Un albacea es una persona designada por otra persona para gestionar sus bienes y asuntos después de su muerte o incapacidad. Esta persona tiene la responsabilidad de velar porque los deseos del difunto o incapacitado se cumplan, así como gestionar los bienes del difunto o incapacitado hasta que se distribuyan a sus herederos o beneficiarios.
La figura del albacea resulta útil especialmente en herencias complejas, o en aquellas que el testador pueda prever algún conflicto. En estos casos, su intervención permitirá, por ejemplo, vender los bienes para repartir el dinero o hacer lotes para el reparto entre los herederos.
Veamos más en detalle por qué es importante contar con un albacea:
• Garantizar que los deseos del difunto o incapacitado se cumplan: Un albacea asegurará que las voluntades del difunto o incapacirado se cumplan. Esto incluye la distribución de bienes según las especificaciones del difunto o incapacidad en su testamento o voluntad.
• Minimizar la posibilidad de conflictos: En ausencia de un albacea, los familiares y los beneficiarios pueden luchar por la herencia o los bienes del difunto o incapacitado. Un albacea puede ayudar a prevenir esta situación y minimizar la posibilidad de conflictos entre los familiares y los beneficiarios.
• Gestionar los bienes del difunto o incapacitado: El albacea tiene la responsabilidad de gestionar los bienes del difunto o incapacitado hasta que se distribuyan a sus herederos o beneficiarios. Esto incluye el pago de las facturas, la venta de activos si es necesario y la presentación de las declaraciones de impuestos.
• Hay que asegurar que los bienes se distribuyan adecuadamente: Un albacea asegurará que los bienes del difunto o incapacitado se distribuyan a sus herederos o beneficiarios según las especificaciones del difunto o incapacitado. Esto ayuda a garantizar que los bienes del difunto o incapacitado no se pierdan o se desvíen de sus deseos.
A menudo, nos encontramos que nos preguntan si es mejor dejar en el testamento el patrimonio asignado a cada uno de los herederos o bien, dejar que sean ellos mismos quién se lo repartan.
Mi opinión es que las dos opciones pueden ser válidas o erróneas depende de las circunstancias. Yo creo que es mejor que se nombre un albacea para que ejecute las directrices marcadas por el difunto en el propio testamento. En este sentido, puedo ayudarte en tu decisión.
