de Encarna? ¿Quién se las llevó para venderlas? ¿Nuria era la única que estaba a su lado? Si yo hablara… Pero no hablaré nunca”. Sí confiesa que, tras la muerte de Encarna, fue amenazado por carta con el socorrido "Si hablas, atente a las consecuencias". Desde entonces, esa escueta y anónima advertencia ha sido suficiente. El chófer se atreve a revelar que Pilar Cebrián hizo lo posible por esclarecer el paradero de los bienes y dinero en metálico que no estaban donde debían. En las cajas fuertes de La Moraleja. “Se hizo cargo de la herencia, comenzó a investigar y se encontró con un muro. Han pasado muchos años y siguen sin saberse muchas cosas”.

Soledad Jara y su hermana Carmen pidieron a Inmaculada Liriano, testigo y sierva de las órdenes de Nuria Abad en La Moraleja, que pusiese por escrito todo lo que había visto en aquellos turbulentos días. La periodista Amalia Enríquez, buena amiga de los Gordillo Jara, fue la escogida para darle forma: “En casa de los Gordillo hubo mucho disgusto. Nunca fueron ambiciosos ni esperaban nada pero les sorprendió mucho que Sacha no recibiese lo que Encarna había dispuesto. Ellos eran su segunda familia, eran sus incondicionales. Por eso Soledad quería que Inmaculada me contase cómo fueron los últimos días de Encarna”. Inmaculada Liriano asegura en ese testimonio que vio cómo Nuria Abad hacía añicos la lista que Encarna le había dictado y en la que la locutora disponía importantes cantidades de dinero para las personas del servicio y un par de entidades religiosas, así como el reparto de sus propiedades inmobiliarias. Según Liriano, Nuria había actuado con impunidad aprovechándose del estado de semivegetativo en el que la periodista pasó sus últimas semanas. Se llevó documentos y escrituras y estaba obsesionada con encontrar algún papel que Encarna hubiese dejado a favor de Isabel Pantoja.

Nuria Abad, celadora de las últimas voluntades de Encarna Sánchez, tuvo una hija tres años después de desaparecer la líder de las tardes en la COPE. Hoy vive en un estado de casi reclusión voluntaria. Entra y sale de su domicilio por el garaje, según me aseguran los escasísimos vecinos de la zona que la han visto. ** No se le conocen amistades ni pareja.** La última persona en verla fue Soledad Jara. “Yo iba en coche, ella levantó la mano un poco antes del paso de peatones para que viera que cruzaba. Al pasar giró la cara y nos miramos a los ojos. Se quedó descompuesta. Yo me quedé mirándola fijamente. Conoció a mi hijo con tres meses y hoy él no tiene nada. Estaba machacada, con bolsas en los ojos… ¿Sabes qué te digo? Que en el pecado lleva la penitencia”.

ADEMÁS:

- La herencia millonaria de Encarna Sánchez (I) : ** Entre el poder y el miedo **

- La herencia millonaria de Encarna Sánchez (II) : ** Isabel Pantoja, la gitana que la volvió loca **

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