Decoración

Guía práctica para elegir el mejor acabado en los MUEBLES DE MADERA

Tintes, pinturas, barnices, al natural... Aunque la madera sea el material estrella en nuestros muebles, sus acabados pueden ser tan diversos que no sepamos por dónde empezar. Con esta guía práctica te ayudamos a elegir la mejor opción.
© Matthew Williams

La madera es cálida, con textura, estética y la alternativa preferida a la hora de elegir nuestros muebles pero, en muchas ocasiones, es necesario protegerla del paso del tiempo, las agresiones externas o las manchas para que dure el máximo posible en todo su esplendor; de ahí la importancia de elegir el mejor acabado para cada uso y el mejor cuidado para cada acabado, en esta guía práctica tienes todas las claves.

“Toda madera natural y, en especial la madera de pino y el resto de las coníferas, es más susceptible a acumular suciedad por manchas directas o por el roce continuado del uso del mueble, siendo un material más delicado que otros”, cuentan desde Muebles Lufe, la empresa vasca de muebles de madera maciza de pino procedente de bosques locales y sostenibles, la también llamada Ikea vasca.

En consecuencia, aunque al natural es la manera en la que mejor podemos apreciar el valor de una madera, su uso es aconsejable para cosas muy concretas y estudios como el madrileño R de Room, que tanto en su eshop como en sus proyectos demuestran ser unas expertas en la madera, aconsejan solo en usos muy concretos. "Lo podemos recomendar en estanterías decorativas y en muebles de un uso muy poco intensivo. Nunca para suelos, encimeras, mesas o sillas. Tampoco para piezas que vayan a estar en ambientes húmedos o sometidos a la intemperie", aseguran. ¿La solución? Aplicar un producto que la proteja, evitando que cambien sus característias y su calidad. Pero ¿Cuál debemos esoger de los muchos que existen en el mercado? Con la ayuda de estos dos expertos solucionamos todas las dudas...

GERMÁN SAIZ

Barnices

Son la solución si no queremos variar el aspecto de una madera pero sí protegerla frente a agentes externos como manchas o rayones. Es uno de los acabados más habituales en la mayoría de muebles de madera, por ejemplo firmas como Lufe, incluye la opción de adquirir sus camas y literas directamente barnizadas o sus propios barnices para que lo hagamos en casa, facilitando así la limpieza del mueble. ¿Lo mejor? Que, a pesar de proteger eficientemente la madera de agentes externos, seguimos viendo su veta natural. “Son ideales si no estamos dispuestos a realizar un mantenimiento periódico constante, como requiere, por ejemplo, la madera aceitada y puede durar años en buen estado. No obstante, cuando se deteriore, hay que lijar y eliminar todo el barniz anterior antes de aplicar uno nuevo”, resaltan desde R de Room. Pinturas

“Se recomienda cuando tenemos muebles de madera maciza oscura cuyo acabado no nos gusta o desentona con el resto de muebles o cuando la madera es de muy mala calidad o no tiene ningún interés”, resaltan desde R de Room. Por eso, son la opción habitual a la recurrimos a la hora de cambiar la imagen de un mueble y, en cuanto a acabados y colores, no hay limitaciones. Sin embargo, tiene sus detractores: ocultan la veta, esconden la textura y, en caso de que lo hagamos en casa, especialmente con pinturas al agua, su duración es mucho menor que si se realiza con procesos de fábrica. “Algunos productos también necesitan lijar, aplicar una selladora o usar un tapaporos. En la aplicación, los rodillos para madera suelen dejar un acabado más fino que por ejemplo las brochas o pinceles”, señalan desde Muebles Lufe.

Apartamento en Upper West Side Nueva York de Maria Brito.

D. R.

Tintes para madera

Aunque puedan ser en composición muy semejantes a una pintura, sí que tienen una gran diferencia: no esconden su veta. Así, el acabado es algo más natural, aunque las precauciones a la hora de aplicarlo son la mismas. “Se usan habitualmente para que maderas humildes tengan apariencia de otras más nobles o para igualar tonos o disimular defectos. Por ejemplo, si sustituimos la puerta en un mueble porque se ha deteriorado, tiñendo toda la pieza podremos disimular las diferencias entre la madera original y la nueva”, cuentan desde R de Room. De nuevo, no suele recomendarse aplicarlo en maderas nobles para no estropear su acabado natural. “A la hora de comprar el producto es importante saber que existen protectores más ecológicos y menos tóxicos para el medio ambiente que otros. Además, los que llevan bases con disolventes suelen desprender un olor más fuerte”, señalan desde Muebles Lufe.

© DR

Óleos o Aceites

Es el acabado más parecido a la madera al natural al dejar su poro abierto y no modificar casi su textura ni su color. Contribuye a nutrirla y embellecerlla, realzando su tono y suele tener un acabado más calido y sedoso que otros materiales. “Es ideal para el tratamiento del mobiliario de jardín. Aporta un marcado efecto de protección contra la acción de la humedad y aumenta su resistencia a la acción solar”, resaltan desde Muebles Lufe. Aunque su aplicación es de las más sencillas, debido a lo fácil que es dar uniformidad del producto, sí que es de lo que más mantenimiento requiere: un par de veces al año en suelos y superficies con mucho uso o una vez cada dos en el resto de muebles. Ceras

Aunque es muy semejante a los aceites y requiere su mismo mantenimiento, las ceras aportan un acabado algo más brillante que estas. Además, cuanto más se pule tras su apicación, más brillante es. “También se aplica sobre acabados de chalk paint, para proteger el mueble de manchas y roces. Tiene mejor resistencia a la humedad que el aceite aunque si el mueble va a tener uso muy muy intensivo, es mejor barnizar”, resaltan desde R de Room.