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Expresión de señales nerviosas relacionadas con el tacto y el dolor, las cosquillas son una reacción nerviosa que puede ser activada en el organismo, razón por la cual muchas personas comienzan a reír incluso antes de que se les toque.

En general, pueden identificarse dos tipos de cosquilleo: uno llamado knismesis, que tiene lugar ante un leve roce de la piel y no hace reír, sino que causa sensación de picor, y otro conocido como gargalesis, inducido por alguien más, provocando una risa incómoda.

En esta última cosquilla se produce una presión reiterativa sobre una misma zona. Puede ser agradable, pero si se exagera llega a molestar.

Las partes más comunes de cosquillas del cuerpo son las plantas de los pies, axilas, cuello, costillas, barriga, rodilla y en los costados del torso.

Reír con deseos

Existen explicaciones psicológicas para el cosquilleo, según las cuales este es un modo de establecer entre padres e hijos relaciones placenteras mediante el contacto.

Por otra parte, los hermanos entre sí lo utilizan como una especie de castigo. Son las llamadas cosquillas-torturas que se realizan para experimentar la sensación de dominio sobre el otro hermano al que se cela. Una teoría apunta que quizás durante la etapa prenatal las áreas sensibles ayuden a orientarse al feto para poder hallar posiciones más cómodas.

El tipo de cosquillas gargalesis, característico en los seres humanos, provoca el reflejo de sobresalto, por esa razón no puede ser auto-provocado. Un toque propio pensado no produce ningún movimiento en la piel.

Todo parece indicar que se produce un proceso cortical que disminuye o inhibe la sensación de cosquilleo.

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