La renovada apuesta del gobierno por la hidroelectricidad

19 octubre, 2015
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El gobierno quiere que el agua recupere el lugar que ocupaba en el mix de generación en la década del 80. Por eso, apuesta que hacia el 2050 este insumo sea responsable de un tercio de la nueva energía “renovable” que requerirá el sistema eléctrico. Las empresas miran con escepticismo el nuevo mensaje, dadas las lecciones que dejó el proyecto HidroAysén.

Recuperar el puesto que ocupaba la hidroelectricidad en el mix de generación eléctrica mirando hacia los próximos 30 años es la meta que se ha impuesto el gobierno.

La primera señal de este nuevo camino la dio el ministro de Energía, Máximo Pacheco, en el marco de la presentación de la Hoja de Ruta Energía 2050, el 29 de septiembre pasado. En la cita, que se realizó en el ex Congreso Nacional, Pacheco abogó por la importancia que tiene el agua para mantener la estabilidad del sistema eléctrico nacional. Destacó que el país no puede seguir hablando de energías renovables “no convencionales”,  precisando que Chile es el único país donde se le otorga “apellido” a este tipo de energías y, además, señaló que “Chile está en condiciones de retomar su ADN renovable”.

El titular de Energía enfatiza esta nueva señal a La Tercera, diciendo que “como gobierno, nos interesa potenciar el uso de la hidroelectricidad, pero no cualquiera, sino aquella que sea respetuosa y compatible con los aspectos económicos, socioculturales y ambientales donde se desarrolla”.

Añade que hace 30 años, la matriz de generación eléctrica era 80% renovable, con un protagonismo claro de la hidroelectricidad. “Tomando en cuenta todas las dinámicas sociales en torno a la hidroelectricidad, queremos que esta fuente recupere su protagonismo, porque es sustentable y, además, nos va a ayudar a bajar las cuentas de la luz. Chile no puede seguir pagando la cuenta de la luz más cara de América Latina”, indica.

Un tercio de la nueva capacidad

Las palabras sorprendieron a la industria eléctrica, la cual en estos dos años estaba acostumbrada a escuchar al secretario de Estado apoyando la instalación de energías como la solar, eólica y también impulsando el uso del gas natural licuado (GNL). “Se ha enfatizado un buen desarrollo de las energías renovables, por el potencial que tienen y la baja de costo que generan, y se ha enfatizado la mayor utilización del gas natural como reemplazante del diésel, por eso, pareciera que hay un cambio de énfasis de parte del gobierno, pero no lo veo así”, señala el académico de la Universidad Católica Hugh Rudnick.

¿Por qué hoy se vuelve a hablar de esta tecnología? Porque dentro de los lineamientos que definió el grupo de 27 especialistas que integró el comité consultivo Energía 2050 -que trabajó por 18 meses-, se propone que en los próximos 30 años la matriz eléctrica de Chile esté compuesta, a lo menos, con un 70% de energías renovables, de las cuales el 41% provendrá de la energía eólica y solar y el 29% restante será hidráulica.

“La hidroelectricidad surge como una fuente relevante en todos los escenarios analizados. Contar con una mayor presencia de fuentes de generación con capacidad de regulación será fundamental para habilitar una mayor penetración de fuentes intermitentes, agregando flexibilidad al sistema, minimizando emisiones y costos económicos”, señala el documento.

Pero no es cualquier energía hidroeléctrica, sino que la de embalse, es decir, aquella que requiere la construcción de represas. Así lo explica Hugh Rudnick, quien también integró el comité. “Aquí hay un discurso bien claro: las energías renovables no convencionales, fundamentalmente las que tienen un gran potencial solar y eólico, no subsisten hoy con las actuales tecnologías que están disponibles para almacenar energía. Sólo lo harían gracias a un desarrollo de la energía hidroeléctrica de embalse. No estamos hablando ni siquiera de centrales de pasada, sino que de aquellas que puedan almacenar energía mientras las renovables están generando para poder evacuar esa energía cuando ellas dejen de generar”, explica.

En la hoja de ruta se especifica que el país requerirá de 8.000 MW adicionales de energía hidroeléctrica. Cifra que si la comparamos con la actual capacidad instalada en hidroelectricidad, que llega a un poco más de 6.500 MW, “casi estaríamos duplicando en 35 años la capacidad de generación en este tipo de tecnologías. Lo que, sin duda, es un gran desafío para el país”, explica el vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Generadores, Claudio Seebach, quien también integró el Comité Energía 2050.

Escepticismo post HidroAysén 

Este mensaje lo leyó bien claro el presidente de Colbún, Bernardo Larraín, quien estuvo en el evento de fines de septiembre. A su juicio, Chile tiene un potencial renovable “muy grande y de todo tipo”, y “hay que recuperar el desarrollo de las centrales hidráulicas”.

Pese a ello, para la industria las palabras de Pacheco y la hoja de ruta que define Energía 2050 genera “escepticismo”, pues no se entiende por qué ahora se respalda esta tecnología, tomando en cuenta las fuertes críticas que el gobierno emitió sobre HidroAysén, iniciativa que fue rechazada por el Comité de Ministros el 10 de junio del año pasado. En la oportunidad, el mismo Pacheco señaló que el proyecto estaba “mal ejecutado” y que tal como estaba diseñado, su desarrollo  era “inviable”. También llamó a “deshidroaysenizar” la discusión energética del país.

“Esta nueva señal no se entiende, cómo va a funcionar realmente, si cuando pudieron, no apoyaron un proyecto hidroeléctrico de embalse por el rechazo que generaba en la gente. El gobierno ha dicho: la gente no quiere nada y no sabe las consecuencias que esto acarrea, pero es el gobierno el que tiene que transmitir las consecuencias que tienen estas acciones. Esta nueva señal se ve más bien como una señal política que en la práctica será difícil de concretar”, indica un alto ejecutivo eléctrico.

Valter Moro, gerente general de Endesa, señala que el nuevo impulso del gobierno no sorprende, pero sí se alegra de que se declare la hidroelectricidad explícitamente como un eje estratégico en la Hoja de Ruta 2050. “En los últimos 20 años, nuestro país ha retrocedido en forma muy importante en el desarrollo de su matriz hídrica y se ha hecho más dependiente de los combustibles fósiles, y esa tecnología no hace mucho sentido en un país que tiene un potencial de 16.000 MW en energía hídrica, limpia y renovable”, señala (ver entrevista).

Por su parte, Thomas Keller, gerente general de Colbún, explica que más allá del impulso que hoy le está dando el gobierno, “podríamos decir que se pone a la energía hidroeléctrica en el sitio que le corresponde dentro del conjunto de opciones renovables que Chile puede darnos como recursos” (ver entrevista).

Medidas adicionales

Pero el trabajo para concretar este anhelo será largo. Claudio Seebach afirma que darle factibilidad al desarrollo hidroeléctrico implicará, entre otros temas, informar correctamente a la sociedad los pros y contras que tienen las distintas rutas de desarrollo de la matriz de generación.

Agrega que este impulso sólo será efectivo “si la sociedad toma conocimiento de los costos y beneficios que conllevan las distintas decisiones de inversión para el desarrollo de una matriz renovable”. Esto, añade, porque “ha sido la oposición de la ciudadanía el principal obstáculo para su desarrollo y lo que ha llevado como principal factor a los mayores costos actuales de energía”.

Una de las cosas que destaca Pacheco, en este sentido, es la identificación del potencial que tienen las cuencas del país, cuya primera fase de análisis -que lo realizó la Universidad Católica con el consorcio Teco Group- culminó en abril de este año y arrojó que existe un potencial hidroeléctrico  de 11.000 MW entre los ríos Maipo y Yelcho (ver infografía).

Ahora comenzará una segunda etapa de ese análisis, que se enfocará en los ríos Bueno, Valdivia, Yelcho, Puelo, Toltén, Maule y Biobío -cuyo potencial se estima en 8.200 MW- y que desarrollarán las universidades Católica y de Chile. También habrá un tercer análisis, que realizará la Universidad de Concepción, que abarcará a Aysén, zona que concentra 5.000 MW de potencial hidroeléctrico. Todos estos estudios estarán listos a mediados de 2016.

“Cuando completemos la segunda etapa, podremos contar, como país, con una plataforma de información que será fundamental para la gestión territorial del sector hidroeléctrico”, explica Máximo Pacheco.

Para la industria, este tema es fundamental, pues se espera que este estudio se transforme en un facilitador para el desarrollo hidroeléctrico. En el sector añaden que ayudará a la toma de decisiones, tanto a quienes desean asumir el desafío de desarrollar el potencial como a todos los agentes, personas e instituciones interesadas, indican en el sector.

Fuente: La Tercera

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