Por OMAR ELÍ ROBLES
-¡Ándile Gorrón jambado!... parece que tuviera pinzas de tender ropa prendidas en las verijas.
-¡Ay Tenchita!... perdón que ando medio escaldado.
-Eso le pasa por tanta bicicleta...
-Ya ni me diga naricita de jocote... ¡ya ni me diga!, que eso mismo le dijo el Colosito al Chale de la Fuente... ya ve que le andaba pedaleando a la Grimaldo.
-Pos si no la pedaleaba por lo menos le dio una pulidita a los rines y le puso su buena abrillantada al manubrio... ¡pos claro que la muchacha se sintió atendida!, porque acá en el PAN ni un gas le soplan a tres metros de distancia.
-Por eso luego viene la infidelidad Tenchita, eso dicen... ya ve al Chefo Salgado que orita le anda revisando los calzones a todos en el gabinete.
-¡No me diga!... ¿y eso?
-Pos que el que use calzones negros... o el que use de la marca BlackSecret... ¡Todo lo que tenga que ver con algo negro!... va pa afuera.
-¿Entonces es serio el pleito?
-Mire, ya deje de sopearme y mejor suélteme dos de papita con queso... con salsita amartajada de pico de gallo.
-¡Por eso me gusta que venga!...
-¿De veras?
-Es que parece usted un Pejelover... ¡nunca deja de esperar cosas buenas!, aunque esté viendo que se lo carga la tiznada.
-Pues bueno, ya que lo dice póngame tres de chicharroncito de soya con salsa de adobo...
-¿No le digo?... ¡jajajaja!... mire, vaya retirando del banco su esmirriado y negro trasero... agarre su itacate y vaya a comérselo a donde pueda, porque ya me está estorbando la venta.
-Pos ya qué...