Todo está en @isabeldiazayuso: las claves de su comunicación no verbal en plena crisis

El Instagram de la presidenta de la Comunidad de Madrid nos ayuda a descifrar el tipo de comunicación política que Ayuso ha jugado a su favor. 
Isabel Díaz Ayuso
Isabel Díaz AyusoGettyImages

En la primera foto que Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) publicó en su cuenta de Instagram aparece montada en una bicicleta de montaña en medio de un paisaje arbolado, con el pelo liso vestida con un cortaviento y llevando una mochila a la espalda. Era el 7 de noviembre de 2013 y la imagen tuvo 453 likes, la unidad de medida del afecto contemporáneo. Ocho años después, hace pocas semanas, publicó otra que recibió 85997 likes y en la que posaba con un traje pantalón verde oscuro. Entre ellas hay 1703 fotografías que resumen una carrera política en la que esta mujer ha sido considerada mártir, estrella, víctima o heroína según el momento, el medio de comunicación y el ciudadano.

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La crisis del PP se puede analizar según los colores de los que ha vestido la presidenta de la Comunidad de Madrid. El jueves 17 de febrero, el día en el que se destapó el escándalo por el que se acusaba a su hermano del cobro de una comisión compareció vestida de blanco; la asociación del color con la pureza y limpieza es fácil. Poco duró dicha asociación, porque en breve se encontró otra más peliaguda, una chaqueta similar, con cuello chimenea, fue utilizada por su anterior jefa, Cristina Cifuentes, cuando anunció su dimisión; esta ha sido una semana repleta mensajes reventados en la cara. Cuatro días después, el lunes 21, con la tensión en el seno del partido en aumento, escogió un color verde oscuro similar, o quizás el mismo, al de la imagen de Instagram. Huyó del negro, que sería el vaticinio de un drama, y, por tanto, habría mostrado debilidad. Evitó también un color vivo, que no procede cuando se pronuncia una frase como: “En el PP nos estamos desangrando”. El verbo desangrar hay que articularlo con la vestimenta adecuada. El verde se asocia, de manera inmediata, con la esperanza: es el color que eligió para vestir el día en el que la nombraron Presidenta. Todo está en Instagram. El verde escogido por ella es oscuro, al que también llaman verde carruaje; es serio sin pesadumbre y estiloso sin frivolidad. Era adecuado para el lunes, un día que la política de Chamberí llenó de actividad. Estar ocupado es la mejor manera de no pensar, nos han enseñado siempre. En una de sus última apariciones, este miércoles 23, ha aparecido vestida de riguroso negro.

Isabel Díaz Ayuso during press conference in Madrid 17 Febrero 2022.Sergio R. Moreno

Cuando se publiquen estas líneas quizás hayan quedado obsoletas. La sucesión de acontecimientos de los últimos días lleva un ritmo endiablado y el gesto entre pueril y barroco de la comparecencia del lunes de la Presidenta de la Comunidad de Madrid casi se ha olvidado entre dimisiones y casi dimisiones, acusaciones de espionaje, puñales por la espalda y en Twitter y abandonos de barco. Desde el lunes Ayuso ha continuado con su agenda, consolidado su discurso (que no tiene que ser verbal) y e incluso, en un acto, se ha vestido con una camiseta del Real Madrid. En Génova, mientras tanto, o meanwhile, como rezan las series de intriga política, no ha habido ánimo para guiños ni camisetas.

Isabel Díaz Ayuso con 'La quinta del Buitre'.GettyImages

En medio del presunto escándalo de corrupción que implica a su hermano, la madrileña ha elegido una imagen armada. Para ello, elige con el traje pantalón: uniforme canónico de la mujer trabajadora; así el mensaje es firme. La crisis del PP coincide en tiempo y espacio con la exposición Cine y Moda. Por Jean Paul Gaultier, que se celebra en el Caixaforum de Madrid, a 15 minutos de la Puerta del Sol y en la que se puede ver uno de los trajes pantalón más famosos de la Historia: el gris de Marlene Dietrich. Siendo igual de moderno que entonces, tanto o más que los que usan las madrileñas que votan y que no votan a Ayuso. La actriz alemana sabía que, vistiéndolo, estaba cambiando las reglas para siempre. La política española, como tantas mujeres, recoge ese legado, que llega ya manoseado y se lo apropia para decir algo tan sencillo como que ella tiene poder en un mundo de hombres. Mary Beard escribe en su ensayo Mujeres y Poder: “no tenemos ningún modelo del aspecto que ofrece una mujer poderosa, salvo que se parece más bien a un hombre”. Beard eligió un vestido corto rojo para recibir la medalla a la Orden del Imperio Británico en el Palacio de Buckingham.

Isabel Díaz AyusoGtresonline

El discurso de Isabel Díaz Ayuso es tan sencillo como su ropa. Un par de siluetas, pocos colores y dos o tres mensajes: “Libertad, Contra Sánchez y Madrid”; lo que viste habla bajo para que lo que diga pueda hacerlo a un volumen alto. Y funciona. Ella lee sus discursos para no salirse del guion y tampoco arriesga en lo que elige en actos públicos. Si tiene o no estilistas es irrelevante, es algo que muchas políticas tienen y que es razonable cuando se tiene exposición pública. Sí es importante que se destaque de manera continua que su estrategia esté marcada por Miguel Ángel Rodríguez porque si fuera un hombre, al que también dirigen estrategas, este comentario sería menos frecuente. Aleccionada o no, Isabel Díaz Ayuso, hoy sobrevive (esto puede cambiar) cuando su partido vive la peor crisis de su historia. Este miércoles se habla más de dimisiones que de comisiones y ese es el triunfo de alguien.

La evolución del estilo de Isabel Díaz Ayuso camina de la mano de su evolución profesional. Revisar su Instagram con lupa, como lo haría un detective (guiño, codazo) proporciona pistas valiosas sobre una mujer que es, a la vez, abierta y enigmática. Su historia comienza con frescura, con imágenes viajeras con el pelo revuelto y sombrero y, foto a foto, se va salpicando de fotografías de actos políticos en los que es difícil recordar lo que lleva puesto, que es una de sus características. En las imágenes de 2016 que hoy es imposible mirar sin cinismo, aparece con Cristina Cifuentes y otros miembros del partido y con la palabra: “En campaña”. Aún lleva el pelo suelto, tejanos y jersey amplio y un gesto inocente.  En 2017 comienzan a definirse las dos siluetas de la política. Una consta de pantalón, top y americana más o menos desestructurada o chaqueta de cuerpo. En las apariciones en televisión apuesta por esta última prenda, que la tradición carga, sin mucha elaboración, de significado urbano y joven. La segunda silueta gira en torno a una falda o vestido midi de vuelo y una chaqueta con menor protagonismo. Calza zapatos de salón o botines y desde 2017 lleva el pelo más corto y ondulado. No recurre a las grandes marcas, ni siquiera a las medias, como sí lo hacen las mujeres de clase media de Madrid. No le interesa demasiado la moda y se le nota. Nada que recordar, nada que destacar. Ayuso evita estampados y elige colores lisos. El color rojo está muy presente en su armario y, aquí está la ironía y grandeza de la polisemia, es un color que igual retrata al Partido Socialista que a la Comunidad de Madrid. Cada persona lo ajusta a su discurso. El día 29 de diciembre de 2019 aparece en una fotografía con Pablo Casado, con un vestido midi de vuelo de ese color y el texto: “Con Pablo Casado el día más importante de mi vida política (…) Espero contar con su confianza algún día y hacer las cosas lo mejor posible. Por un 2020 lleno de cosas buenas”. En 2020 no llegaron las cosas buenas, sino una pandemia y en 2022 tampoco llegó la confianza.

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Hubo un momento, el pasado año, que marcó un punto de inflexión: su viaje de siete días que realizó en septiembre de 2021 a Estados Unidos. En él se apreció un giro en su vestuario, hacia una silueta más estructurada. Paseó por Nueva York con un traje pantalón de Zara como si fuera una funcionaria de las Naciones Unidas y entrara cada día por el edificio de Le Corbusier. A la vez, siguiendo las consignas de la comunicación política estadounidense, mostraba su lado personal. Una foto la retrata con ropa deportiva, como aquella de 2013, corriendo por las calles de Washington con una camiseta que luego se ha convertido en meme: el Adidas se ha convertido en Mordidas. Isabel Díaz Ayuso es, además de un fenómeno político, uno pop y digital. El diario publicó una noticia en la que informaba de que un concejal acusado de prevaricación vende camisetas con su rostro. Isabel Díaz Ayuso continúa, en esta pre primavera de 2022, con ese estilo que presentó en su “gira” norteamericana. Sus americanas son más estructuradas y los cortes son más marcados. Sin embargo, pese a que camina con más seguridad, siempre hay un velo de inseguridad en su imagen. Las formas son el fondo. Isabel Díaz Ayuso sigue leyendo los discursos y, aunque ya no se fotografía con cortaviento, está bloqueando la tempestad.

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