Increíbles ciudades construidas en acantilados

Cuando vemos esas antiguas ciudades construidas en acantilados, casi como desafiando las leyes de la física, no podemos más que quitarnos el sombrero ante la magnífica combinación entre la inteligencia humana y la imponente naturaleza.

Fueron pensadas casi seguramente para obtener ventajas defensivas frente a posibles enemigos, o como posiciones estratégicas en función de distintos factores económicos. Hoy nos desafían -desde las pendientes abruptas donde fueron erigidas- a que conozcamos su impresionante belleza y las vistas privilegiadas que proporcionan del panorama circundante. ¿Nos acompañas en este recorrido?

Al Hajjarah (Yemen)

En medio de un paisaje agreste, a 3000 metros de altura, se erige esta ciudad del siglo XII en la que encontramos a los antecesores de los rascacielos. Y es que sus casas de piedras tienen hasta 8 plantas. Fue levantada por la dinastía de los Sulaihids y se transformó en una importante fortificación durante la ocupación otomana de Yemen. Hoy, desde Al Hajjarah se divisa un valle con terrazas donde se cultiva qat, una droga euforizante que consume buena parte de la población.

Thira (Grecia)

La capital del archipiélago de Santorini es un importante destino turístico del Mediterráneo. Se ubica en la región occidental de la isla, al filo del acantilado y mirando a la caldera del volcán, esa gran depresión provocada hace más de 3500 años por una tremenda erupción. Thira se muestra hermosa sobre una cima escarpada, a 260 metros sobre el nivel del mar. Sus típicas casas encaladas en blanco, muchas de ellas excavadas en la roca volcánica, y sus callejuelas estrechas, invitan a perderse en este paradisíaco lugar.

Castellfollit de la Roca (España)

Este municipio de la provincia de Girona, en Cataluña, es parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrocha. El pueblo está asentado en un riscal basáltico -de 50 metros de altura y casi un kilómetro de longitud- que se formó por la acción erosiva de los ríos Fluviá y Toronell sobre antiguos restos volcánicos. El casco antiguo de Castellfollit de la Roca data de la Edad Media.

De las construcciones que conforman el poblado destacan la iglesia de Sant Salvador (siglo XIII), el campanario de Sant Roc y la plaza-mirador Josep Pla, que ofrece impactantes vistas.

Ronda (España)

Entre las increíbles ciudades construidas en acantilados no podía faltar esta localidad malagueña asentada sobre una meseta rocosa y dividida en dos partes por un cañón, por el que fluye el río Guadalevín. Para atravesar el famoso Tajo de Ronda, de alrededor de 100 metros de profundidad, está el Puente Nuevo, un emblemático monumento construido entre 1751 y 1793. Pero hay mucho más que ver en este lugar: baños árabes, iglesias y conventos renacentistas, una antigua plaza de toros y un impresionante entorno natural de sierras y valles.

Azenhas Do Mar (Portugal)

En este pequeño pueblo de mar, situado a unos 30 kilómetros al oeste de Lisboa – la zona de Costa Estoril- las casas de paredes blancas y techos de tejas descansan en el acantilado que desciende hacia el Atlántico. Considerado un lugar acogedor para visitar tanto por turistas locales como extranjeros, destaca por sus piscinas naturales y una playa solo visible con marea baja. Cuenta también con un mirador que proporciona fantásticas panorámicas y un restaurante para degustar un menú de pescados mientra se contemplan hermosas vistas.

Manarola (Italia)

Un pueblo pesquero que se asoma, como si de un balcón se tratase, sobre el mar de Liguria, al norte de Italia. Eso es Manarola, un lugar tan antiguo que proviene de un asentamiento romano. El poblado, que se erige sobre un escarpado promontorio de roca oscura, está salpicado de casas-torre pintadas en variados tonos pastel. Se trata de construcciones típicas de los comienzos de la Edad Media y que parecen mimetizarse con el paisaje. El lugar forma parte de un grupo de pueblos costeros (Cinque Terre) que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad y que hoy son muy frecuentados por el turismo.

Pitigliano (Italia)

En la zona de la Toscana existe un bello pueblo encaramado en lo alto de un promontorio y rodeado de una vegetación agreste. Las murallas y las casas de esta localidad parecen ser una continuación de la colina donde se asientan. De aspecto medieval y conocida también como la “pequeña Jerusalén”, es ideal para recorrer a pie y perderse entre sus callejuelas. Y, de paso, probar el exquisito vino blanco que allí se elabora.

Veliko Tarnovo (Bulgaria)

A orillas del río Yantra se encuentra esta ciudad considerada el centro cultural del norte de Bulgaria. Fue fundada por los tracios y supo ser capital del país en la época de mayor esplendor del Imperio Búlgaro. Las antiguas casas de Veliko Tarnovo se conectan a través de escaleras que parecen infinitas y callejones más que estrechos. Las vistas panorámicas de gargantas y montañas añaden un atractivo especial al entorno de la que, para muchos, es la más bella ciudad búlgara.

Fuente | Taringa.net