CRISTINA ALONSO
MADRID (España). Se le nota más que satisfecho. Razones tiene porque esta tarde en la plaza de Mérida (Badajoz), Antonio Ferrera ha indultado un toro de su ganadería: Almohadillero, nº 32, de 530 kilos. «Es un orgullo, señala Luis Algarra, porque refleja una vida de trabajo. Es lo que un ganadero busca, pero es tan difícil de lograr. Un toro de indulto tiene que reunir una serie de condiciones: buen tipo, bravo en el caballo, que acuda en banderillas, tenga recorrido, meta la cabeza que no se canse de embestir».
Luis Algarra no ha podido estar hoy en la plaza, pero sus hijos Luis y Aurora han ocupado su lugar y le ha comentado todos los pormenores de la lidia . «Ha sido un toro extraordinario en todos los momentos: bravo, con codicia y transmisión». Nada más terminar el festejo, Almohadillero ha sido rápidamente trasladado a una de las fincas de la familia, donde está recibiendo las primeras curas: » Le han pegado mucho, en banderillas ha recibido cuatro pares y hay que retirarle dos arpones todavía. Además ha sido un toro que no ha parad, ha estado embistiendo hasta el final por lo que viene muy fatigado. Vamos a ver como va evolucionando de las heridas y yo creo que sí servirá para padrear porque viene de muy buena familia»