Aprende a plantar jengibre en casa

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El jengibre es una de las plantas medicinales que no puede faltar en nuestro hogar. En la cocina resulta perfecto para condimentar nuestros platos y, en algunas recetas, es por completo imprescindible; pero también es ideal para preparar infusiones y combatir algunos malestares propios del otoño y del invierno, como resfriados y gripes.

Así que hoy vamos a contarte cómo plantar jengibre en casa para que tengas a mano esta planta siempre que la necesites, además de servir para decorar algún rincón de tu hogar.

Plantar jengibre en casa

Jenjibre – Foto: Depositphotos

Para plantar el jengibre en una maceta puedes utilizar los típicos trozos de raíz que encontrarás en el supermercado, en la sección de frutas y verduras; aunque en estos establecimientos suelen rociarlos con un inhibidor de crecimiento y puede que sea más complicado que germinen. Si quieres estar seguro de no tener ese problema, puedes comprarlos directamente en alguna tienda ecológica.

Si ya tiene brotes, podrás plantarlo directamente; en caso contrario, tendrás que introducirlo en un vaso con agua alrededor de tres o cuatro horas, para que absorba la humedad y pueda germinar. Pasado ese tiempo, sécalo bien, envuélvelo en plástico y en un paño, y deja pasar unos días antes de sembrarlo. Lo mejor es que esperes una semana.

Elige bien la maceta o el recipiente para cultivarlo, puesto que necesita espacio suficiente a lo ancho. Por lo que respecta a la profundidad, bastará con unos 15 centímetros. Y no olvides que, en el fondo, debe tener agujeros para que drene bien y no pudra la planta por exceso de agua. Rellena la maceta con la tierra o sustrato y planta uno o dos brotes en ella, colocados hacia arriba. Solo deberás hundirlos de manera superficial, dejando que sobresalgan un poco, ya que no es conveniente enterrarlos del todo. Y riega cada dos o tres días sin mojar las rizomas.

Cuidados del jengibre

Si quieres asegurarte de que tu planta de jengibre esté en perfecto estado de salud, debes tener en cuenta que hay que tenerla protegida de vientos y corrientes de aire, así como de las bajas temperaturas. Esto, junto con la circunstancia de que no necesita luz solar directa, contribuye a que resulte más fácil cultivarlo en el interior de casa que en un jardín o en el balcón o en la terraza.

Cuando la planta comience a crecer, fíjate bien en el color de sus hojas, que empezarán a salir al mes de haberlo cultivado. Si se han tornado de un color marrón o amarillento y tienen un aspecto seco como el papel es que está recibiendo un exceso de luz. Cambia la maceta a un sitio donde le alcance de forma indirecta.

Si ves que la hojas empiezan a secarse, como sucede en otros casos, resulta señal inequívoca de que tiene falta de riego, por lo que deberás asegurarte de que siempre mantenga la tierra húmeda sin llegar a encharcarse. Pero si la sequedad se produce en las puntas y bordes de las hojas, el problema es la falta de drenaje, ya que el exceso de agua provoca que se genere más sal en la tierra, responsable de ese aspecto, que puede hacer que muera la planta.

Flor de jengibre

Flor de jengibre
Flor de jengibre/Foto: Pixabay

Cuando tenga el tiempo suficiente, verás como tu jengibre florece. No tendrás que esperar mucho a verlo crecer, puesto que se trata de una planta de crecimiento rápido. El color de la flor dependerá de la variedad, y aunque lo más habitual es que sea rojo, también es posible que sea blanco.

En climas templados, la floración del jengibre se produce en verano, mientras que en los tropicales puede florecer a lo largo de todo el año. Las flores son perfectas para cortar y tener en jarrones con agua decorando la casa, además de que se mantienen frescas durante bastante tiempo. Solo habrás de cortarlas dejando que la parte de la espiga esté lo más larga posible.

Propiedades del jengibre

Infusión de jengibre
Infusión de jengibre/Foto: Pixabay

Los beneficios del jengibre para la salud son de lo más variado y es habitual consumirlo en infusiones. Reduce los síntomas del mareo, favorece la digestión, es adecuado para la prevención de enfermedades cardiovasculares, resulta antioxidante y antiinflamatorio, y combate la debilidad muscular, los resfriados, las gripes y las infecciones urinarias.

Cuando la planta empiece a secarse, a los ocho o nueve meses de haberla plantado, ya puedes cosechar tu jengibre si lo deseas. Tendrás que cortar los tallos secos y desenterrar la rizoma. Podrás usarla para cocinar tus postres y comidas o para preparar tus infusiones. Y si tiene rizomas o brotes nuevos, no olvides reservarlos para plantar otra ve tu jengibre y así tenerlo siempre disponible en casa. Si lo usas con frecuencia, ahorrarás una buena cantidad de dinero al no tener que adquirirlo en el supermercado.



Silvia Pato

Escritora y redactora gallega. Autora de los libros Las nueve piedras y El Libro del Único Camino, así como de numerosos relatos en revistas de género, colabora asiduamente con sus artículos y columnas de opinión en diversos medios digitales. Con la pasión y la curiosidad que la caracterizan, descubre el mundo a través de su historia, su cultura, sus lugares y sus gentes para difundir y compartir todo tipo de sensaciones y hallazgos. Porque todo viaje comienza con un solo paso.

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