fbpx
  • El dirigible Hindenburg, el mayor de todos los tiempos

El Hindenburg fue el mayor dirigible jamás construido y uno de los más icónicos de la historia de la aviación.

También conocido como LZ 129 Hindenburg, este gigante de los cielos fue una maravilla de la ingeniería y un símbolo de la época dorada de los dirigibles. Y aunque, en la actualidad, no estamos acostumbrados a verlos, este medio de transporte tuvo una gran importancia a comienzos del siglo XX.

En este post, exploramos la historia de los dirigibles en general, del Hindenburg en particular, sus usos y hazañas, así como su trágico final. ¿Te quedas a descubrirlo?

¿Qué es un dirigible?

Los dirigibles son aeronaves más ligeras que el aire, con una estructura rígida que les da forma y les permite mantener la flotabilidad.

El desarrollo de los dirigibles comenzó en el siglo XIX, y su apogeo tuvo lugar en las primeras décadas del siglo XX. Se usaron principalmente para el transporte de pasajeros y cargas, así como para fines militares, siendo el Zeppelin el tipo de dirigible más conocido y utilizado en la época.

En 1852, Henri Griffard, ingeniero francés especializado en las máquinas de vapor, realizó el primer vuelo en una máquina más ligera que el aire pilotado por el mismo, recorriendo los 27 kilómetros que separan las ciudades de París y Trappes. Estaba equipado con un motor de 3 CV y alcanzaba hasta 9 km/h.

Tras la hazaña de Griffard, otros pioneros, como Paul Haenlein o los hermanos Santos Dumont, continuaron desarrollando y perfeccionando los primeros dirigibles. Aunque, sin duda, quien marcó un hito con estas máquinas fue Ferdinand von Zeppelin, fundador de la compañía de dirigibles Zeppelin.

El auge de los dirigibles durante la Primera Guerra Mundial

Durante la Primera Guerra Mundial, los dirigibles tuvieron un papel muy importante como bombarderos, ya que tenían mayor capacidad que los aviones de la época.

Una prueba de ello es que, en 1917, los dirigibles alemanes consiguieron hacer vuelos con una duración de casi 100 horas. Algo impensable para un avión.

Así que, todo parecía apuntar a que la aviación continuaría su desarrollo por la vía de los dirigibles, aunque nada más lejos de la realidad.

¿Cuánto medía el dirigible Hindenburg?

El Hindenburg fue construido por la empresa alemana Luftschiffbau Zeppelin, en la década de 1930, y fue el dirigible más grande y lujoso de su tiempo.

Medía, aproximadamente, 41 metros de diámetro y 245 metros de largo (más de cuatro Boeing 787 en fila), con una capacidad de desplazamiento de 200.000 metros cúbicos de gas. Su cabina estaba equipada con literas y equipamiento para garantizar la comodidad de los pasajeros, algunos lo llegan a llamar el Titanic del aire.

Además, su estructura de duraluminio estaba recubierta de una tela especial tratada con una mezcla de barniz y aluminio, lo que le confería una apariencia muy particular: plateada y muy reflectante.

Hizo su primer vuelo en 1936, en el aeródromo de Fridenchaffen; e incluso, en la actualidad, sigue estando considerado como la aeronave más grande del mundo.

Lo llamaban ‘El Titanic del aire’…

El Hindenburg fue concebido principalmente como un medio de transporte de pasajeros a larga distancia y en estilo lujoso. Podía acomodar hasta 72 pasajeros en cabinas privadas y contaba con áreas comunes como salón, comedor, bar y sala de fumadores.

Además, el dirigible Hindenburg también transportaba correo y carga entre Europa y América.

Entre las hazañas más destacadas del Hindenburg se encuentran sus exitosos vuelos transatlánticos entre Alemania y los Estados Unidos en 1936, durante los que estableció récords de velocidad y eficiencia. De hecho, obtuvo el récord de cruzar el Atlántico dos veces en 5 días.

También fue utilizado como reclamo publicitario por el régimen de Hitler sobrevolando la ceremonia de los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936.

En total, el Hindenburg completó 34 vuelos exitosos, 17 de ellos cruzando el Atlántico, transportó a 2798 pasajeros y recorrió más de 300.000 kilómetros antes de su trágico final.

El bloqueo del helio, el principio del fin de los dirigibles

En aquellos años, la Alemania Nazi era experta en la fabricación de dirigibles de helio. Por supuesto, por razones evidentes, cuando EEUU, el mayor exportador de helio, supo de ello, dejó de vender a Alemania este gas. Así que los ingenieros alemanes tuvieron que buscar otro gas: el hidrógeno.

El hidrógeno comparte muchas propiedades con el hélio, pero con la diferencia de que es mucho más inestable e inflamable.

Aunque el Hindenburg llevaba un recubrimiento exterior para disipar la electricidad estática, y su estructura interna estaba diseñada para reducir la inestabilidad del hidrógeno, no fue suficiente para evitar el desastre.

El trágico final del Hindenburg y de los dirigibles en general

El 6 de mayo de 1937, después de cruzar el Atlántico desde Frankfurt, Alemania, el Hindenburg se aproximaba a la base naval de Lakehurst en Nueva Jersey, Estados Unidos, para completar su aterrizaje.

Durante el proceso de amarre, el dirigible se incendió repentinamente y se convirtió en una bola de fuego en tan solo 34 segundos.

Y, aunque nunca se pudo determinar con certeza la causa exacta del incendio, se cree que una mezcla de factores, como una fuga de hidrógeno y una chispa eléctrica causada por la electricidad estática (fenómeno conocido como Fuego de San Telmo), pudo haber sido la causa.

El desastre del Hindenburg marcó el fin de la era dorada de los dirigibles. El incidente, junto con los avances en la tecnología de la aviación y el aumento de la popularidad de los aviones, llevó al abandono de los dirigibles como medio de transporte a gran escala.

Aún así, y a pesar de su trágico final, el Hindenburg sigue siendo un símbolo icónico de la innovación y la ambición humana en la historia de la aviación.

El Hindenburg y su legado de ambición e innovación

En conclusión, el Hindenburg representa un capítulo fascinante en la historia de la aviación y la innovación tecnológica.

El dirigible Hindenburg es un testimonio de la ambición, el ingenio y la audacia de una época en la que el transporte aéreo representaba un sueño aún por cumplir y una aventura llena de promesas.

Hoy en día, aunque los dirigibles ya no son el medio de transporte dominante, el legado del Hindenburg sigue vivo, inspirándonos a continuar explorando nuevos horizontes y a imaginar un futuro lleno de posibilidades en la aviación.

Esperamos que hayas aprendido cosas nuevas sobre los dirigibles, sin duda, una de las máquinas más importantes en la historia de la aviación. Y si quieres seguir descubriendo curiosidades relacionadas con la historia de la aviación, te recomendamos que eches un vistazo a nuestro blog de aviación.

También podría interesarte…