Acelerador electrónico: ¿qué es y cómo funciona?

Si has visto pasar unas cuantas primaveras, seguramente has sido el propietario o has conducido un coche de la vieja escuela, de los que tenías que apretar los dientes para girar el volante en parado -porque no tenía dirección asistida- y de los que funcionaban con un acelerador con cable. Sin embargo, con la evolución de la tecnología en la automoción ahora quienes mandan y controlan cientos de parámetros en la actualidad son las centralitas. Entre todos los sensores y elementos de los que reciben señales, el acelerador electrónico es uno de los más importantes.

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Rafael Soriano, asesor técnico del RACE, explica que el acelerador electrónico es un pedal pisado por el conductor que, en lugar de accionar un cable que llega hasta el motor, activa una resistencia variable o potenciómetro que emite una señal eléctrica. Esta resistencia, que deja pasar mayor o menor corriente eléctrica en función de la posición del pedal del acelerador electrónico, manda los datos a la centralita para que inyecte la cantidad oportuna de combustible dentro de la cámara de combustión para que se produzca la mezcla más eficiente con el aire.

El acelerador electrónico se convirtió en un elemento más seguro y fiable que el acelerador de cable

Era común que el acelerador antiguo con cable se rompiese alguna vez a lo largo de la vida útil del coche. Además, los vehículos con más años bajo el capó tenían cierto retraso en la aceleración, sobre todo los que llevaban turbo (el conocido como turbo lag). Este era el proceso:

  1. El conductor pisaba el acelerador mecánico.
  2. El cable transmitía el movimiento del acelerador a la mariposa de admisión.
  3. La mariposa de admisión se abría para dejar pasar el aire.
  4. La centralita tenía que reconocer la orden y mandar el combustible en proporción.

Todo este proceso implicaba que la operación de acelerar era algo más brusca y más lenta que en la actualidad. Con el acelerador electrónico todo esto ha mejorado: la aceleración es más fiable y segura, la respuesta es más rápida y precisa, y la conducción ahora puede ser más suave y progresiva.

Gracias a que la centralita controla con gran precisión la inyección de combustible en el motor, también se han reducido los gases contaminantes emitidos a la atmósfera. Esto se consigue configurando el acelerador electrónico para que emita una señal u otra a la centralita en función de la velocidad con la que se pisa el acelerador. Es decir, si pegas un pisotón, la ECU (Unidad de Control Electrónico) entiende que necesitas más potencia y, por tanto, la inyección de carburante va a ser mucho mayor. Sin embargo, si aceleras progresivamente, la unidad de control va a interpretar tu conducción suave y eso se va a traducir en que el coche produce menos gases porque la mezcla es más pobre.

El acelerador electrónico actúa de igual manera tanto para un coche diésel (la centralita gestiona la inyección) como para uno de gasolina (la ECU controla la mariposa de admisión). Incluso el coche eléctrico también lo utiliza, sólo que en lugar de aprovechar el carburante, recurre a la electricidad como fuente de energía, pero el principio de funcionamiento es el mismo: un sistema que mide la posición del acelerador y la velocidad con la que se pisa.

La avería de un acelerador electrónico es más costosa que un acelerador antiguo

Aunque el acelerador electrónico es una solución más fiable y eficiente que el acelerador por cable, su avería resulta más costosa porque hay que cambiar el pedal completo (pedal + módulo de conexión) en caso de error. Normalmente, se suele estropear porque la resistencia tiene algún tipo de fallo y, como consecuencia, el vehículo empezará a dar tirones o directamente no responderá al acelerador.

La sustitución del acelerador electrónico es sencilla: hay que desatornillar el pedal, desconectar el conector que manda la señal a la centralita y cambiarlo por uno nuevo. Un acelerador electrónico, dependiendo del modelo de coche, puede oscilar entre los 30 euros y los 200 euros. Si quieres realizar esta operación, puedes llevar tu coche a cualquier taller de la red Eurekar con la garantía del RACE.

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