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Propaganda socialista a golpe de pinceles

Una exposición muestra el idealismo comunista que profesan las autoridades de Corea del Norte en sus carteles desde la creación de la República Popular

GUILLAUME FOURMONT

Todos recordamos el cartel del Tío Sam apuntando con el dedo: 'I want you for US Army', en plena Primera Guerra Mundial, hito en la historia de la propaganda. O el diseño realista del arte nazi, franquista y soviético: las imágenes hablaban por el régimen. Más de 20 años después de la caída del Muro de Berlín y del final de la Guerra Fría, aún existe un país donde la glorificación del Estado y de su líder pasa por los pinceles: la República Popular Democrática de Corea. La Casa Asia de Barcelona muestra, por primera vez en España, unos 200 carteles de propaganda diseñados por los artistas (todos anónimos) del régimen de Kim Yong-il.

'Estos carteles son una documentación necesaria para reconstruir la historia de un país oculto por razones políticas. Este arte gráfico de propaganda sirve para entender Corea', apunta Menene Gras, comisaria de la exposición Corea del Norte: el peso de la historia. Cerrada a la prensa occidental desde su fundación en 1948 sólo unos pocos extranjeros pudieron visitar el país en los últimos años, Corea del Norte resulta ser un país casi desconocido: sólo se habla de un régimen totalitario, entregado a su líder y supuestamente peligroso para el equilibrio nuclear mundial. El dibujante canadiense Guy Delisleconsiguió desvelar parte de la vida cotidiana en el cómicPyongyang (Astiberri), nombre de la capital norcoreana: calles vacías, un silencio absoluto, un control férreo de los 22 millones de habitantes.

'Representan una documentación necesaria para entender un país'

Los carteles de la exposición muestran imágenes y discursos que se creían desaparecidas desde la caída de la Unión Soviética; ni siquiera se siguen usando en la China comunista actual. Dibujados entre 1954 y 2004, retratan los beneficios de la industrialización y de la colectivización, la grandeza del partido comunista, la fuerza del ejército, la salud y el deporte como compromiso con el país y, claro, la figura de Kim Yong-il y su padre, Kim il-Song. '¡Cumplamos firmemente hasta el final la gran obra socialista!', reza el eslogan de un cartel de 1993 donde aparecen un obrero, una campesina, un soldado y un intelectual enarbolando juntos una bandera roja.

El dibujo privilegia el realismo con colores vivos y muestra un mundo donde todo es perfecto, todo el mundo es feliz. 'En Pyongyang, hay carteles por todas partes, recuerdan el mensaje del Estado', asegura Gras, quien estuvo hace poco en la ciudad, invitada por el régimen. 'Es un país insólito, inédito, que intriga', confiesa.

El dibujo siempre usa colores vivos y muestra un mundo perfecto

'La gráfica no ha cambiado en los últimos 50 años y los carteles son un instrumento que sigue teniendo mucha eficacia en Corea del Norte, mientras que lo perdió en otros países comunistas como China. Son la demostración de la identidad de un país', apunta la comisaria. Los carteles expuestos vienen de la colección del chino Ou Nang, aunque la muestra también cuenta con 28 pinturas originales, prestadas por las autoridades norcoreanas, a partir de las cuales se imprimen los carteles.

Con esta exposición, Casa Asia pretende dar claves para entender un país, independientemente del régimen en vigor. Porque la propaganda no es sólo una herramienta de las dictaduras, basta recordar, por ejemplo, la operaciones de comunicación del Ejército de EEUUsobre Irak.

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