El precio del aceite de oliva virgen extra (AOVE), un ingrediente fundamental en la dieta mediterránea, se ha disparado hasta niveles insospechados, alcanzando en algunos supermercados un precio de entre 10 y 12 euros el litro. El motivo de esta subida, según explican los productores, se debe al cambio climático, la falta de lluvias y las cosechas de baja producción que tuvieron en la anterior campaña, que se redujo entre un 30% y un 60%, dependiendo de la comunidad.

No obstante, aunque se trate de un ingrediente básico de la gastronomía española y con múltiples beneficios para la salud, no es necesario cocinarlo todo con aceite de oliva. Existen alternativas igualmente saludables y más asequibles que también gozan de una buena versatilidad en la cocina y no te costarán una fortuna.

1. Aceite de aguacate. Este aceite vegetal, que se extrae de la pulpa del aguacate, es rico en grasas monoinsaturadas, al igual que el aceite de oliva. Es perfecto para saltear y dará a tus platos un toque suave y a nuez.

2. Aceite de coco. Conocido por su alto contenido de grasas saturadas saludables, el aceite de coco tiene varios posibles beneficios para la salud, como la mejora del perfil de lípidos en sangre, el aumento del gasto energético y la saciedad, y la mejora de la salud cerebral. Su aroma tropical y su alto contenido de ácido láurico le hacen una opción estupenda para freír y hornear.

3. Aceite de cártamo. Este aceite vegetal, que se obtiene de las semillas de la planta de cártamo, es bajo en grasas saturadas y es rico en ácidos grasos omega-6. Aunque su uso no es muy frecuente en nuestro país, es un aceite comestible que se ha utilizado durante siglos en la cocina y también con fines medicinales. Es una opción versátil para aderezos de ensaladas y salteados.

4. Aceite de sésamo. El aceite de sésamo se extrae de las semillas de sésamo, una planta que se cultiva principalmente por sus semillas oleaginosas. Existen dos tipos de este aceite: el tostado y el aceite sin tostar o aceite de sésamo crudo. El aceite de sésamo tostado tiene un sabor más pronunciado y un color más oscuro, mientras que el crudo tiene un sabor más suave y se usa en ensaladas y platos más delicados.

5. Aceite de linaza. Procedente de las semillas del lino, este aceite es apreciado por su contenido nutricional y sus beneficios para la salud. Contiene ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para la salud cardiovascular. El aceite de linaza se encuentra comúnmente en forma de aceite prensado en frío y se consume crudo, generalmente en ensaladas, batidos o yogures. También se utiliza en la cocina como un aceite para aderezo.

6. Aceite de nuez. Con un sabor intenso y característico a nuez, este aceite es apreciado en la cocina por su capacidad para agregar un toque de nuez a una variedad de platos. Se utiliza comúnmente en aderezos para ensaladas, vinagretas, platos de pasta, platos de pescado y platos de aves y es perfecto para platos dulces y salados.

7. Aceite de girasol alto en oleico. Este aceite de girasol alto en oleico se caracteriza por tener un alto contenido de ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado que también se encuentra en el aceite de oliva. El ácido oleico es conocido por sus beneficios para la salud cardiovascular, lo que le hace ser ideal para frituras y para cocinar a altas temperaturas sin perder sus propiedades.

Estas siete alternativas saludables al aceite de oliva te permitirán experimentar en la cocina sin comprometer tu salud ni tu presupuesto. Recuerda que la moderación es clave, ya que todos los aceites son calorías concentradas. ¡Empieza a explorar y a disfrutar de nuevos sabores sin que tu cartera sufra!