AGUACOS

En el Jardín Botánico Aguacos, la invitación es a viajar por un mundo místico, al pasado Muisca, a la cultura campesina y al agua como elemento inspirador de la conservación de la biodiversidad. La palabra Aguaco, hace referencia al nombre que los habitantes de la región han dado al helecho arborescente (Cyathea). Esta especie guarda una estrecha relación con la protección del agua. En ello radica su conexión cósmica y el sentido de su nombre, en la importancia, trascendencia y equilibrio del líquido vital para la existencia de todas las especies vivas.  En este jardín se invita a caminar despacio, a ir más allá de sembrar un árbol e interactuar con animales silvestres y de granja que habitan en este lugar. La experiencia se convierte en un aprendizaje sobre  cómo "sembrar agua", cómo conservarla y  cómo este jardín es un lugar icónico en prácticas socioambientales.

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En este lugar el agua es un ser vivo, con el cual se habla, al cual se le expresa afecto y se espera de esta forma merecer sus beneficios. El agua es la savia vital, la “sangre de la tierra” que permite la repetición de la vida. Es vínculo de unión, motivo de trabajo conjunto y creador de reciprocidades.

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Para Aguacos, la seguridad del acceso al agua y el manejo de  los sistemas hídricos son de suma importancia. Es por ello que se aplican múltiples técnicas para el uso eficiente del recurso, para la agricultura, para el manejo integral y restauración de cuencas con adaptación al cambio climático, para el manejo del suelo, la captación y almacenamiento del agua de lluvia a nivel unifamiliar, entre otros.

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El Jardín Botánico Aguacos es un lugar donde se conserva, se investiga y se educa  sobre el manejo de ecosistemas que ayudan a “llamar” y conservar el agua. Visitarlo, es ofrecer poder al cuerpo y al alma, es vibrar dentro de la naturaleza y sobretodo viajar por las venas del mundo por donde corre la vida.