El hombre le movió el tapete, pero el miedo la frenó. Anamín Santiago titubeó la noche en que se sorprendió a sí misma suspirando cual adolescente por el licenciado Gabriel Hernández González.

“Fue amor a primera vista. Yo me decía: ‘¡Él me gusta!’, pero no me va a aceptar”, cuenta la actriz en entrevista con Primera Hora. Después de darle un beso en la frente, su novio la interrumpe.

“Yo la conocía porque la veía en la televisión y sabía a lo que me iba a enfrentar”, dice el abogado, quien es uno de los mejores amigos del gobernador Alejandro García Padilla.

Hace dos meses, la pareja comparte un romance en el que predomina el enchule. Se abrazan, se besan, se comen con la mirada. Quién diría que se entregarían al amor dos personas con ideales políticos tan distintos. Anamín Santiago es una marxista confesa, mientras que Gabriel Hernández se identifica con el Partido Popular Democrático (PPD).

Fue precisamente en una reunión de “populetes”, como los llama ella en broma, que el hielo se rompió. En un restaurante de Río Piedras se celebraba el triunfo de García Padilla y en medio del tumulto entró ella, “la anticolonialista, la que protesta”, como la conocen.

Pero la letra de Jalda arriba se borró de la mente de Anamín cuando el cántico de Gabriel asaltó sus oídos con esa canción. Desde ese instante lo llamó su “Pavarotti”.

“Él canta bohemia y yo sentí esa identificación artística en el momento”, narra la también animadora, dramaturga, productora, reportera, locutora, guionista, directora y microempresaria. De hecho, esta última faceta fue la que le sirvió para hacer el acercamiento.

“Tengo ahora mi sistema para ayudar a la gente a rebajar, y me convertí en su companion para asesorarlo en la dieta y dar apoyo. Una vez fuimos a Utuado y cuando bajamos, ahí empezó todo”, recuerda la intérprete.

Tan fascinada quedó con el canto de Hernández que ahora él tiene una breve participación en los espectáculos teatrales de “Sara Goza”, una prostituta retirada que ella encarna.

Polos opuestos

El abogado, sin embargo, tiene otra versión de los hechos. Según él, hace mucho que venían “peleando” en sus respectivas cuentas de Facebook debido a las diferencias de sus ideales, los que ambos defienden con ahínco sin que exista la opción de modificarlos. En realidad, lo suyo fue un reencuentro en el que cada uno ha aprendido a ceder, dice.

“Ahora el panorama es otro. Los conflictos que tenemos los hablamos y la cosa fluye. Yo hasta la he acompañado al programa de radio”, indica el licenciado acerca de Frecuencia socialista, el espacio que mantiene Anamín los domingos de 9:00 a 12:00 de la mañana por Noticias 1660 AM.

Para ella, el único proyecto que podrían emprender juntos es el avance de la lucha sectorial en Puerto Rico, específicamente la comunidad artística. De hecho, la actriz tiene preparada una propuesta de trabajo para actores que presentará a la primera dama, Wilma Pastrana.

“Creo que es el asidero para coincidir entre tantas diferencias”, acota la actriz. “La cosa está tan buena que no proyectamos que acabe nunca”, agrega Gabriel Hernández acerca de la relación. El pacto se sella con otro beso, pero esta vez en la boca.