Salud mental

¿Y si lo que te pasa en realidad es que sufres de 'FOBO' y no que eres indeciso?

FOBO es el acrónimo de ‘Fear of Better Options’ (‘Miedo a mejores opciones’). Ocurre cuando “la toma de decisiones nos bloquea por miedo a perder una opción mejor”, explica el psicólogo Tomás Navarro. La sobreexposición de las redes sociales alimentan aún más el FOBO y la mejor manera de combatirlo es con un buen análisis.
Composed picture of three businessmen in action.
Composed picture of three businessmen in action.Guido Mieth

Comencemos con una confesión. Así, como con miedo y tapándome la cara con una manta: en ocasiones tengo FOBO. Y no, no es fácil, pero ahora que hay un nombre para definir eso que me lleva pasando toda la vida he decidido escribir sobre ello. Porque, oye, a lo mejor a ti te ocurre lo mismo y no lo sabías. Veamos.

¿Eres siempre el último en pedir en el restaurante porque te cuesta decidirte? ¿Te puedes llegar a pasar media hora en el pasillo de las galletas del supermercado con dos paquetes distintos en la mano sin saber cual llevarte? ¿Te tiras días y días chequeando las mismas webs de hoteles esperando encontrar el mejor de los mejores?

Sabes que no te va la vida en ello, que cualquiera de los platos, las galletas y los hoteles estará bien y que tarde o temprano tendrás que tomar una decisión pero… ¡No lo puedes evitar! Y te bloqueas. Y a veces te bloqueas tanto que acabas pidiendo cualquier plato o yéndote de la tienda sin galletas. O peor aún, cuando sí o sí tienes que reservar uno, los hoteles entre los que dudabas ya están completos.

Pues eso es FOBO (‘Fear of Better Options’) o ‘miedo a mejores opciones’. Y así lo explica Patrick J. McGinnis, un inversor de capital riesgo, escritor y divulgador que lleva años estudiándolo: “Es miedo a acabar llorando por el camino que no se ha tomado. Para elegir algo hay que dejar ir otra cosa, así que preferimos no decidirnos y mantener abiertas todas las opciones por si aparece otra oportunidad mejor”. Porque, como explica Tomás Navarro, psicólogo y autor de libros como ‘Fortaleza emocional’ y ‘Kintsukuroi’, lo que ocurre es que “la toma de decisiones nos bloquea”. Y quizá tú no te hayas dado cuenta, pero alguien con FOBO sabe que cada día nos enfrentamos a miles de decisiones.

Un estudio realizado en Estados Unidos por Civics Science en el que preguntaron a 350.000 adultos reveló que al 48% de ellos les cuesta tomar una decisión con rapidez y confianza y que el 60% suele seguir considerando otras opciones, incluso después de haber tomado una decisión.

Aunque el FOBO no sea algo nuevo, los expertos explican que la llegada de Instagram, Twitter y Facebook no han ayudado a mantenerlo controlado sino todo lo contrario. La constante exposición y comparación con aquello de lo que presumen los otros aprieta aún más nuestra necesidad de alcanzar lo perfecto. Porque claro, nadie sube a Instagram el resultado de una mala decisión.

Y ojo porque Patrick cree que, aunque inconsciente, el FOBO tiene un punto de egoísmo: “al final, en el último minuto, escoges lo mejor para ti sin considerar los efectos que tu comportamiento tiene en los demás”.

¿Lo tuyo es FOBO?

Si aún no tienes claro si lo tuyo es simple indecisión o FOBO, echa un vistazo a estos síntomas que apunta McGinnis:

  • Te niegas a conformarte con las opciones que tienes delante en un momento dado.
  • Esperas hasta que tengas tantas opciones disponibles como sea posible antes de seguir adelante.
  • Vives en el "tal vez" y basas tu vida en el “ya te diré algo de eso”.
  • Te pones a ti mismo en primer lugar sin tener en cuenta a nadie más.
  • Cancelas un plan en el último minuto si surge otra opción más atractiva.

Cómo plantarle cara al FOBO

Tomás tiene las clave para ganarle la batalla al FOBO: “La mejor manera de combatirlo es con un buen análisis; analizando el contexto, valorando las alternativas y poniéndose una fecha límite para tomar la decisión. Luego revisas la decisión y aprendes para la siguiente”.

Y añade que es fundamental que establezcamos prioridades, ya que "unas prioridades claras ayudan a tomar una mejor decisión”, pero con una base clara: “Al final no hay una mejor decisión sino una escala o jerarquía de buenas decisiones”.

Antes del FOBO ya estuvo el FOMO

Atención porque Patrick sostiene que el FOBO es “el hermano malvado del FOMO”, otro miedo que ya estudió antes y que viene del ‘Miedo a perderse algo” (‘Fear of missing out’); es decir, a quedarse fuera de la conversación. Lo que esta otro síndrome nos provoca es una necesidad de tener que estar constantemente al tanto de todo lo que ocurre y todo de lo que se habla; da igual que sean series de televisión, tecnología o las cañas de los compañeros de trabajo. No vaya a ser que luego todo el mundo hable del último capitulo o haga chistes sobre lo que pasó durante las cañas y… Pues eso, que te quedes fuera. Si es tu caso, mantente alerta porque muchas veces el FOMO es el paso previo al FOBO.

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