Cultura

Lo que seguramente no cuente la serie de HBO que blanquea a Jesús Gil

El documental 'El Pionero' debería tener más sentencias judiciales que imágenes de Jesús Gil en un jacuzzi. Bajo su presidencia, el Atlético de Madrid perdió su cantera, su sección de balonmano y un montón de socios descontentos con el estilo de Gil. Costó una generación entera devolver el orgullo a los aficionados. Condenado por homicidio involuntario de 56 personas tras el derrumbe de un comedor en Los Ángeles de San Rafael, y posteriormente indultado por Franco. El 'Caso Negritos' lo encontró culpable de una estafa de 2.700 millones al Atlético de Madrid. A Jesús Gil se le atribuía un carácter mesiánico por salvar al club de la quiebra, pero la Justicia dictaminó que aquello fue una apropiación indebida.

De Gil recordamos sus extravagancias, su forma de hablar y sus vídeos en un jacuzzi con modelos. Pero la verdad es que su vida fue un cúmulo de sentencias judiciales, estafas y corrupción.

Getty Images

Hubo un tiempo en el que uno decía que era del Atleti y raro era el caso en el que no le citaban a Torrente. A los chistes les acompañaba generalmente una risa entre burlona y condescendiente. Pasaba también cuando tocaba salir de Madrid para ir a la playa en verano. Corría el final de la década de los noventa y equipos como el Deportivo de la Coruña o el Valencia osaban mirar por encima del hombro como solo lo sabe hacer un nuevo rico. Santiago Segura hacía caja en los cines y el gilismo hacía aguas por todas partes. Su populismo hortera colapsó con el descenso a segunda división entre gritos y sentencias.

En aquella hoguera que prendió allá por 1987 ardieron entrenadores, ídolos y pobres diablos. Desapareció la cantera, la sección de balonmano, se marcharon aficionados de los del Metropolitano que no comulgaron con tanta falta de estilo. Siguieron desde el exilio del salón de casa o el bar de abajo.

Pero sobre todo se quemó dinero, mucho dinero. Han pasado años y aún sigue Kim Jong-Gil en los despachos y un gilismo sociológico que acude al doblete como coartada de todo lo demás. Costó una larga travesía y amarrar una generación a la fe de sus mayores hasta llegar a hoy, que no te citan a Torrente, sino al Cholo. Y ya no se ríen, incluso se enfadan. Como debe ser.

'El Pionero', la serie de HBO que no debería blanquear la figura de Jesús Gil

La Justicia dictaminó que la compra del Atlético de Madrid fue apropiación indebida, pero Jesús Gil y Enrique Cerezo nunca cumplieron condena porque el delito había prescrito.

Getty Images

Y en esto que HBO anuncia una serie documental sobre el personaje. Basta observar el título ‘El Pionero’ para advertir en ella un blanqueamiento de su figura de esos que acaban vendiendo camisetas. De 'Plata o plomo' a 'Tal y tal. Obligará a enfrentar al espectador al espejo de la condición humana, pero será otro tramposo equilibrio entre el bien y el mal donde el juego en realidad es revolcarse un par de horas en el lado oscuro antes de volver a los códigos de la vida cotidiana, en el trabajo, en la familia, en la cama. Desde Corleone hasta Fariña, la industria viene ofreciendo con éxito el lujo wannabe de ser un tipo con poder y sin debates morales a la hora de disfrutarlo.

Esa evocadora aspiración berlusconiana de hombre hecho a sí mismo catapultó a Gil de Burgo de Osma hasta Marbella. Te seduce porque no te ha tocado a ti pagar la factura. Gil te hace gracia porque tú no eres una de las 56 personas sepultadas en 1969 bajo el comedor de Los Ángeles de San Rafael. Cinco años de cárcel por homicidio involuntario dijo la Justicia. Sólo dos años después lo indultó Franco y sobre aquellos cimientos podridos comenzó a edificarse el gilismo. Pionero, sí, en lucir el chándal mucho antes que Tony Soprano.

La historia de Jesús Gil representa esa evocadora aspiración berlusconiana de hombre hecho a sí mismo que llegó a Marbella desde Burgo de Osma.

Getty Images

Circula por internet el vídeo de aquella broma que le gastó el programa 'Inocente Inocente'. Le hicieron creer que un grupo de Ultras Sur asaltaba el Calderón y amenazaba con volar el estadio si no atendía sus demandas. La primera era que vendiese a Futre al Madrid. “Yo he hablado con Ramón Mendoza y me dijo que lo tenían que pensar porque Benito Floro no lo quería”, desveló el indómito mientras se rascaba la entrepierna ante los ojos de toda España. Gil lo acaparó todo hasta el punto de que hubo quien olvidó que antes de él existió otro Atlético de Madrid, el más glorioso de su Historia, que levantó ligas y copas, una Recopa y una Intercontinental.

La mejor definición de lo que Gil era la representa a modo de alter ego positivo Juan Carlos Arteche. El algarrobo, central santanderino, fue suspendido de empleo y sueldo por 'El Pionero' con el que se había enfrentado. Estremece la dignidad del jugador después de vestir once temporadas la camiseta acudiendo a la grada con su abono, entre la gente y con su hijo de la mano. Imaginen hoy a Godín expulsado del Atleti… para qué seguir con el ejemplo. “Lo único que puedo decir, pase lo que pase, independientemente de que salga por la puerta de atrás es que siempre seguiré siendo del Atleti y siempre lo defenderé a muerte”, dijo el pura sangre. Y en la vida toca elegir entre ser Arteche o ser Jesús Gil. El honrado conductor de autobuses del Bronx o Al Capone, pero las dos cosas no se puede.

X content

This content can also be viewed on the site it originates from.

Está esa otra imagen en la que un senegalés denuncia haber estado cinco años en el Atlético de Madrid sin cobrar “ni un céntimo” mientras el club se embolsó por él 300 millones de pesetas que evidentemente no valía. El senegalés se llama Limamou Mbengue y narraba su historia a los periodistas comiendo de un plato en el suelo junto a toda su familia. Por él y tres más pagaron 2.700 millones de pesetas, justo el valor de una deuda que habían contraído los Gil con el club, según la investigación. El ‘caso negritos’, eran otros tiempos. La Justicia dictaminó estafa por simulación de contrato y condenó a Gil a un año y medio de cárcel que no pagó al haber fallecido.

"Jesús Gil fue 'El Pionero', sí, de llevar el chándal antes que Tony Soprano".

Getty Images

En su biografía encajan mejor las sentencias que las mamachicho. “Haber comprado tú el club”, te decían si protestabas. Conferían a don Jesús un carácter mesiánico por salvar el Atlético de la quiebra y la desaparición. La Justicia, en cambio, aclaró que aquello fue una apropiación indebida. La Audiencia Nacional lo condenó por ello y también a un tal Enrique Cerezo.

Tiene que ver con las irregularidades cometidas durante la transformación del club en sociedad anónima. Corría el año 1992, cuando Gil y Cerezo se hicieron con la mayoría de las acciones del Atlético sin desembolsar su importe. El Tribunal Supremo absolvió a los condenados por prescripción del delito, pero no cuestionó el relato de que arrebataron el club a sus socios sin poner un duro. El pecado original del gilismo.

Te puede interesar

¿Y tú de quién eres, de Jesús Gil o de Silvio Berlusconi?

Por esto somos del Atleti, hijo

El orgullo de ser rojiblanco

Por qué los del Atleti somos del Atleti

Por qué al Atlético de Madrid se le llama "El Pupas"