Aprende cómo crear un emparrado este verano ¡y a brindar bajo su sombra!
Cierra los ojos y visualiza tus vacaciones. Si te has imaginado bajo un techo verde y fresco y en más de una ocasión te has preguntado cómo crear un emparrado así en casa, estás en el sitio adecuado. El emparrado es un conjunto de varas atadas entre ellas a fin de generar bóvedas y empalizadas en los jardines. En un primer momento, los emparrados fueron concebidos para sostener las vides, pero con el paso del tiempo su función ha evolucionado a algo más estético. Una pérgola natural que brinda experiencias mágicas y ensoñadoras al más puro estilo komorebi, una palabra japonesa que sirve para designar la luz que se filtra a través de las hojas de los árboles.
Cómo crear un emparrado
Si hay algún clima perfecto para el emparrado, ese es el mediterráneo. La vid aguanta muy bien el calor y resiste la sequía, de hecho, necesita mucho sol para crecer, así que tenlo en cuenta a la hora de elegir el lugar donde situarlo. Además de un sitio soleado, busca también algún tipo de resguardo, ya que esta planta leñosa crecerá incontroladamente si está demasiado expuesta. Aunque podamos recurrir a la poda anual, el tronco y su sistema radicular pueden levantar pavimentos y alcanzar muros con gran facilidad, debemos elegir un lugar espacioso y una pérgola metálica o de madera, las más resistentes, para soportar el peso. En cuanto al suelo, no te preocupes, la finalidad de tu emparrado es dar sombra y no frutos, así que se adapta a cualquier tipo.
Guía el crecimiento
Actualmente encontramos diferentes variedades de uva para plantar, entre ellas la rosetti, la cardinal o la moscatel de Málaga, por ejemplo. Escoge la que más te guste y planta la parra, escogiendo el sarmiento más robusto para formar el futuro tronco. Coloca la rama sobre el tutor elegido y átalo a un cordel para que la parra crezca en formato espiral.
El truco para fomentar un emparrado firme consiste en guiar la rama hasta la zona que quieres poblar. Una vez quede definida, la misión implica trabajar todas las ramas secundarias surgidas de la principal. Ten en cuenta que el esqueleto del emparrado se mantendrá durante años, pero son las ramificaciones las que requieren de un mayor cuidado para permitir el crecimiento del fruto y aportar mayor sombra al espacio.
Para ello, poda las ramas cuando hayan perdido la hoja y elimina los chupones que broten en la parte baja de la planta. Eso sí, trata de respetar las yemas, el punto de crecimiento que nace en la axila de la hoja, para asegurar una mejor fructificación.
Cuidados del emparrado
El emparrado requiere de una buena base y la poda necesaria, pero existen otros cuidados que no debes pasar por alto. En primer lugar, algunos trucos preventivos: planta en la dirección del viento y elige una variedad resistente; la de uva temprana como la vid perdin o cardinal, pueden ser buenas opciones. Además, te recomendamos cubrirlo con una malla fina para protegerlo de pájaros e insectos.
Tampoco podemos olvidarnos de las plagas. Una de las más comunes, sobre todo en la zona mediterránea, es el oídio, que hace aparecer en las hojas un polvo blanco. Para acabar con ella tendrás que emplear azufre. Otras plagas como el mildiu o la botritis también requieren de ciertas prevenciones y la asistencia de profesionales que puedan aconsejarte acerca de los procedimientos más efectivos.
