La Buena Vida

Tipologías de chiringuitos de playa

Analizamos la piedra angular de las vacaciones nacionales.

El de toda la vida, el de verdad.

Foto: 'El chiringuito de Pepe' (Curro Velázquez, 2014)

En estos tiempos extraños, en los que en nuestro país no nos ponemos de acuerdo ni para criticar a otro, reconforta saber que todavía existen instituciones sagradas, patrimonios unánimes. El chiringuito, emblema nacional veraniego, es venerado y utilizado por marineros, soldados, solteros, casados, amantes, andantes y algún otro cura despistado. ¿Cuál es el secreto del chiringuito? Básicamente, que es un bar en la playa. ¿Qué es lo que más le gusta a un español? Un bar. ¿Cuántos kilómetros de costa tenemos? Unos ocho mil. No hace falta ser Steve Jobs para saber que hay negocio.

Nuestro chiringuito ha cumplido más de 100 años. Se llama así porque ese era el nombre de un bar en el Paseo Marítimo de Sitges fundado en 1913. La palabra “chiringuito”, de procedencia cubana, es un término antillano, diminutivo de chiringo o chiringa, que parece ser que originalmente significaba chorro y se utilizaba para bebidas. Los cubanos que hacían café, utilizaban una caña y una media para filtrarlo y a lo que salía le llamaban chiringuito, con lo cual se quedó también con ese significado. Nosotros, que somos muy de metonimias, trasladamos la marca de Sitges a todos los bares playeros.

Pero el chiringuito ha evolucionado mucho hasta nuestros días. Hemos pasado de lugares comunes a un ecosistema de bares tan variado como la fauna que los habita. Por eso, en GQ creemos necesaria una pequeña guía de clasificación del chiringuito de playa, para que sepamos qué esperar en estos templos del verano.

EL CLÁSICO
El chiringuito clásico o de toda la vida es el paradigma del bar playero. Allí se junta un señor de 50 años del pueblo que lleva bañador, guayabera y una gorra de capitán de barco, con cuatro pensionistas jugando al dominó y la abuela con 5 nietos, cada uno con una fanta y una pajita, y un olorcito a sardina casi constante.

Decoración: Están hechos a retales, testigos mudos de la historia del bar. Una barra de madera, un suelo de otra madera distinta, una pérgola de aluminio, cuatro tipos diferentes de sillas y mesas de plástico de marcas de bebida y una máquina de latas de pistacho que no funciona desde 2003. Suelen ser de los pocos que tienen tele, y por las tardes ponen el Tour.

Nomenclatura: el 90% se llaman Casa Paco o Casa Juan. Otros nombres posibles son: La Barca de Antonio, La Dolores o El Rincón de Jose Manuel.

Consumición favorita: cerveza o tinto de verano. Patatas de bolsa un poco rancias y tapas de sardinas. El gintonic va en vaso de tubo, con dos hielos, mitad ginebra nacional, mitad tónica y no se te ocurra pedir rodaja de limón.

Música: variadito, podemos ir de Radio Marca a Andy y Lucas, pasando por Rocío Jurado y Kiss FM.

Te gustará si te gusta: la verdad.

EL MODERNO
¡Ay amigos! Algunos iluminados municipales creyeron que los chiringuitos de Pepe (los de verdad, no ese de la tele), daban mala imagen y comenzaron procesos de estandarización de los espacios playeros para el reclamo turístico. De aquí nacieron los chiringuitos modernos, dirigidos por una nueva generación de restauradores que quisieron dar una vuelta al concepto playero.

Decoración: se distinguen por varias cosas. Primera, que no puedes ir sin camiseta. Segunda, que parece que vas a manchar algo. Tercero, hay cosas del IKEA, fijaos bien. Y cuarto, el gusto obsesivo por la madera pintada de blanco y porque por la noche ponen velas en las mesas. Los camareros suelen ir de negro entero y no tienen manchas. Ir de negro entero el 25 de julio en la playa de Barbate con una levantera del carajo tiene guasa.

Nomenclatura: La Ola, Marea Blanca, La Salina, Poniente Vivo y demás nombres evocadores.

Consumición favorita: ¿qué se come aquí? Lo mismo que en el antiguo Casa Manoli, pero más caro y en copa de balón.

Música: Chambao y listas de Spotify que contengan “Chill Out”.

Te gustará si te gusta: destrozar la sociedad en la que vivimos y que tanto nos ha costado crear.

EL CANI LIBANÉS
Curiosa subespecie del postureo nacional. Este tipo de chiringuitos, propio de la Costa del Sol, pero ya exportado por toda la geografía playera española, se caracteriza por tener camas balinesas, que son una especie de catre con pergola de 2x2 con un colchón con su funda impermeable que da mucho calor y que puede alojar hasta 4 canis, 5 si son pequeñitos.

Decoración: es una mezcla imposible de referencias exóticas. A la cama balinesa le unimos un par de estatuas de Buda, una tabla de surf, unas cuantas antorchas caribeñas, lámparas marroquíes, palabras en chino cantonés y referencias a Tailandia, Vietnam y la Polinesia.

Nomenclatura: tiene que sonar a exótica-asiática. Hanoi Torremolinos, Brahmaputra, Lombok, Manipur, o cualquier cosa que encontremos con Google Maps más allá de Panticosa.

Consumición favorita: una que tenga fresa, hierbabuena y me la sirva el morenazo ese con camiseta de tirantes que está en la barra haciendo cócteles. ¡Ah! Y una shisha, que al Kevin se le ha antojado. La foto del Facebook va a quedar cumbre.

Música: tienen DJs de esos que llevan gorra. Y se ponen muy serios y pinchan house. Y deep house. Y lounge. Y por las tardes ponen “El Taxi” porque si no el respetable se pone nervioso.

Te gustará si te gusta: vivir la vida a tope de aventuras.

EL NORTEÑO
Es ese chiringuito típico del Cantábrico y alrededores que no sabes si es un bar de playa o un refugio nuclear. Se diferencia de los chiringuitos del sur en que tiene cristales de los gordos, hay manteles de tela y la carta está encuadernada.

Decoración: fotos enmarcadas del paseo marítimo en 1905, un poster del FROM del 97 con los pescados autóctonos y un cuadro con nudos marineros. La construcción parece que la ha hecho el cerdito listo del cuento.

Nomenclatura: referencias marineras: La Trainera, El Galeote o El Timón de Llanes.

Consumición favorita: aquí son más de vino que de cerveza, pero todo vale. Se come de categoría.

Música: ni la hay ni se espera.

Te gustará si te gusta: el norte, con sus playas ordenadas, su gente noble, su comida sobresaliente y sus sofocos de 25ºC.

EL PIJIPI
Chiringuito cuqui típico de la costa gaditana (Zahara y alrededores), que se caracteriza por camareros alegres, rollo distendido, buen ambiente, y cuchipandis de malasañers desconectando. Es todo muy bonito y muy perfecto hasta que, en la puesta del sol, los parroquianos aplauden y te entran ganas de quemarlo hasta los cimientos con gente dentro, mientras el único que aplaudes eres tú.

Decoración: básicamente madera, cuerdas, cojines de colorinchis, telas hindúes, velitas en lamparitas pequeñitas y cualquier cosa de esas que vas a un mercadillo y dices “oh mira qué hippie, qué mono”, pero no te la comprarías en la vida. Si tiene pallets y mesas altas, mejor que mejor.

Nomenclatura: Nombres de playas que están en otro sitio. En Mojácar te puedes encontrar El Palmar, y en Gandía El Maspalomas. Hay una subespecie de garitos pijipis que se llaman reggaepijipis que tiene nombres como Exodus, Zion o Jamaica.

Consumición favorita: el mojito. El puto mojito.

Música: estos han evolucionado desde Café del Mar y Hôtel Costes a DJs retro funky con gracia y salero. Lo mismo te ponen a los Jackson 5 que a Bob Marley. Algo bueno tiene que vayan los biempensantes de la capital.

Te gustará si te gusta: aplaudir puestas de sol, las pulseras tobilleras y el mojiterismo.

EL DEL PESCAÍTO
En todos y cada uno de los sitios de veraneo playero de nuestro país, existe un chiringuito en el que “se come bien”. Como en las playas hay mar y en el mar hay peces, en estos sitios se come buen pescado. Estos restaurantes se están refinando, pero en las zonas del sur estos lugares mágicos iban acompañados de camarero que te cantaba la carta en 5 segundos: “Tenemos chopitos, acedías muy frescas, coquinas, ortiguillas, tortillita de camarones, me queda media de gambas para plancha, choco frito, atún encebollado, sardinas al espeto, boquerones abiertos al limón, y de roca tengo: bocinegro, borriquete y unos salmonetitos que los hacemos a la plancha muy ricos y te quitan el sentido”

Decoración: muy austera, que aquí vienes a comer y no a ver cuadros. La cutrez ornamental es directamente proporcional a la calidad de la comida.

Nomenclatura: parecida a los chiringuitos clásicos, pero aquí se utilizan apellidos: El Gutiérrez, El Rosado, Hermanos Cabezón o Hijos de Martínez.

Consumición favorita: ¿no te he dicho que el salmonetito está espectacular?

Música: normalmente no tienen banda sonora, pero cuando la hay viene de un PC con Windows 98 y Winamp. Así que no te extrañe escuchar el Caribe Mix 99 en mp3 de baja calidad.

Te gustará si te gusta: el pescaíto, si tampoco es tan difícil.

EL FIESTERO
Son templos de la pachanga costera, paradigmas de la juerga veraniega. Nacidos de las cenizas de los after ibicencos, el chiringuito fiestero es un non-stop de ritmo, alcohol y frivolidades de cuerpos torneados y bronceados. Aquí si hay camas balinesas es para hacer el guarro, que a lo que se viene es a “gosar”.

Decoración: todo vale, pero la sombra balear es alargada. Son parques temáticos de Ibiza y Formentera con un aroma delicioso a terraza de verano en Fuenlabrada.

Nomenclatura: es muy fácil generar un nombre para un garito de este tipo: se coge una palabra raruna (a ser posible inventada), se le añade la palabra beach y luego el nombre de la localidad. Ejemplos: Bamboo Beach Fuengirola, Shinaya Beach Salou, Kuntaka Beach Mojácar, Rumbala Beach Chiclana y así hasta el infinito.

Consumición favorita: en tiempos en los que corría el dinero, el champán era un clásico de estos lugares, pero ahora la trinidad daiquiri / mojito / caipirinha hace furor.

Música: aquí no hay mentiras, tres palabras: electro fucking latino.

Te gustará si te gusta: 'Mujeres y Hombres y Viceversa'.

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