Santa Catalina de Génova: vida mística y el legado espiritual

Santa Catalina de Génova fue una santa mística italiana del siglo XV. Nació en una familia noble y dedicó su vida al servicio de Dios y al cuidado de los enfermos y necesitados. Su vida es un ejemplo de humildad, amor y entrega a los demás.

Pese a querer ingresar como religiosa a un convento, se casó a los 16  años con un noble genovés, cumpliendo el deseo de sus padres. Por 10 años de su matrimonio fueron muy difíciles pues su esposo era violento con ella. Hasta que un 22 de marzo tuvo una experiencia mística, la que marcó su vida en unión a Dios. Fue enfermera durante la plaga de Génova y gracias a sus oraciones, comuniones y a su servicio desinteresado con los enfermos, la santa logró convertir a su esposo. Decidió vivir en celibato y dedicarse a la oración y la caridad.

Escribió el libro «Tratado del Purgatorio«, una obra clásica de la literatura mística y contemplativa, en la que describe sus visiones del purgatorio y la purificación del alma.

¿Qué milagro hizo Santa Catalina de Génova?

Uno de los milagros más conocidos que se le atribuyen a Santa Catalina de Génova fue la sanación de un joven paralítico que había sido abandonado por su familia. Santa Catalina se acercó al joven y le dijo: «En el nombre de Jesús, levántate y camina». El joven se levantó y comenzó a caminar de inmediato, lo que provocó un gran asombro entre los presentes.

Santa Catalina tuvo varias experiencias místicas a lo largo de su vida, incluyendo visiones y apariciones de Jesucristo y de la Virgen María. Sin embargo, el mayor milagro de Santa Catalina fue su vida dedicada al servicio de los demás y su amor incondicional por los enfermos y los necesitados. 

Oración a Santa Catalina de Génova

Oh Dios, que inspiraste a Santa Catalina de Génova a servir a los enfermos y necesitados con amor incondicional y entrega,

ayúdanos a seguir su ejemplo de humildad y servicio a los demás.

Que su vida de oración y meditación nos inspire a buscar una vida más profunda de comunión contigo.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.