“Decoración de comedores modernos” es la búsqueda por excelencia cuando se trata de poner a punto el espacio en el que nos reunimos a compartir almuerzos y cenas con los que más queremos. Para conocer las tendencias que lo vestirán este año, hablamos con Ana de Olazábal, directora creativa de Westwing España, y con los expertos del departamento de interiorismo de la empresa española Misterwils.
Y ojo, porque hay novedades. Es verdad que la naturaleza, que ha entrado en dormitorios y salones, conquista también el comedor, pero como sorpresa, el minimalismo más austero va dejando paso a un ambiente algo más recargado, con piezas de toque retro y brotes de color. ¡Verás!
- La naturaleza se sienta a la mesa
“Se lleva todo lo natural: las maderas claras y las fibras vuelve con fuerza, y lo vemos en todas partes”, comienza de Olazábal, una máxima con la que se muestran de acuerdo en Misterwils, que destacan también el textil, la piedra y el hierro como materiales a tener en cuenta.
En cuanto a las fibras vegetales, según la experta de Westwing, las veremos sobre todo en forma de rejilla vienesa o cannage, aportando ese aire delicado y aéreo tan de moda en interiores. “Además, todas las piezas de materiales orgánicos, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente son un gran tendencia para este 2022”, añade. La marca, de hecho, lanzó hace poco la línea WE CARE by Westwing Collection, realizada a partir de materias primas con estas características.
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“La gente es cada vez más sensible al confort y al valor añadido que aportan a la atmósfera del espacio estos materiales”, vaticinaban también, a finales del año pasado, desde RRIO, el estudio de Román Sarrió. “Suman textura y personalidad”. “También suelen ser una solución más local, algo importante para los que estamos comprometidos con la sostenibilidad", continuaba el arquitecto.
Esta querencia por llevar a casa la belleza del entorno también se cuela a través de colores y estampados: “Veremos verde, verde y verde, en todos sus tonos. Y en cuanto a estampados, triunfará todo lo que sea de inspiración natural: mariposas, pájaros, animales exóticos…”, explica de Idazábal.
De hecho, nos animan a sumarnos a la tendencia con algunas ideas en este sentido: “Podemos pintar el comedor de un color oscuro, desde verde a gris, o incluso a azul noche. O todavía mejor, podemos apostar por el papel de pared con motivos de la naturaleza. Cualquiera de estas opciones le dará mucha personalidad y carácter, especialmente por la noche, con la iluminación (idealmente, velas)”, detalla la profesional.
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2. Curvas y geometría escultural
Como ya veníamos avisando hace un tiempo, la tendencia Bold, caracterizada por eliminar ángulos y sustituirlos por curvas en todo tipo de piezas, desde mesillas hasta sofás, pegará fuerte este año. También en comedores: “Arrasarán las siluetas geométricas, y en especial, las curvas, en un total look que abarque desde el sofá hasta la mesa, pasando por los cojines”, explica de Olazábal.
En Misterwils, además, avisan de una tendencia que va de la mano con la anterior, caracterizada por piezas con curvas, sí, pero también con formas escultóricas en las que la geometría brille con especial intensidad. Sucede, por ejemplo, con la mesa de comedor Steffy, fabricada de forma artesanal.
En este sentido, además de las mesas redondas ("Crean un ambiente más íntimo y distendido", aseguran desde Westwing), tendremos otro invitado ‘inesperado’ en el comedor: “Mesas con pata central en forma de columna y con listones que recuerdan, con un twist moderno, a las formas de la antigua Grecia”, detallan desde el club de compras. Se refieren a piezas como Bianca, ovalada y fabricada en madera de roble, con unos apoyos muy singulares.
3. Detalles artesanales, claves del nuevo estilo
Las piezas artesanales mantienen su auge en el comedor, como lleva sucediendo un par de temporadas, en las que hemos visto que todos los detalles decorativos nacían a partir de materiales como la madera, la cerámica y el vidrio soplado.
De hecho, cada vez vemos más casas en las que la zona del comedor se decora con piezas artesanales de autor. Por ejemplo, en forma de jarrones y lámparas de cerámica, como sucede en la casa donostiarra recientemente diseñada por el interiorista Mikel Irastorza.
La cerámica es también la estrella en esta casa del SoHo neoyorquino, con un comedor con un estilo mucho más rústico y contundente que demuestra que las piezas artesanales se llevan de maravilla con cualquier interior.
Exponer la colección artesanal propia en las estanterías de las paredes del comedor es otra elección que no paramos de ver. A continuación, la apreciamos en casa de los interioristas Blanca Fabré y Fernando Fauquié, de Fabré Fauquié Estudio (AD100 2021).
En este sentido, la apuesta de grandes editoriales como Zara Home y H&M es clara: triunfan las vajillas y los accesorios de mesa de aspecto imperfecto, wabi-sabi, como si acabaran de salir del torno, así como la mantelería de algodón y lino y las bandejas de madera.
4. Piezas recuperadas, muchas texturas y más color
Este año, parece que nos alejaremos poco a poco de ese minimalismo cálido que ha ido impregnándolo todo en los últimos tiempos: “Triunfará el estilo neutro elegante con muchas texturas sobrepuestas, una decoración muy cuidada que incluya también la mezcla con piezas vintage”, establece de Olazábal. “Además, las pinceladas retro vuelven a estar de moda: es el momento de recuperar esas piezas que vemos en casa de nuestros padres o mercadillos, valorarlas y darle una vida nueva”.
Es cierto que no hay casa moderna y elegante en la que no exista un lugar destacado para algún mueble con historia o icónico. Estas piezas aportan rotundidad y carisma al conjunto, dándole una personalidad única. Lo vemos, por ejemplo, en el piso diseñado por la interiorista ucraniana Alexandrine Lukach, lleno de piezas de diseño del siglo XX. En el comedor destacan las sillas Cesca, uno de esos muebles que siempre aportan un look vanguardista y nunca pasarán de moda.
“Otra opción ideal sería mezclar materiales. Por ejemplo, incluir una mesa de mármol pulida con sillas de rejilla vienesa y, de repente, una lámpara de techo oversized de fibras naturales”, sugiere Olazábal, vaticinando un alejamiento de ese total look neutro que parece condenado a desaparecer en no demasiado tiempo.
También lo cree así el arquitecto Georg Kayser (AD 100): “Después del eco-chic, con su enfoque en la sostenibilidad, expresado por su paleta earthy, me imagino la vuelta a una combinación más ecléctica de texturas y colores, con formas geométricas, que acaban creando interiores influenciados por el futurismo de los años 70 y 80”.
Es una máxima con la que se muestran de acuerdo desde Misterwils: “Este año se irá apagando el minimalismo cálido poco a poco, y volverá la antigua decoración cargada, con un mayor uso de colores. Es algo que ya estamos viendo en los últimos proyectos de Athena Calderone”, aseguran.
En el comedor de la interiorista, a continuación, vemos mesa y sillas de ébano de los 50 de Niels O. Moller, en 1st Dibs; aparador neoclásico de roble de Jacques Adnet de 1946 para La Compagnie des Arts con jarrones de cerámica de La Borne; lámpara de techo danesa de los 60 de Poul Henningsen y óleo sobre lienzo Untitled, de Ethan Cook.
Para irnos preparando para el cambio de tendencia, desde la marca nos proponen vestir el comedor con mesas con pies de mármol o de madera con formas escultóricas y tapas con vuelo. Además, nos animan a apostar por sillas de colores con textiles de rayas o cuadrados, e incluso, por paredes empapeladas. ¿Será la vuelta definitiva al color y el eclecticismo?
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