Los almadieros roncaleses volvieron ayer a surcar las aguas mayencas con olor a primavera en la XXIV celebración del Día de la Almadía, una de las más concurridas y solidarias en la que remaron a favor de Adano y reconocieron la hospitalidad que la fonda Oños de Milagro brindó a sus antepasados con sendas Almadías de Oro.

Las imágenes se sucedieron en la mañana elegida para la recreación del antiguo oficio, Fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, que hace a Burgui grande, y entre ellas, destaca una: la del salto de la presa. El momento más esperado que ayer recreó por unos instantes la dureza del trabajo de los antepasados almadieros; cuando la corriente arrastró a la primera balsa hacia el pedregal y el primer tramo hizo tijera, obligando a saltar al agua a sus ocupantes, nueve almadieros que arroparon a Laura Pulido, la agraciada con el sorteo del I Cross Popular por la Asociación de Ayuda a Niños con Cáncer de Navarra. Pasadas las 12.30 saltó la segunda, con siete, y los homenajeados por Adano: su presidenta, Mari Fe Fernández, y el conocido oncólogo infantil Javier Molina: ilusión por los cuatro costados.

Con Javier Los Arcos, descendiente de la fonda Oños de Milagro, de 73 años, que declinó la invitación de bajar, completaban los homenajeados de esta edición.

Y si agradecidos se mostraban unos, los otros lo estaban más. “Me causa una alegría tremenda que se acuerden de nosotros después de tanto tiempo”, expresaba Javier Los Arcos, que de niño conoció las migas de los almuerzos de los almadieros en la fonda de su abuelo Alejandro, que hoy se conserva como tal. Esa hospitalidad de quienes acogieron en su casa a los almadieros en su largo camino río abajo es lo que sus descendientes han querido agradecer este año.

Con la misma ilusión acogió el reconocimiento Adano, la asociación que, en palabras de su presidenta, Mari Fe Fernández, “ha recibido del colectivo almadiero un doble apoyo económico y moral”. Este impulso lo sentía especialmente, Javier Molina, (responsable de la Unidad de Oncología Infantil del Complejo Hospitalario) que, ataviado con el traje de almadiero y permante sonrisa, manifestó con visible emoción su triple ilusión: “El reconocimiento a Adano, la fantástica acogida que a nivel personal me han brindado familias burguiarras como las de Teodoro Salvador, Salastuei y Petroch, a través de los años, y los recuerdos de días pasados con mis hijos scouts en la campa de Burgui”.

RELEVO A un año de sus bodas de plata, la fiesta de la Almadía se muestra renovada. Se desprendió ayer en el movimiento en el paraje de Basari, el atadero donde dejaron las almadías el día anterior preparadas para el descenso. Este año lo adelantaron a la mañana del viernes, porque por la tarde tocaba despedir a Juan Urzainqui, uno de los últimos almadieros y maestro del que aprendieron el viejo oficio. Inevitablemente, ayer también se echaba en falta al fallecido Alfonso Lacasia, veterano almadiero comprometido con cada edición y un entusiasta de la fiesta.

Con su recuerdo flotando en el Esca se adentraron en el río su compañeros almadieros con jóvenes que van tomando el relevo, tal y como ellos pedían. Así, Koldo Zilbeti, de 48 años, con su hijo, Aitor, de 14, que ayer se estrenaba en el descenso. “Somos de Pamplona, pero Burgui nos ha acogido de maravilla. Así que nos sumamos encantados a esta fiesta que es todo voluntariado”. A su lado, el jóven Javier Aspurz esperaba su momento y otros niños en cuadrilla saltaban del río a las balsas.

La implicación femenina también se deja notar en la fiesta. Al frente de la Asociación Cultural de Almadieros,organizadora del evento, está Malu Boj, desde hace más de seis años, que ya encamina su relevo, “ Nadie es más que nadie. Todos rotamos y trabajamos duro para sacar esta fiesta, que hace de Burgui un referente turístico. Empezamos en septiembre, y no paramos hasta mayo”, puntualizaba.

Y en la orilla del río se sumaron las jóvenes lavanderas, que recuerdan a las que saludaban a los almadieros a su paso. Ellas también simbolizan el futuro.

MERCADo Y QUESO El atractivo se trasladó del río a la plaza, por donde se extiendía el mercado artesano y se anunciaba la apertura de la nueva campaña del queso Denominación de Origen Roncal. El honor correspondió a Javier Aguirre, subdirector de la cadena de supermercados BM. A su lado, el nuevo presidente de la D.O.R, Patxi Zalba. Entre todos trataron de hacer vivisble el producto, su cercanía y calidad. Los asistentes degustaron un queso, a su juicio, “de textura untuosa, tierno y con un punto de acidez; un producto de alta calidad”. Cifraron la producción de este año un 15% inferior a la anterior, de 500.000 kilos.

Siguió después la fiesta por las calles, que cobijaron a más de cinco mil visitantes, según datos de la Policía Foral, y finalizó con una comida en el frontón Barkainea para 300 personas.