Acampar es una alternativa al alojamiento tradicional que todo viajero debería probar al menos una vez en la vida. Muchos acaban repitiendo y convirtiendo el camping en un modo de vida, o al menos en la fórmula habitual para pernoctar en los viajes. Pero antes de lanzarnos a la aventura conviene tener claros diversos puntos, especialmente en materia de seguridad y respeto por el entorno. Toma nota de estos 11 consejos para acampar.
Tipos de camping
Existe una cierta confusión a la hora de distinguir los tipos de camping ya que varían incluso entre comunidades autónomas dentro de España. La normativa actual diferencia cinco categorías en relación a los campamentos turísticos y tres especialidades diferentes. Las cinco categorías a modo de estrellas —como son divididos los hoteles— están sustituyendo a la anterior división en primera, segunda y tercera categoría para facilitar su interpretación: a más estrellas, más y mejores servicios e instalaciones.
Por otro lado, están los tres tipos de camping en relación a las especialidades: campamentos de turismo verde que cumplan con acreditación de la etiqueta ecológica de la UE entre otras certificaciones, los campamentos de turismo temático enfocados a una materia específica que los identifique —campamentos deportivos, culturales, etc.— y los campings para caravanas y autocaravanas que son exclusivos para este tipo de vehículos.
Por otro lado, sobre todo fuera de España, existen campings municipales, a precios más asequibles, incluso gratuitos, acampadas libres o acampada controlada —zonas en las que no hay servicios, pero en las que es permitido acampar— y, por último, el denominado wild camping. Este último supone acampar en sitios no habilitados para ello, ya sea pidiendo permiso al dueño del terreno… o no, incluyendo zonas de propiedad pública. Por supuesto, en este último caso el campista se arriesga a multas considerables, entre otros “tirones de orejas”.
A este respecto, conviene revisar las leyes específicas de cada comunidad autónoma, aunque la acampada libre como tal es ilegal en España, tal y como se señala, por ejemplo, en este decreto sobre campamentos de turismo en la Comunidad de Madrid.
El equipo de acampada
El peso es uno de los grandes enemigos del campista, por lo que nuestro kit de camping debe ser lo más ligero posible. Pero nunca debemos olvidar las linternas, incluyendo una frontal para poner en la cabeza y dejar las manos libres, el botiquín, repelentes, protectores solares, navajas, termos, cantimplora, vajilla, mechero, pinzas, cuerdas y un martillo de goma. Y por supuesto, elige bien la tienda de campaña o la carpa, el saco de dormir y la almohada.
Practica a montar la tienda
Puede ser uno de los momentos más ridículos del viaje. Después de estar preparando durante semanas tu primera acampada llegas al destino y… no sabes montar la tienda de campaña. ¡Menudo panorama! Así que te recomendamos que te pelees con las varillas en varios ensayos en alguna zona verde cercana a tu casa o en un camping tradicional, y cuando llegue el momento de la verdad lo tengas ya todo controlado.
Localización, orientación y terreno
Como decíamos más arriba, hay que tener mucho cuidado con la localización de nuestra acampada, siempre intentando pedir permiso en el caso de que coloquemos nuestra tienda de campaña en un lugar no habilitado para ello.
Así mismo, la orientación geográfica también es muy relevante. Si acampas en una zona orientada el este, tendrás el sol muy tempranito llamando a tu puerta. Si acampas en la ladera norte de una colina, la temperatura será más fresca. En cuanto al terreno, debe buscarse un lugar nivelado, eliminando piedras, ramas y objetos punzantes.
Condiciones meteorológicas
La lluvia, el frío y el calor extremo son amenazas a tener muy en cuenta cuando acampamos, por eso hay que seleccionar bien el lugar en el que ponemos la tienda. Nuestro consejo es que, en primera instancia, evites las épocas de clima más extremo, ya que una ola de calor o de frío puede arruinar tu viaje. Con la precisión actual de la predicción del tiempo, no hay excusa para no actuar en consecuencia cuando hay un aviso con varios días de antelación.
De cualquier manera, unos sencillos trucos pueden facilitar tu gestión de la meteorología. Por ejemplo, en caso de peligro de tormenta no debemos acampar bajo los árboles. También puede ser útil hacer un surco alrededor de la tienda para canalizar el agua. Así mismo, un terreno duro que no drene puede formar una piscina bajo la tienda. Y recuerda atar bien todos los vientos de la tienda.
Comida y agua
Conviene ser los suficientemente previsor cuando se trata de la comida y el agua. Intenta tener una ración de emergencia por si un día te ves sin comida y no te olvides de llevar siempre suficiente agua porque nunca se sabe dónde vas a encontrar la siguiente fuente de agua potable. El hornillo camping gas será tu compañero de fatigas durante tus acampadas.
Por supuesto, recoge todos tus desperdicios y deposítalos en el lugar indicado. Y cuidado con dejar los desperdicios de comida cerca de la tienda en lugares más o menos salvajes: un animal podría hacerte una visita. En este sentido, se recomienda guardar la comida sobrante en recipientes estancos, limpiarlo todo y dejarlo listo para empacar antes de irse a dormir: de esa forma, además, podrás levantar el campamento de forma más rápida en caso de urgencia.
El fuego
A estas alturas, y con la que está cayendo, poco podemos añadir a la precaución extrema que debemos tener con el fuego en entornos naturales. Evita su uso siempre que puedas y nunca dejes de vigilar las fogatas. Asegúrate de que están apagadas cuando termines de usarlas.
El aseo personal
Intenta evitar el aseo en aguas de lagos y ríos. Y si lo haces, usa jabón ecológico. Si no tienes agua suficiente o no hay una fuente de agua cercana, espera a usar el baño de una estación de servicio o de un lugar similar. En los campings turísticos no tendrás ningún problema en este aspecto.
Cuidado con los animales
Como hemos señalado en relación a la comida, cuando acampamos vamos a estar en contacto directo con la naturaleza. Y aunque a todos nos gustan los animales, a ellos, a veces, no les gustamos nosotros… por razones obvias. Así que ten cuidado por donde andas y no te la juegues con animales salvajes: no todos son tan cariñosos como tu perro.
En el caso de los insectos, debemos protegernos adecuadamente porque nos puede arruinar el descanso. Mantén tu tienda abierta el menor tiempo posible para evitar que entren y ten en cuenta que el atardecer es el “momento mosquito” por excelencia, especialmente en lugares húmedos.
Robos y pérdidas
Ser despistado no es un buen ingrediente para las acampadas. Hay que organizarse bien a la hora de guardar nuestras pertenencias. Que estén siempre en el mismo lugar, porque no hay nada más frustrante —y peligroso— que no encontrar la linterna en el momento en el que más la necesitamos. Si, con todo, pierdes una pertenencia importante, repárala en el menor tiempo posible. Y ten precauciones con los “amigos de lo ajeno” que, por suerte, trabajan poco en entornos naturales.
Deja todo tal como lo encontraste
A todo aquel que acampa se le atribuye un gran amor y respeto por la naturaleza. Todos podemos cometer un “error” en algún momento, fruto de las prisas o de un mal día, pero es deber de todo campista respetar el entorno al máximo, dejando todo tal y como lo encontró —o incluso más limpio—, lo que supone una gestión exquisita de los desperdicios. También mucho cuidado con las sustancias químicas de jabones o productos de limpieza. Por lo demás, por regla general, la actividad del campista no tiene por qué afectar negativamente al entorno manteniendo unas pautas muy básicas.
