¿Sabes para qué sirven estas plantas que puedes encontrar en tu camino?

Especies vegetales del bosque mediterráneo con cualidades muy apreciadas por el hombre desde tiempos remotos

Maykol García

https://youtu.be/is9o6EMm75w

En España existe probablemente el monte mediterráneo mejor conservado del mundo, pero es una aseveración a la que pocas veces prestamos atención, pues nuestro conocimiento de este tesoro en el continente europeo es bastante escueto. Sólo con dar un paseo y adentrarnos en el monte en primavera la experiencia resulta increíble, y no tiene nada que envidar a adéntranos en una selva o en un arrecife de coral, los sentidos se embriagan de inmediato por sonidos olores y visiones muy especiales. En este artículo hago una breve descripción de algunas especies vegetales comunes del monte mediterráneo que podemos encontrar con relativa facilidad, y con usos y cualidades muy apreciadas por el hombre desde tiempos remotos. Vamos paso a paso por este sendero para descubrir nuestro tesoro oculto en el monte:

Apenas emprendemos la marcha nos encontramos con una planta lleva de historia:

  • Malvas. Son un género de plantas muy especiales de las que conocemos unas 350 especies diferentes, unas 30 en particular en el monte mediterráneo. Todas ellas tienen características similares y también en sus usos para el hombre: desde tiempos remotos se consumen sus hojas más tiernas como verduras en crudo, sin embargo en las especies con hojas más grandes, como son un poco más duras, precisan de una leve cocción como si de espinacas se tratara. Durante la primavera, si el terreno es favorable, se identifican por sus flores de color morado suave a intenso junto a unas hojas palmeadas que recuerdan a la pata de un pato. Podemos recogerla y comerla sin temor una vez identificada correctamente, como ejemplo en ensaladas, vinagretas, e inclusive salteadas o en tortilla. Lo importante es tener en cuenta que las hojas más ásperas son para cocción y las más tiernas para consumo en crudo.

Continuando nuestra senda por el borde del prado encontraremos 2 gramíneas que son básicas en la alimentación en gran parte del planeta:

  • Trigo salvaje. Posee una genética bastante intrincada y curiosa, pero todas las especies afines comparten cualidades nutritivas y medicinales. En el caso concreto de nuestro trigo salvaje es posible comerlo si quemamos lo arilos (esos pequeños pelillos que sobresalen de cada grano) y luego mediante trilla sacamos la cáscara a la semilla. Podríamos alimentarnos de ellas siendo algo más pequeñas y humildes que las de sus primos "domesticados". Otra aplicación muy interesante es el agua de trigo o el refresco de trigo, con altas propiedades diuréticas y refrescantes. Es simple de hacer: bastará con tomar un manojo de espigas, golpearlo entre dos palos para ablandarlo y facilitar la salida de los fluidos y azúcares; después metemos el manojo en agua potable y dejamos reposar durante 24 horas a temperatura ambiente. Refrigeramos y !a disfrutar!

 

  • Avena loca o avena barbata. Esta maravillosa planta que vuelve cada año y vemos amarillear el monte a finales del verano, esconde muchos secretos tanto en sus cascarillas como en su semilla con un dulce sabor a chocolate. Las vainas secas pueden servir para hacer una infusión caliente con propiedades digestivas; también si tostamos las semillas a punto de madurar podemos fabricar una harina o gofio de elevada calidad como alimento. Y sus tallos son ideales para fabricar una estera y mejorar una noche de viva. La reconoceremos muy fácil, pues sus espigas al viento caídas por el peso de las semillas hacen un sonido muy característico.
Avena loca
Avena loca

Ya alejándonos de los prados y acercándonos al pie de las sierras, encontraremos un auténtico vergel motivado por la propia humedad de las escorrentías de la sierra. Aquí nos será muy fácil identificar:

  • Margaritas (Anthemis cotula). Es inconfundible en tiempo de floración: sus pétalos blancos con pistilos amarillos son muy fáciles de identificar. Esta planta posee un sinfín de aplicaciones, pero vamos a mencionar una muy importante para senderistas y deportistas al aire libre que es la propiedad de cicatrización tan elevada que posee que ayuda a cicatrizar de una manera muy rápida. Con ella podemos hacer bálsamos o simplemente machacarla y aplicarla en heridas y rozaduras para continuar nuestras aventuras en la naturaleza.

 

  • Jara pringosa (Cistus ladanifer). Al tocarla sabrás que se trata de la jara pues notarás el ládano, esa sustancia resinosa que se usa en medicina y perfumería desde hace mucho tiempo. Sin embargo nos interesa su propiedad como protector gástrico. Una forma muy buena es tomar las semillas directamente de los trompillos secos y semiabiertos y le añadiremos como condimento a las comidas evitando así malas digestiones.   

 

  • Jara blanca (Cistus albidus). Sorprendentemente su flor es morada, lo que le da este nombre vulgar es la coloración más clara de las hojas con respecto a otras especies del mismo género Cistus. Esta planta es la esponja de fregar del senderista, campista y pastor: sus hojas rugosas son ideales para este fin práctico; también una cataplasma caliente de esta jara sobre el estómago ayuda a aliviar los dolores espasmódicos.

 

  • Lentisco (Pistacia lentiscus). Este bonito arbusto de hojas compuestas y pequeños frutos rojos tipo drupas es un auténtico superviviente colonizando entornos, incluso salinos. Si separamos las hojas y metemos unas cuantas en nuestras botas, empezará a liberar su principio activo astringente (recoge los tejidos) evitando las ampollas y refrescando nuestra marcha.

 

  • Hinojo (Foeniculum vulgare). Es el complemento perfecto para una ensalada: su sabor anisado es delicioso y contiene mucha vitamina C y azúcares, por ejemplo, para acompañar el pescado es ideal. Además se puede tomar en infusión con unas excelentes propiedades digestivas. Esta propiedad la podemos aprovechar durante todo el año, pues las semillas secas en el invierno y en el otoño están disponibles también con el principio activo y todo su sabor contenidos en ellas.

  • Cantueso (Lavandula dentata). Esta planta tan aromática encierra grandes secretos: es un potente antibiótico natural para tratar infecciones estomacales y procesos gripales; las flores aplicadas en seco sobre alguna pequeña herida pueden ayudar al proceso de coagulación y cicatrización de forma muy eficaz. Resulta muy fácil de identificar porque su olor es muy característico y recuerda al de la lavanda común, además sus flores forman enormes manchones morados muy intensos en el suelo del monte.
Cantueso
Cantueso
  • Encina (Quercus ilex).  Este omnipresente árbol que da forma al monte mediterráneo tiene infinitas propiedades que ha aprovechado el hombre desde tiempos remotos: es un genial enjuague bucal en la mañana al despertar de nuestro vivac o después de comer; en nuestra marcha podemos masticar un par de hojitas tiernas de encina, lo que hará que el concentrado de bacterias de la boca baje, y también favorece las encías; las bellotas después de un proceso de lavado para la eliminación de los taninos puede ser usada como harina para hacer el pan.

 

Podemos recoger estas plantas en su mejor momento y conservarles de diferentes modos para tener disponibles sus propiedades durante todo el año. Os animo a descubrir los secretos del bosque mediterráneo, un ecosistema único tan ligado a nosotros que muchas veces pasa desapercibido.