Buen abono taurino de San Fermín con 34 orejas. Una pasada. Muchas sobraron; alguna faltó. Lo que importa es que los toros embistieron y dieron buen juego. Una de las orejas que sobró fue la que Ferrera se llevó como pasaporte para abrir la Puerta Grande del Encierro. La del sexto. El gesto del extremeño, por donde lo cojas, muy plausible. La salida a hombros, no. Lo del ego de Ferrera, cuestión aparte. Miurada como se esperaba, con dos toros, segundo y cuarto con verdaderas posibilidades. 

Es cierto; Ferrera hizo historia encerrándose por primera vez ante seis toros de Miura y dentro del abono de San Fermín y de la Feria del Toro en los 100 años de vida de esta plaza. Segunda vez que un torero se enfrentaba a una corrida en solitario. El otro hito lo selló para la historia Manuel de los Reyes Rodríguez el 2 de abril de 1978, cuando, fuera de las fiestas de San Fermín, se enfrentó a seis toros de María Coronel, a los que cortó un total de cuatro orejas y fue sacado a hombros por la puerta grande. La verdad es que para Manolo seguirá habiendo un hueco con esa encerrona y una puerta agrande no discutible. La de Ferrera, desde luego que lo es.

El torero que cerraba feria no se anduvo con más prospecciones que un tibio tanteo ante el primer miura, Rifador. Brevedad incluso en demasía a pesar del largo metraje que esperaba. Espadazo atravesado y descabello.

El más pesado del encierro, Chaparrito, con un cuello más largo que una manga bardenera, desplegó un largo tranco de nobleza. Bien Fernando Sánchez con los palos. El extremeño le instrumentó dos aceptables tandas en redondo. Ni tocar con la siniestra. Pinchazo y espadazo fulminante. Oreja. Media puerta grande abierta.

El tercero fue un guapísimo colorado que atendía a Espadero. Ancho de sienes y poderosas velas saludando al ángel de Aralar de Escolapios. Abanto de salida. Suelto. Perfecto y medido puyazo de Aitor Sánchez. Toro de corta embestida y sin humillar. Brevedad otra vez. Bastantes pinchazos. Lo mejor, Vino Griego, de José Vélez, en la solanera. Algunos pitos.

El cuarto, otro colorado de nombre Harnero, manseó de caballo a caballo en el primer tercio. En la muleta, Ferrera, que pareció calentarse, se entregó a la fijeza y franca acometida del toro. Labor pulcra, aunque otra vez tirando a breve. Churumbelerías. Entra a matar andando desde 20 metros. Estocada contraria. Dos descabellos. Rozando el asegurarse la puerta grande. Ovación. Lo que es esto de los toros, el arte y el éxito o no. Estuvo el torero en un tris de obtener un trofeo de peso. No lo hizo y la tarde entró en bajonazo. Ante el quinto el titular se calentó hacia tedio y pesadez. 

El sexto y último del abono, Ahechador, no fue tan corrupto como para que solo se le quitaran las moscas con la muleta. Antes, discutido tercio de varas a lomos de uno de sus seis pencos. Primer puyazo bueno, segundo, bastante malo. Peor el no atender a poner rehiletes. Manolito de los Reyes (guiño a su aita) bien en su par. Buena feria. Ya falta menos.

FICHA DEL FESTEJO:

Ganadería. 6 toros de Miura. En tipo. Bien hechos, de distintos pesos, de 625 kilos del 2º a 520 del 4º. Bien armados. Mansos, Insulsos. 2º noble y manejable. 4º, manso, con entrega clara en la muleta. 5º y 6º deslucidos.

Antonio Ferrera. En el 1º, estocada atravesada y y descabello (silencio). En el 2º, pinchazo y estocada (oreja). En el 3º, cuatro pinchazos (pitos). En el 4º, estocada contraria y dos descabellos (ovación). En el 5º, pinchazos y descabellos (silencio). En el 6º, estocada delantera (oreja). A hombros.

Presidencia. Generosa contando pañuelos a cargo de Juan José Echeverría. Asesorado por Josetxo Gimeno y . Fernández.

Ambiente. Lleno y calorazo. Roto el paseíllo, Ferrera obligó a saludar a todas sus cuadrillas, y a los dos sobresalientes (Álvaro de la Calle y Jeremy Banti).