¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LAS ADICIONES?

La sola mención del término adicción evoca mucho más que lo que realmente es. Se suele pensar en vicio, en libertinaje, en falta de control y en miseria moral. Lo cierto es que la adicción alude a una “enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por una búsqueda patológica de la recompensa o alivio a través del uso de una sustancia u otras acciones”.

Vaya por delante que, en cierto modo, se resuelve el origen de las adicciones en la definición dada por la ASAM Public Policy Statement. El enfermo adicto no elige ser adicto sino que una multiplicidad de factores, liderados por una descarga hormonal que aporta bienestar -a menudo con la dopamina como principal neurotransmisor- y cuya recompensa se busca cada vez con mayor asiduidad.

Pero hay mucho más, al menos así se está estudiando en la actualidad. Seguimos las declaraciones de uno de estos investigadores que están revolucionando el campo de la psiquiatría.

“El origen de las adicciones es un trauma”

Aunque siempre se asocia la adicción a las sustancias psicoactivas o los excesos en el juego, la realidad es que prácticamente todo puede transformarse en adicción. Actualmente se puede ser adicto del alcohol, del sexo, de internet y de los videojuegos, del consumo, de otras drogas legales e ilegales, del azúcar y de la comida basura, del deporte o del trabajo, entre otras.

Como se puede constatar, cualquier acción que, en nuestro día a día, nos alivie o libere de tener que enfrentarnos a determinadas situaciones o que logre que nos evadamos puede convertirse potencialmente en una adicción.

El último en aceptar esta premisa ha sido Gabor Mate, un médico canadiense laureado con la Orden de Canadá, que asegura que el origen de toda acción siempre es un trauma. La adicción, según Mate, cubre una necesidad humana esencial.

Esta adicción suele estar dirigida a eliminar unas sensaciones que se repiten en prácticamente todas las personas enfermas de alguna adicción: falta de conexión con el resto, aislamiento o estrés.

Según él, a mayor adversidad atravesada en la infancia más aumenta el riesgo de convertirse en adicto. Aunque no todas las personas que viven un trauma terminan siendo adictas, el adicto muy probablemente estuvo traumatizado.

Por ello, la solución que propone Mate siempre pasa por atacar el origen de las adicciones: el trauma, y no ver la adicción como terminar con el consumo de esa sustancia. Mate no ve la adicción como una elección sino como una respuesta al dolor emocional.

La adicción alimentada por la economía global

Si ampliáramos el espectro de riesgo y adicción, nos encontraríamos con una economía global que va dirigida a alimentar determinadas adicciones de manera selectiva. De este modo, las grandes industrias del alcohol, de los videojuegos, de la comida rápida o de los dulces son solo la punta del iceberg de un sistema pensado para extraer el mayor beneficio posible, siempre capeando las recomendaciones de la comunidad médica.

Sucede en el caso del alcohol. Ya se ha podido reconocer que ningún beneficio que pueda tener el alcohol supera a los perjuicios. No solo eso, sino que se trata de una droga más adictiva que el tabaco o la cocaína. Entonces, ¿Por qué no se prohíbe el alcohol? Básicamente porque una inmensa industria se encuentra detrás, respaldando estudios afines y con el beneplácito de una sociedad adicta a esta sustancia en diferentes grados y medidas.

En cualquier caso, determinar el origen de las adicciones puede ser de gran ayuda para atacar de raíz la causa y, de ese modo, no incurrir en subsiguientes adicciones -es de sobra conocido que una gran mayoría de enfermos alcohólicos terminan por desarrollar tabaquismo, adicción al café o a los barbitúricos-.

Se tienden a sustituir unas drogas por otras o unos hábitos perniciosos por otros, pero eso no significa en absoluto que la clave de la adicción se haya resuelto. Ante esto la ayuda psicológica puede arrojar luz con respecto a la eliminación de las adicciones.

Autora: Álex Bayorti (colaboradora de nuestro blog)