Parecer muerto sin estarlo: ¿qué es la catalepsia?

No se trata de una manifestación divina, ni de una historia de zombis: la ciencia tiene una explicación para este fenómeno sorprendente a la par que escalofriante.

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Cámaras frigoríficas de una morgue.

Históricamente, el concepto de resurrección ha estado ligado a la mitología. De hecho, en la mayoría de religiones, la forma más evidente de manifestación divina es retornar del "mundo de los muertos" a la vida terrenal. Así lo creían en la Antigua Roma cuando se decía que Nerón había resucitado hasta 3 veces; y luego, a causa del cristianismo, el fenómeno cobró fuerza con la historia de su figura principal: Jesús de Nazaret

La cuestión es que en esa época no había suficiente conocimiento científico, y mucho menos, herramientas, que ayudasen a los médicos a determinar con exactitud el momento en que una persona había fallecido. La ausencia de respiración, la inmovilidad y el aspecto pálido solían ser indicadores bastante precisos, pero con margen de error. 

Es por este motivo que, todavía a día de hoy, existen casos de personas que "resucitan", o para ser precisos, que sufren episodios de lo que la ciencia denomina catalepsia. El más reciente sucedió en Ecuador, el pasado 9 de junio de 2023, cuando Bella Montoya, de 76 años, declarada oficialmente muerta, despertó dando golpes al féretro durante su propio funeral

¿QUÉ ES LA CATALEPSIA?

Montoya fue inmediatamente trasladada al hospital estatal de Ecuador, donde permanece grave, aunque viva. Según el informe de defunción que se expidió cuando sucedió su "falsa muerte", la mujer tuvo un paro cardiorrespiratorio y no respondía a las maniobras de reanimación. Ahora se iniciará una auditoría para averiguar qué pudo haber fallado en el diagnóstico. Sin embargo, el personal médico ha confirmado a los medios locales que se trata de un caso de catalepsia. 

Este fenómeno responde a un trastorno del sistema nervioso que se manifiesta con la rigidez muscular, la falta de reacción a los estímulos físicos y la desaceleración -hasta un punto casi imperceptible- de las funciones corporales. No es una enfermedad en sí: hasta ahora, se ha estudiado como un signo de otras patologías como la epilepsia, el Parkinson o la adicción a las drogas. Aun así, todavía no se conocen por completo los mecanismos neurofisiológicos que están detrás de este trastorno.

A pesar de que los síntomas de la catalepsia son muy similares a los de una muerte "al uso", un electrocardiograma (ECG) será la herramienta definitiva para descartar o confirmar el deceso. Durante un episodio de catalepsia, la respiración y el pulso tienen un ritmo muy bajo y pueden dar lugar a dudas. Sin embargo, las constantes vitales sí están presentes y pueden registrarse a través de una máquina de ECG. 

NI ZOMBIS, NI DIOSES

Con el mismo apellido que la mujer que protagoniza el caso más reciente, en 2018, en la cárcel de Villabona (Asturias, España), dos médicos del centro penitenciario dieron por muerto a un preso: Gonzalo Montoya. Pero de camino a la morgue, detectaron que el hombre respiraba, por lo que fue trasladado a la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias.

Y en 2011, en Sudáfrica hubo un caso que parece sacado de una película de terror. Un hombre fue trasladado a la morgue tras sufrir un ataque de asma. Allí, los trabajadores condujeron el cadáver hacia la cámara frigorífica, pero 21 horas más tarde este despertó y, al verse rodeado de cuerpos, comenzó a gritar desesperadamente. El personal no daba crédito: al abrir la nevera, el hombre se encontraba en perfecto estado y volvió a casa inmediatamente. 

campana
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Esquema de un modelo de “ataúd de seguridad” de mediados del XIX. Un hilo, que estaba atado a la mano del enterrado, conectaba con una campana que permitiría que la gente del exterior fuese alertada de que dicha persona aún no había fallecido. De este sistema proviene la expresión: "Salvados por la campana".

Por suerte, estos casos se convierten en noticia porque no son habituales. En la antigüedad, se instalaba un sistema de timbre que conectaba -mediante una cuerda- con el ataúd, lo que permitía al presunto muerto hacerlo sonar para avisar al sepulturero de que estaba vivo.

Ahora, en cambio, la ciencia y la tecnología han permitido afinar los procesos para determinar la muerte de las personas, lo que permite dejar atrás las teorías sobre zombis o manifestaciones divinas. Aunque, no obstante, los avances no libran a este fenómeno de ser escalofriante.

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